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PRESENTACIÓN
El análisis y debate efectivos del documento “Borrador de Informe Político” para el IX Congreso
del Partido constituye, a mi entender, una actividad clave en el proceso de redibujar la
subjetividad de la militancia tanto en lo referente a sí misma, al partido como a la realidad
contextual. Una actividad que debe comenzar por desechar los moldes tradicionales de
formación política afincados en un solo canal emisor para abrir críticamente todas las vías
discursivas posibles que posibiliten en su pluralidad el enriquecimiento y desarrollo de la teoría
crítica y la praxis liberadora del partido entendido como un “intelectual orgánico” de las clases
sociales disruptivas históricamente. Teoría y praxis sin las cuales será imposible indudablemente
contribuir en el inicio de la construcción de una hegemonía popular en el país alternativa y en
disputa con la hegemonía vigente actualmente de la clase dominante en el país y mundialmente.
Eso quiere decir, también, que la lucha contra la hegemonía burguesa es una lucha que para ser
extensiva y profunda debe comenzar radicalmente en una lucha en nosotros mismos contra
nuestras maneras arcaicas y metafísicas de pensar, sentir y vivir la realidad social y política,
puesto que la hegemonía dominante está en el Yo y no solamente en el no-Yo, de lo contrario no
sería dominante.
El “Borrador del Informe Político, es un documento que contiene varios tópicos dedicados a cada
espacio de la realidad en su sentido más amplio posible, en consecuencia se han formulado para
cada tópico bajo el nombre de “temas para la reflexión y el debate” un conjunto de interrogantes,
comentarios y notas con el propósito de motivar y en cierto modo obligar a los lectores a una
lectura más atenta, minuciosa, crítica e indagativa, tratando de cuestionar lo que en pedagogía
se conoce como los “saberes previos del aprendiz” para inducir nuevos aprendizajes. Los “temas
para la reflexión y el debate” pueden ser manejados de diferentes maneras: como cuestionarios
a ser desarrollados escritamente y expuestos en talleres; como preguntas para la exposición
personal y colectiva; como refuerzo en el autoaprendizaje o como tareas para la investigación.
Muchas de las preguntas, comentarios y anotaciones no están en el paradigma lineal y rígido de
una formación dogmática y sectarizada, porque la virtud del debate que se pretende conseguir
está justamente en lo contrario que es también el espíritu del documento: el despertar de nuevas
significaciones, concepto y categorías críticas y marxistas para dar cuenta de una realidad social
y política cada vez más compleja, sistémica, contradictoria y cambiante lo cual es imposible de
aprehender con un pensamiento simple de marxismo vulgar y una praxis sin teoría política.
24/03/2019
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Fidel Castro
4. La velocidad de los cambios que operan en todos los órdenes es el rasgo distintivo de
nuestro tiempo. No hay nada inmutable en lo económico, político, social, ambiental,
cultural, ético, técnico y científico o geopolítico. Nos encontramos en un cambio de
época que estamos obligados a entender y resolver como país y como pueblo. El
Partido Comunista no es ajeno a esta realidad de la que nutren sus convicciones, extrae
su programa, estrategia y táctica, define su visión de la política y la sociedad a construir,
fija sus tareas de largo y corto alcance.
5. El Congreso debe permitirnos tener claro el rumbo a seguir; afianzar aún más nuestra
convicción marxista leninista y mariateguista que los hechos confirman; persistir en la
lucha por la democracia, la independencia, la justicia social y el socialismo; galvanizar la
unidad interna y afirmar sin concesiones nuestra identidad partidista; trabajar con
honestidad y firmeza por la unidad más amplia para el gran cambio que el Perú
demanda; potenciar nuestra capacidad de dirección con solvencia científica, estratégica
y táctica; hacer política de cara a las masas superando lastres de ocultismo, sectarismo,
formalismo, espontaneismo (¿y el dogmatismo?) que aún nos contamina, de modo que
nos encontremos en condiciones de construir una corriente de pensamiento, acción
política y de masas de izquierda y socialista nacionalmente influyente y determinante.
6. La política como expresión de la lucha de clases es, en esencia, la lucha por el gobierno
y el poder. Por consiguiente la lucha tenaz, inteligente, creativa, para extender la
influencia del partido en amplios contingentes que constituyen el pueblo, echar raíces
potentes en él, alzarlo a la lucha democrática, patriótica, por la política del nuevo curso
en el período actual, y por la transformación revolucionaria y el socialismo como su
objetivo estratégico fundamental.
7. Cómo construir esa fuerza política, social, cultural, ética e ideológica, es la cuestión
central que nos corresponde resolver junto a quienes comparten propuestas comunes en
este período. Ser de vanguardia obliga a marchar en primera fila, disputar la hegemonía
desde el seno mismo de las masas trabajadoras demostrando, con el ejemplo, la justeza
de nuestras convicciones. Si no somos capaces de ganar la confianza del pueblo, su
participación activa en la lucha elevando constantemente su conciencia política y
organizativa, no será mucho los logros que alcancemos. No existimos como partido
comunista para sobrevivir en la rutina, sino para hacer historia y para hacer realidad la
emancipación del pueblo peruano del atraso, de la pobreza, de la explotación y opresión
en cualesquiera de sus formas.
8. El reto es enorme, pero inevitable asumirlo con entereza y confianza en el futuro del país
y en el futuro de la causa que representamos. Estamos convencidos de que un Perú
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nuevo es posible. De esta convicción nace nuestra determinación y coraje para superar
los obstáculos, abrir nuevos caminos, desterrar cualquier manifestación de oportunismo
político tan frecuente hoy. Sólo poseyendo elevados ideales se puede construir obras
grandes y meritorias.
9. Como corolario de esta parte introductoria nada mejor que volver a la línea general del
Partido:
“Asumir el marxismo leninismo como guía teórica para la acción, partir en todo momento
de las condiciones reales del país y del mundo, mantener el espíritu abierto a lo nuevo y
en desarrollo, avanzar de acuerdo con los tiempos, persistir en la defensa de los interés
históricos y concretos del proletariado, del pueblo y la nación peruanos (¿qué se
entienden por “intereses históricos y concretos del proletariado?). El Partido se organiza
y lucha con tenacidad para llevar a cabo las tareas democráticas y nacionales y avanzar
ininterrumpidamente al socialismo, como su objetivo estratégico fundamental. Se
propone arribar a él a través de etapas y fases eslabonadas de acuerdo con el
desenvolvimiento de las condiciones objetivas, la correlación de fuerzas y la potencia del
movimiento revolucionario. Trabaja en todo momento por la unidad del pueblo peruano,
incluidas las etnias que habitan el país; asume los medios y los métodos que se ajusten
a las condiciones concretas; asegura su papel dirigente mediante la dirección correcta,
previsora, oportuna, el ejemplo y la persuasión, siguiendo la línea de masas y la unidad
de palabra y acción”.
¿En qué consisten las denominadas condiciones singulares que se viven hoy en el
ámbito mundial, regional y nacional? ¿Cuáles son sus características y tendencias y
cómo influyen en la vida política del país y particularmente cómo influyen en la vida
del PC del P “PR”?
Discutir el tema “afianzar aún más nuestra convicción marxista leninista y
mariateguista”. ¿Qué significa el marxismo leninismo hoy? ¿qué relación, diferencias
e implicancias existirían entre hablar de “marxismo-leninismo” y “leninismo” a secas?
Reflexionar en el siguiente tema: “persistir en la defensa de los interés históricos y
concretos del proletariado, del pueblo y la nación peruanos” tomando como guía las
siguientes interrogantes: ¿Cuáles son estos intereses “históricos” y “concretos”?
¿”Defender” los intereses históricos y concretos significa que estos intereses no se
han desarrollado, cambiado y cualificado y que sólo cabe “defenderlos”? ¿La
identidad y legitimidad de izquierda sólo se puede asentar en “defender” los
“intereses históricos del proletariado”? ¿No sería de enorme necesidad la apelación
revolucionaria a nuevas fuentes de identidad colectiva?
“La política como expresión de la lucha de clases es, en esencia, la lucha por el
gobierno y el poder” ¿sería el único concepto de política? ¿Qué implicancias
teóricas y prácticas tiene este concepto de política? ¿qué otros conceptos de política
también sería importante considerar desde una perspectiva de izquierda?
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PERSPECTIVAS
10. El mundo de fines del siglo XX y principios del siglo XXI está marcado por grandes
cambios que discurren a gran velocidad y en todos los aspectos. Lo que parecía
estable, no lo es. Quienes imaginaron inmutable la hegemonía norteamericana a lo largo
del siglo XXI, se dan de bruces frente a una realidad que desbarata esas ilusiones
insensatas. Todo está cambiando: la correlación de fuerzas a escala planetaria, el
despliegue poderoso de los países emergentes, el modo de trabajar y la manera de
relacionarse entre las personas, los pueblos y los países. El unilateralismo y el
hegemonismo de Estados Unidos instalado después de la Segunda Guerra, da paso, en
medio de tensiones y amenazas de guerra, al multilateralismo. Los cambios tecnológicos
no tienen parangón en la historia; el cambio climático producido por los seres humanos
pone en riesgo su sobrevivencia; la guerra, el terrorismo, las migraciones, la pobreza y el
hambre representan hechos y amenazas permanentes.
14. La crisis financiera de 2008 ha dejado huellas no curadas: deudas gigantescas de los
Estados, concentración de la riqueza, debilitamiento del dólar como moneda universal,
tensiones en el bloque occidental y al interior de sus países, crisis en la Unión Europea.
Existen evidencias de que la situación se tornará crítica en los próximos años. La victoria
de Donald Trump y su cerrazón nacionalista busca el “resurgimiento” de Estados Unidos
en un periodo de debilitamiento de su poder económico, comercial, tecnológico y
militar, pero también a sus crecientes dificultades de respuesta en un escenario mundial
cambiante. A esa realidad se ajusta, con el propósito de recuperar posiciones perdidas,
su nueva estrategia de seguridad nacional para enfrentar “un mundo
extraordinariamente peligroso”, impulsar “el resurgimiento del liderazgo norteamericano”
que le asegure “un equilibrio de poder” basado en el fortalecimiento de su potencia
militar que le garantice “la paz a través de la fuerza”. Su alianza estratégica con Europa
se encuentra en un período de enfriamiento. Mientras tanto, en el Medio Oriente persiste
su intervención militar para asegurar el control del petróleo causando el desbarajuste
que se vive, con su cuota de destrucción, migración, sufrimiento y muerte. En alianza
con Israel, su gemelo, que masacra sin pausa al pueblo palestino, pone en riesgo la
seguridad en la región y amenaza con la guerra a Irán, mientras protege la satrapía
saudita.
15. Europa enfrenta también problemas muy serios, incluyendo la amenaza del colapso de
la unidad europea arduamente trabajada con la hegemonía franco-alemana. La salida de
Inglaterra tendrá un costo alto para la Unión Europea y para la misma Gran Bretaña.
Japón, de otro lado, arrastra un estancamiento en su economía que va para dos
décadas. El cerco tendido contra Rusia, dirigida a someterla mediante el embargo
económico y diplomático, acompañado de la amenaza militar de la OTAN, tampoco
funciona. Rusia resiste, muestra los dientes de su poderío militar y aprovecha la
oportunidad para girar de la economía basada en recursos primarios a una de alta
tecnología y moderna. Irán, víctima de la furia de Trump y su corte, no cede, y la RPDC
ha obligado al imperio a sentarse en la mesa de negociaciones.
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16. Este es el clima que explica el resurgimiento del chovinismo nacional como de corrientes
fascistas y racistas en ascenso en Europa y Estados Unidos, cuya punta de lanza en
América Latina lo representa el nuevo gobierno fascista instalado recientemente en
Brasil.
17. China, en un lapso breve ha pasado a ser la segunda economía del mundo y tiene
previsto convertirse, en los próximos años, en una potencia técnica y científica de primer
nivel. Su giro de una economía industrial basada en la exportación a otra orientada a
ocupar su inmenso mercado interior y a servicios, tiene un impacto cuyas consecuencias
se siente con mucha claridad en América Latina: menor consumo de materias primas,
consiguientemente reducción drástica del precio de las mismas, arrastrando consigo
recesión y crisis. En la mayoría de los países de África y América Latina, China se ha
convertido en el principal socio comercial y de inversión. Respondiendo a un mundo en
evolución acelerada, despliega una estrategia de paz, desarrollo y progreso, fomenta
relaciones de ganancia compartida y promueve una “comunidad de destino de la
humanidad. Está claro que el núcleo de la estrategia de Estados Unidos enfila contra
China y es en este escenario donde se moverán las fichas en los próximos años.
19. Como consecuencia de la acción humana se abre paso una amenaza que puede
llevarnos a una catástrofe que desafíe su sobrevivencia en el planeta Tierra: el cambio
climático. El estilo de desarrollo y de vida dominantes, el consumo desenfrenado que
promueve, choca frontalmente con los límites ambientales, que se acentúa cada año
que pasa. El acuerdo de Paris sobre el cambio climático, firmado en 2015, es un paso
positivo aunque insuficiente para construir una nueva gobernanza ambiental, aun así
debilitado por el abandono de Estados Unidos de los compromisos adquiridos por el
gobierno de Obama.
