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I.

BASES ECONOMICAS DE LA REPUBLICA


1.1. El periodo del guano y del salitre

El capítulo de la evolución de la economía peruana que se abre con el descubrimiento


de la riqueza del guano y del salitre y se cierra con su pérdida, explica totalmente una
serie de fenómenos políticos de nuestro proceso histórico que una concepción anecdótica
y retórica más bien que romántica de la historia peruana se ha complacido tan
superficialmente en desfigurar y contrahacer. Pero este rápido esquema de interpretación
no se propone ilustrar ni enfocar esos fenómenos sino fijar o definir algunos rasgos
sustantivos de la formación de nuestra economía para percibir mejor su carácter de
economía colonial. Consideremos sólo el hecho económico.

Empecemos por constatar que al guano y al salitre, sustancias humildes y groseras, les
tocó jugar en la gesta de la República un rol que había parecido reservado al oro y a la
plata en tiempos más caballerescos y menos positivistas. España nos quería y nos
guardaba como país productor de metales preciosos. Inglaterra nos prefirió como país
productor de guano y salitre. Pero este diferente gesto no acusaba, por supuesto, un móvil
diverso. Lo que cambiaba no era el móvil; era la época.

El oro del Perú perdía su poder de atracción en una época en que, en América, la vara
del pioneer descubría el oro de California. En cambio el guano y el salitre -que para
anteriores civilizaciones hubieran carecido de valor pero que para una civilización
industrial adquirían un precio extraordinario- constituían una reserva casi
exclusivamente nuestra. El industrialismo europeo u occidental -fenómeno en pleno
desarrollo- necesitaba abastecerse de estas materias en el lejano litoral del sur del
Pacífico. A la explotación de los dos productos no se oponía, de otro lado, como a la de
otros productos peruanos, el estado rudimentario y primitivo de los transportes terrestres.
Mientras que para extraer de las entrañas de los Andes el oro, la plata, el cobre, el carbón,
se tenía que salvar ásperas montañas y enormes distancias, el salitre y el guano yacían
en la costa casi al alcance de los barcos que venían a buscarlos.

La fácil explotación de este recurso natural dominó todas las otras manifestaciones de la
vida económica del país. El guano y el salitre ocuparon un puesto desmesurado en la
economía peruana. Sus rendimientos se convirtieron en la principal renta fiscal. El país
se sintió rico. El Estado usó sin medida de su crédito. Vivió en el derroche, hipotecando
su porvenir a la finanza inglesa.

Esta es a grandes rasgos toda la historia del guano y del salitre para el observador que se
siente puramente economista. Lo demás, a primera vista, pertenece al historiador. Pero,
en este caso, como en todos, el hecho económico es mucho más complejo y trascendental
de lo que parece.

El guano y el salitre, ante todo, cumplieron la función de crear un activo tráfico con el
mundo occidental en un período en que el Perú, mal situado geográficamente, no
disponía de grandes medios de atraer a su suelo las corrientes colonizadoras y
civilizadoras que fecundaban ya otros países de la América indo-ibera. Este tráfico
colocó nuestra economía bajo el control del capital británico al cual, a consecuencia de
las deudas contraídas con la garantía de ambos productos, debíamos entregar más tarde
la administración de los ferrocarriles, esto es, de los resortes mismos de la explotación
de nuestros recursos.

Las utilidades del guano y del salitre crearon en el Perú, donde la propiedad había
conservado hasta entonces un carácter aristocrático y feudal, los primeros elementos
sólidos de capital comercial y bancario. Los profiteurs directos e indirectos de las
riquezas del litoral empezaron a constituir una clase capitalista. Se formó en el Perú una
burguesía, confundida y enlazada en su origen y su estructura con la aristocracia,
formada principalmente por los sucesores de los encomenderos y terratenientes de la
colonia, pero obligada por su función a adoptar los principios fundamentales de la
economía y la política liberales. Con este fenómeno -al cual me refiero en varios pasajes
de los estudios que componen este libro-, se relacionan las siguientes constataciones:
"En los primeros tiempos de la independencia, la lucha de facciones y jefes militares
aparece como una consecuencia de la falta de una burguesía orgánica. En el Perú, la
revolución hallaba menos definidos, más retrasados que en otros pueblos
hispanoamericanos, los elementos de un orden liberal burgués. Para que este orden
funcionase más o menos embrionariamente tenía que constituirse una clase capitalista
vigorosa. Mientras esta clase se organizaba, el poder estaba a merced de los caudillos
militares. El gobierno de Castilla marcó la etapa de solidificación de una clase capitalista.
Las concesiones del Estado y los beneficios del guano y del salitre crearon un
capitalismo y una burguesía. Y esta clase, que se organizó luego en el 'civilismo', se
movió muy pronto a la conquista total del poder".

Otra faz de este capítulo de la historia económica de la República es la afirmación de la


nueva economía como economía prevalentemente costeña. La búsqueda del oro y de la
plata obligó a los españoles -contra su tendencia a instalarse en la costa-, a mantener y
ensanchar en la sierra sus puestos avanzados. La minería -actividad fundamental del
régimen económico implantado por España en el territorio sobre el cual prosperó antes
una sociedad genuina y típicamente agraria-, exigió que se estableciesen en la sierra las
bases de la Colonia. El guano y el salitre vinieron a rectificar esta situación.

Fortalecieron el poder de la costa. Estimularon la sedimentación del Perú nuevo en la


tierra baja. Y acentuaron el dualismo y el conflicto que hasta ahora constituyen nuestro
mayor problema histórico.

Este capítulo del guano y del salitre no se deja, por consiguiente, aislar del
desenvolvimiento posterior de nuestra economía. Están ahí las raíces y los factores del
capítulo que ha seguido. La guerra del Pacífico, consecuencia del guano y del salitre, no
canceló las otras consecuencias del descubrimiento y la explotación de estos recursos,
cuya pérdida nos reveló trágicamente el peligro de una prosperidad económica apoyada
o cimentada casi exclusivamente sobre la posesión de una riqueza natural, expuesta a la
codicia y al asalto de un imperialismo extranjero o a la decadencia de sus aplicaciones
por efecto de las continuas mutaciones producidas en el campo industrial por los inventos
de la ciencia. Caillaux nos habla con evidente actualidad capitalista, de la inestabilidad
económica e industrial que engendra el progreso científico.

En el período dominado y caracterizado por el comercio del guano y del salitre, el


proceso de la transformación de nuestra economía, de feudal en burguesa, recibió su
primera enérgica propulsión. Es, a mi juicio, indiscutible que, si en vez de una mediocre
metamorfosis de la antigua clase dominante, se hubiese operado el advenimiento de una
clase de savia y élan nuevos, ese proceso habría avanzado más orgánica y seguramente.
La historia de nuestra posguerra lo demuestra. La derrota -que causó, con la pérdida de
los territorios del salitre, un largo colapso de las fuerzas productoras- no trajo como una
compensación, siquiera en este orden de cosas, una liquidación del pasado.

1.2. Guerra del Pacifico y la Reconstrucción Nacional

La Reconstrucción Nacional fue un periodo posterior a la Guerra del Pacífico entre las
guerras civiles de 1884 a 1885 y 1894 a 1895, donde la República Peruana inicia su
resurgimiento económico, político y social. Algunos autores lo ubican de 1883 (firma
del Tratado de Ancón) a 1895 (inicio del gobierno constitucional de Nicolás de Piérola),
que coincide con el periodo del Segundo Militarismo; otros lo extienden hasta 1919
(inicio del Oncenio de Leguía).

No resulta difícil imaginar el nivel de destrucción en que quedó la economía peruana al


final de la guerra. A esto se sumaba otro asunto: el país debía resolver una serie de
problemas anteriores al estallido del conflicto. El principal se refería al pago de la deuda
externa a los acreedores británicos. Desde la firma de la paz con Chile ellos presionaron
al Perú para que cancele los compromisos pendientes.

El problema es que el país no contaba con los recursos para el pago de la deuda. Además
requería urgentemente capitales para iniciar la reconstrucción sin la cual era imposible
cumplir con los acreedores británicos. La deuda ascendía a cerca de 51 millones de libras
esterlinas cuyo pago anual exigía casi dos millones y medio de libras, suma imposible
de reunir en aquellos años. Esta difícil situación condujo, como vimos hace días, al
gobierno de Cáceres a firmar el polémico Contrato Grace (1889) en virtud del cual el
Perú entregó a sus acreedores, a cambio del pago de la deuda, el control y administración
de sus más importantes recursos. A partir de ese momento un nuevo camino se abría para
las actividades del capital foráneo en el país. De este modo la clase política diseñó un
nuevo plan de desarrollo para el país: orientar los recursos naturales a la exportación.

Ahora la agricultura asumió el papel dinámico en la economía que el guano había


desempeñado unos años antes. De este modo los hacendados se transformaron en el
grupo dominante hasta 1919. En este período también se hizo presente el capital
norteamericano y se consolidó el modelo exportador que entraría en crisis cuando quebró
de la Bolsa de Nueva York en 1929. Como sabemos el Perú inició su etapa exportadora
en el siglo XIX con el guano y el salitre. La ineficacia de sus gobiernos y la Guerra del
Pacífico interrumpió bruscamente esta etapa. Ahora se iniciaría otra más larga que duró
desde la década de 1880 hasta después de la primera guerra mundial (1919).

En esta segunda etapa, los productos de exportación fueron más diversos. La sierra
proporcionó lana (de oveja y de alpaca), junto con minerales como plata, oro y cobre,
entre otros. La amazonía contribuyó con café, coca y caucho. Y la costa con azúcar y
algodón. Los precios de la mayoría de estos artículos aumentaron, con leves
fluctuaciones, en el mercado mundial, lo cual demostraba una creciente capacidad
productiva del país.

