Sunteți pe pagina 1din 13

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/230634099

Midiendo la diversidad biológica: más allá del índice de Shannon

Article · January 2012

CITATIONS READS

15 8,680

2 authors, including:

José Antonio González-Oreja


Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
93 PUBLICATIONS   837 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Environmental monitoring of Bilbao estuary View project

Biodiversity Studies View project

All content following this page was uploaded by José Antonio González-Oreja on 06 June 2014.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 3

C O M E N TA R I O

Midiendo la diversidad biológica: más allá del índice


de Shannon
Jost, Lou 1 ; José Antonio González-Oreja 2 *
1 Vía a Runtún, Baños, Tungurahua, Ecuador, e-mail: loujost@yahoo.com
2 Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Neiker-Tecnalia, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo
Agrario, Parque Tecnológico Bizkaia, 812 L, 48160 Derio, España.
* Autor para correspondencia: e-mail: jgonzalez@neiker.net, jgonzorj@hotmail.com

Resumen — El estudio de la biodiversidad forma parte de los intereses de numerosos


biólogos, pero las herramientas matemáticas que aplican en su medida no siempre son las
correctas para realizar inferencias sobre los cambios en la diversidad biológica, o sobre la im-
portancia relativa de la diversidad dentro y entre grupos. Los índices de diversidad basados
en la abundancia más utilizados en ecología, el índice de Shannon o el de Gini-Simpson, que
combinan la riqueza de especies con su equitabilidad, son medidas legítimas de algo relacio-
nado con la complejidad de las comunidades biológicas; pero no son directamente compatibles
con las reglas de inferencia que utilizan los biólogos. En muchos casos, las conclusiones
obtenidas a partir de su estudio no serán válidas. Además, no comparten unidades entre sí,
ni con la riqueza de especies, por lo que sus valores no se pueden comparar directamente.
Sin embargo, es posible convertirlos a una escala lineal de riqueza, y comparar unos con
otros, calculando el número equivalente de especies: es decir, el número de especies igual-
mente comunes (equiprobables) que compondrían una comunidad con la misma complejidad
que la indicada por la medida original. Tras esta conversión, todas las medidas habituales de
complejidad de un mismo orden q tienen la misma fórmula: q D ≡ [Σ p i q ] 1/(1 – q). La medida de
diversidad más adecuada, y la única que pondera a todas las especies según su importancia
relativa, es el límite de esta expresión cuando q tiende a 1, que equivale a la exponencial del
índice de Shannon: 1 D = e [–Σpi×ln(pi)] . Mediante ejemplos, a lo largo del texto se explican las
diferencias entre estas medidas de diversidad real y los índices de Shannon y Gini-Simpson
sin convertir, y se ilustran las consecuencias que puede acarrear un uso inadecuado de los
índices habituales. Para evaluar de modo adecuado los cambios espaciales y temporales en
la diversidad de especies, y evitar errores de conservación con resultados potencialmente ir-
reversibles, es importante utilizar métodos cuyas propiedades sigan las reglas de inferencia
utilizadas. Los índices de Shannon y Gini-Simpson no cumplen este requisito, pero el número
equivalente de especies sí.
Palabras clave: Biodiversidad, conservación, entropía de Shannon, equitabilidad, índice de
Simpson, número equivalente de especies, números de Hill, riqueza.

Abstract — «Measuring biological diversity: Beyond the Shannon index». The study of
biodiversity is the concern of countless biologists, but the mathematical tools they use to
measure it are not always adequate to make inferences about changes in biological diversity,
or about the relative importance of within- and between-group diversity. The abundance-based
diversity indices most used in ecology, the Shannon or Gini-Simpson indices, which combine
both species richness and equitability, are genuine measures of something related to the
complexity of biological communities; but they are not directly compatible with the rules of
inference biologists apply to them. Conclusions based on them will often be invalid. They are
also not in the same units as each other, or as species richness, so they cannot be com-
pared across indices. Nevertheless, they can be converted to a linear species richness
scale by taking their equivalent number of species, the number of equally common, equiprob-
able species needed to produce a community with the same complexity as that indicated by
the original measure. After this conversion, measures can be directly compared with each
other. All standard complexity measures of given order q have the same formula when con-

Recibido: 20/04/12 – Aceptado: 11/06/12


4 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

verted: q D ≡ [Σ p i q ] 1/(1 – q) . The most useful diversity measure, and the only one that weighs
all species exactly according to their relative contribution to the community, is the limit of this
expression as q approaches 1, which equals the exponential of the Shannon index, 1 D =
e [–Σpi×ln(pi)]. Differences between true diversity measures and the unconverted Shannon and Gini-
Simpson indices are highlighted by means of examples, and inappropriate use of standard
indices is illustrated. In order to adequately assess spatial and temporal changes in biological
diversity, and to avoid conser vation mistakes with potentially irreversible consequences, it is
important to use measures whose properties match the rules of inference used. Shannon
and Gini-Simpson indices fail in this, but equivalent number of species succeeds.
Key words: Biodiversity, conser vation, Shannon entropy, equitability, Simpson index, equiv-
alent number of species, Hill numbers, richness.

