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DELITOS SEXUALES
1
ÍNDICE
ABREVIATURAS ___________________________________________________________ 3
DELITOS SEXUALES ________________________________________________________ 4
1. Bien jurídico _____________________________________________________ 4
2. Regulación de los delitos sexuales ___________________________________ 11
3. Esquema _______________________________________________________ 14
4. Delito de violación _______________________________________________ 16
5. Delito de estupro _________________________________________________ 26
6. Delito de abuso sexual (propio) _____________________________________ 30
7. Delito de abuso sexual (impropio) ___________________________________ 40
2
ABREVIATURAS
CC : Código Civil
C. de A. : Corte de Apelaciones
C. de B. : Código de Bustamante
CENC : Comisión de Estudios de la Nueva Constitución
COT : Código Orgánico de Tribunales
CP : Código Penal
CPR : Constitución Política de la República
CPP : Código Procesal Penal (2000)
ACPP : Código de Procedimiento Penal (1906)
CJM : Código de Justicia Militar
DL : Decreto Ley
TC : Tribunal Constitucional de Chile
C. : Corte
CS : Corte Suprema
3
DELITOS SEXUALES
1. Bien jurídico
La determinación del objeto jurídico en los delitos sexuales no es una tarea
sencilla, pues son numerosas las propuestas. Ellas pueden agruparse según si
responden a criterios morales o propiamente jurídicos:
b) El pudor
Algo similar ocurre con el pudor que, más allá de su connotación esencialmente
ética de raíz religiosa y su identificación con un sentimiento estrictamente personal
(por ende, variable), carece de un contenido claro: para algunos se identifica con
el interés de mantener en reserva las manifestaciones del instinto sexual; otros, en
cambio, lo vinculan con las emociones que cada persona experimenta antes
1
RODRÍGUEZ COLLAO, Luis, Delitos sexuales, reimp. 2004, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2000, p. 54.
2
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 54. Ver también, POLITOFF L., Sergio/ MATUS A., Jean Pierre/
RAMÍREZ G., María Cecilia, Lecciones de Derecho Penal chileno. Parte especial, 2ª edición, reimp. 2007,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004, p. 246
3
Cf., RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 55.
4
Así, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 55.
4
dichas manifestaciones, que no puede sólo ser de insatisfacción, sino que también
placenteras (por estimulación del instinto sexual). Tampoco puede identificársele
como el bien jurídico en atención a que corresponde una muy amplia diversidad de
emociones, no fáciles de precisar y que incluso puede estar ausente.5
Como fundamento de los denominados ultrajes a las buenas costumbres (v. gr.
ofensas al pudor y las buenas costumbres), el pudor público o colectivo se
identifica con “los sentimientos predominantes en la comunidad en cuanto al
ejercicio de la actividad sexual.”6 Como dimensión social del pudor “individual”, por
las mismas razones no puede cumplir satisfactoriamente la función de bien
jurídico.
d) La moralidad pública
La idea de moralidad pública no tiene carácter individual (como la honestidad),
sino colectivo, en cuanto corresponde “a los cánones éticos que la sociedad –o
mejor aun, la opinión dominante en el cuerpo social– considera dignos de regir el
comportamiento sexual de la ciudadanía.”8 Erigirlo en bien jurídico supondría, con
infracción al principio de lesividad, instrumentalizar al ser humano como medio
para alcanzar la adhesión a ciertos valores que no miran a la realización material y
espiritual del ser humano, sino que responden únicamente a valoraciones
culturales imperantes.9
5
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 56-57.
6
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 57.
7
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 57-58.
8
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 58.
9
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 58-59. Lo último en relación con las buenas costumbres, loc. cit.,
p. 60.
5
de orientar su vida sexual, y no porque lesione algún interés que resulte necesario
para el desarrollo espiritual y material del individuo.”10
6
similar, en nuestro ordenamiento existen infracciones de esta naturaleza que
suponen o demandan el ejercicio de la libertad, como ocurre con el artículo 365
del CP.17 Tampoco es capaz de dar razón de la mayor gravedad que la convicción
social atribuye, como en el caso de las víctimas menores de edad, al acceso
carnal.18 Finalmente agrega que libertad, intangibilidad e indemnidad sexual no
pueden reconducirse a una única idea, sino que se trata de intereses distintos, que
no pueden ser protegidos alternativamente por un mismo delito según
antecedentes circunstanciales.19
b) La dignidad humana
En ocasiones, la dignidad humana ha sido invocada como base de diversos atentados sexuales,
20
especialmente, cuando implican un tratado particularmente vejatorio o humillante. Aunque
desarrollada en tiempos relativamente próximos, a través de esta idea, “desde una perspectiva
estrictamente jurídica […] los textos constitucionales aluden al rango o categoría que corresponde
al hombre como ser dotado de inteligencia y libertad, distinto y superior a cualquier otra criatura o
realidad.”21 Asimismo, se traduce en la subjetivización del individuo (necesidad de tratar al ser
humano de conformidad con sus características inherentes de inteligencia, voluntad y libertad,
obstando a toda instrumentalización), autonomía del individuo (capacidad de autodeterminación y
de realización material y espiritual) y superioridad del individuo (máxima jerarquía entre las distintas
realidades, sin que ninguna alcance su nivel ni menos lo supere).22
Seguir este derrotero encuentra el inconveniente de que es difícil reconducir a la dignidad humana
a la idea de derecho, en cuanto no puede nunca ser suprimida del todo al carecer de una base
fáctica, como ocurre con éstos. Además, el contenido de la dignidad humana quedaría reducido si
se le limitase como objeto jurídico de los delitos sexuales, en tanto que, en realidad, se ve afectada
por todos los atentados contra intereses individuales.23
c) La intimidad sexual
Ante los inconvenientes que presenta la libertad sexual, como alternativa se ha planteado el valor
de la intimidad sexual.24 Con esta noción se alude al “espacio vital que cada cual deja para sí, en
todo lo que respecta a las manifestaciones del instinto carnal; de manera que se afecta la intimidad
sexual de un individuo cada vez que alguien cruza el umbral de aquella zona de reserva, con el
propósito de involucrarlo en un contexto lúbrico, ya en calidad de actor en la de simple
espectador.”25 Abarcaría tanto su dimensión externa (espacio que se procura mantener excluido de
intromisiones no autorizadas) y su plano interno (manifestaciones psíquicas y sensoriales, como
pensamientos, deseos, etc.), dado que ambos aspectos pueden ser lesionados por este tipo de
atentados. Como obstáculos a la consideración de estos intereses se mencionan la incapacidad
17
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 123.
18
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 69-70, 121-123. A pesar de lo que pareciera sugerir a primera
vista, afirma que “la única distinción que puede ser explicada conforme al parámetro de la capacidad de
autodeterminación del individuo, es aquella que establece una separación entre ataque violento y ataque
fraudulento…”
19
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 70-71.
20
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 71.
21
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 73-74.
22
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 74-75.
23
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 80-83. Ibidem, pp. 82-83 se concentra en rechazar la asimilación
en la doctrina española entre la dignidad y el honor.
24
Así, como fundamento del sistema más no como base de la punibilidad de las conductas, Bascuñán
Rodríguez cit. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 83.
25
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 85.
