Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Empecemos por constatar que al guano y al salitre, sustancias humildes y groseras, les
tocó jugar en la gesta de la República un rol que había parecido reservado al oro y a la
plata en tiempos más caballerescos y menos positivistas. España nos quería y nos
guardaba como país productor de metales preciosos. Inglaterra nos prefirió como país
productor de guano y salitre. Pero este diferente gesto no acusaba, por supuesto, un móvil
diverso. Lo que cambiaba no era el móvil; era la época.
El oro del Perú perdía su poder de atracción en una época en que, en América, la vara
del pioneer descubría el oro de California. En cambio el guano y el salitre -que para
anteriores civilizaciones hubieran carecido de valor pero que para una civilización
industrial adquirían un precio extraordinario- constituían una reserva casi
exclusivamente nuestra. El industrialismo europeo u occidental -fenómeno en pleno
desarrollo- necesitaba abastecerse de estas materias en el lejano litoral del sur del
Pacífico. A la explotación de los dos productos no se oponía, de otro lado, como a la de
otros productos peruanos, el estado rudimentario y primitivo de los transportes terrestres.
Mientras que para extraer de las entrañas de los Andes el oro, la plata, el cobre, el carbón,
se tenía que salvar ásperas montañas y enormes distancias, el salitre y el guano yacían
en la costa casi al alcance de los barcos que venían a buscarlos.
La fácil explotación de este recurso natural dominó todas las otras manifestaciones de la
vida económica del país. El guano y el salitre ocuparon un puesto desmesurado en la
economía peruana. Sus rendimientos se convirtieron en la principal renta fiscal. El país
se sintió rico. El Estado usó sin medida de su crédito. Vivió en el derroche, hipotecando
su porvenir a la finanza inglesa.
Esta es a grandes rasgos toda la historia del guano y del salitre para el observador que se
siente puramente economista. Lo demás, a primera vista, pertenece al historiador. Pero,
en este caso, como en todos, el hecho económico es mucho más complejo y trascendental
de lo que parece.
El guano y el salitre, ante todo, cumplieron la función de crear un activo tráfico con el
mundo occidental en un período en que el Perú, mal situado geográficamente, no
disponía de grandes medios de atraer a su suelo las corrientes colonizadoras y
civilizadoras que fecundaban ya otros países de la América indo-ibera. Este tráfico
colocó nuestra economía bajo el control del capital británico al cual, a consecuencia de
las deudas contraídas con la garantía de ambos productos, debíamos entregar más tarde
la administración de los ferrocarriles, esto es, de los resortes mismos de la explotación
de nuestros recursos.
Las utilidades del guano y del salitre crearon en el Perú, donde la propiedad había
conservado hasta entonces un carácter aristocrático y feudal, los primeros elementos
sólidos de capital comercial y bancario. Los profiteurs directos e indirectos de las
riquezas del litoral empezaron a constituir una clase capitalista. Se formó en el Perú una
burguesía, confundida y enlazada en su origen y su estructura con la aristocracia,
formada principalmente por los sucesores de los encomenderos y terratenientes de la
colonia, pero obligada por su función a adoptar los principios fundamentales de la
economía y la política liberales. Con este fenómeno -al cual me refiero en varios pasajes
de los estudios que componen este libro-, se relacionan las siguientes constataciones:
"En los primeros tiempos de la independencia, la lucha de facciones y jefes militares
aparece como una consecuencia de la falta de una burguesía orgánica. En el Perú, la
revolución hallaba menos definidos, más retrasados que en otros pueblos
hispanoamericanos, los elementos de un orden liberal burgués. Para que este orden
funcionase más o menos embrionariamente tenía que constituirse una clase capitalista
vigorosa. Mientras esta clase se organizaba, el poder estaba a merced de los caudillos
militares. El gobierno de Castilla marcó la etapa de solidificación de una clase capitalista.
Las concesiones del Estado y los beneficios del guano y del salitre crearon un
capitalismo y una burguesía. Y esta clase, que se organizó luego en el 'civilismo', se
movió muy pronto a la conquista total del poder".
Este capítulo del guano y del salitre no se deja, por consiguiente, aislar del
desenvolvimiento posterior de nuestra economía. Están ahí las raíces y los factores del
capítulo que ha seguido. La guerra del Pacífico, consecuencia del guano y del salitre, no
canceló las otras consecuencias del descubrimiento y la explotación de estos recursos,
cuya pérdida nos reveló trágicamente el peligro de una prosperidad económica apoyada
o cimentada casi exclusivamente sobre la posesión de una riqueza natural, expuesta a la
codicia y al asalto de un imperialismo extranjero o a la decadencia de sus aplicaciones
por efecto de las continuas mutaciones producidas en el campo industrial por los inventos
de la ciencia. Caillaux nos habla con evidente actualidad capitalista, de la inestabilidad
económica e industrial que engendra el progreso científico.
