Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
EL MATADERO
por
ESTEBAN ECHEVERRÍA
dibujos/historieta:
ENRIQUE BRECCIA
prólogo:
RICARDO PIGLIA
Fuente:
www.ELORTIBA.org/biblio.html
www.mediafire.com/?1tvuff0py21d86y
Impresión:
www.issuu.com/LABIBLIOPOP
www.EDITORESMATREROS.blogspot.com
labibliopop@gmail.com Buenos Aires, may-2013.
ÍNDICE
pág.
ECHEVERRÍA Y EL LUGAR DE LA FICCÓN 03
por RICARDO PIGLIA
EL MATADERO 15
por ESTEBAN ECHEVERRÍA
U
NA HISTORIA DE LA
VIOLENCIA ARGENTINA
A TRAVÉS DE LA FICCIÓN.
E L ORIGEN.
L A PRIMERA PÁGINA
DEL FACUNDO. E L LENGUAJE
Y EL CUERPO.
Sarmiento inicia el libro con una escena La historia que cuenta EL MATADERO es
que condensa y sintetiza lo que gran como la contracara atroz del mismo te-
parte de la literatura argentina no ha ma o si ustedes quieren: EL MATADERO
hecho más que desplegar, releer, vol- narra la misma confrontación pero de
ver a contar. ¿En qué consiste esa si- un modo paranoico y alucinante. En lu-
tuación inicial? “A fines de 1840 salía gar de huir y de exiliarse, el unitario se
yo de mi patria, desterrado por lástima, acerca a los suburbios, se interna en te-
estropeado, lleno de cardenales, punta- rritorio enemigo. La violencia de la que
zos y golpes recibidos el día anterior en Sarmiento se zafa está ahora puesta en
una de esas bacanales de soldadescas primer plano. Si en el relato que inicia el
y mazorqueros. Al pasar por los baños FACUNDO todo el poder está puesto en
de zonda, bajo las Armas de la Patria, el uso simbólico del lenguaje extranjero
escribí con carbón estas palabras: ON y la violencia sobre los cuerpos es lo
NE TUE POINT LES IDÉES. El gobierno a que ha quedado atrás, en el cuento de
quien se comunicó el hecho, mandó Echeverría todo está centrado en el
una comisión encargada de descifrar el cuerpo y el lenguaje (marcado por la
jeroglífico, que se decía contener violencia) acompaña y representa los
desahogos innobles, insultos y amena- acontecimientos. Por un lado un len-
zas. Oída la traducción. Y bien, dijeron guaje “alto”, engolado, casi ilegible: en
¿qué significa esto?”. Anécdota a la vez la zona del unitario el castellano parece
cómica y patética, un hombre que se una lengua extranjero y estamos siem-
exilia y huye, escribe EN FRANCÉS una pre tentados de traducirla. Y por otro
consigna política. Se podría decir que lado una lengua “baja”, popular, llena
abandona su lengua materna del mis- de matices y de flexiones orales. La es-
mo modo que abandona su patria. Ese cisión de los mundos enfrentados toca
hombre con el cuerpo marcado por la también al lenguaje. El registro de la
violencia deja también su marca: escri- lengua popular, que está manejado por
be para no ser entendido. La oposición el narrador como una prueba más de la
entre civilización y barbarie se cristaliza bajeza y la animalidad de los “bárba-
entre quienes pueden y quienes no ros”, es un acontecimiento histórico y
pueden leer esa frase escrita en otro es lo que se ha mantenido vivo en EL
idioma: el contenido político de la frase MATADERO.
está en el uso del francés. El relato de
L
Sarmiento es la historia de una confron-
tación y de un triunfo: los bárbaros son A VERDAD
incapaces de descifrar esas palabras y DE LA FICCIÓN.
se ven obligados a llamar a un traduc-
tor. Por otro lado esa frase (que es una
cita de Diderot, dicho sea de paso) se Hay una diferencia clave, diría, entre EL
ha convertido en la más famosa de MATADERO y el comienzo del FACUNDO.