7
para explicar la diversidad penológica de atentados idénticos desde la perspectiva de la intimidad,
como son la violación y el abuso sexual, las cuales atienden a la naturaleza del acto (acceso carnal
o no), sin que reciba sanción la forma más básica de atentado contra esta interés (a saber, la mera
invasión de la esfera de privacidad para contemplar la actividad sexual realizada por otros), de lo
que ha de colegirse que el castigo de las conductas y su gravedad atienden a la afectación de un
bien jurídico que trasciende a la afectación de la intimidad.
d) La integridad sexual
Por fin, la integridad, que tradicionalmente se vincula con el delito de lesiones –ya
al lado de la salud, ya amalgamada de alguna forma con ella–, ha sido propuesta
como bien jurídico por una posición minoritaria, a través de la idea de integridad
moral, inclusiva de aspectos que exceden el mero bienestar físico y psíquico, tales
como la dimensión espiritual y emotiva de los seres humanos.26 Si se entiende que
el atentado a la integridad personal constituye un detrimento en las condiciones
físicas, emocionales o psíquicas, este interés sería capaz de explicar las
diferencias valorativas asociadas a las distintas formas de agresión y a los actos
que tienen como víctima a menores de edad. Sin embargo, presenta una dificultad
consistente en la naturaleza emocional del detrimento en los delitos sexuales, que
no puede ser constatado sino en relación a un pronóstico en los efectos de la
víctima, como ocurre principalmente con los niños, pero también con las víctimas
adultas.27
Así, Politoff, Matus y Ramírez plantean que “[l]a libertad sexual, como se entiende
en estas figuras, es la libertad de la persona para autodeterminarse en materia
sexual, sin ser compelido ni abusado por otro. Sin embargo, por carecer de un
cabal desarrollo de esta facultad, respecto de menores de edad, y particularmente
de los impúberes, lo que se protege no es tanto su libertad como su indemnidad
sexual, esto es, el libre desarrollo de su sexualidad.”29
En similar sentido, Garrido Montt plantea que “[e]n nuestro país sólo a partir de la
reforma introducida por la Ley Nº 19.617 –publicada en el Diario Oficio el día 12 de
26
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 85-86.
27
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 93-94.
28
GARRIDO MONTT, Mario, Derecho Penal, tomo III: Parte especial, 4ª ed., Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, 2010, p. 261: “Históricamente, los delitos que atentan contra la libertad de autodeterminación en
materia sexual han sido desarrollados en nuestro medio a propósito del análisis de la honestidad o la
moralidad pública como bien jurídico o interés protegido.”
29
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 246, siguiendo a Guzmán Dalbora, plantean que
en algunos delitos, como el favorecimiento de la prostitución, la sodomía de menor e incluso la violación con
abuso de la enajenación mental, lo que se protege es la honestidad entendiendo por tal la “facultad individual
de manifestar el impuso sexual dentro de los moldes de comedimiento que impongan las valoraciones
dominantes.”
8
julio de 1999– se hizo posible sostener que el respaldo de prácticamente todos
estos delitos es la libertad de autodeterminación sexual.”30 Con todo, precisa que,
“[j]unto a la autodeterminación sexual se protege, en forma complementaria, la
denominada indemnidad o intangibilidad sexual, entendida en su doble dimensión:
como facultad humana inviolable, y como referente del derecho de cada persona
al normal desarrollo y configuración de su sexualidad.”31
En la misma línea, Cristián Aguilar sostiene que “el bien jurídico cautelado en este
tipo de delitos, en particular, es la libertad sexual individual, entendida como ‘la
posibilidad que tiene una persona de disponer sexualmente de su cuerpo, sin ser
forzado, engañado o abusado por otro’”, agregando que “[d]e igual forma, se
protege la indemnidad sexual comprendida como el derecho que les corresponde
a menores e incapaces de no experimentar perturbación o daño en sus aptitudes
físicas, psíquicas o emocionales, con motivo de su involucramiento en un contexto
sexual”.32
30
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 246.
31
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 267.
32
AGUILAR ARANELA, Cristián, Delitos sexuales. Doctrina y jurisprudencia, Editorial Metropolitana,
Santiago, 2008, pp. 22-23, agregando, más adelante que la moral sexual familiar orientado a la protección
biológica de la descendencia en el incesto; la moral sexual colectiva en la sodomía, prostitución de menores,
producción de pornografía infantil, entre otros; y el pudor sexual, para los ultrajes públicos a las buenas
costumbres.
33
BULLEMORE G., Vivian R. / MACKINNON R., John R, Curso de Derecho Penal, tomo III: Parte especial,
Legal Publishing, 2ª edición, Santiago, 2007, pp. 143-147.
34
RODRÍGUEZ COLLAO, Luis, Delitos sexuales, 2ª ed., Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2014, pp. 174-
175.
35
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 175.
36
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 175.
9
expresarse, indistintamente, bajo las denominaciones de integridad, incolumnidad
e indemnidad sexuales, en la medida en que hace referencia al derecho del
individuo a no sufrir detrimento en el plano de la sexualidad”,37 sin que dicho bien
jurídico se refiere únicamente a menores e incapaces. Por último, en ciertos
casos, en “la víctima no está en condiciones de ejercer ningún tipo de actividad
vinculada con la sexualidad, ni de resultar afectada por su involucramiento en un
episodio de esa índole […], por ejemplo, […] una persona que vive los últimos
momentos de su vida en estado de total e irreversible inconsciencia o […] el
individuo que enfrenta la fase terminal de un cuadro de demencia senil,”38
hipótesis en que se protege “la pura intangibilidad de la persona, cuya base es la
prohibición de instrumentalizar al individuo que emana del reconocimiento de su
dignidad como persona.”39 Con todo, Rodríguez Collao plantea que estas
valoraciones “tiene cabida bajo el concepto de indemnidad sexual”,40 no “en un
sentido restringido, como garantía de no sufrir daños, es decir, de no experimentar
acciones perturbadoras de la ‘salud sexual’”,41 sino, en un sentido amplio alusivo
del “derecho a no ser invadido en ‘una determinada parcela bio-psico-social, como
es la de la sexualidad humana, que el Estado deberá preservar de vulneraciones
ilegítimas.’”42
37
Ibidem.
38
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 176.
39
Ibidem.
40
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 177.
41
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 177.
42
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 177.
43
“Así resulta de comparar, por ejemplo, la pena asignada al abuso sexual obtenido mediante amenaza
(reclusión menor en cualquiera de sus grados), con la pena contemplada para el tipo genérico de amenazas
(presidio menor en su grado medio a máximo)” (RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 121).
44
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 118-123.
10
Respecto de los delitos que efectivamente tienden a la protección de intereses individuales, la
opinión de este autor se sitúa en la línea de la integridad,45 cuyo “objeto de tutela es el derecho de
las personas a no verse involucradas en un contexto sexual, en atención al daño –físico, psíquico o
emocional– que tal experiencia puede ocasionar en el común de los seres humanos. Entre las
diversas fórmulas semánticas que la doctrina utiliza para expresar una idea como ésta, pensamos
que la que mejor refleja su sentido es, simplemente, derecho a la indemnidad sexual.”46 Precisando
su contenido, menciona que el este detrimento puede tener connotaciones físicas (Ej. dolor,
lesiones), psíquicas (Ej. graves alteraciones en la personalidad) y emocionales (Ej. emociones
como la rabia, el asco, la humillación, etc.), pudiendo incluso extenderse a ciertos efectos
colaterales y secundarios de contenido preponderantemente social (Ej. estigmatización,
marginación). No es preciso que este detrimento se verifique de manera efectiva, pues se la ley
desvalora la mera potencialidad de afectación, de lo que ha de colegirse que se ha configurado el
ataque aunque ninguna reacción tenga lugar (podría aparecer mucho después) y que no es
obstáculo que el sujeto pasivo no pueda captar el sentido de la acción (por ejemplo, por estar
privado de razón).47 Estima que esta aproximación es coherente con nuestras tradiciones jurídicas
en cuanto permiten la sanción diferenciada según la lesividad del comportamiento más que en
atención a la intensidad de la afectación de la libertad de autodeterminación sexual.48
45
Expresamente afirma, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 127: “no es más que una parte del conjunto
de condiciones que la doctrina suele englobar bajo el concepto de integridad personal o de incolumnidad
personal; o, por decirlo con otras palabras, alude a todo el cuadro de condiciones físicas, psíquicas y
emocionales que forman parte del aquel concepto, pero referido a un aspecto concreto de la vida de relación,
cual es el ejercicio de la actividad sexual. En consecuencia, la previsión constitucional del derecho a la
integridad física, psíquica y moral de las personas, cubre también el aspecto concreto del derecho a la
indemnidad sexual.” Por su relación la relación del concepto de indemnidad sexual propuesto con el de
intimidad sexual, EL MISMO, Delitos sexuales, p. 128
46
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 124.