La Reconstrucción Nacional fue un periodo posterior a la Guerra del Pacífico entre las
guerras civiles de 1884 a 1885 y 1894 a 1895, donde la República Peruana inicia su
resurgimiento económico, político y social. Algunos autores lo ubican de 1883 (firma
del Tratado de Ancón) a 1895 (inicio del gobierno constitucional de Nicolás de Piérola),
que coincide con el periodo del Segundo Militarismo; otros lo extienden hasta 1919
(inicio del Oncenio de Leguía).
El problema es que el país no contaba con los recursos para el pago de la deuda. Además
requería urgentemente capitales para iniciar la reconstrucción sin la cual era imposible
cumplir con los acreedores británicos. La deuda ascendía a cerca de 51 millones de libras
esterlinas cuyo pago anual exigía casi dos millones y medio de libras, suma imposible
de reunir en aquellos años. Esta difícil situación condujo, como vimos hace días, al
gobierno de Cáceres a firmar el polémico Contrato Grace (1889) en virtud del cual el
Perú entregó a sus acreedores, a cambio del pago de la deuda, el control y administración
de sus más importantes recursos. A partir de ese momento un nuevo camino se abría para
las actividades del capital foráneo en el país. De este modo la clase política diseñó un
nuevo plan de desarrollo para el país: orientar los recursos naturales a la exportación.
En esta segunda etapa, los productos de exportación fueron más diversos. La sierra
proporcionó lana (de oveja y de alpaca), junto con minerales como plata, oro y cobre,
entre otros. La amazonía contribuyó con café, coca y caucho. Y la costa con azúcar y
algodón. Los precios de la mayoría de estos artículos aumentaron, con leves
fluctuaciones, en el mercado mundial, lo cual demostraba una creciente capacidad
productiva del país.
Pero hacia la década de 1890 empezó a configurarse otro paisaje, más moderno aunque
menos bello. Desde las faldas de los Andes, todo visitante al valle de Chicama podía
contemplar un mar inmenso, casi ininterrumpido, de caña y chimeneas de negro
azabache que humeaban en un cielo siempre azul. Se trataba de nuevas y gigantescas
plantaciones industriales que concentraron la tierra en pocas manos.
El petróleo, por su parte, era conocido ya desde los tiempos virreinales. Desde finales
del siglo XVII el padre José de Acosta informaba que existía un manantial de brea al que
se le llamaba copé y que era utilizado por los marinos para alquitrar sogas y aparejos, o
para pintar sus embarcaciones. Luego, en 1863 A.E. Prentice realizó la primera
perforación en el país en un lugar llamado Caña Dulce en la costa de Zorritos. A partir
de 1890 se explotó sistemáticamente el petróleo de Piura donde la Lobitos Oil Company
desarrolló la extracción en los yacimientos de la Brea y Pariñas. Según algunas cifras,
en 1892 eran 30 los pozos abiertos ubicados casi todos en la zona de Negritos; su
producción era de 500 mil litros de petróleo diarios. En 1890 los yacimientos de la Brea
y Pariñas rindieron poco más de 8 mil barriles y 10 años más tarde su producción anual
sobrepasaba los 200 mil barriles. (Penagos, s.f.)
Si se revisa la lista de los “consolidados” se advierte que fueron los grandes comerciantes
los que presionaron exitosamente para el pago de sus vales. Estrictamente, el 60% de los
consolidados eran comerciantes y el 36% funcionarios públicos entre civiles y militares.
Fue una minoría que no excedió las 50 personas y entre ellas no figuraba precisamente
gente de escasos recursos.
También se ve con facilidad que detrás de todo esto se jugaban intereses de personas
vinculadas por relaciones de clientelaje con los gobiernos de la época. Esto lo demuestra
el caso de la revolución de Castilla en 1854: al parecer el Mariscal se sublevó contra
Echenique por los manejos turbios de la consolidación, pero una vez en el poder efectuó
procedimientos similares con las personas que lo apoyaron. De este modo, la efigie de
Castilla, tantas veces glorificada, queda un tanto devaluada.
De otro lado ¿qué hicieron estos personajes con el dinero recibido? Unos lo invirtieron
en agricultura; otros presionaron al Estado para beneficiarse con el negocio de guano
convirtiéndose en consignatarios nacionales, reclamando su condición de “hijos del
país”; y los demás lo derrocharon, sin invertir en industria, imitando el estilo de vida de
la burguesía europea.
Corromper significa dañar, alterar, echar a perder, viciar, pervertir. Cambiar el propósito
originario de una cosa, que deviene en algo negativamente considerado por la moral
social. Siguiendo ese sentido la definición actual, generalizada entre los expertos en la
materia, la corrupción es el uso de la posición y el poder públicos para fines ilegítimos,
inmorales, ilegales o diferentes a lo formalmente establecido.
