especializado parten de la agenda, el archivo, las bases de datos, herramientas informáticas y las fuentes. Entendemos las fuentes en periodismo como toda persona que de modo voluntario y activo nos proporciona una determinada información para ser publicada. Del mismo modo, las fuentes se pueden conseguir desde lugares consultables y accesibles para el periodista que investiga. Aprender a emplear las fuentes de información en periodismo es fundamental ya que de ello depende de que consigamos un resultado de calidad en nuestros trabajos. El periodista que es hábil en el uso de las fuentes, será como consecuencia, más eficiente en el arte de reconstruir hechos diarios a través de las palabras. Me viene a la mente las respuestas de Kapuscinski sobre las fuentes en periodismo. Cuando le preguntan sobre las fuentes que utiliza para sus trabajos, él responde: “Las fuentes son variadas. En la práctica, hay tres tipos. La principal son los otros, la gente. La segunda son los documentos, los libros, los artículos sobre el tema. La tercera fuente es el mundo que nos rodea, en el que estamos inmersos. Colores, temperaturas, atmosferas, climas, todo eso que llamamos imponderabilia, que es difícil de definir, y que sin embargo es una parte esencial de la escritura.” El concepto de relación entre el periodismo y sus fuentes de información se desarrolla de forma especial desde la década de los años 70 donde la analizan autores como Tunstall, Tuschman y Fischman. Sin embargo, el concepto de fuente informativa hoy en día ha crecido en contenido, ha evolucionado con la incorporación de Internet. Por un lado tenemos la posibilidad gracias a las nuevas tecnologías de acceder a una inmensa cantidad de datos de una manera fácil y rápida. Son muchos los expertos que aportan sus trabajos y los hacen públicos para la consulta libre a través de la red. Internet también nos ofrece la posibilidad de contactar con especialistas de todo el mundo de forma sencilla para consultar o intercambiar opiniones. Por otra parte, cada vez se establece un cerco legal más pequeño a los que hacen mal uso de los contenidos en las redes que garantiza un futuro de relaciones entre profesionales así como la salvaguarda de sus publicaciones. La figura del ciberperiodista o periodista digital establece el ciberespacio como una herramienta de trabajo indispensable y hace uso de todas sus posibilidades, es en definitiva su gran fuente informativa. Sin embargo, no es necesario ser un ciberperiodista para trabajar con los contenidos de la red que está abierta a cualquier profesional que quiera hacer uso de ella en cualquier momento y para cualquier asunto de manera ocasional. Volviendo al eje central de las fuentes y su importancia en muchas ocasiones resaltar la fuente de la información en un artículo puede tener un protagonismo muy importante. No olvidemos que sin las fuentes el periodismo carece de valor. En este sentido, Javier Mayoral en su libro “El uso periodístico de las fuentes en radio y televisión” destaca que, “Es muy sencillo demostrar como un elemento aparentemente secundario puede en muchas ocasiones resultar esencial […] ¿Por qué las entradillas deben incluir las seis W […] y no ha de responder a una pregunta tan capital como según quíen?” Partiendo de esta base una de las preguntas es ¿Hasta qué punto le da interés a las fuentes los distintos medios de comunicación? Y la respuesta es que dependiendo del medio, el trato hacia la fuente varia. Esencialmente la prensa escrita da más a conocer las fuentes informativas de sus noticias que los medios audiovisuales.
Las fuentes en medios audiovisuales
En su análisis sobre el uso periodístico de las fuentes en radio y televisión, Javier Mayoral nos dice que, “Los medios audiovisuales recurren poco a la confrontación de opiniones y se nutren básicamente de una única versión de los hechos”. En este trabajo de Mayoral y su equipo se desprenden datos interesantes para el análisis de la situación de las fuentes en los medios audiovisuales. Por ejemplo destaca la gran importancia que tiene en este ámbito comunicativo la fuente oficial, aquella que proviene de estamentos institucionales, Gobierno central, ayuntamientos, sindicatos, patronal, partidos políticos, tribunales… En este sentido, el informe ofrece el dato de que el uso de las fuentes oficiales en televisión se situaba en 2007 y según este estudio en un 65,88 % y en la radio en un 72,40 %. Esto quiere decir que casi siete de cada diez fuentes eran del tipo institucional en estos medios. En el estudio también se analizan los porcentajes tanto en radio como en televisión del uso de fuentes directas y reconocibles y las que no lo son tanto. Está claro que aquellas que se identifican claramente gozan de una mayor fiabilidad. En este proceso de investigación Mayoral destaca igualmente, la ubicación de las fuentes en ambos medios. Fuentes citadas en el total de la información, por los redactores, los presentadores o en espacios radiofónicos como los cortes. Así como el recibimiento que cada medio da a los gabinetes de comunicación y la presentación de fuentes ante los espectadores y radioescuchas. A pesar de que en el estudio del libro no se incluye otra cadena importante hoy por hoy dentro del panorama informativo como es la Sexta, ya que comenzó sus emisiones en 2006, el resultado de todo el proceso nos ofrece datos relevantes como el referido a quién interesa más la información que se da, al público o al medio que la emite. Con relación a esto Mayoral resalta que en casi ocho de cada diez ocasiones (78,95 % de los casos), la información que proporciona la fuente un noticiario de televisión afecta a los intereses particulares de la propia fuente. En radio esto mismo sucede en seis de cada diez posibilidades (63,55 % de los casos). En el caso de la prensa escrita el estudio analítico resume de una forma crítica, que existe una tendencia a la institucionalización, a ofrecer solo la versión de la fuente sin más.
