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El hombre en su mentalidad de dominante ha puesto a la mujer en un papel de sumisa,

maltratada y sin ninguna importancia en el diario vivir, la mayoría de culturas del antiguo

oriente es un claro ejemplo de cómo el hombre ha colmado de maltratos y desintegración a una

mujer que como relatan en los escritos solo era encargada de los quehaceres domésticos,

procreación, fertilidad y sexualidad, cabe recalcar que la mayoría de estas “costumbres”

patriarcales, machistas y sobre todo muy discriminatorias se las lleva a cabo en la vida cotidiana

de la humanidad en la actualidad.

Tanto en la antigüedad como en la actualidad se tiene un punto en común el cual es una mujer

maltratada que solo sirve para la fertilidad y la manutención de la casa controlada

exclusivamente por el hombre, así mismo dependía mucho en qué situación cultural se puede

encontrar la mujer para poder sobresalir o ser hundida solo por su género, como es el caso de

las culturas de medio oriente entre ellas la Mesopotamia en que la mujer era una persona sumisa

y con inferioridad con respecto al hombre, con diversas formas de castigo por infracción que

era valorada por la ley como correcto; pero valorada por la figura maternal que imponía; otro

caso penoso es la cultura china que solo por haber nacido mujer era considerado una “pérdida

económica” por lo que muchas recién nacidas eran ahogadas o abandonadas al nacer, y si

lograba sobrevivir era desde pequeña instruida para el matrimonio, acto que era pactado por

las familias y que los involucrados no se conocían hasta el momento de casarse.

Existe un caso particular en la cultura egipcia en donde la mujer podía tener mayor

participación en el diario vivir y cotidianidad de su pueblo, pero igual dependía de su posición

social, por ejemplo, las mujeres de la casa real podían ser funcionarias, sacerdotisas o militares.

Así mismo estaba bien aconsejado por esta sociedad el buen trato del esposo a su mujer en el

matrimonio; la mujer podía tener bienes a su haber y si se casaba los bienes se podían mantener

por separado.
La sociedad ha ido evolucionando en todo sentido a un buen camino, pero siempre existen

taponamientos, retrasos o desinterés en ciertas áreas, en este caso la desigualdad entre hombre

y mujer se sigue manteniendo, en un país tercermundista como el nuestro son palabras comunes

el escuchar femicidios, maltratos, acoso sexual, cada vez se hace mas no inmutarnos sobre

estos temas tan serios.

Los hombres de la actualidad son mal instruidos en la forma de como deberían tratar a una

mujer correctamente, por lo cual solo se transmite este “mal trato” de generación en generación

sin existir un cambio valedero y profundo en nuestra sociedad, aunque últimamente también

existe bastante concientización del hombre sobre su mal actuar y trata de enmendarlo, solo el

tiempo podrá decir si en nuestra sociedad ecuatoriana llegara a un profundo cambio en un tema

tan serio como es el maltrato a la mujer.

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