La agricultura: La agricultura de la costa quedó luego de la guerra reducida a un nivel


de subsistencia. Su recuperación fue muy dolorosa. No había crédito, la mano de obra
era escasa y la poca maquinaria que quedaba en funcionamiento era obsoleta. Había que
tomar medidas para revitalizarla. En primer lugar, conseguir créditos y facilidades para
que se formen empresas de irrigación, favorecer la inmigración de mano de obra y crear
institutos agrícolas.

En 1896 por iniciativa de un grupo de agricultores se fundó la Sociedad Nacional de


Agricultura. La intención era empujar al país en pro del desarrollo agrícola y canalizar
las demandas de los hacendados. Bajo sus demandas se introdujo, por ejemplo, la
enseñanza agrícola en nuestro medio al fundarse, en 1902, la Escuela Nacional de
Agricultura. También se iniciaron los estudios para combatir las pestes y enfermedades
de los cultivos de la costa. Remontándonos a los días que siguieron a la firma de la paz
con Chile, muchos hacendados habían abandonado los valles, especialmente en los del
departamento de La Libertad. Ya no existían las espléndidas casa-haciendas y las
adornadas capillas que durante tantas décadas caracterizaron la zona. También fueron
desapareciendo los pastos y campos de algodón y arroz que antaño se entreveraban con
los sembríos de caña.

Pero hacia la década de 1890 empezó a configurarse otro paisaje, más moderno aunque
menos bello. Desde las faldas de los Andes, todo visitante al valle de Chicama podía
contemplar un mar inmenso, casi ininterrumpido, de caña y chimeneas de negro
azabache que humeaban en un cielo siempre azul. Se trataba de nuevas y gigantescas
plantaciones industriales que concentraron la tierra en pocas manos.

La historia de los valles de La Libertad es simple. Las haciendas de los terratenientes


trujillanos fueron absorbidas por tres grandes empresas agrícolas: Casagrande, Roma y
Cartavio. Los Gildemeister (familia alemana), Larco (familia italiana) y la Compañía
Grace (empresa británica), sus propietarios respectivos, simbolizaban los nuevos
tiempos: inyección de capital extranjero y trabajo de los indios “enganchados” que
formaron el proletariado agrícola. El mercado internacional favorecía las exportaciones
de azúcar: en 1889 se exportaron 45 mil toneladas y hacia 1900, unas 50 mil hectáreas
estaban dedicadas al cultivo de la caña. El sorprendente desarrollo de Casagrande se
remonta a la década de 1870 cuando la firma Gildemeister y Co., propiedad del
inmigrante alemán Juan Gildemeister, quien compró varias haciendas, incluyendo
Casagrande, que se convirtió en el centro de sus operaciones azucareras. Cuando falleció
en 1898, Gildemeister había comprado 8 grandes haciendas azucareras y era el segundo
gran terrateniente del valle, después de la familia Larco.

Respecto al algodón, su exportación siguió en importancia a la del azúcar. Los


departamentos de mayor producción fueron Piura e Ica, dedicados al cultivo de “algodón
de hebra larga”; otras zonas de cultivo eran los valles ubicados al norte de Lima (Santa,
Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón). Los tipos de algodón que se cultivaban
eran: peruano, egipcio y, en menor cantidad, argeliano, Mitafifí y Sea Island. Su cultivo
cubría, en 1905, cerca de 20 mil hectáreas y daba ocupación a cera de 16 mil personas.
Pero los cultivos del “oro blanco”, como se le llamaba al algodón, estaban casi siempre
expuestos a la enfermedad del Wilt hasta que, en 1908, luego de infatigables trabajos,
Fermín Tangüis una planta resistente al Wilt que se hizo famosa en el mundo por su gran
calidad. Por su lado, el arroz era sembrado en Lambayeque donde existían haciendas con
molinos propios para su pilado. Este cultivo se orientaba básicamente al mercado interno
y una pequeña parte era vendida a Chile, Ecuador y Bolivia a través de los puertos de
Eten y Pacasmayo.

La minería y el petróleo: Hubo seria preocupación por dotar al sector minero de un


marco legal capaz de fomentar su desarrollo. Por ello, en 1890 se exoneró por 25 años a
la industria minera de todo impuesto. La ley benefició a los siguientes minerales: oro,
plata, cobre, cobalto, plomo, fierro, níquel, estaño, antimonio, azufre, carbón de piedra,
cinabrio y petróleo. También se exoneró de impuestos aduaneros a la importación de
maquinarias, útiles, herramientas y demás productos necesarios para su explotación
(dinamita, carbón, madera y azogue, entre otros). Otro hecho, esta vez de carácter
geoeconómico, se dio en 1892 cuando el Ferrocarril Central llegó a Casapalca y, al año
siguiente, a La Oroya. En 1904 la Peruvian Corporation lo hizo llegar hasta Cerro de
Pasco. También se fundó la Sociedad Nacional de Minería con el propósito de
representar y fomentar los intereses de la industria minera. Y para coronar este esfuerzo
nacional por el sector minero, en 1901 empezó a regir el nuevo Código de Minería,
inspirado en principios liberales, que reformó radicalmente al sector y permitió el
sorprendente desarrollo que alcanzó la minería en los primeros años del siglo XX.
Mientras que la minería colonial se había concentrado en los metales preciosos, el nuevo
despegue minero respondió a las necesidades (principalmente de cobre) de la industria
europea y norteamericana. En este sentido, al igual que en la agricultura costeña, los
empresarios peruanos demostraron capacidad para responder las demandas del mercado
mundial. Sólo entre 1896 y 1899 se invirtieron casi 13 millones de dólares en este sector.
Parte de este capital provenía de los propios mineros que habían alcanzado éxito el resto
se reunió entre los hacendados y comerciantes limeños. Hasta 1900 se puede hablar de
una “pequeña minería” donde destacan los esfuerzos de estos empresarios peruanos Es
la época heroica de las exploraciones, los estudios y los experimentos arriesgados
financiados con un pequeño porcentaje sus ahorros.

El petróleo, por su parte, era conocido ya desde los tiempos virreinales. Desde finales
del siglo XVII el padre José de Acosta informaba que existía un manantial de brea al que
se le llamaba copé y que era utilizado por los marinos para alquitrar sogas y aparejos, o
para pintar sus embarcaciones. Luego, en 1863 A.E. Prentice realizó la primera
perforación en el país en un lugar llamado Caña Dulce en la costa de Zorritos. A partir
de 1890 se explotó sistemáticamente el petróleo de Piura donde la Lobitos Oil Company
desarrolló la extracción en los yacimientos de la Brea y Pariñas. Según algunas cifras,
en 1892 eran 30 los pozos abiertos ubicados casi todos en la zona de Negritos; su
producción era de 500 mil litros de petróleo diarios. En 1890 los yacimientos de la Brea
y Pariñas rindieron poco más de 8 mil barriles y 10 años más tarde su producción anual
sobrepasaba los 200 mil barriles. (Penagos, s.f.)

1.3. La consolidación de la deuda

El 16 de marzo de 1850, el régimen de Ramón Castilla aprobó la ley de “consolidación”


de la deuda interna, que consistió en el pago de las deudas acumuladas por el Estado
desde las guerras de independencia, incluyendo los años del caudillismo militar, en favor
de los acreedores nacionales. La medida reconocía como créditos contra el Estado todos
los préstamos otorgados voluntariamente o no, en especies o en dinero, efectuados por
cualquier autoridad a personas o familias desde 1820. La operación significaba el final
de tanto tiempo de frustración en reclamar dinero a un Estado prácticamente sin tesoro
hasta la década de 1840.

Ahora quedaban dos posibilidades: pagar a la más amplia variedad de acreedores,


incluso buscando favorecer directamente a quienes tenían menos recursos, o pagar a una
minoría valiéndose de los mecanismos políticos. Lamentablemente, se buscó la segunda
y comenzaron a formarse rápidamente verdaderas fortunas a costa del erario público. En
suma, el pago de la deuda interna pudo ser el instrumento para incrementar la circulación
monetaria y para democratizar el crédito; hubiera permitido, por otro lado, que algunos
personajes accedieran a la clase alta o que, cuando menos, se ampliaran los sectores
medios.

El escándalo empezó a desatarse cuando, al finalizar el primer mandato de Castilla en


1851, la deuda consolidada alcanzaba los 5 millones de pesos. Según el propio Castilla,
el monto total de la deuda no podía sobrepasar los 6 o 7 millones de pesos. Pero el
siguiente gobierno, el del general Echenique, reconoció más de 23 millones de pesos en
vales. Una comisión investigadora señaló, en 1853, que los créditos reconocidos por el
gobierno de Echenique llegaban a más de 19 millones de pesos en bonos, de los cuales
12 millones eran fraudulentos. Precisamente uno de los efectos sociales de estos malos
manejos fue el alzamiento popular de 1854 liderado por Castilla para derrocar a
Echenique.
Lo interesante es que ha quedado una gran variedad de documentos que revelan la
profunda crisis moral de la administración pública y la gran “imaginación” de los
beneficiados para, por ejemplo, alterar el monto inicial de su deuda falsificando firmas
y documentos. Incluso se llegó a tal grado de abusos que se falsificaron las firmas de
San Martín y Bolívar para cobrar supuestos préstamos levantados entre 1821 y 1826.