Creemos que, para una más exacta definición, se debe tener en cuenta, un sentido laxo
de lo que corresponde a lo público. Pues lo público no necesariamente es un ministerio
de gobierno de una nación que debe decidir el destino de los fondos encomendados por
su pueblo. Público también es la dirección de un gremio o un sindicato, o el accionar de
una empresa de servicios públicos, aunque sea una empresa privada.
Es decir, todas aquellas funciones y estructuras que tienen que ver con lo público y la
política. Esto es, el bien común, la cosa pública, sino de "todos", por lo menos de "los
muchos".
En el Perú hemos sido testigos de cómo la corrupción tomó el poder y se convirtió en un
sistema. Diez años de gobierno corrupto en manos de una red que tenía todo el poder
han bastado para casi destruir el sistema democrático y la gobernabilidad. El Perú se
convirtió, de esta manera, en un ejemplo más de lo que significa la corrupción cuando
está en el poder y se convierte en parte del sistema, pudriendo todos los niveles de la
sociedad. Pero nuestro país no es el único que ha sufrido este tipo de problemas y, lo que
es más, cada vez se hace más visible que la corrupción está tomando mucha mayor fuerza
para convertirse en un fenómeno de naturaleza trasnacional
El poder reside y emana del pueblo, ante la falta de una adecuada educación cívica
patriótica, filosófica, ideológica, ética moral, etc. renovación de la sociedad apoyada en
valores éticos, en principios como el de la democracia del pueblo, como la defensa de
los derechos humanos, como el valor del medio ambiente Genera la ausencia de
ciudadanos capaces de sentirse sujeto de derechos y de obligaciones, de actuar, exigir y
de cumplir como tal, actuando con indiferencia ante el autoritarismo, ante esto se
aprovechan la Clase política que ve al Estado como fuente de riqueza, clase política que
ante la oportunidad de realizar la Reforma Constitucional, clama por la Asamblea
Constituyente, como si los nuevos congresistas serían los sabios idóneos para tal
finalidad.
Fue el célebre historiador peruano Jorge Basadre, quién definió el período entre 1895 y
1919, como la época de la República Aristocrática, caracterizada por:
- Una época en la que se ordenó la economía del Perú posterior a la Guerra con
Chile.
- El gobierno casi continuo de Presidentes pertenecientes al Partido Civilista.
- El período de la llegada al Perú de las grandes empresas e inversiones extranjeras.
- Un sistema donde los altos cargos del Estado estuvieron reservados para los
hombres más ricos del Perú.
- La época donde se privilegiaba la cultura europea y se creía que la cultura andina
era atrasada y debería ser eliminada.
Gobierna después de salir elegido por el partido civil. Propone un gran proyecto de
construcción de ferrocarriles. No culminó su periodo presidencial.
Enfrentó para llegar al poder a los pierolistas del partido demócrata. Impulso la
colonización de la selva. Se promulgo la primera ley de Accidentes de Trabajo. Los
problemas limítrofes se dieron en todas las fronteras (Bolivia, Ecuador, Brasil Chile y
Colombia).
Guillermo Billinghurst (1912 – 1914)
Se consiguió las 8 horas de jornada laboral para los trabajadores del Muelle del Callao,
se reglamentó el derecho a huelga. Ante la ola de huelgas los civilistas optarón por el
golpe militar con Oscar Benavides (1914 – 1915).
Se elevaron las exportaciones. Se establecio a nivel nacional las ocho horas de trabajo.
Cáceres apoyó el golpe de estado de Leguía.
Según Sulmont (1982), esta etapa de formación del movimiento obrero (1890-
1930) tiene como antecedentes: el auge de la economía de exportación (guano y salitre),
la penetración del capital británico y estadounidense, la incipiente manufactura de
bienes de consumo inmediato (harina, jabones, velas, fósforos, cigarros, tejidos de
algodón y lana, etc.), y las organizaciones de ayuda mutua (gremios y mutuales).
La modalidad de lucha de los obreros durante esta primera etapa de su formación fueron
las huelgas, paros y protestas violentas, acordadas en los congresos obreros convocados
por las asociaciones de trabajadores lideradas por la Federación de Obreros Panaderos
“Estrella del Perú” que fue el eje centralizador de las luchas obreras (Sulmont 1982:19).
2.1.1. Origen
El movimiento obrero tiene su origen entre el siglo XVII y XVIII, cuando surgen las
primeras agrupaciones de tejedores y artesanos ingleses, estos se reunían en
hermandades o cofradías, tomando el modelo de gremio medieval. Durante estas
cofradías los trabajadores se reunían para apoyarse entre ellos con respecto a las mejoras
dentro de las condiciones laborales, puesto que para la época no había problemas con
respecto a la industrialización.
