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NECESIDAD DE UN TRADUCTOR ESPECIALIZADO EN EL


PROCESO DE INTERNALIZACIÓN DE UNA EMPRESA

Banny Mansilla Fernández


Estudiante de Traducción
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En la actualidad, son cada vez más las empresas que buscan internacionalizarse, esto

con el fin de prosperar económicamente. Es por eso que es imperativo para estas empresas contar

con personal profesional adecuado que pueda realizar de manera eficiente las tareas necesarias para

concretar el proceso. Un correcto desarrollo en negocios internacionales no se puede percibir sin la

intervención de los idiomas, especialmente el inglés, ya que es considerado el idioma de los

negocios.

Muchas veces, las empresas que quieren internacionalizarse deben enfrentarse a los

distintos obstáculos y procesos que intervienen en su salida al exterior en una lengua que les es a

menudo desconocida. Debido a esto, el traductor juega un rol fundamental a la hora de mediar dos

lenguas en el ámbito económico. Sin embargo, la mayoría de las empresas no contratan traductores,

si no que les solicitan a profesionales de otras áreas, con cierto conocimiento o manejo del idioma,

que realicen las traducciones. Entonces, ¿es realmente necesario que una empresa contrate un

traductor especializado durante el proceso de internacionalización?

El siglo XX estuvo caracterizado por la expansión de la traducción profesional en

todos sus campos debido a los procesos de internacionalización y de globalización que se iniciados

en este siglo, lo cuales continuaron en el siglo siguiente y que surgieron con el incremento de las

operaciones realizadas entre distintos países y que, a su vez, ha llegado a favorecer los intercambios

comerciales internacionales.

Como ya dijimos anteriormente, la necesidad de las empresas de comunicarse

eficazmente a nivel internacional es prioritaria hoy en día, debido a esto, el traductor de profesión

se está enfocando cada vez más en el campo de los negocios internacionales. En este contexto, el

traductor especializado se convertiría en un agente comunicativo, intérprete y mediador cultural.

También debe enfrentarse a la labor de mantener un enfoque global, esto significa tener en cuenta

la parte lingüística, social y cognitiva de los receptores. O sea, se trabaja desde una perspectiva

multidisciplinar que considera a la traducción no solo como el acto de traspasar palabras, si no como
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algo que engloba muchos otros aspectos. La traductóloga Christiane Nord (2009) en su ensayo El

funcionalismo en la enseñanza de traducción afirma que:

El acto traductológico facilita la interacción comunicativa entre los miembros de

distintas comunidades culturales, construyendo un puente entre situaciones que son tan diferentes

con respecto a comportamientos verbales y no verbales, expectativas, conocimientos y puntos de

vista que no solapan lo suficiente para que emisor y receptor se comuniquen eficazmente sin ayuda

(pág. 214)

Hoy en día, la lengua franca del comercio internacional es el inglés y el tipo de lenguaje

que se utiliza en los textos económicos es bastante técnico y objetivo, es por eso que el traductor

debe conocer los distintos usos que se le dan a las palabras. En el inglés comercial se hacen

préstamos y calcos de otras lenguas cuya detección resulta esencial para decidir qué “se quiere

decir” en el texto frente a lo “que se dice”. Puede ser incluso crucial para la comprensión del texto

establecer si la lengua en la que pensaba el redactor del texto original se escribe con caracteres

latinos o con otros sistemas de escritura. Todo este tipo de información la debe manejar el traductor

especializado. Por ejemplo, saber que los préstamos y calcos del inglés son muy frecuentes en el

español de los negocios. Se utiliza “holding” en vez de “empresa matriz”, o que el termino

“dumping” se mantiene en inglés y no se usa “competencia desleal”. Un frecuente inconveniente

dentro de la traducción económica es que existen términos que no tienen traducción alguna, como

“benchmarking” que no posee un equivalente que refleje la carga semántica del término en español.

La solución más frecuente para traducir este tipo de palabras es hacer uso de una paráfrasis muy

larga, una definición del término. Entonces en este caso la traducción para “benchmarking” sería:

“práctica empresarial de comparación de eficiencia entre distintas empresas”.

