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'S fiabilismo OCKHAM y la intuición de

NON•EXISTENTS 1

Claude Panaccio y David Piché

La postura de Occam hacia el escepticismo se ha evaluado de diversas maneras a lo largo de


los últimos cien años de la beca medieval, y gran parte del ruido, como resulta que, giraba en
torno a su controvertida tesis sobre la intuición de los seres inexistentes. E l gran medievalista
polaco Konstanty Michalski, por su parte, considera esta tesis para ser carac- altamente
tamente con el pensamiento de la venerabilis Inceptor, y lo describió en los años veinte como
“una idea destructiva que tenía una gran infl uencia en el siglo XIV”: “d e la aplicación constante
y considera mal de este principio en el campo de conocimiento”, escribió Michalski, “estaba
destinada a generar desconfianza y el espíritu escéptico en la filosofía de la naturaleza, así
como en la metafísica y la teología”. 2 Th es la evaluación fue compartida por lo general por los
estudiosos de la talla de Étienne Gilson y Anton Pegis en los años treinta y cuarenta. 3 Philotheus
Boehner y el día de Sebastián, por el contrario, energéticamente criticaron ya en la década de
los años cuarenta, sobre la base de un estudio mucho más detallado de los propios escritos de
Occam, y decididamente corregir algunos de los peores ciones interpretación errónea de su
predecesor, con razón, insistiendo en el proceso en el hecho de que la intuición de los no los
existentes es No entiende por Ockham ser engañoso, ya que se plantea SUP- a llevar a la cierto juicio
de que el objeto en cuestión hace no

existe. 4 Marilyn Adams en su libro de referencia de 1987 dedica un capítulo largo y finamente
sombreado para “La certeza y escepticismo en Epistemología de Ockham” y concluyó que
Ockham en el conjunto mostró pero muy poco interés en la cuestión de escepticismo y que su
pensamiento en general y su doctrina de la intuición de que no son los existentes, en
particular,

1 Todas las referencias a los escritos de Occam estarán a la edición crítica publicada bajo la supervisión del
Padre Gedeon Gál por el Instituto Franciscano, San Buenaventura,
NY, en dos series: eologica Opera Th ( Abrev .: OTH), 10 vols, 1967-1986.; y Opera Philosophica ( Abrev .: OPh), 7
vols., 1974-1988. A menos que se indique lo contrario, las traducciones de las citas en inglés son los nuestros.

2 Michalski, 1921, p. 9 (nuestra traducción). Para más información sobre la lectura de Ockham de Michalski, ver Panaccio, de

próxima aparición a.
3 Ver Gilson, 1937, especialmente las páginas 61-91: “E l camino al escepticismo”; y Pegis de 1944.

4 Ver Boehner, 1943, 1945, y Day, 1947.

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difícilmente puede ser visto como el comienzo de una tendencia escéptica a finales de Medi eval y la
filosofía moderna. 5 Y el académico francés Elizabeth Karger fue aún más lejos en un artículo reciente de
sostener que la tesis de Ockham sobre la intuición de que no son los existentes es impulsado en gran
medida por la fuerte
antiescéptico motivaciones. 6
Como resultado, el consenso actual es que las lecturas tradicionales de Ockham en la primera
mitad del siglo XX en general, se mis- guiados sobre estos temas. Es todavía muy lejos de ser
clara, sin embargo, ¿qué motivaciones precisas de Ockham eran para la celebración de las
posiciones más extrañas que se defendió sobre la intuición de que no son los existentes y qué
relación tiene exactamente su actitud sobre el tema tiene la cuestión de escepticismo. Th es lo que
nos proponemos volver a examinar en este documento. Vamos a recordar primero los
componentes principales de la doctrina relevante de Ockham, y luego medida que aumentaba
considerar lo teológico y filosófico razones que pudo haber tenido para ellos. Nuestra principal
conclusión será que, aunque tenía razones teológicas, en cierta medida, las características más
distintivas del pensamiento de Ockham en la materia se basan en una actitud propiamente filosófica
con respecto al conocimiento, que legítimamente puede ser etiquetado, en términos
contemporáneos, como una forma fuerte de confiabilismo.

Tesis de Ockham

Ockham describe repetidamente la cognición intuitiva como “este conocimiento de una


cosa en virtud de la cual se puede saber si existe la cosa
o no; ” 7 y él es muy explícita que “a través de un conocimiento intuitivo juzgo que no sólo
existe una cosa, cuando existe, sino también que no existe, cuando no existe. ” 8 Contra
Duns Escoto, quien en representación de Ockham-sostiene que la cognición intuitiva osos
“sólo de lo que realmente existe y está presente”, 9 la posibilidad de intuir cosas inexistentes
está claramente admitida por la Venerabilis Inceptor.

5 Adams, 1987, cap. 14, pp. 551-629.


6 Karger, 2004.
7 Ordinatio ( Abrev .: Ord.), Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 31 (con la cursiva es nuestra).
8 Quodlibeta Septem ( Abrev .: Quodl.), V, 5, OTH IX, p. 496; Engl. trad. Freddoso y Kelley, 1991, p. 414 (con el
subrayado es nuestro). principales desarrollos de Ockham sobre el tema se encuentran en Ord., Prólogo, quest. 1, OTH
I, pp. 30-39 y 70-71, Reportatio
(Abrev .: Reps.) II, quest. 12-13, OTH V, pp. 256-261, y Quodl. V, 5, OTH IX, pp. 495-500, y VI, 6, OTH IX,
pp. 604-607.
9 Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 33. En todo este desacuerdo entre Ockham y Scoto, ver el día de

1947.

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Entre los seres humanos, sin embargo, tales intuiciones, según él, sólo pueden producirse
milagrosamente. 10 En el orden natural, los seres humanos, piensa, pueden tener intuiciones
sensibles o intelectuales de las cosas existentes sólo, y cada vez que un intuitivo agarrar ocurre
naturalmente, que provoca en la mente un asentimiento evidente que la verdad contingente que
existe en la actualidad esta cosa, además de tales normalmente un número de otras sentencias
contingentemente verdaderos sobre la cosa, que es blanco, por ejemplo, o que se está moviendo
actualmente, y así sucesivamente. 11 Mientras las leyes de la naturaleza tienen, no hay tal cosa
para nosotros como una intuición de un ser inexistente. Th es cierto al menos para lo 'perfecto
cognición intuitiva' Ockham llamadas, que únicamente tiene que ver con tiempo presente juicios.
También admite de una 'cognición intuitiva imperfecta', que se defi ne como “que, en virtud de la
cual juzgamos que una cosa una vez fue o no.” 12

cognición intuitiva imperfecta, entonces, es una 'cognición recordative' ( cognitio recordativa), y


puede ocurrir de forma natural, por supuesto, incluso si su objeto ya no existe en el momento
del acto intuitivo: Podría recordar vívidamente algo que vi hace tan sólo unos minutos, pero que
ha dejado de existir en el ínterin. E l objetivo de esta cognición en tal caso resulta ser algo que
no existe en la actualidad. 13 Sin embargo, este no es el tipo de situación que nos interesa aquí, y
uno mismo Ockham a sí, en realidad, finalmente llega a la conclusión de que “un conocimiento
intuitivo imperfecta es simplemente un conocimiento de abstracción”, ya que no induce en
nosotros un verdadero juicio sobre la presente existencia de cualquier cosa. 14 D e tipo de casos
que queremos hablar, más bien, son aquellas intuiciones de los seres inexistentes que, según
Ockham, sólo pueden ser causadas en nosotros por la intervención milagrosa de Dios.