INTRODUCCIÓN rar la gestión y la conservación de la propia


biodiversidad. Algunos de nuestros colegas
Muchos estudiantes de biología, y muchos sienten que la biodiversidad forma parte de
biólogos profesionales, encuentran apasio- su vida en un sentido profundo, y piensan en
nante estudiar la biodiversidad, es decir, la nuevas y mejores formas de entender la diver-
enorme variedad de patrones y procesos en sidad biológica… del mismo modo en que
los que se estructura el fenómeno de la vida, realizan el acto de la respiración: incons-
en sus diferentes escalas espaciales y tempo- cientemente. Sin embargo, reconozcámoslo
rales. ¿Quién de entre los lectores de este tra- de antemano, no todos los estudiantes de
bajo no ha sentido alguna vez «la llamada biología, ni todos los biólogos expertos,
de la selva»? Nos referimos, por ejemplo, al sienten la misma pasión… por las matemáti-
estudio de los grandes primates de las jun- cas. Así como Dobzhanski (1973) observó
glas y selvas tropicales siempre verdes, mu- acertadamente que «Nada en biología tiene
chos de ellos en peligro de extinción, que sentido si no es a la luz de la evolución»,
suelen protagonizar los vistosos documenta- otros han señalado que «Nada en biología
les de National Geographic, Discovery Chan- tiene sentido sin un ‘toque’ de matemáticas»
nel, o Animal Planet. Pero, igualmente, a las (Ranganath, 2003).
comunidades microbianas de los suelos agrí- ¿Qué ocurriría si las herramientas mate-
colas o forestales, que aún hoy pasan des- máticas con las que estudiamos la diversi-
apercibidas incluso para muchos biólogos, a dad biológica, es decir, con las que medimos
pesar de ser tremendamente importantes por de alguna forma su magnitud, o establece-
las funciones ecológicas que realizan en los mos criterios y prioridades de conservación,
ciclos biogeoquímicos de los elementos en la o evaluamos el impacto de problemas
naturaleza; o la escasamente conocida biodi- medioambientales tan «clásicos» como la
versidad ligada a las fumarolas volcánicas contaminación por vertido de aguas residua-
de las profundidades abisales de los grandes les, o tan «de moda» como las especies inva-
mares y océanos; o los Passeriformes de las soras o el cambio ambiental global, no fue-
ruidosas áreas verdes urbanas de la enorme ran las adecuadas? ¿A qué conclusiones lle-
Ciudad de México; o las plantas con flor de garíamos si el uso que hacemos de las medi-
los prados de siega del caserío vasco, etc. De das de diversidad no es compatible con las
hecho, la biodiversidad está en cualquier reglas que aplicamos para realizar inferen-
parte, y en las más insospechadas (Wilson, cias válidas sobre el comportamiento de la
1994; Eldredge, 1998). propia diversidad biológica? ¿Podríamos es-
Hay muchas razones por las que dedicar tar, quizás, promoviendo de modo incons-
el programa de investigación de toda una ciente la desaparición de la biodiversidad y
vida a esta pasión, probablemente tantas la destrucción de los ecosistemas? Si así fue-
como investigadores, incluyendo la aplica- ra, ¿no deberíamos agregar esa «pizca» de
ción del conocimiento así generado a mejo- matemáticas, o modificar las «recetas» que
Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 5

tenemos para medir y entender la diversi- plejidad de un conjunto de especies. Muchas


dad? Como veremos a continuación, éstas no de estas medidas suelen combinar dos ele-
son preguntas retóricas. mentos de la estructura de las comunidades,
Aunque cada vez se utilizan más otras a saber: la riqueza (es decir, el número de
formas (complementarias) de estudiar la di- especies) y la equitabilidad* (la abundancia
versidad biológica, los índices de diversidad relativa de las especies). Aunque cada medi-
siguen aplicándose en multitud de ocasiones, da pondera a las especies raras o abundan-
y no siempre de modo correcto. En este artí- tes de modo distinto, se suele asociar una
culo revisamos algunos conceptos relaciona- alta diversidad con una alta riqueza, o con
dos con el estudio de la diversidad biológica, una alta equitabilidad, o con ambas caracte-
e ilustramos el mal uso que se hace de los rísticas. En realidad, hay una enorme canti-
índices que más frecuentemente se emplean dad de medidas de diversidad «disponibles
para medir la diversidad de especies dentro en la caja de herramientas», y todas miden
de las comunidades. Estos problemas afec- algún aspecto relacionado con la compleji-
tan también a las medidas más populares de dad en la composición o en la estructura de
diversidad filogenética o funcional, y las so- las comunidades, por lo que no es extraño
luciones son iguales a las que aquí mostra- estar «perdido» sobre las propiedades de
mos. No discutiremos más este tema, pero el unos y otros índices (tanto es así que algu-
lector interesado puede consultar los recien- nos autores hablan de una «jungla» de diver-
tes trabajos de Chao et al. (2010) y Leinster sidad; Ricotta, 2005), así como sobre el
y Cobbold (2012). comportamiento de los índices ante los dis-
tintos factores que los modifican (Moreno,
LA DIVERSIDAD Y LOS ÍNDICES 2001; Magurran, 2004).
DE DIVERSIDAD Los índices de diversidad de especies más
frecuentemente utilizados por quienes miden
El Diccionario de la Real Academia Es- la magnitud de la diversidad biológica son
pañola explica que diversidad es «variedad, los siguientes:
desemejanza, diferencia», y «abundancia,
gran cantidad de varias cosas distintas». Di- Riqueza de especies:
versidad es uno de esos términos generales Drich = S = Σ pi0
que usamos en ecología para hacer referen-
cia a algo más concreto: la complejidad pre-
sente en la estructura de una comunidad; o, (*) Sin pretender sentar cátedra en el
con otras palabras, la presencia de diferen- uso del idioma, y aunque la Real Academia
Española no lo incluye en su Diccionario, tra-
cias entre los elementos que componen una
ducimos por equitabilidad el término inglés
«colección» o «ensamble» de especies (ass-
evenness, o equitability; de hecho, pensamos
emblage, sensu Fauth et al., 1996). Según que equitabilidad (i.e., la abundancia relativa
algunos autores, la diversidad resume, para de las especies en el seno de una comuni-
variables cualitativas, lo que la varianza dad) puede ser la traducción más común de
mide para variables cuantitativas. Desde un este concepto entre los lectores potenciales
punto de vista estadístico, la diversidad de de nuestro artículo. Otra palabra que tam-
una comunidad biológica es una medida de bién se ha utilizado con profusión en la lite-
la incertidumbre que hay a la hora de pre- ratura ecológica con el mismo significado es
decir la identidad de una especie de esa co- equitatividad, aunque el Diccionario de la RAE
munidad: otra forma de expresar la rareza tampoco la acepta. Quizás por estas razo-
nes otros autores han preferido usar, en es-
media de las especies que la integran (Patil,
tos casos, equidad (por ejemplo, Moreno,
2002).
2001); sin embargo, ninguno de los signifi-
Los índices de diversidad de especies ha- cados que el Diccionario recoge para equi-
bitualmente utilizados son formas matemáti- dad está relacionado con los índices que mi-
cas más o menos sencillas de medir la com- den la diversidad.
6 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