De estas cofradías surge el primer acto de ludismo, debido a que los trabajadores no se
le reconocieron ciertos derechos, acabaron destruyendo unas máquinas que
consideraban los trabajadores estaba haciendo que el trabajo de los artesanos se viera
reducido siendo este el motivo de la disminución de sus pagos salariales.
Al primer grupo organizado de trabajadores se les dio el nombre societarismo, el cual
tenía como objetivo resistir al capitalismo y tenía además la particularidad del apoyo
mutuo entre sus integrantes y de sentido de rebeldía. La primera reacción que tuvo el
gobierno de Inglaterra fue prohibir estas agrupaciones de trabajadores, comenzándose
así las primeras persecuciones de los obreros rebeldes llevándolos a la clandestinidad.
2.1.2. Características
2.1.3. Consecuencias
En 1919, los días 13, 14 y 15 de enero hubo un paro exigiendo la jornada de las ocho
horas, organizado por la Federación Obrera Local, a la cual se unieron la Federación de
Artesanos, la Federación de Estudiantes del Perú y otras organizaciones. Se
constituyó un Comité Central Ejecutivo del Paro General. El presidente José Pardo, a raíz
de este paro general, acabó por ceder y emitió el decreto reconociendo la jornada
de ocho horas (15 de enero de 1919). La obtención de esta importante reivindicación
marca la culminación de un amplio movimiento de organización y lucha, en el que
el proletariado se constituyó como fuerza social, con conciencia y capacidad de
dirección autónoma frente a las demás clases sociales. También esta conquista permitió
el avance de la centralización sindical, pues se constituyó la Federación de
Trabajadores de Tejidos del Perú. Sin embargo, la obtención del reconocimiento
de la jornada de ocho horas significó un entrampamiento para el anarco-
sindicalismo (Sulmont 1982:22-23) que años después, durante el Oncenio y el
Tercer Militarismo, sería reemplazado por las nuevas ideologías: socialismo y aprismo.
(2012)
. A principios del año universitario de 1919 unos estudiantes (Jorge Guillermo Leguía,
Manuel G. Abastos, Ricardo Vegas García, José León y Bueno, Eloy Espinoza Saldaña,
Jorge Cantuarias y Jorge Basadre) agrupados alrededor de la figura descollante de Raúl
Porras, llevaron a cabo el “Conversatorio Universitario”, o sea, la primera visión crítica
de la historia peruana hecha en ese siglo y colectivamente organizada en San Marcos; la
organización de los comités de reforma y del Comité General de la Reforma
Universitaria, que lideraron el movimiento; y, finalmente, la transformación de la
Federación de Estudiantes del Perú, bajo la dirección de Haya de la Torre, una vez
terminado el movimiento de reforma, en un espacio político moderno.
Ese grupo sería después conocido como la Generación del Centenario. Puesto que esta
generación ha sido descrita como aquella cuyas acciones e ideas le dieron forma al Perú
del siglo pasado. “La chispa de la agitación es casi siempre un incidente secundario; pero
la fuerza que la propaga y la dirige viene de ese estado de ánimo, de esa corriente de
ideas que se designa -no sin riesgo de equívoco- con el nombre de "nuevo espíritu"”, cita
Mariategui.
Grito de Reforma
El movimiento de la Reforma tenía lógicamente que atacar, ante todo, esta estratificación
conservadora de las Universidades. La provisión arbitraria de las cátedras, el
mantenimiento de profesores ineptos, la exclusión de la enseñanza de los intelectuales
independientes y renovadores, se presentaban claramente como simple consecuencia de
la doctrina oligárquica. Estos vicios no podían ser combatidos sino por medio de la
intervención de los estudiantes en el gobierno de las universidades y el establecimiento
de las cátedras y las asistencias libres, destinadas a asegurar la eliminación de los malos
profesores a través de una concurrencia leal con hombres más aptos para ejercer su
docencia.
Lo que se logró
La manifestación estudiantil se había hecho sentir en todos los estratos sociales y había
despertado el interés en intelectuales, políticos y artistas. Asimismo debido a la relación
existente entre la universidad y la producción cultural el movimiento de la Reforma
Universitaria ha impactado de tal modo en las formas y contenidos del arte y la ciencia,
que es posible, para muchos, considerarla como un movimiento cultural.
Los reclamos tuvieron aceptación. Grande fue la trascendencia del decreto del 20 de
setiembre de 1919 firmado por el presidente Leguía y el ministro de educación Arturo
Osores. Este decreto estableció cátedras libres en las facultades con aprobación del
concejo universitario, ordeno que los delegados elegidos por los alumnos formaran parte
del Concejo Universitario.
El oncenio de Leguía, fue un gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del
siglo XX. Este gobierno se resume en entreguismo total al capital extranjero y con los
países vecinos, corrupción a niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado
y autoritarismo.
Con este gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI.