E l punto importante a tener en cuenta en este sentido es que lo que el conocimiento


intuitivo podría causar en nosotros en una situación de este tipo es el juicio evidente que lo
hace no existe. Incluso cuando milagrosamente

10 Ver Quodl. VI, 6, OTH . IX, pp 604-606: “Th primera e fi [conclusión] es que el poder de Dios no puede
haber un conocimiento intuitivo de un objeto que no existe [. . .] D e segunda tesis es que un conocimiento
intuitivo no puede ser naturalmente causada o conserva si su objeto no existe”(Engl. Transl. Freddoso y Kelley,
1991, pp. 506-507).
11 Para una mención explícita de estos otros juicios contingentes que pueden ser causados ​por cogniciones

intuitivas, además de los juicios de existencia, véase Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 31.

12 Reps. II, quest. 12-13, OTH V, p. 261.


13 Tenga en cuenta sin embargo que el juicio natural causada por una cognición como en este caso es no que
la cosa no existe más, sino sólo que existían hace un momento.

14 Reps. II, quest. 12-13, OTH V, p. 262.

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causados, e incluso cuando no existan sus objetos, cogniciones intuitivas para Ockham
siempre causan cierto juicios sobre la existencia o no existencia de sus objetos. Th es una
tesis peculiar, que iba en contra de la posición dominante en la filosofía medieval, tanto
antes como er popa Ockham, y que, paso Michalski, nunca fue muy infl uyente, como
Katherine Tachau, en particular, ha documentado ampliamente. 15

e Th doctrina, por otra parte, se hizo aún más extraño cuando Ockham hizo una pausa
para considerar el siguiente objeción. Imagine que tiene un agarre intuitivo producida
naturalmente de alguna cosa existente, mediante el cual se le causó a juzgar correctamente
que existe esta cosa, como sucede todo el tiempo en la vida normal. Y supongamos ahora
que Dios aniquila milagrosamente la cosa en cuestión, sin modificar en modo alguno el acto
intuitivo de comprender. Th es algo que puede hacer de acuerdo a la teología de Ockham,
ya que hay dos cosas muy distintas en esta situación: el objeto externo, por un lado, y el acto
intuitivo, por otro lado. En la teoría de Ockham, ahora debería ser inducidas a juez (con
razón una vez más) que no existe el objeto intuido. Lo que quiere decir que la misma
intuición que anteriormente causó un verdadero juicio de existencia ahora causa un
verdadero juicio de la no existencia. Sin embargo, la objeción va, ¿cómo puede la cosa esta
muy intuitiva mismo acto particular, es decir, las causas tanto un cierto criterio y su
contrario? dieciséis

La respuesta de Ockham es que cuando la cosa existe, el acto intuitivo es sino una parcial
causa de la sentencia que existe la cosa, la cosa misma, en esta circunstancia, siendo
otra causa parcial de este juicio. Por eso, escribe Ockham,

[. . .] I concede que la causa de estas sentencias [opuestos] no es la misma, ya que la


causa de uno de ellos es la cognición sin la cosa, mientras que la causa de la otra es la
cognición con la cosa como un adi- cional parcial porque. 17

D e bastante extraña imagen terminamos con es que cuando un conocimiento intuitivo


actúa solo, lo que provoca en la mente es un juicio de la no existencia, y cuando la cosa se
une, el total ef ect es Erent radicalmente diff sin la intuitiva actuar en sí ser modifi ed de
ninguna manera, como

15 Ver Tachau de 1988, EGP 124n .: “[. . .] Cuando los eruditos medievales antes y er popa Ockham hablaron
de una 'cognición intuitiva de un [objeto inexistente]' que ed generalmente específi que se referían a la
'cognición intuitiva de un objeto inexistente por el cual se percibe como presente y existente ' “.

dieciséis Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 56.


17 Ibid., P. 71.

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si la cosa externa independiente tenía algún efecto sobre ef nuestros juicios sin pasar por el
canal de nuestra aprehensión intuitiva de la misma! Y aún más sorprendentes
consecuencias de la teoría salen cuando se planteó la siguiente pregunta: ¿Qué objeto es
exactamente lo que estamos intuyendo cuando tenemos una intuición de una cosa que no
existe? La respuesta de Ockham era que el objeto intuido en tal caso, es la única cosa que
podría haber causado este mismo acto intuitivo si éste había sido causado de forma natural
en lugar de ser inducida milagrosamente por Dios. 18

Dado que, sin embargo, no se supone que este objeto en particular de existir en la situación, esta
respuesta le parece comprometerse firmemente a la atribución de un estatuto ontológico especial a la
mera possibilia: simplemente habría ninguna distinción, de lo contrario, entre este objeto particular
inexistentes que habría causado este acto intuitivo en circunstancias naturales, y cualquier otra cosa
que no existe edad. Y también parece implicar ciertas posiciones inesperadas acerca de la
causalidad: que en el orden natural, a saber, cualquiera dado ef ect sólo puede tener una causa
singular (aunque posiblemente compleja). Si, en otras palabras, UNA es una cosa singular que es, de
hecho causado por otra cosa singular segundo en el orden natural, entonces UNA no podía en
cualquier mundo posible, naturalmente, ser causado por cualquier cosa menos SEGUNDO. Que es de
hecho una tesis metafísica interesante, pero bastante fuerte como para mantener. . . Nada de esto,
obviamente, puede estar conectado a tierra en la evidencia empírica. D e la pregunta, entonces, es:
¿Qué fue exactamente lo que quiere Ockham esta peculiar doctrina de? ¿Cuáles fueron sus
motivaciones teóricas? Y eran ellos, en particular, predominantemente teológica, o qué algunos
adecuadamente filo- juegan consideraciones filosó- y epistemológicas, como vamos a mantener, un
papel decisivo en su adopción decidida por el Venerabilis Inceptor?

Razones teológicas

Dada su título profesional y los textos que estaba leyendo, es Ockham


prima facie probabilidades de haber trabajado a cabo algunas doctrinas teológicas que podrían haber
lógicamente implícita la tesis de la intuición de que no son los existentes. Hemos conservado cuatro
candidatos con el fin de comprobar esta hipótesis: (1) la omnipotencia divina; (2) omnisciencia divina;
(3) la visión beatifi c; (4) el conocimiento profético.

