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EL CASTIGO FISICO COMO PRACTICA DISCIPLINARIA EN LA CRIANZA

DE LOS NIÑOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL

DORIS ROJAS CORNIEL


INTRODUCCIÓN

A pesar de la gran atención que se da hoy a proteger a los niños internacionalmente,


hay niños víctimas de violencia en todos los países del mundo. Según las estadísticas del
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), El número de niños expuestos a
la violencia, la explotación y abuso en todo el mundo es preocupante. La prevención de la
violencia, la explotación y el abuso es necesaria para garantizar los derechos de los niños y
las niñas, consagrados en las leyes tanto nacionales como internacionales.

Los niños y niñas pueden experimentar violencia en muchos ámbitos: en el hogar y


la familia, en la escuela, en los sistemas de protección y de justicia, y en la comunidad. El
ámbito particular que se abordará en la presente investigación es el del hogar y la familia.

La violencia doméstica contra los niños y niñas –en el hogar– probablemente resulte
de una combinación de factores personales, familiares, sociales, económicos y culturales,
con consecuencias permanentes para la salud y el desarrollo de los niños y niñas. Las
consecuencias aparentes más inmediatas de la violencia doméstica contra los niños y niñas
son lesiones fatales y no fatales, deficiencia cognitiva, atrofia del crecimiento y daño
psicológico y emocional.

Entre las causas culturales de la violencia doméstica destaca el uso del castigo físico
como forma efectiva para establecer disciplina y limites. Esto generó la necesidad de
proporcionar a los niños y niñas un marco legal para prevenir esta violencia y al mismo
tiempo orientar las prácticas de crianza.

El estado venezolano ante la obligación de proteger a sus ciudadanos de toda forma


de violencia implementa la reforma de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y
Adolescente, en el 2007, consagrando la prohibición explícita del castigo físico y
humillante y el derecho al buen trato.

La medida en que esta normativa ha modificado las prácticas de crianza de los


padres motivó la planificación y ejecución de este proyecto, que tiene como objetivo
general: Analizar las prácticas disciplinarias de los padres encuestados según los estilos de
crianza que manifiestan y sus posibles efectos sobre los niños y niñas a su cargo.
Reflexionar sobre la realidad identificada al realizar la presente investigación
permitió generar conclusiones y recomendaciones que podrían contribuir a la prevención de
la violencia doméstica contra los niños y las niñas.

Para la presentación escrita de la investigación se siguió el esquema aportado por la


profesora que realizara la evaluación.
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

Una familia estable es uno de los factores más importantes de protección de los
niños y niñas frente a la violencia, dado que pueden empoderar a los niños y niñas para que
se protejan a medida que maduran y se acercan a la edad adulta. Pero el hogar también
puede ser un lugar peligroso para los niños y niñas. La prevalencia de la violencia contra
los niños y niñas por parte de los padres y otros familiares solo ha comenzado a
reconocerse y documentarse en las últimas décadas.
El ”Informe Mundial sobre la violencia contra los niños y niñas” de la Secretaria
general de las Naciones Unidas (2006), documenta la gran proporción de niños y niñas que
en todas las sociedades sufren violencia significativa en sus hogares. El mensaje central del
informe es que ninguna forma de violencia contra los niños es justificable y que toda
violencia es prevenible.
Este informe también pretende marcar un punto de inflexión mundial definitivo: el
fin de la justificación de la violencia contra los niños y niñas ya sea aceptada como
“tradición” o disfrazada de “disciplina”. Por ello exhortan a los Estados miembros de las
Naciones Unidas a actuar de manera urgente para cumplir sus obligaciones y otros
compromisos de derechos humanos y garantizar la protección contra todas las formas de
violencia.
Si bien las obligaciones legales recaen sobre los Estados, todos los sectores de la
sociedad, todas las personas, comparten la responsabilidad de condenar y prevenir la
violencia contra los niños y niñas y responder ante las víctimas. “Ninguno puede mirar a los
ojos a los niños si continúa aprobando o consintiendo cualquier forma de violencia contra
ellos”, afirman en el mencionado informe.
En este sentido también la agenda del Programa de Cooperación 2009-2013, del
Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), da prioridad a la niñez y
adolescencia definiendo como uno de los grandes componentes para este Programa el
fortalecimiento de capacidades institucionales para lograr la protección integral y la
eliminación de todas las formas de violencia que se ejercen contra niños, niñas y
adolescentes. “Más Protección, Menos Violencia” es el objetivo de este componente del
programa.