47
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 125-126.
48
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 129.
49
Cf. POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 248. También AGUILAR ARANELA, Delitos
sexuales, 21. Erróneamente, BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, indican que el
epígrafe hace referencia a la libertad sexual en lugar de la integridad sexual.
50
Artículo 13° de la Ley Nº 16.441 (D.O. 1/3/1966) que crea el departamento de Isla de Pascua: “En los
delitos contemplados en los Títulos VII y IX del Libro Segundo del Código Penal, cometidos por naturales de
la Isla y en el territorio de ella, se impondrá la pena inferior en un grado al mínimo de los señalados por la ley
para el delito de que sean responsables.”
51
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 18.
11
Aunque, en general, las modificaciones hasta fines de 1990 “revistieron un
carácter eminentemente formal y no abarcaron el sentido de las principales figuras
delictivas que dicho esquema contemplaba”,52 aparecen algunas más significativa,
que comienzan a delinear los cambios posteriores.
▪ Por su parte, “el Decreto Ley Nº 2.967, de 1979, modificó los artículos 361 y
365, aumentando la pena de la violación propiamente tal y de la violación
sodomítica, cuando estos delitos tuvieran como víctima a una mujer menor de
doce años o a un varón menor de catorce, e introdujo un artículo 371 bis, que vino
a sancionar a quien, con motivo u ocasión de ejecutar esas misma conductas,
causara, además, la muerte del ofendido”.54
▪ En tercer lugar, “la Ley Nº 19.221, de 1993, fijó en dieciocho años el límite
máximo de la edad del sujeto pasivo en las figuras de rapto por seducción, estupro
y abusos deshonestos simples.”55
52
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 18.
53
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 95.
54
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 95.
55
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 95.
56
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 95.
57
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 15.
58
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 247.
12
▪ Ley Nº 20.084, D.O. de 7 de diciembre de 2005, que establece un sistema
de responsabilidad penal adolescente, que, por supuesto, tiene proyecciones
hacia la criminalidad sexual.
59
Esta ley agregó el artículo 369 quáter., cuyo texto reza: “En los delitos previstos en los dos párrafos
anteriores, el plazo de prescripción de la acción penal empezará a correr para el menor de edad que haya sido
víctima, al momento que cumpla 18 años.”
60
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 104.
61
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 104.
62
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 105.
63
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 105.
64
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 105.
13
▪ Ley Nº 20.594, D.O. 19 de junio de 2012, que crea inhabilidades para
condenados por delitos sexuales contra menores y establece registro de dichas
inhabilidades, “estableciendo como pena la ‘inhabilitación absoluta perpetua para
cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que
inclucren una relación directa y habitual con menores edad’”,65 modificando una
serie de disposiciones al efecto.
A esta catálogo podría agregarse la Ley Nº 20.507 (D.O. 8 de abril de 2011) que tipifica los delitos
de tráfico ilícito de migrantes y trata de personas y establece normas para su prevención y más
efectiva persecución criminal, que trasladó, en el ámbito de criminalidad sexual, trasladó el delito
de trata de personas desde el artículo 367 bis al título VIII, bajo el parágrafo 5 bis, que crea con el
rótulo de “De los delitos de tráfico ilícito de migrantes y trata de personas”.
3. Esquema
Parece útil tener una visión global de la regulación de los delitos sexuales en
nuestro ordenamiento, por lo cual ofrecemos el siguiente esquema.
a) Tipos penales
Esquema rector “acceder carnalmente”
i. Violación (sin la voluntad) (artículos 361 y 362 del CP).
ii. Estupro (voluntad viciada) (artículos 363 del CP).
iii. Sodomía consentida de menor de edad (ninguna de las anteriores)
(artículo 365 del CP).
65
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 106.
66
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., p. 107.
14
Involucramiento sexual sin afectación corporal (abuso sexual impropio)
i. Hacer presenciar a un menor comportamientos de significación sexual;
ii. Determinar a un menor a ejecutar comportamientos de significación
sexual
iii. Hacer ver o escuchar a un menor material pornográfico o presenciar
espectáculos del mismo carácter
iv. Determinar a un menor a enviar, entregar o exhibir imágenes o
grabaciones de su persona o de otro menor de catorce años con
significación sexual.
Otros esquemas rectores
i. Producción de material pornográfico infantil (artículo 366 quinquis del CP)
ii. Promoción o facilitación de la prostitución de menores (artículo 367 del
CP)
iii. Sanción al cliente de prostitución infantil (artículo 367 ter del CP)
iv. Ultrajes públicos a las buenas costumbres (artículos 373, 374, 374 bis y
375 del CP).
b) Normas especiales
Penas o sanciones especiales (inhabilitaciones o inhabilidades)
i. Clausura de locales (artículo 368 ter del CP)
ii. Pérdida de patria potestad (artículo 370 bis del CP)
iii. Inhabilitaciones de desempeñar oficios vinculados con la juventud
(artículo 371 inciso 2º del CP)
iv. Interdicción para ejercer guardas, ser oído como pariente y sujeción a la
vigilancia de la autoridad (artículo 372 del CP)
Aspectos procesales
i. Acción pública previa instancia de particular (artículo 369 incisos 1º, 2º y
3º del CP)
ii. Valoración de la prueba según la sana crítica (artículo 369 bis del CP)
iii. Medidas intrusivas y técnicas especiales de investigación (artículo 369
ter del CP)
iv. Medidas de protección (artículo 372 ter del CP)
15
Aspectos civiles
i. Referencia a los alimentos (artículo 370 del CP)
4. Delito de violación
4.1. Disposiciones legales
Art. 361. La violación será castigada con la pena de presidio mayor en su grado mínimo a medio.
Comete violación el que accede carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona mayor
de catorce años, en alguno de los casos siguientes:
1º Cuando se usa de fuerza o intimidación.
2º Cuando la víctima se halla privada de sentido, o cuando se aprovecha su incapacidad para
oponerse.
3º Cuando se abusa de la enajenación o trastorno mental de la víctima.
Art. 362. El que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona menor de
catorce años, será castigado con presidio mayor en cualquiera de sus grados, aunque no concurra
circunstancia alguna de las enumeradas en el artículo anterior.
4.2. Generalidades
La violación “consiste en acceder carnalmente a una persona que no ha prestado
su consentimiento para la ejecución de la conducta sexual o que no está en
condiciones de prestarlo, por razones físicas o mentales.”67
67
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 135.
68
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 135.
69
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 136.
