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Definición de liderazgo

La palabra liderazgo define a una influencia que se ejerce sobre las personas y que
permite incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo común. Quien
ejerce el liderazgo se conoce como líder.

El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de
tomar decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización que preceda, inspirando
al resto de los que participan de ese grupo a alcanzar una meta común. Por esta razón,
se dice que el liderazgo implica a más de una persona, quien dirige (el líder) y aquellos
que lo apoyen (los subordinados) y permitan que desarrolle su posición de forma eficiente.

La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que la mayor parte de las
personas deseen y trabajen por alcanzarla. Es un elemento fundamental en los gestores
del mundo empresarial, para sacar adelante una empresa u organización, pero también lo
es en otros ámbitos, como los deportes (saber dirigir un equipo a la victoria),
la educación (profesores que consiguen que sus alumnos se identifiquen con su forma de
pensar) y hasta en la familia (padres o hermanos mayores que son tenidos como absoluto
ejemplo por parte de sus hijos, por ejemplo).

Tipos de liderazgo
Liderazgo delegativo: este tipo de liderazgo es un estilo de no intervención y falta
de feedback regular. El nombre hace referencia a la palabra francesa “dejar
pasar” o “dejarlo ser”. El líder delegativo interviene solo cuando es necesario y
con la menor cantidad de control posible. Es un estilo no autoritario que se basa
en la teoría de que los empleados con mucha experiencia, entrenamiento
y motivación, necesitan menos supervisión para ser productivos. Ya que estos
trabajadores son expertos y poseen las competencias para rendir de manera
independiente, son capaces de cumplir con las tareas con muy poca vigilancia.

Liderazgo autocrático: el liderazgo autocrático permite que los supervisores tomen


decisiones y fijen las directrices sin la participación del grupo. El líder
concentra todo el poder y nadie desafía sus decisiones. Es un ejercicio de
liderazgo unidireccional, lo único que tienen que hacer los subordinados es
obedecer las directrices que marca el líder.

Liderazgo democrático: habitualmente llamado liderazgo participativo, este tipo de


liderazgo se caracteriza por crear entusiasmo entre los trabajadores al priorizar
la participación de todo el grupo. El líder promueve el diálogo entre sus
seguidores para tener en cuenta las opiniones del grupo, pero la decisión final la
toma el superior.

Liderazgo transaccional: el liderazgo transaccional se basa en transacciones, es


decir, en procesos de intercambio entre los líderes y sus seguidores. Los
seguidores reciben premios por su desempeño laboral y el líder se beneficia
porque ellos cumplen con las tareas.

Liderazgo transformacional: los líderes transformadores emplean niveles altos de


comunicación para conseguir los objetivos y aportan una visión de cambio que
consiguen transmitir a los empleados. Apuestan por generar una visión
compartida y transversal acerca de lo que debe ser la empresa en la que se
trabaja.

Toma de decisiones

Una decisión es una resolución o determinación que se toma respecto a algo. Se conoce
como toma de decisiones al proceso que consiste en realizar una elección entre
diversas alternativas.

La toma de decisiones puede aparecer en cualquier contexto de la vida cotidiana, ya sea


a nivel profesional, sentimental o familiar. El proceso, en esencia, permite resolver los
distintos desafíos a los que se debe enfrentar una persona o una organización.

A la hora de tomar una decisión, entran en juego diversos factores. En un caso ideal, se
apela a la capacidad analítica (también llamada de razonamiento) para escoger el mejor
camino posible; cuando los resultados son positivos, se produce una evolución y se abren
las puertas a la solución de conflictos.

Cualquier toma de decisiones debería incluir un amplio conocimiento del problema que se
desea superar, ya que solo luego del pertinente análisis es posible comprenderlo y dar
con una solución adecuada. Sobra decir que ante cuestiones triviales (por ejemplo, decidir
si tomar agua o jugo de naranja en una comida), el nivel de razonamiento es mucho
menos complejo y profundo, y se actúa de forma casi automática, dado que las
consecuencias de una decisión equivocada no tienen mayor importancia.

En cambio, ante decisiones verdaderamente trascendentales para la vida, se procede de


una manera muy meticulosa, sopesando los potenciales resultados, y el tiempo necesario
es mucho mayor. A lo largo del desarrollo de una persona, independientemente de su
personalidad y de sus gustos, cada nuevo día trae consigo un número creciente de
problemas a resolver, y poco a poco nos vamos convirtiendo en auténticas máquinas
especializadas en tomar decisiones.

Importancia de la toma de decisiones

Las personas tomamos decisiones todos los días, ya sea en el ámbito laboral, personal, o
económico. Este proceso es de vital importancia ya que se elige un camino, entre las
diferentes opciones que se puedan presentar en busca de lograr un objetivo o alcanzar
una meta previamente predeterminada.

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