Sunteți pe pagina 1din 53




      
   

  

   
         

  
  
  
 
 
   
   
    
     


     
  
   !     
 "  "        
 
  
    !        
 
    #      $      
%  

 

  
     

        
     
"   
      &          


 
  '


  
 

                 
   $  
       
        
   $   
       (  

$

&)
 *
*    +  
 

 

  ,        
 

 -  &      
% & 
   ,     
  
.   &  /.&0"
 & 
    
  

    
  




  

 


 



 

 
 
 

   
 

 


 



 

 
 

 

   
 
    
  





!
 "


  

 
  
 


   
  
   
 
   
 



   
 


  
  
 
   
  

 


  
   


 
       
  
 

 
  
 

   

  

  
 
  
 
    

 


 
 
 


 

 !  " 
 
 
#
 $ %
&

'

 ( &   
) 
*+%
 &

$
$ +*,-.%




  




 /0 
& 1&2 $
 

  / 3-*4 #
  $  %
 &

 '

 
( &   ) 
 


$
$ 3-*4



Alan Rodrigues Souza da Silva
Hilton Boenos Aires

LA VINCULACIÓN ÉTICO - SENSIBLE - INTELIGIBLE


EN LA ESTÉTICA DE PLATÓN

Una breve reflexión sobre la estética platónica

1


LA VINCULACIÓN ÉTICO - SENSIBLE - INTELIGIBLE


EN LA ESTÉTICA DE PLATÓN

Alan Rodrigues Souza da Silva1


Hilton Boenos Aires2

Resumen: Tratamos inicialmente de un panorama general de la teoría de


las Ideas, tema clave para todo el pensamiento platónico, dentro de lo cual
se constituye el paradigma ético para todo el actuar humano. En seguida
explicamos cómo las concepciones estéticas, observadas desde la
perspectiva de las artes en interacción con la educación, pueden moldear
el hombre en la búsqueda por la Belleza trascendente, que se halla en el
Mundo Arquetípico Perfecto.
Palabras-Clave: Ética, Belleza, Estética.

Resumo: Tratamos inicialmente de um panorama geral da teoria das


Ideias, tema basilar para todo o pensamento platônico, no qual se constitui
o paradigma ético para todo o agir humano. Depois explicamos como as
concepções estéticas, vislumbradas a partir da perspectiva das artes em
interação com a educação, podem moldar o homem na busca da Beleza
transcendente que se encontra no Mundo Arquetípico Perfeito.


1
Doctorando en Filosofía en la Universidad Católica Argentina - Argentina. ± UCA.
rodrigues.alansilva@hotmail.com
2
Doctorando en Filosofía en la Pontificia Universidad Católica Argentina - UCA.
hilton.boenos.aires@hotmail.com

2


Palavras-Chave: Ética, Beleza, Estética.

Résumé: 1RXV WUDLWRQV SUHPLqUHPHQW G¶XQH YXH JpQpUDOH GH OD 7KpRULH
des Idées, thème basique pour tout la pensée platonique, dans auquel si
FRQVWLWXH OH SDUDGLJPH pWKLTXH SRXU WRXW O¶DJLU KXPDLQ $SUqV QRXV
expliquons comment les conceptions esthétiques, envisagées à partir de la
perspective des arts en interaction avec l¶pGXFDWLRQ SHXYHQW IDoRQQHU
O¶KRPPHGDQVODUHFKHUFKHSDUOD%HDXWpWUDQVFHQGHQWTXHVLWURXYHGDQV
le Monde Archétypal Parfait
Mots clés : Ethique, Beauté, Esthétique.

3


Índice

INTRODUCCIÓN ______________________________________ 6

1 ± LA IDEA Y EL MUNDO SUPRA-SENSIBLE ________________ 10

2 ± PLATÓN Y LA ESTÉTICA ______________________________ 14

3 ± EROS Y LA BÚSQUEDA DE LA BELLEZA ________________ 19

4 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA ESTÉTICA _______________ 22

5 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA METAFÍSICA _____________ 26

6 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA ONTOLÓGICA ____________ 31

CONCLUSIÓN ________________________________________ 35

4


³NĮȜİʌޯ IJޯ țĮȜȐ´

³/as cosas bellas son difíciles´

(Platón, Hippias Mayor, 304e).

5


INTRODUCCIÓN

Se halla en toda la obra de Platón frecuentes menciones a una


política - y por consiguiente, una ética - enteramente relacionada a la
metafísica, al trascendente y al trascendental.3 Por ejemplo, en el Político
(268d ± 277c), todo el diálogo viene inspirado por un gran mito:4 los
pastores divinos, que cuenta cómo el mundo fue creado por la divinidad: el
mundo que tiene alma y cuerpo, y, como es un ser que posee corporeidad,
también está sujeto y sometido a los cambios. Muchas fundamentaciones
dadas por platón para su orden político, buscan su esencia última en un
orden metafísico.
En Critón (50a -d / 51a) igualmente: cuando Sócrates se recusa a
huir de la prisión y salvar su vida, lo hace por sumisión a las leyes de la
ciudad, preocupado en mantener el orden. Pero, ese orden al cual
Sócrates se refiere no es únicamente inmanente, es también un orden en
perspectivas cósmicas. Si uno comete un delito, pone toda la estructura
cívica en riesgo, eso quiere decir que, según la cosmovisión antigua, un


