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Sinopsis de la película La isla siniestra

Tan interesante, pero a la vez aterrador lo que nuestro cerebro nos puede llegar a causar
cuando se ve afectado gravemente por cualquier circunstancia, la película la isla siniestra
inicia así: A la isla shutter, situada en el puerto de Boston llegan los agentes federales
Edward “Teddy” Daniels y su compañero Chuck Aule, alguaciles federales quienes se
dirigen al hospital de Ashecliffe un hospital psiquiátrico, el cual tenía su perímetro
electrificado, los dormitorios se encontraban divididos, el edificio de los hombres era rojo
llamado A, el de las mujeres quedaba a la izquierda llamado B, y los pacientes más
peligrosos se encontraban en un edificio colonial en bloques llamado C, la entrada era
restringida y solo se podía ingresar con una orden escrita y en compañía del doctor.

Ellos llegan allí con el propósito de investigar la desaparición de Rachel Solando, una
paciente que desapareció de una habitación después de su terapia grupal, los agentes no
comprendían como si tenía solo dos pares de zapatos estos estaban allí, además que su
habitación era cerrada con seguro por la parte de afuera, no encontraban razón de cómo
había podido desaparecer, tras las entrevistas con el personal de servicio y la visita a su
habitación lo único que hallan es una nota donde está escrito (La ley de 4; ¿quién es el
67?). El doctor John Cawley, el jefe de psiquiatras, un hombre muy respetado le explica
que Rachel fue internada tras ahogar a sus tres hijos en un lago atrás de la casa, y que luego
los llevo y los puso encima de la mesa de la cocina y se sentó a comer, Le cuenta que
Rachel evade su realidad y piensa que todavía está en su vecindario y que sus hijos aún
viven, que los enfermeros y doctores son simplemente vecinos negándose a aceptar la
realidad de que se encuentra en un hospital para enfermos mentales.

Durante la búsqueda de pistas Daniels se ve profundamente atraído por un faro que existe
dentro de la isla, pero el cual los agentes militares dicen que ya ha sido registrado. Desde el
primer momento los inspectores chocan con muchísimos obstáculos para poder realizar su
investigación ya que tanto los militares como el personal médico en especial el psiquiatra
jefe pone demasiadas restricciones, aunque accede a que se les interrogue a sus empleados.
Al respecto, resultan desconcertados cuando saben que el psiquiatra de Rachel, el doctor
Sheehan, se ha ido de vacaciones. Esa noche, Teddy tiene un sueño en el cual ve a su
esposa Dolores Chanal, quien murió en un incendio y le dice que Rachel sigue en la isla, lo
mismo que Andrew Laeddis, Laeddis es el pirómano responsable de la muerte de su esposa.
Daniels concluye que el “67” de la nota es este, de quien se cree que es un paciente no
reconocido por los doctores
Daniels sigue con sueños y esto lo aterroriza, su compañero Chuck se percata de las
extrañas actitudes de Daniels y le insiste para que le dé respuesta a lo que Daniels le dice
que acepto ese caso en la isla por una razón y es que en esa isla se encuentra Andrew
Laeddis el asesino de su esposa, también le hablo de otro paciente de allí llamado George
Noyce el cual le había contado a Daniels que en ese lugar se hacían experimentos
psiquiátricos barbáricos con los pacientes, entonces Daniels estaba centrado en encontrar
pruebas sobre los experimentos y sobre el paradero de Laeddis.
De regreso a la clínica, después de una fuerte tormenta Cawley informa a Teddy que Rachel
ha sido hallada en los riscos lanzando piedras, y ella en su delirio lo confunde con su
marido muerto en la Segunda Guerra Mundial, luego, Teddy desarrolla migrañas de
intensidad creciente acompañada de fotofobia, sus sueños son cada vez más extraños,
acompañados por alucinaciones durante la vigilia. Debido a todo esto se despierta aún más
su interés por encontrar a Laeddis en el Sector C, que alberga a los pacientes de mayor
peligrosidad. Allí encuentra a Noyce quien teme que se le lleve al faro, donde se practican
lobotomías, y le dice que toda la investigación es un juego construido a su medida.
Teddy se reúne con Chuck y juntos se dirigen a los acantilados que rodean la isla, con el fin
de llegar al faro. En un punto del camino, su compañero desaparece, en su búsqueda
descubre a una mujer que se esconde en una cueva, la cual confirma sus sospechas
revelándole que ella es la verdadera Rachel Solando. Ella le cuenta que era una psiquiatra
en Ashecliffe hasta que se enteró de los experimentos, y que para que no hablara la
encerraron allí. La mujer explica en fin que se están empleando medicamentos psiquiátricos
para desarrollar técnicas de control mental, advirtiéndole asimismo que es probable que él
también esté siendo drogado desde que llegó.
Teddy regresa a Ashecliffe, y encara al doctor y le pregunta que han hecho con su
compañero donde el doctor Cawley le dice que llegó a la isla sin compañero, y que nadie
conoce a Chuck. Teddy logra sin embargo llegar al faro sin encontrar nada anormal en su
planta baja ni en las escaleras de su interior. En la zona superior del edificio, encuentra
Cawley, quien le revela que él no es Edward Daniels, sino el ex agente Andrew Laeddis. Le
revela asimismo que ha sido un paciente en Ashecliffe desde hace dos años, cuando asesinó
a su esposa maníaco-depresiva en un acto de rabia tras descubrir que había asesinado a sus
tres hijos, y que Rachel Solando nunca existió, ni como paciente, ni como psiquiatra. Allí
llega “Chuck”, quien se presenta como el doctor Sheehan, el psiquiatra de Andrew,
resultando ser una enfermera la mujer que había tomado por Solando. Sheehan y Cawley
afirman que Andrew vivió el delirio de ser un agente activo, buscando a Andrew Laeddis
como una manera de disociarse de lo que había hecho. Asimismo, le muestran que los
nombres “Edward Daniels” y “Rachel Solando” son respectivos anagramas de “Andrew
Laeddis” y “Dolores Chanal”, representando “la ley de 4” (cuatro nombres) y afirmando a
Laeddis como el “67”.
Cawley explica que Andrew ha atravesado diferentes ciclos en los que termina por
enterarse de la verdad, tan sólo para regresar en su fantasía una y otra vez, atravesando
etapas en las que ha lastimado a varios empleados y pacientes, llevando a la junta
administrativa a solicitar una lobotomía como solución permanente a su problema. Sheehan
y Cawley explican que trataron de poner en práctica una terapia, en la cual crearon la
situación de la desaparición de “Rachel” basándose en la fantasía de Andrew, con el fin de
poner de manifiesto su complot imaginario, y de permitirle ver la realidad y regresar a ella
de manera permanente. Andrew parece aceptar las explicaciones, echándose la culpa de
haber ignorado la enfermedad mental de Dolores hasta que cometió el crimen. Tras sufrir
otra migraña, que le hace revivir la muerte de sus hijos y de su mujer, Andrew pierde el
sentido.
Por la mañana siguiente, Andrew llama de nuevo Chuck a Sheehan y habla de revelar al
mundo exterior lo que sucede en la isla. Sheehan señala discretamente a Cawley, y algunos
empleados se acercan a Andrew para llevarlo a la lobotomía. Este le pregunta a Sheehan
que sería peor, “si vivir como un monstruo, o morir como un buen hombre”. Lo que nos
deja ver que el murió siendo consciente de su realidad, pero no aceptándola para nuestro
grupo el muere sano y prefería esto a no ser un monstruo, la decadencia de una mentira, un
hombre destrozado, un ser roto que es capaz de crearse una fantasía con tal de no vivir
nunca más su horrible realidad.
Desde el punto de vista psicológico el agente Daniels