En Venezuela, la reforma de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y


Adolescente (LOPNA), publicada en Gaceta Oficial Número 5.859 del 10 de diciembre de
2007 consagró la prohibición explícita del castigo físico y humillante y el derecho al buen
trato. A raíz de esto, Organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil impulsan
campañas para la erradicación del castigo físico y humillante. El tema del castigo físico
sale del ámbito privado de los hogares al ser denunciado a los organismos competentes.
En este sentido, el CECODAP, organización social venezolana, sin fines de lucro,
dedicada a la protección y participación de los niños, niñas y adolescentes, formación
familiar y escolar para la prevención de la violencia y la promoción del buen trato, en su
BALANCE: Venezuela 2014, presenta estadísticas referidas al IMPACTO DE LAS
DIFERENTES FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA LAS NIÑAS, NIÑOS Y
ADOLESCENTES, comenzando con el eslogan: “Hogares Violentos Derecho al Buen
Trato en riesgo”. Las cifras presentadas son las siguientes:
• 273 casos de NNA extraviados
• 53 casos de maltrato infantil
• 32 filicidios y 9 intentos de filicidio
• 19 secuestros de NNA por un familiar
• 13 casos de violencia intrafamiliar
• 12 casos de abandono
• 12 Homicidios a manos de un familiar
• 9 Muertes por negligencia familiar
Ante estas cifras que expresan una realidad de violencia en la interacción familiar
cotidiana, resulta evidente que la reforma legal no garantiza el cambio social cuando no es
respaldada por la educación de la población y por la capacitación de los profesionales.
Las leyes promulgadas para reflejar las obligaciones de la Convención de los
Derechos del niño (CDN), que no estén ligadas a una amplia educación de la población y
que entren en conflicto con normas y prácticas culturales aceptadas, pueden ser
incumplidas de manera sistemática. No se pueden combatir “prácticas tradicionales
perjudiciales” como el uso del castigo físico como práctica disciplinaria en la crianza de los
niños y niñas, sólo con un cambio legal, aun cuando los sistemas jurídicos deberían y deben
condenarlas. La reforma debe estar acompañada de programas educativos dirigidos a los
funcionarios, los padres y los niños y niñas.
La prevención de la violencia contra los niños y niñas en el entorno del hogar y la
familia requiere que la reforma legal vaya más allá de leyes relacionadas directamente con
la violencia.
Al respecto autores como Misle (2014), plantean la necesidad de Desarrollar
investigaciones acerca de prácticas de crianza que a su vez brinden alternativas para
garantizar una verdadera modificación de dichas prácticas en nuestra sociedad.
Surge así el desafío de la utilización de nuevas formas de aplicar límites, disciplina
y normas sin violencia que exige cambios en la cotidianidad familiar social partiendo de un
proceso de sensibilización que permitan una toma de conciencia y una modificación de
conocimientos, actitudes y prácticas, de modo que se garantice la incorporación de
competencias orientadas hacia procesos de educación y cuido en armonía con los derechos
de niños y niñas con su desarrollo pleno, integral y armonioso.
En este contexto se considero pertinente explorar, describir y analizar las prácticas
de crianza predominantes en una muestra de padres y representantes extraída de la
población total de una institución educativa de una barriada caraqueña y las prácticas
disciplinarias que conllevan. Todo esto como una pequeña aproximación a la realidad de la
vida cotidiana que se sucede en los escenarios familiares de una comunidad cercana.

OBJETIVO GENERAL

Analizar las prácticas disciplinarias de los padres encuestados según los estilos de
crianza que manifiestan y sus posibles efectos sobre los niños y niñas a su cargo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Identificar el estilo de crianza que predomina en los padres encuestados.


Relacionar el estilo de crianza predominante con las prácticas disciplinarias propias
de dicho estilo.
Analizar las prácticas disciplinarias de los padres encuestados según los estilos de
crianza que manifiestan y sus posibles efectos sobre los niños y niñas a su cargo.

JUSTIFICACIÓN

El presente trabajo de investigación pretende contribuir a la prevención del maltrato


infantil dando a conocer la realidad cotidiana de la interacción entre los padres, niños y
niñas de la muestra de estudio y las consecuencias positivas o negativas que puedan poner
de manifiesto.

Los niños son el sector más vulnerable de toda población. Son seres humanos en
formación que requieren todo tipo de cuidados tanto en lo físico, emocional, mental y
espiritual, para poder crecer y realizarse como individuos y como miembros de su
comunidad.