16
Acceder carnalmente significa “introducción del miembro masculino en la vagina,
el ano o la boca de la víctima, sin que baste, al efecto, con la introducción de otros
objetos, sea que pertenezcan al propio cuerpo del sujeto activo o al mundo
circundante.”70 En opinión de Rodríguez Collao, dado que el acceso por vías
vaginal y anal naturalmente demandan un estado de erección, misma existencia
debe formularse cuando el acometimiento sea por vía bucal.71
b) Sujeto activo
La doctrina que parece ser mayoritaria plantea que sólo puede ser sujeto activo
del delito de violación un varón.74 El principal argumento es de carácter literal, ya
que conducta descrita como acceder carnalmente, sólo puede desplegarla un
hombre: sólo el varón puede invadir con el miembro viril las cavidades del sujeto
pasivo.75 Se diferencia, de esta manera, de otras formulaciones de la conducta –
verbigracia aquellas que recurren a giros como “acceso carnal”– que comprende
tanto a quien accede como a quien se hace acceder.
70
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 138 (asimimso, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed.,
2014, pp. 181-182). Respecto de los instrumentos, GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 276. Como agregan
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 251, n. 9, “[e]sto lo aclara, respecto a los objetos
materiales, el actual art. 365 bis, que considera su introducción una especie de abusos sexuales agravados.”
71
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 138 (asimismo, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed.,
2014, p. 182).
72
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 186.
73
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp.139-142 (asimismo, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª
ed., 2014, pp. 186). Así también GARRIDO, op. cit., t. III, pp. 276-277.
74
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 29; BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p.
149; POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 250; RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales,
pp. 142-143.
75
Este argumento en RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 142.
76
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 143, n. 19: “la intención de sus redactores haya sido otra, como
seguramente lo fue.” GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 272: “como se hizo constar en las actas de la
Comisión respectiva y en el Parlamento mismo, la intención no fue restringir el sexo del agente del delito de
violación y del delito de estupro al hombre, sino extenderlo a la mujer.” También EL MISMO, Derecho Penal,
t. III, p. 274, n. 534.
17
mujer indistintamente”.77 Agrega también que, el agente aparece descrito
mediante fórmulas neutras, como “el que”, en lugar de limitarla expresamente al
varón, tal como lo hizo en la sodomía. 78 A la misma conclusión, por razones
teleológicas, arriba Carnevali.79
En el caso de la violación, “es necesario que quien ejecuta la conducta tenga una
diferencia de dos años cuando se trate del delito contemplado en el artículo 362,
según lo que dispone el artículo 4º de la Ley sobre Responsabilidad Penal
Adolescente”.80
Como consecuencia adicional, “en la actualidad es unánime el criterio que niega la posibilidad de
cometer el delito de violación en contra de una persona fallecida, fundamentalmente en atención a
que el bien jurídico protegido sólo tiene sentido respecto de seres vivos y que sólo repecto de
éstos puede atribuirse la calidad de persona que exige el artículo 361.”82
77
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 273. En general por este tema, loc. cit., pp. 272-275, sección en la que
manifiesta que “[n]o hay razón para limitar la voz acceder a ‘penetrar’ con el órgano viril, se comprende, en
realidad, cualquier clase de acceso que sea carnal […] siempre que ese acceso esté dirigido a lograr el
orgasmo sexual de alguno de los que interviene corporal y personalmente en el hecho”.
78
Cf. GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 275.
79
CARNEVALI, R., “La mujer como sujeto activo del delito de violación. Un problema de interpretación
teleológica” en GJ, Nº 250, Santiago, 2001, pp. 5-7 cit. por RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed.,
2014, p. 187.
80
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 188.
81
Vid. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 136.
82
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 189.
18
no habría proceso que el perdón pudiera terminar.83 Actualmente se rechaza una
pretendida justificación, fundada en el legítimo ejercicio de un derecho,
particularmente, en el derecho al débito conyugal, argumentando que, aunque
esta facultad existiese, jamás podría justificar que el marido accediera
carnalmente por la fuerza a su cónyuge y quien no pierde su capacidad de
autodeterminación por el matrimonio, conclusión que se ve confirmada por la
disposición recién citada.84
También puede ser sujeto pasivo de violación la persona prostituida, aunque, “[e]n
otras épocas, se plantearon dudas […], básicamente en atención a que algunos
Códigos contemplaban este delito como atentado contra la honestidad, atributo
moral que sólo correspondería a quienes observan las normas éticas que rigen el
comportamiento sexual y del cual, por cierto, carecerían las personas que
practican esta forma de comercio.”85 Actualmente, hay “acuerdo en que el bien
jurídico protegido por el delito de violación corresponde a todo ser humano por el
solo hecho de ser tal y que cualquier decisión discriminatoria a este respecto, por
estar comprometida la libertad de las personas y por llevar implícita la pretensión
de imponer un determinado esquema moral, importa un atentado contra la
dignidad del individuo, inaceptable en un Estado democrático de derecho.”86
83
El texto actual de la mencionada disposición ha sido configurado por la Ley Nº 20.480. “La antigua
redacción de la norma efectuaba un distingo entre las modalidades comitivas de la violación, permitiendo que
en las hipótesis de los numerales 2 y 3 (privación de sentido, aprovechamiento de la incapacidad de la víctima
y abuso de la enajenación o trastorno mental de la misma) no se diera curso al procedimiento o se dictara
sobreseimiento definitivo, salvo que por la gravedad de la ofensa infligida la imposición o ejecución de la
pena fuere necesario; en cambio, si el ofendido lo requería se podía poner término al procedimiento
cualquiera fuese la hipótesis de violación, a menos que el juez no lo aceptase por motivos fundados […] Hoy
día las tres hipótesis de violación tiene el mismo tratamiento y siempre deben dar lugar a una investigación y
juzgamiento, a menos que el ofendido quiera terminar el procedimiento y, en este caso, siempre que el
tribunal acepte […]” (SANTIBÁÑEZ TORRES, María Elena/ VARGAS PINTO, Tatiana, “Reflexiones en torno a
las modificaciones para sancionar el femicidio y otras reformas relacionadas (Ley Nº 20.480)” en Revista
Chilena de Derecho, vol. 38, Nº 1, p. 204).
84
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 161-162.
85
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 188.
86
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 188-189.
87
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 145. Lo mismo GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 280, n. 543
que las modalidades de comisión son “expresivas del mismo concepto (ausencia de voluntad de la víctima)”.
88
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 252.
19
Siguiendo lo que parece ser la opinión dominante, “la demostración de que la víctima consintió
dará lugar a una causal de atipicidad y no a una causal de justificación, como ocurre en la
generalidad de los delitos atentatorios en contra de un bien jurídico disponible en que la ausencia
89
de voluntad no es elemento exigido por el tipo.”
En opinión de Rodríguez Collao, la exigencia común a todas las hipótesis de violación es la falta de
voluntad de la víctima; no la contrariedad de ella.90 Así, es compatible con la manifestación de
voluntad favorable de la víctima (como la víctima que es intimidada o es menor de catorce años) o
con una total ausencia de voluntad (víctima inconsciente u objeto de vis absoluta). Asimismo, no es
incompatible con manifestaciones de voluntad enderezadas a evitar males anexos (facilitar un
preservativo) o con algún grado de excitación sexual (reacción que no se opone a la falta de
voluntad).91
89
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 146. Así también, POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte
especial, p. 252.
90
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 146-147. Otra opinión POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones.
Parte especial, p. 252: “el requisito típico subyacente sea hecha contra la voluntad del otro”.
91
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 146-147.
92
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 147-148. De esta opinión, GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p.
282: “La debe ser eficaz (idónea) para superar la resistencia de la víctima, resistencia que ha de oponerse con
firmeza a la realización del acto.”
