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EL PENSAMIENTO DEL SOMBRERO VERDE

El sombrero verde es para el pensamiento creativo la persona que se lo pone va a usar el lenguaje
del pensamiento creativo. Quienes se hallen a su alrededor deben considerar el producto como
un producto creativo. Idealmente, tanto el pensador como el oyente deberían usar sombreros
verdes.

El sombrero verde para pensar se ocupa específicamente de ideas nuevas y de nuevas formas
de enfocar las cosas. El pensamiento de sombrero verde se ocupa de desechar las ideas viejas
para encontrar otras mejores. Se ocupa del cambio. Es un esfuerzo deliberado y concentrado en
esta dirección.

Necesitamos creatividad, porque creemos que las cosas se pueden hacer de un modo más
sencillo y mejor. La urgencia por hacer mejor las cosas debería ser el trasfondo de todo nuestro
pensamiento. En ocasiones, sin embargo, necesitamos usar la creatividad de modo deliberado y
concentrado.

Es posible que, de hecho, haya más necesidad de sombrero verde que de ningún otro sombrero.
Durante el ejercicio del pensamiento creador, posiblemente falta lanzar ideas provocativas
deliberadamente ¡lógicas. Por lo tanto necesitamos un modo de dejar en claro que estamos
desempeñando el papel de bufón o de payaso, en forma deliberada, para hacer surgir nuevos
conceptos. Aunque no sean provocaciones, las ideas nuevas son brotes delicados que necesitan
el sombrero verde para protegerse del instantáneo congelamiento a que las pueden someter las
costumbres del sombrero negro.

Uno de los aspectos más importantes de la técnica de los seis sombreros para pensar es que te
puedes hacer señales a ti mismo. Esto tiene especial importancia con el sombrero verde. Te lo
pones deliberadamente y esto significa que estás reservando tiempo para dedicarlo al
pensamiento creativo deliberado. Esto es totalmente distinto a sólo esperar que las ideas se te
ocurran. Puede que no tengas ninguna idea nueva mientras usas el sombrero verde, pero haz
hecho el esfuerzo. A medida que vayas mejorando en pensamiento creativo deliberado, verás
que aumenta la cosecha de ideas. De este modo, el sombrero verde convierte el pensamiento
creativo en parte formal del proceso del pensamiento; el pensamiento creativo deja de ser un
lujo.

Para la mayoría de las personas el idioma del pensamiento creativo resulta difícil porque es
opuesto a los hábitos naturales de reconocimiento, juicio y crítica. El cerebro está diseñado como
una "máquina de reconocimiento”. Está diseñado para establecer pautas, usarlas y condenar
todo lo que no "encaje" en estas pautas. A la mayoría de los pensadores les gusta estar seguros.
Les gusta tener razón. La creatividad implica provocación, exploración y riesgo. Implica
“experimentos de pensamiento". No se puede predecir el resultado del experimento. Pero uno
quiere poder llevarlo a cabo.

El sombrero verde, por sí mismo, no puede hacer que la gente sea más creativa. Puede, sin
embargo, dar a los pensadores el tiempo y el "foco" para serio. Si uno pasa más tiempo buscando
alternativas, es probable que encuentre más, muy a menudo las personas creativas sólo son
personas que pasan más tiempo intentando serio porque la creatividad los motiva. El recurso del
sombrero verde permite una especie de motivación artificial. Es difícil motivar a alguien para que
sea creativo, pero fácilmente se le puede pedir que se ponga el sombrero verde y dé un aporte
de sombrero verde.

La creatividad es más que un mero ser positivo y optimista. Los sentimientos positivos y
optimistas encajan bajo el sombrero rojo. La evaluación positiva, bajo el sombrero amarillo. El
pensamiento del sombrero verde exige verdaderas ideas nuevas, nuevas propuestas y más
alternativas. Aun así, es posible que al pensador no se le ocurra nada nuevo. Lo importante es
que ha dedicado tiempo al esfuerzo.

Uno no puede ordenarse a uno mismo ( o a otros ) tener una idea nueva, pero sí puede ordenarse
a uno mismo ( o a otros) dedicar tiempo a intentarlo. El sombrero verde es un modo formal de
hacerlo.

Si alguien nos propone una idea que no nos agrada y que podríamos desechar instantáneamente
con el sombrero negro, podríamos, en cambio, ponernos el sombrero verde y optar por
considerarla como provocación. Siempre es posible optar así. "No veo cómo su idea de un
comercio "con sistema de cortesía" podría funcionar sin padecer fácilmente de abusos. Pero me
voy a poner el sombrero verde y la trataré como una provocación". Esto nos conduce a la idea de
gente que suma sus propias cuentas con cheques al azar. Probablemente, los errores se van a
equilibrar en ambas direcciones.

La búsqueda de alternativas implica una actitud creativa: el reconocimiento de que existen


diversos planteos. La verdadera búsqueda de alternativas puede no requerir creatividad alguna
hasta tanto las alternativas obvias no se hayan expuesto. Simplemente, puede ser cuestión de
centrar la atención en el tema y enumerar los modos conocidos de encararlo. Esto no es
suficiente. Tal como necesitamos un esfuerzo para ir más allá de la primera solución, deberíamos
también hacer un esfuerzo creativo para ir más allá del conjunto obvio de alternativas.

Hablando en términos estrictos, tal vez sólo necesitemos del pensamiento de sombrero verde
para llegar a cabo esta búsqueda adicional. La primera etapa de la búsqueda podría encuadrarse
incluso en el pensamiento de sombrero blanco: «examinar los enfoque que se utilizan en
situaciones tales". En la práctica, conviene más colocar todo el conjunto de alternativas en el
pensamiento de sombrero verde.

A menudo me preguntan si la creatividad es cuestión de habilidad, talento o personalidad. La


respuesta correcta es que puede ser las tres cosas. Pero yo no doy esa respuesta. Sí no hacemos
ningún esfuerzo para desarrollar la habilidad de la creatividad, puede tratarse sólo de talento o
personalidad. La gente se inclina muy fácilmente a pensar que la creatividad es cuestión de
talento o personalidad y, como no cuenta con estos elementos, deja la creatividad en manos de
otros. Por esto pongo énfasis en el desarrollo deliberado de la habilidad de pensar creativamente
(por ejemplo, por medio de técnicas del pensamiento lateral). Luego señalo que ciertas personas
serán mejores que otras en el tema, así como las hay mejores en la práctica de tenis o del esquí,
aunque la mayoría puede alcanzar un nivel aceptable.

El pensamiento creativo se halla, en general, en una posición débil, porque no parece parte
esencial del pensamiento. La formalidad del sombrero verde junto a los otros aspectos, colabora
a que se lo reconozca como parte del pensamiento.

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