Si se revisa la lista de los “consolidados” se advierte que fueron los grandes comerciantes
los que presionaron exitosamente para el pago de sus vales. Estrictamente, el 60% de los
consolidados eran comerciantes y el 36% funcionarios públicos entre civiles y militares.
Fue una minoría que no excedió las 50 personas y entre ellas no figuraba precisamente
gente de escasos recursos.

También se ve con facilidad que detrás de todo esto se jugaban intereses de personas
vinculadas por relaciones de clientelaje con los gobiernos de la época. Esto lo demuestra
el caso de la revolución de Castilla en 1854: al parecer el Mariscal se sublevó contra
Echenique por los manejos turbios de la consolidación, pero una vez en el poder efectuó
procedimientos similares con las personas que lo apoyaron. De este modo, la efigie de
Castilla, tantas veces glorificada, queda un tanto devaluada.

De otro lado ¿qué hicieron estos personajes con el dinero recibido? Unos lo invirtieron
en agricultura; otros presionaron al Estado para beneficiarse con el negocio de guano
convirtiéndose en consignatarios nacionales, reclamando su condición de “hijos del
país”; y los demás lo derrocharon, sin invertir en industria, imitando el estilo de vida de
la burguesía europea.

En síntesis, el pago de la deuda interna no contribuyó a impulsar el capitalismo o la


modernización del país, sino, por el contrario, acentuó la desigualdad económica y
social. Aún más: produjo una peligrosa ruptura entre el Estado y sus ciudadanos. En
efecto, los sectores medios y populares no se limitaron a espectar pasivamente el “festín”
de los bonos. En su contra se escribieron libros y apareció toda una literatura
contestataria, muy agresiva, con ciertas analogías a las revoluciones europeas de 1848.
Hubo alzamientos de Lima y Arequipa. Un ejemplo claro fue la comedia de Manuel A.
Segura llamada El Resignado, en la que se recuerda el saqueo de una residencia limeña
a los gritos de “¡Mueran los consolidados! ¡Viva la libertad!”

1.4. Origen de la corrupción

Corromper significa dañar, alterar, echar a perder, viciar, pervertir. Cambiar el propósito
originario de una cosa, que deviene en algo negativamente considerado por la moral
social. Siguiendo ese sentido la definición actual, generalizada entre los expertos en la
materia, la corrupción es el uso de la posición y el poder públicos para fines ilegítimos,
inmorales, ilegales o diferentes a lo formalmente establecido.

Creemos que, para una más exacta definición, se debe tener en cuenta, un sentido laxo
de lo que corresponde a lo público. Pues lo público no necesariamente es un ministerio
de gobierno de una nación que debe decidir el destino de los fondos encomendados por
su pueblo. Público también es la dirección de un gremio o un sindicato, o el accionar de
una empresa de servicios públicos, aunque sea una empresa privada.

Es decir, todas aquellas funciones y estructuras que tienen que ver con lo público y la
política. Esto es, el bien común, la cosa pública, sino de "todos", por lo menos de "los
muchos".
En el Perú hemos sido testigos de cómo la corrupción tomó el poder y se convirtió en un
sistema. Diez años de gobierno corrupto en manos de una red que tenía todo el poder
han bastado para casi destruir el sistema democrático y la gobernabilidad. El Perú se
convirtió, de esta manera, en un ejemplo más de lo que significa la corrupción cuando
está en el poder y se convierte en parte del sistema, pudriendo todos los niveles de la
sociedad. Pero nuestro país no es el único que ha sufrido este tipo de problemas y, lo que
es más, cada vez se hace más visible que la corrupción está tomando mucha mayor fuerza
para convertirse en un fenómeno de naturaleza trasnacional

Vivimos en una cultura de la corrupción y en una sociedad enferma, en considerable


medida, caracterizadas por hábitos, mentalidad y renuencia a las leyes válidas y
creativas. Existe una anomia que no es por no diferenciar el bien y el mal, pues estos
están suficientemente diferenciados, sino que algunos eligen el mal porque da mejores
dividendos. De ahí que el pueblo los vea con sentimientos ambivalentes: por un lado
rechaza, critica y no está de acuerdo con el delito, pero por otro envidia lo logrado por
estos al querer tener lo que ellos han conseguido y viéndose en su pobreza no solamente
externa sino interna, se identifican con estos e incluso están listos a formar parte de esta
mafia o ser cómplices de ella. La corrupción envuelve a una considerable mayoría,
víctima de la incultura, ignorancia y desdén, así como a elementos de las clases
dominantes que prefieren mantener al pueblo limitado y excluido. El estilo de vida
estaría inclinado por métodos ilícitos considerados naturales. Se llega a medir el ingenio
para burlar la ley, la falsificación es expresión de la descomposición en el
comportamiento. Hay una parte de la sociedad que no le interesa que los actos de
corrupción continúen a condición de que los dictadores les confieran favores y
privilegios.

La corrupción en el Perú y países latinoamericanos aparece con la invasión y conquista


española, (1532) en donde la clase política dominante y gobernante es corrupta,
dejándonos caudillistas, jefes, cúpulas militares, cúpulas religiosas y no Líderes
honestos, patriotas, capaces. La sociedad peruana tiene raíces pasadistas y es cultivadora
del pasado, lo cual es muy honroso, pero existe muy poca valoración del futuro.
Convirtiéndose en depredadores del futuro (Harina de Pescado, el Guano, etc.)

El poder reside y emana del pueblo, ante la falta de una adecuada educación cívica
patriótica, filosófica, ideológica, ética moral, etc. renovación de la sociedad apoyada en
valores éticos, en principios como el de la democracia del pueblo, como la defensa de
los derechos humanos, como el valor del medio ambiente Genera la ausencia de
ciudadanos capaces de sentirse sujeto de derechos y de obligaciones, de actuar, exigir y
de cumplir como tal, actuando con indiferencia ante el autoritarismo, ante esto se
aprovechan la Clase política que ve al Estado como fuente de riqueza, clase política que
ante la oportunidad de realizar la Reforma Constitucional, clama por la Asamblea
Constituyente, como si los nuevos congresistas serían los sabios idóneos para tal
finalidad.

Donde es notorio que se apegan a su Ley, y no a la Justicia. Su ley de hierro de la


oligarquía partidaria: quienes están en el poder van a tratarse de mantenerse en él,
arbitrando todo tipo trabas para impedir la renovación. Que no forman dirigentes o
líderes, no forman cuadros, ni organizan al pueblo. No tienen vinculación con el pueblo.
Recordemos el desborde popular en la marcha de los 4 suyos. Con participación del
sector sindical, empresarial y político. (Flores, s.f.)
II. LA REPUBLICA ARISTOCRATICA

Fue el célebre historiador peruano Jorge Basadre, quién definió el período entre 1895 y
1919, como la época de la República Aristocrática, caracterizada por:

- Una época en la que se ordenó la economía del Perú posterior a la Guerra con
Chile.
- El gobierno casi continuo de Presidentes pertenecientes al Partido Civilista.
- El período de la llegada al Perú de las grandes empresas e inversiones extranjeras.
- Un sistema donde los altos cargos del Estado estuvieron reservados para los
hombres más ricos del Perú.
- La época donde se privilegiaba la cultura europea y se creía que la cultura andina
era atrasada y debería ser eliminada.

En la época de la República Aristocrática, los gobernantes eran experto en el manejo


económico sin embargo miraban con desprecio las costumbres andinas o amazónicas.
En esa sociedad el quechua era considerado una lengua "vergonzosa" y la cultura andina
era despreciada por los altos círculos limeños a la vez que se admiraba y fomentaba las
artes; y la cultura llegada de Francia o Inglaterra

Gobernantes de la republica aristocrática

 Nicolas de Pierola (1895-1899)

Establece la libra peruana de oro y el Estanco de la sal. Se da gran apoyo a la fundación


de instituciones crediticias y financieras.

Se funda la escuela militar de Chorillos y se establece el servicio militar obligatorio.

 López de Romaña (1899 – 1903)

Se estimuló de inversión norteamericana en minería con la cerro de pasco Minning


Company. Se promulgaron los códigos de minería, comercio y aguas. Se inició la
construcción del ferrocarril La oroya – Cerro de Pasco y se rompió relaciones
diplomáticas con Chile.

 Manuel Cándamo (1903 – 1904)

Gobierna después de salir elegido por el partido civil. Propone un gran proyecto de
construcción de ferrocarriles. No culminó su periodo presidencial.

 José Pardo y Barreda (1904 – 1908)

Se produce la gran movilización social de obreros con la federación de panaderos


“Estrella del Perú”. Se crean escuelas nocturnas y se construye el ferrocarril La Oroya –
Huancayo. Se construye la cripta de los Héroes.

 Primer Gobierno de Augusto B. Leguía (1908 – 1912)

Enfrentó para llegar al poder a los pierolistas del partido demócrata. Impulso la
colonización de la selva. Se promulgo la primera ley de Accidentes de Trabajo. Los
problemas limítrofes se dieron en todas las fronteras (Bolivia, Ecuador, Brasil Chile y
Colombia).
 Guillermo Billinghurst (1912 – 1914)

Se consiguió las 8 horas de jornada laboral para los trabajadores del Muelle del Callao,
se reglamentó el derecho a huelga. Ante la ola de huelgas los civilistas optarón por el
golpe militar con Oscar Benavides (1914 – 1915).

 Segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915 -1919)

Rompió relaciones con Alemania en el marco de la Primera Guerra Mundial. Se produjo


el levantamiento campesino de Rumi Maqui. Se dio el arbitraje internacional del asunto
de la Brea y Pariñas.

Se elevaron las exportaciones. Se establecio a nivel nacional las ocho horas de trabajo.
Cáceres apoyó el golpe de estado de Leguía.