3
Para esa cuestión de la relación entre el substrato metafísico religioso y el surgimiento de la
ley, de la política y del derecho en la Grecia, Cf. (VERNANT, 2002)
4
6REUHFyPRHO³PLWR´WHQtDRWURYDORUSDUDORVDQWLJXRV\FLYLOL]DFLRQHVDUFDLFDV&I (/,$'(
 ³« 'HSXLVSOXVG¶XQGHPL-VLqFOHOHVVDYDQWVRFFLGHQWDX[RQWVLWXpO¶pWXGHGXP\WKHGDQV
une perspective qui contrastait sensiblement avec, disons, celle du XIXe siècle. Au lieu de
WUDLWHUFRPPHOHXUVSUpGpFHVVHXUVOHP\WKHGDQVO¶DFFHSWLRQXVXHOOHGXWHUme, i.e. en tant que
« faible », « invention », « fiction ª LOV O¶RQW DFFHSWp WHO TX¶LO pWDLW FRPSULV GDQV OHV VRFLpWpV
archaïques, où le mythe désigne, au contraire, une « historie vraie » et, qui plus est, hautement
précieuse parce que sacrée, exemplaire et significative. Mais cette nouvelle valeur sémantique
accordée au vocable « mythe » rend son emploi dans le langage courant assez équivoque. En
HIIHWFHPRWHVWXWLOLVpDXMRXUG¶KXLDXVVLELHQGDQVOHVVHQVGH© fiction ªRXG¶© illusion » que
dans le sens, familier surtout aux ethnologues, aux sociologues et aux historiens des religions,
de « WUDGLWLRQVDFUpHUpYpODWLRQSULPRUGLDOHPRGqOHH[HPSODLUHª´ (ELIADE, 1963 : 11)

6


desorden en la pólis puede traer consecuencias más amplias y más graves


dentro de un todo, que está más allá del hombre y el mundo material.5
También en el diálogo Eutifrón, más allá de vernos la discusión sobre
HOGHEHUGH³KDFHUDORTXHHVDJUDGDEOHDORVGLRVHV´(XWLIUyQFRQVLGHUD
que la acusación de su padre es impía y cree que debe ser purificada. 6 A
pesar de Sócrates terminar con una solución de que es necesario hallar
una definición universal de piedad, independiente de la querencia de los


5
Para la organización del hombre en un kosmión, que es una representación menor,
imaginativa del cosmos, llena de significado simbólico Cf. los capítulos III y IV en (VOEGELIN,
2006). Ya en Vernant (2002: 71-  WHQHPRV ³(Q HO (VWDGR HVSDUWDQR OD VRFLHGDG \D QR
forma, como en los reinos micénicos, una pirámide cuyo topo el rey que ocupa. Todos los que,
teniendo recibido el entrenamiento militar con la serie de testes e iniciaciones que compuerta,
poseen un kleros y participan de las si-sitias, se encuentran elevados al mismo nivel. Es ese
nivel que define la ciudad. El orden social ya no aparece entonces bajo la dependencia del
soberano, ya no está vinculada al poder creador de un personaje excepcional, a su actividad de
ordenador. Es el orden, por lo contrario, que regula el poder de todos los individuos, que
impone un límite a su voluntad de expansión. El orden viene primero en relación al poder. La
arché pertenece en la realidad exclusivamente a la ley. Todo individuo o toda facción que tiene
intención de asegurarse en el monopolio de la arché es una amenaza, por ese golpe contra el
equilibrio de las otras fuerzas, la homonóia del cuerpo social y pone en riesgo, con eso, la
SURSLDH[LVWHQFLDGHODFLXGDG´
6
³(XWLIUyQ HUD XQ UHSUHVHQWDQWH GH YLHMDV FUHHQFLDV GH OD UHOLJLyQ DQWURSRPyUILFD VHJ~Q ODV
cuales se pensaba que el homicidio era una míasma (mancha, infección, contaminación,
LPSXUH]D  TXH GHEtD VHU FXUDGR UHSDUDGR GHVLQIHFWDGR SXULILFDGR´ $QWRQLR $OHJUH *RUUL
(2010), para las ediciones Gredos, en el estudio introductorio a las obras de Platón, p. LXXVII.
Ya sobre la impurH]DGHOKRPLFLGLR³  WUDWDGHGDUVHDORVFLXGDGDQRVHOVHQWLPLHQWRGHTXH
ellos son de alguna manera hermanos. Nada es más susceptible para fortalecer esa convicción
de lo que el consumo de un alimento cocido en la misma chimenea y dividido en una misma
mesa: la comida es una comunión que realiza entre convivas una identidad de ser, una especie
de consanguineidad. Se comprende, desde luego, que el asesinato de un conciudadano puede
provocar en el cuerpo social el mismo horror religioso, el mismo sentimiento de impureza
VDFUtOHJD TXH VL VH WXYLHUD WUDWDGR GH XQ FULPHQ FRQWUD XQ IDPLOLDU GH OD PLVPD VDQJUH´
(VERNANT, 2002: 83).

7


dioses, eso no quiere decir que había la necesidad de trascendencia en el


orden político, tanto platónico, cuanto antiguo.
Sin embargo, no vamos proseguir en búsqueda de innumerables
ejemplos que podríamos exponer sobre la importancia de una realidad
metafísica para la política platónica, ni tampoco será objeto de análisis la
ética política del filósofo griego. Este trabajo es una breve revisión
bibliográfica que tiene el objetivo de reflexionar sobre cómo es la relación
³pWLFR-sensible-LQWHOLJLEOH´ HQ OD HVWpWLFD SODWyQLFD HV GHFLU FRPR 3ODWyQ
establece una vinculación entre la experiencia sensible y lo racional, dentro
de su estética, llegando en una perspectiva ética, como siendo la
culminación de todo un proceso de búsqueda por el bien, que, en un
primer momento, es hecho desde la inclinación del hombre por la belleza y
todo lo que es bello.
Nuestro planteo exige que iniciemos la reflexión fundamentando la
metafísica platónica, es decir, no se puede hablar de belleza en Platón sin
conocer sus fundamentos metafísicos, lo mismo es dicho para la ética. Así,
en el punto 1 hablaremos del mundo de las Ideas para poder comprender
su teoría estética, los fundamentos de esta Belleza, tomando este mundo
como paradigma del vivir humano, bajo el cual todos deben orientar sus
acciones. En el punto 2 haremos un breve recorrido por la estética, como
el filósofo contempla algunas expresiones artísticas y el carácter mimético
de ellas, como el papel de la sensibilidad en la formación del hombre.
En el punto 3 llegaremos al Eros y la búsqueda por la belleza. Para
esto, tendremos como base su obra Banquete, donde Platón habla de la
erótica como deseo o apetito. Primero el alma contempla la belleza
presente en el mundo de los sentidos, pero no se detiene ahí, sino que
sigue la búsqueda. Eros en el pensamiento platónico es el deseo por algo
bello, el deseo estético. El objetivo del Eros es hacer un tránsito desde la
belleza de los cuerpos hasta la Belleza suprema, inmutable, ideal. Pero

