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República Bolivariana de Venezuela

Universidad de Oriente – Núcleo Bolívar

Escuela Ciencias de la Salud

Departamento de Enfermería

Asignatura: Nutrición

Profesora: Estudiante:

Cruz Galindo Yaxcelis Paz

CI: 27.992.031

Sección: 01
Factores que determinan el estado nutricional de una población

El estado nutricional de una población está condicionado por diversos factores que están
íntimamente relacionados con la salud, la agricultura, el comercio externo e interno, el
mercado laboral y aspectos socio cultural de la población.

Factor 1: Disponibilidad de alimentos

Depende de gran escala de la producción y procesamiento adecuado de los alimentos, de


las leyes que regulan el procesamiento de estos alimentos y de los sistemas de
almacenamientos y comercialización.

La tecnología y de la demanda dependen del nivel adquisitivo de la población. El acceso


y las vías de comunicación son factores esenciales para que la distribución de los
alimentos a los grupos poblacionales, sea equitativa y afectiva.

Factor 2: Consumo de alimentos

Una de las características importantes del factor consumo son los hábitos alimentarios
de la familia. Estos hábitos están condicionado por:

 Aspectos Geográficos: lugar o país que ocupa la familia, clima, suministros de


agua y capacidad de producción de la población.
 Aspectos Culturales: es relevante mencionar las tradiciones, religión y los
tabúes, métodos tradicionales que se transmiten de familia en familia.
 Aspectos Sociales: al grupo social que pertenece la familia determina el grupo
alimentarios. la actividad ocupacional que desarrolla el padre de familia influye
grandemente en el consumo de alimentos.
 Aspectos Educativos: el nivel educativo del proveedor (padre o madre) nos
proporciona información sobre la alimentación que recibe el grupo familiar.
 Aspectos Económicos: considerado como uno de los más importantes para la
familia. De acuerdo al nivel adquisitivo de la familia se obtendrá la alimentación
adecuada para todos sus miembros.

Factor 3: Utilización de los nutrientes

Los requerimientos de los distintos nutrientes están determinados por el estado de salud
de los individuos, por su ambiente y por su actividad. A su vez el estado de salud
depende del saneamiento ambiental del tipo de atención médica que recibe y del nivel
educativo y conocimiento sobre nutrición.

La utilización de los nutrientes por persona va de acuerdo a las condiciones físicas que
la caracterizan (embarazada, infantes, niños pre-escolar, escolar, adolescentes, ancianos,
estado de morbilidad).

Riesgo nutricional
El riesgo nutricional es la probabilidad de padecer enfermedad o complicaciones
médicas en el tratamiento, relacionadas con la nutrición.

Algunos hábitos alimentarios y ciertas actitudes suponen un riesgo para la salud.


Mediante la evaluación y posterior modificación de dichas situaciones o riesgos se
puede reducir la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas. Entre los riesgos
nutricionales que se evalúan se encuentran los siguientes:

- Elevado consumo de sal: Una dieta alta en sodio aumenta el riesgo de enfermedades
cardiovasculares y circulatorias por medio del aumento de la hipertensión arterial. Se
recomienda reducir la ingesta de sal y de alimentos salados.

- Bajo consumo de yodo: La ingesta baja en yodo provoca una serie de alteraciones
metabólicas relacionadas con el desarrollo y el crecimiento durante la infancia. Se debe
utilizar sal yodada y aumentar la ingesta de pescados, especialmente en los niños.

- Ingesta elevada de grasas: Si la grasa de la dieta supera la cantidad recomendada,


aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, dislipemias, y obesidad. En
concreto, la ingesta de grasas saturadas (se encuentran en los embutidos, la pastelería
industrial, los fritos y los precocinados) favorece los problemas cardiovasculares. Se
recomienda reducir las grasas saturadas y aumentar las insaturadas en la dieta. Las
grasas insaturadas proceden de los aceites vegetales (oliva especialmente) y del pescado
y previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares mediante la reducción del
colesterol y los triglicéridos en sangre.

- Reducida ingesta de pescado graso: El pescado contiene ácidos grasos insaturados que
previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares mediante la reducción del
colesterol y los triglicéridos en sangre. Por ello es recomendable aumentar el pescado
graso en la dieta (sardinas, salmón, caballa,).

- Elevado consumo de azúcar y alimentos azucarados, dulces y golosinas: La ingesta


excesiva de dulces y bebidas azucaradas favorecen la aparición de obesidad y caries
dental, y están contraindicadas en casos de diabetes. No se debe olvidar la presencia de
azúcar oculto en la bollería industrial y en los refrescos. Se recomienda reducir la
cantidad de estos alimentos.