Cuando un niño es víctima de cualquier tipo de abuso o maltrato, sea por parte de
otros niños, de sus maestros o cuerpo directivo en las escuelas, o peor aún, de sus
padres toda su vida está en peligro.
Las heridas que se abren con el maltrato casi nunca sanan por completo y a mayor
número de ellas, también mayor será la posibilidad de que al crecer el niño, sea una persona
débil, emocionalmente no apta, cargada de rencores y con una autoestima baja; en
fin, incapacitada para ser feliz y muy probablemente para dar felicidad.

MÉTODOS O PROCEDIMIENTOS

El presente trabajo de investigación se realizó a través de las siguientes actividades:


1. Búsqueda de información relacionada con la violencia infantil, practicas de crianza
y metodología de investigación con la finalidad de desarrollar las bases teóricas y
los aspectos técnicos de la investigación.
2. Entrevista con la directora de la Escuela Bolivariana “Parroquia La Vega” ubicada
en el sector La Laguna de La Vega, Caracas, para informar lo referente al estudio y
solicitar colaboración en cuanto a facilitar los datos de población estudiantil,
número de padres y representantes y disposición de tiempo y espacio para aplicar la
encuesta una vez determinada la muestra de estudio.
3. Diseño de la encuesta de acuerdo a los objetivos propuestos en la investigación.
4. Se aplicó la encuesta un día sábado que fueron convocados todos los padres y
representantes a la institución con motivo de celebrarse una verbena pro fondos. La
directora presento a la estudiante encargada de la investigación y solicito 126
padres, madres y representantes voluntarios para responder la encuesta. Los
voluntarios se dirigieron a una de las aulas de la institución preparada previamente
para la aplicación de la encuesta donde se les agradeció por su participación, se les
dieron las instrucciones y se les dio el tiempo necesario para leer y responder la
encuesta.
5. Una vez terminado el proceso de recogida de datos se procesó toda la información
obtenida a partir de las respuestas de los cuestionarios. Para conocer los resultados y
poder analizarlos se coloco la información obtenida en un cuadro donde cada fila
corresponde a un cuestionario (una persona encuestada) y en las columnas se sitúa
cada una de las preguntas que se le han realizado. En la intersección de ambas
figura la respuesta concreta que la persona encuestada ha proporcionado a cada
pregunta del cuestionario codificadas de la siguiente manera: siempre: 3, algunas
veces: 2 y nunca: 1.

AUTORITARIO PERMISIVO DEMOCRATICO


ITEM
PARTIC. 1 4 7 8 13 16 ∑ 3 6 9 12 15 18 ∑ 2 5 10 11 14 17 ∑

6. Se realizó el análisis e interpretación de la información recopilada a la luz de los


objetivos planteados, utilizando para ello la tabulación porcentual con sus
respectivos gráficos.
7. Se elaboraron las conclusiones y recomendaciones de acuerdo al análisis e
interpretación previo.

LIMITACIONES

El mayor obstáculo encontrado durante la ejecución de esta investigación los


constituyo la poca o ninguna preparación técnica en cuanto a metodología de investigación,
ya que el pensum de estudio no incluyo ninguna materia al respecto, lo que contribuyo a
que el proceso resultara más complicado.
También se enfrentaron limitaciones de recursos económicos y tiempo para busca
más información y abarca una mayor población de estudio, por lo que la investigación no
permite hacer mayores generalizaciones.

ANTECEDENTES

En la búsqueda de estudios realizados que pudieran servir de antecedentes a esta


investigación se localizaron los siguientes documentos:

1. El ”Informe Mundial sobre la violencia contra los niños y niñas” de la Secretaria


general de las Naciones Unidas (2006). Este documento reseña estudios a nivel
mundial donde se ha señalado el autoritarismo como un factor social y cultural que
contribuye a la violencia contra los niños y las niñas. Al respecto señala: “Cuando
las relaciones progenitor-hijo son excesivamente controladoras y menosprecian los
niños y niñas, es probable que esto aumente la violencia, particularmente cuando se
une a la creencia de que el castigo físico u otras formas humillantes de castigo son
un medio necesario de disciplina.” También este informe señala estudios donde
existe una variación considerable en las opiniones populares acerca del empleo y la
efectividad del castigo físico. Mientras un estudio canadiense halló que el 59% de
las personas creían que dar nalgadas es perjudicial y el 86% que es inefectivo, otra
investigación en los EE.UU. halló que el 84% estaba de acuerdo con que “a veces es
necesario castigar un niño con unas buenas nalgadas fuertes.” Un estudio en la
República de Corea halló que el 90% de los progenitores consideraba el castigo
físico “necesario”. En un informe de Yemen, casi el 90% de los niños y niñas
dijeron que el castigo físico y humillante es el principal método de disciplina en la
familia y su forma más común la paliza.
2. Estudio de Conocimientos, Actitudes y Prácticas en materia de Patrones de Crianza
en Costa Rica (2010). Con el fin de contar con una línea base sobre los patrones de
crianza predominantes en este país, se realizó una encuesta de mil doscientas una
(1201) entrevistas con cobertura nacional. Los resultados muestran una posición
ambivalente con respecto al castigo físico. En términos generales se reconoce como
inadecuado, pero al mismo tiempo se considera que es a veces necesario para
establecer la disciplina. Esta situación hace prever un vacío con respecto a formas
efectivas alternativas al castigo para establecer disciplina y límites, pero también
sugiere limitaciones de tipo actitudinal en el plano afectivo que impiden un
verdadero cambio en las prácticas. También resulta ambivalente la opinión hacia la
ley que desautoriza la utilización del castigo físico y el trato humillante a los niños,
niñas y adolescentes por parte de sus padres, madres o encargados/as. La mayoría
de las personas entrevistadas muestran una opinión general positiva, pero
consideran que la ausencia de castigo corporal tendrá consecuencias negativas sobre
las características futuras de los niños, niñas y adolescentes al impedir un
establecimiento adecuado de límites y al reducir la autoridad de las personas
adultas.
Ambos documentos coinciden al plantear que ningún país puede medir su avance en la
eliminación de la violencia contra los niños y niñas sin tener datos fiables y que para
calcular la magnitud y naturaleza de la violencia no letal contra la infancia, en el hogar, con
precisión, se requieren estudios que exploren el empleo de la violencia por parte de los
padres.
En el ámbito nacional el informe Somos Noticia de CECODAP publicado en 2011 y
que hace un análisis de la prensa nacional, reporta que durante el período que abarca dicho
informe (Octubre 2010 a Septiembre de 2011) aumentó en 11% el número de casos de
violencia hacia niños y niña al registrar 4.107 casos en comparación con los 3.708 casos
registrados en el período anterior (correspondiente a Octubre 2009 - Septiembre 2010). El
primer lugar corresponde a casos de maltrato físico con 38%.
Recagno (2013) estudió hogares populares venezolanos y constató que las madres
mantienen alta la opción del castigo físico como forma de corrección. En esta
investigación, al cruzar el tipo de castigo con la edad de los niños, se evidencia que si bien
desde un año 30% de las madres aplican castigos violentos (halarle el pelo, correazos,
pegarle con un palo o lo primero que se encuentre), “existe una tendencia a que los castigos
más suaves disminuyan a medida que el niño crece, y se aumenta el castigo fuerte, pasando
de un 60% los tres años, a un 100% a los seis”
Estos estudios invitan a explorar la realidad actual del castigo físico en las prácticas de
crianza de niños y niñas en el país.