Índice de Shannon: diversidad. Por ejemplo, el índice de Shan-


HShannon = – Σ pi × logb(pi) non es una medida de la entropía que está
presente en un sistema, o de la incertidumbre
Exponencial del índice de Shannon: asociada con el resultado de un proceso; por
Dexp Shannon = bHShannon ello, el índice de Shannon es una medida
razonable de la complejidad biológica, pero
Índice de Gini-Simpson: no es la diversidad per se. Como veremos a
HGini-Simpson = 1 – Σ pi2 lo largo de este texto, es necesario distinguir
claramente entre la entropía de un sistema
Inverso del índice de Gini-Simpson: cualquiera y el número equivalente de ele-
Dinv Gini-Simpson = 1/ (1 – HGini-Simpson) = 1/Σ mentos con la misma abundancia que com-
pi2 ponen dicho sistema, pues es este último con-
cepto el que está más ligado a la diversidad
En estas expresiones, pi es la abundancia biológica (José, 2006, 2007). Un ejemplo
relativa de la especie i, es decir, la abundan- permitirá entender esta idea**.
cia de la especie i dividida entre la suma de Imaginemos una comunidad A con un
las abundancias de las S especies que com- número S de especies, todas ellas con la mis-
ponen la comunidad; logb(pi) es el logarit- ma abundancia (es decir, en A, p i es una
mo en base b de pi; y la sumatoria (Σ) se constante, y vale 1/S). Es razonable afirmar
extiende a las S especies. Para calcular el que, si las especies son igualmente abundan-
índice de Shannon, generalmente se toman tes (es decir, si son equiprobables), una co-
logaritmos naturales (ln(pi), cuya base es el munidad B con el doble de especies que A
número e = 2,71828…), pero también son (2S) tiene una diversidad de especies dos
válidas otras bases, como 2 ó 10. En función veces mayor que A. Vemos que, cuando todas
de la base de los logaritmos utilizada, el ín- las especies son igual de abundantes, la di-
dice de Shannon se expresa en unas unidades versidad (D) es proporcional a la riqueza de
o en otras (v.g., nats, cuando la base es el especies (S): D ∝ S. Si fijamos una constante
número e; bits, cuando la base es 2; y decits, de proporcionalidad entre S y D igual a la
cuando la base es 10), aunque es mucho unidad, tenemos que, cuando todas las espe-
más frecuente ver expresiones como H = cies son igual de abundantes, D = S; por
1,95 o H = 2,39 (sin unidades). Por ello, ello, la comunidad A tiene una diversidad D
siempre es necesario indicar qué base de lo- = S, mientras que en la comunidad B se
garitmos hemos utilizado en los cálculos. De cumple que D = 2S. Ahora bien, el índice de
hecho, una de las fuentes de error más habi- diversidad de Shannon medido en la comuni-
tuales al comparar índices de diversidad de dad B no es el doble del valor medido en la
especies radica en que se toman índices que comunidad A***. Así, si S = 5, HShannon(A)
fueron calculados usando logaritmos con
distinta base (Feinsinger, 2004). A veces pue-
de interesarnos convertir un índice de Shan- (**) Para más detalles y ejemplos en el
non calculado con una base a su valor calcu- mismo sentido, el lector interesado puede
lado con otra, lo que se puede hacer fácil- consultar la página web «Mathematical Biolo-
gy Ar ticles by Lou Jost»: http://www.lou
mente mediante factores de multiplicación
jost.com
(véase, por ejemplo, Zar, 1999: 42).
(***) Se puede demostrar que, cualquie-
Tal y como se aplican en ecología, los ra que sea la abundancia de las especies en
índices anteriores son medidas legítimas de una comunidad, siempre que sean equiproba-
algo relacionado con la complejidad o diver- bles, H Shannon = log(S). Del mismo modo,
sidad de las comunidades, pero no todas son siempre que las especies tengan las mismas
medidas de diversidad real, y no todas son abundancias, H Gini-Simpson = 1 – (1/S). Hare-
compatibles con la forma de razonar de los mos uso de estas equivalencias a lo largo
biólogos que las utilizan en estudios de bio- del texto.
Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 7