- Escasa ingesta de fibra: Para alcanzar la cantidad recomendada de fibra tendría que
aumentarse el consumo de legumbres, frutas, verduras y hortalizas. La ingesta escasa de
fibra está relacionada con el estreñimiento y algunos tipos de cáncer. Para evitarlo, hay
que tomar tres o cuatro piezas de fruta fresca al día, además de verduras y hortalizas.

- El aporte de vitaminas antioxidantes (A, C y E, por ejemplo) también está reducido.


Esta situación incrementa la posibilidad de sufrir distintos tipos de cáncer. Para evitarlo,
hay que consumir tres o cuatro piezas de fruta fresca al día, además de verduras y
hortalizas.
- Comer entre horas: El “picoteo” es en gran parte responsable del desequilibrio de la
alimentación. Los alimentos consumidos entre horas suelen tener gran densidad
energética y poca riqueza en otros nutrientes, favorecen el aumento de energía ingerida
y con ello la obesidad, por lo que es deseable organizar las ingestas en cinco comidas
principales desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.

- Saltarse las comidas y no desayunar: La primera consecuencia es que se llega a la


siguiente comida con más apetito y se come más, lo cual favorece la aparición de la
obesidad. No significa que haya que hacer ingestas intermedias además del desayuno,
comida y cena, sino que hay que repartir la cantidad de comida para todo el día en más
veces. Es deseable organizar las ingestas en cinco comidas principales desayuno, media
mañana, comida, merienda y cena.

No desayunar disminuye la atención y el rendimiento en el colegio, el trabajo, en la


conducción, además de producir hipoglucemia

- Consumo elevado de carne: El exceso en la ingesta de carne, especialmente si es grasa


– embutidos, facilita el aumento presencia de colesterol y triglicéridos en sangre y por
tanto eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se recomienda la reducción del
consumo de carne grasa y la elección de carne magra.

- Sedentarismo: La tendencia actual es disminuir la actividad física aumentando al


mismo tiempo la ingesta energética. Esto provoca un balance de energía que conduce a
la obesidad y favorece la aparición de enfermedades degenerativas y algunos tipos de
cáncer. Para evitarlo es necesario realizar una actividad física regular y equilibrar la
relación entre la ingesta energética y el gasto.

- Excesiva ingesta de energía: En general se toma más energía de la que se necesita, lo


que causa obesidad y favorece la aparición de enfermedades degenerativas y algunos
tipos de cáncer. Para prevenir esta situación se debe reducir la ingesta energética y
realizar una actividad física regular.

- Disminución del consumo de agua en favor de refrescos o zumos, que generalmente


llevan azúcar añadida. Nunca se debe sustituir el agua por un refresco o por leche. Se
recomienda beber cada día al menos un litro y medio de agua. Es importante vigilar
sobre todo a niños y ancianos dado que tienen disminuida la sensación de sed. La menor
ingesta de agua dificulta la eliminación de desechos y favorece con ello la litiasis renal,
así como la deshidratación, especialmente en verano

Factores de riesgo nutricional

Factores sanitarios; nutrición e infecciones

Existe una relación estrecha entre la malnutrición y la mortalidad por enfermedades


infecciosas. El estado nutricional está estrechamente relacionado con el sistema
inmunitario, de manera que un estado nutricional deficitario limita la capacidad de
reacción del sistema inmune, disminuyendo la resistencia del individuo a las
infecciones. A la vez, las infecciones van a agravar la malnutrición preexistente,
estableciéndose un círculo vicioso difícil de romper. Los efectos de la nutrición y la
infección sobre el organismo no sólo se suman sino que se potencian, estableciéndose
un efecto sinérgico. El estado inmunitario se agrava considerablemente en la
malnutrición. Por eso, los episodios de infecciones son mucho más severos en niños
malnutridos. De manera que si no se trabaja por mejorar el estado nutricional de la
población, las medidas encaminadas a disminuir la prevalencia de determinadas
enfermedades infecciosas serán siempre menos efectivas de lo que podrían resultar. De
todos es conocido que el estado de nutrición es uno de los factores que condicionan la
mayor o menor gravedad de las diarreas agudas en el niño pequeño. Los niños con
retraso en el crecimiento debido a una alimentación insuficiente y a enfermedades
recurrentes suelen presentar mayor número de episodios diarreicos graves, además de
ser más vulnerables al desarrollo de algunas enfermedades infecciosas como el
paludismo, la meningitis, las neumonías.

