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El Renacimiento en el vestuario

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Según los historiadores de vestuario, alrededor del año 1490 comenzó la
“desmesura” en todas las áreas del revestimiento humano: aquello determina el
comienzo del vestuario renacentista. Esta revolución, resulta hermana al acontecer
en los otros tipos de expresión creativa (pintura, escultura, música, etc.), que fue
generado por el fuerte intercambio cultural resultante del momento de los
descubrimientos. Formalmente, ésta podría ser definida como la desaparición de la
verticalidad de las prendas medievales, la cual fue sustituida por la horizontalidad
del traje del Renacimiento: esa es la coordenada que se trabaja. Cada país de
Europa, desarrolló esta reforma en el vestuario de manera diferente, por ejemplo,
los países del norte de Europa distorsionaron la figura natural a través del
acolchado de mangas y dobletes en las extremidades; Italia, Inglaterra y Francia se
adhirieron a un modo influenciado por lo medieval (ver post anterior); los alemanes
fueron los más extremos en sus intervenciones: determinaron grandes volúmenes
en la cabeza, hombros y muslos, además de pequeñas aplicaciones
tridimensionales sobre el pecho, espalda, brazos, piernas y pies. Las plumas
aparecen como protagónicas en todo: desde sombreros de ala ancha, calzado,
bijoutería hasta confección, donde eran ubicadas incluso en la zona de las rodillas.

El revestimiento renacentista masculino


Vestidos de seda, los hombres, eran muy aficionados a los colores llamativos y
llegaron al extremo de ataviarse con trajes de varios colores. Hacia fines del siglo
XV las túnicas empezaron a acortarse y las medias a alargarse, este fue el gran
cambio durante la época, aparte de una mayor ornamentación: el alargamiento de
los calzones, los cuales iban muy adornados por quedar a la vista. En el siglo XVI
se usaba vestir camisola por encima del corto faldón, se utilizan además
“greguescos acuchillados” (calzoncillos con cortes que permitían ver la tela
inferior, que generalmente era de otro color) con pretina; “jubones” (prenda rígida
que cubría desde los hombros hasta la cintura) con mangas trenzadas o enteras,
anchas y ceñidas en las muñecas; calzas cortas, anchas por arriba y adornadas con
oro y terciopelo; cuello alto y “gorgueras” (pañuelo que cubría el cuello o el
escote); mantos, capas, chalecos y casacas cortas con solapas y mangas;
“bonetes” (sombreros de forma cónica) de terciopelo, caperuzas y gorras con
plumas; sombreros de alta copa o baja, con ala sin doblar; zapatos de terciopelo
con punta cuadrada, botines y botas altas de gamuza y tacón de color. La mayoría
de los hombres utilizaba un corte de cabello con movimiento, aunque la longitud
del pelo era determinada por el gusto individual, también si era recto o rizado. La
barba se llevaba cerrada y en punta.

El realce de la figura de la mujer en el Renacimiento a través de la


distorsión
El revestimiento femenino en la época del Renacimiento, era particularmente
complejo en su diseño: el fundamento era distorsionar la figura de la mujer, para
realzar sus características femeninas, a través de un incremento de las caderas y
el busto, además de atenuar la cintura. Las telas preferidas para la confección eran
las sedas, rasos, terciopelos, brocados, damascos, enriquecidas aún más por los
bordados con hilos de plata y oro, y con el agregado de perlas y piedras preciosas,
que gracias a la difusión de la aguja de acero introducida por los moros en España,
permitió realizar estas intervenciones de un modo más fino y delicado. Los colores
de este período son fuertes en el vestuario femenino. El corpiño era de talle corto,
ajustado, en punta y muy escotado y la falda amplia, a veces se usaba una especie
de sobre-vestido con sisas muy grandes por donde pasaban las mangas ajustadas
o bien muy amplias y “acuchilladas”; en estos casos el escote tenia forma de V y
llegaba hasta la cintura, dejando ver una pechera ajustada y con cuello
redondeado. En invierno se usaban capas forradas con pieles de marta, armiño,
zorro, etc. En verano, los abanicos de plumas eran el complemento protagónico.
Los guantes se convirtieron en este siglo en un objeto de lujo y solían ser de seda o
piel muy fina, con bordados. Las mujeres podían llevar el pelo con estructuras
elaboradas, como es el caso de los alemanes. El cabello iba siempre hacia arriba o
a los lados, rematado en un moño, con raya al centro cubierto por una pequeña
toca o birrete bajo; cabe destacar, que en este momento de la Historia del
Vestuario, el tocado se convirtió en el gran complemento del peinado.