20. El pensamiento único y la uniformización cultural son resistidos por los pueblos. En su
lugar se abre paso la diversificación cultural, se afianza la informatización, la revolución
científica y tecnológica no se detiene, los países emergentes adquieren un mayor peso e
influencia, los pueblos exigen paz a la par que sostienen su derecho a la soberanía e
independencia, al desarrollo sostenible, a la cooperación y el beneficio recíproco. Es
creciente su oposición y resistencia a la política de fuerza, al hegemonismo y al
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21. América Latina no es ajena a esta tendencia global. Su futuro como región y como
países en particular, dependerá de cómo se inserta en ella desde una visión y estrategia
propias, independientes y soberanas. Frente a la fragmentación que estimuló Estados
Unidos para someternos por separado, significó un salto enorme la integración y la
cooperación latinoamericana y caribeña. El papel cumplido en este aspecto por los
presidentes Chávez y Lula, es invalorable. El retroceso que se constata como parte de la
contraofensiva imperial y sus paniaguados, posterga el proyecto integrador de América
Latina pero no liquida su potencialidad latente. El modelo de desarrollo sustentado en
los recursos naturales, que acentúa el neoliberalismo y que los gobiernos de izquierda y
progresista no lograron modificar, nos condena al atraso y la dependencia, impidiendo el
despliegue de las potencialidades para hacer de América Latina y de cada uno de los
países que lo integran, sociedades de verdad democráticas, soberanas, diversificadas
en su economía, prósperas, justas y modernas.
22. Es posible una América Latina y Caribeña integrada, libre, soberana e independiente,
con democracia participativa y justicia social; que aproveche sus ventajas y despliegue
su propia vía de desarrollo; que ponga en tensión la capacidad y calidad de su factor
humano y despliegue las potencialidades singulares de cada país; en suma, que
preserve las banderas del socialismo en correspondencia con sus realidades. El reto
sigue pendiente y los obstáculos y reveses serán transitorios si se extraen las lecciones
del caso y se encuentran los caminos para su viabilidad. Argentina es un claro ejemplo
de a dónde llega el neoliberalismo y cómo se puede destruir un país. A Brasil, con
Bolsonaro, le espera un futuro parecido. Las izquierdas y sectores progresistas vienen
sufriendo reveses electorales importantes, pero no han perdido el futuro, que es lo
fundamental. Lo que está en pie es el balance crítico de lo actuado, resistir, renovarse,
prepararse para los tiempos turbulentos que vienen con la confianza de que la balanza
se inclinará, más pronto que tarde a su favor.
23. El Foro de Sao Paulo sigue siendo vigente y necesario. No son suficientes estrategias
nacionales; es indispensable contar con una estrategia regional y contar con un centro
de coordinación y acción. El Consenso de Nuestra América, documento programático
aprobado por el Foro de Sao Paulo, se convierte en un texto valioso para avanzar en
esa perspectiva. El Partido Comunista lo asume como un documento orientador que no
reemplaza, ciertamente, su programa, su estrategia y táctica, su visión de la revolución
peruana.
señaló el camino y mostró su viabilidad, pagando un alto costo por el derecho de ser
libre. El gobierno de Salvador Allende fue derrocado por un golpe militar fascista
promovido por EE.UU. que luego impuso el modelo de economía neoliberal que se
extendió, más tarde, a gran parte de la región. Sacando lecciones de sus trágicas
experiencias los sectores avanzados de cada país latinoamericano y caribeño pugnaron
por abrir nuevos vías. El presidente Chávez inició, en los noventas del siglo pasado, la
primera gran brecha instaurando la República Bolivariana de Venezuela en medio de
una oposición feroz de la derecha venezolana respaldada por los Estados Unidos. Más
adelante se definió socialista. A partir de entonces surgieron nuevas experiencias de
gobierno de izquierda y progresistas en la región, la mayoría de ellas surgidas de
elecciones generales, algunas de la lucha armada como en Nicaragua o El Salvador,
defendiendo, en distinto grado, las banderas de la soberanía nacional, de la
democracia, la justicia social y el progreso, del control de sus recursos naturales, la
defensa del medio ambiente, de los derechos plurinacionales y multiétnicos de los
pueblos indígenas y originarios. Más allá de los ritmos de cada una de ellos, del grado
de profundidad de sus experiencias, de sus aciertos o errores, representan un momento
cumbre de los pueblos de América Latina. Los logros de la integración latinoamericana
y caribeña, cuya expresión manifiesta fue CELAC, ha sentado pautas de lo que se
puede conseguir y sostener a través de la lucha y la unidad. Este ciclo enfrenta
dificultades crecientes frente a la contraofensiva del imperio norteamericano para quien
restablecer el control de América Latina resulta fundamental, no sólo para liquidar
procesos emancipadores y democráticos en su patio trasero sino también para
reordenar sus fuerzas a escala global. La determinación de Trump de continuar el cerco
a Cuba, su estrategia para asfixiar Venezuela, su respaldo y complacencia con el
fascista Jair Bolsonaro en Brasil, indican que ingresamos en un nuevo escenario en la
larga batalla por la independencia y la dignidad de la patria grande de Morelos, Martí,
Bolívar, San Martín, Tupac Amaru.
26. América Latina, el Caribe y sus pueblos sólo serán libres mediante la lucha multifacética,
su unidad y su capacidad de construir alternativas de renovación y transformación. El
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27. Cuba, la Isla donde se sostiene con tenacidad el socialismo, ingresa también en un
nuevo escenario. Necesita redefinir el socialismo que está construyendo, dinamizarlo,
tornarlo viable en medio de enormes dificultades y de cambios en la geopolítica mundial,
respondiendo medida por medida a la ofensiva declarada por el gobierno de Trump y en
condiciones donde la correlación de fuerzas en la región se presenta adversa por el
momento. Hoy resuena con más fuerza que nunca la admonición de Rosa Luxemburgo:
Socialismo o barbarie. Es el capitalismo, con el proyecto neoliberal de por medio, quien
condena América Latina al atraso y lleva a la humanidad al desastre, tornando inviable
su futuro.
¿Se puede hablar de “grandes cambios (en el mundo) que discurren a gran
velocidad y en todos los aspectos” sin referirnos a la globalización o “sistema
mundo” y la crisis de la modernidad? ¿Por qué y en qué sentido? ¿Qué implicancias
tiene para la izquierda la crisis de la civilización moderna teniendo en cuenta que el
marxismo en el siglo XIX ha sido también fruto de esta modernidad?
“Se abre paso un nuevo orden civilizatorio global en lugar de la civilización capitalista
fundada en el poder del dinero, de la guerra, del individualismo, de la
mercantilización de todos los aspectos de la vida y la naturaleza”. ¿De qué manera
se abre paso este nuevo orden? ¿Cuáles son sus bases materiales y subjetivas y
cuáles sus tendencias? ¿Se trata del socialismo, de una democracia radicalizada, de
un progresismo intermedio o simplemente de una “modernidad líquida” (Bauman) o
postmodernidad (Derrida y otros)?
Europa, Rusia y China ¿qué representan en la lucha por la hegemonía mundial con
el imperialismo norteamericano? ¿Cómo esta lucha responde a la teoría del valor en
el análisis marxiano? ¿Es una forma de lucha inter-capitalista (incluyendo a China)o
escapa a las reglas económicas del capitalismo señaladas por K. Marx?
¿En el “resurgimiento del chovinismo nacional como de corrientes fascistas y
racistas en ascenso en Europa y Estados Unidos”, cuáles son sus bases
económicas y cómo ellas se traducen en la política de los gobiernos del capitalismo
desarrollado?
“Se abre paso la diversificación cultural, se afianza la informatización, la revolución
científica y tecnológica no se detiene” ¿Cómo esta fenomenología es consecuencia
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28. El VIII Congreso aprobó el informe político, el manifiesto ¡Unámonos por una patria para
todos! e hizo reformas en el estatuto. Sus conclusiones son de gran importancia y sus
aportes teóricos de significación para todo el Partido. El balance de lo actuado por el
Partido en estos años, sin embargo, muestra, al lado de la persistencia tenaz en sus
postulados, sus políticas y tareas, de sus avances relativos, deficiencias importantes,
problemas por esclarecer y profundizar y, sobre todo, un claro divorcio entre lo escrito y
la acción. Los avances teóricos y programáticos, las directrices políticas y organizativas,
los planes aprobados, no se han logrado traducir, con la fuerza y persistencia del caso,
en hechos. El reconocimiento de que las decisiones del VII y VIII Congresos, así como
de las sesiones plenarias del Comité Central, no se hayan ejecutado con firmeza y
disciplina, controladas y evaluadas en sus resultados, indica una seria deformación en la
manera de pensar y dirigir, de asumir responsabilidades en el Partido, en especial en
sus organismos dirigentes. El marxismo leninismo es una teoría científica porque se
funda en los hechos, cuya verdad se comprueba en la práctica. En la compleja y difícil
batalla por la transformación revolucionaria de la sociedad el Partido Comunista necesita
contar con solvencia teórica, política, cultural, comunicacional y ética, pero sobre todo
capacidad de acción, de realización, seguimiento y control de las mismas. Sin ésta, el
mejor documento se convierte en papel amarillo, en declaración de buena voluntad, en
una suma de buenas intenciones sin ninguna capacidad de concreción. La falla
fundamental del Partido, en especial de su conducción, tiene que ver con este divorcio
de raíces muy antiguas, que contradice el legado revolucionario de José Carlos
Mariátegui para quién teoría, ideología y cultura es inseparable de la lucha política en
todas sus manifestaciones, y ambas indesligables de la organización y lucha
multifacética de los trabajadores y el pueblo como sujetos del proceso revolucionario.
Principios fundamentales, línea política, programa, estrategia y táctica, estilos y métodos
de trabajo, sistema organizado, capacidad de dirección y gestión, relación raigal con las
masas populares, cualificación y renovación permanentes, centralismo democrático y
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29. El comunismo, nos recuerda Lenin, “es la unión del movimiento obrero con el socialismo.
Su tarea no es servir pasivamente al movimiento obrero en cada una de sus fases, sino
representar los intereses de todo el movimiento en su conjunto, señalar a este
movimiento su objetivo final, sus tareas políticas, y salvaguardar su independencia
política e ideológica". Esta “salvaguardia de su independencia política e ideológica” es lo
que casi siempre se pierde de vista. A lo largo del tiempo y en condiciones diferentes,
fue enraizando en el Partido dos estilos de trabajo profundamente erróneos y que se han
terminado por aceptar como normales. Su fuente es el espontaneismo y sus
expresiones, en un caso, el economicismo; en el otro el electorerismo. Ambas parten de
posiciones justas: no se puede prescindir de la lucha de las masas por sus derechos y
reivindicaciones, por pequeñas que ellas sean, como no se puede renunciar a la lucha
electoral porque se nos ha impuesto de la manera que conocemos. Esta distorsión ha
llevado, en los hechos, a la subordinación de la política socialista, de la identidad
comunista, a la dinámica del movimiento espontáneo que se resume en la consigna
¡Control del sindicato! o de cualquier organización similar. Lo decisivo es tal control, más
de las veces burocrático, no la organización, conciencia y lucha política del comunista, y
desde allí su labor sindical. Por esa razón interesa poco o nada la construcción del
Partido, su formación teórica, su liderazgo político revolucionario, su capacitación
“intelectual y moral” en palabras de Mariátegui. El IX Congreso convoca a todo el Partido
a rectificar en serio y en profundidad esta desviación como una de las condiciones para
hacer realidad su misión histórica, sin dejar de afianzar siempre y en todo instante su
relación de uña y carne con las masas y sus organizaciones naturales. Esta es la
primera y seria autocrítica que nos hacemos.
30. La segunda deformación viene como consecuencia de la participación del Partido en las
elecciones a partir de la década de los 80s del siglo pasado. Superado el error
izquierdista que nos llevó al boicot en las elecciones a la Constituyente de 1980, con el
UNIR e IU ingresamos en una fase nueva de lucha política, sin la experiencia del caso ni
clara comprensión del fenómeno. Había que participar y participamos con la idea central
de acceder a esferas de gobierno y asumir funciones de gobierno, lo que fue correcto.
