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Las fuentes y su importancia

en periodismo

Ramón Santos – Septiembre de 2018

Los sistemas de información del periodista


especializado parten de la agenda, el
archivo, las bases de datos, herramientas
informáticas y las fuentes.
Entendemos las fuentes en periodismo como toda persona que de
modo voluntario y activo nos proporciona una determinada
información para ser publicada. Del mismo modo, las fuentes se
pueden conseguir desde lugares consultables y accesibles para el
periodista que investiga. Aprender a emplear las fuentes de
información en periodismo es fundamental ya que de ello depende de
que consigamos un resultado de calidad en nuestros trabajos.
El periodista que es hábil en el uso de las fuentes, será como
consecuencia, más eficiente en el arte de reconstruir hechos diarios a
través de las palabras. Me viene a la mente las respuestas de
Kapuscinski sobre las fuentes en periodismo. Cuando le preguntan
sobre las fuentes que utiliza para sus trabajos, él responde: “Las
fuentes son variadas. En la práctica, hay tres tipos. La principal son
los otros, la gente. La segunda son los documentos, los libros, los
artículos sobre el tema. La tercera fuente es el mundo que nos rodea,
en el que estamos inmersos. Colores, temperaturas, atmosferas,
climas, todo eso que llamamos imponderabilia, que es difícil de
definir, y que sin embargo es una parte esencial de la escritura.”
El concepto de relación entre el periodismo y sus fuentes de
información se desarrolla de forma especial desde la década de los
años 70 donde la analizan autores como Tunstall, Tuschman y
Fischman. Sin embargo, el concepto de fuente informativa hoy en día
ha crecido en contenido, ha evolucionado con la incorporación de
Internet. Por un lado tenemos la posibilidad gracias a las nuevas
tecnologías de acceder a una inmensa cantidad de datos de una manera
fácil y rápida. Son muchos los expertos que aportan sus trabajos y los
hacen públicos para la consulta libre a través de la red. Internet
también nos ofrece la posibilidad de contactar con especialistas de
todo el mundo de forma sencilla para consultar o intercambiar
opiniones. Por otra parte, cada vez se establece un cerco legal más
pequeño a los que hacen mal uso de los contenidos en las redes que
garantiza un futuro de relaciones entre profesionales así como la
salvaguarda de sus publicaciones.
La figura del ciberperiodista o periodista digital establece el
ciberespacio como una herramienta de trabajo indispensable y hace
uso de todas sus posibilidades, es en definitiva su gran fuente
informativa. Sin embargo, no es necesario ser un ciberperiodista para
trabajar con los contenidos de la red que está abierta a cualquier
profesional que quiera hacer uso de ella en cualquier momento y para
cualquier asunto de manera ocasional.
Volviendo al eje central de las fuentes y su importancia en muchas
ocasiones resaltar la fuente de la información en un artículo puede
tener un protagonismo muy importante. No olvidemos que sin las
fuentes el periodismo carece de valor. En este sentido, Javier Mayoral
en su libro “El uso periodístico de las fuentes en radio y televisión”
destaca que, “Es muy sencillo demostrar como un elemento
aparentemente secundario puede en muchas ocasiones resultar
esencial […] ¿Por qué las entradillas deben incluir las seis W […] y
no ha de responder a una pregunta tan capital como según quíen?”
Partiendo de esta base una de las preguntas es ¿Hasta qué punto le da
interés a las fuentes los distintos medios de comunicación? Y la
respuesta es que dependiendo del medio, el trato hacia la fuente varia.
Esencialmente la prensa escrita da más a conocer las fuentes
informativas de sus noticias que los medios audiovisuales.

Las fuentes en medios audiovisuales


En su análisis sobre el uso periodístico de las fuentes en radio y
televisión, Javier Mayoral nos dice que, “Los medios audiovisuales
recurren poco a la confrontación de opiniones y se nutren básicamente
de una única versión de los hechos”. En este trabajo de Mayoral y su
equipo se desprenden datos interesantes para el análisis de la situación
de las fuentes en los medios audiovisuales. Por ejemplo destaca la
gran importancia que tiene en este ámbito comunicativo la fuente
oficial, aquella que proviene de estamentos institucionales, Gobierno
central, ayuntamientos, sindicatos, patronal, partidos políticos,
tribunales…
En este sentido, el informe ofrece el dato de que el uso de las fuentes
oficiales en televisión se situaba en 2007 y según este estudio en un
65,88 % y en la radio en un 72,40 %. Esto quiere decir que casi siete
de cada diez fuentes eran del tipo institucional en estos medios. En el
estudio también se analizan los porcentajes tanto en radio como en
televisión del uso de fuentes directas y reconocibles y las que no lo
son tanto. Está claro que aquellas que se identifican claramente gozan
de una mayor fiabilidad. En este proceso de investigación Mayoral
destaca igualmente, la ubicación de las fuentes en ambos medios.
Fuentes citadas en el total de la información, por los redactores, los
presentadores o en espacios radiofónicos como los cortes. Así como el
recibimiento que cada medio da a los gabinetes de comunicación y la
presentación de fuentes ante los espectadores y radioescuchas.
A pesar de que en el estudio del libro no se incluye otra cadena
importante hoy por hoy dentro del panorama informativo como es la
Sexta, ya que comenzó sus emisiones en 2006, el resultado de todo el
proceso nos ofrece datos relevantes como el referido a quién interesa
más la información que se da, al público o al medio que la emite. Con
relación a esto Mayoral resalta que en casi ocho de cada diez
ocasiones (78,95 % de los casos), la información que proporciona la
fuente un noticiario de televisión afecta a los intereses particulares de
la propia fuente. En radio esto mismo sucede en seis de cada diez
posibilidades (63,55 % de los casos). En el caso de la prensa escrita el
estudio analítico resume de una forma crítica, que existe una tendencia
a la institucionalización, a ofrecer solo la versión de la fuente sin más.