8


este camino inicial pasa por la experiencia sensible. En este sentido ese
proceso de búsqueda se torna también una búsqueda ética, visto que lo
bello es también un bien.
En el punto 4 hablaremos sobre la belleza bajo la óptica estética, es
decir, la noción de lo Bello en sí mismo, contraria a la noción de teoría del
arte modernamente comprendida. En el punto 5, el más importante para
vislumbrar el aporte ético-estético, contemplaremos su óptica metafísica, o
sea, las relaciones entre el Bien y lo Bello y cómo Verdad, Bondad y
Belleza son aspectos de una misma realidad suprema. Por fin, en el punto
6 hablaremos sobre la óptica ontológica de lo Bello. Para hacer que el
hombre trascienda la realidad sensible es necesario comprender la
esencia de lo Bello, o sea, su aspecto ontológico, su ser.

9


1 ± LA IDEA Y EL MUNDO SUPRA-SENSIBLE

La filosofía propiamente dicha nace cuando el hombre pasa a


contemplar de modo racional su mundo y los acontecimientos. Hasta
entonces, el mito era la forma de explicar el origen de todo bien como una
tentativa de dar respuestas a los anhelos humanos. Conforme Carlos
Eduardo da Silva Rocha, en su reflexión sobre la Metafísica en la era
Clásica, los presocráticos son los que lideran esta búsqueda por el saber.
Su principal concepto es el tema de la physis, tema con el que buscan
explicar la naturaleza que los rodea. El origen del kosmos es, por
excelencia, el tema de la filosofía primitiva, entre cuyos autores se destaca
Anaximandro, defendiendo que el origen de todo es el apeiron. Por
inclinarse sobre el tema de la physis fueron conocidos como naturalistas
(ROCHA, 2009, p. 2).
El desplazamiento del pensamiento empezó con Sócrates,
defendiendo la existencia de un alma inmortal y contemplando el mundo
de las virtudes. Su alumno Platón sigue las huellas de su maestro y
desarrolla de forma extraordinaria el tema de un mundo supra-físico, que
está más allá de la física (tá metá tá physicá), o sea, Platón habría de
defender de forma racional la existencia de un mundo fuera del mundo
sensible, lo que llamará metafísica. Su gran hallazgo es el desplazamiento
del tema de la physis para lo metafísico, o sea, lo supra-sensible.
Lo que lleva a Platón a esta insatisfacción con la teoría naturalista es
que ésta no puede dar razones satisfactorias en cuanto al origen del
cosmos. Para Platón, este origen no puede ser natural: el mundo de los
fenómenos no puede ser explicado de forma sensitiva, es decir, la causa
de lo material debería ser totalmente inmaterial. Platón, así, desarrolla la
teoría de las Ideas, su principal hallazgo y pensamiento.

10


En su obra Fedón, Platón define lo que sería este mundo Ideal,


donde todo lo cuanto existe en el mundo sensible es copia de este mundo
meta-sensible. Todo cuanto existe es reflejo de algo más allá de la physis,
lo que Platón llamará: mundo Ideal. Sin embargo, esta Idea (Eidos), no
tiene QDGD TXH YHU FRQ HO FRQFHSWR PRGHUQR GH ³LGHD-SHQVDPLHQWR´ R
concepto mental. El concepto platónico es que las Ideas son las causas
del mundo físico, aunque siendo no-físicas. Las Ideas, o formas, son el
³VHU SRU H[FHOHQFLD´ R ³VHU YHUGDGHUR´ OR TXH VLJnifica que las ideas
H[LVWHQ ³HQ Vt PLVPDV´ \ ³SRU Vt PLVPDV´ HV GHFLU QR SXHGHQ VHU
consumidas por el devenir que consume todas las cosas corpóreas, pues
ODV ,GHDV VRQ ³ODVUD]RQHV ~OWLPDV \ VXSUHPDV´ \ ³OD YHUGDGHUD FDXVD GH
ODV FRVDV´ VRQHVHQFLDV SXras, incorpóreas e inteligibles (ROCHA, 2009,
S  *LRYDQQL 5HDOH   HQXPHUD HQ VX REUD ³+LVWRULD GH OD )LORVRItD
$QWLJXD,,´ODVFDUDFWHUtVWLFDVGHORTXH3ODWyQOODPDUi,GHD

a) Inteligibilidad, que significa que las Ideas son objetos de la


inteligencia y sólo por ellas pueden ser comprehendidas;
b) Incorporeidad, que las Ideas pertenecen a un plan supra-físico, no
corpóreo;
c) Inmutabilidad, que las Ideas son siempre las mismas, sin sufrir la
acción del devenir;
d) La perseidad, o sea, las Ideas existen en sí y por sí;
e) Unidad, que cada Idea unifica la multiplicidad. Por fin, la Idea es el
ser en sentido pleno, o sea, las Ideas consisten el ser por excelencia.

Al considerar el mundo de las Ideas como el mundo perfecto, ideal,


Platón habría de considerar su supremacía ante el mundo de los sentidos.
Para él, los fenómenos y cosas concretas de este mundo son apenas
sombras pálidas del mundo Ideal, o sea, son copias del otro mundo. Los

11


sentidos, por lo tanto, no son capaces de fornecer conocimiento racional.