La desviación que fue madurando en los hechos, sin advertirla porque ingresó como
algo natural, espontáneamente una vez más, fue que las elecciones y la candidatura
correspondiente se fue convirtiendo, para muchos camaradas, en un fin en sí mismo, en
un derecho adquirido, en una aspiración democrática, en razón de ser de la política de
izquierda y socialista, junto a signos de corrupción. Con ello se abrió paso el
oportunismo, el caudillismo, las correlaciones internas. El resultado en las alcaldías o los
gobiernos regionales a los que tuvimos acceso fue, a la larga pernicioso. Primero porque
no se estaba preparado política, ética y técnicamente para gobernar, como partido ni
como gestores individuales; segundo, porque se terminó confundiendo el proyecto
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32. En esa lógica, la revolución y el socialismo devienen asunto de las calendas griegas,
mientras el presente se limita a cómo nos acomodamos a las reglas de juego sindical,
electoral o de cualquier otra índole, pues el medio se convierte en fin, los intereses
generales del proletariado y el pueblo se subsumen en las tareas parciales de hoy o en
los intereses personales o de grupo. Decenas de experiencias ilustran cómo se
desperdician extraordinarias experiencias que hubieran permitido construir una
izquierda ejemplar, duradera, unida, prestigiada, que se ganara la confianza del pueblo.
La fragmentación de hoy, las frustraciones que nos acompaña, es el precio que se paga
por esos desaciertos que comienzan con el derrumbe de Izquierda Unida. Puede
llegarse a la misma conclusión al abordar la suerte del movimiento sindical y popular.
33. La lucha por la revolución y el socialismo, razón de ser del Partido y de nuestra
condición comunista, es una totalidad. Lo es también el capitalismo como sistema
económico y social, como estructura de poder político, como ideología, cultura y valores.
Esa es la dimensión de la batalla en la que estamos empeñados. Sin embargo, con
frecuencia se pierde de vista esa dimensión de la lucha de clases, el conflicto histórico
entre socialismo y capitalismo, que implica la imposibilidad de construir aquel edificio
sobre las bases de éste, en descomposición. Desde luego que la lucha por el cambio
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34. Haremos bien en recordar unas palabras de Lenin que parecieran estar refundidas en el
pasado pero que siguen vigentes no obstante las nuevas condiciones del presente: “Se
habla de espontaneidad. Pero el desarrollo espontáneo del movimiento obrero marcha
precisamente hacia su subordinación a la ideología burguesa” (Qué hacer). Por eso
precisamente la importancia y la razón de ser del Partido, de sus fundamentos
ideológicos y teóricos, de su capacidad de marchar al ritmo de la historia y no quedarse
petrificado en el pasado, de entender el presente y mirar con ojo avizor el amplio
escenario del mundo que se abre. Tiempos nuevos exige también respuestas nuevas,
no siempre fáciles de encontrarlas y asirlas. Entonces entenderemos con más claridad el
significado de la convocatoria a cerrar un ciclo y abrir otro en la historia partidaria, que
nos ubique en estos tiempos permitiéndonos responder con éxito a los retos del
presente, continuando lo mejor de nuestra herencia histórica.
36. El VIII Congreso, partiendo de una evaluación reflexiva de las condiciones objetivas y
subjetivas, de las potencialidades favorables para el desarrollo del Partido, nos convocó
a iniciar la marcha para, paso a paso pero con firmeza, hacer realidad el partido
revolucionario de masas. El camino a iniciar no era fácil. El mayor obstáculo se
encontraba en nuestras propias filas: estilos y métodos de trabajo erróneos que durante
mucho tiempo fue sedimentando en el Partido hasta convertirse en una costra dura de
vencer. Entre ellos uno en particular: “hacer política” entre cuatro paredes, herencia del
pasado izquierdista y clandestinista, en lugar de un posicionamiento abierto del Partido
de cara a las masas, que afirmara nuestra identidad, permitiera difundir nuestras ideas,
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garantizara un contacto vivo con los trabajadores y el pueblo, fortaleciera nuestra moral
de lucha generando liderazgos comunistas en la sociedad. Las nuevas condiciones de la
lucha, el descrédito creciente del proyecto neoliberal, la recuperación lenta pero
sostenida de la influencia de las ideas de izquierda y socialistas, indican llegado el
momento para lanzarse a la tarea de ampliar el espacio de influencia del Partido y su
periferia en los sectores populares, entre los trabajadores, la intelectualidad, la juventud,
la mujer, las comunidades etnias, los pequeños empresarios. En medio de la cerrazón
era imposible que el Partido creciera cuantitativamente y cualitativamente, que se
renovara su militancia y su contingente de cuadros, permitiendo con ello el
envejecimiento de sus militantes, el estancamiento ideológico y político de sus cuadros,
el peso del conservadurismo y la rutina. Partido comunista que no crece, renueva y
cualifica, se estanca. Esta situación no puede continuar. Hoy las condiciones son
inmejorables para hacer realidad el partido revolucionario de masas, para irradiar su
influencia en amplios sectores del pueblo, para ingresar con fuerza desde nuestra opción
socialista, democrática y patriótica, en el amplio escenario de la lucha política. La
experiencia de los camaradas de Ayacucho es importante al respecto. La despolitización
y la desconfianza de la población en los partidos políticos es transitoria. Necesitamos
recuperar su entusiasmo en la política. en la izquierda, en el socialismo. Eso se gana
con el ejemplo, con la acción persistente en el seno de las masas, con la prédica
constante, trabajando con iniciativa y creatividad, luchando, propagandizando,
organizando. ¡Prepárate si quieres que te escuchen! ¡Ponte al frente si quieres que te
sigan! ¡Sé el ejemplo si quieres que te respeten!
37. En la batalla por la unidad de pensamiento y acción de los comunistas, por el cambio
social, por el socialismo, cobra un rol de primer orden asimilar el pensamiento, los
estilos, métodos de trabajo, espíritu partidista y ejemplo de vida del Amauta José Carlos
Mariátegui. Este es un mandato del VII y VIII Congreso que no se toma con la fuerza del
caso, hecho que constituye un serio error que hay que corregir de inmediato. Seguir el
camino de Mariátegui significa continuar su espíritu creador ajeno a toda forma de
dogmatismo o empirismo, que arraiga profundamente en nuestra historia y en la realidad
del país. Educar a las nuevas generaciones en el espíritu, actitud y práctica de
Mariátegui, en su manera de entender el marxismo y aplicarlo a las condiciones del país,
en su sentido ético y al mismo tiempo práctico y heroico de entender la política
revolucionaria, en su firmeza defendiendo los principios sin perder de vista por ello la
necesaria flexibilidad táctica, es un deber de primera importancia que compete a todo
comunista. Debemos admitir que en esta cuestión necesitamos hacer más, siempre, en
todos los aspectos de nuestra actividad militante y humana.
38. Haciendo un resumen de la experiencia del Partido y de otras en el campo del marxismo
leninismo, el VIII Congreso sintetizó su sabiduría colectiva en lo que se vino en llamar
los “ocho conceptos básicos”. Estudiarlos, desarrollarlos y ponerlos en práctica es de
fundamental importancia. Aquí también es notorio el descuido en que se ha incurrido,
por decir lo menos. A partir de este Congreso, las decisiones que tome deben ser de
obligatorio cumplimiento por parte de todo el Partido, en especial de sus organismos de
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39. La estrategia política o la “táctica general” del Partido para el período hegemonizado por
el proyecto neoliberal, se condensa en la política del Nuevo Curso. De acuerdo con ella:
“son indispensables: 1) Tomar en cuenta la realidad concreta del país, el movimiento de
las clase sociales y la correlación de fuerzas y de clase, 2) la noción de estrategia y
táctica y su concatenación dialéctica; 3) el concepto de transición y su vinculación con
las fases o etapas de la revolución; 4) el problema de la hegemonía; 5) la política de
alianzas que corresponde en estas condiciones particulares”. Más adelante, a la idea de
“transición” se agregó el concepto “aproximación”: “Entendemos por transición la
presencia de fases y aproximaciones al objetivo estratégico que nos proponemos
alcanzar, determinadas por las condiciones reales y la correlación de fuerzas existentes
y por la necesidad de ensanchar el campo de acción a fin de desarrollar incesantemente
las fuerzas de la revolución”. Su importancia y potencialidad política está fuera de toda
duda. Así lo entiende hoy el Partido, no así en los pasados años, lo que ha retardado
mucho su capacidad de acción e iniciativa política. Persistir con firmeza en la política del
Nuevo Curso , enriquecer su contenido en todos los aspectos, asegurar su relación
dialéctica con la lucha por el socialismo; en suma, convertirlo en la alternativa de la
izquierda y del pueblo peruano frente al proyecto neoliberal en crisis, es la gran tarea
que debe emprender, con mano firme, todo el Partido, relacionando en un todo sus 4
partes al mismo tiempo que los entiende en su singularidad y especifidad: nueva
república, proyecto nacional, nueva constitución, gobierno democrático, patriótico, de
regeneración moral y ancha base social.
40. Para hacer efectiva estas tareas es indispensable pasar del partido “secta”, estrecho,
construido sobre sí mismo, que aún somos, en un “partido revolucionario de masas” que
exprese los intereses del proletariado, el pueblo y la nación, con una militancia que
crezca en todo el territorio nacional y con un contingente de cuadros numeroso, capaz,
actualizado, con solvencia teórica marxista y mariateguista. El hecho concreto es que
los avances alcanzados son aun pequeños comparativamente con los objetivos
trazados, situación que estamos obligados a modificar sin falta como condición para
hacer efectiva las tareas políticas que nos trazamos. Tarea incompatible con toda
manifestación de sectarismo, burocratismo, formalismo, espontaneismo, en el trabajo
17
41. Con el propósito de ordenar el trabajo del Partido, darle un rumbo claro y determinar las
tareas y sus prioridades, se aprobó el Plan quinquenal 2011-2016. Mirado desde la
perspectiva que da el tiempo, se puede concluir que pecó de subjetividad pues no toma
en cuenta la situación del Partido y se propone tareas mayores a su capacidad. Este es
un error a corregir. Sin embargo, hay que señalar también que no se hicieron los
esfuerzos necesarios para su implementación, pudiendo en el camino corregir los
errores detectados. Una vez más el formalismo: decisiones que no se cumplen porque
falta determinación para hacerlas realidad. A ello hay que sumar el debilitamiento de la
autoridad del Comité Central, métodos de dirección artesanos, así como el
debilitamiento de la disciplina comunista. La planificación del trabajo es importante, pues
es la mejor manera de aprovechar las potencialidades disponibles. Debemos insistir en
ella sacando lecciones de la experiencia, convencidos de que plan que se aprueba debe
ser llevado a la práctica cueste lo que cueste (¿?).
43. Los errores y deficiencia señalados confirman problemas relacionados con el insuficiente
trabajo ideológico, político, organizativo. La labor formativa del militante en el espíritu
creador propio del marxismo leninismo, del cual José Carlos Mariátegui es un
representante ejemplar, y la capacitación de los cuadros y dirigentes del Partido para
que asuman sus responsabilidades con maestría, deviene tarea fundamental que deben
asumir con firmeza el Comité Central y los organismos intermedios del Partido. No es
suficiente la experiencia ni el sentido común. Se necesita contar con dirigentes con
mentalidad estratégica, manejo táctico y solvencia teórica y cultural, conocedores de la
realidad del país, capacidad de liderazgo en sus respectivas esferas de trabajo y
vínculos fuertes con el pueblo y las bases. Hay que entender que la batalla por un
“mundo nuevo” nos colocará siempre frente al poderío de las fuerzas conservadoras y
de derecha que defenderán sus intereses y privilegios con todas las armas a su favor,
incluyendo el uso de la corrupción, la manipulación o la adulación
44. Debemos reconocer el debilitamiento del trabajo del Partido entre las masas y en la
organización sindical, popular, étnica, de género, juvenil. Es verdad que nos
encontramos en un período de reflujo y fragmentación, de ofensiva desde el Estado y la
derecha para disgregarlos, de debilitamiento de los sectores productivos y masificación
de los trabajadores cuentapropistas. Es cierto también que no estamos respondiendo a
las nuevas condiciones políticas, sociales, técnicas, con la rapidez, iniciativa y
creatividad, atenazados por la persistencia de estilos y métodos de trabajo ya criticados.
Esta situación debe cambiar pues es una condición fundamental para hacer realidad la
política del Nuevo Curso, ganar la hegemonía y dar pasos seguros en la construcción
del partido revolucionario de masas. La clave es recuperar la línea de masas como
método fundamental de trabajo. Habernos desviado de ella nos ha traído consecuencias
funestas. No puede continuar la pasividad en la que nos encontramos, con organismos
de dirección divorciados de las masas y con ausencia de dirigentes preparados para
reconstruir el tejido de las organizaciones sindicales y populares, y para alzar a las
masas a la lucha. Masas pasivas, desorganizadas, o confundidas es el mejor escenario
para perennizar la hegemonía de la derecha y el capital.
45. La estrategia de las tres acumulaciones, que sintetiza uno de los conceptos básicos de
la construcción del Partido, muchas veces sigue siendo enunciado en lugar de una
manera de pensar y hacer de los comunistas. Diferentes entre sí, la lucha política,
ideológico-cultural y de masas se complementan y retroalimentan como partes de un
proyecto común: el Partido, la revolución y el socialismo. Considerados por separado,
no llevan a ningún lugar; ensamblados constituyen un arma poderosa capaz de poner en
tensión todas las fuerzas y hacer realidad nuestros objetivos políticos. Esta manera de
pensar, holística, y esta manera de actuar, estratégico-táctica, debe convertirse en un
estilo de trabajo fundamental del Partido, imposible de hacer realidad si se deja de lado
la línea de masas.
