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Según el cristianismo
Tomás de Aquino, en el siglo XIII, definió milagro como algo hecho por Dios más allá de
las causas conocidas por los hombres (cf. Suma teológica, I parte, q. 105, a. 7).
«[...] por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de
consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre
debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o
arte. Por ello, la investigación metódica en todos los campos del saber, si está
realizada de una forma auténticamente científica y conforme a las normas morales,
nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe
tienen su origen en un mismo Dios. Más aún, quien con perseverancia y humildad se
esfuerza por penetrar en los secretos de la realidad, está llevado, aún sin saberlo,
como por la mano de Dios, quien, sosteniendo todas las cosas, da a todas ellas el ser.
Son, a este respecto, de deplorar ciertas actitudes que, por no comprender bien el
sentido de la legítima autonomía de la ciencia, se han dado algunas veces entre los
propios cristianos; actitudes que, seguidas de agrias polémicas, indujeron a muchos a
establecer una oposición entre la ciencia y la fe.
Gaudium et Spes 36, 2 – Concilio Vaticano II
Hay, pues, hechos que resultan para la ciencia "inexplicables" por las leyes naturales, al
menos hasta el día de hoy. La forma de interpretación de esos hechos depende de la
creencia o del pensamiento de cada cual, y no definen al hecho en sí, sino al individuo
que lo interpreta.
Milagros de Jesús
1. La curación del hombre con un espíritu inmundo (Marcos 1:23-28; Lucas 4:33-37)
2. Jesús sana a la suegra de Pedro (Mateo 8:14-17; Marcos 1:29-31; Lucas 4:38-39)
3. Muchos sanados por la tarde (Mateo 8:16-17; Marcos 1:32-34; Lucas 4:40-41)
4. Milagro de los peces (Lucas 5:1-11)
5. La curación de un leproso (Mateo 8:1-4; Marcos 1:40-45; Lucas 5:12-16)
6. La curación de un paralítico (Mateo 9:1-8; Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26)
7. Las curaciones junto al mar (1) (Mateo 4:24-25,12:15-16; Marcos 3:7-12; Lucas 6:17-
19)
8. Jesús sana al criado del centurión (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10)
9. Jesús resucita al hijo de la viuda de naín (Lucas 7:11-17)
10. Jesús calma la tempestad (Mateo 8:23-27; Marcos 4:35-41; Lucas 8:22-25)
11. Los endemoniados Gadarenos (Mateo 8:28-34; Marcos 5:1-20; Lucas 8:26-39)
12. La curación de una mujer con el flujo de sangre (Mateo 9:20-22; Marcos 5:25-
34; Lucas 8:43-48)
13. Jesús resucita a la hija de Jairo (Mateo 9:18,23-26; Marcos 5:21-24,35-43; Lucas
8:40-42,49-56)
14. La curación de dos ciegos (Mateo 9:27-31)
15. La curación de un mudo endemoniado (Mateo 9:32-34; Lucas 11:14-15)
16. Jesús sana al hombre de la mano seca (Mateo 12:9-14; Marcos 3:1-6; Lucas 6:6-11)
17. Pocas curaciones en Nazaret (Marcos 6:5-6)
18. Alimentación de los cinco mil (Mateo 14:13-21; Marcos 6:32-44; Lucas 9:10-17; Juan
6:1-15)
19. Jesús anda sobre el mar (Mateo 14:22-33; Marcos 6:45-52)
20. Las curaciones en Genesaret (Mateo 14:34-36Marcos 6:53-56)
21. Las curaciones junto al mar (2) (Mateo 15:29-31)
22. La curación de un sordomudo (Marcos 7:31-37)
23. Alimentación de los cuatro mil (Mateo 15:32-39; Marcos 8:1-10)
24. La curación del ciego de Betsaida (Marcos 8:22-26)
25. Jesús sana a un muchacho endemoniado/epiléptico (Mateo 17:14-21; Marcos 9:14-
29; Lucas 9:37-43)
26. La mujer sanado en un día del reposo (Lucas 13:10-17)
27. Jesús sana el hombre hidrópico (Lucas 14:1-6)
28. La curación del diez leprosos (Lucas 17:11-19)
29. La curación del ciego de nacimiento (Juan 9:1-41)
30. Jesús resucita a Lázero (Juan 11:1-44)
31. La curación de dos ciegos de Jericó (Mateo 20:29-34; Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-
43)
32. La higuera seca (Mateo 21:19-22; Marcos 11:20-26
33. Jesús sana la oreja del siervo del sumo sacerdote (Malco) (Lucas 22:50-51)
34. La resurrección (Ve Juan 2:19-21, Juan 10:17-18, 1 Corintios 15:1-8)
35. La pesca milagrosa (Juan 21:4-11)
Los milagros de Jesús son los hechos sobrenaturales que se atribuyen a Jesucristo en el curso de
su vida terrenal y que han sido recogidos en los Evangelios canónicos. Estos milagros se pueden
clasificar en cuatro grupos: las curaciones, exorcismos, la resurrección de los muertos y el control
sobre la naturaleza.