Otro punto importante dentro de este tipo traducciones es el conocimiento de la cultura

de la lengua meta. El traductor debe convertirse en un mediador cultural. Según la traductora Diana

Berber (1998) en su ensayo Cultura y traducción:


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Entre las muchas habilidades requeridas del traductor ideal se encuentra el que tenga

una buena cultura general, más aparte el suficiente conocimiento de la cultura del país donde se

habla el lenguaje de origen de lo que va a traducir para poder comprender aquellas alusiones en el

texto que no se explican dentro del mismo por ser algo tan familiar y cotidiano para la mayoría de

los lectores del lenguaje de origen, o para lectores o público de una cultura general media (parr.1)

Como menciona la autora, el traductor debe ser capaz de manejar adecuadamente la

cultura meta para poder realizar una traducción con éxito. El hecho de no tener en cuenta la

dimensión cultural en el significado de las palabras puede tener consecuencias muy graves.

Generalmente, entre lengua y cultura hay una influencia interactiva. Aquí influyen los valores,

normas de comportamiento y formas de ver el mundo propios de cada sociedad. Por ejemplo,

podemos encontrar palabras influenciadas por el contexto sociocultural del país de donde proviene

el texto original. Esto ha resultado en la importación de productos financieros que han dado lugar a

necesidades terminológicas que no existían con anterioridad, es el caso del concepto “venture

capital” que, de acuerdo al artículo ¿Qué es la traducción financiera? (2015), “surge a finales de

los años cuarenta en Estados Unidos como forma de financiamiento para empresas que no cotizan

en la bolsa.” (pág. 124). También es importante el medio donde va inserto el texto: la traducción va

a variar si este se va a publicar, por ejemplo, en un folleto o en una etiqueta donde el espacio es

mínimo.

Todos estos aspectos no los considera un profesional que no se especializa en

traducción. Estos usualmente traducen palabra por palabra, no se dan el tiempo de investigar cual

es el significado real que engloba cada término. Un grupo de traductores de la Universidad de

Valladolid (2001), en su reporte The Translator as 'Language Planner', mencionan que “los

expertos que actúan como traductores son una especie de “planificadores lingüísticos” que a menudo

tienden a la traducción literal de los términos, es decir al uso del calco sin tener en cuenta su

corrección en la lengua meta” (pág. 688).


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El trabajo del traductor para un cliente empresarial no se limita a un solo acto de

traducción, sino que se desarrolla por un plazo indeterminado mientras duran las diferentes etapas

en un proceso de internacionalización (propuesta, negociación, contratación, reclamaciones,

seguimiento) y, como ya lo hemos mencionado, incluye actividades y servicios traductológicos de

todo tipo. Dentro de los servicios de traducción especializada más demandados se encuentran la

traducción escrita en actividades tales como lanzamiento de nuevos productos, negociaciones,

redacción de documentos legales, solicitudes, compras, publicaciones, diseño de catálogos,

solicitudes de clientes, exportaciones, visitas de extranjeros, entre otros. La realidad es que

normalmente la empresa pretende que el traductor satisfaga todas las necesidades de comunicación

bilingüe o multilingüe, y en ocasiones, también necesidades de tipo administrativo, e incluso

jurídico. En el contexto de la traducción jurídica, debido al comercio internacional, la creación de

bloques económicos, la firma de acuerdos o tratados y la creciente movilidad de la población

mundial, es imperativo que se consideren todos los aspectos legales que este tipo de traducción

conlleva, pues se traspasa de un sistema jurídico a otro y la trascendencia y envergadura de los

documentos es considerable y un error podría llevar a resultados irremediables. Por ejemplo, el nivel

de rigurosidad que hay que tener en la traducción de tratados de libre comercio, los cuales generan

una transformación económica que repercutirá en todos los sectores de la sociedad, es altísimo y

cometer un error aquí sería fatal. Con motivo de reafirmar lo anterior, la lingüista española María

Teresa Cabré (1993), declara que el lenguaje en la traducción especializada “son subconjuntos del

lenguaje general caracterizados pragmáticamente por tres variables: la temática, los usuarios y las

situaciones de comunicación” (pág. 139)

