Crucifixión, muerte y resurrección de Jesús

Introducción
Arresto e interrogatorio a Jesús
Luego del arresto de Jesús en el monte Cedrón por una compañía de soldados
judíos acompañados por Judas, fue conducido, acompañado de sus discípulos Pedro
y Simón, ante la presencia de los sacerdotes Anas y Caifás, para ser interrogado
acerca de su doctrina y sus discípulos. Sin embargo, las respuestas de Jesús no
fueron comprendidas; razón por la cual, y luego de que Pedro lo negara tres veces y
luego de que cantara el gallo como fue profetizado, fue enviado ante la autoridad
Poncio Pilatos para ser juzgado.
Entonces, Pilatos al verlos les preguntó acerca de las razones por las cuáles
detuvieron a Jesús, y al no obtener una respuesta concreta y clara, les dijo: “Tomadle
vosotros, y juzgadle según vuestra ley”. Pero, los judíos no tenían la autoridad para
sentenciarlo a muerte; por ello, Pilatos interrogó a Jesús si Él era el rey de los judíos,
¿por qué delitos lo acusaban? Así, Jesús respondió que ha venido al mundo para dar
testimonio a la verdad, y que su reino no es de este mundo. Al escuchar tales
respuestas, Pilato se dirigió a la multitud judía diciéndoles lo siguiente: “no halla en
Jesús ningún delito”.
Pero como era época de Pascua, y los judíos tenían la costumbre de soltar a
un delincuente, Pilatos les preguntó ¿a quién quieren que deje libre?, ¿al rey de los
judíos o a Barrabas? La multitud, enardecida, gritó: “Libera a Barrabas”.
Ante tal decisión de la multitud, a Pilatos no le quedó más remedio que flagelar
a Jesús, vestirlo con un manto y una corona de espinas, y presentarlo nuevamente
ante la multitud, repitiéndole que no encuentra ningún delito en él. Pero, los sumos
sacerdotes le gritaron y exigieron: !!Crucifícale! !!Crucifícale! Entonces, Pilatos les dijo:
Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. Intento soltarlo.Pero
los judíos le dijeron: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace
rey, a César se opone. Así que a Pilatos no le quedó más opción, que entregarlo para
que fuese crucificado.

ACTO I
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS
Personajes: Jesús, dos delincuentes, soldados romanos, pueblo judío, Simón
(que lo ayuda).
 Entonces, Jesús fue obligado a caminar cargando una pesada cruz hacia el
monte Gólgota en compaña de dos delincuentes, cuando fue apoyado por Simón de
Cirene, padre de Alejandro y de Rufo.
Luego, llegaron al Lugar de la Calavera, donde fue desvestido , acostado a la
fuerza sobre una cruz, amarrado con rudeza en sus dos brazos, clavado en sus
manos, y finalmente, crucificado en medio de los dos malhechores con un título que
decía: Jesús, Rey de los Judíos.
Cuando Jesús estaba en la cruz dijo: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.
Los sacerdotes le decían: salvó a otros, ahora que se salve a sí mismo. Sálvate si eres
el mesías. Bájate de esa cruz, haz uno de sus milagros.
Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Entonces Jesús dijo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó murió diciendo: PADRE,
EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.
Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las
rocas se partieron. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el
terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron:
Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
ACTO II
Sepultura de Jesús
Personajes: Poncio Pilato, José de Arimatea, mujeres que vieron el entierro.
Había un varón llamado José, de Arimatea, justo y creyente comprometido en el reino
de Dios, fue donde Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Cuando ya se lo entregaron, lo
envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún
no se había puesto a nadie.
Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y las mujeres que
habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo
fue puesto su cuerpo.
Y vueltas, prepararon especias aromáticas y unguentos; y descansaron el día de
reposo, conforme al mandamiento.

ACTO III
LA RESURECCIÓN
Personajes: Jesús, María Magdalena, Pedro y otros discípulos, ángeles
Sucedió que el primer día de la semana, María Magdalena fue en la mañana a ver
el sepulcro; y se sorprendió al ver movida la piedra. Por tal razón, fue a avisar a
Pedro y a los otros discípulos, diciéndoles:
María Magdalena: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le
han puesto.
Tal noticia, asustó tanto los discípulos (Pedro Simón), que salieron corriendo
hacia el sepulcro. Al arribar al lugar, vieron los lienzos como el sudario que
había llevado Jesús puestos allí, enrollados en un rincón, pero no su cuerpo.
Pero aún con esas evidencias, no creyeron que se habían cumplido las
Escrituras, que él señor resucitaría al tercer día.
En tanto, María estaba fuera llorando junto al sepulcro; pero cuando se inclinó
para mirar dentro del sepulcro, vio a dos ángeles con vestiduras blancas,
sentados sobre el lugar donde Jesús había sido puesto, y le dijeron:
Ángeles: Mujer, ¿por qué lloras?
María Magdalena: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto.
Luego se apareció y Jesús y le dijo:
Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella lo reconoció y le dijo:
María Magdalena:!!Maestro!!
Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había
visto al Señor, y que él había resucitado.
Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las
puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo
de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo:
Jesús: Paz a vosotros.
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los
discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Entonces Jesús les dijo otra vez:
Jesús: Por qué se asustan? ¿Por qué tienen dudas en su corazón? Miren mis
manos y mis pies. Vean que soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no
tiene ni carne ni huesos como ven que tengo yo. Lo que ha pasado es aquello
que les había anunciado, que había de cumplirse todo lo está escrito en la ley de
Moises, los profetas y los salmos. ESTA escrito que le profeta tenía que morir y
resucitar al tercer día, y en su nombre, deben anunciar el mensaje de
arrepentimiento y perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por
Jerusalen.
NIÑOS: (Reflexión final): Cuando Calef me dijo que Jesús era el hijo de Dios pensé
que era mentira. Pero luego vi los milagros increíbles que Jesús hizo y lo vi enseñar
acerca de la fuerza del amor de Dios, y vi las cosas terribles que le hicieron a Jesús, y
como lo golpearon, vi como lo clavaban a la cruz, lo vi morir, los vi bajar su cuerpo y
llevárselo, pero nunca pensé que lo VERÌA de nuevo. Pero luego algo hermoso pasó,
Dios cumplió su promesa, él prometió que traería a Jesús de nuevo la vida. En la
escrituras dice que todo aquel que crea que Jesús es el hijo de Dios, vivirá con él,
ahora, y para siempre, y me alegra, porque es lo que yo quiero hacer.