Al agente Daniels le ocurre algo esto es evidente después de conocer su historia y su


desenlace podemos deducir que Daniels sufrió de una psicosis que tuvo como detonante la
muerte de sus hijos y la culpa de no haber ayudado a su esposa en la enfermedad maniaco
depresiva que presentaba teniendo que ser el mismo el asesino de su esposa, su yo se
encuentra débil y fragmentado en escenas que no concibe adaptar a su realidad.

Esta es una de las características principales de su psicosis la perdida de contacto con la


realidad, allí se pueden observar dos perspectivas una donde Andrew se aleja de la
verdadera realidad pues para él esta es amenazante por lo que se crea una nueva, que le
permite huir creándose una personalidad llamado Teddy Daniels quien culpa y busca
desesperadamente a Andrew Laediis por haber ocasionado el incendio en que murió su
esposa sin darse cuenta de que Andrew es el mismo, lo anterior es la otra perspectiva
presentada, por todo esto es que nunca lo logra encontrar. Esta actitud que toma Teddy es
lo que se conoce como mecanismos de defensa. (Estos mecanismos, principalmente son
inconscientes, los sujetos los utilizan para defenderse de emociones o pensamientos que
producen ansiedad, pensamientos depresivos o heridas en la autoestima si llegasen a la
conciencia). En este caso él utiliza uno de los mecanismos de defensa primarios el
mecanismo de defensa de la negación, pues niega la realidad y los hechos que realmente
sucedieron, el niega que él fue quien mato a su esposa y le otorga a otra persona lo
sucedido, él no se puede reconocerse a sí mismo como el asesino de su esposa, no reconoce
su realidad, el mismo no se puede percibir como malo. Otra característica de la psicosis que
se puede ver en Andrew es la presencia de alucinaciones y delirios, en el caso de Andrew
los delirios los podemos ver en el hecho de que él cree que lo quieren volver un paciente
más de aquel hospital con las pastillas que le medican y con los cigarrillos que los doctores
le ofrecen, para él estos tienen sustancias que poco a poco van alterando sus estados
emocionales desquiciándolo, también mantiene la idea que en el lugar donde se encuentra
el hospital de Ashecliffe lo único que quieren es experimentar con las personas y
convertirlas en títeres, por eso a veces pretende dejar el lugar ya que cree que va a ser uno
más de sus experimentos, debido a esto él quiere intentar acabar con esa situación por eso
trata a toda costa de desmantelar lo que él cree que es una fachada de aquel hospital.
Muchas de las acciones y tareas que realiza Andrew se ven interrumpidas por las
alucinaciones que él mantiene constantemente en ellas se refleja su esposa muerta quien le
habla y le dice lo que tiene o no tiene que hacer y que él percibe como en una situación
real, su hija quien al final también se presenta y le reclama el hecho de que no la haya
salvado, otra alucinación latente es la que tiene de Raquel, la interna que se encuentra
desaparecida quien le aclara y le hace saber qué es lo que realmente sucede en el hospital
psiquiátrico con los pacientes, de ahí todo esto para dar más fuerza a su desconfianza del
lugar, él mismo debido a esto se crea todo y mantiene delirios de que quieren volverlo
demente. Es muy común que una persona con psicosis no acepte su enfermedad y no tenga
conciencia de ella debido a que esta se reprime todo lo que le hace daño y puede resultar
doloroso, así es que mejor se aleja de ello creando una nueva realidad utilizando los
mecanismos de defensa, una donde no afecta su autoestima al contrario en esta es el héroe
que trata de encontrar aquella paciente desaparecida. Daniels no puede creer que él sea un
enfermo mental y que sea un interno más de ese lugar, cree que son los demás los que están
mal, pues para el psicótico su discurso y su mundo forma toda su realidad lo que dicen los
otros no forma parte de esta.