46. Desde luego tenemos un partido que preserva sus ideales, su compromiso firme en la
lucha por el socialismo, su convicción asentada en el marxismo leninismo y en el
19
pensamiento y ejemplo mariateguista, y cuenta con una militancia que se mantiene leal
al partido y su proyecto histórico. Pero podemos ser más y lo seremos. Permanece la
situación de reflujo, pese a esporádicos movimiento, lo que explica muchos de los
problemas que enfrentamos. Pero hay que atreverse a nadar contra la corriente a
condición de superar errores, deficiencias, limitaciones, que hoy obstruyen este camino
de avance.
EL PANORAMA NACIONAL
La Constitución de 1993, producto del fraude e hija de un golpe de estado, sigue en pie.
Las instituciones que dio origen y su razón de ser que fue legitimar el modelo neoliberal,
con el mercado como centro y el Estado como factor subsidiario, hace rato que han
dejado de ser garantes de un país con posibilidades reales de desarrollo, al igual que el
resto de los países de América Latina. Argentina, Brasil, México mismo, son el ejemplo
vivo de adónde se puede llegar siguiendo el mismo patrón y cuán difícil y complicado es
cambiar. El argumento central que se nos ofrece es que desde hace 20 años nos
encontramos en constante crecimiento, que lo valida. Ahora mismo, se dice, mientras
América Latina crece 1.2 por ciento, el Perú bordea el 4 por ciento, y puede trepar unos
puntos más si se mantiene el rumbo, pero siempre que se ajuste hacia abajo de modo
que los trabajadores, apretándose los cinturones, puedan permitirnos ingresar en el
círculo virtuoso de la competitividad, y, con un poco de suerte, ingresar a la
Organización Mundial del Comercio. Según el gran capital y sus representantes
políticos, mediáticos e intelectuales, todo va bien, la democracia incluida. Hablar de
cambio, insisten, nos lleva al desfiladero. ¿Pero cuánto de serio hay en ello?
48. Bien miradas las cosas la realidad no es tan apetecible. Un organismo internacional que
nada tiene de comunista, que depende de Naciones Unidas, examinando un cuarto de
siglo de hegemonía neoliberal ha llegado a la conclusión de que “muestra señales de
agotamiento”, “amenaza los recursos comunes y el bienestar de las generaciones
futuras”, es “insostenible” (CEPAL, 2016). El caso del Perú no es distinto. Pocos son los
que ganan a expensas del recorte de los derechos de los trabajadores, de la
precarización del trabajo, de la destrucción sistemática de sus organizaciones
representativas o de privilegios especiales para asegurar altas tasas de inversión y
ganancias jugosas. Pero no olvidemos que en la proximidad del Bicentenario de la
República seguimos dependiendo del saqueo de nuestros recursos naturales, envueltos
por la corrupción, con el pánico en los ojos ante la inseguridad de mañana, cuando el
mundo ingresa a pasos agigantados en la cuarta revolución tecnológica. Siempre la
improvisación. Siempre el corto plazo. Siempre riqueza concentra y privilegios para
pocos. Siempre siguen perdiendo lo de abajo. Recuperemos el verdadero sentido de la
palabra cambio, pues eso es lo que necesita el Perú y esa es la tarea a resolver: un
cambio de verdad que permita fundar un Perú nuevo, una nueva república democrática,
soberana, regenerada moralmente, con justicia social, capaz de romper la dependencia
de las materias primas.
49. En el Perú el signo dominante es la privatización, incluida la democracia. Sólo falta que
privaticen el Estado, y en cierto modo ya lo está. La corrupción ha alcanzado niveles de
espanto y abarca hasta el último rincón de la patria. Lo que se ve estos meses es
apenas la punta del Iceberg. El Estado ha dejado de garantizar seguridad a la población,
abrumado por espacios de poder en manos de la mafia y el crimen organizado. El VRAE
es un ejemplo de espacio de poder privatizado donde el gobierno “reina pero no manda”
pero sí entrega muertos al narcotráfico. Éste avanza con prisa y sin pausa. Su influencia
alcanza a la Amazonía y amplios espacio de la Sierra. Su influencia en algunos partidos
políticos es conocida, también su presencia en el Congreso, gobiernos regionales y
23
municipios. Decir partidos políticos, hoy, en Perú, es una frase vacía, incluyendo la
izquierda. No nos engañemos. Son mayormente rótulos electorales sin programa,
ideología, organización, que negocian cupos o que se venden al mejor postor. Sobre esa
base ¿qué futuro se puede esperar?
50. La educación y la salud, la seguridad social, el disfrute cultural, que deben ser derechos
con igualdad de oportunidades para todos, han devenido mayormente en negocio
lucrativo, plataforma electoral, signo de poder, y en muchos casos banderas de
mediocridad. El 50 por ciento de estudiantes que culminan su carrera profesional
terminan en ocupaciones distintas para las que se prepararon o bien en la
desocupación. De herramientas fundamentales de desarrollo y de progreso del país y de
bienestar de la población, han devenido piezas para la continuidad de lo mismo. El
derecho al trabajo y a una remuneración justa choca frontalmente con el derecho que
acompaña al neoliberalismo: desregulación sistemática, precarización, desorganización
de los trabajadores, desocupación, abandono de la vejez.
51. La crisis del Estado es clamorosa. El espectáculo de estos meses libera de comentarios.
Que todos los presidentes que gobernaron en los últimos 25 años bajo este modelo, con
excepción del Dr. Paniagua, estén vinculados a la corrupción y alisten sus huesos para
que descansen en cárceles doradas, dice mucho de la descomposición a que se ha
llegado. Ninguna de las instituciones del Estado cuenta con simpatía ciudadana y la
democracia misma, ésta que se sufre día a día, no alcanza ni el 20 por ciento de
respaldo. La crisis de la política es clamorosa. El conflicto de poderes que enfrentó al
legislativo con el ejecutivo trayéndose abajo al gobierno de Kukzinsky y amenazó repetir
con el presidente Vizcarra; el desbarajuste enfrenta la Fiscalía de la Nación, la
defenestración del Consejo Nacional de la Magistratura en pleno, la promulgación de
leyes con nombre propio, indican a las claras la gravedad del cáncer que corroe la
sociedad, que la causa de los problemas visibilizados es profunda, y que reformas
parciales y sin concierto como la que votó el referéndum de diciembre o se proponen
introducir más adelante, “cambiará algo para que nada cambie”.
coinciden con las aspiraciones profundas de las masas populares y con las exigencias
de su tiempo, que se nutren de su herencia cultural y sus valores nacionales
fundamentales, que encuentran la clase y la fuerza dirigente capaz de plasmarlas, son
capaces de realizar el milagro de la renovación y la transformación. Una sociedad
fragmentada como es el Perú de hoy, y una clase dominante sin más capacidad de
convocatoria que el lucro desmedido y el pragmatismo utilitarista, desarraigada de su
realidad y su historia, entusiasmada por la limosna foránea antes que por su capacidad
de realización, están condenadas a reproducir las condiciones de atraso, miseria, ruina
moral y dependencia”. Esta es la dimensión de los problemas que tenemos por delante y
es sobre esa base que la izquierda, si es de verdad renovadora y visionaria, puede abrir
las puertas del futuro de la patria.
53. El gobierno que presidió PPK no intentaba modificar este cuadro de conjunto. Su
conflicto con el fujimorismo era más pedestre y primitivo: pugna en las alturas por cuotas
de poder. Perdió la batalla y el fujimorismo parecía que tenía preparado el terreno para
las elecciones del 2021, su objetivo estratégico. La instalación del ingeniero Vizcarra en
el gobierno, su breve discurso de orden y su manejo posterior modificó de golpe este
cuadro. Lo que parecía sólido se disolvió dando paso a un nuevo escenario que el
referéndum consolidó. Que sea duradero o no es otro asunto, mientras el carnaval de la
corrupción es el pan de todos los días. La detención de Keiko Fujimori, la corrida de
García a la embajada uruguaya, las declaraciones esperadas de Lava Jato amenazando
nuevos temblores, ocupan las primeras planas mientras los grandes problemas del país
sigue pendiente de solución. Ganó el presidente su primera ficha. ¿Cuáles son las
otras? El panorama no está claro ni dentro ni fuera del país, más allá del alineamiento
oficial con la “profundización” del modelo. Por el momento, el referéndum ha parado el
ímpetu por una nueva Constitución y ha dejado en el aire el cierre del Congreso. Por el
momento se busca volver, en la medida de lo posible, a la normalidad, mientras se
preparar mejores condiciones para ciertas reformas políticas y algunos gestos que
relajen las tensiones de los dos últimos años. Es decir, la crisis política y su
complemento moral se ha manejado con un saldo favorable para la derecha, mientras la
izquierda se quedó en el margen, olvidando que son precisamente las crisis su
escenario natural.
54. Lo cierto es que tenemos gobierno hasta julio de 2021 y un Congreso recompuesto más
dúctil. Coalición o algo parecido que ya empezó a funcionar no exento de tensiones.
Está en marcha, desde las alturas, el reordenamiento de cara al Bicentenario y no son
muchas las novedades previsibles. La calma chicha continuará, el problema es saber
hasta cuándo o qué hay que hacer para mover las aguas.
qué “ya no es el mismo de esos tiempos”? ¿Qué cambió y qué no cambió en el perfil
societal nacional?
“Permanece intacto el modelo neoliberal, más bien con visos de profundización? ¿En
realidad hay un “modelo neoliberal” o modelos varios del neoliberalismo mundial? ¿Cuál
ha sido entonces el “modelo” neoliberal que se aplicó en el Perú y por qué se habló de
un “modelo chicha” para referirse a esa experiencia “modélica” en el país desde sus
trazos iniciales? ¿Puede permanecer “intacto el modelo neoliberal” si casi al final de este
documento se dice que el “neoliberalismo está en crisis”? Se está hablando de una crisis
de la globalización y el neoliberalismo en los últimos tiempos, crisis frente a la cual la
derecha teórica y la izquierda no tienen todavía alternativas.
¿“La corrupción” es solamente un problema ético de personas que caen en esta
situación o es un problema fundamentalmente del sistema capitalista? ¿Podrá ser
erradicada en el sistema actual en que vivimos’ ¿Cómo y por qué?
“El Estado ha dejado de garantizar seguridad a la población”. ¿Qué es el Estado visto
desde el punto de vista marxista y qué polémica existe sobre el particular? ¿En qué
consiste su crisis? ¿Cuáles son las limitaciones estructurales del Estado burgués para
“garantizar la seguridad de la población”?
“Los partidos políticos, hoy, en el Perú, (son) una frase vacía, incluyendo la izquierda. No
nos engañemos. Son mayormente rótulos electorales sin programa” ¿Por qué los
partidos han advenido a esta situación clamorosa? ¿Cuál es la causa y cómo salir del
atolladero? ¿Es posible una democracia sin partidos políticos?
¿Tenemos hoy la posibilidad de una “clase dirigente” en el Perú? ¿De qué depende ello?
¿Cómo sería esa “clase dirigente”? ¿Cuál de las clases sería la “clase dirigente”? ¿La
burguesía “nacional”, el proletariado, la pequeña burguesía? ¿El ser dirigente depende
de una esencia dirigencial pre-establecida o es algo que se construye en la
confrontación social? ¿Las clases sociales pre-existen al conflicto (diferencia, lucha,
confrontación, antagonismo) o son resultado del mismo? ¿En qué ha cambiado el
cuadro de las clases sociales en el Perú a lo largo de su historia?
¿En qué sentido la pugna actual en las “alturas” del poder político (Ejecutivo-Congreso)
responde a la lucha de clases en el Perú y el mundo? ¿A quién representa Vizcarra y a
quién el fujiaprismo, a quién la izquierda? ¿Se debe hablar sólo de izquierda o de
izquierdas? ¿Por qué?
¿Cómo debe asumir el partido el “reordenamiento de cara al Bicentenario”? ¿Qué
sentido político tiene esta frase? ¿Reordenar no es solamente volver a ordenar lo que
está desordenado manteniendo la racionalidad y lógica de lo ordenado? ¿Por qué no
más bien “refundar”?
55. El problema de fondo, el parteaguas del período se resume en una sola frase: cambio de
rumbo o continuismo neoliberal. Y desde el lado popular y progresista, si se aspira a
construir una alternativa viable ajustada a la correlación de fuerzas en acción: gran
unidad de las izquierdas, el movimiento popular y progresista, o fragmentación y derrota.