18 Quodl. I, 13, OTH IX, p. 76.

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Omnipotencia divina

Entre estos cuatro, la doctrina de la omnipotencia divina tiene un estatus DETERMINADO, ya


que es, por así decirlo, la condición de posibilidad para la tesis Ockhamistic de la intuición de
que no son los existentes, y la venerabilis Inceptor de hecho, utiliza explícitamente en apoyo de
la tesis. 19

Th ERE son dos maneras, en su opinión, para hacer explícita la idea de que Dios puede hacer
todo, excepto lo que es contradictorio. En primer lugar, Dios puede realizar inmediatamente por sí
mismo todo lo que normalmente lo hace por medio de causas secundarias. En segundo lugar,
teniendo en cuenta dos cosas distintas absolutos, en el lugar y el sujeto, Dios puede hacer que
uno de ellos existe sin el otro. Ambas declaraciones se aplican directamente al caso de la
cognición intuitiva. Se si- mínimos desde el primer uno que aunque Dios ha establecido el orden
natural de las cosas de tal manera que la causa directa de un normal- mente la intuición es un
objeto existente y presente, que puede producir de inmediato un acto intuitivo en cualquier
cognitiva poder, incluso si no existe el objeto de este conocimiento intuitivo. Y se desprende de la
segunda declaración de que Dios puede dar existencia a un acto intuitivo sin dar existencia a su
objeto, ya que el primero es una cosa absoluta, que es a nivel local y subjetivamente distinto de
este último.

Así que no hay duda acerca de esto: la omnipotencia divina es la doctrina sin la cual la
tesis de la intuición de que no son los existentes no sería posible en el pensamiento de
Ockham. Que hace no resultar del mismo, sin embargo, es que el acto intuitivo en tal caso
debería hacer que el verdadero juicio de que no existe la cosa. Habría sido totalmente
compatible con la omnipotencia de Dios que un acto intuitivo milagrosamente mantiene en la
existencia sin su objeto normal, entonces debe provocar en nosotros el mismo juicio que
normalmente se producirá si existía el objeto, que el objeto existe a saber, un juicio que a su
este caso especial sería simplemente falsa. Th es la forma en la mayoría de los autores
medievales que aceptaron la posibilidad de una intuición de los existentes no veían la materia,
y nada en el primer artículo del Credo católico “ Credo in Deum Patrem omnipotentem ”, Implica
diff erently. la omnipotencia de Dios, en otras palabras, es una condición necesaria, pero no
sufi ciente, condición para la tesis especiales de Ockham sobre la intuición de los seres
inexistentes.

19 Quodl. VI, 6, OTH IX, pp. 604-605.

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La omnisciencia divina

Ockham cae en la idea, comúnmente aceptada por los teólogos de su tiempo, que Dios conoce
no sólo a él, sino también todas las cosas ent PRESION, pasado, futuro e incluso posibles.
Propiamente hablando, debemos decir, Ockham piensa, que “Dios mismo, o de la esencia
divina, es una sola cognición intuitiva tanto de sí mismo y de cualquier otra cosa.” 20 Como Dios
conoce todas las cosas distintas de sí mismo, sin embargo, resultó ser un problema para el culto
difi pensadores medievales, que tenían que ser resuelto de conformidad con dos creencias
esenciales: la libertad incondicional de Dios y su simplicidad absoluta. D e la llave de la solución
se suele buscarse en la doctrina agustiniana de las ideas divinas, y Ockham a este respecto no
es una excepción. Sin embargo, él propone una interpretación completamente nueva de esta
doctrina, que, como veremos, tiene relación signifi cativa sobre la cuestión de la intuición de que
no son los existentes.

E l término 'idea', para él, es un término connotativo, y su significado, por lo tanto, puede
ser desplegada en una defi nición nominal, 21 la cual, sostiene, debe ser el siguiente: “una
idea es algo que se conoce por un principio intelectual efi caz que es tal que la asistencia a
la misma, este principio activo puede producir algo en el ser real”. 22 Para Ockham, la
cuestión es: ¿qué es lo que esta defi nición se aplica en el caso de Dios? er popa tras
examinar y desestimó misma esencia divina y tanto las relaciones y las relaciones de la
razón como posibles candidatos reales, se conjetura que como caracterización de las ideas
divinas, la defi nición se aplica de manera adecuada sólo para los propios animales. 23 Th es
vista original de Ockham sobre el tema: las ideas divinas son las criaturas ellos mismos, que
son conocidos desde siempre por el intelecto divino como seres posibles, a la que Dios
puede dar existencia real de una manera racional, precisamente, al mirarlos las
modalidades de producción. D e lo creatable es por sí mismo su propio arquetipo; y el mejor
efecto, puesto que es idéntica a

20 Ord. I, dist. 38, cuestio unica, OTH IV, p. 585.


21 Ord. I, dist. 35, quest. 5, OTH IV, p. 485. Es un principio fundamental de los tics seman- de Ockham que todos los
términos por contraste con lo que llama 'absoluto connotativos terms'-tienen una defi nición nominal, que hace que su
significado explícito. Véase a este su logicae summa I 10, OPh I, pp. 36-37. Una relación detallada de la función de defi
niciones nominales de Occam se proporciona en Panaccio, 2004, cap. 5, pp. 85-102.

22 Ord. I, dist. 35, quest. 5, OTH IV, p. 486.


23 Ibid., Pp. 488-489.

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sí mismo ! Ninguna entidad arquetípica intermedio intervenga en el proceso de la cognición de las


criaturas de Dios. 24

A condición de que tomamos las ideas son objetos de pensamiento que dan un plazo
para el acto divino de saber, es correcto, de acuerdo con Ock- jamón, para reclamar con la
tradición cristiana popa er Agustín, que Dios conoce todas las cosas que no sean el propio por
las ideas, que en términos Ockhamistic equivale a decir que Dios conoce las criaturas
agarrando las propias criaturas. Sin embargo, la idea no es más que la quo, aquel por el cual
se conoce otra cosa, o la proporción, la causa o el principio, del conocimiento de Dios, sino
más bien “ cognoscitur quod illud ”, 25 esa misma cosa que se conoce. Con el fin de crear las
diferentes cosas con sabiduría, Dios no necesita nada más que su propio conocimiento de la
criatura. Desde este conocimiento no es más que la propia esencia divina, Ockham termina
con la afirmación de que es porque Dios es Dios que conoce todas las cosas.

Th es radical y la posición ontológicamente sencilla tiene el mérito, primero y ante todo,


de ser consistente con dos ideas cruciales en el pensamiento de Ockham, a saber, la
singularidad ontológica de cada cosa, y la inmediatez epistemológica del conocimiento
intuitivo. Es en armonía, por otra parte, con las dos creencias dogmáticas mencionados
anteriormente. De hecho, se garantiza la libertad incondicional de Dios, puesto que nada
aparte de la mente divina es necesaria con respecto al acto de creación; y cuando no
comprometa la simplicidad absoluta de Dios, ya que muchas de las ideas tampoco lo son la
esencia divina, ni maneras Erent diff de concebir esta esencia como imitable, y si las ideas
se dice que están en Dios, que sólo significa que son conocidos por el.