93
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 150; las razones, pp. 148-149. De la misma opinión, AGUILAR
ARANELA, Delitos sexuales, p. 34; POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, pp. 252-253.
20
ii. Uso de intimidación (artículo 361 Nº 1º)
El parecer dominante entiende que intimidación es la amenaza de realizar de
manera inminente un mal si no accede a los requerimientos del agresor, en este
caso, a la cópula. La amenaza debe cumplir ciertos requisitos, tales como que se
trate de un mal inmediato o inminente, serio y grave, injusto y contra la víctima o
terceros.94
Como pone de relieve Rodríguez Collao, “aquí no se exige que el hechor abuse
del estado de privación de sentido, de manera que esta modalidad ejecutiva
concurre siempre que se dé el presupuesto objetivo de alteración de la conciencia,
aunque se demuestre que el sujeto pasivo habría consentido, en caso de estar en
pleno uso de sus facultades. Distinta es la situación si la víctima se coloca
94
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 150-151. De esta opinión, AGUILAR ARANELA, Delitos
sexuales, pp. 36-37; GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 283; con desarrollo de las características del mal,
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, pp. 253-255.
95
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 151.
96
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 151-152.
97
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 152.
98
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, pp. 255-257.
99
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 152.
100
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 153-154. Así también, GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 284,
aunque al parecer matizando: “la palabra ‘sentido’ es utilizada como referencia al estado de conciencia, como
facultad intelectual humana de adquirir conocimiento de las cosas.”
21
voluntariamente en un estado de privación de sentido […] sabiendo que en tales
circunstancias será objeto de un acceso carnal, porque en este caso faltaría la
ausencia de voluntad exigida como elemento objetivo del tipo en todas las
hipótesis del delito de violación.”101
La opinión expuesta hasta aquí dista de ser unánime. Garrido Montt estima que “oponer resistencia
es manifestar o exteriorizar el rechazo a la acción del agente” de modo que “sólo si esa víctima
está imposibilitada de exteriorizar su rechazo, se da la situación de abuso sancionada por el Nº 2
de la referida disposición”, insistiendo “en que la voz del ofendido, cuando es el único medio que
posee para rechazar el acceso, y éste se lleva a efecto, ese hecho constituye fuerza y no
104
prevalimiento.” Oxman Vilches, por su parte, “distingue entre incapacidad para oponer
resistencia de orden físico e incapacidad para oponer resistencia de orden psíquico, incluyendo en
esta última casos [sic] en los que la víctima carece de la capacidad para procesar adecuadamente
los estímulos del mundo externo, pero sin llegar a la privación total de sentido.”105 Santibáñez y
Vargas, sobre la base de la nueva redacción legal, se acercan a este planteamiento, sosteniendo
que “el tipo penal parece permitir una interpretación amplia respecto de la imposibilidad de
oposición de la víctima, permitiendo incluir algunas hipótesis […] como los casos de violaciones o
101
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 154. Lo mismo, POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte
especial, p. 258; en la primera parte, GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 285.
102
SANTIBÁÑEZ/ VARGAS, “Reflexiones”, p. 202.
103
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 154-155; RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014,
p. 201 (“no cabe hacer extensiva la figura a otros supuestos en que la imposibilidad de resistir obedece a
razones que tienen que ver con el mundo circundante o el escenario que el delincuente escoge para llevar a
cabo la agresión, como la soledad, la falta de auxilio oportuno o la nocturnidad”); POLITOFF/ MATUS/
RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, pp. 258-259.
104
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, pp. 285-286.
105
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 201 recogiendo la opinión de OXMAN VILCHES, N.,
Libertad sexual y Estado de Derecho en Chile, Santiago Librotecnia, 2007 pp. 164-166.
22
abusos sexuales en su caso, realizados de manera sorpresiva para la víctima [y…] aquellos casos
106
de imposibilidad psicológica de la víctima para oponerse a la violación”.
La circunstancia comisiva exige abuso, de modo que no basta que la presencia del
trastorno, siendo necesario, además, que el agente utilice en su favor la ventaja
que ella le otorga.
Para algunos, la presunción perdería validez “por la regla especial para delitos sexuales que
contempla el artículo 4º de la LRPA, pues siempre que la diferencia de edad entre el sujeto activo y
106
SANTIBÁÑEZ/ VARGAS, “Reflexiones”, p. 203.
107
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 155.
108
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 155.
109
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 156-157.
110
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 203.
111
Respecto de la minoría de doce años contemplada antes de la Ley Nº 19.927, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos
sexuales, p. 157.
23
la víctima no exceda de dos años y no medien las circunstancias del artículo 361 ó 363 [sic]
respecto del delito contemplado en el artículo 362 ‘no podrá procederse criminalmente’ en contra
112
del primero.”
Por otro lado, “puede perfectamente cometerse con alguna de las modalidades de
ejecución que contemplan los tres numerales del inciso segundo del art. 361, caso
en el cual el tipo se configura y la penalidad aplicable son los que contempla el art.
362.”113
Aunque habitualmente vinculado con el delito de abuso sexual, cabe también aquí
la pregunta acerca de si el tipo de la violación exige el obrar con ánimo libidinoso,
es decir, el propósito de obtener una satisfacción sexual. A favor de esta
posibilidad se argumenta que este propósito es inherente al acto sexual. En contra
de esta exigencia, se puede sostener que el tipo penal no exige expresamente,
como sí ocurre en otros tipos penales (artículo 366 quáter); por lo demás, es
perfectamente posible que se incurra en la conducta (acceso carnal) inspirado por
otras motivaciones (como la de humillar a la víctima), causándole incluso
desagrado al actor.115
Existe un amplio espacio para el error de tipo a raíz de la elevación del límite de
edad a los catorce años.
112
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 204.
113
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 158.
114
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 159.
115
Vid. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 158.
24
Sin embargo, desde una perspectiva jurisprudencial, se le ha atribuido a nuestro
delito el carácter de material o se han apreciado hipótesis de frustración.116
4.7. Concurso
Sin afán de agotar una temática, en tanto los delitos con los que podrían entrar en
concurso la violación son numerosos, se presenta un esquema general de algunas
de las posibles relaciones concursales.
a) Delitos complejos
La violación integra distintos delitos complejos con otras figuras típicas. Algunas
de esta se encuentran dentro de la regulación de los delitos sexuales (violación
con homicidio del artículo 372 bis del CP), mientas que otras fuera de ella (robo
con violación del artículo 433 Nº 1º del CP, secuestro con violación del artículo 141
inciso final y sustracción de menores con violación del artículo 142 inciso final del
CP).
b) Reglas generales
En la mayoría de los casos, resultarán aplicables las reglas generales que nos
obligarán a preguntarnos si estamos ante una pluralidad de delictiva o un concurso
aparente.
116
Con referencias a la jurisprudencia española, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 164; por sentencias
nacionales, RAMÍREZ, María Cecilia, “La frustración en delitos de mera actividad a la luz de determinadas
sentencias”, en Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, XXVI, 2005, passim.
117
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 165-166.
118
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 214-215.
119
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 167-168.