Factores Sociales

El factor social influye en la alimentación principalmente en la forma en la que la


personas inter actúa con otras (FISICO) Los sociales como la clase social a la que
pertenece, los estilos de vida de la sociedad provenientes de unos determinados valores,
que a su vez, se plasman en normas y conductas. Los ambientales como el cuidado y
respeto o no de la naturaleza, del medio ambiente tanto próximo como lejano referente a
la limpieza, polución, contaminación, los incendios, la tala de los bosques. Los
alimenticios, manifestados en las costumbres y hábitos de alimentación tanto personal,
familiar como social, la cultura gastronómica, la moda de adelgazamiento, la anorexia,
el hambre, la pobreza, los medios de comunicación social, la publicidad.

Factores Políticos

La política se refiere a los procesos sociales que determinan la asignación de beneficios


y cargas a través de grupos e intereses sociales. Las razones políticas efectivas son
creadas analizando cómo las diferentes políticas pueden distribuir, o ser percibidas
como que distribuyen, apreciados beneficios y cargas entre grupos e intereses
influyentes. Estos grupos e intereses pueden existir en el ámbito nacional (e
nternacional), dentro de organizaciones y dentro de comunidades. Las estrategias
políticas efectivas se crean analizando los procesos y contextos sociales actuales que
moldean la formación, implementación y evaluación de políticas específicas.

Métodos de evaluación nutricional

El concepto de evaluación del estado nutricional tiene un carácter y unas aplicaciones


amplísimos. Desde el punto de vista de la medicina preventiva de un país, es
fundamental conocer el estado nutricional del mayor porcentaje posible de su población,
para posteriormente, poder hacer las intervenciones pertinentes en materia de salud
pública. Otro punto de vista es la evaluación específica en distintos grupos vulnerables
como son las mujeres embarazadas, los niños y las personas mayores. En el otro
extremo está la necesidad de conocer el estado nutricional en el ámbito hospitalario, en
el caso de enfermedades concretas, para poder obtener un pronóstico y poder intervenir
en su curso evitando complicaciones.

Determinación de la estructura y composición corporal

 Medidas antropométricas

Se basan en tomar medidas de longitud y peso sobre el propio cuerpo y compararlas con
valores de referencia en función de nuestra edad, sexo y estado fisiopatológico.

Está claro que la talla, la constitución y la composición corporal están ligadas a factores
genéticos, pero también son muy importantes los factores ambientales, entre ellos la
alimentación, en especial en las fases de crecimiento rápido.

Las medidas antropométricas son técnicas no invasivas, rápidas, sencillas y económicas.


Sin embargo, para evitar errores, deben ser tomadas por una persona experta y deben ser
comparadas con tablas de referencia apropiadas.

Antropometría en los diferentes ciclos de la vida

En el neonato

Las mediciones antropométricas más utilizadas en el neonato hospitalizado incluyen:


peso corporal, longitud, medición de circunferencias (brazo, tórax, muslo) y pliegues
cutáneos. La evaluación antropométrica debe ser aplicado como rutina en las unidades
de cuidado neonatal dentro de la evaluación nutricional15,17.

En el niño y adolescente

En el niño las variables más utilizadas son: peso, talla, circunferencia cefálica y
circunferencia media del brazo izquierdo, pliegues cutáneos, tricipital y subescapular,
área grasa y área muscular. Con ellos se construyen indicadores que reflejan las
dimensiones corporales y la composición corporal que se obtienen al ser comparados
los valores observados con los valores de referencia. Entre los indicadores de dimensión
corporal tenemos: peso para la edad (PE), peso para la talla (PT), talla para la edad
(TE), circunferencia del brazo para la edad (CB-E), circunferencia cefálica para la edad
(CC-E). En este sentido, la OMS ha publicado tablas para la evaluación nutricional con
valores de referencia y distribución percentilar utilizando los indicadores P/E, T/E, P/T
que permiten situar al niño o adolescente según la intensidad de la malnutrición tanto
por déficit como por exceso15,16,17. Por otra parte en cuanto a los indicadores CC/E,
CB/E, CB/CC, e indicadores de composición corporal: pliegue del tríceps, pliegue
subescapular, área grasa, área muscular, se utilizan diversos valores de referencia.
Además de los de la OMS, otros países como Venezuela han determinado otros puntos
de corte, en el Estudio Transversal de Caracas, se utilizan referencias nacionales e
internacionales. Entre los indicadores tenemos.
El indicador Peso para la edad (P/E): relación entre el peso de un individuo a una edad
determinada y la referencia para su misma edad y sexo. Se utiliza para diagnosticar y
cuantificar desnutrición actual o aguda.

Peso para la talla (P/T): relación que puede existir entre el peso obtenido de un
individuo de una talla determinada y el valor de referencia para su misma talla y sexo.
Es más específico para el diagnóstico de desnutrición actual en niños de 2 a 10 años.

