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ECONOMÍA

Jueves 22 de Octubre de 2015 - 8:43am

Así inició la cadena de tiendas de los precios bajos

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REDACCIÓN MÁS NEGOCIOS
En 1968 nace la idea de establecer el formato de las supertiendas en la ciudad.
Lo que iniciaría en 1952 como una tienda en la que se comercializaban baratijas, es hoy la
cadena costeña más reconocida en el formato de las grandes superficies, que se ubicó como
la primera empresa en la clasificación de que las que obtuvieron los mayores ingresos
operacionales en el Atlántico, según el más reciente informe de la Superintendencia de
Sociedades.

El espacio elegido para poner en marcha este emprendimiento habría sido el Almacén
Olímpico, donde el público de la época adquiría diversos productos, desde hilos, encajes,
cremalleras y botones; pasado por dulces y galletas; peines y cepillos; blocks de papel y
lápices, hasta medicinas para malestares menores.

Detrás de esta iniciativa estaba el matrimonio conformado por Ricardo Char y su esposa
Erlinda Abdala, una historia que inició en las sabanas de Córdoba. En 1926, Ricardo llegó a
Lorica, municipio de Córdoba, procedente de Siria. Motivado por ejercer la orfebrería, actividad
de la que vivía en su país natal, decidió trasladarse a Colombia, donde ya vivían algunos
familiares. En vista de la buena acogida que tuvo en ese departamento, Char invitó a más
integrantes de su núcleo familiar a cruzar fronteras y emprender la travesía que le había dado
buenos resultados.
Un tiempo después se conoce con Erlinda Abdala, una libanesa que llegó junto a sus padres a
Colombia, en busca de nuevas oportunidades. Esta pareja sirio-libanesa adopta la cultura
costeña y de ella, nacen 7 hijos: Fuad, Farid, Jabib, Simón, Ricardo, Miguel y Mary.

En 1955, un accidente automovilístico afecta al padre de esta familia, un hecho que convirtió
en un llamando necesario a Fuad, el mayor de los hermanos, para ubicase al frente del
negocio, junto a sus hermanos Farid y Habib quienes se unirían posteriormente.

MISIÓN CUMPLIDA. Los hermanos Char habían multiplicado las ventas del negocio, dada la
fórmula de ofrecer los precios más bajos para el consumidor. Cuando el padre de estos
jóvenes retoma sus labores, el modelo había mutado positivamente, una invitación directa a
invertir en el establecimiento de un segundo almacén y a partir de este, una estrategia de
expansión.
Fuad, quien luego iniciaría estudios en química farmacéutica, le propone su padre iniciar un
negocio de droguería, sin abandonar la miscelánea.

Con el único teléfono público de la zona, la droguería se convirtió en una realidad, que en
menos de un año ya sumaba 6 locales. El fortalecimiento de la cadena competía de frente con
el Almacén Jaramillo y la Farmacia Restrepo, los cuales gozaban de un importante
reconocimiento entre los compradores barranquilleros.

UN NUEVO MODELO. Corría el año 1968 cuando Darío Angel, quien era dueño de una firma
en la que comercializaba zapatos, les propone un nuevo modelo de negocio a los hermanos
Char: establecer un gran almacén por departamentos para consumidores de estratos bajos, un
segmento para el que existían muy pocas opciones comerciales.
El propósito era darle un uso óptimo a una de las propiedades de la familia, un edificio ubicado
en calle 30 con carrera 43. La estrategia consistía en convocar varios empresarios de la época
y que cada uno gestionara su inventario. No obstante, todos estarían identificados bajo un
mismo nombre y se presentarían como una supertienda, con amplia variedad de productos, en
una superficie compartida de 1.200 metros cuadrados. El experimento fue inaugurado el 31 de
julio de ese año y el impacto fue muy significativo.

LA EXPANSIÓN. Los ingresos operacionales se habían multiplicado por 10 y la satisfacción


no podía ser mayor.
Sin socios externos, los integrantes de la familia Char decide abrir nuevos puntos en la ciudad,
conservado el formato y con miras a darle a conocer al país que la fórmula había funcionado.

Durante la década de los setenta, tres nuevas tiendas Olímpica fueron inauguradas en
Cartagena, paralelamente a las aperturas de las droguerías en Santa Marta, Sincelejo y
Montería. En 1976 fue la primera aparición en Bogotá y en 1984, en Pereira. La expansión
continuaba.

Con la compra del espacio que antiguamente alojaría al almacén Sears, en Barranquilla, en
1988 el primer SAO (Súper Almacén Olímpica) abrió sus puertas, constituyéndose como el
formato de gran superficie de la cadena. Hoy, con 283 puntos de venta, la empresa sigue a
cargo de la familia Char, con Antonio Char Chaljub, hijo de Fuad, como presidente. Olímpica
sigue guardando la esencia generacional con la que nació en aquel negocio de diversas
baratijas en Córdoba, hace más de 60 años.

Las claves de Fuad Char. “Para ser empresario hay que tener ganas, hay que tener dedicación,
la diversión tiene que quedar desplazada para momentos muy especiales”. Así lo expresó
Fuad Char, fundador de la firma en el sexto Foro Pioneros de EL HERALDO, en el que animó
a los emprendedores jóvenes a no desfallecer.

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