25
Así, por ejemplo, se genera un concurso aparente en entre la violación y las
lesiones menores graves, en que la primera desplaza a la segunda por aplicación
del principio de absorción. Puede sostenerse que el desvalor de la violación, que
supone en una de sus modalidades el ejercicio de fuerza, comprende la
posibilidad de causar hasta lesiones simplemente graves, como lo confirma la
comparación de las penalidades (presidio mayor en su grado mínimo a medio y
presidio menor en su grado medio). La solución inversa, en cambio, deberá
sostenerse, verbigracia, en el caso de las lesiones gravísimas, en que por la
penalidad de estas últimas (presidio mayor en su grado mínimo), es difícil sostener
que queden comprendidas en el desvalor de la violación, correspondiendo
apreciar un concurso auténtico, probablemente, de carácter ideal.120
5. Delito de estupro
5.1. Disposición legal
Art. 363. Será castigado con presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado
mínimo, el que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona menor de edad
pero mayor de catorce años, concurriendo cualquiera de las circunstancias siguientes:
1º Cuando se abusa de una anomalía o perturbación mental, aun transitoria, de al víctima, que por
su menor entidad no sea constitutiva de enajenación o trastorno.
2º Cuando se abusa de una relación de dependencia de la víctima, como en los casos en que el
agresor está encargado de su custodia, educación o cuidado, o tiene con ella una relación laboral.
3º Cuando se abusa del grave desamparo en que se encuentra la víctima.
4º Cuando se engaña a la víctima abusando de su inexperiencia o ignorancia sexual.
5.2. Explicación
“El delito de estupro consiste en acceder carnalmente a una persona que presta
su anuencia a la realización del hecho, engañada por el delincuente en razón o en
razón de haber abusado éste de una situación de superioridad respecto de la
víctima.”121
120
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 370-372.
121
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 169 (ahora también, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª
ed., 2014, p. 217).
122
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 169.
26
5.3. Faz objetiva del tipo
a) Conducta
Al estar definida en los mismos términos que la violación, como acceder
carnalmente a una persona por vía vaginal, anal o bucal, la conducta tiene el
mismo alcance que aquella infracción.123
b) Sujetos activo
Por la coincidencia en la conducta, puede replicarse aquí la misma discusión que
relativa al sujeto activo en cuanto a su limitación al varón.
c) Sujeto pasivo
Resultan también aplicables las consideraciones que permiten afirmar que puede
ser sujeto pasivo tanto el varón como la mujer. El legislador de 2004 elevó el límite
etario inferior, a resultas de lo cual la víctima debe ser menor de edad, pero mayor
de catorce años. En su parte más baja, la limitación se explica porque quien
accede carnalmente a una persona menor de catorce años comete violación
(artículo 362). En su parte más alta, por su parte, el límite ha sido objeto de
críticas: “Lamentablemente, el legislador ha limitado las situaciones de prevalencia
donde el consentimiento no es plenamente válido, a los menores de dieciocho
años, confundiendo el estupro por engaño –propio del abuso de la inexperiencia
sexual de un menor de edad– con el abuso de situaciones fácticas de poder, que
llevan a prestar un consentimiento viciado por temor a un mal más o menos grave
e inminente que no llegaron a constituir intimidación.”124
123
Vid. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 219. Con anterioridad a la reforma de 1999, era
necesario “el recurso de la vía interpretativa para determinar el significado del vocablo estupro, como era de
rigor en el pasado ante la ausencia de un parámetro definitorio en el propio texto de la ley” (RODRÍGUEZ
COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 218).
124
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial., p. 266.
125
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 173 (ahora en RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed.,
2014, p. 221). En el mismo sentido, AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 75.
126
Seguimos aquí la exposición sistemática de RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 173-181, sin
distinguir como lo hace parte de la doctrina (GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 305) entre estupro de
prevalimento y estupro fraudulento (mediante engaño), en el entendido de que la diferencia “carece de
utilidad sistemática, porque en el denominado estupro fraudulento también se da una situación de
27
basta la situación de desvalimiento, antes bien es necesario que el sujeto activo
abuse de ella. Ello supone, por un lado, que el conocimiento de que ella concurre
y, del otro, el aprovechamiento de las ventajas que ella ofrece para la realización
del acceso carnal. Por ende, es perfectamente posible que “un individuo mantenga
relaciones sexuales de modo no abusivo con las personas que se encuentran en
alguna de las situaciones que el tipo describe, caso en el cual aquél, desde luego,
no incurre en responsabilidad penal.”127
prevalimiento del hechor, quien aprovecha su mayor experiencia en el campo sexual” (RODRÍGUEZ COLLAO,
Delitos sexuales, p. 170).
127
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 174.
128
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 175-174.
129
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 224 hace referencia a “una situación de
influenciabilidad por parte de otras personas”.
130
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 225.
28
sobre otra, y que prive a la segunda de la libertad necesaria para expresarse y
autodeterminarse en el ámbito de las conductas sexuales.”131
131
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 225-226.
132
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 225.
133
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 176-177, especialmente, n. 12.
134
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 226.
135
Vid. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 177-178.
136
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 268.
29
el desconocimiento en cuanto al sentido del acto o la falta de conocimientos que le
permitan advertir el engaño. Esto último permite descartar la concurrencia de la
circunstancia en casos referidos a una circunstancia ajena al sentido o la
trascendencia del acto sexual en cuanto tal, como, por ejemplo, la falsa promesa
de matrimonio. La dificultad de encontrar personas que, siendo mayores de
catorce años, carezcan de estos conocimientos han dado pie a críticas a esta
circunstancia.137
Por otro lado, puede replicarse en este ámbito las disquisiciones relativas al ánimo
lascivo, adicionando que el engaño tampoco constituye un elemento subjetivo del
tipo distinto del dolo, sino uno de carácter objetivo que debe ser cubierto, según
las reglas generales, por el dolo.139
Artículo 366.- El que abusivamente realizare una acción sexual distinta del acceso carnal con una
persona mayor de catorce años, será castigado con presidio menor en su grado máximo, cuando el
abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo
361.
Igual pena se aplicará cuando el abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las
circunstancias enumeradas en el artículo 363, siempre que la víctima fuere mayor de catorce y
menor de dieciocho años.
Artículo 366 bis.- El que realizare una acción sexual distinta del acceso carnal con una persona
menor de catorce años, será castigado con la pena de presidio menor en su grado máximo a
presidio mayor en su grado mínimo.
137
Véase RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 178-181.
138
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 181-182. Por el dolo directo, AGUILAR ARANELA, Delitos
sexuales, pp. 80-81; BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 156.
139
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 181-182.
30
Art. 366 ter. Para los efectos de los tres artículos anteriores, se entenderá por acción sexual
cualquier acto de significación sexual y de relevancia realizado mediante contacto corporal con la
víctima, o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aun cuando no hubiere
contacto corporal con ella.
6.2. Generalidades
Por obra de la Ley Nº 19.927, “se crea un nuevo artículo, el art. 365 bis, que
tipifica la conducta estimada como más grave por el legislador, en que la acción
sexual consiste en la introducción de objetos de cualquier índole por vía vaginal,
anal o bucal o en utilizar animales en ello.”140 Así, esta ley “separa del sistema de
delitos de abusos sexuales, el que consiste en la introducción de objetos de
cualquier índole o en la utilización de animales en la acción sexual, creando un
tipo agravado del art. 365 bis.”141 Actualmente es preciso tratar separadamente
esta figura calificada,142 cuestión que se hará al final, luego de haber analizado la
hipótesis básica de abuso sexual (propio o directo).
140
RAMÍREZ GUZMÁN, María Cecilia, “Anexo de actualización. Con las modificaciones introducidas por la
Ley Nº 19.927, de 14 de enero de 2004, sobre delitos de pornografía infantil, en RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos
sexuales, p. VII.
141
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 247.
142
Dicen BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 160: “se trata de un abuso sexual
especialmente agravado”.
143
Aclara RAMÍREZ GUZMÁN, “Anexo de actualización”, p. viii, que “el legislador iguala la pena de esta clase
de abuso al consistente en la configuración de las circunstancias del estupro.”