Pero, ¿qué tipo de existencia hemos de atribuir a las criaturas la medida en que están tan
captados por la intuición divina? problema e Th surge si tenemos en cuenta la novedad del mundo
en relación con la eternidad divina (si tal cosa es posible): desde la eternidad, antes de la creación
del mundo, la mente divina debe haber concebido de todas las cosas, mientras que ninguno de
estos existió. E incluso si tenemos en cuenta la situación que prevalece er popa de la creación del
mundo, nos lleva a la conclusión de que hay un montón de cosas que Dios está conociendo como
las cosas que se podrían crear, pero que sabe que nunca daremos la existencia de, como en
oposición a las cosas que él

24 Varios estudios se han dedicado a este tema en Ockham. Véase, en particular: Adams, 1987,
especialmente cap. 24, pp 1033-1063.; Biard, 1999, especialmente pp 67-85.; Maurer, 1999, especialmente
cap. 5, pp 205-228.; Michon, 2002; Robert, 2003.
25 Ord. I. dist. 35, quest. 5, OTH IV, p. 507.

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en realidad ha decidido crear. Dios, entonces, debe ser visto, en el pensamiento de Ockham, como
un solo acto intuitivo que está conociendo desde siempre un número infinito infi de cosas que no
existen. De lo cual se deduce que la intuición de que no son los existentes, antes de ser una
posibilidad lógica para el caminante, es un verdadero acto de Dios. Por otra parte, desde la
fundación de la creación es una intuición no creada de todas las cosas creatable que podría existir
pero no existe todavía, y quizás nunca existirá, lo que es lógicamente posible que el caminante-a
saber, la intuición de que no son los existentes, se funda en la necesidad absoluta de la primera
bienestar.

Como cuestión de hecho, el vínculo entre el conocimiento divino y la intuición de los


existentes no se extrae dos veces de forma explícita por el propio Ockham. En la primera
pregunta de la Prólogo del Ordinatio, er popa haber con- cluded que el conocimiento intuitivo
de una cosa inexistente es posible, Ockham escribe que es claro por lo tanto cómo Dios sabe
con evidencia de que no existen las criaturas, cuando no existen, al igual que él sabe con
pruebas que existen, cuando existen, ya que Dios tiene el conocimiento intuitivo de todas las
cosas, existente, así como inexistente. 26 Y en su

Quodlibeta VI, la pregunta 6, Occam sostiene que no existe ninguna contradicción que lo
que no es real debe ser el objeto de una intuición, siempre que pueda existir como un ser
en acto o que ya existía como tal. Razón por la cual, añade, “vio Dios desde la eternidad
todas las cosas creatable, aunque no fueran nada.” 27

Una vez más, sin embargo, esta comprensión del conocimiento de Dios como que implica un
conocimiento intuitivo de los existentes no son, de ninguna manera implica que tales intuiciones
deben causar verdaderos juicios de inexistencia cuando milagrosamente se producen en los seres
humanos. Incluso si Dios se acredita con un agarre intuitiva e inmediata adecuada de cada ser
posible, como sostiene Ockham, esto no se produce prima facie razones para creer que humano

actos intuitivos nunca son engañosos. intuiciones humanas, popa er todo, son un Erent
completamente diff tipo de realidad que la intuición divina, este último, en vista de Ockham, que es
idéntico con el mismo Dios. la teología de Ockham aquí, sin embargo estrechamente relacionada con
su ontología y epistemología en general, no puede dar cuenta de las peculiaridades distintivas de su
teoría de la intuición de que no son los existentes en los seres humanos, al igual que su teología de la
omnipotencia divina lo hizo.

26 Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 39.


27 Quodl. VI, 6, OTH IX, p. 607.

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Beatifi c Visión

Teniendo en cuenta la idea Ockhamistic de Dios como un conocimiento intuitivo infi nita de
todas las cosas creatable, se podría estar tentado a concluir que la bendita que ve la esencia
divina tendrían entonces en sí mismo la intuición de algunas cosas que no existen. e Th
razonamiento sería el siguiente: la esencia divina, que es una cognición infi nita, es una
representación perfecta de cualquier cosa, existente o inexistente; pero la visión beatifi c
consiste precisamente en el agarre por un solo acto de la intuición de la esencia divina y todo
lo que representa; el bendito, por lo tanto, llega a conocer de forma intuitiva (aunque de una
manera mediata), que no existen algunas cosas. Si este razonamiento era correcto, la tesis
de la intuición de los existentes no se derivarían de la doctrina de la visión beatifi c, y por lo
tanto tendría una razón teológica adicional fuerte a favor de ella. Ockham, sin embargo,
habría negado tanto el principal y los locales menores de la discusión.

Para ver por qué la premisa mayor debe ser rechazada desde un punto de vista hamistic
Ock-, debemos recurrir al análisis del verbo 'representar' en de Ockham Quodlibeta IV, 3, en
la que aborda explícitamente el tema de la visión beatifi c. 'Para representar', dice allí, se
puede tomar en tres sentidos: (1) el primer significado Fi “a ser que por medio de la cual
algo se ha conocido, en la forma en que algo se ha conocido por medio de un
conocimiento”: una representación en este sentido es el acto en sí cognitiva; (2) en el
segundo sentido, “ 'representan' se da por lo que es tal que una vez que se ha conocido,
algo más se ha conocido”, como en el caso de una imagen que lleva a la cognición de lo
que representa por medio de la memoria; (3) en el tercer significado, fi nalmente, “
'representan' se da por algo que causa una cognición, en la forma en que un objeto o un
intelecto provoca una cognición.” 28

Ahora, Dios de Occam es una representación en el primer sentido de la palabra, ya que es un


conocimiento de todas las cosas. Sin embargo, en este sentido, que repre- senta solamente para sí
mismo, ya que su esencia es un conocimiento por el cual no es otro que él mismo está conociendo. 29
En el segundo sentido, Ockham cree que es posible que Dios sería una representación de algunas
cosas para alguien que no sea él mismo. D e la persona que tendría una cognición de Dios sería
entonces ser conducido, por la mediación de un conmemorativa

28 Quodl. IV, 3, OTH IX, p. 310 (Engl. Transl. Freddoso y Kelley, 1991, p. 257).
29 Ibid., Pp. 310-311.

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la cognición ( recordativa notitia), de pensamiento abstracto de una criatura que hubiera visto o
conocido antes. 30 Sin embargo, un conocimiento tal de ser abstractiva, ninguna intuición de los
existentes no está involucrado en este caso. De acuerdo con el tercer sentido del verbo 'representar',
fi nalmente, es verdad que Dios representa todas las cosas, pero como, no una causa natural
voluntaria. En este sentido, Dios, si quisiera así, podría, por supuesto, hacer que la visión de
cualquier criatura dada en el intelecto bendita, pero el proceso causal, entonces, no sería ni es
preciso proceder ni natural. 31 Aunque entonces podría ocurrir, ya que una intuición de los existentes
no se trata de algo que Dios puede inducir en anybody-, no se seguiría automáticamente sobre la
captación beatifi c de la esencia de Dios, sino que dependerá de una intervención divina especial
adicional. 32

En cuanto a la premisa menor del argumento formulado anteriormente, también debe


ser rechazada en los términos de la doctrina de la visión beatifi c de Ockham. Beatifi visión
c, según él, es de hecho un acto simple e intuitiva, y uno directo ( recto) ya que es un
conocimiento de la cosa vista y no un conocimiento de la cognición de esta cosa (en cuyo
caso sería un acto reflexivo refl). 33 Pero para que tal acto sea beatifi c, según Ockham, es
suficiente para que tenga precisamente por objeto la esencia divina y nada más, o, dicho
de otro modo, es suficiente para que el catión beatifi esencial de un intelecto que Dios hace
en ella una visión de su esencia, sin inducir la intuición de las criaturas. 34 Contrariamente, a
continuación, a lo que se supone en la premisa menor del argumento anterior, no es
necesario para que un acto sea beatifi C que cualquier cosa además de Dios debe ser
intuida por ella.