Concepto
El oncenio fue una etapa de nuestra historia donde se estableció una dictadura cívica
dirigida por Augusto B. Leguía, cuyo gobierno favoreció la penetración de capitales de
EE.UU. en nuestra economía haciéndolo dependiente de la banca de EE.UU. Los
civilistas fueron desplazados del poder político.
1. Economía
2. Política
Leguía se hizo reelegir en agosto de 1929 como presidente para un tercer periodo
presidencial hasta 1934, pero fue derrocado en 1930 por Luis M. Sánchez Cerro.
La caída del oncenio se produjo rápidamente como consecuencia de la crisis mundial del
capitalismo, especialmente el norteamericano que se evidenció con la quiebra de la bolsa
de Valores de Nueva York (24 de octubre de 1929) en el “Jueves negro”. La caída de las
acciones y la liquidación de importantes transnacionales arrastró a sus sucursales en
Latinoamérica. No se vendían más nuestras materias primas o los precios cayeron
estrepitosamente. En la caída del oncenio también se paralizaron las obras públicas y las
actividades en los enclaves de provincias, generándose un desempleo inmenso: minería,
migraciones a Lima, protestas, actividades subversivas, etc.
Leguía fue apresado y conducido a la prisión de San Lorenzo y luego a la clínica Naval
de Bellavista, donde escribió sus memorias Yo Tirano, Yo ladrón y murió el 6 de febrero
de 1932. Tenía 69 años, de los cuales 15 ocupó la presidencia. (Historia del Perú, s.f.)
2.4. Polémica Haya Mariátegui
Las clases medias, en cambio, nada recibían del imperialismo y eran las más explotadas.
En resumen, para Haya, el proletariado peruano no estaba capacitado para organizarse,
por sí mismo como clase, ni para tener su propio partido y, mucho menos, para ser
vanguardia de la revolución. Por el contrario, eran las clases medias, consideradas más
progresistas y revolucionarias, las llamadas a encabezar la revolución antiimperialista y
a convertirse en burguesía nacional.
El espacio y el tiempo del Perú así lo determinaban. Las clases medias eran las más
numerosas, las más instruidas y las más explotadas, por tanto, según Haya, debían ser la
vanguardia de la revolución.
Mariátegui, por su parte, argumentaba que las clases medias no pueden ser
consecuentemente antiimperialistas y, mucho menos, pueden ser clases dirigentes del
partido y de la revolución en el Perú. Si acaso alguna vez tomarían el poder, eso no
significaría la llegada del socialismo, menos la conquista del poder por el proletariado.
Además, una política meramente antiimperialista no era suficiente porque no anulaba el
antagonismo de clase, sólo el socialismo garantizaba una valla definitiva a la rapiña
imperialista.
Mariátegui proponía un partido de clase; consideraba que la clase obrera y los
trabajadores en general sí están en capacidad de organizarse políticamente y ser la base
de una fuerza socialista, que tendría que crecer a medida que se desarrollaba la
conciencia de clase proletaria y avanzaba la transición del feudalismo al capitalismo en
la sociedad peruana. La revolución no sólo tendría una dimensión antiimperialista sino
antifeudal, paso previo para sentar las bases del socialismo en nuestro país. Con gran
claridad y visión otorgó especial importancia al problema indígena y a la fuerza
revolucionaria del campesinado. Trabajó para sentar las bases de la alianza obrero-
campesina en el Perú.
En la ciencia política es una forma de gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas
pocas personas, generalmente de la misma clase social. Los escritores políticos de la antigua
Grecia emplearon el término para designar la forma degenerada y negativa de aristocracia
(etimológicamente, gobierno de los mejores). Estrictamente, la oligarquía surgirá cuando la
sucesión de un sistema aristocrático se perpetúe por transferencia sanguínea o mítica, sin que las
cualidades éticas y de dirección de los mejores surjan por mérito propio, esta definición muy
cercana a la de monarquía y más todavía a la de nobleza.
A lo largo de la historia, las oligarquías han sido a menudo tiránicas, confiando en la obediencia
pública o la opresión para existir. Aristóteles fue pionero en el uso del término como sinónimo de
dominio por los ricos, para el cual otro término comúnmente utilizado hoy en día es la plutocracia.
2) Segunda etapa (1930-1968): la oligarquía ejerce el poder “desde el balcón”, es decir, conserva
su poder económico intacto, pero ejerce el poder político de manera indirecta, por intermedio de
caudillos civiles y militares a quienes apoya y financia. Recordemos que el gobierno de Augusto
B. Leguía se había encargado de liquidar políticamente al Partido Civil (el partido de los
oligarcas). Por eso se dice que la oligarquía en esta segunda etapa se vio obligada a gobernar
“desde el balcón”.