Las diferentes alucinaciones presentadas podían ser el resultado de un trastorno de estrés


postraumático por lo que vivió en la guerra, además de la culpabilidad que sentía
constantemente por la muerte de su esposa y por no haber evitado a tiempo igualmente la
muerte de sus hijos. Esta situación le habría trastornado, posiblemente sufría un trastorno
psicótico, probablemente una esquizofrenia. (Que es el nombre de un grupo de
enfermedades mentales que se caracterizan por alteraciones de la personalidad,
alucinaciones y perdida del contacto con la realidad). Daniels se creía un agente, pero en
realidad era el interno 67, un interno más del hospital psiquiátrico. Se encontraba sometido
a un tratamiento farmacológico a base de Clorpromazina, la cual es un medicamento
neuroléptico, categorizado dentro de los antipsicóticos clásicos o típicos, pero no respondía
adecuadamente a él, por lo que se había fabricado una historia para dar sentido a todo lo
que le había pasado más adelante la retomaremos.

Los diferentes episodios vividos por Daniels en la guerra fueron aportando secuelas
difíciles de borrar: lo que nos muestra que esta persona ha experimentado, y presenciado
uno o más acontecimientos caracterizados por muertes y amenazas para su integridad
física, Daniels experimenta ensoñaciones y vivencias en escenas ocurridas en un tiempo
pasado: Daniels tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo en
ese momento.
El permanente estado de vigilia en el que vive Daniels nos lleva a los siguientes síntomas
insomnio ya que no logra conciliar un sueño tranquilo, irritabilidad porque agrede
constantemente a los enfermeros, dificultades para concentrarse ya que no mantiene la
meta de una tarea, hipervigilancia porque él cree que constantemente se encuentra bajo
amenaza, además de sobresaltos cada vez que despierta de su cama.

El doctor Cawley monto y realizo un juego de roles para que Daniels se adaptara y lograra
salir de su fantasía, para que Daniels asumiera la realidad. Esta era su única oportunidad,
Ya que la medicación no funcionaba, su fin seria que le practicaran una lobotomía, una
incisión practicada dentro de uno de los lóbulos cerebrales o en uno o más haces nerviosos
del mismo, antiguamente con este procedimiento se pretendía curar las enfermedades
mentales graves se decía que los pacientes después de esta intervención podían llegar a ser
más dóciles o menos violentos.

Al finalizar la película el proceso funciona y el “agente Daniels” recuerda todo lo que pasó.
La representación fue todo un éxito, el juego de roles creado por su doctor fue adaptado al
consciente de Andrew llevando a este ahora a adaptarse a su realidad, encarándolo con el
verdadero yo, dándose cuenta que Daniels era un personaje inventado, la realidad era él, esa
persona que siempre quiso encontrar Andrew Laeddis la persona con la que soñaba
encontrarse para hacer justicia de lo sucedido con su esposa. Igualmente, después recuerda
que fue él mismo quien mató a su esposa cuando encontró a sus tres hijos ahogados en el
lago de detrás de la casa, desde entonces el cargo en su conciencia y la culpa lo perseguían
acorralándolo a no reconocerse.

Por fin la terapia farmacológica podía llegar a tener una oportunidad de éxito. Pero Laeddis,
que había fabricado toda una historia para huir de la realidad, ahora tampoco estaría
dispuesto a aceptarla. Ante la opción de asumir los hechos y curarse o negarlos y seguir
siendo un “demente”, prefiere la segunda, por muy dura que parezca, y es cuando ahora
consciente logra conseguir que le realicen con autonomía una lobotomía. Es la única
manera que le queda de salirse con la suya, de persistir en su postura inicial, y de seguir
negando la realidad.

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