En resumen, la doctrina de la visión Ockhamistic beatifi c no distintivamente requiere la


tesis de la intuición de que no son los existentes. Para el bendito, así como para el
caminante, este tipo de intuición es un evento sobrenatural especial que sólo se produce si
Dios decide intervenir de esta manera.

30 Ibid., P. 311. Véase también Quodl. IV, 5, p. 319 (Engl. Trad. Freddoso y Kelley,
pag. 263): “[. . .] Que ve Dios no ve claramente todas las cosas que Dios ve. Aún así, él es de hecho capaz de
conocer todas esas cosas abstractivamente [. . .]”.
31 Quodl. IV, 3, p. 312.
32 Ver Reps. IV, quest. 15, OTH VII, p. 326: “[. . .] Se puede razonablemente que postula a Dios cuando causando un
acto de visión con respecto a su propia esencia también puede causar un acto con respecto a una o varias criaturas,
ya que le agrada [. . .]”
33 Ver Reps. IV, quest. 15, OTH VII, p. 329.

34 Véase a este todo el desarrollo de Reps. IV, quest. 15, OTH VII, pp. 318-339.

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108 Claude Panaccio y David Piché

El conocimiento profético

Existen prima facie razones para pensar que el conocimiento profético, como se describe en la
Biblia, implica algo así como la intuición de los existentes no. Profetas a veces se refieren a
tener visiones tenido de cosas que no existían en el momento de las visiones. Ezechiel, por
ejemplo, afirma haber visto claramente en una visión de la reconstrucción del templo de
Jerusalén con todos los detalles de su nueva estructura arquitectónica. 35 Y Amos describe una
serie de cosas que Dios mostró a él en visiones: una nube de langostas, herramienta de albañil,
o una cesta de frutas. 36 E l profeta en estos casos, presumiblemente sabe que no existen
actualmente los objetos singulares de estas visiones, incluso si piensa que ellos puedan llegar a
existir bajo ciertas circunstancias. Podría conjeturarse, entonces, que la doctrina de la intuición
de que no son los existentes de Ockham fue específi camente diseñado para dar cabida a estas
visiones proféticas.

propia descripción del conocimiento profético de Ockham, sin embargo, explic- tamente deja
abierto que podría ocurrir sin el apoyo de alguna cognición tivo intui-. En Quodlibeta IV, 4,
reconoce tres posibilidades Erent diff. 37 D e la primera de ellas, es cierto, es que el profeta
podría tener un conocimiento evidente de una proposición contingente futuro (por ejemplo, que
la Virgen dará a luz) sobre la base de un conocimiento intuitivo de lo que los términos de esta
proposición representan. Dado que las intuiciones requeridos a continuación se refieren a las
cosas que no existen en el momento en que se produce el ción revelaciones, Dios mismo, en
esta hipótesis, debe haber causado sobrenaturalmente estas intuiciones en el intelecto del
profeta, y que debe ser tal que una vez que se son tan causado, el profeta sabe que estos
objetos no lo hacen actualmente existen. Lo que corresponde de hecho estrechamente a la
descripción típica de Ockham de las cogniciones intuitivas de seres inexistentes. Pero el
problema es que Ockham también admite otras dos formas aceptables de contabilidad de
conocimiento profético. En uno de ellos, Dios causaría directamente en el intelecto del profeta
un asentimiento evidente para una proposición contingente futuro sin la intermediación de
ningún conocimiento intuitivo. En el otro, Dios haría que en el intelecto profética un acto de fe (o
creencia) en lugar de un conocimiento evidente, en cuyo caso, obviamente, ninguna intuición
del todo estaría implícito. Ockham, entonces, concluye, no sin un toque de humor, lo que una
de estas posibilidades era

35 Ver ezechiel 40.


36 Ver Amos 7-8.
37 Quodl. IV, 4, OTH IX, pp. 317-318.

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confiabilismo de Ockham 109

de hecho, se dio cuenta en la mente de los profetas, él simplemente no sabe ya que este
no ha sido revelado ( “ quid de facto sentarse Nescio quia non est mihi revelatum “). . . 38

E l caso del conocimiento profético, por lo tanto, nos lleva a un resultado siva no deci- con
respecto a nuestro interrogatorio inicial. A pesar de la ocurrencia de las cogniciones intuitivas
de seres inexistentes es reconocido por Ockham como una posibilidad en estos casos, esto
difícilmente podría haber sido su principal motivación para la doctrina: ya que él también
admite otras posibilidades, entre las que se niega a elegir al final, no se puede concluir que la
concepción de lo que la profecía Ockhamistic asciende a, inevitablemente, exige la tesis de la
intuición de que no son los existentes como él lo entiende.

Nuestra conclusión general, en este punto, debe ser que entre las cuatro teorías teológicas
que hemos considerado, solamente omnipotencia divina tiene, en el contexto del pensamiento de
Ockham, un impacto directo en la posi- bilidad de las cogniciones intuitivas de cosas inexistentes
por la mente humana, pero que no es sufi ciente en sí mismo para dar cuenta de lo que es más
específi ca acerca de la doctrina de Ockham en la materia, a saber, que tales intuiciones, en caso
de producirse, causarían cierto sentencias de no existencia. omnisciencia divina, por el contrario,
no implicaría, como Ockham sub destaca que, para que Dios tiene un conocimiento intuitivo
directa y adecuada de los seres inexistentes, pero no tiene consecuencia alguna sobre la
cognición humana. En cuanto a la visión beatifi C y conocimiento profético, resulta que pudieran
producirse, a la vista de Ockham, sin ningún tipo de intuición humana de los seres inexistentes.

Las preocupaciones filosóficas

Th está siendo ed Clarifi, nuestra opinión es que la doctrina distintiva de Ockham de la intuición
de los existentes no se basa en lo que se llama hoy en día una actitud básicamente
'confiabilista' con respecto al conocimiento humano. Con el fin de hacer el punto, vamos a
primera delimitar nuestra interpretación de un intrigante sugerencia recientemente propuesto
por Elizabeth Karger, según el cual lo que Ockham realmente busca con esta doctrina era
neutralizar las consecuencias escépticos radicales que se reconoce la posibilidad de engaño
divina, de otro modo implicar. Y vamos a explicar a continuación,

38 Ibid., P. 318.

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nuestra propia visión de cómo la posición de Ockham sobre el asunto está relacionado con la cuestión
filosófica de escepticismo.