Sarmiento, traducido libremente por él y En Sarmiento se trata de un relato ver-
nacionalizada como: “Bárbaros, las dadero, de un texto que toma la forma
ideas no se matan”. de una autobiografía; en el caso de EL
ECHEVERRÍA Y EL LUGAR DE LA FICCIÓN 5
U
tivo del siglo XIX en la literatura argen-
tina (el género narrativo por excelencia,
habría que decir: que nace, por lo de- NA OPCIÓN.
más, con Sarmiento) es la autobiogra-
fía. LA CLASE SE CUENTA A SÍ MISMA BAJO
LA FORMA DE LA AUTOBIOGRAFÍA Y CUENTA El FACUNDO empieza donde termina EL
AL OTRO CON LA FICCIÓN. Todo lo que MATADERO. Entre la cita en francés de
hay de imaginación literaria en el FA- Diderot de Sarmiento y la representa-
CUNDO viene de ese intento de hacer ción del lenguaje popular en EL MATA-
entrar el mundo de Facundo Quiroga y DERO, en la mezcla de lo que allí apare-
de los bárbaros. Sarmiento hace ficción ce escindido, en la relación y el antago-
pero la encubre y la disfraza en el dis- nismo se define una larga tradición de
curso verdadero de la autobiografía o la literatura argentina. Pero a la vez la
del relato histórico. Por eso su libro importancia de esos dos relatos reside
puede ser leído como una novela don- en que entre los dos plantean una op-
de lo novelesco está disimulado, es- ción fundamental frente a la violencia
condido, presente pero enmascarado. política y el poder: el exilio (con que se
abre el FACUNDO) o la muerte (con la
U N TEXTO INÉDITO.
que se cierra EL MATADERO). Esa opción
fundante volvió a repetirse muchas ve-
ces en nuestra historia y se repitió, en
nuestros días. Y en ese sentido podría
decirse que la literatura tiene siempre
En EL MATADERO está el origen de la una marca utópica, cifra el porvenir y
prosa de ficción en la Argentina. Pero actualiza constantemente los puntos
ese origen, podría decirse, es oscuro, clave de la política y de la cultura ar-
desviado, casi clandestino. Escrito en gentina.
1838 el relato permaneció inédito hasta
1874 cuando Juan María Gutiérrez lo
rescató entre los papeles póstumos de
Echeverría (que había muerto en Mon-
tevideo, exiliado y en la miseria, en
1851). ¿Por qué no lo publicó Echeve-
rría? Basta releerlo hoy para darse
cuenta de que es muy superior a todo
lo que Echeverría publicó en su vida (y
6
EL MATADERO
de
ESTEBAN ECHEVERRÍA*
A
pesar de que la mía es historia,
Una tremenda avenida se precipitó de rogativas por orden del muy católico
LLUVIAS QUE IMPIDEN EL ACCESO DE LOS ANIMALES
res no sabrán que la tal heroína es la aquellos animados grupos, al paso que
difunta esposa del Restaurador, patro- mas arriba, en el aire, un enjambre de
na muy querida de los carniceros, quie- gaviotas blanquiazules que habían
nes, ya muerta, la veneraban como viva vuelto de la emigración al olor de carne,
por sus virtudes cristianas y su federal revoloteaban cubriendo con su disonan-
heroísmo en la revolución contra Bal- te graznido todos los ruidos y voces del
carce. Es el caso que en un aniversario matadero y proyectando una sombra
de aquella memorable hazaña de la clara sobre aquel campo de horrible
mazorca los carniceros festejaron con carnicería. Esto se notaba al principio
un espléndido banquete en la casilla a de la matanza.
la heroína, banquete a que concurrió Pero a medida que adelantaba, la
con su hija y otras señoras federales, y perspectiva variaba; los grupos se des-
que allí en presencia de un gran con- hacían, venían a formarse tomando di-
curso ofreció a los señores carniceros versas aptitudes y se desparramaban
en un solemne brindis su federal patro- corriendo como si en medio de ellos
cinio, por cuyo motivo ellos la proclama- cayese alguna bala perdida o asomase
ron entusiasmados patrona del matade- la quijada de algún encolerizado mas-
ro, estampando su nombre en las pare- tín. Esto era, que inter el carnicero en
des de la casilla donde se estará hasta un grupo descuartizaba a golpe de ha-
que lo borre la mano del tiempo. cha, colgaba en otro los cuartos en los
La perspectiva del matadero a la ganchos a su carreta, despellejaba en
distancia era grotesca, llena de anima- éste, sacaba el sebo en aquél, de entre
ción. Cuarenta y nueve reses estaban la chusma que ojeaba y aguardaba la
tendidas sobre sus cueros y cerca de presa de achura salía de cuando en
doscientas personas hollaban aquel cuando una mugrienta mano a dar un
suelo de lodo regado con la sangre de tarazcón con el cuchillo al sebo o a los
sus arterias. En torno de cada res resal- cuartos de la res, lo que originaba gritos
taba un grupo de figuras humanas de y explosión de cólera del carnicero y el
tez y raza distintas. La figura mas pro- continuo hervidero de los grupos, -
minente de cada grupo era el carnicero dichos y gritería descompasada de los
con el cuchillo en mano, brazo y pecho muchachos.