Talla para la edad (T/E): relación entre la talla de un individuo y la referencia para su
misma edad y sexo. Se emplea para el diagnóstico de desnutrición crónica.

Circunferencia del brazo para la edad (CB/E): expresa la relación entre la circunferencia
del brazo de un individuo y la referencia para su edad y sexo. Es un indicador
compuesto de reserva calórica y proteica.

Circunferencia Cefálica para la edad (CC-E): indicador de gran importancia en niños


menores de 3 años de edad y su déficit refleja desnutrición de larga evolución15,16,17.
En lo que concierne al IMC y el valor de corte aceptado, la delgadez no tiene el mismo
significado en los adultos que en los niños: en los adultos indica un bajo IMC, mientras
que en los niños indica un bajo peso para la edad.

La embarazada

Debido a su influencia sobre el resultado del embarazo, la evaluación nutricional de la


mujer embarazada debería iniciarse lo más precozmente posible, con el fin de facilitar
las intervenciones necesarias para asegurar una óptima evolución durante la
gestación16, 20, 32. Se ha publicado en diversos estudios observacionales que el uso de
algún criterio de clasificación nutricional inicial tiene mejores resultados para el niño y
para la madre, independiente de los puntos de corte utilizados, para recomendar
mayores ganancias de peso durante el embarazo a las madres con bajo peso con respecto
a las normales o menores ganancias de peso a las madres con sobrepeso con respecto a
las normales. El peso de nacimiento correspondiente al promedio (± 1sd) del peso al
nacer observado en partos de embarazadas sanas, será la referencia que refleje un
crecimiento fetal óptimo para una población llamada "normal" en cada sociedad.
Actualmente las embarazadas tienen una prevalencia creciente de sobrepeso y obesidad.
La prevalencia actualmente es menor por el cambio del punto de corte para la definición
de obesidad materna. Existen referencias disponibles en América latina para evaluar a la
gestante en cada trimestre: a) ganancia de peso para la edad gestacional de
Fescina/CLAP; b) porcentaje de peso para la talla según la edad gestacional de Rosso y
Mardones; c) índice de masa corporal pregestacional y gradiente de peso materno según
este índice trimestral propuesto por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos; d)
índice de masa corporal gestacional de Rosso-Mardones y col; e) índice de masa
corporal gestacional de Atalah y col.

El paciente adulto no hospitalizado


Un IMC <18.5 es denominado bajo peso, la cual a su vez se clasifica como bajo peso
Grado I o déficit leve (IMC 17-18.5), bajo peso Grado II o déficit moderado (IMC 16-
17) y Bajo peso Grado III o déficit severo (IMC < 16). Estos individuos presentan un
riesgo de comorbilidad bajo, aunque existe una mayor sensibilidad a las enfermedades
digestivas y pulmonares porque puede estar afectada la capacidad inmunitaria o tener un
IMC bajo como consecuencia de alguna enfermedad. Un valor de IMC de 16 se asocia
con un aumento marcado del riesgo de mala salud, rendimiento físico deficiente, letargo
e incluso la muerte, debiendo realizarse la intervención inmediata. Un posible
inconveniente de este método sería el cálculo de la talla en aquellos pacientes
encamados, la cual debe estimarse por una ecuación basada en la altura de la rodilla. En
el paciente hospitalizado se calcula con el peso real y en su defecto se utilizará el peso
ideal, este último obtenido a partir de tablas de referencia que utilizan, edad, sexo y
altura del individuo. La comparación del peso de un paciente con el peso ideal o con su
peso habitual proporciona información útil pero limitada, ya que es una información
global.

Se considera en el paciente adulto hospitalizado que es un estado nutricional normal


cuando el IMC se encuentra entre 20-24,9 kg/m2 y desnutrición: <20 kg/m2 (42). Se ha
estudiado el IMC en pacientes con enfermedad hepática, estableciendo como punto de
corte 22 kg/m2 en pacientes no ascíticos, de 23 kg/m2 en pacientes con ascitis leve y
25kg/m2 en pacientes con ascitis severa como un instrumento fácil para detectar
malnutrición en pacientes cirróticos44.

El adulto mayor

Para este ciclo de la vida se debe considerar que en el adulto mayor no existe un único
punto de corte, por lo que se recomienda intervención nutricional para los ancianos que
presenten un IMC <24 o >27. Estos puntos de corte se modificaron para la población de
México de acuerdo a la propuesta manejada por el Instituto Nacional de Ciencias
Médicas de la Nutrición Salvador Zubirán, que los clasifica como: muy bajo peso
(menos de 19 kg/m2), bajo peso (de 19 a 21 kg/m2), normal (más de 21 a 23 kg/m2) y
sobrepeso (mayor de 27 kg/m2). Mientras que en Venezuela, se utiliza como punto de
corte para esta población un índice de masa corporal (IMC) de < 20 kg/m2 (desnutrido);
20,1-24,9 kg/2 (normal); 25-29 kg/m2 (sobrepeso) y > 30 kg/m2 (obesidad) para ambos
sexos48. En España, según las Recomendaciones Prácticas de los expertos en Geriatría
y Nutrición, Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral y Sociedad Española
de Geriatría y Gerontología, sugieren como riesgo para desnutrición un IMC por debajo
de 22 kg/m2.