MARCO TEÓRICO

La palabra crianza viene del latín creare, que significa orientar, instruir y
dirigir. Mientras más avanzada es la evolución de una especie, mayor será su proceso de
crianza; por ello, los seres humanos son de crianza prolongada: aproximadamente un tercio
de la vida del ser humano transcurre durante su proceso de crianza. El ser humano durante
su crianza debe adquirir: autonomía, autoestima, solidaridad, creatividad y dignidad entre
otros.
Las prácticas de crianza hacen parte de las relaciones familiares y en ellas se resalta
el papel que juegan los padres en la formación de sus hijos. Estos, generalmente, tienen una
noción espontánea, no muy elaborada, de la manera como se debe criar a los hijos y además
son capaces de desarrollar teorías sobre la mejor forma de realizar esta tarea.
Si bien los padres, en su gran mayoría, pueden alcanzar la habilidad necesaria para
orientar el comportamiento de sus hijos, estos no siempre cuentan con una explicación
satisfactoria y coherente de su comportamiento. La justificación de sus prácticas de crianza,
especialmente en padres con bajo nivel educativo, no es clara y en muchos casos se alejan
de las reales circunstancias en las que se generaron, y tiende a reducirse significativamente
la complejidad del fenómeno.
Un rasgo de las prácticas lo constituye el hecho de que son acciones aprendidas,
tanto dentro de las relaciones de crianza en las cuales se vieron involucrados los adultos,
como por referencia a comportamientos de otros padres de familia, esto quiere decir que las
acciones que manifiestan los padres frente al comportamiento de sus hijos no son el
resultado de la maduración biológica, dependen de las características de la cultura a la cual
se pertenece (Barroso, 1995).
Este autor plantea igualmente la necesidad de que los padres adquieran mayor
conciencia de sí y aprovechen las oportunidades que se le ofrecen en los muchos contactos
diarios para enseñar a sus hijos a ser personas, estableciendo de esta manera una relación
nutritiva y de aprecio y asumiendo su papel de modelador de procesos.
Para que los niños aprendan en el seno familiar los padres deben crear un ambiente
armónico donde aprender, que responda a las necesidades de estos niños. Es decir que
deben estimular la convivencia respetuosa y constructiva. El diccionario define convivir
como la capacidad de vivir juntos respetándose y consensuando las normas básicas. La
necesidad de contar con normas y límites para el buen funcionamiento de cualquier grupo
humano no puede cuestionarse. Las ”reglas del juego” deben estar perfectamente definidas
para el logro de cualquier iniciativa humana.
La educación en la disciplina consiste, por tanto, en establecer límites al
comportamiento del niño, y ayudarlo a interiorizarlos paulatinamente de manera que al
llegar a la madurez, haya sustituido los controles externos por uno interno, incorporado a
sus hábitos y patrones conducta, dicho de otra manera, el proceso conduce a la persona de
la disciplina impuesta por el ambiente a la autodisciplina. Al proporcionarle al niño unas
normas claras de lo permitido, se le capacita para autodisciplinarse cada vez más por si
mismo.
La predisposición negativa que por lo general se tiene ante la disciplina no se debe
al hecho de que involucre normas a cumplir, ya que como señalan Clemes y Bean (2001)
“las normas efectivas contribuyen a que el niño se sienta seguro, de modo que no tenga que
comportarse mal, se debe a las prácticas disciplinarias que por mucho tiempo han realizado
algunos padres. Estas prácticas se relacionan con el estilo de crianza.
En la literatura sobre la crianza, uno de los aspectos claves para la investigación y
las aplicaciones clínicas es la identificación de estilos, patrones o tipos de crianza.
Al respecto Shapiro (2000) describe tres estilos generales de crianza:
 Autoritario: Imposición inflexible de normas y de disciplina,
independientemente de la edad de los hijos, características y diferentes
circunstancias de la vida. Los padres que utilizan este estilo:

• Tratan de tener siempre el control y son rígidos.


• Tienden a expresar poco afecto y baja comunicación
• Establecen normas de conducta estrictas y son muy críticos de los niños
• Valoran la obediencia incondicional y castigan enérgicamente al no
cumplir con las normas
• Tienden a concentrarse en el comportamiento negativo, en lugar de
positivo
• Usan sistemas de castigo firmes, agresivos
• No toman en cuenta las necesidades e intereses de los niños
Efectos:
• Miedo a los padres, que se puede generalizar a otras figuras de autoridad
• Aprender a mentir o esconder su conducta por miedo, ya que pueden
tornarse agresivos o desafiantes.
• Pueden ser peleadores en el colegio, desobedientes, problemáticos e
inquietos
• Socialmente niños impopulares
• Tienden a ser más agresivos

 Permisivo: Se caracteriza por permitir a los niños conducirse sin una guía
clara y con bajo nivel de exigencia. Los padres que utilizan este estilo:

• No suelen fijar límites.


•Ausencia de normas y fines, cuando se quiere obtener algo no se saben
establecer secuencias de medios orientados a fines y se produce la
frustración de padres y de hijos.
•Utilizan las expresiones de afecto para tatar de influir en la conducta de sus
hijos, por lo que se muestran muy cariñosos, pero si no logran lo que quieren
se tornan agresivos.
•Tratan de adaptarse a las necesidades y peticiones de sus hijos.
•El niño es quien toma el control dentro de la familia y los padres suelen
doblegarse frente a sus requerimientos y caprichos.
Efectos:
• Escaso control sobre su propia conducta
• No reconoce ni respeta figuras de autoridad
• Desarrollan problemas de adaptación social
• Desarrolla niños: agresivos, mentirosos, desobedientes e inseguros

 Autorizado o democrático: Padres que tratan de dirigir las actividades de sus


hijos de forma racional, prestando atención a su edad y sus circunstancias
particulares. Los padres que utilizan este estilo:

• Muestran confianza en sí mismos y como padres


• Equilibran los límites con el ambiente estimulante.
• Son exigentes, pero amorosos y respetuosos con sus hijos
• Se orienta sin controlar, se dan explicaciones y se implica a los niños y
niñas en las decisiones.
• Validan los sentimientos de sus hijos
• Predican con el ejemplo de modo que los niños pueden ver lo que se espera
de ellos
• No usan el castigo físico. Se establecen consecuencias lógicas y naturales
de la conducta.

