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EXAMEN DE LENGUA

1. Lee el siguiente texto y contesta a las preguntas (5p)

Desde aquel día el niño Jacobo –el más grande ladrón de todos los tiempos– se habría
ya de pasar las horas muertas leyendo y leyendo. Con el tiempo aprendió incluso a
dividir las palabras en grupos: estaban primero los sustantivos, muy nobles ellos, muy
atildados y muy señoritos; venían luego los verbos, mucho más seriezotes y más
circunspectos; en un tercer escalón se arracimaban adjetivos y adverbios, escuderos o
pajes de aquellos otros primeros; en cuarto lugar, Jacobito colocaba toda la fauna y flora
variopinta de los pronombres, muy sosos ellos, pero muy enigmáticos y muy misteriosos
a un tiempo; en último lugar, en fin, el niño Jacobo amontonaba, sin ningún orden ni
criterio aparente, todo lo demás que sobraba: determinantes, conjunciones,
preposiciones e interjecciones. Esas palabras, en fin, que no servían para nada –según
Jacobito pensaba–, que estaban en el diccionario sólo para darse pisto y para nada más.
Pero Jacobito Axel, como es natural, no dejó de crecer y crecer. Muy pronto, por
ejemplo, tuvo que ir a la escuela. ¡Ah, la escuela! ¡Qué hermoso vocablo! ¡Qué banquete,
qué festín resultó ser el colegio para su alma ávida de palabras y frases, y aun de
párrafos y textos enteros! Allí, en la escuela, podía escuchar ahora el niño Jacobo,
completamente absorto, embelesado y como ido, las suavecitas palabras que fluían,
frágil y rítmicamente, de los labios pintados de rojo de la maestra. Y allí aprendió
Jacobito, sobre todo, las normas sagradas de la escritura. Con qué loco frenesí se
entregó Jacobín a aquella nueva tarea. ¡Escribir!: pintar las palabras con el lápiz que le
regalara la Nati. Dibujar en la piel del cuaderno todas las palabras del mundo. Nombrar
todo lo que le viniera en gana. Eso era escribir: mucho mejor que hablar, mucho mejor
que leer.
Y fue entonces –al aprender a escribir– cuando Jacobito Axel comenzó a robar las
palabras ahora ya con todo descaro, a la luz del día, a la vista de todos, sin importarle un
comino lo que la gente pudiera decir o pensar: copiaba, escribiéndolo, todo lo que leía.
Rebuscó por su casa y apiló, en su cuarto, todos los libros que pudo encontrar; y se
entregó, de inmediato, a la frenética labor de copiar y copiar.
PEDRO JUAN GALÁN, Lecturas (adaptación)

A) analiza las palabras resaltadas. (1,5p)

B) Expon las perífrasis verbales que encuentres en el texto. (1p)

C) Expon un sinónimo y un antónimo de las palabras subrayadas: (1,25p )


D) Descompón en morfemas las siguientes palabras, y di si son simples, compuestas o
derivadas: (1,25p)
- venían
- Variopinta
- Vocablo
- Apiló

2. Analiza las oraciones y di en cada caso de qué tipo de oración se trata. (5p)

1. Mañana iremos al especialista, es decir, será estudiado tu caso.


2. Iría contigo pero tengo un compromiso.
3. Llovió durante tres día días, sin embargo, esta vez no se produjeron inundaciones.
4. El precio de la gasolina subió en enero pero no alcanzó los cien dólares.
5.¿Dices la verdad u ocultas algo?

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