En estos pasajes se puede observar que incluso los demonios se postran ante Jesús, lo
obedecen y lo reconocen como el Santo Hijo de Dios.
El de la región de Gerasa: Era poseído por muchos espíritus inmundos que se hacían
llamar Legión, que fueron expulsados y entraron en un hato de cerdos, que luego
murieron.
El mudo: La gente estaba asombrada y los fariseos afirmaban que gracias al príncipe
de los demonios Jesús realizaba sus exorcismos.
La hija de la cananea .(Mt. 15:21-28, Mc. 7:24-30): Fue un milagro llevado a cabo en
la región de Tiro y de Sidón, por petición y gracia a la fe de la madre de la víctima.
El niño epiléptico (Mt. 17:14-21, Mc. 9:14-29, Lc. 9:37-43): Los discípulos que
acompañaban a Jesús no pudieron curar al niño porque tenían falta de fe.
El de la sinagoga en Cafarnaúm (Mc. 1:21-28, Lc. 4:31-37): Fue sanado en los días
de reposo,
María Magdalena (Lc. 8:1-3): De la cual salieron 7 demonios. También sanó a otras
muchachas, entre ellas: Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana.
El criado del centurión en Cafarnaúm (Mt. 8:5-13, Lc. 7:1-10): Fue curado a distancia
por petición y gracias a la fe del centurión.
Un paralítico de Cafarnaúm (Mt. 9:1-8, Mr. 2:1-12, Lc. 5:17-26): quien estaba
postrado, y también le fueron perdonados sus pecados. Los escribas acusaron a
Jesús de blasfemo.
El hombre de la mano seca (Mt. 12:9-14, Mc. 3:1-6, Lc. 6:6-11): debido a este milagro
los fariseos se enfurecieron y murmuraban planeando la destrucción de Jesús.
Bartimeo, el de Jericó (Mt. 20:29-34, Mc. 10:46-52, Lc. 18:35-43, también encontrado
en el Corán): Él le suplicó misericordia y Jesús le dijo que fue salvado gracias a su
fe.
El de nacimiento (Jn. 9:1-41): Jesús lo sanó restregando lodo hecho con su propia
saliva, en los ojos del ciego, quien luego se lavó en la piscina de Siloe (enviado).
De un leproso de Galilea (Mt. 8:1-4, Mc. 1:40-45, Lc. 5:12-16, también encontrado en
el Evangelio Egerton y en el Corán): fue curado al ser tocado por la mano de Jesús.
De diez leprosos (Lc. 17:11-19): iban camino a Jerusalén y Jesús los curó con el
poder de su palabra.
La mujer con flujo de sangre (Mt. 9:20-22, Mc. 5:25-34, Lc. 8:41-48): quien se sanó
al tocar el manto de Jesús.
El hidrópico (Lc. 14:1-6): Esta curación fue hecha un sábado en la casa de uno de
los principales fariseos.
La oreja de Malco (Lc. 22:50-51): quien fue herido por un discípulo de Jesús, a quien
Jesús reprendió por ello.
El hijo del alto oficial del rey (Jn. 4:46-54): Jesús y el oficial se encontraban en Caná,
y el niño que moría se encontraba en Cafarnaún.