Comentarios
Ropa, joyas y accesorios de los Tudor y los Estuardo: dinastías británicas amantes de la moda Retrato de María de

Módena (1658-1718), mujer de Jacobo II de Inglaterra (Simon Verelst - Royal Collection Trust/ © Her Majesty Queen

Elizabeth II 2014) Ampliar En los siglos XVI y XVII, los monarcas británicos y sus cortes eran referentes de la moda y

se distinguían por su estilo innovador. Una exposición selecciona de la Colección Real de la reina Isabel II pinturas,

joyas, ropa y accesorios de una época marcada por prendas elaboradas y complejas. Hay guantes para 'alargar'

dedos, complementos extravagantes, retratos de reyes y nobles con atuendos aparatosos o rompedores... ECO

Actividad social ¿QUÉ ES ESTO? 44% 0 HELENA CELDRÁN. 03.04.2014 - 16:07h Enrique VIII de Inglaterra (1491-

1547) y después su hija La Reina Virgen Isabel I (1533-1603) —carismáticos, presumidos y amantes del símbolo—

dictaron leyes especificando qué telas, colores y tipos de prenda podía llevar cada estrato social. La unión de oro y

textil y las apreciadas telas color carmesí (que se conseguía triturando el cuerpo de los cocoideos o cochinillas) eran

exclusivos de aquellos de mayor nivel social. En los siglos XVI y XVII, los monarcas y sus cortes eran referentes de

la moda y se distinguían por tener un estilo innovador. El acceso a las más altas esferas de la corte, el éxito político y

profesional iban unidos a la apariencia. Una de las obligaciones clave del cortesano era reflejar el poder del rey con

el mejor de los atuendos. La elegancia en el vestir era motivo de rivalidad entre las casas reales. Los lujosos

retratos, pinturas, joyas y excepcionales prendas y accesorios de la época que han llegado a nuestros días y

pertenecen ahora a la Colección Real de la reina Isabel II se exhiben en la exposición In Fine Style: The Art of Tudor

and Stuart Fashion (En un estilo refinado: el arte de la moda en los Tudor y los Estuardo), en el Palacio de

Holyroodhouse de Edimburgo (Escocia) hasta el 20 de julio. El conjunto explora el elaborado y complejo elenco de

prendas y accesorios de las dos dinastías en el Reino Unido. Fotogalería 8 Fotos La moda de los Tudor y los

Estuardo Los bordados negros de Catalina de Aragón Existen indicios de que Catalina de Aragón, primera esposa de

Enrique VIII, puso de moda en Inglaterra el bordado en hilo negro sobre camisas y blusas: la hija menor de los

Reyes Católicos posa en un retrato del siglo XVI con prendas adornadas con esta técnica, posiblemente originaria

de España. Alardeaban de llevar prendas poco prácticas y que requerían mucho mantenimiento De los años de

esplendor del reinado de Isabel I se exhiben unos guantes con los dedos especialmente largos iguales a los que ella

(orgullosa de la forma alargada de sus manos) exhibe en varios cuadros. La moda se extendió por el aspecto

estilizado que daba la prenda. El color pálido de los guantes favorecía la idea de que la portadora era de clase alta y

no realizaba trabajos manuales. Abundan entre los retratados las prendas que requerían un alto mantenimiento o

especialmente poco prácticas. Con ellas se comunicaba al espectador que el modelo disfruta de un nivel de vida que

le permitía emplear todo el tiempo necesario en vestirse y seguir las últimas directrices de la moda. Un cuadro de

Marcus Gheeraerts el Joven muestra a la reina Ana de Dinamarca en 1614 con una falda de complejísimos pliegos

que debían ser prendidos con alfileres cada día. La gola de Isabel I que ilustra en una miniatura el pintor Nicholas

Hilliard a finales del siglo XVI requería tratamientos semanales de almidonado y fijado. El rey que inventó el traje de

chaqueta Otras modas fueron precursoras de prendas ahora indispensables. En 1666 Carlos II de Inglaterra
comenzó a vestir con un chaleco largo bajo el abrigo en lugar de llevar un jubón y una capa. Un cuadro datado entre

1675 y 1680 lo muestra con ese nuevo atuendo, ancestro del traje de chaqueta masculino.La Joya Lennox es un

relicario del siglo XVI con rubíes, diamantes y esmeraldas Por supuesto, los accesorios ostentosos y extravagantes

también cautivaron a los Tudor y a los Estuardo. En la selección de piezas de la muestra hay un espectacular bolso

de hilo de oro en forma de rana y una serie de joyas renacentistas cargadas de simbolismo con figuras mitológicas y

piedras preciosas consideradas mágicas. La bautizada como Darnley o Joya Lennox (presente en la exposición) es

una de las joyas antiguas más importantes de la Royal Collection, un relicario de oro en forma de corazón con

rubíes, esmeraldas y diamantes. Se dice que la pieza fue creada entre 1571 y 1578 para Lady Margaret Douglas —

Condesa de Lennox y sobrina de Enrique VIII— en memoria de su fallecido esposo, Conde de Lennox y Regente de

Escocia. El diseño incluye en el interior de la joya detalles del Árbol de la vida con una serpiente enroscada,

calaveras que sirven de recordatorios de la muerte y un Ave Fénix. Síguenos en Facebook para estar informado

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/2087814/0/tudor-estuardo/moda/exposicion/#xtor=AD-15&xts=467263

Se desarrolla durante los siglos XV y XVI. La proporción de la naturaleza estaba


representada en el cuerpo humano por lo que las nociones de simetría y proporción
dominaron la estética durante el Renacimiento. Las prendas típicas del Renacimiento se
desarrollaron en Italia y se expandió por Europa. Proliferaron las mercancías de lujo, los
tejidos tupidos, lujosos y suaves, como terciopelo, brocado, damasco, encajes y seda con
lo cual los tejidos eran mas elaborados y extravagantes. También se utilizaban velos y
pañuelos confeccionados en seda, chifon y crepe. La lana, el lino y el algodón eran los
textiles mas utilizados para la indumentaria diaria.