= 1,609; por otro lado, 2S = 10, por lo que (que también se ha llamado número efectivo
HShannon(B) = 2,303 (tomando logaritmos de especies; MacArthur, 1965), y es una me-
naturales). Está claro que 2,303 no es el do- dida correcta de su diversidad.
ble de 1,609. En realidad, el valor numérico
del índice de Shannon mide la incertidumbre MED I D A S D E D I VER SI D A D D E O R D EN
en la identidad de las especies que compo- Q, Y NÚMERO EQUIVALENTE DE
nen una comunidad, pero no responde de ESPECIES
modo lineal a la noción intuitiva de diversi-
dad de un sistema que hemos considerado al Muchos de los índices propuestos en la
inicio de este párrafo. bibliografía para medir la complejidad de
Aún así, si persistimos en considerar que una comunidad son funciones que incluyen
el índice de Shannon es una buena medida el sumatorio Σ piq (o son los límites mate-
de la diversidad (pero no es la diversidad máticos de expresiones similares cuando el
misma), podemos pensar que todas las co- exponente q tiende a la unidad; Jost, 2006).
munidades que presentan el mismo valor del Si, como acabamos de hacer para el índice
índice (siempre que se haya calculado con de Shannon, obtenemos el algoritmo general
la misma base de los logaritmos) son equi- que permite convertir valores de entropía en
valentes respecto a su diversidad; es decir, se valores de diversidad, se logra la siguiente
crean clases de equivalencia entre comunida- expresión:
des que comparten un mismo índice de
Shannon. Por lo menos teóricamente, en Ec. [1] qD ≡ [Σ piq]1/(1 – q)
cada una de estas clases hay una comunidad
cuyas especies son todas igualmente comu- Los resultados de esta expresión, con dis-
nes (como hemos supuesto en los ejemplos tintos valores de q (i.e., q = 0, 1, 2), son los
anteriores); en esta comunidad imaginaria, «números de Hill» (véase, por ejemplo, Magu-
la diversidad real (D) será igual al número rran, 2004). La Ec. [1] muestra la unidad fun-
de especies (S), mientras que todas las de- damental de la mayor parte de las medidas de
más comunidades biológicas de la misma diversidad y, además, exhibe las propiedades
clase (i.e., con el mismo valor del índice matemáticas que son deseables en una medi-
HShannon) compartirán la misma diversidad da correcta de la diversidad (Jost, 2006,
de especies. Entonces, calcular la diversidad 2007). Al superíndice de D, y exponente de pi,
de especies de una comunidad cualquiera es q, se le conoce como orden de la diversidad.
lo mismo que determinar a qué comunidad Se puede demostrar que, para todos los índices
compuesta por especies con abundancias de diversidad que son funciones matemáticas
iguales resulta equivalente; es decir, equivale del tipo presentado en la Ec. [1], la diversidad
a encontrar una comunidad de referencia D depende tan sólo del orden q y de los valo-
(formada por especies igualmente comunes) res pi, y no de la forma algebraica que adopte
con la misma diversidad que la comunidad el índice concreto que utilicemos para medir
de interés. Un poco de álgebra elemental la diversidad. Esto implica que, cuando cal-
muestra que, para el índice de Shannon cal- culamos la diversidad de especies de una co-
culado con logaritmos naturales, podemos munidad, no importa el índice concreto que
calcular el número de especies igualmente utilicemos para realizar el cálculo, siempre y
comunes que integran una comunidad cual- cuando todas las expresiones sean del mismo
quiera como D = exp(HShannon) = eHShannon. orden, q: todos los valores serán expresiones
Jost (2006, 2007) presenta una tabla que del mismo número equivalente de especies
permite convertir índices de diversidad igualmente comunes, D. De hecho, Jost
(como las medidas de complejidad o entro- (2006, 2007) propone que los índices de di-
pía) a medidas de diversidad. En todo caso, versidad tradicionalmente calculados son to-
el valor D es el número equivalente de espe- talmente superfluos; sólo sus números equiva-
cies igualmente comunes de una comunidad lentes de especies igualmente comunes tienen
8 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

significado real como medidas de la diversi- exp(HShannon(b)) = 2,018. Por lo tanto, la


dad (véase, también, Jost, 2009). Dado que diversidad de especies en la comunidad 2,
éstos pueden calcularse de un modo mucho medida como el número equivalente de espe-
más elegante a partir de la Ec. [1], como «nú- cies, es 24,78 veces menor que en la comuni-
meros de Hill», no hay razón para calcular dad 1 [i.e., 1D(a)/ 1D(b)]; en lugar de estar
primero índices de diversidad, como la entro- compuesta por 50 especies equiprobables, es
pía de Shannon o el índice de Gini-Simpson, y como si estuviéramos ante una comunidad
convertirlos después en medidas de diversi- con sólo algo más de 2 especies con una
dad, como D. misma abundancia.
El orden q de una medida de diversidad Todos los valores q < 1 ponderan más a
D indica su mayor o menor sensibilidad a la las especies raras según su abundancia en la
rareza de las especies. La diversidad de or- comunidad de interés, mientras que todos
den cero (q = 0: 0D) resulta completamente los valores q > 1 dan mayor importancia a
insensible a las diferencias en las abundan- las especies comunes. Sólo hay un valor q
cias relativas de las especies, y se conoce que da a todas las especies un peso igual a
mejor con el nombre de riqueza de especies. su abundancia relativa, sin favorecer o pe-
La riqueza pondera a todas las especies con nalizar ni a las especies raras ni a las fre-
el mismo rasero; es decir, todas suman lo cuentes: q = 1. En realidad, la Ec. [1] no
mismo al valor del índice, lo que no siempre está definida para q = 1, pero su límite sí
es lo más adecuado, como cuando unas es- existe, y vale:
pecies son mucho más abundantes que otras.
Por ejemplo, entre muchas otras posibilida- Ec. [2] 1D = exp[ – Σ p ×ln(p )] =
i i
des, una comunidad con 50 especies y 500 exp(HShannon) = eHShannon
individuos en total puede estar compuesta
(a) por especies con la misma abundancia Esta expresión ya la conocemos, pues es
[i.e., todas las especies con 10 individuos], o la exponencial de la entropía de Shannon
también (b) por una única especie muy cuando se utilizan logaritmos naturales, que
abundante y el resto muy raras [i.e., 1 espe- hemos utilizado más arriba para calcular el
cie con 451 individuos, y las 49 especies res- número equivalente de especies de una co-
tantes con sólo 1 individuo cada una]. En munidad cuando su complejidad se mide
ambos casos, la riqueza es la misma: 50 es- por el índice de Shannon. Resulta impresio-
pecies. Pero, en la primera comunidad, la nante que la célebre ecuación que mide la
diversidad de especies es máxima para una entropía de Shannon, tan utilizada en ecolo-
comunidad de esa riqueza (H Shannon(a) = gía, no sea algo que los biólogos hemos to-
ln(50) = 3,912), mientras que en la segunda mado prestado de otras ciencias, sino que se
es sustancialmente menor (HShannon(b) = obtiene de modo natural desde el razona-
0,8138). ¿Cómo entender el significado de miento sobre la biodiversidad. Nótese que el
estos números y la magnitud de su diferen- índice de Gini-Simpson, HGini-Simpson = 1 – Σ
cia? Podríamos pensar que la diversidad en pi2, es una medida de la diversidad de orden
la primera comunidad es unas 4,8 veces q = 2, y que su número equivalente de espe-
mayor que en la segunda [HShannon(a)/ cies se puede obtener mediante 1/(1 – HGini-
HShannon(b)]. Pero, para apreciar realmente 2
Simpson), o lo que es lo mismo, 1/Σ p i (es
la diferencia en diversidad, no debemos pres- decir, el inverso del índice de Gini-Simpson).
tar atención a los valores brutos HShannon,
sino a sus números equivalentes de especies. APLICACIONES: ÍNDICES DE
En el primer caso, el número equivalente de COMPLEJIDAD ≠ DIVERSIDAD
especies es 1D(a) = exp(HShannon(a)) = 50 BIOLÓGICA
(un resultado lógico, pues las 50 especies
que componen la comunidad son igualmente Las diferencias aquí expuestas entre di-
comunes); en el segundo caso, 1D(b) = versidad biológica y medidas de complejidad
Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 9