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Desde el punto de vista del Partido lo que corresponde hoy no es el programa máximo,
socialista, sino un programa mínimo pero de cambio real: el nuevo curso con sus 4
patas: proyecto de país democrático, patriótico, de justicia social, defensor del medio
ambiente, de regeneración moral, plurinacional, de integración latinoamericana, paz y
desarrollo, que permita refundar la república. Nueva constitución que permita promover
un gran debate nacional, una movilización de la sociedad, el consenso necesario que
abra las puertas al Perú que se cree posible. La Constitución de 1980 puede facilitar
pistas importantes, pues no todo será creado. Finalmente, gobierno democrático,
soberano, descentralista, pluriétnico, de ancha base social. Mientras la derecha,
satisfecha con la Constitución fujimorista, puede tolerar algunos afeites; la izquierda
debe encabezar un cambio de rumbo, construir una correlación de fuerzas que lo
garantice, poniendo sobre la mesa el gran debate constitucional de cara a la sociedad.
Ganar el imaginario popular, poner en movimiento a las mayorías ahora pasivas, ganar
la batalla desde las bases.
56. La batalla por una nueva Constitución y por una nueva república es de importancia
decisiva. En ella se condensa el proyecto de país que proponemos. Lo que el Perú
necesita no es sólo una Carta Magna, su aceptación formal, sino calar su contenido,
alcances y consecuencias por amplias mayorías de la sociedad, el rol que le
corresponde, la capacidad para construir una nueva institucionalidad duradera. Es decir,
un nuevo estado dirigente, inclusivo, multiétnico, con una economía plural, con
ciudadanía, derechos universales vigentes, democracia participativa y directa y no solo
electiva, soberanía plena, justicia social, educación. Salud, seguridad social, de calidad,
obligatoria y universal. Lucha frontal desde el Estado y la sociedad a la corrupción, el
narcotráfico, el crimen organizado. De lograrse, sería el mejor escenario para recuperar
la iniciativa política, impedir que reformas parciales condenen la nueva constitución al
olvido, pero sobre todo para entender mejor el Perú y para organizar verdaderas fuerzas
políticas.
57. Está claro que las fuerzas de la derecha no aceptarán fácilmente un gobierno de
izquierda y una Constitución que deje atrás la perpetrada por el fujimorismo. Si significa
un enorme esfuerzo acceder al gobierno desde el lado de la izquierda y el pueblo, lo
será muchas más ejercer el gobierno y gobernar con éxito y con la fuerza y el respaldo
ciudadano para hacerlo. Por eso mismo, sin descuidar en absoluto los demás escenarios
de trabajo, debe atender con interés el escenario de 2021, que está aquí cerca. El
Partido Comunista, asumiendo con responsabilidad, madurez y honestidad el papel que
le corresponde, debe prepararse para asumir con honor sus tareas sin perder de vista,
en ningún momento, la política del Nuevo Curso, alfa y omega de su accionar a lo largo
del período.
59. Desde luego que la política no se agota en las elecciones ni en sus resultados
concretos. Asumimos el criterio que José Carlos Mariátegui tiene al respecto: “La política
se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria” y es, al mismo tiempo la
“conquista del pan, la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las
complacencias del espíritu”. Esta dimensión heroica de la vida y de la política es lo que
nos hace distintos, lo que preanuncia en cada uno de nuestras acciones el futuro
socialista que soñamos. Entonces la política no es la rapiña del erario público o la
satisfacción de la vanidad, sino el servicio al pueblo, a la humanidad, a nuestra condición
de seres pensantes en sana convivencia con su ambiente. Sólo entonces tendremos
claras las fronteras con la corrupción, el caudillismo, la ineptitud o el uso despótico del
Poder. Al asumir las tareas de hoy, de llevarlas a sus niveles más altos, trabajamos
simultáneamente para dar un paso más adelante. Por eso la política revolucionaria es un
proceso constante de acumulación de fuerzas, de construir una correlación de fuerzas
mayor, de abrir trocha y aprender siempre. Cuando se pierde de vista esta dialéctica de
las cosas, viene el conformismo, se abre paso la rutina, se oxida el entusiasmo y la
pasión revolucionaria.
61. Los tiempos que vienen no serán tranquilos. La calma es transitoria y el descontento y la
indignación se abrirán paso más temprano que tarde. Cambio de verdad o continuismo
neoliberal seguirá siendo la línea divisoria. La batalla contra la corrupción apenas
comienza. La población es víctima de una violencia que no cesa de crecer. El miedo
crece mientras el Estado es cada vez más impotente para asegurar seguridad a la
población. La economía crece al 4 por ciento pero también se incrementa la pobreza, se
extiende el trabajo precario, se cierran los pequeños negocios, crece el contingente de
desocupados. El pueblo se indigna, se moviliza, exige cambios de verdad, pero sus
luchas no tienen continuidad, no responden a un plan articulado, no cuentan con una
dirección centralizada. Sobra indignación falta claridad de rumbo. Sobra pueblo
descontento, sigue haciendo falta el partido y el liderazgo que señale el camino y gane
su confianza. Por eso, así como surgen como hongos a la primera lluvia, apenas llega el
sol se evaporan. Confianza es la palabra clave. Pero ganar confianza requiere
constancia, iniciativa, capacidad de convencimiento, aprovechamiento inteligente de las
redes sociales, organización, conocimiento del comportamiento e intereses de las
generaciones nuevas. Todo ello requiere iniciativa, creatividad, entusiasmo. Organizar,
educar, movilizar, tal la tarea
63. El proyecto neoliberal se instaura con gran facilidad en el Perú por tres factores que
supieron explotar sus promotores: la crisis desatada durante el primer gobierno de Alan
García, con una inflación que superó el 7000 por ciento y el empobrecimiento masivo de
la población. En segundo lugar, la acción militar de Sendero Luminoso y todas sus
implicancias. Tercero, el derrumbe de Izquierda Unida por graves errores de su
conducción, que destruyó una alternativa desde la izquierda opuesta al proyecto
neoliberal. La Constitución de 1993 se fabricó para legitimar el proyecto neoliberal que
permitiera el desmantelamiento del Estado y su rol en la economía; la apertura
indiscriminada a la inversión extranjera; las privatizaciones a mano armada; la
desregulación laboral y la ofensiva contra las organizaciones laborales; la virtual
liquidación de los partidos políticos sustentados en programa, ideología y organización
definidos y su sustitución por el apoliticismo, la mercantilización de la política y la
democracia, los movimiento sin más horizonte que el caudillo heredero de las peores
tradiciones que vienen de la colonia. Todo ello fue posible por el desarme de la sociedad
y por la ilusión de que el neoliberalismo podría abrir una nueva etapa que dejara atrás
esos momentos aciagos de la historia patria. Allí se profundizó la degradación de las
instituciones del Estado, la corrupción alcanzó niveles pocas veces visto, se afianzó el
apartidismo y se prostituyó la democracia. Lo que se ve con pavor hoy es la
continuación de lo mismo que funcionó solapadamente. Le faltó el SIN y Montesinos que
lo administrara.
64. La lucha de poderes entre el Congreso mayoritariamente controlado por Fuerza Popular
y el gobierno central se definió, finalmente, a favor de este último. El referéndum
modificó la correlación de fuerzas a favor del gobierno del presidente Vizcarra, pero a
decir verdad de reformas tiene muy poco. La crisis del fujimorismo es evidente y su
objetivo estratégico que era acceder al gobierno en 2021 está terminado. La suerte del
APRA, su aliado menor pero activo, es aún más complicada. Keiko Fujimori pasando por
las horcas caudinas de la cárcel, y un destino parecido tocando las puertas de Alan
García, señala la quiebra de la oposición fujimorista. Queda un Congreso desacreditado,
un Poder Judicial desacreditado, una Fiscalía de la Nación severamente cuestionada, y
un Ejecutivo que por el momento cuenta con la simpatía del electorado por su anclaje en
la lucha contra la corrupción. Pero nada m
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65. La cosecha que deja el Referendúm tiene dos aspectos: de un lado son los dividendos
políticos que no sólo refuerzan la expectativa ciudadana en el presidente Vizcarra, sino
también neutraliza o adormece la tendencia creciente en la ciudadanía exigiendo
elecciones adelantadas al Congreso y nueva Constitución. Del otro, resuelve a favor del
gobierno el conflicto con el Congreso, con una mayoría hoy disminuida, conflictuada y a
la defensiva. El período de tensión cede, el campo de maniobra del ejecutivo se amplía,
se recomponen las bancadas en el Congreso. El nombramiento de la Comisión de Alto
Nivel de Reforma Política creada para recomendar iniciativas legislativas sobre temas
electorales y otras como la inmunidad parlamentaria, le permiten conservar la iniciativa y
esa será su estilo de gobierno en ausencia de fuerza partidista propia. Su convocatoria
al diálogo con los partidos representados en el Congreso es parte del mismo esquema.
Sin embargo, el panorama hacia el Bicentenario sigue siendo oscuro y nada indica que
madure un proyecto que lance al Perú por una ruta de verdadero desarrollo, estabilidad,
seguridad y progreso, en cuya agenda quede atrás la corrupción, la impunidad, la droga,
la violencia, la crisis de los partidos políticos. No hay que perder de vista que es el
Estado que consagra la Carta impuesta en 1993 la que se encuentra en crisis.
66. Pensando en perspectiva el escenario más próximo, en términos políticos, es 2021. Por
el simbolismo que representa el Bicentenario de la Independencia Nacional, por el
reordenamiento de fuerzas políticas internas de difícil predictibilidad, donde una opción
de izquierda y progresista no debe ser descartada como posibilidad de victoria electoral,
pese al entorno internacional complicado y desfavorable, que incluye la posibilidad de
una nueva crisis financiera y comercial. El Partido debe tomar en serio este dato,
reajustar sus filas, posicionar su influencia política, construir liderazgos solventes, y,
sobre todo, asignarle la fundamentación de excelencia a sus propuestas de gobierno,
constitucional y de nueva república. Hay que empezar a pensar la política en grande y a
forjar los instrumentos que le permitan adecuarse a las nuevas condiciones poniendo en
movimiento todo su potencial partidario, intelectual, juvenil, laboral.
67. El problema clave a resolver tiene que ver con la construcción de una potente alternativa
electoral y popular desde la izquierda que nos permita actuar con independencia e
iniciativa, facilite la organización de nuestras fuerzas, impida seamos aislados o
arrinconados. Juntos por el Perú, pese a su escasa presencia electoral en la jornada del
7 de octubre, sigue siendo el punto de apoyo más importante que contamos para hacer
realidad el plan diseñado. Pero JP, para cumplir un rol más dinámico en la búsqueda de
una unidad más amplia, necesita abrirse a un amplio espectro de fuerzas no
partidarizadas potencialmente unibles hoy. Dependerá de la iniciativa con que se mueva,
de que se atreva a hacer política activa, genere liderazgos locales, regionales y
nacionales, pero sobre todo conserve sus fuerzas integrantes en movimiento. Debemos
promover campañas de propaganda y posicionamiento de JP, de organización en todo el
territorio nacional, de debates sobre los grandes problemas del país, incluyendo el
proyecto de Constitución para el siglo XXI. Para que te escuchen necesitas tener fuerza.
Construir una posición de fuerza es fundamental y lo es también saber administrarlo. Y,
en lo que al Partido concierne, debemos trabajar en serio y de manera ordenada en la
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68. La privatización desenfrenada que se inicia con Fujimori se ha extendido a todos los
campos, incluyendo la educación, la salud, la seguridad social. Convertidos en negocio
han perdido sentido social erosionando las bases de la sociedad y de los derechos de
los ciudadanos. La igualdad ante la ley se ha convertido en desigualdad real entre
peruanos. La educación, la salud, el trabajo de calidad es para pocos que pueden
acceder a ellos, mientras que la inmensa mayoría de compatriotas carecen de esa
oportunidad. El mito de la propiedad privada con la menor regulación posible, como
fuerza dinamizadora del crecimiento y del “chorreo” consiguiente, no ha traído el
desarrollo ofrecido y sí la concentración de la riqueza en pocas manos y la polarización
social. La batalla por una escuela y salud de calidad, universal y gratuita está a la orden
del día. Asimismo la defensa de los derechos de los trabajadores, de las comunidades
étnicas, de la mujer, de los jóvenes, de los jubilados.
70. Hay que entender que la ofensiva neoliberal no se detiene en su propuesta económica
de un mercado “puro” y “perfecto” fundado en la desregulación financiera, comercial,
laboral, en la privatización o en la subordinación del Estado al mercado. Es integral:
ideológica, política, cultural, social, psicológica, mediática, desenfrenada o sutil,
coercitiva o encubierta de legalidad. Los resultados los tenemos a la vista. Pese a la
crisis en que se debate, su hegemonía sigue siendo determinante y sus consecuencias
pueden verse en la atomización del movimiento social; en el sentido común
individualista, utilitario, consumista, que ha construido; en la devaluación del Estado y
su rol social en beneficio de la privatización y la ley del más fuerte; en la mercantilización
de la política, de la democracia, de la cultura, de la educación y la salud, en suma, de la
condición humana. Hoy todo se compra y vende en el mercado, también la democracia
y la dignidad.