Termino militarismo fue acuñado por el historiador Jorge Basadre para referirse a los periodos en
los cuales los militares tuvieron injerencia en la política del país, donde consideró tres
militarismos. Y en los periodos el común denominador es la falta de respeto por la opinión de la
población civil y el derecho que ésta tiene para pronunciarse. Su sustento es el respaldo, uso o
manipulación de las instituciones militares, que se benefician de su complicidad y apoyo.
El militarismo ha controlado casi toda nuestra vida republicana, la historia de nuestro país está
ligada al militarismo, Tomemos en consideración lo siguiente: la mitad de los 22 gobiernos
democráticos del Perú en sus 180 años de independencia han sido depuestos por golpes
militaristas. Dos, desde 1904 no ha habido más de dos gobiernos demócratas seguidos que hayan
finalizado su mandato legal. Tres, la predominancia militarista no fue un fenómeno del siglo XIX,
su hegemonía con relación a los gobiernos democráticos ha sido similar en todos los periodos,
incluyendo los últimos 50 años hasta 2001. Dentro de las varias causas del deterioro económico,
cultural y moral con que el Perú comienza su andadura en el siglo XXI, el militarismo es, sin
lugar a dudas, la más importante.
El militarismo como manifiesta Jorge Basadre responde a intereses de una clase social, de un
grupo, plantea que la oligarquía mantiene una alianza, puesto que vemos que son los militares los
que garantizan la normal explotación del guano, y son los militares quienes después de la guerra
del Pacifico orientan la política económica en favor de la clase burguesa, la agro exportación. Son
los mismos militares que ante la crisis económica de 1929 asumen el poder para evitar la llegada
al poder de grupos de orientación popular como el APRA y El partido Comunista. Una excepción
aparente es el gobierno de Juan Velasco Alvarado que oriento su gobierno hacia el socialismo,
esto marco una pauta distinta. Lo cierto es que los militarismos impidieron el avance del país, la
consolidación de la democracia al intervenir una y otra vez en defensa de los intereses de la
oligarquía.
Luego de finalizadas las guerras de independencia, la naciente república peruana tuvo que afrontar
serios retos para su consolidación como Estado. La situación reinante era preocupante, puesto que
a nivel económico el país había quedado en crisis debido a los cupos de guerra que pagaron los
criollos para solventar las campañas militares, no se tenía una fuente de ingresos seguros,
habíamos heredado una deuda externa e interna que nos impedía tener un crédito fiscal en el
exterior.
A nivel Social, la situación fue el desafío de integrar una nación multicultural, no se contaba con
vías de comunicación que integraran las diferentes regiones, a nivel político predominaba el
centralismo, y se carecía de una clase civil políticamente dirigente, puesto que la realidad que se
presentaba era difícil a ello hay que sumarle que debíamos solucionar problemas inmediatos en
términos de fronteras. Este panorama de incertidumbre permitió que surjan caudillos militares
que a través de la fuerza impongan el orden que la naciente república necesitaba, pero que en
realidad actuaron de acuerdo a intereses personalistas.
En estas condiciones el poder, entendido como la capacidad de coacción que tiene un estado era
inexistente por ello la capacidad de ejercer la violencia y de inclinar la balanza de las decisiones
provenía de aquellos jefes militares que habían heredado de las guerras de independencia y estos
jefes fueron entonces los que pasaron a ser la encarnación del estado y encontraron la única forma
de darle continuidad al Perú a través del ejercicio violento del poder lejos de representar
exclusivamente afanes personalistas.
CARACTERISTICAS
CAUSAS
Durante el primer militarismo, se aprecia al inicio la solución de los problemas fronterizos con a
Gran Colombia, con José de La Mar se inicia una Guerra, la cual perdimos, y esto significo la
pérdida total del Guayaquil con la firma del tratado La Rea – Gual. Esta situación provocó el
golpe de Estado de Agustín Gamarra que se convierte en un presidente cuyo gobierno se
caracterizó por ser autoritario. Finalizado el gobierno de Agustín Gamarra resulta electo José de
Orbegoso el cual tiene una tendencia liberal lo que origina la oposición de militares conservadores
como Pedro Bermúdez y Felipe Santiago Salaverry, desencadenando levantamientos y golpes de
Estado que propiciaron que José de Orbegoso solicite la Intervención de Bolivia, entonces
liderada por Andrés de Santa Cruz.
Agustín Gamarra consciente de las ventajas de la Confederación decide formar nuevamente dicha
confederación, donde destaque la participación y predominio de los peruanos, razón por la cual
le declara la guerra a Bolivia, pero fallece en Ingaví, dejando un vacío político que permitió el
surgimiento de una Anarquía militar (1841-1845) en la cual se sucedieron 4 presidentes sin
llegarse a consolidar ninguno en el poder. Dicha anarquía finaliza cuando Ramón Castilla derrota
en la Batalla de Carmen Alto a Luis Ignacio de Vivanco.