El filósofo, es decir, el amigo de la verdad, no puede aferrarse al mundo
aparente o sensitivo. La idea pura sólo puede ser alcanzada por la razón.
Ese es un punto clave para se vislumbrar la ética en el pensamiento
platónico, ya que su orientación enseña al hombre a renunciar a los
placeres, las honrarías y a las riquezas, a no interesarse por los bienes del
cuerpo y del mundo material. El objetivo del hombre debe ser practicar la
virtud. En el mundo sensible el ama vive en un tipo de cárcel, que siempre
está en búsqueda de un bien mayor, perdido y casi desconocido.
Así, Platón define su trascendencia del mundo sensible por medio de
la razón. Sólo ella puede alcanzar la esencia de las cosas. La comprensión
de este concepto de Idea es fundamental también para entender la
metafísica platónica, pues por la primera vez en el mundo alguien trató de
modo conceptual o racional la idea de un mundo supra-sensible o fuera del
mundo de los fenómenos. Él llamará Hiperuranio ( ਫ਼ʌİȡȠȣȡȐȞȚȠȢ  HVWH
lugar arriba del cielo donde, según él, habitarían las Ideas. Claro que,
siendo la Idea supra-sensible o metafísica, no puede habitar en ningún
lugar, tampoco el Hiperuranio es un lugar específico.
$EDMRGHOPXQGR,GHDOHVWDUtDQORV³HQWHVPDWHPiWLFRV´RVHDVHUHV
intermediarios entre las Ideas y el mundo sensible. La Idea de lo Bueno se
encontraría en el vértice del Hiperuranio y condicionaría todas las otras
LGHDV /RV ³HQWHV PDWHPiWLFRV´ SRVHHUtDQ FDUDFWHUtVWLFDV VHQVLEOHV \
supra-sensibles ya que estarían en el intermedio de ambas. Para explicar
el modo cómo las cosas supra-sensibles se volverían modelos para las
cosas sensibles Platón afirma la existencia de un Demiurgo, el cual sería
un dios-artífice personal, capaz de querer y pensar. Así como las Ideas,
este ser también es dotado de eternidad e inmutabilidad. En orden a dar
origen al mundo sensible, el Demiurgo, por amor a lo bueno, contempla las
Ideas y las toma como modelo para crear los entes del mundo real. Al

12


tomar el mundo de las Ideas como modelo, el artífice divino plasma y llora,
ORTXHVHUiVHJ~Q3ODWyQHO³UHFHSWiFXORGHOPXQGRVHQVLEOH´$VtTXHGD
claro que el Demiurgo es la causa eficiente del cosmos físico.
Esta teoría platónica se volvería un marco en el pensamiento
occidental, pues tratase de una reflexión por primera vez sobre un mundo
supra-sensible y su fundamentación metafísica por medios racionales
(ROCHA, 2009: 7).

13


2 ± PLATÓN Y LA ESTÉTICA

La teoría estética de Platón tiene total vinculación con su teoría de


las Ideas. Ella investiga el concepto de belleza en su naturaleza más
profunda, es decir, Platón habla de una belleza que no sufre las
transformaciones propias del mundo sensible. No es una belleza sensorial,
visible a los ojos, sino que es metafísica, eterna e inmutable. En este
sentido, su análisis será diferente de la estética moderna, cuyo nombre
debemos a Baumgarten (1750), y cuyo énfasis es la percepción sensorial.
Esto no significa que Platón desprecie la experiencia sensitiva, es más:
Platón es por naturaleza un hombre que experimentó lo que significa la
sensibilidad en la vida y en la formación humana y llevó esto muy en serio.
Hablando sobre la estética platónica, Luis Felipe Bellintani (2007)
sostiene que puede parecer con esto que haya una paradoja entre estética
y platonismo, ya que estética, por lo menos en conceptos modernos, tiene
que ver con sensibilidad, pero no es así. Para él, toda la historia de la
estética empieza por Platón. En su artículo para los Cadernos de Estética
Aplicada ± Viso ± el autor defiende que la metafísica platónica nace
después de su estética. Esto porque primero Platón habla de una Belleza
Ideal, de la cual todas las bellezas participarían, dicho de otra manera,
primero nace el concepto de participación de la copia en la Idea, después,
estos conceptos aparecerán en la metafísica y serían derivados de su
teoría estética. Se trata de una ligación del sensible y del inteligible, tan
anhelada por la doctrina de la participación. El diálogo Parménides
muestra cuán consciente estaba Platón de las consecuencias catastróficas
de una separación sin la participación relacionada: sensible e inteligible
serían incomunicables, ni los hombres conocerían las ideas, o lo que sería
peor, ni los dioses conocerían el mundo humano (BELLINTANI, 2007:9).

14


Sin embargo, algunos tipos de arte en el pensamiento de Platón no


encuentran tanto énfasis, pues él los consideraba la copia de la naturaleza,
que, a su vez, también es copia; es decir, el arte es copia de la copia. Lo
bello para él no está en los sentidos, y las manifestaciones artísticas
desviarían al hombre de la esencia a la que sólo se puede ascender por la
razón.
Hay que saber distinguir o definir, antes de todo, lo que es arte y lo
que es belleza para el filósofo. El arte se vuelve imitativo (mimesis): imita
por medio del pincel del pintor, del cincel del escultor, de los movimientos
del cuerpo del bailarín, de la voz del orador (República, 267 y 861a). Una
importante distinción se da en el objetivo de la dinámica de la mimesis, es
decir, de la imitación que caracteriza el arte. Es posible la imitación ya de
la esencia ya de la apariencia. En este sentido, Platón tiene preferencia
por el arte de la palabra, pues éstas son más habilitadas. En cuanto al arte
de que depende de las manos, el filósofo reconoce que hay un vínculo
directo entre inteligencia y manualidad. Aunque las considere inferiores a
las demás expresiones artísticas, sostiene que ellas tienen origen divino.
(GANZAROLLI, 2005: 97).
Hablando de artes figurativas, Platón no se muestra muy favorable.
La cuestión es sencilla: este tipo de arte engaña los sentidos. Si el sabio
es amante incondicional de la verdad, no puede aferrarse a la mera
apariencia que este tipo de arte produce. Así como el falso placer
intelectual proviene de las falacias enseñadas por los sofistas, el placer
ocasionado por la apariencia del arte figurativo es nada más que sombra
del verdadero placer. Platón incluso llega a comparar el artista de este tipo
de arte con los sofistas de su época, todo por producir el falso
conocimiento y falso placer (GANZAROLLI: 98). Dicho de otra forma,
Platón critica todo tipo de arte desde un punto de vista epistémico-
ontológico. En la República, libros VI y VII, las obras de arte son iconos,

