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Las personas físicamente activas disfrutan de una mayor calidad de vida, por
que padecen menos limitaciones que normalmente se asocian con las
enfermedades crónicas y el envejecimiento; además están beneficiadas por una
mayor esperanza de vida. Mejorando nuestro estilo de vida, se reducen los riesgos
de enfermedades cardiovasculares y cáncer, las principales causas de mortalidad
en la humanidad.
Muchos deportistas, sobre todo los que quieren esculpir su cuerpo, aplican
una dieta basada en consumo de proteínas. ¿Hay dietas especiales
recomendables en función del tipo de deporte practicado o del resultado que
se quiera obtener?
Sí. Hay dietas, aunque lo adecuado es llamarle “plan alimentario específico”, que
se aplican según el tipo de deporte y en función de los objetivos que se plantea un
deportista. Entre los planes alimentarios, están los basados en un porcentaje mayor
de proteínas en la ingesta (dietas hiperproteicas) y porcentajes bajos de hidratos de
carbono y grasas. Este tipo de plan alimentario tiene como objetivo estimular el
consumo de los depósitos de grasa e hidratos de carbono que tiene el cuerpo,
obteniendo una disminución de peso más rápida que un plan alimentario
equilibrado, y un aumento en la masa muscular si es que está realizando
ejercicios. Es importante llevar un control médico cuando se está realizando
este tipo de alimentación proteica para evitar desequilibrios alimentarios.
BENEFICIOS
beneficios más destacados a la hora de practicar alguna actividad física:
1. Mejora la fuerza, la capacidad de movimiento, la flexibilidad y la resistencia
cardiovascular.
Se observa un gran beneficio sobre la salud del corazón en las personas que
acumulan como mínimo 150 minutos semanales de actividad física moderada.
2. Prevé o mejora las enfermedades cardiovasculares o metabólicas.
La actividad física es muy adecuada para las personas que tienden a sufrir o sufren
obesidad, hipertensión, diabetes y dislipemia.
3. Ayuda a prevenir y tratar el exceso de peso.
Los resultados de los estudios realizados hasta ahora indican que caminar a ritmo
rápido cada día puede ser suficiente para mantener el peso estable.
4. Prevé la aparición de diabetes de tipo 2.
Estos efectos se han observado tanto en hombres como en mujeres.
5. Contribuye a recuperarse después de una enfermedad o
intervención quirúrgica.
Permite moverse con más facilidad, agilidad y rapidez.
6. Prevé algunos tipos de cáncer.
De 3 a 4 horas semanales de actividad física aeróbica reducen el riesgo de cáncer
de colon y de mama.
7. Mejora la salud articular e ósea.
Por un lado, mejora el metabolismo del hueso y evita el deterioro y, del otro lado,
disminuye el riesgo de fisura ósea y de sufrir caídas ya que mejora la flexibilidad, el
equilibrio y la coordinación.
8. Hace aumentar la memoria y la capacidad de aprendizaje en jóvenes y
niños.
Desconectar haciendo ejercicio les permite concentrarse y rendir más en los
estudios.
9. Mejora el estado anímico y facilita las relaciones sociales.
La práctica de una actividad física regular provoca que estemos más relajados y
contentos y nos protege de sufrir depresión y ansiedad.
10. Facilita el descanso y la calidad del sueño.
Disminuye el riesgo de sufrir insomnio e interrupciones del sueño. La apnea es uno
de los trastornos de sueño que limitan más la calidad de vida.