desnudos, cabello largo y revuelto, ca- -Ahí se mete el sebo en las tetas, la
misa y chiripá y rostro embadurnado de tía -gritaba uno.
sangre. A sus espaldas se rebullían ca- -Aquel lo escondió en el alzapón -
racoleando y siguiendo los movimientos replicaba la negra.
una comparsa de muchachos, de ne- -¡Che!, negra bruja, salí de aquí an-
gras y mulatas achuradoras, cuya feal- tes que te pegue un tajo -exclamaba el
dad trasuntaba las harpías de la fábula, carnicero.
y entremezclados con ella algunos -¿Qué le hago ño, Juan?, ¡no sea
enormes mastines, olfateaban, gruñían malo! Yo no quiero sino la panza y las
o se daban de tarascones por la presa. tripas.
Cuarenta y tantas carretas toldadas -Son para esa bruja: a la m...
con negruzco y pelado cuero se esca- -¡A la bruja! ¡a la bruja! -repitieron
lonaban irregularmente a lo largo de la los muchachos-: ¡se lleva la riñonada y
playa y algunos jinetes con el poncho el tongorí! -y cayeron sobre su cabeza
calado y el lazo prendido al tiento, cru- sendos cuajos de sangre y tremendas
zaban por entre ellas al tranco o recli- pelotas de barro.
nados sobre el pescuezo de los caba- Hacia otra parte, entre tanto, dos
llos echaban ojo indolente sobre uno de africanas llevaban arrastrando las en-
20 ESTEBAN ECHEVERRÍA
picado por el aguijón de alguna lengua -Se cortó el lazo -gritaron unos-: allá
locuaz. va el toro –pero otros deslumbrados y
-Hi de p... en el toro. atónitos guardaron silencio porque todo
-Al diablo los torunos del Azul. fue como un relámpago.
-Mal haya el tropero que nos da ga- Desparramose un tanto el grupo de
to por liebre. la puerta. Una parte se agolpó sobre la
-Si es novillo. cabeza y el cadáver palpitante del mu-
-¿No está viendo que es toro vie- chacho degollado por el lazo, manifes-
jo? tando horror en su atónito semblante, y
-Como toro le ha de quedar. ¡Mués- la otra parte compuesta de jinetes que
treme los c..., si le parece, c...o! no vieron la catástrofe se escurrió en
-Ahí los tiene entre las piernas. No distintas direcciones en pos del toro,
los ve, amigo, más grandes que la ca- vociferando y gritando: ¡Allá va el toro!
beza de su castaño; ¿o se ha quedado ¡Atajen! ¡Guarda! -Enlaza, Siete pelos. -
ciego en el camino? ¡Que te agarra, Botija! -Ya furioso; no
-Su madre sería la ciega, pues que se le pongan delante. -¡Ataja, ataja mo-
tal hijo ha parido. ¿No ve que todo ese rado! -Dele espuela al mancarrón. -Ya
bulto es barro? se metió en la calle sola. -¡Que lo ataje
-Es emperrado y arisco como un el diablo!
unitario. -Y al oír esta mágica palabra El tropel y vocería era infernal. Unas
todos a una voz exclamaron: ¡mueran cuantas negras achuradoras sentadas
los salvajes unitarios! en hilera al borde del zanjón oyendo el
-Para el tuerto los h... tumulto se acogieron y agazaparon en-
-Sí, para el tuerto, que es hombre tre las panzas y tripas que desenreda-
de c... para pelear con los unitarios. ban y devanaban con la paciencia de
-El matahambre a Matasiete, dego- Penélope, lo que sin duda las salvó
llador de unitarios. ¡Viva Matasiete! porque el animal lanzó al mirarlos un
-¡A Matasiete el matahambre! bufido aterrador, dio un brinco sesgado
-Allá va, gritó una voz ronca inte- y siguió adelante perseguido por los ji-
rrumpiendo aquellos desahogos de la netes. Cuentan que una de ellas se fue
cobardía feroz. ¡Allá va el toro! de cámaras; otra rezó diez salves en
-¡Alerta! Guarda los de la puerta. dos minutos, y dos prometieron a San
Allá va furioso como un demonio! Benito no volver jamás a aquellos mal-
Y en efecto, el animal acosado por ditos corrales y abandonar el oficio de
los gritos y sobre todo por dos picanas achuradoras. No se sabe si cumplieron
DEGÜELLO DEL NIÑO
la puerta, lanzando a entrambos lados ciudad por una larga y angosta calle
una rojiza y fosfórica mirada. Diole el ti- que parte de la punta más aguda del