15


que son reflejos del mundo natural, que, a su vez, es reflejo de las Ideas, y
su conocimiento es eikasía, representación, imagen, conjetura. Los
productos del arte y su conocimiento son los grados más alejados de la
verdad. El arte es pura imitación. Pero si critica especialmente a la
tragedia, y lo hace por razones políticas, morales, religiosas y
educacionales.7
Ahora le toca a la música, arte importantísima para Platón. Además
de ser la más importante de las artes, ella es indispensable, para la
formación del carácter del hombre y de la polis. La música es capaz de
llegar a los más profundo del alma siendo, por ende, capaz de persuadir el
hombre en cuanto a los conceptos de lo bello y de lo feo (GANZAROLLI,
2005: 98). Sólo la música es capaz de perfeccionar el gusto, sostiene
Platón. En este sentido, Plazaola añade:

Precisamente porque Platón había sentido el enorme atractivo natural


que el arte ejerce sobre el hombre, percibe el peligro que puede
resultar para la moral. Un placer descontrolado resulta en un peligro
descontrolado. Y es en la música que Platón sintió más evidente el
carácter hedonista del arte. La esencia de la música es la expresión de
las emociones y disposiciones del alma; Así dispone de un gran poder
para configurar los hábitos del espíritu (PLAZAOLA, 1970: 15).

Entrando en el tema de la estética, Ganzarolli (2005) sostiene que


suena pleonasmo hablar de estética en Platón, pues todo en la obra
platónica converge en la belleza. El motivo por el cual no se halla una
ciencia estética en la Grecia de Platón es porque no había necesidad. La

7
³ «  Las tragedias transmitían ideología; es decir, bajo envoltorios histórico-mitológico
difundían los ideales de la democracia, que en grande parte también los expandía la sofística.
La tragedia cantaba los logros de la pólis, prevenía contra los retrocesos que podían provocar
los políticos egoístas, pero en todo caso tematizaba y sometía a discusión las vidriosas
relaciones enWUHSRGHU\ODVRFLHGDG´ *255,, 2010: LXIV)

16


belleza se encontraba tan integrada a las cosas y a lo cotidiano que no


existía una formalidad sobre el tema, es decir, no había necesidad de una
reflexión estética ya que ella se encontraba en todo, incluso en la propia
vida.
Surge, entonces, una pregunta, ya que todo es estética para Platón:
¢4Xp HV µHVWpWLFD¶ SDUD pO" Algo que tiene el privilegio único de ser
claramente perceptible y nos provoca encanto (GANZAROLLI, 2005: 93).
Como se puede ver, algo muy parecido a lo que dirá Tomás de Aquino
cuando define belleza: Pulchra enim dicuntur quae visa placent (S. Th. I, q.
5, a. 4.). Pero Platón no distingue muy bien entre lo bello y lo bueno, que
muchas veces suele pasar por conveniente (tó prepón). Tampoco se
preocupa en distinguirlos, pues, discípulo de Sócrates, dará más valor a la
belleza moral e intelectual que a la física. Para Platón, el cuerpo debe ser
embellecido por la gimnasia y por la higiene; el alma, por la filosofía y por
la música (PLATÓN, 88c).Y uno que intenta sanar el cuerpo, no puede
olvidar de sanar, antes de todo, el alma.8Así, queda claro que importa para
él lograr una belleza absoluta y trascendente, principio de todo cuanto es
bello, y llegar a la inteligencia, o sea, a la razón.
Ya Plazaola (1970) mira más allá. Para él ética y estética son la
misma cosa en Platón, pues la belleza llega al comportamiento:

El principio platónico universal de la armonía como valor absoluto y


trascendente es una ley ontológica que alcanza la praxis humana en

8
³>UHILULpQGRVHDORVHQVDOPRV@ « 3XHVHVGHODOPDGHGRQGHDUUDQFDQWRGRVORVPDOHV\ORV
bienes para el cuerpo y para todo el hombre; como le pasa a la cabeza con los ojos. Así pues,
es el alma lo primero que hay que cuidar al máximo, si es que se quiere tener bien a la cabeza
y a todo el cuerpo. El alma se trata, mi querido amigo, con ciertos ensalmos y estos ensalmos
son los buenos discursos, y de tales buenos discursos, nace en ella la sensatez. Y, una vez
TXHKDQDFLGR\SHUPDQHFHVHSXHGHSURSRUFLRQDUVDOXGDODFDEH]D\DWRGRHOFXHUSR « 
cometen los hombres la misma equivocación, al intentar, por separado, ser médicos del alma y
GHOFXHUSR´ Cármides 156d ± 157c)

17


todos sus aspectos. (...) En Platón ética no se diferencia de la estética


(PLAZAOLA, 1970:13).

Por ende, si el hombre puede entonces ser tocado en lo profundo de


su alma por la música o el arte más elevada, este mismo hombre puede
ascender al mundo racional, o mundo ideal. Puede llegar a este mundo
suprasensible por medio de los sentidos. Pero hay que delimitar qué tipo
de trascendencia es esta y qué tipo de experiencia sensible puede hacer al
hombre trascender, pues lo sensible puede igual ser un riesgo como vimos
anteriormente.
Esta ascensión o trascendencia es capaz de provocar una elección
en la vida humana, es decir, si la música (mousike), por ejemplo, tiene un
papel educacional o formativo en el hombre, es lo que afirma una vez más
Bellintani (2007: 6). Después de analizar el libro III de la República,
sostiene que hay en la obra de Platón un nexo entre el tipo de música y el
tipo de carácter, virtuoso o vicioso. La formación del carácter del niño por
YtDHVWpWLFDHVFRPSDUDEOHDOSURFHVRGHOJUDEDGR\ODHVFXOWXUD³,PSULPLU
(ensemaíno  HO FDUiFWHU HQ HO DOPD´ \ ³PRGXODU plásso  HO DOPD´ VRQ ODV
expresiones utilizadas. Como el Demiurgo modula el mundo en Timeo,
como Sócrates modula sus interlocutores, así modula la estética teniendo
como resultado el hombre bello y bueno.
Por ende, el arte tiene la tarea de formar el hombre en su integridad
y hacerlo salir del mundo sensible hacia una vida suprasensible, ya que el
hombre es compuesto no solamente de cuerpo sino que de alma, cuyo
tema está presente en casi toda su obra. Este es el deseo de Platón por
medio de la estética.