2.1. El movimiento obrero

Durante la República Aristocrática empezó a crecer el proletariado obrero reunido


en sindicatos con una ideología anarquista. Las reivindicaciones obreras eran sencillas
todavía y podían resumirse en dos: el abaratamiento de las subsistencias y la jornada de
ocho horas de trabajo.

Según Sulmont (1982), esta etapa de formación del movimiento obrero (1890-
1930) tiene como antecedentes: el auge de la economía de exportación (guano y salitre),
la penetración del capital británico y estadounidense, la incipiente manufactura de
bienes de consumo inmediato (harina, jabones, velas, fósforos, cigarros, tejidos de
algodón y lana, etc.), y las organizaciones de ayuda mutua (gremios y mutuales).

La modalidad de lucha de los obreros durante esta primera etapa de su formación fueron
las huelgas, paros y protestas violentas, acordadas en los congresos obreros convocados
por las asociaciones de trabajadores lideradas por la Federación de Obreros Panaderos
“Estrella del Perú” que fue el eje centralizador de las luchas obreras (Sulmont 1982:19).

Entre las principales asociaciones de este periodo encontramos a la Federación de


artesanos, la Federación Obrera Marítima y Terrestre del Callao, la Federación
Obrera Regional Peruana, la Unión de Trabajadores de Tejidos (conformada por
los sindicatos de todas las grandes fábricas textiles de Vitarte y Lima), la Unión General
de Jornaleros y la Federación

2.1.1. Origen

El movimiento obrero tiene su origen entre el siglo XVII y XVIII, cuando surgen las
primeras agrupaciones de tejedores y artesanos ingleses, estos se reunían en
hermandades o cofradías, tomando el modelo de gremio medieval. Durante estas
cofradías los trabajadores se reunían para apoyarse entre ellos con respecto a las mejoras
dentro de las condiciones laborales, puesto que para la época no había problemas con
respecto a la industrialización.

De estas cofradías surge el primer acto de ludismo, debido a que los trabajadores no se
le reconocieron ciertos derechos, acabaron destruyendo unas máquinas que
consideraban los trabajadores estaba haciendo que el trabajo de los artesanos se viera
reducido siendo este el motivo de la disminución de sus pagos salariales.
Al primer grupo organizado de trabajadores se les dio el nombre societarismo, el cual
tenía como objetivo resistir al capitalismo y tenía además la particularidad del apoyo
mutuo entre sus integrantes y de sentido de rebeldía. La primera reacción que tuvo el
gobierno de Inglaterra fue prohibir estas agrupaciones de trabajadores, comenzándose
así las primeras persecuciones de los obreros rebeldes llevándolos a la clandestinidad.

2.1.2. Características

Las principales características del movimiento obrero son:

 Se caracterizan por sus métodos de luchas o protesta y su trabajo en equipo:


 Su ludismo y cartismo.
 Realizan diálogos y debates sociales.
 Buscan siempre una negociación colectiva para apoyarse entre ellos.
 Suele presentar actitudes rebeldes.
 Desacatan las órdenes de sus empleadores.
 Se establecen como un estrato social.
 Se agrupan por sindicatos.
 Realizan manifestaciones exigiendo sus derechos.
 Realizan paros o huelgas laborales.
 Además, siempre se les ha visto como un movimiento muy sufrido que busca
estar en la clandestinidad y la persecución del capitalismo y la política.

2.1.3. Consecuencias

Algunas consecuencias del movimiento obrero son las siguientes:

 Enfrentamientos contra los sistemas políticos.


 Repudio o rechazo de la sociedad por sus conductas anárquicas.
 Despidos colectivos por exigencias desorbitadas.
 Persecución por parte de los órganos de seguridad del estado.
 Opresión por parte de los empleadores debido a sus actitudes e ideología
política. (Calderón, s.f.)

2.1.4. Movimiento social

 El levantamiento de Rumi Maqui

Este período se destaca como hemos mencionado anteriormente que no se percibe


una participación importante del gamonalismo en los poderes del Estado oligárquico
excepto en el Legislativo. En efecto, parece como si el Congreso hubiera sido el
punto de encuentro entre ambas fuerzas (oligarquía y gamonalismo) y el lugar
donde podían hacerse las concertaciones entre ellos. Dichas concertaciones pueden
resumirse en lo siguiente: el Estado oligárquico no se entrometía en los asuntos de los
gamonales serranos, dejándolos como las únicas autoridades fácticas de sus
provincias, y los gamonales por su parte no ocasionaban mayores problemas a los
oligarcas costeños, es decir nunca se atrevieron a desafiar al Estado oligárquico con
actitudes caudillescas e incluso mantuvieron a raya a los campesinos indígenas de sus
respectivas regiones. Esto generó un periodo de estabilidad política que permitió a
los oligarcas disfrutar del crecimiento económico experimentado durante la República
Aristocrática.
Sin embargo, sucedió un raro episodio violento el Estado oligárquico tuvo que afrontar
en la sierra, fue el levantamiento campesino de Rumi-Maqui (Teodomiro Gutiérrez
Cuevas, 1915) en Puno, cuyo objetivo era “restaurar el Tahuantinsuyo”, y que
terminó tan rápido como empezó.

2.1.5. La lucha del movimiento obrero

 La jornada de las ocho horas

En 1919, los días 13, 14 y 15 de enero hubo un paro exigiendo la jornada de las ocho
horas, organizado por la Federación Obrera Local, a la cual se unieron la Federación de
Artesanos, la Federación de Estudiantes del Perú y otras organizaciones. Se
constituyó un Comité Central Ejecutivo del Paro General. El presidente José Pardo, a raíz
de este paro general, acabó por ceder y emitió el decreto reconociendo la jornada
de ocho horas (15 de enero de 1919). La obtención de esta importante reivindicación
marca la culminación de un amplio movimiento de organización y lucha, en el que
el proletariado se constituyó como fuerza social, con conciencia y capacidad de
dirección autónoma frente a las demás clases sociales. También esta conquista permitió
el avance de la centralización sindical, pues se constituyó la Federación de
Trabajadores de Tejidos del Perú. Sin embargo, la obtención del reconocimiento
de la jornada de ocho horas significó un entrampamiento para el anarco-
sindicalismo (Sulmont 1982:22-23) que años después, durante el Oncenio y el
Tercer Militarismo, sería reemplazado por las nuevas ideologías: socialismo y aprismo.
(2012)

2.2. La reforma universitaria

La llegada del siglo XX y el ingreso del capitalismo imperialista en nuestra economía,


significaron grandes cambios, en el aspecto social, para la universidad peruana reducida
a San Marcos y algunas en provincias

. A principios del año universitario de 1919 unos estudiantes (Jorge Guillermo Leguía,
Manuel G. Abastos, Ricardo Vegas García, José León y Bueno, Eloy Espinoza Saldaña,
Jorge Cantuarias y Jorge Basadre) agrupados alrededor de la figura descollante de Raúl
Porras, llevaron a cabo el “Conversatorio Universitario”, o sea, la primera visión crítica
de la historia peruana hecha en ese siglo y colectivamente organizada en San Marcos; la
organización de los comités de reforma y del Comité General de la Reforma
Universitaria, que lideraron el movimiento; y, finalmente, la transformación de la
Federación de Estudiantes del Perú, bajo la dirección de Haya de la Torre, una vez
terminado el movimiento de reforma, en un espacio político moderno.

Ese grupo sería después conocido como la Generación del Centenario. Puesto que esta
generación ha sido descrita como aquella cuyas acciones e ideas le dieron forma al Perú
del siglo pasado. “La chispa de la agitación es casi siempre un incidente secundario; pero
la fuerza que la propaga y la dirige viene de ese estado de ánimo, de esa corriente de
ideas que se designa -no sin riesgo de equívoco- con el nombre de "nuevo espíritu"”, cita
Mariategui.

 Grito de Reforma

El 28 de junio de 1919 los estudiantes reunidos en asamblea eligieron un Comité


encargado de coordinar el movimiento de Reforma Universitaria. Los estudiantes
buscaban reformular la enseñanza así como renovar la plana docente de la Universidad.
A principios de agosto, bajo una huelga general, el Comité de Reforma presentó las
demandas estudiantiles al rector José Pardo y Barreda. En él se leía: "Por vez primera
los universitarios hablan al país en nombre de la cultura”.

El movimiento de la Reforma tenía lógicamente que atacar, ante todo, esta estratificación
conservadora de las Universidades. La provisión arbitraria de las cátedras, el
mantenimiento de profesores ineptos, la exclusión de la enseñanza de los intelectuales
independientes y renovadores, se presentaban claramente como simple consecuencia de
la doctrina oligárquica. Estos vicios no podían ser combatidos sino por medio de la
intervención de los estudiantes en el gobierno de las universidades y el establecimiento
de las cátedras y las asistencias libres, destinadas a asegurar la eliminación de los malos
profesores a través de una concurrencia leal con hombres más aptos para ejercer su
docencia.

Las demandas estudiantiles se fundamentaron, como cita Jorge Basadre, en el anhelo de


mejoramiento y modernización de la enseñanza y propugnaron en la participación en el
gobierno de las universidades, la docencia libre, el derecho de tacha, la supresión de la
lista, la libertad de enseñar y la creación de seminarios y de becas para estudiantes
pobres.

La reforma de 1919 fue, aparte de un estallido de clases medias en la población


estudiantil, una demanda clamorosa por una enseñanza mejor, una protesta ostensible
contra lo que entonces se calificó como “esclerosos de la docencia”. Sus postulados
principales afirmaron la necesidad de elevar el nivel de la docencia y de atraer a los
jóvenes hacia la ciencia y la cultura.