Fuentes institucionales y políticas


Atrás han quedado los días en los que “no ser noticia era una buena
noticia”, era la época en la que las grandes entidades no estaban
interesadas en aparecer en prensa alguna, hoy es todo lo contrario pero
con un detalle significativo: la noticia las escribe las propias
entidades. A esto se le llama comunicación corporativa.
A la pregunta: ¿Sigue siendo el periodista dueño de la actualidad
informativa? Las posibles respuestas tal vez estén en el artículo de
Carlos González Reigosa para Cuadernos de Periodistas, revista de la
Asociación de la Prensa de Madrid: En el que afirma que, “La
‘actualidad informativa’ ya no nos deja ver lo que ocurre. Ni nos lo
deja ver ni nos lo permite contar […] los periodistas ya no controlan
la agenda cotidiana, ni eligen los contenidos, ni jerarquizan la
información […] la realidad es que, a medida que la actualidad
invade desconsiderada y abusivamente los medios de comunicación,
el periodismo se debilita y retrocede”.
El periodismo de hoy se enfrenta cada día a bastante información
“precocinada” procedente de entidades que tienen como único fin
conquistar el panorama mediático de la actualidad.
Cada vez se hace más patente la ocupación de fuentes institucionales y
políticas en las páginas de la actualidad diaria.
La periodista Elena Blanco establece una serie de consecuencias de
esta práctica tan habitual hoy en día en las que destaca la falta de
interés por los contenidos realmente importantes, la práctica de un
periodismo pasivo, la construcción de noticias en cadena, la
homogeneidad de los contenidos, la pérdida del sentido crítico, la
reducción del debate, el abandono del papel como mediador del
periodista que solo se dedica a ser un eco de la institución que
representa, la desmotivación y rutina del periodista y finalmente el
peor destino que un periodista pueda tener: la falta de credibilidad.
Los gabinetes de prensa son una fuente de información, pero no son lo
suficientemente capaces de ofrecer la información deseada por los
periodistas. Los gabinetes se deben a sus representantes y solo
publican aquello que consideran de interés para la entidad para la que
trabajan. Además, las agencias y gabinetes no ofrecen información de
forma altruista y generosa sino que ofrecen solo aquella que les parece
puedan repercutir en su beneficio gracias a su acercamiento con los
periodistas.
Ante un panorama tan negativo es necesario poner remedio y la clave
puede ser la que ya apuntaba Carlos G. Reigosa: “Recuperar las señas
de identidad del periodismo, ¡he ahí la clave! Porque el mal no está
fuera del oficio, está dentro. Y aflora cuando el periodista no valora o
no está a la altura de la libertad de prensa con que lo ha dotado su
sociedad, cuando se desliza irresponsablemente por los toboganes del
sensacionalismo, cuando ampara fuentes informativas contaminadas
de intereses espurios, cuando convierte en espectáculo –y frivoliza–
una información, cuando contagia con su opinión una noticia, cuando
da por probadas afirmaciones insuficientemente acreditadas de
algunos colegas, cuando supura o irriga pesimismo, cuando se somete
a modas pasajeras prestándoles una atención que no merecen, cuando
refuerza o ampara alarmas injustificadas y cuando cede a la
complacencia de los políticos –siempre insaciables– en el poder o en
la oposición. En todos estos casos, el periodista falla.”
Respiremos profundamente después de esta breve lectura y hagamos
de ella una máxima a cumplir.
Enlaces de interés relacionados:
Javier Mayoral, libro: “El uso periodístico de las fuentes en radio y
televisión”
https://www.ucjc.edu/book/el-uso-periodistico-de-las-fuentes-en-
radio-y-television/
Carlos González Reigosa
www.cuadernosdeperiodistas.com/pdf/Cuadernos_de_Periodistas_9.p
df

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