18


3 ± EROS Y LA BÚSQUEDA DE LA BELLEZA

En la obra Banquete, Platón habla de una belleza inmune a las


transformaciones que ocurren, que son características del mundo sensible.
La Belleza eterna e inmutable, infinitamente más real que las bellezas
sensibles, se halla más allá de este mundo. Esta Belleza existe como Idea,
como forma arquetípica de la cual todas las otras bellezas participan. De
este modo, cuánto más una cosa se parece a su arquetipo eterno, más
bella es; cuanto más difiere, menos es su belleza. Basándose en la teoría
de la reminiscencia, Platón cree que es posible reconocernos rasgos de la
Belleza eterna y únicamente verdadera en las formas sensibles. Según el
filósofo, el alma humana, antes de unirse al cuerpo, convive con las Ideas
en su estado puro; una vez unida al cuerpo, es capaz de recordar estas
experiencias (GANZAROLLI, 2005: 94). Por esto, cuándo el hombre hace
una experiencia estética, o una experiencia erótica (física o espiritual), él
trascendería a la Belleza ideal.
Este deseo de Belleza es explicado con el mito de Eros, es decir, el
responsable por hacer con que el hombre tenga una cierta inclinación
hacia las cosas bellas. Cuando habla del nacimiento de Eros, narrado en la
obra Banquete, Platón defiende que éste es el que busca lo que no tiene,
es decir, Eros es el verdadero filósofo, pues busca lo que le falta. Según
Lourdes Boulangger Atoche (2009), Eros habría nacido de Erebus, de
acuerdo con la teoría de Aristófanes en el diálogo de la obra Banquete. Sin
embargo, en el Theogonia, poema épico escrito por Hesiodo, se menciona
un Eros acompañante de Afrodita, pero no su hijo. Otra leyenda afirma que
él sería hijo de Zeus e Iris. Generalmente es representado como un joven
con alas apuntando su arco y flecha hacia los corazones de los dioses y
mortales. Era un Cupido sin escrúpulos, un peligro tanto para los hombres
cuanto para los dioses por los daños que hacía. El Eros mitológico es

19


puramente pasional y orientado al amor carnal. Otro tema es que está


siempre asociado a Afrodita, diosa de la belleza, la cual está vinculada a la
idea de lujuria en el pensamiento griego. La pregunta de Boulangger
(2009) nos viene muy pertinente para entender el pensamiento platónico:
¿el Eros de la mitología griega es el mismo Eros a que se refiere Platón en
el diálogo El Banquete? Según ella no. Este Eros orientado al amor carnal
y al deseo sexual es incompatible con el pensamiento platónico, pues para
él, el cuerpo es cárcel del alma.9
Platón no sostiene que Eros sea un dios como en los mitos, sino más
bien que un daimon, es decir, un espíritu intermediario entre los dioses y
los hombres. Los dioses poseen la belleza y la inmortalidad. El amor, en
cambio desea siempre lo bello, y lo desea justamente porque carece de
ello. El Eros platónico busca amor y trascendencia, por lo tanto, viene a ser
una fuerza unificadora de la realidad existente siendo un punto medio entre
lo material y lo inmaterial, entre lo terreno y lo celeste. En este sentido, la
erótica platónica busca superar el cuerpo, y es a través de la cual, se
puede trascender a la esencia o al mundo suprasensible por medio de los
sentidos.
Marcelo da Veiga Greuel (2017: 147) también subraya que en la
teoría de Platón el hombre vive inicialmente confinado al mundo de los
fenómenos sensoriales. Ahí él puede despertar en si el Eros, el amor,
inicialmente apenas vuelto para manifiesto en un determinado cuerpo. Su
progreso consiste en convencerse de que lo bello en un cuerpo es el
mismo en todos los cuerpos. La trascendencia es cuando él se da cuenta
de la belleza en las almas, en las instituciones y en las ciencias. Este es el

9
El alma divina, a causa de una falta cayó en el mundo de la materia, en el cuerpo; por ese
dato se conoce la teoría del sôma-sêma: el cuerpo (sôma) es la tumba (sêma) del alma. En
esta vida, el alma debe purificarse mediante la práctica de la virtud. Cf. Fédon, 66b/67b;
República, X, 614a/621d. Para la referencia de la cita de Boulangger, en este link:
https://filosofiaudep.wordpress.com/el-eros-griego-y-el-eros-platonico-del-mito-a-la-filosofia/

20


punto de partida para alzar al supremo nivel en la contemplación de lo


bello, que reside en la Idea pura, que solo puede contemplar aquel que se
desprendió del mundo sensorial.10


10
³>ODHGXFDFLyQ\HODUWHSODWyQLFRGH@/Dperiogoge, la dirección del alma para el fundamento
divino y el alejamiento [del alma] de la indolencia y desolación del PXQGR´ 1RWD DO SLH GH
página 18, en (AIRES, 2016: 16)