Hasta ese entonces, la Universidad tenía una instrucción medieval y monástica,


retrógrada e indiferente a la vida, sujeta a la enseñanza tradicional. Se regía por
académicos ineptos en todos los sentidos. Era una universidad cerrada cuando las
circunstancias ya estaban cambiando en el mundo y en nuestro propio país. Así, la
manifestación estudiantil reunida el 4 de septiembre, bajo el grito de los principios que
clamaban, terminó en la Plaza de Armas para entregar al presidente Leguía un memorial
que solicitaba su intervención en el conflicto. Leguía había sido elegido “Maestro de la
Juventud” en 1918 y había manifestado simpatías hacia la reforma al asistir el 1º de
agosto a la ceremonia de inauguración de la nueva directiva de la Federación de
Estudiantes.

 Lo que se logró

La manifestación estudiantil se había hecho sentir en todos los estratos sociales y había
despertado el interés en intelectuales, políticos y artistas. Asimismo debido a la relación
existente entre la universidad y la producción cultural el movimiento de la Reforma
Universitaria ha impactado de tal modo en las formas y contenidos del arte y la ciencia,
que es posible, para muchos, considerarla como un movimiento cultural.

Los reclamos tuvieron aceptación. Grande fue la trascendencia del decreto del 20 de
setiembre de 1919 firmado por el presidente Leguía y el ministro de educación Arturo
Osores. Este decreto estableció cátedras libres en las facultades con aprobación del
concejo universitario, ordeno que los delegados elegidos por los alumnos formaran parte
del Concejo Universitario.

Un proyecto de ley presentado en la Asamblea Nacional el 9 de octubre resultó aprobado


con ligeras modificaciones ese mismo día y se convirtió en la ley 4002. En ella se
declaraba la vacancia de las cátedras con enseñanza deficiente, con la cual se dio validez
a las tachas estudiantiles, pero con ciertas condiciones. Pues así pudo lograrse los
principios fundamentales de la Reforma Universitario: autonomía universitaria,
cogobierno, extensión universitaria, libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre,
entre otros logros importantes.El movimiento reformista, entonces, tuvo importantes
consecuencias en la legislación, formas de gobierno, concepción de la docencia, la
didáctica, pero sobre todo en la definición de las relaciones de la universidad con la
sociedad y con el Estado. Así, la Reforma Universitaria ha puesto de manifiesto la
necesidad de precisar el rol de la universidad con el fin de que esta atienda las
necesidades y problemas de la sociedad en que se encuentra inserta. (Delacroix, s.f.)

2.3. Gobierno de Leguía

El oncenio de Leguía, fue un gobierno que dejó profunda huella en nuestra historia del
siglo XX. Este gobierno se resume en entreguismo total al capital extranjero y con los
países vecinos, corrupción a niveles extremos, atropello de las instituciones del Estado
y autoritarismo.

Con este gobierno el Perú se convirtió en satélite del capital de EE.UU., ante la crisis del
capitalismo inglés después de la Primera Guerra Mundial. Esta condición de
dependencia de EE.UU. que se mantiene hasta este siglo XXI.

Augusto B. Leguía inspira a los gobernantes de nuestro país, hacia un autoritarismo y


permanencia en el poder; Leguía inspira a los gobernantes a anular las propuestas y
organizaciones no acólitas a su persona y gobierno; inspira a hacer obras sin importar
los medios ni los costos, sólo el “quedar bien”. Al final Leguía cayó por su torpe política
económica basada en la “adicción” a los préstamos usureros de la banca de EE.UU. que
hizo del Perú un país débil ante las fluctuaciones del capitalismo mundial.

Concepto

El oncenio fue una etapa de nuestra historia donde se estableció una dictadura cívica
dirigida por Augusto B. Leguía, cuyo gobierno favoreció la penetración de capitales de
EE.UU. en nuestra economía haciéndolo dependiente de la banca de EE.UU. Los
civilistas fueron desplazados del poder político.

1. Economía

Los rasgos economicos más importantes del Oncenio de Leguía fueron:

 El gradual, pero contundente desplazamiento del capital británico por el


norteamericano, que si bien se inició con la fuerte inversión en la Cerro de Pasco
Corporation durante el gobierno de López de Romaña, alcanzo su apogeo con el
oncenio de Leguía.
 La consolidación de los enclaves o concesiones de nuestro territorio y soberania
a empresas extranjeras para que exploten nuestros recursos naturales. La entrega
a perpetuidad de los ferrocarriles según la ley 6281 de noviembre de 1924. La
dictadura descarto el acuerdo de concesión por 66 años de nuestros ferrocarriles
a la Peruvian Corporation y le concedio para siempre la administración.
 El abuso del endeudamiento externo promocionado por EE.UU. que necesitaba
expandir sus áreas de inversión, incluso indirecta (empréstitos a gobierno) sin
preocuparse de la productividad de los proyectos financiados por el gobierno
sino de la colocación- interés y garantías.
 La injerencia creciente del gobierno norteamericano y sus técnicos en diferentes
aspectos de la vida nacional durante el Oncenio de Leguía.
 Presiones de la banca privada principalmente extranjera cuyos intereses
prevalecieron para la creación del Banco de Reserva del Perú el 9 de marzo de
1922 sobre el molde del Federal Reserve Bank de EE.UU. En el directorio del
Banco de Reserva se acreditarón 10 directores: 7 de la banca privada en especial
extranjera y 3 del estado.

2. Política

Como recordamos Leguía ocupó la presidencia durante la República Aristocrática


(1908- 1912) con el apoyo civilista de José Pardo, de quien fue ministro de hacienda. En
1919 Leguía canceló la República Aristocrática, derrocando al mismo José Pardo. La
crisis de la República Aristocrática era insalvable, no solo por las consecuencias de la
Primera Guerra Mundial cuya marejada produjo una gran inflación y la protesta del
Movimiento Obrero que arrancó de José Pardo las célebres leyes obreras. Los obreros,
los empleados, los militares de mediana o baja graduación, artesanos, comerciantes y
empleados públicos descontentos encontraron su esperanza en la candidatura de Leguía
para las elecciones de 1919.

El 18 de Enero de 1920 Augusto B. Leguía promulgó la constitución de 1920 para darle


el marco jurídico a su gobierno que luego ha de llamar la “Patria nueva”

El congreso promulgó el 18 de setiembre de 1923 la enmienda de la constitución para


permitir la reelección de Augusto B. Leguía para 1924 como su segundo mandato
consecutivo, también en 1927; al acercarse la culminación de 5 años constitucionales
volvió a presionar al congreso, tenía “mayoría”, para promulgar la ley 5857, que
modificó la constitución de nuevo permitiendo una reelección indefinida. Según los
legistas, era preciso un hombre extraordinario; los gobernantes mediocres no
permanecen en el poder.

Leguía se hizo reelegir en agosto de 1929 como presidente para un tercer periodo
presidencial hasta 1934, pero fue derrocado en 1930 por Luis M. Sánchez Cerro.

3. Fin del oncenio de A. B. Leguía

La caída del oncenio se produjo rápidamente como consecuencia de la crisis mundial del
capitalismo, especialmente el norteamericano que se evidenció con la quiebra de la bolsa
de Valores de Nueva York (24 de octubre de 1929) en el “Jueves negro”. La caída de las
acciones y la liquidación de importantes transnacionales arrastró a sus sucursales en
Latinoamérica. No se vendían más nuestras materias primas o los precios cayeron
estrepitosamente. En la caída del oncenio también se paralizaron las obras públicas y las
actividades en los enclaves de provincias, generándose un desempleo inmenso: minería,
migraciones a Lima, protestas, actividades subversivas, etc.

La dictaduras pro-EE.UU. en Latinoamérica cayeron en serie: Hernando siles en Bolivia;


Carlos Ibáñez en Chile; Washington Luis en Brasil; Hipólito Irigoy en Argentina; etc. y
en el Perú Leguía.

El 22 de agosto de 1930 se sublevó el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, antiguo


defensor del civilismo en Arequipa.

Leguía fue apresado y conducido a la prisión de San Lorenzo y luego a la clínica Naval
de Bellavista, donde escribió sus memorias Yo Tirano, Yo ladrón y murió el 6 de febrero
de 1932. Tenía 69 años, de los cuales 15 ocupó la presidencia. (Historia del Perú, s.f.)
2.4. Polémica Haya Mariátegui

Ante la crisis del anarcosindicalismo para el movimiento obrero y popular quedaron


abiertas dos alternativas: aprismo o socialismo. La controversia entre Víctor Raúl Haya
de la Torre y José Carlos Mariátegui, representantes más connotados de cada una de esas
tendencias, no ha perdido actualidad y gravita profundamente en la vida política presente
de nuestra sociedad.

Mariátegui colaboró con Haya de la Torre y el APRA (fundada en México, 1924)


mientras esta organización se mantuvo como frente único, como alianza popular de
clases oprimidas. Pero cuando en 1928, Haya decidió transformarlo en partido.
Mariátegui deslindó abiertamente con el fundador del aprismo y su propuesta política.
Debemos decir, en honor a la verdad, que las diferencias se venían incubando desde
antes; el cambio del APRA de frente a partido fue el detonante de la polémica, de la
confrontación, en ese entonces, del reformismo con la revolución representada por José
Carlos Mariátegui.

Lo sustancial de la polémica Haya-Mariátegui puede resumirse en lo siguiente:

Haya de la Torre consideraba que en América Latina el imperialismo es la primera fase


del capitalismo, en la medida que en países como el Perú el capitalismo no había nacido
como producto de un desarrollo interno sino por influjo del capital imperialista.
Siguiendo con su análisis, Haya hacía notar que el capitalismo peruano era incipiente y
que la clase obrera estaba poco desarrollada: era numéricamente reducida, no educada y
se encontraba dispersa. Además decía Haya, era una clase que no tenía mucho interés en
enfrentarse con el capital imperialista porque éste le proporcionaba mejores condiciones
de trabajo que los empresarios del país.

