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TEORÍA POLARIDADES

Todas las emociones, las actitudes, las calidades, están conformadas por una polaridad cuyos extremos
están dos polos que parecen ser opuestos: no puede existir, por ejemplo, el calor sin el frío, así como no
puede existir la generosidad sin el egoísmo...
Cuando hablamos de nuestro carácter, cuando nos expresamos y nos relacionamos, solemos identificarnos
con algunas características que consideramos ser propias, y en este proceso ocultamos y rechazamos lo que
consideraos ser el polo opuesto de las mismas.
Por alguna razón, que puede ser consciente o inconsciente (decisión propia o introyección e valores
sociales/familiares impuestos), hacemos un juicio de valor con respeto a algunos sentimientos, emociones,
características, y terminamos despropiándonos de ellas.
Esto nos lleva a una fractura de la personalidad, a la amputación de las posibilidades de respuesta que
tenemos a la hora de vivir, a un empobrecimiento de la nuestra personalidad y de nuestros recursos
(ejemplo de la generosidad).
El trabajo con polaridades permite reconocer todas las partes ocultas de nosotras, las sombras, las partes
negadas, y de alguna manera reapropiarnos de ellas (incluso cuando decidamos conscientemente no querer
vivenciarlas).
Esto nos lleva a ampliar el abanico de posibilidades que tenemos a la hora de vivir y experimentarnos.
Lo ideal sería posicionarnos en un punto cero que nos permita improvisar según la circunstancia,
posicionándonos en cualquier punto que escojamos en la franja de respuestas que se encuentran en la línea
entre los dos polos.
En la dinámica de las polaridades intervienen los mecanismos de la introyección y de la proyección: la
introyección es el proceso que hacemos de tragarnos valores sin masticarlos, mientras la proyección es la
posibilidad de proyectar en otras personas las partes de nosotras que nos negamos (de ahí la crítica social...
muy peligrosa entre mujeres).

VISUALIZACIÓN SUBPERSONALIDADES
Afloja los brazos... la frente... los ojos... la mandíbula... la garganta... la nuca... los hombros... los brazos...
las manos... el pecho... el estómago... el vientre... la espalda... la pelvis... las nalgas... los genitales... las
piernas... los pies....
Respiras tranquílamente. Todo tu cuerpo está flojo, si hay alguna parte tensa, trata de llevar la respiración
ahí y aflojarla.
Visualiza la zona de la garganta....trata de abrirla..
Visualiza la zona del ombligo....respira por el ombligo.
Tenemos la garganta abierta y respiramos por el ombligo....

 Estamos en un prado. ¿cómo estoy? sentada, tumbada, de pie. Me fijo en el prado, ¿cómo es? Lo
miro, lo toco... ¿tiene hierba, tierra, piedras? ¿Qué temperatura hace? Calor, frío.. ¿el clima es
húmedo o seco? ¿es agradable o estoy incómoda? Me miro... ¿qué llevo puesto?... ¿cómo me siento
en este lugar?
 Miro a lo lejos y veo un camino. Bajo hasta él. ¿cómo es? .... ¿tiene curvas o es recto?... ¿cómo
siento mis pies al andar por él?,
 El camino nos lleva a un bosque. Entramos en el bosque: ¿cómo es? ¿Cómo ando por él? ¿Es fácil
atravesarlo o me encuentro dificultades? ¿tiene árboles... raíces...piedras... barro...? ¿Qué se oye?.
Miro hacia arriba... ¿qué veo? ¿puedo ver el cielo o veo las ramas de los árboles? ... ¿qué
temperatura hace? ... ¿cómo me encuentro atravesando el bosque?
 El bosque termina y vemos una casa. ¿Cómo es? ¿qué tamaño tiene? ¿qué forma?...¿de qué color es?
... ¿tiene ventanas?... ¿cuántas puertas tiene?... me acerco a la puerta de entrada.
 Entramos dentro. Antes de entrar oigo ruidos que vienen de dentro. ¿cómo son?... ¿los reconozco?..
¿a qué huele?...
 Entro hasta la sala y me encuentro a mis personalidades: ¿cómo están? Juntas, separadas.... de pie,
sentadas, tumbadas.... ¿Cuántas son? ¿Cómo son? ¿qué llevan puesto?
 Elijo a tres de ellas ¿a cuáles? Las pongo nombre. Me quedo con ellas. ¿ Cómo nos miramos?, ¿cómo
me siento con ellas?, ¿siento lo mismo con cada una de ellas?
 Nos tenemos que ir. Nos despedimos.
 Salgo de la casa. Respiro profundo. Poco a poco empiezas a mover los dedos de las manos. Los dedos
de los pies... recuperas tu ritmo de respiración. Y cuando lo desees puedes abrir los ojos, haces unas
respiraciones profundas y contactas de nuevo con la sala.