21


4 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA ESTÉTICA

Estableciendo una relación entre belleza y las dificultades, tanto


Sócrates cuanto Platón las equipararon al oro y las demás piedras
preciosas que tienen su alto valor, pero sin embargo son difíciles de ser
encontradas. Así, la belleza también exigirá su labor, su reto. Esta era la
Pi[LPDJULHJDTXHKDFHHFRHQODREUDGH3ODWyQ+LSSLDV0D\RU³NĮȜİʌ੹
IJ੹ țĮȜȐ´ NDODSi Wi NDOi  ODV FRVDV EHOODV VRQ Gifíciles (Hippias Mayor,
304e).Esta es la razón de nuestra atracción por esta belleza: nuestro
interés por las cosas crece en la medida que crece la dificultad de disponer
de este bien. Cuánto más difícil sea algo, o cuanto menos fácil sea de
encontrar, más atracción tiene nuestra naturaleza por ello. Con esto,
podemos concluir que, si todo fuera bello, como son las teorías relativistas
de la actualidad, perderíamos el interés por la belleza. Esta puede ser la
razón por la cual haya tanto desinterés por lo bello, en nuestros días. Una
YH] TXH WRGR HV FRQVLGHUDGR EHOOH]D /D )XHQWH ³5 0XWW´ GH 0DUFHO
Duchamp, por ejemplo) el hombre no tiene más criterio de lo que es bello,
o no tiene más una educación para la belleza. La cultura de lo feo es
característica del arte en el mundo posmoderno.
En la obra Banquete encontramos lo que podemos la teoría platónica
de lo Bello. Ella tratará sobre la noción de lo Bello en sí mismo y del Ser de
la Belleza, todo lo contrario de lo que entendemos hoy sobre la teoría del
arte. Platón no descarta completamente las potencialidades del mimesis
para los fines de su filosofía, teniendo en cuenta la Verdad de la forma
como algo que se da a conocer a través de un largo proceso de educación
del espíritu en que, seguramente están consideradas en sus
manifestaciones sensibles. Así, como nos quiso enseñar Diotima, de
belleza en belleza, podemos ascender a la forma máxima de lo Bello. Si el

22


arte es tomado como mimesis simplemente, entonces, no pasará


esencialmente de simulación y nos alejará de la realidad.
En su tesis Verité et méthode, Gadamer (1976: 484) afirma que la
característica esencial de lo Bello, anunciada en los diálogos platónicos es
de manifestarse, ser aletheia. La manifestación es propiamente lo contrario
de simulación. La Belleza es entonces no-simulación, lo que evidencia su
parentesco con la Verdad. Sin embargo, Belleza y Verdad no son una
única y misma cosa: la Belleza lanza el alma en dirección a la Verdad, al
nivel de lo inteligible, que en el Banquete aparece como una orden de
realidad más elevada, donde las Formas no son simuladas en la confusión
del mundo sensible. En este sentido, si consideramos la obra de arte como
objeto de la Belleza, seremos forzados a admitir que, lejos de la
simulación, la Belleza es, como en orden de Eros, un mediador que nos
lleva a la Verdad, pues suscita en nosotros el deseo de poseerla (BRAILE,
2006: 137).
Heidegger establece una relación entre mimesis y Verdad, pero
como si hay un riesgo que esta mimesis se aleje de la Verdad en la obra
de arte. Si llevamos en consideración la Belleza del mimesis, entonces, el
arte mimético tiene el poder de hacer que nuestras almas asciendan a un
nivel de realidad más elevado. Esta ascensión es una vía de acceso a la
Verdad, es decir, a la realidad en su plenitud (BRAILE, 2006, 138). Lo más
importante es subrayar que Platón es muy exigente cuando el tema es
arte. Para él, el arte debe someterse a la exigencia educativa. Si no
conduce el ser humano a su desarrollo, es decir, si no lo ayuda a ser
mejor, de nada sirve. Esto podemos constatarlo en el tercer libro de la
República, donde Platón afirma que el teatro, la música y la poesía lírica
son medios privilegiados para educar el carácter, para adquirir buenos
hábitos y llevar los jóvenes al deseo de actuar correctamente. En este
sentido es evidente la relación entre los temas estéticos y éticos, pues la

23


estética conduce a la ética. El arte en el pensamiento de Platón debe imitar


los bellos cuerpos, las bellas acciones, el buen carácter, etc., de modo que
conlleve al deseo de las bellas cosas, los bellos anhelos. Esto nos permite
afirmar la estrecha relación entre Belleza y Bien en la estética platónica.
Parecen que son la misma cosa en su pensamiento.
Un ejemplo claro de esta analogía entre belleza y bondad es
perceptible en la música. Por la presencia del orden, proporción, armonía,
ritmo, por fin, la relación entre los diferentes sonidos y melodías, nos
permiten asociar la estética al orden moral, al orden del Bien en el alma.
Todo nos lleva a creer que, para Platón, el Bien es casi causa eficiente de
la Belleza o su hermano mellizo. En la República, Platón afirma que el bien
HV³FDXVDGHWRGRORTXHKD\GHGHUHFKR\EHOORHQWRGDVODVFRVDV´6LQ
embargo, por más estrecha que sea la relación entre estética y ética, entre
bondad y belleza en el pensamiento de Platón, hay que subrayar también
TXH KD\ XQD GLIHUHQFLD HQWUH DPEDV ³HVWD GLIHUHQFLD LPSOLFD HQ TXH OR
EHOOR JR]D GH XQ SULYLOHJLR TXH OH HV SURSLR´ 8QD YH] TXH OD %elleza se
manifiesta de ella misma, es necesario desarrollar en nuestra alma la
disposición para recibirla y contemplarla. Del mismo modo que el
esplendor de la luz atrae el ojo inmediatamente lo Bello despierta
inmediatamente el deseo del alma humana dispuesta. Lo Bello se
manifiesta con el esplendor mismo en las cosas sensibles, en el devenir.
Ya el Bien no tiene este poder, sostiene Braile (2006: 141) citando una vez
PiV *DGDPHU 6HJ~Q pO SDUD 3ODWyQ ³OR %HOOR HV   HO PRGR GH
manifestación del Bien FRPRWDO´$ILUPDUTXHOR%HOORHVODPDQLIHVWDFLyQ
del Bien, está de acuerdo con lo que decíamos anteriormente, que lo Bello
procede del Bien, que es en relación al Bien, que es causado por el Bien.
La Belleza de una acción será entonces el signo de su bondad para el
alma. La Belleza de una obra de arte será signo de su bondad para el
alma. Esto nos permite comprender porque Platón y nosotros mismos