Los cortesanos requerían un extenso guardarropa, y a menudo vendían sus ropajes en


establecimientos de segunda mano para recuperar parte de su costo. Durante el
Renacimiento se popularizó el estilo denominado “Acuchillado”, el cual se caracteriza por
tener las costuras abiertas dejando visible el forro de la prenda o una tela distinta por
debajo.
Las formas rectangulares predominaron en el atuendo de los hombres y la forma de reloj
de arena para la mujer en telas lujosas bordadas y estampadas con muchos apliques.

La gorguera es otro elemento importante durante el renacimiento, era utilizada por


hombres y mujeres; fue perfeccionada mediante la utilización del almidón haciendo que
este accesorio adquiera rigidez, aunque también se usaban soportes hechos de alambres
forrados de seda.
Otra característica importante eran las agujetas, se usaban para sujetar las calzas a la
cintura del jubón, o las mangas desmontables. Las agujetas generaban suntuosidad en el
vestido.

En Inglaterra se popularizó el uso del pañuelo y el abanico, podían sujetarse al cinturón


con una cadena o una cinta para dejar las manos libres. La mayoría de los pañuelos eran
de lino o seda.

Las prendas de mujer acentuaban la figura enfatizando la cintura; la falda era amplia con
pliegues, y el corsé (muy ajustado) tenía un escote circular o cuadrado. La manga
sencilla y ajustada frecuentemente era desmontable. Sobre esta prenda se llevaba otra
sin mangas, cuya pieza frontal estaba abierta a modo de abrigo. Como accesorios
llevaban un pañuelo y un abanico, cadenas de oro y grandes collares. La indumentaria
básica era un camisón interior de lino blanco llamado chemise, manga larga, sobre la que
llevaba el vestido en color contrastante.
Otro cambio significativo que surgió en el siglo XV fue que las mujeres comenzaron a
mostrar su cabello, peinándolo en elaborados moños de trenzas.

Los zapatos que utilizaban eran los chopines (tipo de zapato de plataforma) para
mantener su falda y pies alejados del barro.

La ropa de hombre estaba compuesta por un abrigo corto hasta la rodilla con cinturón de
cuero y mangas cortadas, medias ajustadas. Las prendas acentuaban el físico: los
hombros, pectorales, se acolchaban los abrigos y se usaba un cinturón. La camisa de lino
blanca era símbolo de opulencia, el jubón era la prenda principal del vestuario masculino,
las mangas (al igual que en el vestido femenino) se sujetaban al cuerpo del jubón con
agujetas permitiendo ver los acuchillados.

El calzado de la Edad Media fue reemplazado por el denominado “pico de pato” (con
punta ancha y redondeada).
El hombre y la mujer que trabajaban en el campo solían utilizar prendas de lana. Las
campesinas vestían el miso camisón que las nobles (chemise) pero de un material mas
sencillo, una falda de lana encima con un corpiño que atado al frente. Las campesinas
podían exhibir las piernas por debajo de las rodillas.

El trabajador ordinario vestía unas calzas u otro tipo de pantalón y una camisa larga. El
jubón era reemplazado por una túnica ceñida con un cinturón. Aun no se usaban los
bolsillos, así que todo lo que llevaban colgaba del cinturón en bolsitas.

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MARTES, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2008

VESTIMENTAS INGLESAS DEL SIGLO XIII AL XIX


De una colección de cuatro volúmenes con el titulo English Costume de Dion Clayton editada
en 1906 y que abarca las vestimentas inglesas desde el año 1066 al 1830 es decir cubre la
época anterior a la Edad Media, toda esta, la época Tudor y Estuardo y la Georgiana les he
seleccionado unas cuantas laminas.
En mi opinión estas laminas tienen un “no sé que” distinto a las que se encuentran
habitualmente respecto a vestimentas y moda, quizás se trate de la técnica de ejecución de
las acuarelas, la composición en sí de las imágenes o algo que no he sabido identificar, pero
me han resultado “especiales” en cuanto a esta temática se refiere.

La obra aparte las laminas cada una con comentarios sobre los detalles de la vestimenta que
representa, tiene una información textual (en inglés se sobreentiende), de todas las
características de la moda en los distintos periodos históricos que cubre, por lo cual creo que
a los interesados en este tema que dominen el inglés les interesa leerla.

Me ha sido imposible presentarles siquiera una muestra representativa de cada una de las
distintas épocas por motivos de espacio, entre los cuatro volúmenes hay un total de 71
laminas en color, les muestro a continuación una selección de las mismas no consecutivas
que van desde el siglo XIII al XVII (Época de Carlos II).

Para ver el titulo de la lámina pase el cursor sobre la misma, para ampliar (altamente
recomendado), pulse.
Los cuatro volúmenes que componen la obra los pueden descargar de estos link:

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Hola, acá les dejamos las imagenes de la clase sobre Renacimiento.