de las comunidades biológicas (o incerti- muchísimo más sutiles cuando los aplicamos
dumbre, como la entropía) no son mera- a otras situaciones «más mundanas»?
mente semánticas, y no reconocerlas puede Si analizamos el cambio en la riqueza de
acarrear consecuencias indeseadas en cam- especies, vemos que su comportamiento es
pos de investigación aplicada relacionados exactamente éste: después del impacto hay
con la medida de la diversidad biológica y sólo 1000 especies, que es el 0,1% del total
sus cambios, como la biología de la conser- antes del encuentro con el meteorito. Sin
vación y la evaluación de los impactos am- embargo, los índices de diversidad normal-
bientales (Jost, 2009). Es importante obser- mente utilizados, como Shannon o Gini-
var que estos problemas son más graves en Simpson, no conducen a la misma conclu-
áreas de elevada biodiversidad; es el caso, sión. El índice de Shannon calculado toman-
por ejemplo, de los ecosistemas complejos de do logaritmos naturales desciende desde 1D
países situados en latitudes tropicales de = 13,81 antes del impacto a 6,91 después,
América Latina. Es más, los índices de diver- lo que se podría interpretar como una pérdi-
sidad tradicionalmente utilizados se propu- da de «sólo» el 50% en la diversidad del
sieron en tiempos en los que los ecólogos continente antes y después del meteorito
cuantitativos aún trabajaban principalmente (100 × 6,91/13,81). La situación es aún
en países situados en latitudes templadas; no peor si expresamos el cambio en la diversi-
es descabellado pensar que, por ello, no se dad mediante el índice de Gini-Simpson,
dieron cuenta de la magnitud del problema, pues desciende desde 0,999999 a 0,999, una
o le restaron importancia. pérdida que aparenta ser «totalmente des-
Afortunadamente, la mejor forma de evi- preciable»… ¡aunque se hayan extinguido
tar estos problemas es convertir las medidas 999.000 especies del 1.000.000 inicial! Un
de entropía derivadas de los índices de diver- ecólogo que utilizase el índice de Gini-Simp-
sidad (HShannon, HGini-Simpson) en medidas de son para medir las consecuencias sobre la
diversidad (D). O, mejor aún, calcular direc- biodiversidad que acarrea el choque del me-
tamente las medidas de diversidad (median- teorito, un meteorito que acabó con el 99,9%
te las Ec. [1] y [2]). de la diversidad biológica del continente,
concluiría de modo completamente erróneo
1. E L METEORITO ASESINO que su efecto fue despreciable, pues sólo pro-
Como un primer ejemplo imaginario, su- vocó una reducción del 0,1% en el valor de
pongamos que un continente completo con dicho índice.
una riqueza total de 1 × 106 especies, todas Los índices de Shannon y Gini-Simpson,
ellas igualmente abundantes, es alcanzado per se, son pobres herramientas con las que
por un meteorito que colisiona súbitamente juzgar los efectos que las catástrofes natura-
con la Tierra; y admitamos también que, les o las actividades humanas causan en la
como resultado del impacto, desaparece biodiversidad, y por extensión para evaluar
exactamente el 99,9% de las especies del los cambios espaciales y temporales en la
continente, dejando tan sólo una pequeña propia diversidad. Ahora bien, si converti-
fracción (1 × 103 especies, el 0,1% del valor mos los valores de los índices en números
inicial). Claramente, la diversidad biológica equivalentes de especies, entonces el análisis
del continente ha sufrido una reducción se aclara y concuerda con el razonamiento
drástica, casi total, que muchos biólogos y intuitivo: la pérdida de biodiversidad del
ecólogos de la conservación juzgarían sin 99,9%. Como ya sabemos, la entropía de
duda como catastrófica. En buena lógica, Shannon equivale a un número equivalente
sería de esperar que los índices que usamos de especies exp(HShannon); por ello, antes del
para medir la biodiversidad nos llevasen a impacto la diversidad en el continente era
la misma conclusión. De lo contrario, ¿cómo 1D = exp(13,81) ~ 1 × 106 especies, mien-

podemos esperar que esos mismos índices tras que después del impacto D = exp(6,91)
puedan detectar cambios en la biodiversidad ~ 1 × 103 especies; esto confirma una pérdi-
10 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