rón el enlazador sentando su caballo, rectángulo anteriormente descripto, ca-
desprendió el lazo de la asta, crujió por lle encerrada por una zanja y un cerco
el aire un áspero zumbido y al mismo de tunas, que llaman soles por no tener
tiempo se vio rodar desde lo alto de una mas de dos casas laterales y en cuyo
horqueta del corral, como si un golpe aposado centro había un profundo pan-
de lacha la hubiese dividido a cercén tano que tomaba de zanja a zanja. Cier-
una cabeza de niño cuyo tronco per- to inglés, de vuelta de su saladero va-
maneció inmóvil sobre su caballo de deaba este pantano a la sazón, paso a
palo, lanzando por cada arteria un largo paso en un caballo algo arisco, y sin
chorro de sangre. duda iba tan absorto en sus cálculos
22 ESTEBAN ECHEVERRÍA
carnicero gritó: -¡Allí viene un unitario!, ballo que permanecía inmóvil no muy
y al oír tan significativa palabra toda distante a buscar en sus pistolas el
aquella chusma se detuvo como herida desagravio y la venganza. Matasiete
de una impresión subitánea. dando un salto le salió al encuentro y
-¿No le ven la patilla en forma de con fornido brazo asiéndolo de la cor-
U? No traé divisa en el fraque ni luto en bata lo tendió en el suelo tirando al
el sombrero. mismo tiempo la daga de la cintura y
-Perro unitario. llevándola a su garganta.
-Es un cajetilla. Una tremenda carcajada y un nuevo
-Monta en silla como los gringos. viva estertorio volvió a victoriarlo.
-La mazorca con él. ¡Qué nobleza de alma! ¡Qué bravu-
-¡La tijera! ra en los federales!, siempre en pandilla
-Es preciso sobarlo. cayendo como buitres sobre la víctima
-Trae pistoleras por pintar. inerte.
-Todos estos cajetillas unitarios son -Degüéllalo, Matasiete -quiso sacar
pintores como el diablo. las pistolas-. Degüéllalo como al Toro.
-¿A que no te le animas, Matasiete? -Pícaro unitario. Es preciso tusarlo.
-¿A que no? -Tiene buen pescuezo para el violín.
-A que sí. -Tócale el violín.
Matasiete era hombre de pocas pa- -Mejor es resbalosa.
labras y de mucha acción. Tratándose -Probemos -dijo Matasiete y empe-
de violencia, de agilidad, de destreza zó sonriendo a pasar el filo de su daga
en el hacha, el cuchillo o el caballo, no por la garganta del caído, mientras con
hablaba y obraba. Lo habían picado: la rodilla izquierda le comprimía el pe-
prendió la espuela a su caballo y se cho y con la siniestra mano le sujetaba
lanzó a brida suelta al encuentro del por los cabellos.
unitario. -No, no le degüellen -exclamó de le-
Era este un joven como de 25 años jos la voz imponente del Juez del Mata-
de gallarda y bien apuesta persona que dero que se acercaba a caballo.
mientras salían en borbotón de aquellas -A la casilla con él, a la casilla. Pre-
desaforadas bocas las anteriores ex- paren la mashorca y las tijeras. ¡Mue-
clamaciones trotaba hacia Barracas, ran los salvajes unitarios! ¡Viva el Res-
muy ajeno de temer peligro alguno. No- taurador de las leyes!
tando empero, las significativas miradas -Viva Matasiete.
de aquel grupo de dogos de matadero, ¡Mueran! ¡Vivan!, repitieron en coro
echa maquinalmente la diestra sobre los espectadores y atándole codo con
las pistoleras de su silla inglesa, cuan- codo, entre moquetes y tirones, entre
do una pechada al sesgo del caballo de vociferaciones e injurias arrastraron al
Matasiete lo arroja de los lomos del su- infeliz joven al banco del tormento co-
yo tendiéndolo a la distancia boca arri- mo los sayones al Cristo.
ba y sin movimiento alguno. La sala de la casilla tenía en su cen-
-¡Viva Matasiete! -exclamó toda tro una grande y fornida mesa de la
aquella chusma cayendo en tropel so- cual no salían los vasos de bebida y los
bre la víctima como los caranchos ra- naipes sino para dar lugar a las ejecu-
24 ESTEBAN ECHEVERRÍA
-No sabes que así lo dispuso el Sus fuerzas se habían agotado; in-
1a
¿EN QUÉ ÉPOCA
DEL AÑO
SE UBICA LA ACCIÓN?
1b
¿POR QUÉ ESTO DA
LUGAR A LA CRÍTICA DE
LA IGLESIA?