RESIGNIFICACIONES
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Clase Martes 2 de
Mayo: Renacimiento
ida y vuelta
MAYO 7, 2017 / HISTORIA DEL TRAJE / 1 COMENTARIO

Les dejamos las resignificaciones sobre Renacimiento


Valentino Haute Couture Fall Winter 2016/2017

Clase Martes 2 de
Mayo: Renacimiento
MAYO 7, 2017 / HISTORIA DEL TRAJE / DEJA UN COMENTARIO

Hola, les dejamos las imagenes sobre la clase de Renacimiento.


Vestimenta
La Vestimenta en el Renacimiento
El Renacimiento estará marcado por el nuevo paradigma de pensamiento,
que es el antropocentrismo basándose en la idealización de la figura
humana. Por ello esta idea se verá reflejada en el desarrollo de la industria
textil, las prendas eran confeccionadas por sastres, y se adapta a los gustos
de la clientela. Gracias a la mejora de los medios de comunicación, en
especial los medios marítimos con nuevas técnicas e instrumentos de
navegación favorecieron al transporte de mercancías de lujo. Siendo las
industrias de textil más importantes: Lyon, Amberes, Flandes.
Estas mejoras se ven reflejadas en los nuevos materiales:

 Lana: Aportando un calor permanente durante los meses más fríos


del año. La lana más fina se sacaba de las ovejas merinas españolas,
originarias de la región central de España.
 Algodón: Un material procedente de la India, eran muy populares
por sus diseños coloridos.
 Seda: Con el Renacimiento se comenzó en Europa a una propia
producción de la seda. En el 1685 en Francia, debido a los conflictos
religiosos los tejedores de seda emigran a Inglaterra y aumentaran la
producción haciendo que la seda sea así mayor la disponibilidad de
este material hizo que fuera el material más asequible.
Características de la vestimenta en el Renacimiento
Indumentaria Femenina: La indumentaria básica era una camisa interior
de lino blanco, manga larga, sobre ella un vestido de cintura alta de color
contrastante. A fines de siglo el escote se hizo en forma de V hasta la línea
de la cintura, se añadió una pieza de tejido rígido para tapar el pecho a
modo de triángulo invertido llamado tassel. Las mangas se abrían a la
altura de los hombros y de los codos, en la parte posterior, para dejar
asomar por las aberturas las mangas de la prenda interior.
Indumentaria Masculina: Se mantuvieron las prendas de la Edad Media,
añadiéndole colores brillantes, en forma de parches, rallas, cuadrados y
triángulos. Los nobles podían vestir a sus sirvientes con los mismos colores
que usaban ellos, en actividades específicas tenían reservados ciertos
colores, como por ejemplo, el rojo se utilizaba en las actividades rurales.
Las prendas acentuaban el físico, los hombros, pectorales, se acolchaban
los abrigos con heno y se colocaba un cinturón en la cintura. Se dejaron de
usar las calzas, siendo reemplazadas por las medias, acentuándose por
medio de la bragueta la entrepierna. El calzado que se utilizaba en la Edad
Media, en punta fue reemplazado por el denominado “pico de pato” que
poseía su punta ancha y redondeada en la puntera.
Francia va estar influenciado por la moda italiana y española:
El traje de Italia va estar caracterizado por mangas amplias, camisa,
escote cuadrado y cintura ceñida y cuchillas.

El traje en España:
La ropa francesa estará compuesta por Corset, Verdugado Español (falda
casi de tambor) y mangas estrechas, pliegues, la ropa interior se usara
bragas, calzas ( medias de seda) y camisa. Como tercera piel se usa el
marlotte y como accesorios se usa el Attifet, gorguera y cuchilladas. Otra
característica de la prenda Francesa estará marcada por el tambor.
Los hombres y mujeres de la clase media utilizaban prendas con mangas
desmontables o con doble manga, una estrecha sujeta a la prenda interior,
y otra más amplia sujeta al cuerpo del vestido, permitiendo de esta manera
cambiar el aspecto de una prenda.
La vestimenta
cumplirá el objetivo de acentuar el aspecto físico femenino, resaltando los
hombros que se manifestaban amplios, el talle largo y estrecho y las
caderas amplias.
Indumentaria y vida en
el siglo XVI
Continuando con la temática del artículo anterior, en este caso nos centramos en la
indumentaria masculina durante los reinados de Carlos I y Felipe II, que como ya hemos
citado en más de una ocasión, son los que abarcan el siglo XVI y el máximo apogeo de
Úbeda y Baeza.

Al igual que en el caso de la mujer se da en un principio, en el reinado de Carlos I, se da el


uso de modelos extranjeros y después se convertirán en referencia para el resto de países.

Llevaban las camisas como ropa interior y sobre esta el jubón que llegaba por la cintura y
calzas. Las calzas podían ser dobles o enteras pero empiezan a ponerse de moda las calzas-
bragas y otras que se componían de medias y muslos. Y bajo estas los carpines, algo
parecido a los calcetines de ahora. Como es lógico la influencia en el vestir masculino
procedía de Alemania país de origen del rey. Eso si el jubón tenía un marcado carácter
francés. Más tarde casi desaparece el sayo y tienden las piernas a quedar al aire. Se usará
como sayo el coleto, sin mangas, con escote y hasta la cintura.

La ropa blanca tenía gran importancia durante el siglo XVI, teniendo unos encajes de gran
valor bolillo y de aguja bordados, presentan modelos geométricos.
En cuanto a la ropa de cubrir o sobretodos se usan modelos a la francesa, abiertos por
delante, adornados con grandes mangas y cuellos. Van tocados con sombreros y gorras.
Para los pies se usan zapatos y zapatillas con talón cubierto.