Ramón Castilla es elegido mediante voto popular presidente del Perú y con su gobierno el
panorama político y económico se transforma, puesto que Ramón Castilla buscó el ordenamiento
del Estado, asimismo se empezó a contar con los ingresos del guano, dando lugar a un breve
periodo conocido como la prosperidad Falaz.
El guano permitió una época de bonanza económica, se pagó la deuda interna y externa y se inició
la modernización del país. No obstante también hubo corrupción como en el caso del Gobierno
de Rufino Echenique que manipuló las cifras de la deuda interna para favorecer a sus allegados
políticos.
La presencia del Guano despertó la ambición de países europeos como España que envió una
“Misión Científica” cuyo objetivo real fue apoderarse de las islas de chincha y por ende del guano.
Este conflicto con España permitió vislumbrar la debilidad del Estado peruano pero también su
capacidad organizativa al afrontar de manera positiva la guerra con España, la cual fue finalizada
con el combate del 2 de mayo de una contundente victoria peruana. Finalmente apreciamos la
crisis económica por la caída de los precios del guano, lo cual redundo en un estado peruano
endeudado, situación que fue aprovechada por los civilistas para llegar al poder en las elecciones
de 1872, finalizando así el primer militarismo.
El segundo militarismo inicia con la guerra contra Chile, la cual fue la más grave y critica en la
historia de nuestro país; durante esta guerra Perú sufrió la pérdida total del salitre y gran parte del
guano además se dio el bloqueo de los puertos estancando el comercio Nacional y con esto la
desaparición de la moneda perdiendo nuestro crédito exterior.
Durante este conflicto el más importante problema que tuvo nuestro país fue la situación de Tacna
y Arica en donde se incumplió el tratado de Ancón por parte de Chile y en donde tanto Arica
como Tarapacá se vieron muy afectados.
El Perú antes todos estos problemas se vió afectado tremendamente originando un problema moral
increíble perdiendo la confianza en sí mismo. Durante la Guerra las haciendas, fabricas vías de
comunicación habían sido arrasadas y destruidas por el ejército chileno, esto impedía que el Perú
vuelva a poner en marcha su economía. Por ello el Perú necesitaba una reconstrucción en todos
los aspectos.
La fallidas acciones que tomaba el estado aparte de la escasez de los recursos de terratenientes
favoreció mucho a la burguesía comercial el cual buscaba desarrollar su actividad económica
utilizando capital extranjero ; estos establecieron casas comerciales ( Grace , Duncan ,Graham ) ,
así también como bancos extranjeros (Banco del Perú y Londres) y se establecieron empresas de
servicios públicos ( alumbrado, fuerza eléctrica ,transporte , etc. ) de esta manera el Perú empezó
a experimentar un periodo de reconstrucción pero sujeto al capitalismo foráneo .
CARACTERISITICAS
GOBIERNOS
EL tercer militarismo es iniciado en 1930 teniendo en el poder a Luis Sánchez Cerro y finalizado
con el general Oscar R. Benavides.
Este militarismo nace con el golpe de estado que Sánchez cerro le da a Leguía, además del miedo
las diferentes luchas sociales que se podrían originar al mando de los políticos, y por el horror de
la crisis económica que trascendía en aquel entonces la llamada crisis de 1929.
Por otro lado en este contexto interno se empezaban las migraciones del campo a la ciudad, y el
país entero estaba pasando por un proceso de metamorfosis, es decir, de un país serrano a uno
básicamente costeño y urbano.
En este tercer militarismo comenzaron también las figuras de los partidos políticos, destacando el
APRA y la UNION REVOLUCIONARIA, quienes causaron toda una amenaza social.
ANTECEDENTES:
- Como era conocimiento del mundo en el año 1929 se desarrollaba una crisis que estaba
afectando globalmente, y en el Perú trajo consigo una reducción de las exportaciones e
inversiones.
- También abarco la suspensión de varias obras públicas puesto que el gobierno no contaba
con los recursos económicos suficientes producto que nuestro comercio nacional se vio
afectado por la segunda guerra mundial.
- Se suspendió el pago de la deuda externa hasta 1949 producto de un déficit fiscal así
como la corrupción gubernamental y malversación de los préstamos.
- En el aspecto Político en el congreso se da la ausencia de instituciones.
- Debido a la intranquilidad del gobierno se sentía una Constitución cuestionada
(autoritaria).
- En lo Económico encontramos la Caída de la bolsa en Nueva York que afectó al Perú
puesto que era dependiente de los emprésitos de este país.
CARACTERÍSTICAS
GOBIERNOS
El tercer militarismo obedece básicamente a la finalización del oncenio de Leguía, y el poder fue
controlado por los militares y la oligarquía, también fue un intento de resistir el acceso al poder a
los nuevos sectores sociales y políticos surgidos durante el Oncenio, tales como el APRA y el
Partido comunista de José Carlos Mariategui.
