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Cultura científico humanística III Josué Heriberto Contreras Álvarez

Reporte de lectura 18-004-0041

Toda realidad tiene un carácter


mortalmente serio.
THOMAS MANN

La muerte en Venecia es una novela escrita por Thomas Mann. Es considerada parte de las
grandes obras universales. Es una obra que se caracteriza por ser parte de un legado
clásico. En ella se muestra la transformación de un personaje que se deja llevar por su
obsesión y la contemplación estética se vuelve una necesidad. El autor nos muestra una
realidad rodeada de belleza que concentra en cada palabra.

En el primer capítulo se plantea la aventura del protagonista, Von Aschenbach, que acaba
de cumplir cincuenta años. Él decide dar un paseo por solitario porque desde varios meses
no se presentaba una agradable primavera, eran principios de mayo y después de unas
noches frías había llegado un verano prematuro. En un estado de inspiración, pero también
cansado por no conciliar el sueño una noche anterior.

Durante el recorrido, que se lo toma con calma, observa atento a su alrededor. Analiza con
detenimiento lo que sucede a su alrededor. Los autos, el atardecer, lo cotidiano que sucede
en la ciudad de Anmeister. Ya cansado se da cuenta que ha llegado a un cementerio y
decide entrar en él, pero justo en la entrada tiene un encuentro con el vigilante, esto lo
marca de una manera instantánea y lo hace descubrir aquél sentimiento que lo llevó a dar
ese paseo… necesita viajar.

No sólo quería viajar, sino quería visitar una zona exótica del mundo moderno, un lugar
rodeado de naturaleza virgen, con pájaros de todos los colores, de un clima tropical y que
por supuesto se encontrara en medio de la playa o, mejor aún, una isla. En ese momento de
lucidez se dio cuenta que nunca había dejado Europa, concentrado en su gran proyecto de
vida se había alejado de cualquier distracción. Primero pensó en en viajar por el mundo, sin
embargo ya no era joven y la cantidad de tiempo que lo llevaría hacerlo no se lo podía
permitir. Después pensó en irse al campo, pero recordó que tenía una casa en las
montañas, a la cual escapaba durante los días lluviosos.

Intentó olvidarse de esos pensamientos, no obstante sus ganas de viajar se convirtieron en


ansías, le hicieron recordar lo rutinario de la vida y un miedo comenzaba a acechar sus
actividades cotidianas. Necesitaba un cambio, ese fue el pensamiento que ya no se apartó
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de su mente. La decisión estaba tomada, y se sentía feliz con ello. En ese momento el ruido
invadió sus sentidos, regresó a la realidad para encontrarse en medio de la calle, subió a un
vehículo y con la mirada buscó a aquél hombre que lo había sorprendido.

El segundo capítulo nos presenta con mayor profundidad al protagonista. Gustavo


Aschenbach, un escritor de grandes obras como la ​epopeya de Federico II​; una fuerte
narración titulada, el miserable​; un apasionado ensayo ​Espíritu y Arte​; y un tapiz novelesco
llamado ​Maia.​ Él nació en la provincia de Silencia, hijo de un alto funcionario judicial y venía
de una familia de burócratas que lo habían hecho un hombre disciplinado, pero su madre
era extranjera, hija de un director de orquesta que llevaba lo bohemio en la sangre y esto le
daba el toque extranjero y singular que lo distinguía como artista.

Desde pequeño mostró una fragilidad, era enfermizo y esto le hizo que llevará una
educación en casa. Había crecido aislado y sin amigos, sin embargo esto lo hizo darse
cuenta que pertenecía a una clase de persona que escaseaba. Estaba seguro que quería
llegar a viejo pues creía que solo se era realmente grande si el destino le otorgara la
posibilidad de crear obras durante todas sus etapas de la vida, por ello sentí que llevaba un
gran peso sobre sus hombros. Y la disciplina heredada por la familia de su padre es lo que
le había permitido llegar a la excelencia. Es por ello que a la edad de cuarenta años seguía
con una rutina productiva desde muy temprano y llevaba una agenda organizada que le
permitía cumplir todos los propósitos del día, por esta razón era una persona con una rutina
bien establecida.

Su fama llegó pronto pero no tanto, por lo que desde sus inicios se mostró como un escritor
maduro y bien formado. Era un genio que rechazaba la vulgaridad y excentricidad. Estaba
acostumbrado al esfuerzo lo que lo mantenía lejos del ocio y como todo gran artista tuvo un
desarrollo peculiar y su personalidad encajaba perfectamente en la de un bohemio.

Aschenbach tenía una estatura mediana, su color de piel era morena y siempre estaba
perfectamente afeitado. En su rostro se evidenciaba como el arte le habría dado gestos
únicos. También contrajo matrimonio en su juventud, no duró mucho tiempo a causa de la
muerte de su esposa, pero le sobrevivía una hija, y nunca tuvo un hijo varón.