 Talla y peso

Los parámetros más habituales y que siempre se miden son la talla (T) y el peso (P).
Existen numerosas tablas que nos indican el peso deseable en función de nuestra talla y
sexo. Las más utilizadas son las de la Metropolitan Life Insurance (1983) en las que se
expresa el peso que previsiblemente favorecerá una mayor longevidad del individuo en
función de su talla, sexo y complexión. La complexión ósea se suele determinar
fácilmente midiendo la circunferencia de la muñeca con una cinta métrica inelástica, o
también midiendo con un nonio o pie de rey la envergadura del codo. Comparando estas
medidas con sus tablas respectivas podremos saber si nuestra complexión es pequeña,
mediana o grande. Cabe destacar que, a pesar de lo que mucha gente cree, para una
misma talla y teniendo en cuenta la complexión existe un margen bastante amplio de
pesos aceptables y no un único valor de «peso ideal».

A partir de estas medidas generales de peso y talla se pueden calcular muchos índices,
entre los que destaca el índice de masa corporal (IMC). También con estas medidas
podemos hacer una estimación del metabolismo basal (MB) o gasto energético basal
que es el gasto energético que tendríamos en reposo, es decir, el destinado al
mantenimiento de las funciones vitales. Por ejemplo, una fórmula que nos da una
estimación muy rápida en varones es: MB(kcal/h)=1xP(kg), mientras que en mujeres es:
MB(kcal/h)= 0,9xP(kg).

Es importante fijar bien el objetivo de la evaluación nutricional para no perder tiempo y


dinero en análisis innecesarios

 Grasa corporal

Para hacer una estimación de la grasa subcutánea, que representa aproximadamente el


50% de la total, se suelen medir los pliegues subcutáneos de distintos puntos del cuerpo
con un lipocalíper o plicómetro. Entre ellos destacan el pliegue tricipital que se mide en
el punto medio de la cara posterior del brazo no dominante; el pliegue bicipital que se
mide en el punto medio de la cara anterior del brazo, sobre el vientre del músculo
bíceps; el pliegue subescapular que se mide por debajo de la escápula y el pliegue
abdominal que se mide en la línea umbilicoilíaca, junto al reborde muscular de los
rectos del abdomen. Con estos pliegues se puede determinar, mediante fórmulas y
comparando con tablas de referencia, el grado de adiposidad de una persona. Aunque es
muy variable, cabe destacar que el porcentaje de grasa corporal incrementa con la edad
y es superior en las mujeres que en los varones.

 Masa muscular

Es el sistema más rápido y simple. Es el cálculo del perímetro muscular del brazo
(PMB) mediante la determinación de la circunferencia o perímetro del brazo (PB), con
una cinta métrica inelástica y teniendo en cuenta el pliegue tricipital (PT): PMB (cm)=
PB(cm)-(PT(mm). Para valorar si existe una situación de desnutrición en relación con la
proteína muscular, basta con comparar nuestro valor con el percentil 50 de la población.

Tanto para la grasa como para la masa muscular se pueden hacer muchas medidas y
calcular muchos índices, aunque los más utilizados son los anteriormente comentados.

Determinaciones bioquímicas

La gran ventaja de los datos bioquímicos respecto al resto es su objetividad debido al


control de calidad riguroso que debe tener cada laboratorio. Se pueden realizar sobre
distintas muestras. Hay dos tipos de análisis: los estáticos, que miden el valor real de
nutriente en una muestra concreta (hierro en suero, cinc en pelo) y los funcionales, que
cuantifican la actividad de una enzima que depende del nutriente de interés (ferritina en
suero, homocisteína plasmática). Existen tres métodos posibles: aquellos que nos
indican si hay un buen aporte o no a través de la dieta, los que nos indican si hay alguna
función alterada que depende de la cantidad de nutriente en estudio, y por último,
existen métodos complementarios. Con estos últimos no podemos asegurar una posible
deficiencia, pero ayudan a corroborar el diagnóstico. Por ejemplo, una técnica muy
utilizada es la determinación de la creatinina en orina como marcador de masa
muscular. Ésta procede de la creatina-fosfato que se encuentra casi exclusivamente en el
músculo esquelético. En condiciones normales la excreción de creatinina es bastante
constante, pero en situaciones concretas, como en un ejercicio físico excesivo, una
ingestión desmesurada de proteínas o en patologías renales se puede descompensar esta
excreción.