En el reinado de Felipe II, siguen usándose jubón y calzas, con bordados y trencillas. Las
calzas ya no será enteras sino con muslos y medias. Las medias se realizan con aguja para
que se adapten mejor al cuerpo. Se da mayor austeridad en el vestir, desapareciendo las
grandes braguetas y apareciendo las lechuguillas, de las que ya hablamos en el anterior
artículo. Se usará como prenda de cubrir el bohemio, con forma semicircular, hechos en
terciopelo, con brocados y forro de piel vista. Los gorros de copa aplastada y con plumas. Y
los zapatos de punta y en terciopelo.

La mayor seña de identidad de la indumentaria a lo largo de este siglo es el uso del negro,
como símbolo de la elegancia en el vestir.

Al igual que el conocimiento de la vestimenta femenina nos ayudaba a comprender mejor


como vivían las damas y caballeros de la época y por ende de nuestras ciudades Patrimonio
Mundial. Os dejamos dos imágenes de Francisco de los Cobos en diferentes etapas.
Historia de la vestimenta inglesa en el
Renacimiento

Vestimentas de las mujeres


El estilo del renacimiento Italiano afectó los vestidos de las mujeres de clase alta en
Inglaterra. Elegantes y costosos, el escote fue modificado para resaltar el busto, que era
cubierto con algo transparente o dejado al aire. Los vestidos tenían una forma fluida,
hechos de sedas, damascos y brocados, a menudo con ricos bordados.

La mayoría de la ropa de las clases bajas era hecha de lino y cáñamo, ya que la seda era
demasiado cara. La túnica era una falda y una blusa cosidas juntas y que se llevaban
bajo el vestido, que caía en pliegues hasta el suelo desde una cintura ajustada.
Las ropas tenían elaborados
bordados. (old tapestry image by sumos from Fotolia.com)

La ropa de los hombres


Tanto como los elaborados bordados de las ropas de las mujeres, la ropa de los
hombres era incluso más colorida y peculiar que las de las mujeres. La influencia
Alemana trajo un nuevo estilo conocido como "slashing", el cual se volvió popular en
Inglaterra. Las mangas se recortaron a intervalos y parte del revestimiento fue sacado a
través de los cortes.

Los hombres vestían una capa, la cual gradualmente fue haciéndose corta durante el
siglo 16, o una sotana que era una chaqueta suelta hasta las caderas. La mayoría de las
camisas y la ropa interior eran hechas de lino. Todas las clases sociales vestían ropas de
lana, pero los más pobres utilizaban un tipo más grueso de esta ropa.
Las camisas eran hechas de lino. (linen image by Silver Bromide from Fotolia.com)
Los zapatos tenían suelas anchas y planas. (baby shoes image by Pix by Marti from Fotolia.com)

Influencia española
Desde mediados del siglo 16, el estilo Español cambio el estilo Inglés de la vestimenta,
cuando algunos de ellos se volvieron más sombríos. Los hombres llevaban un jubón
acolchado que se abrió en la parte frontal para mostrar la bragueta. Las mangas se
ensancharon y a menudo se reducían, y los guantes de tipo manopla a menudo tenían
elaborados bordados.

Los vestidos de las mujeres consistían en corpiños deshuesados, con un peto rígido que
mantenía la postura firme. La rueda farthingale era una serie de amplios aros gastados
bajo la falda que creaban un efecto estilo caja. Durante el período, el escote fue cortado
en forma cuadrada y bajado más. Los hombres y mujeres ricos usaban piel de lince,
lobo y de marta, y el color rojo era muy popular.
Los aros anchos creaban un estilo
similar a una caja. (dress stand image by Balogh Eniko from Fotolia.com)

El collarín Inglés
El collarín alrededor del cuello se desarrollo de la cuerda a través del borde superior de
las camisas, y se volvió muy popular con hombres y mujeres en Inglaterra, entre las
clases altas. Algunas veces el collarín alcanzaba una altura de 9 pulgadas (22 cm). El
collarín de las mujeres podría ser alto en la parte de atrás del cuello, pero dejado
abierto en la parte del frente para mostrar el escote, tal como se muestra en las
pinturas de la Reina Isabel I.

Rey Enrique VIII


Uno de los atuendos del Rey Enrique fue descrito en su cuenta. Enrique VIII llevaba un
jubón de raso morado, bordado con hilo de oro y plata que estaba cosido por todas
partes con perlas. Una chaqueta cruzada iba por encima del doblete, con una bata, con
algo de piel, y ligeramente cubierta sobre los hombros, para luego caer con amplios
pliegues hasta los pies. Debajo del doblete, el rey llevaba pantalones y medias, que
fueron cosidos juntos, acabando con zapatos planos amplios que veces estaban
adornados con joyas.

Acá les dejo la indumentaria masculina.