¿QUÉ ES LO QUE, EN REALIDAD,
SE LE CRITICA A LA IGLESIA?
2
DESCRIBÍ tano.”
EL AMBIENTE (pág. 21 – col. 2)
DEL MATADERO.
ELEGÍ DOS CITAS TEXTUALES
3a
¿CÓMO SON DESCRIPTOS,
PARA SOSTENER TU RESPUESTA. EN GENERAL, FEDERALES
Y UNITARIOS?
TENÈ EN CUENTA LA DESCRIPCIÓN
Sórdido (sucio, fétido, indecente, mise- DEL AMBIENTE, LA VESTIMENTA,
rable). LA FORMA DE HABLAR, ETC.
3b
(pág. 24 – col. 2) ¿POR QUIÉNES
TOMA PARTIDO
“…el Juez del Matadero, perso- EL NARRADOR?
naje importante, caudillo de los
carniceros y que ejerce la suma del
poder en aquella pequeña repúbli- Por los unitarios.
ca, por delegación del Restaurador.
4
Fácil es calcular que clase de hom- ¿QUÉ LE SUCEDE
bre se requiere para el desempeño AL UNITARIO?
de semejante cargo. La casilla, por ¿POR QUÉ?
otra parte es un edificio tan ruin y
pequeño que nadie lo notaria en los
Cabalgaba el unitario hacia Barracas,
corrales a no estar asociado su cuando la gente del matadero lo divisó.
nombre al del terrible Juez y no re- Entonces Matasiete, provocado por la
saltar sobre su blanca cintura los muchedumbre iracunda se le fue al
siguientes letreros rojos: “Viva la humo, embistiéndolo con su caballo, y
Federación”, “Viva el Restaurador arrojándole al suelo.
y la heroína doña Encarnación Ez- Luego su aberración por los unita-
curra”…” rios hará que la pandilla lo ultraje
(pág. 18 – col. 2)
5
¿POR QUÉ
I. LOS UNITARIOS: MUERE
Son descriptos como seres dignos, EL UNITARIO?
libres y de buena presencia. En el
esquema Sarmientino representan
la “Civilización” y el progreso. Podemos suponer que revienta frente a
la indignidad de la vejación.
“Ere este un joven como de
veinticinco años, de gallarda y bien
6
EXPLICA CON TUS PALABRAS
apuesta persona, que mientras sa- EL FINAL DEL CUENTO.
lían en borbotones de aquellas des- ¿POR QUÉ EL NARRADOR
aforadas bocas las anteriores ex- DICE QUE
clamaciones, trotaba hacia Barra- “EL FOCO DE LA FEDERACIÓN
cas, muy ajeno de temor peligro al- ESTABA EN EL MATADERO”?
guno montando, empero, los signifi-
cativas miradas de aquel grupo de
Luego de describir minuciosamente al
dogos de matadero, echa maqui- matadero como un lugar tan soez y mi-
nalmente la diestra sobre las pisto- serable, lo utiliza como metáfora para
las de su silla inglesa, cuando una afirmar que así, en una escala macro,
pechada al sesgo del caballo de sería la federación toda.
30 LENGUAS VENENOSAS / ESCUELA LIBRE DE CONSTITUCIÓN + EDITORES MATREROS
7
SEÑALÀ
LAS CARACTERÍSTICAS cia o del Alto sito en las quintas al
ROMÁNTICAS QUE ESTÁN sur de la ciudad, es una gran playa
PRESENTES EN LA OBRA. en forma rectangular, colocada al
PARA CADA UNA
extremo de dos calles una de las
BUSCÀ UN EJEMPLO EN EL TEXTO.
cuales allí termina y la otra se pro-
longa hasta el este.”
CARACTERÍSTICAS ROMÀNTICAS: (pág. 18 – col. 2)
8
ELEGÌ UNA
DE LAS SIGUIENTES II.
CONSIGNAS DE ESCRITURA: Los hombres libres tienen hoy, una
I. ESCRIBÌ EL INFORME QUE EL JUEZ nueva víctima de la federación rosi-
DEL MATADERO PODRÌA HABERLE na
ENVIADO A ROSAS DANDO CUENTA
DE LOS HECHOS SUCEDIDOS AL JO-
VEN UNITARIO. EMPLEÀ EL TIPO DE
LENGUA CORRESPONDIENTE A LOS
FEDERALES.
I.
(Omito la introducción que segura-
mente redundara en elogios a la
Esposa, a la hija, y al propio Res-
taurador, seguido de información
ganadera y chismes de menor inte-
rés)
32