En el tercer capítulo el protagonista está por emprender su viaje, pero debido a ciertos
compromisos tiene que postergar su salida. Durante este tiempo se da a la tarea de indagar
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en los mapas cuál será el destino de su aventura. En un inicio decide dirigirse a una isla del
mar adriática, una isla en donde cree que va encontrar ese ambiente exótico que tanto
deseaba pero se encuentra con unas condiciones totalmente contrarias y el clima no
favorece en nada su estadía, por lo que decide salir de ahí lo antes posible. Al buscar un
nuevo lugar para continuar su travesía, se da cuenta que Venecia es su mejor opción y se
decide a partir inmediatamente.

Para llegar a Venecia tiene que viajar en barco y su experiencia en él es de lo más surreal
cuando nota que entre un grupo de jóvenes burgueses a un viejo con una peluca que
intenta aparentar menor edad y se sorprende que solo es él quien se da cuenta de la
verdadera edad del viejo, pero éste termina por no poder seguirle el paso a los jóvenes por
lo que se ve humillado en cualquier oportunidad.

Ya casi por llegar a la ciudad de Venecia el clima sigue empeorando y ve a un mar que se
confunde con el cielo nublado, gris, sin ningún atractivo. En este momento recuerda que ya
había visitado Venecia en otra ocasión y no había sido una experiencia agradable, esto le
trajo sentimientos de tristeza pero también de esperanza porque en aquella ocasión había
llegado por tierra, esperaba que el destino le aguardara una buena estadía. En eso la costa
se hizo visible, la gran ciudad de los artistas del renacimiento se abría paso ante la neblina y
en un breve momento tuvo la sensación que le esperaba una experiencia sentimental.

Al llegar a la ciudad decidió transportarse en una góndola para llegar a su hotel, y tras una
riña que lo mantenía en un estado de inestabilidad emocional se tambaleaba entre lo
agradable del viaje y una pequeña confrontación con el ser que conducía la pequeña
embarcación por tener la impresión de que éste quería cobrarle de más. Al final el destino
se tornó a su favor y el viaje le resultó gratis.

Una vez ya instalado, decidió ir a cenar, no antes de cambiarse de ropa para presentarse de
una manera apropiada, y en ese comedor del hotel, divisó una familia polaca que retuvo su
atención, principalmente un joven muchacho que le pareció la expresión de la belleza
perfecta.

El cuarto capítulo se centra en la creciente obsesión que siente el protagonista por el joven
polaco. A causa de un incidente con su equipaje se debe quedar unos días más de lo
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planeado pero para este momento, la fijación por las actividades del muchacho lo hacen
cambiar de parecer y alargar por tiempo indefinido su viaje a Venecia.

Después de varios días de una monotonía en la rutina de estar atento a los movimientos del
joven, descubre que su nombre es Tadrio, para este momento la obsesión había crecido
que ejercía sobre él una influencia enervadora, distendía su voluntad y lo tornaba dichoso.

Al seguir de cerca al muchacho, Aschenbach se encuentra en la playa viendo como el


muchacho goza de una sobreprotección y un trato desigual al que reciben sus hermanas
por parte de la institutriz, por otra parte su madre es una distinguida mujer de sociedad que
mantiene su distancia con sus hijos pero estos se muestran respetuosos en todo momento.

Su vida en Venecia también veía afectada por su disciplina, que lo hacía levantarse
temprano, leer los periódicos, desayunar e irse a la playa para esperar al joven Tadrio,
cuando él llegaba la inspiración recorría por completo su cuerpo. Entusiasmado, tenía el
poder de sentir todo y se hundía en pensamientos sobre la belleza recordando lo que decía
Platón en su diálogo del Fedón que lo llevaba a sentirse sensible de su espíritu.

Después de varios días de observar sin descanso al muchacho, Aschenbach se sintió


desolado de no verlo en todo el día. Ya casi acabado el día, se encontraba cenando y
Tadrio seguía sin aparecer. Con un sentimiento de tristeza salió del hotel por un poco de
aire, y en ese momento se encontró con aquel muchacho tan solo unos segundos, pero
bastaron para que le sonriera y provocará un júbilo y se diera cuenta que se había
enamorado.

El capítulo cinco inicia con algunas observaciones desagradables que hace el protagonista
del mundo exterior. En primer lugar notó como el hotel se iba quedando sin huéspedes, por
lo que decidió explorar la ciudad sin encontrar alguna respuesta.

Una segunda observación surgió cuando el peluquero del hotel le platicaba como una
familia alemana había dejado Venecia y le preguntó si él no le tenía miedo al mal.
Aschenbach al pedir una explicación para tal pregunta sólo encontró el silencio y una
agresivo cambio de tema, cuestión que lo puso alerta.
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Perseguido por su obsesión con el muchacho decidió ir a la playa, pero este día fue
diferente debido a que noto el aroma que lo había envuelto algunos días anteriores. Un olor
medicinal, dulzón, y lo hacía pensar en pestes por último su regreso al hotel encontró en
las paredes advertencias sobre la ingesta de mariscos y pescados.