En el 62, el presidente Manuel Prado convoca elecciones generales para decidir quién sería el
nuevo presidente del Perú, resultando ganador Víctor Raúl Haya de la Torre, por una diferencia
mínima. Ante esta situación sería el pleno del congreso quien decidiría el resultado final. Se
especulaba el triunfo del candidato aprista, pero ninguno de los principales candidatos (Víctor
Raúl, Fernando Belaunde y Manuel Odría) alcanzo la mayoría de votos para ganar. Mientras se
decidía que hacer la idea de que todo fuera un fraude electoral apareció. A consecuencia de esta
idea, las fuerzas armadas exigieron la anulación de los comicios, ante la negativa del estado las
fuerzas armadas tomaron el poder el 18 de julio de 1962 por medio de un golpe de estado
Al comienzo esta junta militar es dirigida por Ricardo Pérez, él funda la Casa de Cultura del Perú
ahora conocida como INC (Instituto Nacional de Cultura). Pérez Godoy es remplazado por
Nicolás Lindley, el convoca a elecciones saliendo ganador Fernando Belaunde
En julio de 1986, por la presión de los militares, se inician tratos con la IPC (Internacional
Petroleum Company) y el 13 de agosto se firma el acta de Talara por el cual todos los campos
petroleros pasarían al poder de la empresa petrolera fiscal.La IPC, todavía en poder de la refinería
pacta los precios que pagarían por el petróleo refinado en los campos de poder peruano.
Al comienzo era totalmente desconocido por el sector civil pero transcurrido su primer año de
presidente se había ganado a la gente con su carisma. Él rompe relaciones con los Estados Unidos
obteniendo el apoyo de URSS.
Juan Velasco no llegó al poder con la simpatía del pueblo ni por que el pueblo lo quiso pero
tampoco se vio afrontado por una oposición.
Resultado de imagen para reforma agraria 1969La campaña de Velasco se había involucrado en
combatir los tres frentes guerrilleros surgidos en los sesentas. Cuando los soldados regresaban a
sus cuarteles regresaban indignados por la miseria en el campo y por la pobreza que había en esta.
Los superiores al enterarse de esto iniciaron a hacer propuestas de reformas. Una de las más
importantes fue la reforma agraria el 24 de junio de 1969 en la que decía “tierra para el que la
trabaja”. La reforma tenía el objetivo de promover el desarrollo técnico y agropecuario, la
industrialización del campo, la disminución de importaciones de alimentos y el crecimiento de la
economía rural para beneficio de su población.
Otra obra fue la nacionalización de la prensa, también se trató de generar una reforma de la ley
general de educación, que buscaba dar las mismas posibilidades al poblador andino. También se
creó el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS). Aparte se hicieron grandes
construcciones como una hidroeléctrica (Santiago Antúnez). En inicios de 1975 el 3 de febrero el
personal subalterno policial de Lima se declaró en huelga. Para el 5 de febrero los ciudadanos
aprovechando la falta de policías saqueando tiendas. Una huelga de este tipo en un régimen militar
era muestra de una crisis.
Se genera una crisis económica debido a proyectos mal planteados estructurados y algunos incluso
improvisados. Gracias a la suma de todas estas cosas y algunas más Francisco Morales Bermúdez
y la cúpula militar dan un golpe de estado el 29 de agosto de 1975. El 24 de diciembre de 1977
fallece Juan Velasco.
La “primera fase” (Segundo Momento) fue durante el mandato de Juan Velasco; ahora, después
del tacnazo (Golpe de estado de Francisco Morales Bermúdez) se da inicio a la “segunda fase”
del proceso revolucionario de las Fuerzas Armadas. Mientras Velasco estaba al poder impuso una
serie de reformas a las que se les denominaría Plan Inca, pero Morales decide optar por un nuevo
plan de reformas, al cual se le denominó Plan Tupas Amaru (1977).
Bajo su régimen se dan varios cambios. Se concede la ciudadanía a los de 18 años, se les da el
permiso al voto a los analfabetos entre otras cosas. El busco promover la inversión privada y
disminución de los subsidios; gracias a esto se generó la devaluación de moneda y congelación
de sueldos con un alza del costo de vida.
Todo esto fue la chispa necesaria para que el 19 de julio de 1977 la Confederación Nacional de
Trabajadores del Perú iniciara una huelga. Por esto el 28 de julio de 1977 Morales anuncia que
convocaría elecciones. No fue sino hasta el 18 de mayo de 1980 que se iniciaron elecciones
presidenciales quedando ganador Fernando Belaunde, que regreso de argentina después de que
muere Juan Velasco, dando así fin al Cuarto militarismo.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN
CICLO : V
- LA REPUBLICA ARISTOCRATICA
- LA OLIGARQUIA Y EL MILITARISMO
TARAPOTO-PERÚ