144
Precisa RAMÍREZ GUZMÁN, “Anexo de actualización”, p. viii que “se suprime la forma agravada de esta
conducta que dependía de la concurrencia de las circunstancias de la violación o del estupro.”
145
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, pp. 185-224, especialmente, p. 196. Otros autores denominan
“propio” a aquel que tiene por sujeto pasivo al mayor de 14 años y de impropio a los que afectan a menores
de esas edad; vid. AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 89; POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte
especial, pp. 269-270.
31
suponen un contacto directo entre el autor y la víctima, en la segunda no se
requiere dicha forma de aproximación corporal.”146
La conducta aparece descrita en los distintos tipos penales como realizar una
acción sexual distinta del acceso carnal.149 Por su parte, el artículo 366 ter
entiende “por acción sexual cualquier acto de significación sexual y de relevancia
realizado mediante contacto corporal con la víctima, o que haya afectado los
genitales, el ano o la boca de la víctima, aunque no hubiere contacto corporal con
ella.”
Por ende, una conducta debe cumplir con ciertos requisitos para ser una acción
sexual:
32
misma tenga dicha connotación. Así la significación sexual habrá de hallarse en
actos que habitual y generalmente se realizan motivados por el impulso sexual.151
La primera modalidad “alude al roce efectivo de una parte del cuerpo del autor con
alguna parte del cuerpo de la víctima”155 o, en otras palabras, “requiere del
contacto directo de carácter físico entre víctima y victimario, tales como
151
Así, AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 92: “El acto tiene connotación sexual, siguiendo un criterio
objetivo, cuando la conducta desplegada por el hechor, sea de aquellas que los seres humanos, en base a
pautas socialmente acordadas en un tiempo y lugar determinado catalogan como una expresión indudable del
instinto sexual” (destacado omitido). Lo mismo, GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 315: “aquellos que
resultan objetivamente adecuados –dentro del medio social en que se desarrollan– para excitar el instinto
sexual de una persona”. También RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 200: “lo que realmente interesa es
que el acto sea de aquellos que los seres humanos (o una porción de éstos) generalmente realizan motivos por
el instinto sexual”; por mayores posibilidades de delimitar el concepto, EL MISMO, loc. cit., p. 199.
Escépticos a poder lograr una definición de este elemento y de la relevancia, BULLEMORE/ MACKINNON,
Curso de Derecho Penal, t. III, p. 158.
152
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 94: “... en términos tales de que posea La virtualidad de afectar la
libertad o indemnidad sexual del ofendido, según cual se su edad y forma de comisión” (destacado omitido).
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 316: “Es exigencia –indirecta– de gravedad de la conducta en la
representación sexual del victimario y en la potencialidad lesiva de la sexualidad de la víctima”. RODRÍGUEZ
COLLAO, Delitos sexuales, p. 202: “esto únicamente ocurrirá respecto de aquellos comportamientos que
efectivamente importen un atentado contra la indemnidad sexual de la víctima.”
153
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 202.
154
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, pp. 316-317.
155
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 203.
33
tocamientos, caricias, besos, etc.”156 Parece haber acuerdo que no demanda un
contacto de la piel, pudiendo materializarse por sobre las ropas.157
Finalmente, “el delito de abuso sexual sólo admite una forma de ejecución activa, quedando
descartada la posibilidad de que éste se realice por omisión. Ello obedece a que todas las hipótesis
del delito exigen una aproximación corporal que ha de ser procurada y ejecutada por el sujeto
156
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 317.
157
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 317; RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 203.
158
BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 158: “Obligar a un tercero, por ejemplo,
bajo amenazas a masturbarse –o fingir que lo hace– para lograr la excitación, podría ser uno de los escasos
ejemplos de laboratorio, aunque de todos modos tropieza con escollo insalvable: el sujeto activo debe realizar
él mismo la acción sexual, que no es lo mismo que determinar a otro a realizar acciones sexuales, distinción
que surge claramente al comparar los artículos 366 bis y 366 ter con el artículo 366 quáter.”.
159
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 318: “Lo mismo sucede si el autor, por medio de la coacción, compele a
dos personas a realizar una acción sexual, sea para procurar su propia excitación o simplemente para abusar
de ellas.”
160
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 317. Cuestionando la necesidad de haberlo incluido, BULLEMORE/
MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 158.
161
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 96, aclara que “la invasión de esos cuerpos no será castigada por
abuso sexual agravado, sino por el tipo en revisión, cunado la acción no sea equiparable a la violación, es
decir, cuando no existe en contra la víctima una suerte de acceso carnal, por vía vaginal, anal o bucal”
(destacado omitido).
162
GARRIDO, Derecho Penal, t. III, pp. 317-318.
163
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 203. En contra, siguiendo a Cox, AGUILAR ARANELA, Delitos
sexuales, p. 97: “debemos descartar la contemplación libidinosa realizada por el sujeto de alguna zona
erógena del ofendido por no afectar el bien jurídico cautelado por el legislador.”
164
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 203.
34
activo, de manera que la conducta resulta ser incompatible con la mera actividad de este último; al
menos a nivel de autoría directa o material, porque dentro del amplio espectro de comportamientos
que el artículo 15 considera como hipótesis de autoría desde luego caben algunas formas de
actuación omisiva.”165
El sujeto activo puede ser tanto un varón como una mujer, lo mismo que el sujeto
pasivo, mas éste último tiene que ser mayor de catorce años (de lo contrario es
aplicable el artículo 366 bis).169
165
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 209.
166
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 99 (destacados y citas al pié omitidos).
167
En este sentido, BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, p. 157: “El abuso de manifestarse
concretamente en alguna o algunas de las circunstancias enumeradas en los artículos 361 y 363, efectuadas al
sancionar la violación o el estupro”, lo que habría que agregar el artículo 362, que estos autores tratan
separadamente.
168
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 210.
169
Todavía con referencia a los doce años, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 210.
170
Vid. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 210.
35
Al igual que en el caso anterior, tanto el sujeto activo como el pasivo pueden ser
hombres o mujeres, aunque el segundo tiene que ser menores de dieciocho años,
pero mayor de catorce. Si excede aquella edad, la conducta deviene en atípica; si
no alcanza esta última, se desplaza al artículo 366 bis.171
Al igual que en todas figuras delictivas anteriores, puede ser sujeto activo y pasivo
tanto el varón como la mujer, pero el segundo de ellos debe ser menor de catorce
años.
171
Con referencia a la legislación anterior a 2004, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 209.
172
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, pp. 269-270.
173
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 270.
174
Aclaran POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 270 que “a partir de la publicación de
la Ley Nº 19.927 ya no se agrava aún más la pena si concurre alguna de las circunstancias de los arts. 361 ó
363.”
175
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, p. 211.
36
6.4. Faz subjetiva del tipo
La mayoría de la doctrina se decanta por excluir, no sólo la culpa, sino también el
dolo eventual, reservando su comisión únicamente al dolo directo, como
consecuencia de la exigencia de obrar abusivamente.176
6.6. Abuso sexual agravado o por introducción de objetos (artículo 365 bis)
Como se adelantó, parte del ámbito típico del abuso sexual (particularmente
vinculado con la hipótesis en que la acción sexual toma la forma de afectación de
los genitales, ano o boca de la víctima) están sujetos, actualmente, a un régimen
de penalidad diversa.
a) Antecedentes
Esta figura fue incorporada a la legislación en 2004, por mano de la Ley Nº
19.927. Las conductas comprendidas en la figura antes eran captadas por el delito
de abuso sexual, por lo que su consagración “no puede ser explicada por el afán
de sancionar un hecho que hasta entonces fuera impune, sino como manifestación
del propósito legislativo de elevar la pena prevista para esas conductas, que a
partir de entonces pueden alcanzar límites similares a los delitos de violación.”177
176
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 101; GARRIDO, Derecho Penal, t. III, p. 320; RODRÍGUEZ
COLLAO, Delitos sexuales, p. 212.