Durante la cena, cuando el mesero se acercó, Aschenbach aprovecho para preguntar la


razón para tales señales, pero solo encontró una excusa misma que minimizaba la situación
y le advertía que eran solo medidas de seguridad por el clima caluroso. De inmediato supo
que algo andaba mal y pensó en avisar a la familia polaca de la situación, pero al reflexionar
que esto provocaría que el joven dejará el hotel, decidió guardar silencia y seguir con la
mirada a todas partes a Tadrio.

Después de varios días la situación empeoró. Decidido a encontrar respuestas interrogó a


un inglés de una agencia de viaje que terminó por contarle todo. La ciudad sufría de una
epidemia, había llegado una peste que ya habría cobrado la vida de muchas personas pero
el gobierno lo negaba y se excusaba en que eran pocos y la situación la tenía controlada,
pero todo lo contrario en la prensa internacional se encontró con casos alarmantes y las
pruebas suficientes de lo riesgoso de seguir ahí, sin embargo la idea de no ver a Tadrio lo
mantenía a raya.

Pasaron los días y la situación empeoró. Un día al bajar a desayunar se encontró con la
sorpresa que la familia dejaba el hotel, sin importarle la opinión de los demás pregunto
cuando partirían y le informaron que saldrían esa misma tarde. Desesperado recorrió la
ciudad en busqueda de su amado. En ese momento comenzó a sentirse mal, y pensar en la
muerte. Sabía lo que significaba pero ya era demasiado tarde, se encontraba hipnotizado
por la presencia del muchacho y con la triste realidad que en tan solo unas horas partiría
con su familia.

Una vez más en la playa el protagonista ya sin importar ser discreto seguía con la mirada al
muchacho y este le devolvió la mirada como si le agradeciera por la devoción demostrada
durante estas semanas, fue tan solo un instante en la playa donde sus miradas se
encontraron de nuevo y ambos sabían que era un tipo de despedida. El jóven Tadrio dejó
Venecia esa misma tarde. Aschenbach, ya en un estado de enfermedad encontró la muerte
en la habitación de aquel hotel en Venecia.
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Referencia:
Mann, T. (1875). La muerte en Venecia (1st ed.). Xalapa, Ver.: Universidad Veracruzana.
​ e Thomas Mann concluí en tres reflexiones:
Al leer ​La muerte en Venecia d

La primera es sobre la relación que tiene el hombre con lo que lo rodea. El protagonista es
un ser humano obsesionado con cristalizar el mundo que visualiza, en un estado alerta es
consciente de todos elementos a su alrededor, tanto otros seres humanos como la
naturaleza. Se detiene a observar con detenimiento lo que está a su alrededor y a partir de
esta acción establece una relación con esa realidad. Es capaz de sentir cualquier tipo de
interacción que intelectualiza y le da un marco de acción para ser parte de ella. Pienso que
como seres producto de una modernidad, es primordial tener esta capacidad y hacer uso de
ella en lo cotidiano. Al ser conscientes de las relaciones que tenemos a todo momento
podremos encauzar nuestras acciones a un estado de equilibrio con nuestro entorno.
Puntualmente podremos encontrar como sociedad las soluciones a muchos de los
problemas que hemos provocado.

La segunda reflexión deriva del concepto de belleza. El protagonista se obsesiona con otro
ser humano a partir de la belleza que encuentra en él. En un principio se nos muestra como
una persona preocupada por su obra, una obra culminada que se encuentra en un futuro,
pero al emprender el viaje enfoca sus talentos y conocimiento al presente. El sentimiento
hacia la belleza que brota en el protagonista durante el viaje, me transporta a una
experiencia sublime, que normalmente la he experimentado al tener algún contacto con la
naturaleza u otro ser humano. Si nos dejamos llevar por esta búsqueda de belleza a nuestro
alrededor podremos darnos cuenta de lo que hemos perdido y por lo que tenemos que
hacer el esfuerzo para renovar el espíritu de la humanidad.

Por último la novela concluye en una situación bastante similar a nuestro contexto histórico.
Una decadencia en el amplio sentido de la palabra. Y el concepto de peste podría aplicarse
a muchas de las relaciones que tenemos en la actualidad. Sin embargo no recuerdo en un
pasado próximo que la decadencia no esté ligada con las ciudades, las sociedades, los
ecosistemas, las personas. Es por eso que uno de los grandes objetivos de nuestra
existencia es salir de este paradigma. Encontrar una nueva construir nuestra concepción y
las relaciones con la realidad. Conocimientos hay muchos, talentos hay innumerables,
posibilidades infinitas. La pregunta es ¿cómo conseguir este objetivo?
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