El engaño divina

D e la posibilidad teológica de que Dios nos debe engañar incluso en nuestras experiencias
más vívidas parece implicar algún tipo de escepticismo radical. ¿No podría ser, a popa er todo,
un cerebro en una cubeta o un ser puramente espiritual manip- ulados por algunas razones
misteriosas por un Dios omnipotente? Elizabeth Karger, en un artículo reciente, contrasta
Ockham y Adam Wodeham en esto. Wodeham, dice, se muerde la bala y subvenciones “que
no podemos saber de cualquier cosa externa, más precisamente, de cualquier cosa que no sea
nuestra propia mente que existe.” 39 “Ockham, por otra parte,” Karger afirma, “evitar esta
consecuencia”; 40 y cómo lo hizo, ella sostiene, fue precisamente con su doctrina de la intuición
de que no son los existentes. vista de Ockham, según Karger, era que la posibilidad de decep-
ción divina, que sí reconoce-se traduce “epistemológicamente inofensiva” 41

por la teoría en cuestión:

[. . .] En la doctrina de Ockham, cuando estoy percibiendo una cosa, como ahora estoy percibiendo
un árbol, y me parece evidente, en virtud de la percepción que estoy teniendo de él, que la cosa
existe, lo que hizo para juzgar que existe, puedo descartar la posibilidad de que Dios me engañan
en la forma que acabamos de describir. 42

Si Karger es correcta, que debe haber sido una de las principales motivaciones de Ockham para
sus tesis peculiares en la intuición de los seres inexistentes para neutralizar filosóficamente la
posibilidad teológica salvaje que debemos ser engañados radicalmente por Dios en nuestros
juicios existenciales sobre las cosas externas .

Th ERE es mucho hallamos estar de acuerdo con la interpretación de Karger, pero ella va un poco
demasiado lejos, pensamos que, al pretender que una cognitiva humana

39 Karger, 2004, p. 229. Su-totalmente convincente son las referencias a las preguntas 2 y 6 del prólogo de
Wodeham a su Secunda lectura en librum primum Sententiarum, ed.
R. Wood, San Buenaventura, Nueva York, Th e Instituto Franciscano, 1990, vol. I, pp. 34-64 y 143-179. Ver egp 169: “No
tal juicio [acerca de la existencia de alguna cosa externa] es simplemente evidente con una evidencia de que excluye
cualquier posible duda”; y P. 170: “En virtud, sin embargo, de un conocimiento intuitivo [. . .], Se puede evidentemente ser
juzgado que existe una blancura a menos que Dios nos está engañando ”(cursiva por nosotros).

40 Karger, 2004, p. 229.


41 Ibid., P. 225.
42 Ibid., P. 232.

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confiabilismo de Ockham 111

agente podría estar en condiciones de gobernar fuera por su cuenta, por así decirlo, la posi- bilidad
de que actualmente se engañado por Dios. Como señala con razón Karger, Ockham hace admitir la
posibilidad de que Dios nos engañan en cualquier momento que así lo elige, al causar directamente
en nosotros una falsa convicción acerca de la existencia de algunas cosas externas. 43 En tal caso, la
falsa convicción no sería causado por un acto intuitivo, sino directamente por Dios, y esto no sería,
por tanto, una situación en la que un conocimiento intuitivo engaña al agente. Sin embargo, el agente
de hecho podría ser inducido a error: “Y a través de un acto de creencia”, Ockham dice, “ una cosa
puede parecer estar presente cuando está ausente. ” 44 Nada indica que Ockham quería dotar a los
actos intuitivos con características subjetivas especiales que permitan el agente para distinguirlas de
las apariencias falsas milagrosos. Nunca se puede descartar completamente, entonces, la posibilidad
de que esto es lo que es actualmente HAP Pening cuando algo parece a estar presente para nosotros.

Comparar, en particular, las dos situaciones siguientes: en primer lugar, la normal, en


la que tengo un agarre intuitiva de algo, y con razón juzgo, porque de este agarre, que la
cosa existe; y en segundo lugar, la situación milagrosa en la que Dios aniquila lo externo,
pero mantiene este mismo conocimiento intuitivo que existe dentro de mí, neutralizando
su importancia causal, provocando en mí una vez falso juicio de existencia. Nuestro punto
es que Ockham es totalmente auto-consciously- y comprometido con la posibilidad de la
segunda situación, y que esas dos situaciones, en su opinión, sería totalmente
imperceptible entre sí para el agente. Lo que en última instancia, que distingue a la
segunda situación de la primera es cómo se produce el fallo de la existencia: es causada
por el acto intuitivo en la situación normal, y directamente por Dios en la situación
milagrosa. Pero este tipo de vías causales, por Ockham, no son introspectivamente
perspicaz al agente.

Es cierto, por supuesto, que si la proposición de que existe este árbol me parece
evidente en virtud de mi conocimiento intuitivo del árbol existente, entonces podría no ser el
caso de que el árbol no existe. No puede ser al mismo tiempo el caso, en otras palabras,
que mi conocimiento intuitivo es causada por el árbol existente y que el árbol no existe: esto
sería una contradicción simple. Pero el punto es que nunca puedo, en el enfoque de
Occam, descartar completamente la posibilidad de que tanto el intuitivo

43 Quodl. V, 5, OTH IX, p. 498.


44 Ibid., P. 498; Engl. trad. Freddoso y Kelley, 1991, p. 416 (ligeramente modificado; cursiva por nosotros).

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112 Claude Panaccio y David Piché

cognición y mi juicio de existencia están directamente causado por Dios, mientras que lo externo no
existe. Desde la sentencia existencial sería entonces falsa, lo que todos los importes que es que nunca
se puede descartar la posibilidad de que yo actualmente estoy siendo engañado precisamente de esta
manera. principio Ockhamistic generales d e la que se aplica aquí es que lo que está en la mente del
agente en un momento dado es una cali- dad mentales distintas, y que, en consecuencia, podrían en
principio ser mantenido en existencia por Dios, cualesquiera que sean las condiciones contingentes
externos son . Sin embargo, es que me siento internamente, en otras palabras, cualquiera que sea la
calidad y mental está presente en mí, siempre es lógicamente compatibles con Dios engañarme. D e la
posibilidad, entonces, que actualmente estoy siendo engañado radicalmente por Dios en cuanto a lo
que está sucediendo a mi alrededor, simplemente no se puede descartar a cabo sobre la base de mis
estados de acceso interno de la mente. Th es directamente se desprende de algunas de las posiciones
más profundamente arraigados de Ockham, y casi no podía haber dejado de notarlo. Nuestra
convicción, de hecho, es que él habría concedido el punto sin escrúpulos y que esto es justo lo que
estaba haciendo, de hecho, cuando escribió, como se cita anteriormente, que a través de la
intervención milagrosa de Dios, “una cosa que puede parecer estar presente cuando se está ausente."

Si es así, el punto principal de la doctrina de la intuición de los existentes no de Ockham no


puede haber sido para neutralizar el escepticismo epistemológico inducida por tales posibilidades
radicales.