Evaluación clínica del estado nutricional

En caso de malnutrición específica de algún nutriente o generalizada, cuando llega a un


grado importante de gravedad da lugar a la aparición de signos clínicos evidentes en
ciertas zonas u órganos corporales tales como la cara, cabello, cuello, ojos, labios,
dientes, encías, lengua, piel, uñas, tejido subcutáneo, abdomen, aparato genital, sistema
esquelético y extremidades inferiores.

Tipos de dieta

Dieta

Una dieta es el conjunto de las sustancias alimenticias que componen el


comportamiento nutricional de los seres vivos. El concepto proviene del griego díaita,
que significa “modo de vida”. La dieta, por lo tanto, resulta un hábito y constituye una
forma de vivir. En ocasiones, el término suele ser utilizado para referirse a los
regímenes especiales para bajar de peso o para combatir ciertas enfermedades, aunque
estos casos representan modificaciones de la dieta y no la dieta en sí misma.

La dietética

Es la ciencia que estudia la relación entre la alimentación, salud y bienestar, tiene dos
disciplinas diferentes según el perfil de personas a las que va dirigida, por un lado hay la
dietética que define la pauta alimentaria a seguir para gozar de un correcto estado de
salud según la etapa de la vida.

La dietoterapia

Se determina los regímenes alimenticios requeridos para tratar determinadas


enfermedades, una correcta combinación de alimentos o la eliminación de alguno de
ellos permiten el tratamiento de determinadas enfermedades y mejorar el estado de
salud de los pacientes. Las dietas terapéuticas son las que se pautan para el tratamiento
de patologías en las que la alimentación puede tener un componente importante. En este
post vamos a explicar los aspectos más significativos de la dietoterapia, una de las
ramas del estudio de la alimentación más importantes para los profesionales de la salud
y los pacientes.

Tipos de dietas

Dietas
 fijas
 o
 por
 menú

Son
 dietas
 que
 establecen
 claramente
 el
 tipo
 y cantidad
 de
 alimentos


que
 se
 deben
 consumir.


Ventajas

 Fáciles
 de
 seguir


 Las
 mejores
 para
 llevar
 una
 dieta
 por
 primera
 vez
 Los
 alimentos
 y
 porciones
 han
 sido
 seleccionados
 por
 un

experto
 de
 manera
 previa

 No
 se
 deben
 tomar
 decisiones
 difíciles

Desventajas

 Son
 muy
 estrictas


 Pueden
 resulta
 caras
 cuando
 se
 deben
 comprar
 muchos

productos
 No
 suelen
 permitir
 alimentos
 especiales
 (fiestas, comida de

negocios, etc.)

Dietas
 intercambiables

Son
 dietas
 que
 permiten
 cambiar
 alimentos.
 Dan
 una
 lista
 de


EQUIVALENCIAS
 sobre
 las
 cuales
 se
 puede
 modificar
 la
 dieta.


Ventajas

 Permiten
 elegir
 alimentos
 fuera
 de
 la
 dieta, hacer
 salidas
 a



restaurantes
 o
 fiestas.
 Permite
 “fabricar”
 una
 dieta
 con
 los
 productos
 que
 tiene


disponibles
 en
 casa

Desventajas

 Difíciles
 de
 seguir
 si
 no
 ha
 hecho
 dietas
 antes
 ya
 que

debe
 tomar
 decisiones.

 No
 siempre
 contará
 con
 el tiempo necesario
 para hacer estas

decisiones


Dietas
 “pre‐fabricadas”
 y
 dietas
 de
 fórmula

Son
 dietas
 que
 entregan
 
 las
 porciones
 de
 los
 alimentos
 en
 paquetes

 diseñados
 previamente
 o
 dietas
 que
 sustituyen
 algún
 alimento
 por
 una


 malteada
 o
 licuado
 energético.
 Es
 un
 subtipo de
 las
 dietas
 fijas

Ventajas

 Fáciles
 de
 seguir


 Ayudan
 a
 aprender
 el
 tamaño
 de
 las
 porciones
 No
 requieren
 tiempo
 para
 preparase
 Útiles
 en
 personas
 de
 edad
 avanzada

Desventajas

 No
 siempre
 son
 balanceadas


 No
 son
 accesibles
 para
 todas
 las
 personas
 Suelen
 ser
 rígidas
 y
 aburridas
 y
 no
 son
 recomendables
 en


la
 mayoría
 de
 los
 casos

Dietas por el tipo de nutrientes:

Dietas
 bajas
 en
 calorías

Son
 las
 que
 restringen
 la
 cantidad
 de
 alimentos, sin
 importar
 el
 origen


 de
 los
 nutrientes.
 Lo
 importante
 es
 lograr
 una
 restricción
 calórica

Ventajas
 Permiten
 elegir
 los
 alimentos
 que
 se
 van
 a
 eliminar
 de
 la

dieta
 Generalmente
 se
 “sacrifican”
 calorías
 en
 
 el
 grupo
 de

carbohidratos
 y
 grasas
 Se
 puede
 lograr
 una
 dieta
 con
 un
 consumo
 mínimo
 de
 calorías


 que
 disminuya
 el
 peso
 en
 grados
 extremos.

Desventajas

 Pueden
 estar
 desbalanceadas, sobre todo cuando
 no
 hay
 una



supervisión
 médica.
 Las
 dietas extremas
 y
 perjudiciales para
 la salud
 suelen
 pertenecer

a
 estos
 grupos
 La
 restricción de un alimento o
 tipo de alimentos
 suele
 ser
 difícil
 en

la
 mayoría
 de
 los
 casos

Dietas
 bajas
 en
 carbohidratos

Restringen
 al
 grupo
 de
 los
 carbohidratos,
 mientras
 que
 la
 cantidad
 de


 proteínas
 y
 grasas
 sigue
 siendo
 el
 mismo
 que
 una
 dieta
 normal.

Ventajas

 Permiten
 suprimir
 en
 un
 porcentaje
 al
 grupo
 de
 carbohidratos



 simples
 (azúcares,
 harinas,
 etc.)
 sin
 que
 haya
 carencia
 de

otros
 nutrientes
 Para
 muchas
 personas
 resulta
 más
 fácil
 eliminar
 un
 tipo
 de


 alimentos
 que
 contar
 calorías


Desventajas

 No
 se
 puede
 eliminar
 a
 los
 carbohidratos
 de
 la
 dieta
 de



 manera
 absoluta
 ya
 que
 puede
 ser
 perjudicial
 para
 la

salud
 y
 solo
 debe
 hacerse
 bajo
 supervisión
 médica
 Eliminar
 carbohidratos
 suele
 ser
 lo
 más
 difícil
 de
 cualquier

dieta.

Dietas
 bajas
 en
 grasas

Son
 las
 que
 restringen
 la
 cantidad
 de
 grasas
 que
 se
 consumen,


mientras
 que
 los
 otros
 grupos
 permanecen
 sin
 cambios

Ventajas

 Restringir
 la
 cantidad
 de
 grasa
 suele
 ser
 más
 fácil
 que

restringir
 los
 carbohidratos
 Existen
 sustitutos
 de
 las
 grasas
 que
 pueden
 hacer
 los

alimentos
 
 más
 apetecibles Permite
 eliminar
 una
 gran
 cantidad

de
 calorías

 Pueden
 utilizarse
 para
 controlar
 el
 colesterol
 y
 triglicéridos.

Desventajas

 Pueden
 ser
 poco
 atractivas


 No
 es
 recomendable
 eliminar
 todas
 las
 grasas
 de
 manera


definitiva
 a
 menos
 que
 exista
 una
 indicación
 para
 ello


Por el objetivo de la dieta:

Dietas
 de
 reducción

Son
 las
 que
 originan
 la
 pérdida
 de
 peso.

Ventajas

 Permiten
 tener
 una
 pérdida
 de
 peso
 controlada


 Van
 graduándose
 según
 la
 respuesta
 que
 se
 obtenga
 Pueden
 ser
 variadas

Desventajas
 Es
 la
 primera
 fase
 a
 un
 cambio
 de
 estilo
 de
 vida
 y

por
 lo
 tanto
 puede
 ser
 difícil
 de
 seguir
 durante
 mucho

tiempo
 Son
 las
 dietas
 que
 se
 abandonan
 con
 mayor
 frecuencia

 No
 se
 pueden
 seguir
 por
 mucho
 tiempo

Dietas
 de
 mantenimiento

Son
 las
 que
 permiten
 mantener
 el
 peso
 una
 vez
 que
 se
 ha
 logrado


 el
 peso
 ideal.

Ventajas

 Permiten
 mantener
 el
 peso
 después
 de
 una
 dieta
 de
 reducción

sin
 “rebote”
 Pueden
 seguirse
 durante
 mucho
 tiempo,
 incluso
 años

 Es
 menos
 estricta

Desventajas

 No
 son de utilidad si no se ha
 reducido peso
 primero.