da de diversidad del 99,9%. Se llega a la Es mucho más informativo abordar el


misma conclusión calculando el cambio en análisis mediante el estudio de la diversidad
el número equivalente de especies según el real antes y después del vertido (es decir, del
índice de Gini-Simpson. Es importante seña- número equivalente de especies; D). Si antes
lar que la validez general del ejemplo no del vertido HShannon(1) = 4,5, entonces D =
depende del hecho de que las especies sean 90; después del vertido, con HShannon(2) =
igualmente comunes, aunque la exactitud de 4,1, D ~ 60. De este modo, es fácil apreciar
los valores comparados desaparece. que el impacto del vertido no es pequeño,
sino mucho mayor, pues ha provocado una
2. E L DESASTRE DEL U NSINKABLE pérdida de biodiversidad que equivale al
B IGARRENA 33,3% (i.e., 100 × (90 – 60)/90).
Pero no seamos tan catastrofistas como En realidad, el tamaño del efecto (en
para proponer un escenario de pérdida casi este caso, la magnitud de la diferencia en
total de la biodiversidad. Imaginemos que, índices de diversidad) no tiene relación con
tras un competido concurso de méritos, un su significación estadística, pues es posible
equipo de biólogos marinos de la Universi- inferir un valor P muy significativo a partir
dad local ha sido contratado por la Autori- de muestras muy grandes, aunque el efecto
dad competente para realizar una evalua- sea de tamaño diminuto.
ción del impacto generado en las comunida-
des costeras de animales invertebrados del 3. N UEVO RESORT
intermareal rocoso tras el vertido «acciden- EN LA «R IVIERA M AYA »
tal» de grandes volúmenes de crudo desde el Pongamos un último ejemplo. Imagine-
enorme buque petrolero Unsinkable Bigarre- mos que un archipiélago en la espectacular
na. Imaginemos también que, tras invertir y casi paradisíaca «Riviera Maya», del mar
un elevado presupuesto, y como resultado de Caribe de México, está formado por 20 islas
un duro trabajo de campo en condiciones no pequeñas, amenazadas por la construcción
siempre agradables (por ejemplo, bajas tem- de un ambicioso complejo hotelero ligado al
peraturas, pendientes expuestas, fuerte olea- turismo all inclusive promovido por «agresi-
je, etc.), han logrado determinar que el índi- vas» compañías de España. Por simplificar,
ce de Shannon antes del vertido era HShan- imaginemos también que cada isla tiene el
non(1) = 4,5, mientras que después HShan- mismo número de individuos y el mismo
non(2) = 4,1. Supongamos, además, que un número de especies; por lo tanto, cada isla
contraste estadístico de la diferencia entre atesora la misma cantidad de diversidad bio-
estos dos valores, quizás mediante una prue- lógica.**** Admitamos, además, que no
ba de la t para índices de Shannon (Zar hay especies compartidas entre las islas, por
1999), resulta estadísticamente significativo lo que cada isla contribuye con una porción
al valor habitual del 5% (es decir, P < única a la diversidad total del archipiélago.
0,05). Entonces, si nuestro equipo de biólo- Y pongamos esta vez que las especies no son
gos entregase un elaborado informe en el igualmente abundantes, sino que presentan
que concluyese, «científicamente», que el las abundancias relativas encontradas en
vertido no ha tenido un notable impacto, realidad entre los árboles de la Isla de Barro
pues la diversidad sólo ha descendido «lige-
ramente» [en realidad, los índices de Shan-
(****) Por lo menos, en este nivel de
non han disminuido sólo un 8,9%; i.e., 100 análisis, de medidas de la diversidad que se
× (4,5 – 4,1)/4,5], sería claramente una for- pueden denominar species-neutral. Es decir,
ma errónea y desafortunada de evaluar la que consideran sólo las diferencias en las
magnitud del impacto sobre la diversidad abundancias relativas de las especies, pero
biológica… y un despilfarro del dinero que no otras propiedades como sus relaciones fi-
la entidad financiadora destinó al proyecto logenéticas o sus funciones ecológicas (Jost,
de investigación. 2009).
Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 11

Colorado, en Panamá, bien conocida entre hasta el 95% de la «diversidad» de las 20


los ecólogos. ¿Cuántas islas deberíamos pro- islas protegiendo solamente 1, aun cuando
teger si quisiéramos conservar por lo menos todas y cada una de las islas son totalmen-
la mitad de la diversidad biológica del ar- te diferentes e igualmente diversas. Tal y
chipiélago? como está presentado, este análisis (que
Intuitivamente, con las premisas que aca- podría haber sido hecho por un equipo de
bamos de presentar, la respuesta correcta es: biólogos «expertos» y «competentes») sería
10 islas, pues cada una contribuye del mis- una excelente herramienta de propaganda
mo modo al total. ¿Qué medidas de diversi- para las «agresivas» compañías turísticas
dad conducen a esta misma respuesta? Vea- que pretenden construir en el archipiélago y
mos. Si la riqueza en cada isla es S = 300 tratan de justificar el «desarrollo económi-
especies, entonces la riqueza total del archi- co» en 19 de las 20 islas. Pero, claramente,
piélago es 20 islas × 300 especies/isla = no debería ser el modo de pensar de los
6.000 especies; así, protegiendo 10 islas, biólogos y ecólogos de la conservación pre-
podríamos conservar la mitad de la diversi- ocupados por la diversidad biológica del
dad, 3.000 especies. Es decir, si la diversidad archipiélago del ejemplo.
se mide en términos de número de especies,
y el número de especies es igual en cada 4. T RES EJEMPLOS REALES
isla, considerando la riqueza obtenemos la Podría parecer que estos tres ejemplos
respuesta intuitivamente correcta. Pero la imaginarios, quizás extremos en sus valo-
entropía de Shannon y el índice de Gini- res, tienen sólo fines didácticos y que ilus-
Simpson no conducen a esta misma respues- tran escenarios difíciles de encontrar en la
ta. Midiendo la diversidad de cada isla me- realidad. Sin embargo, cálculos similares a
diante el índice de Shannon, vemos que en estos, que implican proporciones directas
cada isla HShannon = 3,96, mientras que en entre índices de diversidad de especies, se
todo el archipiélago se cumple que HShannon encuentran en realidad en las publicaciones
= 6,95 (podemos calcular el índice de recientes de varios investigadores (véase,
Shannon para todo el archipiélago sumando también, Moreno et al., 2011). Por ejemplo,
las abundancias de todas las especies de to- (i) Dogra et al. (2009) analizaron el im-
das las islas, y calculando después la diversi- pacto de tres especies de plantas invasoras
dad del conjunto). Recordemos que nuestra sobre la diversidad florística de la vegeta-
misión es conservar la mitad de la diversi- ción de Shivalik (en Himachal Pradesh, In-
dad; si igualamos esto con 6,95/2 = 3,48, dia). Para ello, contrastaron los valores del
obtenemos un valor que es menor que el ín- índice de Shannon (calculado con logarit-
dice de Shannon de una única isla. Parece mos binarios) medidos en sitios invadidos
que podríamos conservar la mitad de la «bio- por Ageratum conyzoides, Lantana camara o
diversidad» de todo el archipiélago… prote- Parthenium hysterophorus, con los valores
giendo sólo 1 de las 20 islas. No cabe duda obtenidos en sitios comparables pero no
de que, en buena lógica, los biólogos de la invadidos por tales especies (sitios ‘con-
conservación encontrarían este resultado trol’). La diversidad de especies fue menor
absurdo. en todos los sitios invadidos que en los si-
El índice de Shannon no captura lo que tios control: según los autores, un 39,62%
los biólogos de la conservación entienden menor en el caso de sitios invadidos por A.
por diversidad. Pero es que con el índice de conyzoides (i.e., HShannon = 1,89 vs. 3,13),
Gini-Simpson la situación es aún peor. Se- un 41,03% en el caso del invasor L. cama-
gún el índice de Gini-Simpson, cada isla tie- ra (2,07 vs. 3,51) y un 41,26% en el caso
ne un valor de «diversidad» HGini-Simpson = de P. hysterophorus (1,68 vs. 2,86). Sin
0,951, mientras que la diversidad de todo embargo, tras convertir estos índices de
el archipiélago es H Gini-Simpson = 0,998. Da Shannon a sus números equivalentes de es-
la sensación de que podríamos proteger pecies (calculados mediante la Ec. [2]), las
12 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

