Sunteți pe pagina 1din 2

Cambio psicológico y Terapia Gestalt

Los procesos de cambio (entendiendo como tal el cambio psicológico) son la evolución natural de una
determinada situación personal en un contexto dado. En cierto modo, la vida es un proceso de cambio
contínuo, un perpetuo juego entre continuidad y cambio.
Para la Terapia Gestalt, el hombre en su estado natural experimenta un cambio constante fundamentado
en la interacción dinámica entre el sí mismo y el ambiente. Es una constante que ante cualquier cambio
surja el sentimiento de miedo por lo que siempre supone enfrentarse a lo desconocido, abandonar
determinados estados emocionales asociados a valores, ideas, creencias, o bien enfrentarse a nuevas
situaciones en lo concerniente a los ámbitos laboral, familiar o de cualquier otro círculo relacional del
individuo con el ambiente.
Instintivamente hay una tendencia a la postura cómoda de dejar las cosas como están y adoptar una
pasividad que no requiere ningún esfuerzo porque nos mantiene aferrados a aquello que nos resulta
familiar, nos es de sobra conocido y por ende es confortable.El problema surge cuando nos damos
cuenta de que ese estado de confortabilidad mengua o desaparece y se hace necesario actuar, hacer algo,
pero ¿qué?.

Cuando surge esta disyuntiva sólo hay dos opciones: en primer lugar, si estamos bien como estamos (o
la pérdida de confort no es mayor que el esfuerzo que nos supone realizar un cambio) no hay por qué
cambiar; en segundo lugar si el disconfort nos desagrada hasta el extremo de interferir en nuestro
bienestar, tendremos que realizar un cambio.

La primera opción suele ir apareada a los beneficios secundarios que se obtienen de un entorno seguro
que nos confiere estabilidad, y en este caso se ponen en marcha los mecanismos neuróticos de defensa
que bloquean el curso de la experiencia.La segunda opción tiene lugar cuando somos conscientes y
percibimos que, dejar de lado todo aquello que hasta el momento nos ha hecho sentir mal se convierte en
la mejor opción.

Necesidad de cambio, crisis y toma de consciencia


De este modo, ser consciente de la situación nos permitirá realizar un adecuado ajuste creativo y el
proceso será fluido y nos permitirá adaptarnos a la situación de una forma creativa, es decir, utilizando
para ello nuestros propios recursos. No obstante, que el cambio se realice mediante una toma de
consciencia que dé lugar a un proceso fluido no significa que vaya a ser fácil o que quede exento de
dolor, rabia, miedo o tristeza, sentimientos que podrán hacer acto de presencia en todo proceso que
suponga el abandono de unas pautas con las que se estaba familiarizado para adoptar otras totalmente
nuevas con las que habrá que familiarizarse.
Es por ello que un cambio puede traer como consecuencia una serie de crisis interpersonales entre
quien lo experimenta y aquellos con quienes se relaciona y a quienes les será difícil adaptarse a sus
nuevas perspetivas y modos de afrontar las situaciones. Todo ello conllevará la necesidad de realizar
constantes reajustes, y estas crisis no deberán contemplarse como un problema sino como una parte del
proceso de cambio y un aviso ineludible de que una situación se ha vuelto tan insostenible que sugiere al
individuo la necesidad de cambiar, en beneficio propio y de quienes con el se relacionan.
Como conclusión, considero interesante matizar que el cambio propiamente dicho no debe identificarse
sólo con el intento apremiante realizado por el individuo para cambiar, sino con el hecho de que surja
la necesidad de cambio. Para que un cambio psicológico sea valioso, el individuo deberá estar
concienciado en la necesidad del mismo; sólo así tendrá lugar un proceso de evolución estable en el que
se los valores, los objetivos y las acciones entren en sintonía para conseguir beneficios que redunden en
el individuo y en su entorno.

S-ar putea să vă placă și