TEORÍA SUBPERSONALIDADES
Con esto hemos visto, si una subpersonalidad me domina me impide hacer cosas.
¿qué me quieren decir las subpersonalidades? Están en negociación constante.
Tenemos que dar con las claves para vernos y no juzgarnos. Esas subpersonalidades somos nosotras.
Tenemos que observar los mensajes incoherentes, del lenguaje corporal.
VISUALIZACIÓN GUIADA “LUGAR DE PODER” (empoderamiento)
Nos tumbamos, y vamos sientiendo el peso de nuestro cuerpo en el suelo, con cada respiración nos hacemos
más y más pesadas, tomamos aire, y al exalar relajamos. Nos hundimos en el suelo, nos relajamos.
Vamos respirando cada vez más profundamente, y vamos relajando los pies, llevamos la respiración a los
pies. Luego subimos lentamente por los tobillos, los gemelos, las rodillas, y renspirando seguimos
subiendo... llevamos la respiración a los muslos, a la vagina, al ano, las nalgas, las caderas... Con cada
expiración relajamos un poco más. Llegamos al abdomen, y relajamos nuestros órganos internos, el higado,
el útero, los riñones, relajamos el intestino, el estómago, y relajamos toda la columna, cada vertebra,
llevando ahí la respiración. Relajamos los pulmones, la caja torácica, el corazón, todo el pecho... y llevamos
la respiración a los hombros, al cuello, la nuca, el craneo, la coronilla, la frente, la cara, la mandíbula, y
sentimos como se van relajando. Relajamos nuestra boca, los labios, le lengua, el paladar, llevamos la
respiración a los oídos, y relajamos los ojos.
Ahora mi cuerpo está totalmente relajado, pesado, blando.
Lentamente, sin movernos, nos vamos levantando y vamos a buscar nuestros abrigos, nos vestimos y
salimos por la puerta a la calle. Caminamos en ella ¿qué veo? ¿Hay gente, o está vacia? ¿Cómo me siento?
Sigo caminando hasta encontrar un sendero: ¿cómo es? ¿Es de piedra, de tierra, de hierba? ¿Hay árboles?
¿Hay casas? ¿Qué temperatura hace? ¿Qué olores percibo? Miro a mi derecha, a mi izquierda, miro en frente
de mi. ¿Qué ruídos oígo? ¿Y yo, cómo estoy vestida? Siento la humedad del suelo bajo los pies, voy pisando
el suelo del sendero mientras sigo caminando, ¿cómo me siento?
De repente el sendero empieza a subir, y yo con él. A cada paso que doy el sendero se hace más inclinado.
Subo hacia arriba, me agarro a las raíces para ayudarme, siento el sudor, el cansancio en las piernas, mi
respiración se hace más accelerada. Sigo subiendo. Cuando llego a la cumbre, delante de mi se abre un
espacio nuevo, es un paesaje que me trasmite calma, tranquilidad, en el que me siento segura, fuerte, feliz.
¿Cómo es? ¿Es una playa, un bosque, una ciudad? ¿Es un lugar que conozco, o es nuevo? Examino este
lugar con atención, estoy colocada en el centro, y lo miro. ¿Qué color tienen los elementos de este sitio?
¿Cómo es el cielo, qué temperatura hace, qué olores hay, y qué ruídos? Camino por este escenario y me
acerco a las cosas que veo, las toco, las huelo, las chupo, las escucho...
¿Cómo me siento en este lugar? ¿Estoy completamente a gusto? Si hay algo que quiera cambiar me acerco y
lo cambio, me doy el tiempo para dejar todo como a mi me gusta. Y finalmente me siento, observo, y me
observo. Me quedo en el centro de este espacio y me coloco en la posición más cómoda para mi, y lo voy
reconociendo: este es mi refugio, este es mi lugar de poder. Este es el lugar perfecto para mi. En este lugar
estoy protegida, tengo el poder de estar a gusto, de crear, de inventar, de pedir, de darme tiempo para mi
misma.
Poco a poco vamos saliendo de nuestro refugio, y sin soltar esta sensación de tranquilidad y
poder que tenemos, nos despedimos de este lugar, miramos el paisaje por una última vez, y
vamos caminando por el sendero de vuelta, bajando lentamente, hasta que llegamos a la calle ...
(nombre del lugar en el que estémos) y volvemos a abrir la puerta de este edificio, hasta volver a
esta sala. Lentamente vamos tomando coscinencia de nuestra respiración y vamos recobrando la
percepción de nuestro cuerpo. Poco a poco vamos mobilizando nuestras manos, los pies... y
cuando estemos listas, vamos abriendo los ojos.

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