Las clases medias, en cambio, nada recibían del imperialismo y eran las más explotadas.
En resumen, para Haya, el proletariado peruano no estaba capacitado para organizarse,
por sí mismo como clase, ni para tener su propio partido y, mucho menos, para ser
vanguardia de la revolución. Por el contrario, eran las clases medias, consideradas más
progresistas y revolucionarias, las llamadas a encabezar la revolución antiimperialista y
a convertirse en burguesía nacional.

El espacio y el tiempo del Perú así lo determinaban. Las clases medias eran las más
numerosas, las más instruidas y las más explotadas, por tanto, según Haya, debían ser la
vanguardia de la revolución.

En consecuencia con lo anterior, proponía un partido pluriclasista conformado por


obreros, campesinos y clase media, con hegemonía de ésta última. No proponía construir
una sociedad socialista, sino una sociedad en transición con un estado antiimperialista
cuyo régimen económico de base estaría conformado por la empresa privada, por las
cooperativas y por el capitalismo estatal. Con esto se buscaba superar la feudalidad,
desarrollar el país y lograr la autonomía nacional. Haya decía que el imperialismo tenía
un lado malo: era opresor; y un lado bueno: brinda capitales, desarrollo y progreso.

Mariátegui, por su parte, argumentaba que las clases medias no pueden ser
consecuentemente antiimperialistas y, mucho menos, pueden ser clases dirigentes del
partido y de la revolución en el Perú. Si acaso alguna vez tomarían el poder, eso no
significaría la llegada del socialismo, menos la conquista del poder por el proletariado.
Además, una política meramente antiimperialista no era suficiente porque no anulaba el
antagonismo de clase, sólo el socialismo garantizaba una valla definitiva a la rapiña
imperialista.
Mariátegui proponía un partido de clase; consideraba que la clase obrera y los
trabajadores en general sí están en capacidad de organizarse políticamente y ser la base
de una fuerza socialista, que tendría que crecer a medida que se desarrollaba la
conciencia de clase proletaria y avanzaba la transición del feudalismo al capitalismo en
la sociedad peruana. La revolución no sólo tendría una dimensión antiimperialista sino
antifeudal, paso previo para sentar las bases del socialismo en nuestro país. Con gran
claridad y visión otorgó especial importancia al problema indígena y a la fuerza
revolucionaria del campesinado. Trabajó para sentar las bases de la alianza obrero-
campesina en el Perú.

III. LA OLIGARQUIA Y EL MILITARISMO


3.1. LA OLIGARQUÍA

En la ciencia política es una forma de gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas
pocas personas, generalmente de la misma clase social. Los escritores políticos de la antigua
Grecia emplearon el término para designar la forma degenerada y negativa de aristocracia
(etimológicamente, gobierno de los mejores). Estrictamente, la oligarquía surgirá cuando la
sucesión de un sistema aristocrático se perpetúe por transferencia sanguínea o mítica, sin que las
cualidades éticas y de dirección de los mejores surjan por mérito propio, esta definición muy
cercana a la de monarquía y más todavía a la de nobleza.

De acuerdo al Diccionario de la lengua española, en su avance de la 23ª edición, la oligarquía


tiene dos definiciones: forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo
minoritario; y grupo reducido de personas que tiene poder e influencia en un determinado sector
social, económico y político.

A lo largo de la historia, las oligarquías han sido a menudo tiránicas, confiando en la obediencia
pública o la opresión para existir. Aristóteles fue pionero en el uso del término como sinónimo de
dominio por los ricos, para el cual otro término comúnmente utilizado hoy en día es la plutocracia.

A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de países de América Latina, en el Perú, el proceso


oligárquico se inició tardíamente, y por ello nuestro país tuvo a la oligarquía más duradera del
continente, pues debemos recordar que fue el Gobierno de Velasco Alvarado (recién a fines de
los sesenta) el que terminó por quebrarle el espinazo a la oligarquía nacional (Pease García). No
obstante ello, podemos dividir al proceso oligárquico peruano en tres grandes etapas (Corvetto
Salinas):

1) Primera etapa (1890-1930): la oligarquía ejerce hegemónicamente y de manera directa el


poder político (a través del Partido Civil) y económico.

2) Segunda etapa (1930-1968): la oligarquía ejerce el poder “desde el balcón”, es decir, conserva
su poder económico intacto, pero ejerce el poder político de manera indirecta, por intermedio de
caudillos civiles y militares a quienes apoya y financia. Recordemos que el gobierno de Augusto
B. Leguía se había encargado de liquidar políticamente al Partido Civil (el partido de los
oligarcas). Por eso se dice que la oligarquía en esta segunda etapa se vio obligada a gobernar
“desde el balcón”.

3) Tercera etapa (1968-1990): la oligarquía ha sido prácticamente extinguida, sin embargo,


muchas familias y grupos que la conformaron, lograron preservar ciertas cuotas de poder
económico que años más tarde les permitieron convertirse en actores del proceso político con
capacidad de presión y acción.
Características de la oligarquía en el Perú

Como ya lo señalara anteriormente, la oligarquía peruana fue la última en aparecer en nuestra


región. Así, en el caso de nuestro país, la oligarquía surgió a fines del siglo XIX durante el
gobierno de Nicolás de Piérola y estuvo formada por un grupo aproximado de 25 familias (la
oligarquía estaba compuesta por las familias limeñas que semana a semana socializaban en el
“Club Nacional”). Del mismo modo, nuestra oligarquía presentó una marcada influencia europea
y tuvo como actor político al Partido Civil (fundado por Manuel Pardo y Lavalle en 1872) y como
actores sociales y económicos a los terratenientes, quienes gracias a sus lazos de parentesco y
familiaridad, forjados a lo largo de los años, lograron fortalecer endógenamente su poder político.
Finalmente, podemos decir que en el caso peruano, la oligarquía presentó tres ámbitos centrales
de desarrollo:

a. En Lima, fue el Club Nacional el espacio predilecto de los oligarcas


b. En la costa norte, la oligarquía estuvo representada por los terratenientes del azúcar y la
caña
c. En la sierra sur, la oligarquía estuvo conformada por los terratenientes vinculados al
negocio de la lana.

3.2. EL MILITARISMO EN EL PERÚ

Termino militarismo fue acuñado por el historiador Jorge Basadre para referirse a los periodos en
los cuales los militares tuvieron injerencia en la política del país, donde consideró tres
militarismos. Y en los periodos el común denominador es la falta de respeto por la opinión de la
población civil y el derecho que ésta tiene para pronunciarse. Su sustento es el respaldo, uso o
manipulación de las instituciones militares, que se benefician de su complicidad y apoyo.

El militarismo ha controlado casi toda nuestra vida republicana, la historia de nuestro país está
ligada al militarismo, Tomemos en consideración lo siguiente: la mitad de los 22 gobiernos
democráticos del Perú en sus 180 años de independencia han sido depuestos por golpes
militaristas. Dos, desde 1904 no ha habido más de dos gobiernos demócratas seguidos que hayan
finalizado su mandato legal. Tres, la predominancia militarista no fue un fenómeno del siglo XIX,
su hegemonía con relación a los gobiernos democráticos ha sido similar en todos los periodos,
incluyendo los últimos 50 años hasta 2001. Dentro de las varias causas del deterioro económico,
cultural y moral con que el Perú comienza su andadura en el siglo XXI, el militarismo es, sin
lugar a dudas, la más importante.

El militarismo como manifiesta Jorge Basadre responde a intereses de una clase social, de un
grupo, plantea que la oligarquía mantiene una alianza, puesto que vemos que son los militares los
que garantizan la normal explotación del guano, y son los militares quienes después de la guerra
del Pacifico orientan la política económica en favor de la clase burguesa, la agro exportación. Son
los mismos militares que ante la crisis económica de 1929 asumen el poder para evitar la llegada
al poder de grupos de orientación popular como el APRA y El partido Comunista. Una excepción
aparente es el gobierno de Juan Velasco Alvarado que oriento su gobierno hacia el socialismo,
esto marco una pauta distinta. Lo cierto es que los militarismos impidieron el avance del país, la
consolidación de la democracia al intervenir una y otra vez en defensa de los intereses de la
oligarquía.

3.2.1. EL PRIMER MILITARISMO

Luego de finalizadas las guerras de independencia, la naciente república peruana tuvo que afrontar
serios retos para su consolidación como Estado. La situación reinante era preocupante, puesto que
a nivel económico el país había quedado en crisis debido a los cupos de guerra que pagaron los
criollos para solventar las campañas militares, no se tenía una fuente de ingresos seguros,
habíamos heredado una deuda externa e interna que nos impedía tener un crédito fiscal en el
exterior.

A nivel Social, la situación fue el desafío de integrar una nación multicultural, no se contaba con
vías de comunicación que integraran las diferentes regiones, a nivel político predominaba el
centralismo, y se carecía de una clase civil políticamente dirigente, puesto que la realidad que se
presentaba era difícil a ello hay que sumarle que debíamos solucionar problemas inmediatos en
términos de fronteras. Este panorama de incertidumbre permitió que surjan caudillos militares
que a través de la fuerza impongan el orden que la naciente república necesitaba, pero que en
realidad actuaron de acuerdo a intereses personalistas.