Dicho todo lo anterior, considero que es imperativo que un traductor especializado

realice las traducciones correspondientes en un proceso de internacionalización y que tenga un papel

crucial en los procesos de construcción terminológica, ya que tiene a su alcance diferentes

posibilidades denominativas, de entre las cuales debe seleccionar las más adecuadas en función de
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las circunstancias temáticas, pragmáticas y contextuales. El traductor posee la llamada

“competencia traductora”, esto se refiere al conjunto de capacidades, destrezas, conocimientos y

actitudes que reúnen los traductores profesiones y que intervienen en la traducción como actividad

experta. Creo que los profesionales que no poseen una formación inicial en traducción, que a lo

largo de su carrera y vida profesional han obtenido los conocimientos y habilidades necesarios que

les sirven como herramientas claves para enfrentarse a una traducción especializada, no deben

realizar la labor traductológica, o al menos no en gran nivel, ya que como se recalca a lo largo del

ensayo, el traductor especializado en el área de negocios internacionales posee un amplio

conocimiento del idioma de partida y de llegada, experiencia en el manejo de la terminología,

conoce la cultura y las convenciones sociales de la lengua meta, y actúa como un canal de

comunicación entre las partes. En un estudio respecto al lenguaje especializado económico de la

autora Carmen Álvarez (2011) destaca que:

El análisis del discurso comercial es de sumo interés ya que, en muchas ocasiones,

de él depende la marcha de la empresa o incluso puede afectar a la sociedad en conjunto. Por ello,

aquellas personas que se dediquen a elaborar estos textos, ya sea como creadores o bien como

traductores, deben conocer las convenciones sociales establecidas y aplicarlas de manera adecuada.”

(pág. 279).

El traductor se convierte en un actor imparcial que permite la mediación, precisión y

agilidad del intercambio y consenso de intereses de cada una de las partes negociadoras durante el

proceso de internalización de una empresa. Si bien un profesional que es experto en su área podría

realizar una traducción y obtener resultados favorables, pero nunca será lo mismo a una traducción

realizada por un profesional con formación específica en lenguas, culturas, con un basto dominio

en terminología especializada y que considera todos los desafíos, riegos, detalles, estudios,

especificaciones, etc, que conlleva el acto traductológico en el campo del comercio internacional.
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Las empresas se ahorrarían muchos problemas y pérdidas económicas si contrataran desde un

principio un traductor especializado. Natividad Aguayo Arrabal afirma:

Es aquí donde podemos aludir a la traducción entendida como clave del éxito en el

mercado internacional, como una forma de incrementar las oportunidades de negocio en este campo.

Así, cualquier tipo de empresa, no solo las grandes multinacionales, que decida lanzarse a la

internacionalización, debería definir unas estrategias antes de dirigirse a un cliente fuera de sus

fronteras, de forma que el idioma no suponga una barrera para lograr el éxito de la operación. (2013,

pág. 64)
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Referencias bibliográficas

Alcalde, Elena. (2015). ¿Qué es la traducción financiera? Limitación del concepto mediante la
aplicación de diversos parámetros. Estudios de Traducción 2015, vol. V, 119-131.
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comercio internacional. Recuperado abril 15 del 2019 desde
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Berber, Diana. (1998). Cultura y traducción. Recuperado abril 15 de 2019 desde
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/09/09_0154.pdf
Cabré, María Teresa. (1993). La terminología: teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona:
Antártida/Empúries 1993.
Cruz Martínez, M & Cruz Vargas, M. (2014). Características del Ingles de los términos económico-
financiero: Un enfoque traduccional. Recuperado abril 15 del 2019 desde
http://www.entreculturas.uma.es/n6pdf/articulo03.pdf
Durban, Chris (2010). Todo lo que siempre quiso saber sobre la traducción. Recuperado abril 15
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Nord, Christiane. (2009). El funcionalismo en la enseñanza de traducción. Mutatis Mutandis. Vol.
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http://bibliotecadigital.uda.edu.ar/objetos_digitales/228/tesis-1244-el.pdf

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