Recuerden que la silueta se ensancha acorde con el pensamiento
antropocéntrico que se gesto durante el periodo renacentista.
Imagen de Enrique VIII.
La moda masculina se va simplificando hacia fines de su¡iglo XVI
La dinastía de los Tudor corresponde al período del Renacimiento en Inglaterra. En los primeros años

del reinado de Enrique VII perduraba la tendencia de la moda medieval, y los hombres usaban largas

calzas ajustadas y túnicas cortas de tela gruesa que, en invierno, se reforzaban con forro de pieles o

adornos de este material. Debajo de la túnica llevaban una camisa blanca, de hilo, con mangas

abullonadas. Pero luego la túnica se alargó y se abría sobre un chaleco o pechera de un material

vistosamente bordado; sobresaliendo del chaleco aparecía la camisa. Por encima se llevaba un traje o

gabán de mangas muy amplias y sueltas. Las mangas tenían características especiales: las del traje o

gabán eran acuchilladas y dejaban ver las mangas de la túnica, que también eran acuchilladas y

dejaban ver la camisa. El gabán se ceñía con un cinturón de cuero. Las calzas eran ajustadas y largas,

y el calzado era de cuero suave y liso. La cabeza se cubría con tocados que presentaban diversas

formas o bien con capuchas o caperuzas.

En la época del Renacimiento, en Inglaterra, la túnica de los hombres se acortó. Debajo de ella se

usaba un chaleco o pechera de tela suntuosa y bordada. Este chaleco se abrochaba adelante en forma

entrecruzada, y también se sujetaba por detrás. Sobre el cuerpo se llevaba una camisa blanca de puro

hilo, cuyo cuello sobresalía del chaleco. Los cabellos se usaban, por lo general, cortos, con flequillo y

cayendo sobre los hombros. Los sombreros tenían diversas formas: comúnmente eran de terciopelo,

con ala pequeña y adornada con plumas y alhajas. El calzado, tanto el femenino como el masculino,

era muy sencillo y estaba confeccionado de cuero, de paño o de terciopelo. Los guantes, cinturones y

otros accesorios tenían ricos bordados.

En la época del Renacimiento, el vestido femenino tenía falda amplia y larga hasta el suelo. También

se usaba una falda interior de cañamazo de forma acampanada, predecesora del miriñaque. El corpiño

era ajustado y el escote redondeado o cuadrado. Pero eran las mangas las que ofrecían mayor

variedad. Se las usaba largas y ajustadas o muy amplias y forradas con telas de color diferente. A

veces la falda se abría por delante en el medio, dejando ver una suntuosa falda de brocado. También

el corpiño se abría en forma de V permitiendo admirar una pechera delicadamente bordada. Como

abrigo se usaban largas capas forradas de pieles. Para la vestimenta se empleaban telas suntuosas,

como sedas y brocados importados de Oriente, terciopelos de Venecia, lanas de Flandes y batistas de
Francia. Las joyas más comunes eran los collares de oro; también piedras preciosas o cruces

pendientes de una cinta fina de seda.

En la época del Renacimiento y, particularmente, hasta 1550 se usó en Inglaterra un tipo singular de

sombrero femenino. Se trataba de un sombrero a dos aguas, con caídas a ambos lados, que se colocaba

sobre una cofia o toca de hilo blanco muy ajustada y que se dejaba ver sobre la frente. Las caídas

estaban ricamente bordadas con perlas, piedras preciosas e hilos de oro y de plata. Otros modelos

constaban de una gran caída que partía desde lo alto de la cabeza y que, a veces, llegaba hasta el

suelo. Los hombres usaban también tocas de terciopelo con estas largas caídas, o birretes de

terciopelo adornados con plumas. Los accesorios tenían gran importancia, como el cuello de la camisa

de los hombres, que tenía delicados bordados negros, y los guantes de seda acuchillados. Las joyas

más comunes eran gruesas cadenas de oro de las que pendían piedras preciosas y perlas. Estas últimas

eran las preferidas, sobre todo en época de Enrique VIII, ya que el mismo monarca las usaba.

En esta época se preferían telas suntuosas para confeccionar los vestidos femeninos y masculinos. A

Inglaterra llegaban telas de diversas partes de Europa, y el activo comercio estaba apoyado en una

marina mercante cada vez más floreciente. Desde Oriente se importaban brocados y sedas muy

suntuosos con dibujos vistosos y de vivos colores; de Venecia se traían terciopelos lisos y bordados con

hilos de oro; de Flandes llegaban telas de lana, seda y raso; de Francia, las delicadas batistas

utilizadas en camisas y tocados. En tiempos del rey Enrique VIII, la moda masculina se dividió en dos

corrientes. La primera se caracterizaba por el estilo cuadrado y los hombros acolchados; la segunda,

por una línea más bien delgada.

Las mangas eran muy abultadas y acuchilladas, tanto en la vestimenta femenina como en la masculina.

Las clases más humildes continuaron usando vestidos sencillos, con mangas y busto ajustados, y falda

amplia que llegaba hasta los pies. Los cabellos eran cubiertos por una toca.

La túnica masculina experimentó un cambio notable en Inglaterra a partir del siglo XIV, ya que se

acortó llegando sólo hasta la rodilla. Debajo de ella se usaba un chaleco que, generalmente, se

abrochaba en forma entrecruzada. Una prenda muy característica era la camisa blanca de puro hilo,

sin cuello y con el escote alto y fruncido que sobresalía del chaleco. Los nobles usaban un gabán largo

con mangas amplias y sueltas, acuchilladas, y que dejaban ver las mangas de la túnica o de la camisa.