Efectos:
• Desarrolla niños: seguros, independientes, socialmente competentes, con
bajos niveles de agresividad, buena autoestima, creativos y activos.
Este autor (2002) aclara que se pueden presentar diferentes combinaciones de estas
tipologías y asegura que “Los niños que se crían en un ambiente autoritario y aquellos que
son educados de una forma permisiva corren el riesgo de sufrir problemas emocionales y de
conducta”. Si se les trata muy severamente o no se les somete a ninguna disciplina, el niño
será incapaz de hacer frente al medio que lo rodea, y desarrollará defensas que se
manifestaran en problemas de conducta. Estos síntomas sean o no graves, son utilizados
como protección contra las tendencias instintivas, y pueden manifestarse como una
inadaptación social, como violentos ataques de rabia, o en una conducta agresiva,
desafiante, u obstinada.
Cuando la motivación subyacente de la disciplina es controlar y castigar en lugar de
brindar una oportunidad para el aprendizaje es poco lo que se logra. La disciplina es un
instrumento educativo. Ante una conducta inadecuada, más que la sanción, interesa que el
autor del incidente no vuelva a realizar una acción semejante. Se han de poner los medios
para que el niño decida rectificar su conducta.
El castigo puede desatar tensiones emocionales muy difíciles de controlar,
distorsionar gravemente la relación adulto-niño, generar persistencia en la conducta. Como
el castigo se basa en el poder, usualmente genera luchas de poder o estimula la revancha,
impide el desarrollo de la autodisciplina ya que no es efectivo para erradicar el
comportamiento inadecuado sino de manera transitoria. Los premios, la otra cara del
castigo, hacen daño igualmente, pues invitan a la dependencia, al desánimo a la rebelión,
pues también se basan en el poder y en el control, enseña a hacer sólo aquello que reporte
un beneficio, que el aprendizaje es sólo un medio y no un fin en si mismo.
Casamayor (s/f), defiende la postura de opción cero respecto a los castigos en virtud
de que si se realiza labor de prevención de problemas de comportamiento con éxito no hará
falta castigar, como máximo bastará con aplicar las consecuencias de los comportamientos
inadecuados, que es otra cosa.
Por otra parte, la violencia engendra violencia. Los niños que reciben castigos
físicos tienen mayor probabilidad de volverse agresivos y de asumir un carácter difícil que
posteriormente le traerá problemas en sus relaciones. Cuando se golpea a un niño se le está
enseñando que es válido lastimar. La violencia no es una forma válida o aceptable de
resolver un problema. Los regaños, los gritos, los correazos, los pellizcos, hacen parte de la
violencia cotidiana que deja en los niños huellas bastante difíciles de borrar.
El creciente reconocimiento del impacto de la violencia en la salud física y mental
de los niños y niñas durante toda su vida ha renovado la urgente necesidad de prevenirla.
Hasta los años sesenta no hubo un reconocimiento significativo, aun entre profesionales, de
la cantidad de muertes y lesiones infligidas a los niños y niñas por sus progenitores y por
quienes tienen un deber de cuidado sobre ellos o están en una posición de confianza.
A continuación se resumen las consecuencias del maltrato infantil:
 En lo físico
Según sea la índole del maltrato (golpes, castigo privando de alimentos, gritos), se
ha demostrado que un alto índice de niños, aproximadamente un 30 por ciento, han
presentado padecimientos de algún mal crónico; particularmente los derivados de
traumatismos craneoencefálicos y trastornos en el desarrollo y funcionamiento
neurológicos, tales como trastornos de déficit de atención, por decir lo menos, y en general
una salud frágil con desordenes cardiovasculares, hipertensión, diabetes, etc.
 En lo psicológico
Todo maltrato físico, además de dejar una herida corporal, es una experiencia de
sufrimiento que se queda impresa en la psique del niño; lo que perjudica su desarrollo
psicológico, comenzando por disminuir su autoestima a niveles peligrosamente bajos.
Muchos niños que durante su etapa de bebé han experimentado maltrato muestran alguna
forma de retraso cognitivo y tienen un coeficiente intelectual más bajo que los demás niños.
Son mucho más propensos a la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos. Su
capacidad de regular las emociones a menudo persiste en la adolescencia o la edad adulta,
lo que podría evolucionar a conductas autodestructivas, como el ausentismo o abandono
escolar, el uso de drogas y alcohol, embarazos prematuros, o comportamientos violentos,
psicopatías e intentos de suicidio.
 En lo social
Un niño maltratado se convierte, desde el momento mismo de su victimización, en
un problema de salud pública. Los costos a los programas de seguridad social por atención
a los niños maltratados se incrementan drásticamente cada año. A su vez, la atención
médica y psicológica que es requerida por adolescentes y adultos que presentan trastornos
también representan un gasto muy importante de los recursos públicos y de la economía
personal y familiar.
La delincuencia juvenil y adulta, las enfermedades mentales, el abuso y distribución
de sustancias nocivas y la violencia doméstica se presentan, casi sin excepción, en las vidas
de quienes en su niñez padecieron maltrato con cierta frecuencia. Alcanzada la adultez, son
problemáticos en lo financiero y en lo laboral, especialmente por su baja productividad y
elevado índice de ausentismo, lo que se traduce en un asunto de repercusión social
generalizada.
No es broma. No es exageración. Es real.
 No es tarde
Como se puede ver, arruinar la vida de un ser humano es lo más fácil si se hace
desde su niñez. Y aunque este panorama es desolador, siempre existe la posibilidad de
prevención, siempre se puede detener el maltrato, tratando con amor a todos los niños y
buscando ayuda profesional tanto para cambiar un estilo de crianza negativo, como para ir
sanando las heridas propias y del niño.
Para poder cambiar efectivamente el comportamiento de los niños, los adultos
deben cambiar primero el suyo, al igual que sus expectativas y creencias. No podrán
controlar a los niños ni obligarlos a hacer nada; más bien deben asistirlos en el aprendizaje
de la autodisciplina y la cooperación.
Así el objetivo de la disciplina es conseguir la autodisciplina o autodominio. Esto
significa que los padres pueden poner límites y negociar normas pero la autoridad no tiene
porque ejercerse de manera abusiva o dañina para el niño, por el contrario debe convertirse
en un factor positivo que sirva para establecer un sistema de relaciones basado en el afecto.
Los padres han de procurar que los niños y niñas asuman las reglas, no para agradar al
adulto o evitar el castigo, sino porque entienden de verdad que son necesarias. La
autoridad, en este sentido, es más una conquista que se debe realizar por la capacidad,
dedicación, coherencia y madurez mostrada en el trato diario con los niños y niñas, que una
concesión obtenida en virtud de ser padre o madre.
Cuando se propone cambiar un sistema de disciplina inapropiado e ineficaz basado
en la fuerza del poder por formas más democráticas, se hace referencia a la participación de
los hijos bajo los lineamientos de los padres en su propia educación. Se trata de permitirle
tomar parte en la búsqueda de soluciones de sus problemas y tenerlos en cuenta al
establecer normas de dinámica de convivencia. Los padres que utilizan un sistema
democrático de disciplina basado en el respeto mutuo generalmente influyen más en el
desarrollo del sentido de responsabilidad y autodisciplina de los niños y niñas. Los premios
y castigos son sustituidos por las consecuencias naturales y lógicas, cuyas ventajas son: los
niños y niñas son responsables de su comportamiento, toman decisiones dentro de ciertos
limites y asumen las consecuencias de sus decisiones. De esta manera se permite que los
niños y niñas aprendan y conozcan por experiencia propia el orden natural y social
establecido.
Todo lo anteriormente expuesto sustenta los elementos para el análisis de las
prácticas disciplinarias de los padres encuestados según los estilos de crianza que
manifiestan y sus posibles efectos sobre los niños y niñas a su cargo.