La fiabilidad de la intuición

Pensamos, sin embargo, que hay una cierta motivación antiescéptico para la doctrina de Ockham,
pero de una marca más modesta, por así decirlo: una motivación confiabilista saber. Confiabilismo,
en la filosofía reciente, es la idea de que una creencia está justifi cado medida en que ha sido
causado por un proceso fiable, la fiabilidad de un proceso, en este vocabulario, siendo su tendencia
a causar verdaderos juicios. 45 Confiabilismo normalmente va de la mano con algún tipo de externismo en
la epistemología, que es la tesis de que una creencia es justifi la medida en que ciertos factores
externos están presentes: la cantidad de una creencia es justifi para un determinado agente en este
punto de vista, no es simplemente una cuestión de lo que es subjetivamente accesible al agente, de
cómo se siente por decirlo así, sino que depende más bien de si determinado objetivo

45 Para una presentación corta y bien informado de confiabilismo, véase Goldman, 1993. En la filosofía
reciente, la posición ha sido promovida en particular por Armstrong, 1973, Goldman, 1986, y Sosa, 1991,
entre otros.

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confiabilismo de Ockham 113

condiciones de hecho tienen, independientemente de si el agente es consciente de ello o no. En un


enfoque confiabilista, estos factores no subjetivos tienen que ver con la forma en realidad fue
causada la creencia. Ahora bien, esto es lo que tenemos en Ockham. En el sentido fuerte, un
conocimiento auténtico está defi nida por él como un 'evidente cognición'; 46 y una cognición, en su
vocabulario, se dice que es 'evidente' no sólo cuando se toma por el conocedor como
subjetivamente cierto, sin embargo fuerte esta convicción podría ser, pero cuando (1) se apoya
sobre una cierto proposición, y (2) “que es apto para ser sufi cientemente causado, mediata o
inmediatamente, por la cognición incomplex de los términos [de esta proposición].” 47 Th en una
creencia, entonces, debe ser por lo justifi cado como para ser llamado 'conocimiento' depende de
dos factores externos. D e la primera de ellas es que la creencia tiene que ser verdad. Ni siquiera
Dios podría inducir en mí un evidente conocimiento de algo falso: esto simplemente sería
contradictorio. 48 Y la verdad de una proposición, por supuesto, por lo general depende de cómo es
realmente el mundo, no en cómo se siente el agente. Pero es sobre todo la segunda condición que
es de interés para nosotros en el presente contexto. E l estado cognitivo de una creencia, para
Ockham, depende de la forma en que se produce, que es algo que el agente podría no ser
consciente de: Ockham, de esta manera, con decisión resulta ser un externalista en la
epistemología. 49 Y lo que, en su perspectiva, el recinto 'evidencia' de una cognición es que el
proceso causal en cuestión debe ser naturalmente fiable.

E l último punto es el que queremos hacer hincapié. En el orden natural, el proceso cognitivo
Ockham tiene en mente se puede dividir en dos etapas. En primer lugar, la cosa externa,
cuando está presente y las condiciones son favorables, provoca un acto intuitivo en la mente
del agente. Y en segundo lugar, este acto intuitivo a su vez hace que el agente para dar su
consentimiento a la proposición verdadera contingente que la cosa existe. Ockham,
suponemos, parece haber pensado que la fiabilidad del conjunto epistemológico

46 Exp. en libros Physicorum Aristotelis, Prólogo, paragr. 2, OPh IV, p. 6. Ockham en este pasaje distingue
cuatro sentidos del término 'conocimiento' ( scientia), y sólo el más débil-según el cual ciertas cosas se dice
que ser conocido cuando se cree que sobre la base de fiables testimonios-no hace uso de la noción de
'evidente cognición'. Véase a este Panaccio, de próxima aparición segundo.

47 Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 5.


48 Ver Quodl. V, 5, OTH IX, p. 408: “[. . .] Dios no puede provocar en nosotros una cognición a través del cual se haría evidentemente
nos parece que una cosa está presente cuando está ausente, ya que esto implica una contradicción”(trad Engl Freddoso y
Kelley, 1991, p 415;... itali- cized por nosotros).

49 Para una discusión detallada sobre este tema, consulte Panaccio, en preparación do, especialmente la sección 3: “Epistémica

externismo”.

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114 Claude Panaccio y David Piché

proceso requiere la fiabilidad independiente de la segunda etapa. Lo que equivale a decir, tal
como lo hizo, que los actos intuitivos, una vez que ocurren, deben causar natural verdaderos
juicios existenciales. Dios, por supuesto, podría prevenir milagrosamente a un conocimiento
intuitivo dada de causar cualquier cosa y en lugar de eso podría causar una falsa convicción
dentro del agente es aquí donde la posibilidad de engaño divina viene in-, pero el punto es
que si el acto intuitivo debe causar un juicio existencial en absoluto, entonces será un juicio
verdadero, incluso si la primera etapa del proceso ha sido manipulado de forma
independiente por Dios. De lo cual se deduce que si Dios ha escogido para causar un acto
intuitivo a sí mismo, mientras que no existía el objeto externo, el juicio existencial provocada
por este acto debe ser intuitiva que lo hace no existir, como sostiene Ockham. Lo que quiere
Ockham, en otras palabras, es que el proceso cognitivo natural que se desencadenó en el
interior del intelecto por un acto intuitivo debe ser independiente fiable, a pesar de que el
agente no suele ser consciente de cómo funciona. No sólo esta actitud confiabilista cuenta
sin problemas para su tesis más distintivo de la intuición de que no son los existentes (que
conduce a juicios verdaderos de la no existencia, a saber), pero es consonante, por otra
parte, con algunas declaraciones muy explícitas que hace acerca humana cognición. En el Reportatio,
por ejemplo, que se adhiere al principio de que nuestros procesos intelectuales no deben ser
tomadas por los filósofos a ser intrínsecamente engañosa: “lo que lleva al intelecto por error
no debe ser postulada en el intelecto.” 50 Th es el principio, es cierto, se produce en la
formulación de una objeción dirigida a él sobre la cognición intuitiva, pero su respuesta deja
claro que él no lo acepta, y que la cognición intuitiva, en su opinión, “de ninguna manera
conduce el intelecto por error ”, si es causado natural o sobrenaturalmente, y si existe o no
su objeto externo o no. 51 Y deja claro en el

Ordinatio que la característica principal que quiere para la cognición intuitiva es que debe ser tal que
pueda inducir al intelecto para verdaderos juicios existenciales, cualquiera que sea su propia causa debe
ser:

Es sufi ciente para la cognición intuitiva que cada vez que se produce, debe Suffi ce por sí mismo
para la producción de un juicio correcto sobre la existencia o no existencia de una cosa. 52

50 Reps. II, quest. 12-13, OTH V, p. 281.


51 Ibid., Pp. 286-287.
52 Ord., Prólogo, quest. 1, OTH I, p. 70.

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confiabilismo de Ockham 115

actos intuitivos intelectuales humanas constituyen una clase natural de las cualidades Tal
hombres- para Ockham. e Th principio de la omnipotencia divina como él entiende que implica,
como hemos visto, de que tales cualidades pueden ser causados ​por Dios, incluso si no existen
los objetos normales. Y también implica que sus propios poderes causales pueden ser
neutralizados por Dios si así lo desea. Pero lo que resulta ser esencial para ellos, en vista de
Ockham, es su fiabilidad natural: una vez que llegan a existir, ya sea de forma natural o
sobrenaturalmente, entonces el proceso causal que son parte de (junto con la cosa, si es que
existe) tienden naturalmente para causar verdaderos juicios sobre la existencia (o no existencia)
de sus objetos.