Los hombres usaban los cabellos largos, cayendo sobre los hombros y con flequillo. El calzado, tanto el
femenino como el masculino, era muy sencillo y por lo general se confeccionaba de cuero, de paño o

de terciopelo. Hacia el siglo XV se realizaron importantes innovaciones y se introdujo la fantasía en las

prendas de vestir. Así se combinaban telas y colores en una misma prenda, que tenía, entonces, gran

colorido.

Una prenda característica de la vestimenta masculina inglesa del siglo XV era la chaqueta corta muy

ajustada hasta el talle y con un faldón amplio que cubría la cadera. Esta chaqueta tenía un cuello alto

y pequeño, y mangas muy trabajadas. La parte superior de la manga era muy abullonada y acuchillada,

dejando ver la camisa de hilo blanco. En el codo había otra parte más pequeña, también abullonada y

acuchillada, y desde allí hasta la muñeca la manga era muy ajustada. Los pantalones eran también

muy ajustados, y sobre ellos se colocaban botas de cuero que se prendían al costado. Las puntas de las

botas se prolongaban desmesuradamente, y el extremo se sujetaba debajo de la rodilla con un cinto

de cuero. El sombrero era muy variable, pero una de las formas más comunes era el de ala ancha

levantada atrás y con adornos de plumas. Los tocados femeninos presentaban gran variedad.

En la segunda mitad del siglo XV las telas para la vestimenta femenina y masculina llegaban a

Inglaterra desde diversas partes de Europa y de Oriente. De Venecia se importaban terciopelos lisos y

adornados con brocados de hilos de oro; de Flandes, lanas y sedas; de Francia, delicadas batistas; y de

Asia, sedas y brocados.

La moda tuvo caracteres muy marcados durante el reinado de Enrique VIII: las calzas eran largas y

cosidas, abultadas y acuchilladas; los zapatos eran de horma cuadrada y acuchillada, y la túnica estaba

hermosamente bordada y acuchillada. El cuello de la camisa tenía un volante estrecho bordado en

seda negra. La pechera de la camisa tenía bordados en seda negra combinando con seda roja e hilos de

oro. Las mujeres usaban una camisa que se llevaba por encima de un miriñaque más amplio, y una

falda de raso bordado o terciopelo guarnecido de brocado y de un color que contrastaba con el resto

del vestido. Las mangas se hicieron muy amplias en los puños y con adornos de piel o terciopelo. El

tocado era muy variable y se usaban también los turbantes..

En la época de Enrique VIII, los hombres usaban largas calzas cosidas, abultadas y acuchilladas, y una

túnica bordada que llegaba hasta las rodillas. La camisa también era una prenda muy común, y el

cuello tenía un volante estrecho o un dobladillo recto bordado en seda negra. Algunas camisas tenían

la pechera bordada en negro y también con hilos rojos y dorados. Tanto las damas como los caballeros,
usaban anillos en los dedos de ambas manos, preferentemente en el pulgar, el índice y el del medio.

Del cuello pendían pesadas cadenas de oro con medallas o piedras preciosas y perlas. Por influencia de

la moda francesa, los hombres empezaron a usar el cabello corto y la barba recortada. Los sombreros

adoptaron formas muy variadas: los había de ala ancha con adornos de plumas, gorros pequeños,

birretes de punta como un techo a dos aguas, etcétera. El calzado era de cuero fino, y también de

terciopelo acuchillado, con la punta cuadrada y adornos de piedras preciosas.

A partir del siglo XVII y sobre todo desde el siguiente, la vestimenta de la nobleza en Europa

occidental era semejante. El intercambio comercial de telas suntuosas era frecuente, pero también la

creación de manufacturas reales y propias en España, Francia, Inglaterra, Italia y Flandes permitía la

utilización de tejidos que hacían posibles algunas diferenciaciones. Hacia el 1700 los nobles ingleses

usaban unas bragas cortas con un faldellín de cuero y una chaqueta con mangas acuchilladas. Todo

esto permitía lucir una camisa de seda natural o de hilo blanco con mangas abullonadas. Las botas de

cuero se abrían como una corola y dejaban ver medias de seda que llegaban hasta la rodilla. Los

hombres usaban el cabello largo y sombrero de fieltro adornado con plumas.

Los marinos ingleses del siglo XVIII vestían trajes compuestos por una chaqueta larga con amplios

bolsillos y bragas cortas que cubrían la rodilla. La camisa era una prenda muy importante de la

vestimenta y tenía en el cuello una cascada de encaje. Los puños también terminaban en un volante

de encaje. Las medias eran de seda y los zapatos clásicos, sobre los que se destacaba una hebilla

dorada. Sobre el traje se usaba un abrigo que llegaba hasta las rodillas. Era costumbre usar pelucas

sujetas con lazos o empolvarse los cabellos de blanco y sostenerlos con cintas. Las mujeres de la

nobleza continuaron usando corpiño ajustado, que terminaba en gorguera, y sombrero de copa alta

con ala levantada en un costado. También usaban una toca de lino blanco y un cuello amplio del

mismo material. El peinado era sencillo y dejaba la frente despejada.