El primer militarismo significó una salida ante la ingobernabilidad en la que se encontraba el


Perú al iniciar su vida independiente, ya que había un “vacío de poder”; es decir, la ausencia de
una clase o sector claramente definido con capacidad y aspiraciones de tomar el poder y conducir
el país. El Perú era un territorio heredado de la Colonia que albergada a población con débiles
vínculos, perdidas de gran parte de sus posesiones y enromes desequilibrios, donde los consensos
no eran posibles y no se contó con una proyección nacional. Además este nuevo estado estaba
incapacitado económicamente para asumir semejante desafío ya que sus instituciones estaban
resquebrajadas.

En estas condiciones el poder, entendido como la capacidad de coacción que tiene un estado era
inexistente por ello la capacidad de ejercer la violencia y de inclinar la balanza de las decisiones
provenía de aquellos jefes militares que habían heredado de las guerras de independencia y estos
jefes fueron entonces los que pasaron a ser la encarnación del estado y encontraron la única forma
de darle continuidad al Perú a través del ejercicio violento del poder lejos de representar
exclusivamente afanes personalistas.

 CARACTERISTICAS

- Predominio de los militares en el poder político.


- Los militares gobernaron y crecieron debido a la incapacidad política (inexperiencia en
asuntos de gobierno porque estuvieron acostumbrados a depender del gobierno español)
y falta de organización de la clase dominante peruana (burguesía) para dirigir el Estado e
implementar un programa de desarrollo nacional. Así también, por el «prestigio» logrado
en la Guerra de la Independencia.
- Pugnas entre Liberales y Conservadores o Autoritarios en torno al estilo de gobierno: si
el Congreso debía tener más poder que el Presidente (Liberales) o debe ser el Presidente
quien tuviese más poder que el Congreso (Conservadores).
- Constantes golpes de Estado.
- Sometimiento al capitalismo inglés, francés y norteamericano.

 CAUSAS

- Surge como reconocimiento nacional a los triunfadores en contiendas decisivas, como


escarmiento después de la derrota o en situaciones de indecisión política y social
(liquidación de una dictadura, defensa desesperada contra la revolución social).
- La debilidad del estado y de cómo estaba constituida la sociedad.
- La falta de una clase civil orgánica, la carencia de una burguesía emprendedora y con
objetivos políticos precisos y definidos.
- Después de la independencia quedo un ejército numeroso y este significo las más
poderosas de las fuerzas sociales. Frente a la impotencia se los civiles para intervenir en
la vida del estado, la clase militar resulto ser la más fuerte y como tal intervino en la
política peruana.
 GOBERNANTES DEL PRIMER MILITARISMO

- Gobierno de José de la Mar ( 1827- 1829)


- Gobierno de Agustín Gamarra (1829-1833)
- Gobierno de Luis José de Orbegoso (1833-1835)
- Gobierno de Felipe S. Salaverry (1835-1836)
- Gobierno de Andrés de Santa Cruz (1836-1839)
- Segundo Gobierno de Agustín Gamarra (1839-1841)
- Gobierno de Ramón Castilla (1845-1851)
- Gobierno de Rufino Echenique (1851-1855)
- Segundo Gobierno de Ramón Castilla (1855-1862)
- Gobierno de Miguel de San Román (1862-1863)
- Gobierno de Juan Antonio Pezet (1863-1865)
- Gobierno de Mariano Ignacio Prado (1865-1866)
- Gobierno de José Balta (1868-1872)

Durante el primer militarismo, se aprecia al inicio la solución de los problemas fronterizos con a
Gran Colombia, con José de La Mar se inicia una Guerra, la cual perdimos, y esto significo la
pérdida total del Guayaquil con la firma del tratado La Rea – Gual. Esta situación provocó el
golpe de Estado de Agustín Gamarra que se convierte en un presidente cuyo gobierno se
caracterizó por ser autoritario. Finalizado el gobierno de Agustín Gamarra resulta electo José de
Orbegoso el cual tiene una tendencia liberal lo que origina la oposición de militares conservadores
como Pedro Bermúdez y Felipe Santiago Salaverry, desencadenando levantamientos y golpes de
Estado que propiciaron que José de Orbegoso solicite la Intervención de Bolivia, entonces
liderada por Andrés de Santa Cruz.

Con la intervención de Santa Cruz, se generó un proyecto geopolítico ambicioso: La


confederación Peruano-Boliviana, que de haberse consolidado hubiese generado el
fortalecimiento político y económico del Perú; pero dicha Confederación permitió observar el
predominio de intereses personalistas en los militares, puesto que los mismos militares peruanos
desde Chile apoyaron la iniciativa de este país de disolver la confederación. Chile no deseaba la
consolidación de la Confederación puesto que significaba un competidor en términos comerciales
y geopolíticos para Chile.

Desde Chile Se organizaron dos expediciones restauradoras con la intención de disolver la


Confederación, este objetivo se logró en la Batalla de Yungay donde el ejército confederado fue
derrotado por las tropas de Agustín Gamarra, el mismo que asume la presidencia del Perú.

Agustín Gamarra consciente de las ventajas de la Confederación decide formar nuevamente dicha
confederación, donde destaque la participación y predominio de los peruanos, razón por la cual
le declara la guerra a Bolivia, pero fallece en Ingaví, dejando un vacío político que permitió el
surgimiento de una Anarquía militar (1841-1845) en la cual se sucedieron 4 presidentes sin
llegarse a consolidar ninguno en el poder. Dicha anarquía finaliza cuando Ramón Castilla derrota
en la Batalla de Carmen Alto a Luis Ignacio de Vivanco.

Ramón Castilla es elegido mediante voto popular presidente del Perú y con su gobierno el
panorama político y económico se transforma, puesto que Ramón Castilla buscó el ordenamiento
del Estado, asimismo se empezó a contar con los ingresos del guano, dando lugar a un breve
periodo conocido como la prosperidad Falaz.

El guano permitió una época de bonanza económica, se pagó la deuda interna y externa y se inició
la modernización del país. No obstante también hubo corrupción como en el caso del Gobierno
de Rufino Echenique que manipuló las cifras de la deuda interna para favorecer a sus allegados
políticos.
La presencia del Guano despertó la ambición de países europeos como España que envió una
“Misión Científica” cuyo objetivo real fue apoderarse de las islas de chincha y por ende del guano.
Este conflicto con España permitió vislumbrar la debilidad del Estado peruano pero también su
capacidad organizativa al afrontar de manera positiva la guerra con España, la cual fue finalizada
con el combate del 2 de mayo de una contundente victoria peruana. Finalmente apreciamos la
crisis económica por la caída de los precios del guano, lo cual redundo en un estado peruano
endeudado, situación que fue aprovechada por los civilistas para llegar al poder en las elecciones
de 1872, finalizando así el primer militarismo.

3.2.2. SEGUNDO MILITARISMO

El segundo militarismo inicia con la guerra contra Chile, la cual fue la más grave y critica en la
historia de nuestro país; durante esta guerra Perú sufrió la pérdida total del salitre y gran parte del
guano además se dio el bloqueo de los puertos estancando el comercio Nacional y con esto la
desaparición de la moneda perdiendo nuestro crédito exterior.

Durante este conflicto el más importante problema que tuvo nuestro país fue la situación de Tacna
y Arica en donde se incumplió el tratado de Ancón por parte de Chile y en donde tanto Arica
como Tarapacá se vieron muy afectados.

El Perú antes todos estos problemas se vió afectado tremendamente originando un problema moral
increíble perdiendo la confianza en sí mismo. Durante la Guerra las haciendas, fabricas vías de
comunicación habían sido arrasadas y destruidas por el ejército chileno, esto impedía que el Perú
vuelva a poner en marcha su economía. Por ello el Perú necesitaba una reconstrucción en todos
los aspectos.

La fallidas acciones que tomaba el estado aparte de la escasez de los recursos de terratenientes
favoreció mucho a la burguesía comercial el cual buscaba desarrollar su actividad económica
utilizando capital extranjero ; estos establecieron casas comerciales ( Grace , Duncan ,Graham ) ,
así también como bancos extranjeros (Banco del Perú y Londres) y se establecieron empresas de
servicios públicos ( alumbrado, fuerza eléctrica ,transporte , etc. ) de esta manera el Perú empezó
a experimentar un periodo de reconstrucción pero sujeto al capitalismo foráneo .

 CARACTERISITICAS

- Predominio político de los caudillos militares desde 1883 y 1895


- Se desarrollaron nuevas técnicas económicas como la agro exportación, extracción
cauchera, extracción petrolera, etc.
- Aparición de nuevos partidos políticos como el constitucional, demócrata, liberal, etc.

 GOBIERNOS

- (1883-1885) Gobierno de Miguel Iglesias.


- (1885-1886) Consejo de Ministros presidido por Antonio Arenas.
- (1886-1890) Gobierno de Andrés A. Cáceres.
- (1890-1894) Gobierno de Remigio Morales Bermúdez.
- (1894) Justiniano Borgoño.
- (1894-1895) Gobierno de Andrés A. Cáceres.
- (1895) Manuel Cándano.
3.2.3. TERCER MILITARISMO

EL tercer militarismo es iniciado en 1930 teniendo en el poder a Luis Sánchez Cerro y finalizado
con el general Oscar R. Benavides.

Este militarismo nace con el golpe de estado que Sánchez cerro le da a Leguía, además del miedo
las diferentes luchas sociales que se podrían originar al mando de los políticos, y por el horror de
la crisis económica que trascendía en aquel entonces la llamada crisis de 1929.

Por otro lado en este contexto interno se empezaban las migraciones del campo a la ciudad, y el
país entero estaba pasando por un proceso de metamorfosis, es decir, de un país serrano a uno
básicamente costeño y urbano.