BASES LEGALES

El basamento jurídico sobre el cual se sustenta la investigación realizada es el


siguiente:
CONSTITUCI N DE LA EP BLICA BOLIVA IANA DE VENE UELA.
Artículo 75. El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y
como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las relaciones
familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes, a solidaridad, el esfuerzo común,
la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará
protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia. Los niños, niñas
y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a desarrollarse en el seno de su
familia de origen. Cuando ello sea imposible o contrario a su interés superior, tendrán
derecho a una familia sustituta, de conformidad con la ley.

Artículo 78. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales respetarán,
garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la Convención sobre los
Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y
ratificado la República. El Estado, las familias y la sociedad asegurarán, como prioridad
absoluta, protección integral, para lo cual se tomará en cuenta su interés superior en las
decisiones y acciones que les conciernan. El Estado promoverá su incorporación progresiva
a la ciudadanía activa, y creará un sistema rector nacional para la protección integral de los
niños, niñas y adolescentes.

LEY O NICA PA A LA P OTECCI N DEL NI O, NI A Y ADOLESCENTE.

Artículo 26. Derecho a ser criado en una familia.

........La familia debe ofrecer un ambiente de afecto, seguridad, solidaridad, esfuerzo


común, comprensión mutua y respeto reciproco que permite el desarrollo integral de los
niños, niñas y adolescentes.

Artículo 32. Derecho a la integridad personal.

Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la integridad personal. Este derecho
comprende la integridad física, síquica y moral.

Parágrafo primero: los niños, niñas y adolescentes no pueden ser sometidos a torturas, ni a
otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Parágrafo segundo: el estado, las familias y la sociedad deben proteger a los niños, niñas y
adolescentes contra cualquier forma de explotación, maltrato, torturas, abusos o
negligencias que afecten su integridad personal.

Artículo 32-A. Derecho al buen trato.

Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho al buen trato. Este derecho
comprende una crianza y educación no violenta, basada en el amor, el afecto, la
comprensión mutua, el respeto reciproco y la solidaridad. El padre, la madre,
representantes, responsables, tutores, tutoras, familiares, educadores y educadoras deberán
emplear métodos no violentos en la crianza, formación, educación y corrección de los
niños, niñas y adolescentes. En consecuencia se prohíbe cualquier tipo de castigo físico o
humillante. El estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar políticas,
programas y medidas de protección dirigidas a la abolición de toda forma de castigo físico
o humillante de los niños, niñas y adolescentes.

Se entiende por castigo físico el uso de la fuerza, en ejercicio de las potestades de crianza o
educación, con La intención de causar algún grado de dolor o incomodidad corporal con el
fin de corregir, controlar o cambiar el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes,
siempre que no constituyan un hecho punible. Se entiende por castigo humillante cualquier
trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante o ridiculizador, realizado en
ejercicio de las potestades de crianza o educación, con el fin de corregir, controlar o
cambiar, el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes, siempre que no constituyan
un hecho punible.

Artículo 254. Trato cruel.

Quien someta a un niño, niña o adolescente bajo su autoridad, responsabilidad de crianza o


vigilancia a trato cruel o maltrato, mediante vejación, física o psíquica, será penado o
penada con prisión de uno a tres años, siempre que no constituya un hecho punible será
sancionado o sancionada con una pena mayor. El trato cruel o maltrato puede ser físico o
psicológico.
En la misma pena incurrirá el padre, madre, representante o responsable de crianza y
ocasionen al niño, niña o adolescente perjuicios físicos o psicológicos.

DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

Para cumplir con los objetivos propuestos se diseñó un estudio de campo


descriptivo tipo encuesta dado que se observaron los hechos tal y como se presentan en su
contexto real y en un tiempo determinado a través de una encuesta ( Tamayo, 2003).
La encuesta diseñada para el estudio es un cuestionario autoadministrado de
respuestas cerradas policotómicas, tipo escala Likert, precodificado, de amplio uso, entre
las posibles alternativas de respuestas a un cuestionario señaladas por Hernández y otros
(2005).
La población a la cual se tuvo acceso para realizar el estudio fueron los padres y
representantes de la Escuela Bolivariana “Parroquia La Vega” que durante el presente año
escolar cuenta con una matrícula de seiscientos cuarenta (640) estudiantes para una
cantidad total de cuatrocientos veinte (420) padres, madres y representantes.

MUESTRA

Para determinar el número de padres, madres y representantes a encuestar se usó el


criterio de Ramírez (1999), quien indica que "la mayoría de los autores coinciden que se
puede tomar un aproximado del 30% de la población y se tendría una muestra con un nivel
elevado de representatividad". El treinta por ciento (30%) de 420 es 126, por lo tanto la
muestra está conformada por 126 padres, madres y representantes. Se empleo una técnica
de muestreo no probabilístico casual o accidental (Castro, 2003), ya que los 126 padres,
madres y representantes que participaron en el estudio fueron los que asistieron a la verbena
pro fondos que se realizó en la institución el día sábado que se aplicó la encuesta.

DEFINICIÓN DE TÉRMINOS

CASTI O FÍSICO: La LOPNA define el castigo físico como “el uso de la fuerza, en
ejercicio de las potestades de crianza o educación, con la intención de causar algún grado
de dolor o incomodidad corporal con el fin de corregir, controlar o cambiar el
comportamiento de los niños, niñas y adolescentes, siempre que no constituyan un hecho
punible”.
MALTRATO INFANTIL: la Organización Mundial de la Salud (2014) define el Maltrato
Infantil como “los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e
incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención,
negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la
salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de
una relación de responsabilidad, confianza o poder”.
PRÁCTICAS DISCIPLINARIAS: Rojas (2006) define las Prácticas Disciplinarias como
“el comportamientos específicos de los padres, educadores y adultos en general, para
establecer normas de convivencia en la interacción diaria con los niños”-

FILICIDIO: La Real Academia Española define el filicidio como la “Muerte dada por un
padre o una madre a su propio hijo”.

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