Historia de la moda
 Glosario Ropa, joyas y accesorios de los Tudor y los Estuardo: dinastías británicas amantes de
la moda Retrato de María de Módena (1658-1718), mujer de Jacobo II de Inglaterra (Simon
Verelst - Royal Collection Trust/ © Her Majesty Queen Elizabeth II 2014) Ampliar En los siglos
XVI y XVII, los monarcas británicos y sus cortes eran referentes de la moda y se distinguían por
su estilo innovador. Una exposición selecciona de la Colección Real de la reina Isabel II
pinturas, joyas, ropa y accesorios de una época marcada por prendas elaboradas y complejas.
Hay guantes para 'alargar' dedos, complementos extravagantes, retratos de reyes y nobles con
atuendos aparatosos o rompedores... ECO Actividad social ¿QUÉ ES ESTO? 44% 0 HELENA
CELDRÁN. 03.04.2014 - 16:07h Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547) y después su hija La
Reina Virgen Isabel I (1533-1603) —carismáticos, presumidos y amantes del símbolo— dictaron
leyes especificando qué telas, colores y tipos de prenda podía llevar cada estrato social. La
unión de oro y textil y las apreciadas telas color carmesí (que se conseguía triturando el
cuerpo de los cocoideos o cochinillas) eran exclusivos de aquellos de mayor nivel social. En los
siglos XVI y XVII, los monarcas y sus cortes eran referentes de la moda y se distinguían por
tener un estilo innovador. El acceso a las más altas esferas de la corte, el éxito político y
profesional iban unidos a la apariencia. Una de las obligaciones clave del cortesano era
reflejar el poder del rey con el mejor de los atuendos. La elegancia en el vestir era motivo de
rivalidad entre las casas reales. Los lujosos retratos, pinturas, joyas y excepcionales prendas y
accesorios de la época que han llegado a nuestros días y pertenecen ahora a la Colección Real
de la reina Isabel II se exhiben en la exposición In Fine Style: The Art of Tudor and Stuart
Fashion (En un estilo refinado: el arte de la moda en los Tudor y los Estuardo), en el Palacio
de Holyroodhouse de Edimburgo (Escocia) hasta el 20 de julio. El conjunto explora el
elaborado y complejo elenco de prendas y accesorios de las dos dinastías en el Reino Unido.
Fotogalería 8 Fotos La moda de los Tudor y los Estuardo Los bordados negros de Catalina de
Aragón Existen indicios de que Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII, puso de
moda en Inglaterra el bordado en hilo negro sobre camisas y blusas: la hija menor de los Reyes
Católicos posa en un retrato del siglo XVI con prendas adornadas con esta técnica,
posiblemente originaria de España. Alardeaban de llevar prendas poco prácticas y que
requerían mucho mantenimiento De los años de esplendor del reinado de Isabel I se exhiben
unos guantes con los dedos especialmente largos iguales a los que ella (orgullosa de la forma
alargada de sus manos) exhibe en varios cuadros. La moda se extendió por el aspecto
estilizado que daba la prenda. El color pálido de los guantes favorecía la idea de que la
portadora era de clase alta y no realizaba trabajos manuales. Abundan entre los retratados las
prendas que requerían un alto mantenimiento o especialmente poco prácticas. Con ellas se
comunicaba al espectador que el modelo disfruta de un nivel de vida que le permitía emplear
todo el tiempo necesario en vestirse y seguir las últimas directrices de la moda. Un cuadro de
Marcus Gheeraerts el Joven muestra a la reina Ana de Dinamarca en 1614 con una falda de
complejísimos pliegos que debían ser prendidos con alfileres cada día. La gola de Isabel I que
ilustra en una miniatura el pintor Nicholas Hilliard a finales del siglo XVI requería tratamientos
semanales de almidonado y fijado. El rey que inventó el traje de chaqueta Otras modas fueron
precursoras de prendas ahora indispensables. En 1666 Carlos II de Inglaterra comenzó a vestir
con un chaleco largo bajo el abrigo en lugar de llevar un jubón y una capa. Un cuadro datado
entre 1675 y 1680 lo muestra con ese nuevo atuendo, ancestro del traje de chaqueta
masculino.La Joya Lennox es un relicario del siglo XVI con rubíes, diamantes y esmeraldas Por
supuesto, los accesorios ostentosos y extravagantes también cautivaron a los Tudor y a los
Estuardo. En la selección de piezas de la muestra hay un espectacular bolso de hilo de oro en
forma de rana y una serie de joyas renacentistas cargadas de simbolismo con figuras
mitológicas y piedras preciosas consideradas mágicas. La bautizada como Darnley o Joya
Lennox (presente en la exposición) es una de las joyas antiguas más importantes de la Royal
Collection, un relicario de oro en forma de corazón con rubíes, esmeraldas y diamantes. Se
dice que la pieza fue creada entre 1571 y 1578 para Lady Margaret Douglas —Condesa de
Lennox y sobrina de Enrique VIII— en memoria de su fallecido esposo, Conde de Lennox y
Regente de Escocia. El diseño incluye en el interior de la joya detalles del Árbol de la vida con
una serpiente enroscada, calaveras que sirven de recordatorios de la muerte y un Ave Fénix.

La Prehistoria
En conclusión, es una era en la se destaca la sobriedad conjugando
estilo con colores neutros.

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