177
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 278.
178
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 278.
37
empleo de animales sigue siendo una excentricidad del derecho nacional”,179
aunque podría encontrar cierto correlato en la circunstancia agravante fundada en
“un trato especialmente inhumano, afrentoso o degradante para la víctima”.180
b) Conducta
La acción sexual consiste en “la introducción de objetos de cualquier índole por vía
anal, bucal o vaginal o en la utilización de animales en ellos.”183 No parece hacer
discusión en cuanto a que “el delito […] requiere de penetración en alguna de las
cavidades, vaginal, anal o bucal, ya sea de un objeto o empleado a un animal.”184
En relación con la primera hipótesis, puede entenderse por objeto “todo cuerpo
sólido que por su tamaño y forma idónea resulte apto para la introducción por
alguna de las vías que la norma menciona, ‘en cierto modo como un sustitutivo del
órgano genital masculino y que además sea adecuado para dar algún significado
sexual al hecho de la introducción’.”185 “Según el tenor literal del precepto,
entendemos que el tipo incluye tanto aquellas situaciones en que el autor acomete
la acción introductoria como aquellas en que el propio sujeto pasivo se vea
forzado a introducirse a sí mismo el objeto. Corrobora este planteamiento el hecho
de que el propio Código Penal chileno, al definir los delitos de violación y estupro,
expresamente exija que sea el autor quien acceda carnalmente a la víctima
(artículos 361, 362 y 363) y que, en cambio, en el tipo que ahora analizamos haya
utilizado una fórmula impersonal que no aparece estructurada sobre la base de un
verbo (recordemos que alude a la introducción de objetos y no al hecho de
introducir).”186
179
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 279.
180
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 279.
181
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 280.
182
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 280, quien consigna la opinión en contra de
FERNÁNDEZ CRUZ, J.A., “Los delitos de violación y estupro del artículo 365 bis Código Penal: una
racionalización desde el mandato de lex stricta y el principio de lesividad. Especial referencia a la
introducción de dedos u otras partes del cuerpo”, en Ius et praxis, año 13, Nº 2, 2007, p. 112.
183
Similar, POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 271.
184
BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 161.
185
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 282-283, citando a ORTS BERENGUER/ SUÁREZ-
MIRA RODRÍGUEZ, p. 99.
186
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 284.
187
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 282.
38
intervención de un animal”,188 sino que es necesario que la introducción en alguna
de las cavidades típicamente relevantes.
188
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 285.
189
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 283.
190
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 271: “…al discutirse el texto en la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado se señaló que los objetos a que se hace
referencia pueden ser miembros corporales distintos al pene…” Similar, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos
sexuales, 2ª ed., 2014, p. 283.
191
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 116 (destacados omitidos), quien cita jurisprudencia en el mismo
sentido.
192
Así, POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 271: “se trata de una interpretación
extensiva que, por una parte, degrada la esencia del ser humano como sujeto, distinguible a todo nivel de las
cosas del mundo”.
193
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, op. cit., p. 271: “al incorporarse la introducción con las graves penas que se
proponen de hechos tan comunes en la vida diaria como la obtención de un beso forzado, por poner un
ejemplo vinculado a la sexualidad”, lo que conduciría a absurdos proceso y condenas. En este sentido y a esta
conclusión, también BULLEMORE/ MACKINNON, Curso de Derecho Penal, t. III, p. 161.
194
Cf. RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, pp. 283-284.
195
POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, Lecciones. Parte especial, p. 272.
196
AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 117. A la misma conclusión, BULLEMORE/ MACKINNON, Curso
de Derecho Penal, t. III, p. 162.
39
sentido, Rodríguez Collao plantea que la figura exige que el animal “haya sido
introducido en la boca, la vagina o el ano de la víctima, o que haya existido la
introducción de los órganos genitales del animal en alguna de esas cavidades.”197
Si, para el mismo fin de procurar su excitación sexual o la excitación sexual de otro, determinare a
una persona menor de catorce años a realizar acciones de significación sexual delante suyo o de
otro o a enviar, entregar o exhibir imágenes o grabaciones de su persona o de otro menor de 14
años de edad, con significación sexual, la pena será presidio menor en su grado máximo.
Quien realice alguna de las conductas descritas en los incisos anteriores con una persona menor
de edad pero mayor de catorce años, concurriendo cualquiera de las circunstancias del numerando
1º del artículo 361 o de las enumeradas en el artículo 363 o mediante amenazas en los términos de
los artículos 296 y 297, tendrá las mismas penas señaladas en los incisos anteriores.
Las penas señaladas en el presente artículo se aplicarán también cuando los delitos descritos en él
sean cometidos a distancia, mediante cualquier medio electrónico.
197
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 285.
198
Cf. AGUILAR ARANELA, Delitos sexuales, p. 119; RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p.
287.
40
7.2. Denominación
Para de la doctrina denomina a esta figura abuso sexual impropio o indirecto,199
mientras que otros autores las tratan “bajo la denominación genérica de corrupción
de menores.”200
“Las conductas que configuran este delito no requieren un contacto directo entre
autor y víctima, pudiendo también ejecutarse a distancia, a través de cualquier
medio electrónico (art. 366 quáter inciso tercero).”204
199
Así, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 269.
200
Citando la opinión AGUILAR ARANELA y POLITOFF/ MATUS/ RAMÍREZ, RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos
sexuales, 2ª ed., 2014, p. 269.
201
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 269.
202
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 269.
203
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 270.
204
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 271.
205
Por obra de la Ley Nº 20.526 (D.O. 13/8/2011) que sanciona el acoso sexual de menores, la pornografía
infantil virtual y la posesión de material pornográfico infantil.
206
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 274.
41
determinar a un niño a enviar, entregar o exhibir imágenes o grabaciones suyas o
de otro menor de catorce años, con contenido sexual.”207
7.4. Sujetos
El tipo penal no hace exigencias especiales al sujeto activo, “papel que, en
consecuencia, pueden asumir indistintamente el hombre y la mujer”.208
En cambio, “[e]n relación con el sujeto pasivo, el tipo exige, en todas sus
modalidades, que sea un persona menor de catorce años, pero en el inciso final
del artículo 366 quáter, se hace extensiva la protección a las personas mayores de
catorce, pero menores de dieciocho años, siempre que concurra la circunstancia
del numerando primero del art. 361 (empleo de fuerza o intimidación), o cualquiera
de las circunstancias numeradas en el artículo 363 (abuso de anomalía o
perturbación mental, abuso de una relación de dependencia, abuso del grave
desamparo de la víctima y abuso de su inexperiencia o ignorancia sexual).”209
Como consecuencia, se deja en la impunidad “a quien realiza alguna de las
conductas típicas en contra de una persona mayor de catorce años, pero menor
de dieciocho, que se encuentra privada de sentido, incapacitada para oponerse o
en una situación de enajenación o trastorno mental, por cuanto el artículo que
ahora comentamos sólo hace referencia al primer numeral del artículo 361, en
circunstancias de que las situaciones recién mencionadas están contempladas en
los otros numerales del mismo precepto legal.”210
207
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 274.
208
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 274.
209
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 275.
210
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 275.
211
RODRÍGUEZ COLLAO, Delitos sexuales, 2ª ed., 2014, p. 276.
42