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71. A un proyecto con las características señaladas sólo se le puede oponer otro proyecto
alternativo también integral, que es lo que sigue estando ausente en la izquierda
peruana. Cambio democrático, democrático, con justicia social y regeneración o
continuismo neoliberal, sintetiza la contradicción fundamental a resolver a lo largo de
este período, de cuyo desenlace dependerá la marcha futura del país. La política del
Nuevo Curso responde precisamente a esta realidad, que no es estanca, que se
encuentra en movimiento y alimenta la dinámica de la lucha de clases en curso. La
característica básica de la izquierda y el movimiento popular es la dispersión, la
debilidad de sus estructuras, la ausencia de una propuesta unificadora, la visión
fragmentaria de la realidad. Esta situación no coincide con sus potencialidades reales ni
responde a la dinámica de los retos que tiene por delante. Está situación explica por qué
la clave de su éxito probable, de su capacidad para convertirse en una opción viable y
confiable para amplios sectores del pueblo peruano, radica en su propuesta de cambio,
unidad y el liderazgo que ofrezca al país. Todo lo demás puede ser construido sobre esa
base, incluyendo la dinamización de las organizaciones sindicales y populares. Los
éxitos logrados en algunas regiones del país abona a su favor, beneficiando la
construcción de una correlación de fuerzas popular, democrática, de izquierda y
progresista. Ser radical hoy, es ser realista, alcanzar lo que la correlación de fuerzas
nacional e internacional lo permite, que sirva de base para seguir avanzando de acuerdo
con las circunstancias. Implicar, también, la recuperación del tejido sindical hoy
debilitado, de las organizaciones étnicas, de género, ambientales, de democracia
directa, barriales, culturales, juveniles, deportivos, de los frentes de masas. Implica,
asimismo, gestionar bien, con honestidad y eficiencia los gobiernos regionales y
municipales progresistas, atraer a los pequeños y medianos empresarios, a la
intelectualidad y los técnicos. Por eso la unidad, la más grande unidad, la organización,
la capacidad de movilización del pueblo, la lucha de ideas sin concesiones, la visión de
proyecto por encima de la cultura de aldea y de “yo primero”, tan arraigada en la cultura
peruana, tiene importancia fundamental.
73. La táctica del Partido, lo hemos dicho, se inscribe en el marco del Nuevo Curso. No se
confunde con ella: su relación es de la parte con el todo a lo largo del período de
hegemonía neoliberal. En su expresión más general se sintetiza en la consigna ¡Nueva
constitución para una nueva república! incorporando y moldeando todas las tareas
propias del período. Las consignas ¡Cambio democrático y patriótico o continuismo
neoliberal! ¡Gran unidad para un gran cambio! expresan precisamente lo mismo y le
sirven de fundamento. Con relación al gobierno que preside el presidente Vizcarra,
nuestra posición debe ser clara: continúa el modelo económico neoliberal con todas sus
implicancias, sostiene la Constitución de 1993, pero, al mismo tiempo, necesita un
espacio de estabilidad y orden que se lo impedía la mayoría fujimorista en el Congreso.
El tema de la corrupción y la destitución del Consejo de la Magistratura le cayó de
perillas para recomponer la correlación de fuerzas, pasar a la ofensiva y arrinconar al
fujimorismo con la convocatoria a referéndum que el Congreso no pudo evitar. A partir
de entonces las cartas estaban echadas. Con ello logró dos objetivos: el primero y más
importante, ganó iniciativa, impuso los temas del mismo apropiándose en el imaginario
público de la lucha contra la corrupción. El resultado es la crisis en que se debate el
fujimorismo, el encarcelamiento de su cabeza política, su paso definitivo a la defensiva
en medio del repudio popular. El APRA con Alan García a la cabeza sigue la misma
suerte. El segundo objetivo, que pasa desapercibido pero es trascendente, tiene que ver
con el desmontaje de la indignación popular que exigía cierre del Congreso, elecciones
adelantadas y, sobre todo, con fuerza creciente, nueva constitución. Ahora las aguas
están aquietadas y el presidente alcanza las más altas cotas de simpatía. Que sea
duradero o no es otro problema.
74. Como su escenario favorito es el terreno político, y aquí puede maniobrar con más
soltura y poco costo, acaba de nombrar una Comisión de Alto Nivel de Reforma Política
que le recomiende reformas políticas, en particular electorales o sobre el voto
preferencial. Como la iniciativa está en sus manos y la oposición dura se encuentra
virtualmente aplastada, con el presidente del Congreso siguiendo sus propias pautas, ha
declarado un periodo de entendimiento y de diálogo. El problema de fondo es que las
reformas políticas, al igual que el referéndum realizado, rozan la superficie sin llegar al
fondo. En otras palabras, no hay reformas fundamentales pero se le quita piso a la
exigencia de avanzar a una nueva constitución con todo lo que ello implica. Para el
presidente Vizcarra la cuestión es cómo llega al Bicentenario, y si para entonces cuenta
con el impulso suficiente para tentar una candidatura presidencial. Tanto más cuando el
escenario es de vacío en las filas de la derecha neoliberal y puede proyectarse por los
palos una opción de izquierda, o por lo menos progresista, que asusta a la derecha.
34
75. La táctica concreta que asume el Partido en estas condiciones está marcada por la
política del nuevo curso: es de independencia, crítica, orientada a trabajar para construir
una alternativa de cambios reales, empujando a una polarización cambio o continuismo.
Una táctica que busca la gran unidad para el gran cambio, que se propone construir un
bloque de izquierda, popular y progresista, que insiste en la consiga de un solo frente, un
solo programa, un solo candidato o candidata. El peor error que se puede cometer es la
división. Malo para comprometer el concurso del vasto sector de ciudadanos que no
tienen pertenencia partidista pero apuestan por una opción de cambio, seria, unida,
posibilidades de victoria. Malo para gobernar un país complejo y difícil. Está fresco el
trauma que dejó Ollanta Humala, pero también lo que es capaz la derecha para impedir
se abran las puertas de una nueva república. No hay que perder de vista la ola
derechista y fascistoide que se abre paso en América Latina, con el padrinazgo de
Trump y con Bolsonaro en Brasil como abanderado.
77. Trabajar por la unidad más amplia no significa descuidar o debilitar la construcción del
Partido. Contar con un partido comunista influyente, arraigado en las masas, con
estructura organizada nacionalmente y con cuadros calificados, es de fundamental
importancia. Partido y frente político se complementan; no se excluyen. A mayor
fortaleza del Partido será también mayor su aporte a JP. Un JP potenciado, con
influencia nacional, ayudará, a su vez, al crecimiento de los partidos que lo integran.
Esta relación dialéctica entre partido y frente político debemos entenderla y con ello
evitaremos errores que pagamos caro en el pasado.
78. Conviene recordar una decisión importante del VIII Congreso: “La unidad que
proponemos exige de los comunistas no sólo tener la razón y métodos apropiados;
requiere, además, tener fuerza e influencia reales: política, social, cultural, liderazgo
reconocido, capacidad de conducción y gobierno, calidad intelectual y moral. La
hegemonía no se construye en base a retaceos y negociaciones, sino con un trabajo
paciente, profundo, sistemático entre las masas populares; no se impone, se gana con la
confianza y el respeto de la gente; se forja con la aceptación del pueblo a una dirección
(y liderazgo) correcta, justa, honesta, leal, probada en la lucha y en la práctica cotidiana”.
Mejor no se puede decir.
35
“El problema de fondo, el parteaguas del período se resume en una sola frase:
cambio de rumbo o continuismo neoliberal” ¿Es posible seguir manteniendo esta
disyuntiva en un escenario donde el declive del neoliberalismo, como está
sucediendo ahora, por efecto de las contradicciones del capitalismo conduzca a un
nuevo “modelo” ordenador de la economía capitalista y de extracción del plusvalor
mundial, por ejemplo una suerte de neokeynesianismo o un híbrido neoliberalismo
keynesianismo? ¿El no continuismo del modelo neoliberal sólo dependerá de la
izquierda y lo popular? ¿No podrá ser también una negación del propio capitalismo
en relación a sus propias contradicciones?
“Desde el punto de vista del Partido lo que corresponde hoy no es el programa
máximo, socialista, sino un programa mínimo pero de cambio real: el Nuevo Curso
con sus 4 patas: proyecto de país democrático, patriótico, de justicia social,
defensor del medio ambiente, de regeneración moral, plurinacional, de integración
latinoamericana, paz y desarrollo, que permita refundar la república. Nueva
constitución gobierno democrático, soberano, descentralista, pluriétnico, de ancha
base social”. ¿Si el programa máximo (socialismo) es diferente al programa mínimo
(Nuevo Curso= no socialismo) cómo lo mínimo sirve para lo máximo? Para que lo
mínimo sirva a la máximo deben ser parte del mismo fenómeno o ser interiores a la
misma totalidad. En otras palabras, no pueden ser externos entre sí porque si lo
fueran, lo máximo se impone mecánicamente a lo mínimo es decir se impone como
una obligación y no como un despliegue interno del fenómeno. En este caso quien
impone lo “máximo” (¿el proletariado en alianza con el campesinado? ¿sólo el
proletariado?) lo hace apelando a una esencialidad absoluta, eterna y pre-
establecida (metafísica) y no a una dialéctica de la realidad. ¿No sería en tal caso
mejor pensar en lo “mínimo” del socialismo, en un programa socialista desde el
saque con un mínimo de logros? Bien analizado el Nuevo Curso reúne en sí
muchas de las condiciones del socialismo.
“Ganar el imaginario popular, poner en movimiento a las mayorías ahora pasivas,
ganar la batalla desde las bases”. Ello es un componente sustancial en la lucha por
la hegemonía del socialismo traducida en la búsqueda de una nueva subjetividad
popular en el país.
“Desde luego que la política no se agota en las elecciones ni en sus resultados
concretos” ¿Por qué? ¿Porque no se agotan las diferencias plurales y el
antagonismo político en la sociedad? ¿Las diferencias y el antagonismo son el
carburante de la política que el liberalismo trata de escamotear como una forma de
aniquilar la política?
“Trabajar un proyecto común donde todos aporten y todos ganen”. “Necesitamos
unidad política, sindical, campesina, estudiantil, profesional, académica, étnica”.
En esta comunidad popular proyectiva donde todos “aportan y ganan” ¿dónde se
apoya su sostenibilidad y legitimidad? ¿En alternativas concretas sobre las cuales
todos estén de acuerdo como se pretendió construir la unidad en la fenecida
Izquierda Unida, o en la forma como se construyen las identidades en quienes
36
79. Somos un partido político que asume los intereses concretos y generales del
proletariado, del pueblo y la nación peruana, y, a la vez se reconoce su destacamento de
vanguardia. Su misión histórica es la lucha tenaz por hacer realidad en el Perú el
socialismo poniendo en tensión las fuerzas, iniciativa y creatividad de los más amplios
sectores del pueblo. Se guía en todos los campos de su actividad por el marxismo
leninismo y el pensamiento y la práctica de su fundador, José Carlos Mariátegui. Con él
37
entiende el socialismo como “creación heroica” acorde con nuestra realidad, en nuestro
propio lenguaje, de acuerdo con la exigencia de los tiempos.
80. Este es el Partido que estamos empeñados en construir desde hace 90 años, con sus
valores y virtudes, también sus vicisitudes, errores o deficiencias. Evaluando el tiempo
transcurrido y poniendo sobre la mesa el destino de la patria y nuestro pueblo, estamos
convencidos de la justeza del ideal que nos anima y de la necesidad de contar con un
partido a la altura de esta necesidad histórica. Ese es nuestro empeño, ese es el reto.
Nos sentimos orgullosos de las luchas del pueblo peruano, de la patria que nos acoge,
de nuestro Partido. Ninguna obra grande se ha construido jamás sin esfuerzo llevado
muchas veces hasta el sacrificio, sin elevados ideales, sin el coraje para superar
dificultades y vencer fuerzas poderosas empeñadas en impedir que la historia avance,
sin la lucha perseverante de generaciones. Ese es el espíritu que nos anima, que nos
motiva a renovarnos y actualizarnos, que hace que nos mantengamos firmes aún en las
condiciones de más difíciles.
81. No hemos vacilado en hacer una evaluación crítica de nuestras responsabilidades con
posterioridad al VIII Congreso. No lo hacemos por formalidad, sino por la necesidad
imperiosa de sacar lecciones, potenciar virtudes, corregir errores y avanzar a una
velocidad mayor. Las condiciones objetivas muestran, con claridad para quien quiere
verlas, condiciones favorables para el desarrollo de las fuerzas de izquierda y
socialistas; nos encontramos frente a una oportunidad engendrada por la crisis del
modelo neoliberal, cuyas manifestaciones las venimos observando a lo largo de estos
años. La debilidad está por el lado del factor subjetivo, consciente, organizado. Una
izquierda fragmentada sin más horizonte que la coyuntura y un Partido Comunista que
no avanza con la claridad de rumbo, con el empuje que permite la certidumbre,
dispuesto a renovarse audazmente, podrán tener algunos éxitos pero se sentirán
impotentes para aprovechar todas las potencialidades que tienen a su favor. En el curso
de la crisis política del último año nuestro papel fue marginal cuando debió ser
protagónico. Fragmentados, rindiendo culto a la visión de aldea, desconfiando entre
nosotros, sordos a las inquietudes de millones de hombres y mujeres que buscan un
horizonte claro, con estructuras débiles y escasez de cuadros políticos, intelectuales,
técnicos, de masas, no es mucho lo que se puede construir. Una vez más: necesitamos
cerrar un capítulo, abrir otro más lozano y renovado. Este es un compromiso que el
Congreso asume con determinación.