Fuentes institucionales y políticas
Atrás han quedado los días en los que “no ser noticia era una buena noticia”, era la época en la que las grandes entidades no estaban interesadas en aparecer en prensa alguna, hoy es todo lo contrario pero con un detalle significativo: la noticia las escribe las propias entidades. A esto se le llama comunicación corporativa. A la pregunta: ¿Sigue siendo el periodista dueño de la actualidad informativa? Las posibles respuestas tal vez estén en el artículo de Carlos González Reigosa para Cuadernos de Periodistas, revista de la Asociación de la Prensa de Madrid: En el que afirma que, “La ‘actualidad informativa’ ya no nos deja ver lo que ocurre. Ni nos lo deja ver ni nos lo permite contar […] los periodistas ya no controlan la agenda cotidiana, ni eligen los contenidos, ni jerarquizan la información […] la realidad es que, a medida que la actualidad invade desconsiderada y abusivamente los medios de comunicación, el periodismo se debilita y retrocede”. El periodismo de hoy se enfrenta cada día a bastante información “precocinada” procedente de entidades que tienen como único fin conquistar el panorama mediático de la actualidad. Cada vez se hace más patente la ocupación de fuentes institucionales y políticas en las páginas de la actualidad diaria. La periodista Elena Blanco establece una serie de consecuencias de esta práctica tan habitual hoy en día en las que destaca la falta de interés por los contenidos realmente importantes, la práctica de un periodismo pasivo, la construcción de noticias en cadena, la homogeneidad de los contenidos, la pérdida del sentido crítico, la reducción del debate, el abandono del papel como mediador del periodista que solo se dedica a ser un eco de la institución que representa, la desmotivación y rutina del periodista y finalmente el peor destino que un periodista pueda tener: la falta de credibilidad. Los gabinetes de prensa son una fuente de información, pero no son lo suficientemente capaces de ofrecer la información deseada por los periodistas. Los gabinetes se deben a sus representantes y solo publican aquello que consideran de interés para la entidad para la que trabajan. Además, las agencias y gabinetes no ofrecen información de forma altruista y generosa sino que ofrecen solo aquella que les parece puedan repercutir en su beneficio gracias a su acercamiento con los periodistas. Ante un panorama tan negativo es necesario poner remedio y la clave puede ser la que ya apuntaba Carlos G. Reigosa: “Recuperar las señas de identidad del periodismo, ¡he ahí la clave! Porque el mal no está fuera del oficio, está dentro. Y aflora cuando el periodista no valora o no está a la altura de la libertad de prensa con que lo ha dotado su sociedad, cuando se desliza irresponsablemente por los toboganes del sensacionalismo, cuando ampara fuentes informativas contaminadas de intereses espurios, cuando convierte en espectáculo –y frivoliza– una información, cuando contagia con su opinión una noticia, cuando da por probadas afirmaciones insuficientemente acreditadas de algunos colegas, cuando supura o irriga pesimismo, cuando se somete a modas pasajeras prestándoles una atención que no merecen, cuando refuerza o ampara alarmas injustificadas y cuando cede a la complacencia de los políticos –siempre insaciables– en el poder o en la oposición. En todos estos casos, el periodista falla.” Respiremos profundamente después de esta breve lectura y hagamos de ella una máxima a cumplir. Enlaces de interés relacionados: Javier Mayoral, libro: “El uso periodístico de las fuentes en radio y televisión” https://www.ucjc.edu/book/el-uso-periodistico-de-las-fuentes-en- radio-y-television/ Carlos González Reigosa www.cuadernosdeperiodistas.com/pdf/Cuadernos_de_Periodistas_9.p df