Es cierto, como Elizabeth Karger ha demostrado, que en los casos de las ilusiones sensoriales,
Ockham admite que nuestros asimientos intuitivos pueden tender a inducir en nosotros ciertos juicios
falsos. 53 Al ver un palo de medio sumergido en el agua, por ejemplo, puede tender a causar en mí la
creencia errónea de que el palo se rompe. 54 Pero, como Karger también ha insistido con razón, estos
fenómenos se producen sólo en circunstancias especiales, y los juicios falsos inducidos por tales
ilusiones siempre se puede resistir, por ejemplo, alguien que esté familiarizado con la refracción. Y
ilusiones sensoriales, sobre todo, no impiden cualquier acto intuitivo dado a además hacer juicios
verdaderos contingentes, sobre la existencia de ciertas cosas en particular. Dentro de estos límites,
entonces, cogniciones tivos intuiciones pueden todavía decirse que son esencialmente fiable para
Ockham. Th es confiabilista perspectiva, sobre todo, tiene una consecuencia crucial para la cuestión
de escepticismo: se hace posible que los seres humanos

a saber, evidentemente, ciertas verdades contingentes sobre las cosas externas. Y esto es a pesar
de que, paso Karger, nunca se puede descartar completamente la posibilidad de que Dios
actualmente nos está engañando. Para ver el punto, recordemos que un conocimiento evidente,
por Ockham, es un juicio verdadero inducida naturalmente en nosotros por el conocimiento de
esas cosas singulares que los términos de componentes de la proposición creído refiere a. Me
puede decirse, por ejemplo, a saber, evidentemente, que esta cosa delante de mí es blanco
cuando mi creencia de que es blanco es cierto, y causó, además, por mis conocimientos intuitivos
de la cosa en cuestión y de su blancura . Th es, básicamente, es lo que ocurre, según Ockham,
cuando se produce un conocimiento intuitivo en mí (a menos que, por supuesto, sus poderes
causales deben ser neutralizados sobrenaturalmente). Contrariamente a Wodeham,

53 Véase Karger, 1999, especialmente pp. 218-220. desarrollo relevante de Ockham está en

Ord. I, dist. 27, quest. 3, OTH IV, pp. 243-251.


54 Ord. I, dist. 27, quest. 3, OTH IV, p. 247.

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116 Claude Panaccio y David Piché

a continuación, Ockham puede conceder sin reserva la posibilidad del conocimiento contingente
humano de la existencia de las cosas externas. Karger en esto es absolutamente correcto.

Sin embargo, esto sigue siendo compatible con la posibilidad sobrenatural de radicales
engaño divina, porque es sufi ciente para el conocimiento humano, según Ockham, que las
condiciones causales relevantes deben ser fulfi LLED de hecho. No se toma que sea necesario,
además, que debemos saber que son tan fulfi LLED. Ockham, en otros términos, de acuerdo con
reliabilists modernas que el conocimiento de primer orden no requiere que el agente debe tener
ningún conocimiento de segundo orden sobre su propio conocimiento: Puedo tener el
conocimiento evidente que existe una cierta cosa sin tener el conocimiento evidente que tengo
este conocimiento. Así que incluso si no puedo descartar la posibilidad de que Dios actualmente
me engaña, si mi creencia de que existe una cosa determinada (o no) es, de hecho
correctamente causada por mis conocimientos intuitivos, entonces yo no tengo un conocimiento
evidente que la cosa existe (o no). confiabilismo ef caz contadores escepticismo de Ockham
entiende como la tesis de que los seres humanos pueden Nunca tener ningún conocimiento
evidente de las cosas externas, pero lo hace sin neutralizar la posibilidad radical que la mayoría
de nuestras creencias existenciales podría llegar a ser falsa, debe ser Dios nos engañan.

Conclusión

motivación básica de Ockham por su doctrina distintiva de la intuición de que no son los existentes,
en definitiva, debe haber sido que al mismo tiempo sirve pre- omnipotencia de Dios tanto y la
fiabilidad de las cogniciones intuitivas respecto de las sentencias existenciales. D e la primera de
estas dos ideas es, sin duda, de un carácter teológico, pero lo que equivale a en ef ect en el
contexto actual es la concesión de la lógico posibilidad de que debemos ser radicalmente mal en
nuestras creencias sobre el mundo externo. En cuanto a la tesis confiabilista, también puede
atribuirse plausiblemente un terreno teológico en el pensamiento de Ockham: su convicción de que
los procesos intelectuales humanos son básicamente fiable presumiblemente debe mucho a su
confianza en la bondad y la sabiduría del Creador. Pero también se presenta como una exigencia
filosófica de su propia dentro del sistema de Ockham la medida en que se produce por una
empresa filosófica general en el que él claramente estaba comprometida: la de explicar la
posibilidad del conocimiento humano sobre la base de los procesos causales naturales.

Podía haber seguido de otro modo, sin duda, que por medio de sus propias tesis sobre la
intuición de que no son los existentes. Podría haber sido

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confiabilismo de Ockham 117

sufi ciente, por ejemplo, que nuestros procesos cognitivos debe ser fiable bajo circunstancias
no sólo milagrosos; la fiabilidad de las intuiciones humanas de cosas que no existen,
entonces, no habría sido llamado para. Pero Ockham, al parecer, estaba convencido de que
la parte interna del ser humano intuitivo proceso de la parte que va en solamente dentro de la
mente-tuvo que ser independientemente fiable, de tal manera que lo que se debe Juez ción
dentro del intelecto cuando ocurre varía en función de si existe el objeto externo o no. Th es
igual a decir que una vez que un acto intuitivo se provoca dentro de un intelecto humano por
cualquier causa externa, que, naturalmente, tiende a su vez a causa de este intelecto algunos
juicios verdaderos contingentes. Th es decir, en último análisis, el núcleo de la marca
distintiva de Ockham de confiabilismo filosófica; y sus más sorprendentes tesis sobre la
intuición de que no son los existentes dependen directamente de él. 55

referencias

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Los hijos de Scribner. Goldman, Alvin I. 1986. Epistemología y cognición. Cambridge, MA: Harvard
University Press.

55 Una versión preliminar de este documento fue leído en el taller internacional sobre las raíces de la antropología
occidental, “E l Condición Humana”, que se celebró en Victoria, BC, en agosto de 2005. Queremos agradecer a los
participantes por sus comentarios útiles en esta ocasión. Un agradecimiento especial también se deben a la Ciencias
Sociales y Humanidades del Consejo de Investigación de Canadá y al Programa Canadiense de Investigación Sillas por
su generoso apoyo.

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118 Claude Panaccio y David Piché

- - . 1993. “confiabilismo”. En Dancy y Sosa, 1993, 433-436.


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