diferencias cambian: la diversidad de espe- Si, después de leer estos ejemplos reales,
cies en las comunidades invadidas por A. aún hay duda sobre cuáles son las conclusio-
conyzoides, L. camara y P. hysterophorus nes correctas (i.e., los valores obtenidos por
fue, respectivamente, un 57,64%, un los autores de cada estudio, comparando
55,86% y un 63,13% menor que la de co- medidas tradicionales de diversidad, vs. los
munidades comparables pero no invadidas. que nosotros hemos logrado, expresando la
La interpretación de estos nuevos valores en diversidad en números equivalentes de espe-
las diferencias de diversidad real no corres- cies), el lector puede volver a leer los ejem-
ponde a los autores del presente artículo. plos idealizados que hemos tratado previa-
En otro estudio, (ii) Pedraza et al. (2010) mente. Quedará claro entonces que los nú-
analizaron los cambios estacionales en la meros equivalentes, y no las medidas tradi-
composición, estructura y diversidad de las cionales, permiten obtener las conclusiones
comunidades de coleópteros del bosque correctas.
mesófilo de montaña de Tlanchinol (en
Hildago, México). Durante la temporada de CONCLUSIÓN
secas, con ausencia de precipitaciones, la
diversidad de especies, medida como el ín- Quizás por razones como éstas, muchos
dice de Shannon (que asumimos calculado biólogos y ecólogos (incluido uno de los au-
con logaritmos naturales), fue HShannon = tores del presente trabajo; véase, por ejem-
4,57, mientras que durante la temporada de plo, González Oreja et al., 2010a, 2010b)
lluvias fue HShannon = 4,01. Los autores se- han adoptado en su investigación medidas
ñalaron que el primer valor es «apenas de diversidad de especies que no dan cuenta
mayor» que el segundo, y la proporción de la abundancia relativa ni de la frecuencia
entre los índices de Shannon parece corro- de las especies que integran las comunida-
borar esta observación (14% = 100 × des, aún disponiendo de datos de abundan-
4,57/4,01). Sin embargo, si se expresan cia (o frecuencia, o cobertura, o cualquier
estos valores como números equivalentes de otra forma de medir la heterogeneidad en la
especies, la imagen cambia: la diferencia importancia relativa de las especies en la
entre la diversidad de especies en la época comunidad). Éste es un resultado desafortu-
de secas y la de lluvias no es del 14%, sino nado, pues los cambios en las abundancias
del 75% (100 × 96,6/55,2); una diferencia relativas de las especies son mucho más in-
«sustancialmente mayor». Finalmente, (iii) formativos que los cambios en la simple pre-
Souza et al. (2010) analizaron el efecto sencia-ausencia. En muchas situaciones rela-
que produce la eliminación de plantas do- cionadas con la evaluación del impacto de
minantes de los géneros Solidago y Verberi- las actividades humanas sobre los sistemas
na en la estructura de las comunidades ve- biológicos, como tras la introducción de una
getales en las cuales habitan. Al comparar especie exótica, o después de un incendio, o
con parcelas ‘control’ (sin eliminación), la como resultado de un vertido tóxico, el efec-
diversidad de especies, medida como el ín- to final puede ser un descenso en la abun-
dice de Shannon (logaritmos naturales), fue dancia de algunas especies de la comuni-
mayor en las parcelas experimentales: se- dad, pero sin llegar a provocar la desapari-
gún los autores, 20% mayor en el caso de ción total de ninguna de ellas. Estos desas-
Solidago y 30% mayor en el caso de Verbe- tres pueden acarrear un efecto pequeño, o
rina. En realidad, tras convertir los índices incluso nulo, sobre la diversidad biológica
de Shannon a sus números equivalentes de medida como número de especies, mientras
especies, las diferencias de diversidad entre que otras medidas más sensibles a las fre-
las parcelas experimentales y control fue- cuencias relativas de las especies pueden
ron menores: en este caso, sólo un 10,5% poner de manifiesto las verdaderas conse-
mayor al eliminar Solidago y un 15% ma- cuencias. Es más, aunque queda fuera del
yor al eliminar Verberina. interés principal de este artículo, lo cierto es
Acta zoológica lilloana 56 (1-2): 3–14, 2012 13