82. Por eso la necesidad de repensar el papel del Partido, de su rol dirigente y su capacidad
de conducción estratégica y táctica. De sus potencialidades disponibles y el
reordenamiento a que está obligado venciendo las fuerzas de la inercia que le impiden
avanzar. En suma, entender a cabalidad y asumir con determinación su conversión en
partido revolucionario de masas con una columna sólida de cuadros. Esta cuestión ya
fue abordada en el VII y VIII Congreso. Y, con más detalle y precisión, en la XII Sesión
Plenaria del Comité Central. Los problemas y soluciones abordados en ellos conservan
plena actualidad y deben ser la guía de nuestro trabajo en los años que vienen.
38
85. Se dice con razón que una vez resuelta las políticas y la táctica, que se ha definido las
tareas, los cuadros del Partido lo deciden todo. Sin oficiales preparados no se concibe
un ejército. Y sin oficiales forjados a lo largo del tiempo, especializados y
experimentados, no se concibe un Estado Mayor experto. Este es uno de los problemas
que no tenemos resuelto y hay que asumirlo como una tarea de primera importancia.
Esta situación explica las deficiencias de los comités, la debilidad del sistema partidario,
las carencias para definir políticas en todos los campos de la actividad política, la
insuficiencia de cuadros intelectuales y técnicos, incluso limitaciones en calidad y
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86. No se puede dirigir con éxito si no se está preparado para dirigir. Este es el mundo del
siglo XXI, también de un partido político como el nuestro que aspira a ser líder y
vanguardia de un pueblo y del cambio social. Las maneras de gestionar pueden ser
diversas de acuerdo de qué institución u organización se trata. Pero hay principios y
métodos generales que, bien utilizados, garantizará el éxito. Desconocerlos o no
valorarlos como corresponde dará resultados contrarios. En el Partido, en los hechos, se
entiende la dirección como una rutina, como métodos conocidos inmodificables, como si
la realidad se ajustara a nuestros hábitos. Por eso estamos como estamos. Un Partido
revolucionario de masas grande, influyente, con estructura nacional, que disputa la
hegemonía a las clases dominantes, que lidera el cambio o la voluntad de cambio, tiene
que entender el rol de dirección de otra manera: científica, eficiente, con mirada
estratégica y habilidad táctica, experta para explotar las oportunidades, capaz de
innovarse para dar respuesta a las nuevas realidades, que no pierde contacto con la
gente. Esto no surge espontáneamente, se construye, se hace en la lucha, se aprende
mediante el estudio, la reflexión, la acción, la experiencia sistematizada. La mejor
decisión si no cuenta con la voluntad y la estructura organizada para llevarla a la
práctica, sirve de poco. Aquí radica nuestra falla fundamental. La segunda, seguimiento,
control del cumplimiento de las decisiones, evaluación de las responsabilidades. Aquí
somos concesivos, descuidados. Los comités deben ser realmente organismos de
dirección y sus integrantes deber ser valorados por sus resultados. Por eso la
democracia interna es deficiente, el centralismo se confunde con el centralismo
burocrático, y la disciplina con frecuencia está ausente. La fuerza del Partido no está en
sus recursos materiales, siempre escasos y sujeto a riesgo constante; radica en los
ideales que asume, en su fuerza moral, en su capacidad de vincularse y luchar con las
masas y desplegar sus potencialidades, en el uso de su inteligencia. Si esta ventaja se
pierde, lo demás sobra. En adelante debemos prestar mayor atención a este problema,
asumir una actitud de modestia y honestidad en el aprendizaje, eliminar el culto por los
cargos o perpetuarse en ellos, promover con audacia nuevas generaciones, valorar más
el espíritu partidista, la línea de masas y el sentido de responsabilidad, desterrar el
método nefasto del amiguismo o de las correlaciones. Debemos ser exigentes en el
cumplimiento de las disposiciones estatutarias y los reglamentos.
87. No hemos logrado tener un sistema organizado eficiente. Muchas de las decisiones
políticas que se toman se incumplen porque el sistema no funciona con el orden, rapidez
y disciplina del caso. Si las células no tienen un funcionamiento normal y los comités
tienen un funcionamiento deficiente, no esperemos que las cosas marchen bien. Las
secretarías y sus comisiones de apoyo, comenzando por el Comité Central, en muchos
casos existen en la formalidad pero en los hechos no funcionan, o funcionan
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89. El programa del Partido fue aprobado por el VII Congreso en noviembre del año 2000.
Fue un programa puente entre dos siglos. De entonces al presente han ocurrido muchos
cambios en el mundo, en América Latina, en el Perú. Las nuevas generaciones de
militantes lo conocen poco o simplemente lo desconocen, porque no es texto de
obligado estudio. Por estas razones, y entendiendo su enorme importancia en la
formación de todo comunista, requerimos actualizarlo de modo que se convierta en un
faro orientador en la política peruana y en la unidad y acción del Partido. Desde luego
que no es suficiente tener un programa, por excelente que fuese, que tan importante o
más son los actos del Partido. Pero, nos recuerda Engels, “un nuevo programa es
siempre, a pesar de todo, una bandera que se levanta públicamente”, la propuesta que
enarbolamos ante la sociedad y por la cual se nos reconoce. Su discusión madura
ayudará, además, a poner en movimiento a todo el Partido, a reflexionar sobre el Perú y
su futuro. Para el efecto se debe convocar en una fecha apropiada la conferencia
programática que la actualice y enriquezca.
90. Como vemos, camaradas, cerrar un ciclo y abrir otro es tarea compleja y audaz. Es, en
cierto modo, un cambio de piel para ponernos a la altura de los nuevos tiempos y las
nuevas tareas. Una ruptura que implica sustituir estilos de trabajo erróneos que han ido
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sedimentando con los años, por otros que respondan al marxismo y lleven el sello de
nuestra realidad. Somos revolucionarios en el pensamiento y en la acción. Nuestra
identidad comunista jamás se pondrá en duda. Flexibles como las ramas de un árbol
frente al embate del viento, pero duro y firme como su tallo y raíces: tal es el Partido de
Mariátegui. Estamos convencidos de la justeza de la política del nuevo curso, de su
oportunidad y necesidad. Seremos lo flexible que las circunstancias lo exijan. Pero, al
mismo tiempo, no perdemos de vista nuestro rumbo general: en cada paso que damos
debe estar siempre presente la aproximación al futuro que nos proponemos alcanzar.
Sectarismo, burocratismo, formalismo, espontaneismo, subjetivismo, son estilos de
trabajo ajenos al marxismo leninismo y al pensamiento de Mariátegui. Pero apenas
aflojamos la vigilancia revolucionaria o apenas se debilita la formación comunista, hecha
raíz como la hierba mala, inunda nuestros campos, deforma nuestra conciencia y
nuestra práctica revolucionaria. La lucha contra ellas debe ser constante, franca y firme.
De la misma manera, debemos luchar sin tregua para afirmas estilos de trabajo y
métodos comunistas y avanzar, paso a paso pero sin tregua, en la construcción de
valores comunistas. Hay que fortalecer constantemente el espíritu de partido, la línea de
masas, el centralismo democrático, la disciplina consciente, el sentido de
responsabilidad, el espíritu de “creación heroica”, la ética de la solidaridad y la
honestidad, de servir al pueblo y no servirnos de él. Lo que está desacreditada al
extremo es la política engendrada por el neoliberalismo, que es lo que el pueblo
rechaza. Corresponde a la izquierda, si es consecuente con sus banderas, asumir el
pensamiento, estilo de trabajo y ética mariateguista.
91. El interés por una nueva constitución alcanzó un interés inusitado en importantes
sectores de la población peruana. Interés neutralizado por el referéndum del 7 de
octubre pero no adormecido. De cara al Bicentenario y más allá, la batalla por una nueva
constitución para una nueva república debe convertirse en la madre de todas las batallas
a lo largo del período. Para ello hay que estar preparados, tener claridad de lo que se
quiere, estar convencidos de su necesidad, tener claro el panorama de cómo se
moverán las fuerzas políticas, sociales, empresariales. En política lleva ventaja el que
tiene la iniciativa, porque obliga al otro a responder. Siendo así las cosas, los comunistas
debemos conceder atención especial al tema, tomar la iniciativa y colocarnos a la
vanguardia, independientemente de cómo se vayan recomponiendo las fuerzas políticas
de cara a las elecciones de 2021. Dada la situación de desconfianza del electorado en la
política y los partidos políticos, de la crisis por la que atraviesan la mayoría de ellos,
ingresar esta cuestión a debate no será fácil. Los comunistas debemos pugnar porque
se produzcan un gran debate nacional, porque la democracia no termine embotellada
como ocurrió con la constitución fujimorista de 1993, porque se coloquen sobre la meza
los grandes temas nacionales, condición indispensable para abrir paso a la refundación
de la república. El Perú del siglo XXI no puede transitar por el camino abierto por una
Carta fraudulenta.
92. Hace ya un tiempo que venimos trabajando los comunistas peruanos para avanzar a la
unidad de los comunistas en un solo partido. Hay logros iniciales: creciente
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93. El Congreso llama a todo el Partido a examinar estos problemas y resolverlos con
firmeza. De su resultado dependerá mucho el que hagamos de nuestro Partido el partido
revolucionario de masas de esperan los trabajadores y el pueblo peruano.
“Somos un partido político que asume los intereses concretos y generales del
proletariado, del pueblo y la nación peruana, y, a la vez se reconoce su
destacamento de vanguardia”. ¿El reconocerse como un “destacamento de
vanguardia” es el descubrirse en un predestinamiento esencialista o en la necesidad
de una construcción histórica en la propia lucha de clases y social? Tener en cuenta
que la autoasunción como “vanguardia del proletariado” responde a la creencia en
determinaciones estructurales (leyes inviolables de la historia) del liderazgo y
centralidad clasista que el pensamiento “revolucionario” sólo descubre y se aviene a
su ejecución; mientras que la construcción de la “vanguardia” política es el proceso
agonista, complejo y persistente (no predeterminado) por ocupar la centralidad en el
movimiento social y la lucha política. En otros términos ¿el ser “vanguardia” política
es fruto de alguna escondida predestinación metafísica o más bien resultado del
esfuerzo personal y colectivo, con avances y retrocesos, por ganar la subjetividad de
las “masas” populares?
(El partido) “se guía en todos los campos de su actividad por el marxismo-leninismo
y el pensamiento y la práctica de su fundador, José Carlos Mariátegui. Con él
entiende el socialismo como “creación heroica” acorde con nuestra realidad, en
nuestro propio lenguaje, de acuerdo con la exigencia de los tiempos. La reiteración
constante del marxismo-leninismo como guía de la acción política sin explicar los
puntos nodales de su teoría y metodología para la acción en el mundo actual, podría
ser la manifestación de una suerte de alienación (separación), fetichización
(conversión en un fetiche de adoración) y cosificación (cosa que está más allá de la
voluntad de los hombres y que domina al propio hombre como es el caso del
senderismo) de la teoría marxista, en un intento de mantener y reproducir una
identidad de izquierda dentro de las izquierdas ante la dificultad de encontrar nuevas
fuentes de identidad, diferencia y radicalidad. Si se trata del marxismo-leninismo que
prosperó, luego de la muerte de Lenin, especialmente por los rieles de la III
Internacional como un marxismo-leninismo bujarinista universalista que pretendió
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Estos ocho últimos puntos resumen de una manera muy importante el filón
normativo teleológico del partido en el sentido de lo que importantemente hay que
hacer en un sentido estratégico e ideal. Son grandes líneas de acción para la
transformación del partido en sí mismo y de su entorno social. Son, mejor dicho,
lineamientos estratégicos para la transformación del todo social sin embargo aquí se
vislumbra una fractura sobre la cual es bueno reflexionar apoyándonos para tal
efecto en la planificación estratégica que muchos la hemos practicado y vivenciado:
en la planificación estratégica hay un diagnóstico estratégico que permite evidenciar
el escenario diagnóstico en el cual se encuentra efectivamente una organización.
Este escenario puede ser uno de los cuatro siguientes: el escenario fortalezas-
oportunidades (FO), el escenario debilidades-amenazas (DA), el escenario
debilidades-oportunidades (DO) y el escenario fortalezas-amenazas (FA).