 No
 se
 pueden
 seguir
 para
 siempre
 si
 la
 persona
 no
 es

disciplinada
 y
 no
 lleva
 un
 estilo
 de
 vida
 adecuado
 La
 dieta
 de
 mantenimiento es un apoyo para mantenerse saludable, no


la
 receta
 para continuar bajando de peso de manera indefinida.


Dieta de la Zona

Se come una proporción 40-30-30 de glúcidos, proteínas y grasas en cada comida. En


este caso se recomienda dar prioridad a las grasas polisaturadas, apoyándose en la
ingesta de Omega 3. La dieta de la zona permite que después de las comidas el pico de
glucosa sea ínfimo, conservando la insulina en un nivel ideal para la salud. Se
recomienda este tipo de dieta para diabéticos Tipo I.

Dieta Disociada

Consiste en realizar tres comidas con el primer plato verde (ensalada, verdura…) y un
segundo plato que disocie la proteína animal, cereales y legumbres. De esta manera, se
favorece la separación de los alimentos en función del grupo al que pertenecen, se
obtiene una mejor explotación de los nutrientes y se genera un sobreesfuerzo que obliga
al organismo al utilizar la grasa que tiene acumulada.

Las dietas hospitalarias

Son planes de alimentación mediante los cuales se seleccionan los alimentos más
adecuados, para garantizar que un enfermo hospitalizado mantenga o alcance un estado
de nutrición óptimo. Pueden perseguir un efecto terapéutico, de mantenimiento o
preventivo.

Las dietas hospitalarias son un elemento esencial del proceso de recuperación del
enfermo, que parte de sus necesidades y restricciones, de ahí que su naturaleza sea
esencialmente individualizada. Un enfermo puede necesitar una dieta hipercalórica
debido a que está desnutrido, mientras otros, por el contrario, necesitarán una restricción
en la ingesta de calorías.

Tipos de dietas hospitalarias

1. Dietas de progresión:

Dieta líquida: indicada a las personas que necesitan muy poca estimulación
gastrointestinal o que estén pasando de la alimentación parental a la oral. Está
compuesta por alimentos líquidos a una temperatura ambiental, por ejemplo, un caldo.

Dieta semilíquida: compuesta por alimentos de textura líquida y pastosa, como yogurt o
gelatina. También por alimentos triturados. Es un paso intermedio entre la dieta líquida
y la blanda.

Dieta blanda: muy usada en la transición de una dieta semilíquida a una normal. Los
alimentos son de textura blanda, pero enteros, con bajo contenido de fibra y grasas. Por
ejemplo, fideos, pan de molde o puré de patatas.

2. Dietas con restricción calórica: Empleadas habitualmente en personas obesas o con


sobrepeso. Se restringe la ingesta calórica, pero cuidando la aportación de nutrientes
esenciales. Se suele emplear las siguientes dietas:

Dieta hipocalórica de 1000 kcal

Dieta hipocalórica de 1500 kcal

Dieta hipocalórica de 1800 kcal

3. Dietas con restricción glucémica: Aunque también se restringe la cantidad de calorías


diarias, la restricción se hace fundamentalmente sobre la ingesta de carbohidratos.
Incluye:

Dieta diabética de 1500 kcal

Dieta diabética de 1000 kcal


Dieta diabética de 1000 kcal

4. Dietas con modificación de la ingesta proteica

Dieta hipoproteica (de 40g o 20 g): dietas hospitalarias bajas en proteínas. Suelen
prescribirse a personas con enfermedad renal.

Dieta hiperproteica: en sentido contrario de la anterior, esta dieta aumenta la cantidad


diaria de proteína que ingiere una persona. Se aplica en caso de personas desnutridas,
con infecciones, cáncer o VIH.

Sin gluten: el gluten es una proteína presente en muchos cereales. La dieta sin gluten la
suelen seguir las personas celíacas, que son intolerantes a esa proteína.

5. Dietas con modificación de lípidos

Dieta hipolipídica: se aplica en enfermos que tienen colesterol y triglicéridos altos.

Dieta de protección biliopancreática: recomendada para personas con enfermedades de


la vesícula biliar o con pancreatitis. Se restringe significativamente la ingesta de grasas.

6. Dietas con modificación de fibra

Dieta sin residuos: dieta muy baja en fibra, lactosa y grasas. Se usa frecuentemente
antes de operaciones del colon que requieren limpieza del intestino grueso.

Dieta astringente: también es una dieta sin residuos, orientada de forma habitual a
personas con gastroenteritis o con otras enfermedades que causan diarreas.

Dieta laxante o rica en residuos: si con las dos anteriores dietas hospitalarias se evitaba
la fibra, con la dieta laxante vamos aumentar su ingesta y también la de líquidos. Es
común su uso en casos de estreñimiento.

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