que una situación similar se da en el análisis abandonar los índices de diversidad que con-
de la diversidad genética de las poblaciones sideran tanto a la riqueza como la abundan-
y la diferenciación genética entre (sub) po- cia. Dicho lo cual, nos parece adecuado ter-
blaciones. En realidad, la medida más utili- minar con la siguiente lección: «¡Exprese-
zada hasta la fecha para expresar la diversi- mos la diversidad en números equivalentes
dad genética de una población (i.e., la hete- de especies!».
rocigosidad), y las medidas de diferencia-
ción genética entre las poblaciones que se AGRADECIMIENTOS
derivan de ella (como GST o FST), no son otra
cosa que meros disfraces bajo los que se es- Los comentarios que hicieron dos reviso-
conde un viejo conocido: el índice de Gini- res anónimos, y la Editora de Acta Zoologica
Simpson. Confundir la medida de la diversi- Lilloana, a una versión previa del texto con-
dad genética mediante el índice de Gini- tribuyeron a centrar nuestra atención en al-
Simpson con la diversidad genética per se gunos puntos que era necesario mejorar.
acarrea consecuencias que van más allá de
las aplicaciones de la genética de la conser- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
vación, pues se interpreta de modo erróneo
la importancia de los procesos que causan y Chao, A., Chiu, C.-H. y Jost, L. 2010. Phylogenetic
diversity measures based on Hill numbers. Phi-
dan forma a la propia diversidad genética. losophical Transactions of the Royal Society B,
En este sentido, se puede afirmar que la ge- 365: 3599-3609.
nética de poblaciones ha discurrido por Dobzhansky, T. 1973. Nothing in biology makes sense
caminos equivocados durante más de 50 except in the light of evolution. The American
años, pues no ha habido correspondencia Biology Teacher, 35: 125-129.
Dogra, K. S., Kohli, R. K. y Sood, S. K. 2009. An
entre los índices aplicados para medir la di- assessment and impact of three invasive species
versidad genética y las reglas utilizadas para in the Shivalik hills of Himachal Pradesh, India.
realizar inferencias en esta área del conoci- International Journal of Biodiversity and Conser-
miento (Jost, 2008, 2009). vation, 1 (1): 4-10.
Como resultado de haber confundido dis- Eldredge, N. 1998. Life in the Balance. Humanity and
the Biodiversity Crisis. Princeton University
tintos aspectos de la estructura y compleji- Press. Princeton, New Jersey.
dad de los sistemas biológicos, y de haber Fauth, J. E., Bernardo, J., Camara, M., Resetarits, W.
intercambiado el significado de conceptos J. y Van Buskirk, J. 1996. Simplifiying the jargon
que no son sinónimos, el estudio de la diver- of community ecology: a conceptual approach.
sidad biológica puede llegar a verse hoy día The American Naturalist, 147: 282-286.
Feinsinger, P. 2004. El diseño de estudios de campo
como una verdadera «jungla», donde abun- para la conservación de la biodiversidad. FAN,
dan «trampas» en las que es fácil caer. Sin Santa Cruz de la Sierra.
embargo, el área de estudio no es por sí mis- González Oreja, J. A., De la Fuente Díaz Ordaz, A. A.,
ma confusa, ni «difusa», ni «infusa». Debe- Hernández Santín, L., Buzo Franco, D. y Bona-
ríamos tratar de aplicar aquellas medidas de che Regidor, C. 2010a. Evaluación de estimado-
res no paramétricos de la riqueza de especies.
la diversidad que se comportan de modo ra- Un ejemplo con aves en áreas verdes de la ciu-
zonable frente a situaciones como las consi- dad de Puebla, México. Animal Biodiversity and
deradas a lo largo del texto (Jost, 2006, Conservation, 33.1: 31-45.
2007; Jost et al., 2010). La salud de los eco- González Oreja, J. A., Garbisu, C., Mendarte, S., Iba-
sistemas, inferida a partir del estudio de la rra, A. y Albizu, I. 2010b. Assessing the perfor-
mance of nonparametric estimators of species
diversidad biológica, está mejor reflejada en richness in meadows. Biodiversity and Conserva-
medidas que incorporan las diferencias en tion, 19 (5): 1417-1436.
las abundancias relativas de las especies. Jost, L. 2006. Entropy and diversity. Oikos, 113: 363-
Por todo ello, para evitar errores de con- 375.
servación con resultados potencialmente irre- Jost, L. 2007. Partitioning diversity into independent
alpha and beta components. Ecology, 88: 2427-
versibles, pensamos que los ecólogos y los 2439.
biólogos de la conservación no deberían
14 L. Jost & J. A. González-Oreja: Midiendo la diversidad biológica

Jost, L. 2008. G ST and its relatives do not measure Patil, G. P. 2002. Diversity profiles. En: A. H. El-Shaa-
differentiation. Molecular Ecology, 17: 4015- rawi y W. W. Piegorsch (eds.), Encyclopedia of
4026. Environmetrics. John Wiley & Sons, Chichester,
Jost, L. 2009. Mismeasuring biological diversity: res- pp. 555-561.
ponse to Hoffmann and Hoffmann (2008). Eco- Pedraza, M. C., Márquez, J. y Gómez-Anaya, J. A.
logical Economics, 68: 925-928. 2010. Estructura y composición de los ensam-
Jost, L., DeVries P., Walla T., Greeney H., Chao, A. blajes estacionales de coleópteros (Insecta:
y Ricotta, C. 2010. Partitioning diversity for Coleoptera) del bosque mesófilo de montaña en
conservation analyses. Diversity and Distributions, Tlanchinol, Hidalgo, México, recolectados con
16: 65-76. trampas de intercepción de vuelo. Revista Mexi-
Leinster, T. y Cobbold, C. A. 2012. Measuring diversity: cana de Biodiversidad, 81: 437- 456.
the importance of species similarity. Ecology, 93: Ranganath, H. A. 2003. Nothing in biology makes
477-489. sense without the flavour of mathematics. Reso-
MacArthur, R. 1965. Patterns of species diversity. nance, 49-56.
Biological Reviews, 40: 510-533. Ricotta, C. 2005. Through the jungle of biological di-
Magurran, A. E. 2004. Measuring Biological Diversity. versity. Acta Biotheoretica, 53: 29-38.
Blackwell Publishing, Malden. Souza, L., Weltzin, J. F. y Sanders, N. J. 2010. Diffe-
Moreno, C. E. 2001. Métodos para medir la diversidad rential effects of two dominant plant species on
biológica. Vol. 1. M & T – Manuales y Tesis. community structure and invasibility in an old-field
SEA, Zaragoza. ecosystem. Journal of Plant Ecology, 3:1-9. doi:
Moreno, C. E., Barragán, F., Pineda, E. y Pavón, N. 10.1093/jpe/rtq027.
P. 2011. Reanálisis de la diversidad alfa: alter- Wilson, E. O. 1994. La Diversidad de la Vida. Crítica.
nativas para interpretar y comparar información Barcelona.
sobre comunidades ecológicas. Revista Mexicana Zar, J. H. 1999. Biostatistical Analysis. Prentice Hall.
de Biodiversidad, 82: 1249-1201. Upper Saddle River, New Jersey, 4 th ed.

View publication stats

S-ar putea să vă placă și