En este tercer militarismo comenzaron también las figuras de los partidos políticos, destacando el
APRA y la UNION REVOLUCIONARIA, quienes causaron toda una amenaza social.

 ANTECEDENTES:

- Como era conocimiento del mundo en el año 1929 se desarrollaba una crisis que estaba
afectando globalmente, y en el Perú trajo consigo una reducción de las exportaciones e
inversiones.
- También abarco la suspensión de varias obras públicas puesto que el gobierno no contaba
con los recursos económicos suficientes producto que nuestro comercio nacional se vio
afectado por la segunda guerra mundial.
- Se suspendió el pago de la deuda externa hasta 1949 producto de un déficit fiscal así
como la corrupción gubernamental y malversación de los préstamos.
- En el aspecto Político en el congreso se da la ausencia de instituciones.
- Debido a la intranquilidad del gobierno se sentía una Constitución cuestionada
(autoritaria).
- En lo Económico encontramos la Caída de la bolsa en Nueva York que afectó al Perú
puesto que era dependiente de los emprésitos de este país.

 CARACTERÍSTICAS

- Se caracteriza por una intensa violencia política.


- Surgen las relaciones internacionales basadas en exportaciones con estados unidos, que
lograban la independencia del país con el antes mencionado.
- Aquí también encontraremos que nuestros productos tradicionales (guano, salitre) fueron
reemplazados por la agroindustria.
- Además se instaura el servicio de Aviación y se desarrolla la Institución Política, pues se
pretendía una descentralización.
- Se inauguran escuelas modernas, colegios, planteles de instrucción industrial y las hasta
hoy conocidas universidades.

 GOBIERNOS

- Luis Sánchez Cerro (1931 – 1933)

o Se da el decreto de una innovada constitución el 9 de abril de 1933, la cual estuvo vigencia


hasta julio de 1980.
o Dio un realce al derecho de voto para las mujeres en las llamadas elecciones.
o Se inicia la construcción de la carretera central y el Banco Industrial.
o La universidad nacional mayor de san marcos se canceló.
o Se finalizó su gobierno con su asesinato en el Hipódromo de Santa Beatriz.

 Oscar R. Benavides (1933 – 1939)

o Se llevó a cabo el primer Congreso General de la República.


o Se decretó el código civil.
o Se culminó la construcción del Terminal Marítimo en el Callao y el Dique Seco.
o Se instauró el Seguro Social para los obreros, además de ser obligatorio.
o Se reabrió la universidad de san marcos, que había cerrado en el anterior gobierno.

El tercer militarismo obedece básicamente a la finalización del oncenio de Leguía, y el poder fue
controlado por los militares y la oligarquía, también fue un intento de resistir el acceso al poder a
los nuevos sectores sociales y políticos surgidos durante el Oncenio, tales como el APRA y el
Partido comunista de José Carlos Mariategui.

3.2.4. CUARTO MILITARISMO

 PRIMERA MOMENTO (Antes del 4to Militarismo)

Mandato de Manuel Prado

En el 62, el presidente Manuel Prado convoca elecciones generales para decidir quién sería el
nuevo presidente del Perú, resultando ganador Víctor Raúl Haya de la Torre, por una diferencia
mínima. Ante esta situación sería el pleno del congreso quien decidiría el resultado final. Se
especulaba el triunfo del candidato aprista, pero ninguno de los principales candidatos (Víctor
Raúl, Fernando Belaunde y Manuel Odría) alcanzo la mayoría de votos para ganar. Mientras se
decidía que hacer la idea de que todo fuera un fraude electoral apareció. A consecuencia de esta
idea, las fuerzas armadas exigieron la anulación de los comicios, ante la negativa del estado las
fuerzas armadas tomaron el poder el 18 de julio de 1962 por medio de un golpe de estado

Mandato Militar (Ricardo Pérez Godoy)

Al comienzo esta junta militar es dirigida por Ricardo Pérez, él funda la Casa de Cultura del Perú
ahora conocida como INC (Instituto Nacional de Cultura). Pérez Godoy es remplazado por
Nicolás Lindley, el convoca a elecciones saliendo ganador Fernando Belaunde

Mandato de Fernando Belaunde

Durante su mandato se vive un estado de; libertad de prensa, bonanza económica y de


reestructuración arquitectónica. El crea una carretera que conectaría la región selvática del Perú,
carretera “Fernando Belaunde Terry”, también construye el conocido aeropuerto Jorge Chavez
entre otras cosas. Mientras tanto en el sector militar aún se vivía un ambiente de “golpe de estado”
por lo que el estado trata de no hacer problemas con los militares.

En julio de 1986, por la presión de los militares, se inician tratos con la IPC (Internacional
Petroleum Company) y el 13 de agosto se firma el acta de Talara por el cual todos los campos
petroleros pasarían al poder de la empresa petrolera fiscal.La IPC, todavía en poder de la refinería
pacta los precios que pagarían por el petróleo refinado en los campos de poder peruano.

El presidente de la EPF (Empresa Petrolera Fiscal), Carlos Loret, denuncia el 10 de septiembre


de 1968, que faltaba una página en los contratos. Esta es la famosa “página once” en donde se
presumía que el precio de venta del petróleo era por debajo del mercado. Así por este gran
problema el 3 de octubre de 1968 el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas lideradas por el
general Juan Velasco hace un golpe de estado dando inicio al gobierno revolucionario de las
FFAA desde el 3 de octubre de 1968 hasta el 28 de julio de 1980. Años más tarde se descubrió
que tal página en blanco no afectaba en el contrato.

 SEGUNDO MOMENTO (Inicios del 4to Militarismo)

Mandato de Juan Velasco Alvarado (1968 – 1975)

Al comienzo era totalmente desconocido por el sector civil pero transcurrido su primer año de
presidente se había ganado a la gente con su carisma. Él rompe relaciones con los Estados Unidos
obteniendo el apoyo de URSS.

Juan Velasco no llegó al poder con la simpatía del pueblo ni por que el pueblo lo quiso pero
tampoco se vio afrontado por una oposición.

Resultado de imagen para reforma agraria 1969La campaña de Velasco se había involucrado en
combatir los tres frentes guerrilleros surgidos en los sesentas. Cuando los soldados regresaban a
sus cuarteles regresaban indignados por la miseria en el campo y por la pobreza que había en esta.
Los superiores al enterarse de esto iniciaron a hacer propuestas de reformas. Una de las más
importantes fue la reforma agraria el 24 de junio de 1969 en la que decía “tierra para el que la
trabaja”. La reforma tenía el objetivo de promover el desarrollo técnico y agropecuario, la
industrialización del campo, la disminución de importaciones de alimentos y el crecimiento de la
economía rural para beneficio de su población.

Hidroeléctrica Santiago Antúnez

Otra obra fue la nacionalización de la prensa, también se trató de generar una reforma de la ley
general de educación, que buscaba dar las mismas posibilidades al poblador andino. También se
creó el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS). Aparte se hicieron grandes
construcciones como una hidroeléctrica (Santiago Antúnez). En inicios de 1975 el 3 de febrero el
personal subalterno policial de Lima se declaró en huelga. Para el 5 de febrero los ciudadanos
aprovechando la falta de policías saqueando tiendas. Una huelga de este tipo en un régimen militar
era muestra de una crisis.

Se genera una crisis económica debido a proyectos mal planteados estructurados y algunos incluso
improvisados. Gracias a la suma de todas estas cosas y algunas más Francisco Morales Bermúdez
y la cúpula militar dan un golpe de estado el 29 de agosto de 1975. El 24 de diciembre de 1977
fallece Juan Velasco.

 TERCER MOMENTO (Finales del 4to Militarismo)

Mandato de Francisco Morales Bermúdez (1975 – 1980)

La “primera fase” (Segundo Momento) fue durante el mandato de Juan Velasco; ahora, después
del tacnazo (Golpe de estado de Francisco Morales Bermúdez) se da inicio a la “segunda fase”
del proceso revolucionario de las Fuerzas Armadas. Mientras Velasco estaba al poder impuso una
serie de reformas a las que se les denominaría Plan Inca, pero Morales decide optar por un nuevo
plan de reformas, al cual se le denominó Plan Tupas Amaru (1977).

Bajo su régimen se dan varios cambios. Se concede la ciudadanía a los de 18 años, se les da el
permiso al voto a los analfabetos entre otras cosas. El busco promover la inversión privada y
disminución de los subsidios; gracias a esto se generó la devaluación de moneda y congelación
de sueldos con un alza del costo de vida.
Todo esto fue la chispa necesaria para que el 19 de julio de 1977 la Confederación Nacional de
Trabajadores del Perú iniciara una huelga. Por esto el 28 de julio de 1977 Morales anuncia que
convocaría elecciones. No fue sino hasta el 18 de mayo de 1980 que se iniciaron elecciones
presidenciales quedando ganador Fernando Belaunde, que regreso de argentina después de que
muere Juan Velasco, dando así fin al Cuarto militarismo.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN

“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION E IMPUNIDAD”

FACULTAD DE INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

CURSO : REALIDAD NACIONAL

CICLO : V

TEMAS : - BASES ECONOMICAS DE LA REPUBLICA

- LA REPUBLICA ARISTOCRATICA

- LA OLIGARQUIA Y EL MILITARISMO

ALUMNOS : - Jean Pool Pérez Mas

- Jhajaira A. Sulca Vasquez

- Evelyn López Carranza

- Mia Grecia Pérez Sales

- Claudia S. Rodríguez Reina

DOCENTE : ING. Cicerón Tuanama Reátegui

TARAPOTO-PERÚ

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