Dependiendo en cual escenario se ubique la organización serán así las acciones
estratégicas. Por ejemplo, si la organización se encuentra en el escenario FO no se
pueden plantear estrategias, verbigracia, del escenario FA porque sería retraer la
acción y menos del escenario DA porque simplemente estas acciones serían
voluntaristas y no se podrían cumplir en la vida jamás. Por lo expuesto en el
documento informe y otros, el partido no está en el escenario FO que sería lo
maravilloso, sino en el escenario DO o DA pero las acciones estratégicas que se
están planteando corresponden más bien al escenario FO. ¿Será posible
pragmatizar acciones estratégicas correspondientes al escenario FO en un
escenario DO o DA? La experiencia dice que no. En consecuencia apelando al
pensamiento estratégico sería buen, primeramente, sincerar el escenario estratégico
en el que realmente se encuentra el partido para, a continuación. determinar las
acciones estratégicas para salir de este escenario y avanzar a un escenario mejor
con humildad, paso a paso, disposición de aprender, confianza en que las cosas
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96. Este resultado penoso se explica. Donde el horizonte no pasa de mañana, donde el
interés concreto lo motiva, será siempre efímero y mezquino: “vale mientras me sirva, lo
descarto si deja se serme útil”, es la lógica que está detrás. Además, hay que entender
los tiempos cambiados, los efectos de las nuevas técnicas de la comunicación, la
manipulación de los grandes organismos y el poder mediático al servicio de la derecha y
el capital, cuya influencia no se puede dejar de conocer. A esa actitud, cuyos resultados
son la suma de derrotas sufridas, sólo puede oponérsele la idea de proyecto y de unidad
para hacer viable ese proyecto de país, que exige la unidad más amplia, permite una
nueva visión de las tareas, de los compromisos y necesidades para hacerlo realidad.
Allí hay espacio para todos pero también un sentido elevado de la política de izquierda y
socialista, en lugar de la pequeña política que se alimenta de retazos y sueños
individuales.
97. A grandes retos, grandes responsabilidades. Los tiempos complejos y difíciles que
vivimos exige mirada amplia, retos grandes, elevado desprendimiento, indispensable
para unir a la mayoría y para avanzar a los cambios profundos que el país demanda. El
arte de la política, sobre todo si es transformadora y choca con intereses creados que se
imaginan ser los dueños del Perú, coloca el ganar a esa mayoría del pueblo en el centro
de sus preocupaciones. Ganarlas e incorporarlas, que asuman como suyo el proyecto en
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marcha: tal el objetivo que debe ser alcanzado a través de un esfuerzo múltiple y
organizado. La creencia de que basta el voto para alcanzar legitimidad y fuerza, es
insuficiente. Evo Morales se mantiene porque tiene detrás suyo un pueblo movilizado,
con capacidad de opinión y presión. Sin el respaldo de las FF.AA. y el pueblo
organizado, el gobierno Bolivariano de Venezuela no habría resistido los embates de la
derecha y el imperialismo. La lucha por la unidad, indispensable antes, en y luego de
conquistado el gobierno o el Poder, es una cuestión cardinal, siempre que incorpore a
las fuerzas vivas del pueblo en ella. Construir esta cultura de unidad, de la que se carece
en el Perú, es una de las grandes tareas que lleva el partido sobre sus hombros, válida
para sí mismo pero también para amplios sectores del pueblo peruano, en especial para
la multitud de agrupaciones que imaginan representar la izquierda y el pueblo mientras
se mueven en su torre de marfil.
98. Hay muchas formas de frente único. Depende de las condiciones y el propósito de su
gestación, es decir de los objetivos que nos proponemos alcanzar. Los actores tampoco
son los mismos. Lo que hay que definir con precisión es qué tipo, características,
alcances y componentes de frente único o unidad se requiere en cada momento o
período dado. A ello responderá su programa, objetivo, blanco de ataque, fuerzas a
ganar y neutralizar, durabilidad probable.
99. Para el Partido, a lo largo de este período, la cuestión de fondo es el proyecto neoliberal
en todas sus implicancias. Consiguientemente la construcción de una alternativa de
gobierno integral (política, económica, electoral, programa, ideas, cultural, ética, masas,
ambiental, género, seguridad, diplomática). Para ello se necesita sumar fuerzas, disputar
y neutralizar las intermedias, concentrando la atención en el enemigo principal. El
gobierno, la mayoría fujimorista en el Congreso, los medios de comunicación
fundamentales, el poder económico, el capital transnacional, todos ellos trabajan,
diferencias más o menos, en el mismo proyecto. Frente a esa fuerza coaligada estamos
en la obligación de convocar a la unidad a todos los sectores afectados por el proyecto
neoliberal, más allá de la agrupación política de las izquierdas, de luchar en serio para
atraerlas, de quebrar el bloque adversario. En sentido inverso es lo que viene haciendo
la derecha hace mucho tiempo, sólo que no se le toma en cuenta.
101. La gran unidad para el gran cambio, viga maestra de la estrategia política del
Partido, que alumbra cada uno de sus pasos tácticos, tiene como marco la política del
Nuevo Curso y sus 4 pilares. En nuestro caso, sería ideal que nos propusiéramos y
lográramos congregar todas las fuerzas posibles favorables a la realización de la política
del Nuevo Curso y de la convocatoria a una Constituyente que discuta y apruebe una
nueva Carta Constitucional. Pero por el momento no es posible aunque deberíamos
trabajar pacientemente para hacerla realidad.
102. Sin perder de vista esta visión de conjunto, estratégica, queda un proyecto unitario
más concreto y acorde con las exigencias de la lucha electoral de cara a las elecciones
de 2018 y 2021, significativa, en este último caso, porque coincide con el Bicentenario
de la República. Su significado es especial y trascendente y puede ofrecer sorpresas. La
crisis política y moral, las tensiones sociales, puede precipitar acontecimientos no
esperados y pueden obligar a reordenamientos de fuerzas imprevistas. La crisis de los
partidos políticos, incluido el keikismo, genera vacíos, tensiones y movimientos que
anuncian inestabilidad, desgobierno, liderazgos mesiánicos aunque frágiles.
105. La unidad hay que promoverla en todos los campos de acción: sindicatos, frentes de
defensa, estudiantes, intelectuales, micro y pequeños empresarios, comunidades
étnicas, grupos culturales; en suma donde haya pueblo y haya movimiento y lucha.
106. Aprendamos la lección: ¡unidad, la más amplia unidad, con la flexibilidad del caso.
Pero, también, sin perder de vista esa tarea y sin confundirla con el Partido, debemos
dar pasos firmes en la organización de éste, en su mejor posicionamiento político, en el
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107. El trabajo del partido con la juventud hay que mirarlo de cara al presente y futuro del
Partido. Es su fuerza de reserva, de renovación, y es también su futura columna de
cuadros y líderes.
111. Apoyar y fortalecer la Juventud Comunista es, para el Partido, una tarea de primer
orden. En esta tarea deben trabajar con interés y responsabilidad todos los organismos
del Partido.
112. El VIII Congreso abordó en detalle el tema. Los logros, sin embargo, no son
suficientes ni satisfactorios ¿Por qué? Porque en este caso, también, seguimos moldes
antiguos, métodos anticuados, mirada nostálgica de un pasado que ya no volverá. Con
la revolución técnica y científica, la globalización y la ofensiva del neoliberalismo en
nuestras sociedades, el panorama ha cambiado en muchos aspectos. Desaparecieron
las grandes fábricas. Los servicios toman la delantera en lugar de la producción. Las
nuevas tecnologías y la informatización reordenan las empresas. Se extiende la
pequeña y mediana producción. El trabajo precario y a contrata se ha instalado para
quedarse todo el tiempo que pueda. Los grandes conglomerados mineros cuentan con
poca mano de obra, por lo general calificada y de salarios comparativamente altos para
un sector privilegiado debido a su enorme tasa de ganancia. La desregulación laboral
golpeó severamente la estabilidad de los trabajadores. Fue modificado radicalmente el
sistema jurídico laboral con derechos disminuidos para éstos. Maestros, médicos,
enfermeras, distintos profesionales se ven obligados a someterse a un penoso régimen
de contrata.
114. Adquieren importancia singular los movimientos contra las diversas formas de
exclusión, la violencia contra la mujer, el pandillaje, la violación de los derechos
humanos, entre otros.
116. La ofensiva neoliberal en este campo ha sido efectiva. Por lo demás no es un hecho
aislado, nacional, se manifiesta también en otros lugares del mundo. En la base está,
en el caso peruano, un tipo de capitalismo atrasado. Pero obliga también a examinar una
forma de organización, de relación de los dirigentes con las bases, de capacidad de
respuesta, de estilos malos de trabajo largamente sedimentados que ahora se cobran
sus consecuencias. Paso a paso se ha ido afirmando un tipo de organización sindical
fuertemente burocratizado, sectarizado, dependiente de apoyos externos, con escasa
capacitación de gestión y práctica democrática, sin disposición de innovación en sus
métodos, que ha perdido contacto con las bases. A ello hay que sumar la
responsabilidad de los partidos políticos y sus propias debilidades, su inmovilismo y
muchas veces subordinación al movimiento espontáneo.
118. ¿Es posible modificar esta tendencia a la desarticulación de las masas trabajadoras
y populares? Es el reto que tenemos por delante. El punto de partida pasa por estudia la
situación, con criterio crítico y autocrítico, dispuestos encontrar explicaciones y
respuestas, a renovar estilos y métodos que correspondan a las nuevas circunstancias,
que es lo que no se ve. El conservadurismo, en muchos casos corre paralelo a la visión
economicista y espontaneista que corroe, a su vez, la relación entre los partidos
comunistas y las organizaciones de masas trabajadoras, independientemente de su
origen. Este estado de cosas es lo que impide que los trabajadores desborden la
frontera de la lucha económica o accedan a la lucha política. En ese sentido, el socorrido
“control de los sindicatos” o de otras organizaciones de raigambre popular, devienen
autoengaño. Pues tal control, por lo general, permite garantizar la administración de
cúpulas sindicales, o crear sindicatos paralelos me garantice “mayorías” artificiales o
justiquen burocracias sin respaldo. Cuando eso ocurre queda enterrada la democracia
sindical, violada la independencia de las organizaciones, pervertida la confianza de las
bases. Tal “control” es un enemigo del sindicalismo de clase y sus valores, que se nutre
de la participación consciente, democrática, participativa de las bases.
119. El Partido debe reflexionar seriamente estos problemas. Salir del marasmo, de la
inercia, procediendo a un examen crítico serio de su experiencia, única posibilidad para
encontrar explicación a la situación, buscar respuestas e innovarse. El inmovilismo
mata; la actividad creadora despierta las energías y permite salir del pantano a la luz y a
la vida.
120. Por lo demás, Toda derrota arrastra pesimismo y derrotismo, desconfianza en las
propias fuerzas, ausencia de horizonte donde apoyarse. Esta batalla la está ganando la
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121. Una cuestión central a tomar en cuenta: los comunistas debemos hacer todo lo
posible para recuperar y profundizar sus lazos con los trabajadores, con el pueblo Insistir
siempre: ¡Todo con las masas, nada sin ellas! Los partidos de izquierda, sobre todo
comunistas, sin las masas, flotan en el aire; las masas sin la dirección de los partidos,
sobre todo comunistas, carecen de rumbo y perspectiva. Es la relación dialéctica entre
dirigente y dirigido, partido y masas, lucha política y económica, donde radica la clave
del problema.
LUCHA DE IDEAS
122. Las batallas las ganan los ejércitos, pero los frutos de ellas y su influencia duradera,
depende de la política y de las ideas que orientan. La fuerza del neoliberalismo, en
nuestro caso, no depende únicamente de sus mecanismos económicos sino también
ideológicos y de manipulación mediática.
124. De aquí se puede llegar a una conclusión: no es posible enfrentar con éxito al
capitalismo neoliberal y su irracionalidad, si se deja de lado la batalla en el ámbito de las
ideas, que es precisamente lo que menos se atiende. Pero para ello no es suficiente
desearlo; hay que estar capacitados y hay que contar con una ideología y una teoría que
destronque ese inmenso aparato montado por los representantes del capital a escala
planetaria. Esa teoría es el marxismo, siempre que se lo entienda como guía para la
acción y siempre que nos ubique en el mundo de hoy, que es muy distinto del que vivió
Carlos Marx en su tiempo.
socialismo sufrió una derrota, más que por factores externos por la descomposición
interna de la misma URSS. No sólo como efecto de la corrupción y la burocratización del
Estado y el partido gobernante, también porque era evidente que se iba quedando
rezagado económicamente desde 1960 en adelante. Esta inferioridad y su incapacidad
para adaptar al uso civil sus avances técnicos en el campo militar y espacial, fue funesto.
127. Desde luego que el socialismo debe ser “creación heroica”, responder a las
condiciones de cada país, al grado de desarrollo alcanzado, expresar su trayectoria
cultural y sus valores. Debe expresar, también, la confianza del pueblo, su incorporación
activa, su participación democrática. Indispensable, además, porque el imperialismo y la
reacción interna hará todo lo imposible para impedirlo.
31.12.18