24


asociamos frecuentemente lo Bello y el Bien: la manifestación del primero


será la garantía de la presencia del segundo
Al considerar estos tres aspectos subrayados por Gadamer en
relación a todo el discurso de Diotima, vemos que, para Platón, la Belleza
tiene una función preponderante en la vida humana: la de mostrar el Bien a
los hombres y suscitarles el deseo por este. Así, nos damos cuenta cómo
para Platón la Belleza está investida de un carácter moral y se revela como
elemento esencial de la felicidad. Es por esto que Platón habla de la
LQLFLDFLyQDOD%HOOH]DHQVtFRPRDOJRTXHGHED³HPSH]DUGHORTXHDTXí
es bello y, en vista de aquello bello, subir siempre, (...) y conozca en fin lo
TXHHVEHOORHQVt´HVGHFLUODIHOLFLGDG(VHVHQFLDOHQQXHVWUDHGXFDFLyQ
que las obras a las cuales somos expuestas sean bellas. Vemos así que el
pensamiento platónico nos permite concebir la mimesis de modo positivo,
o sea, como un signo sellado por la Belleza que puede llevar el alma hacia
la Verdad y el Bien.
Por ende, es necesario recordar la importancia alrededor del arte
para el pensamiento platónico. Es común oír que Platón tiene poca
consideración por el arte simplemente porque reprocha su carácter
mimético, pero es innegable que podemos afirmar la importancia que da el
autor al arte en todo su corpus literario. Otra prueba es la profunda
admiración que él tiene por los mitos, dramaturgias y lindas poesías, lo que
lo convierte en uno de los grandes escritores y artistas de la antigüedad. Y
también, en aspectos literarios, lo torna un autor más agradable de ser
leído que Aristóteles, por ejemplo. Esto hace hincapié en lo que
consideramos hasta acá: Platón no tiene problema con el arte pues no
tiene problema con la sensibilidad, salvo cuando ésta no contempla lo que
está más allá, que es la Idea.

25


5 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA METAFÍSICA

El sentido metafísico de lo Bello está evidente en el pensamiento de


Platón cuando él defiende la existencia de una Belleza exenta a las
transformaciones que ocurren en el mundo visible. Frente a las
alteraciones que se encuentran el este mundo, y del cual nada puede
escapar, es necesario darse cuenta o buscar una Belleza que no perezca y
no mude, la Belleza trascendente, eterna, inmutable, la cual es más real
que cualquier belleza visible o perceptible por los sentidos. Esta Belleza
Ideal será arquetípica, o sea, se encuentra allá en el mundo de las Ideas.
Para esto, es necesario fundamentar la existencia de este mundo
anteriormente. Todas las bellezas de este mundo sensorial participan de
esta Belleza arquetípica de modo que, cuanto más una cosa se parece a
esta Belleza Ideal, más bella es.
Haciendo puente con la teoría de la reminiscencia, donde Platón
sostiene que el hombre en este mundo no aprende, sino que recuerda lo
que ya trae del mundo de las Ideas, platón cree que, de igual modo, es
posible al hombre reconocer los rasgos de la Belleza eterna en las cosas y
en las formas sensibles. El alma, antes de unirse al cuerpo, convive o
contempla las ideas en su estado puro; una vez unida al cuerpo es capaz
de recordar estas experiencias. Para esta idea de Belleza es que el amor
humano necesita ser dirigido (cf. Mênon, 211 a-b).11
Benedito Nunes (1989: 22), en su obra Introdução à Filosofia da arte,
HVFULEHORTXHSRGHPRVOODPDUXQDQRFLyQPHWDItVLFDGHOD%HOOH]D³6HGD
XQD DXWHQWLFD VHGXFFLyQ TXH HV µSURSLD GH ORV VHUHV \ REMHWRV EHOOos, en
que el Amor se fija y a la costa de los cuales impulsa la escalada del

11
³  SRUHOFDPLQRGHODPRUSULPHURItVLFR\GHVSXpVHVSLULWXDOHOKRPEUHSXHGHHOHYDUVHGH
la belleza sensible hasta la contemplación extática de la belleza absoluta, única verdadera del
cuál todas las otras bellezas menores participan, no siendo la belleza de las cosas sensibles
VLQRXQSiOLGRUHIOHMRGHODEHOOH]DDEVROXWD´ 68$6681$).

26


espíritu, del sensible al inteligible, sed de la verdadera Belleza y del


9HUGDGHUR %LHQ´ 3RGHPRV ILMDUQRV TXH OD ³%HOOH]D VH FRPXQLFD FRQ HO
sensible, le infunde cualidades que enriquecen la materia, pero que
verdaderamente no pertenecen a este mundo. Es una especie de ardilla
con que el Bien capta la atención del alma para arrebatarla de la
VHUYLGXPEUHFRPRHODQ]XHOR´$VLPLVPR³HQFLHQGHHQHODOPDHOGHVHR
de inmortalidad, haciéndola pasar del conocimiento de los bellos cuerpos
al deseo de las bellas acciones, de las bellas almas a los bellos conceptos,
hasta que, en el pináculo de la contemplación, revelase el océano de la
EHOOH]D XQLYHUVDO¶ TXH FRQILQD FRQ OD UHDOLGDG HQ sí, y donde, finalmente,
HOODSXHGHDSODFDUVXLQILQLWDLQTXLHWXG´ 181(6 
Sobre la imagen suprasensible de lo Bello, en la obra Banquete, Eros
es el deseo de las cosas bellas, sin embargo, la imagen final de la Belleza
presentada en este diálogo será eidos, una noción que, asociada al Bien y
a la Verdad, pertenecen al ámbito superior de la escala metafísica. La
palabra eidos debe ser traducida por Forma, pero no será en la mimesis
que esta Forma encontrará su lugar más apropiado. Desde La República,
Platón ya indicaba que las artes miméticas o imitativas deberían ser
extirpadas de una sociedad ideal.
Diotima enuncia que Belleza es lo que merece ser visto, y lo que
merece ser conocido debe responder como sustancia primordial, única,
inalterable y permanente, es decir, como materia de las cosas múltiples y
perecederas. La Forma es lo que guarda la sustancia primordial: ser idea,
idéntica y única. Quien dice de las cosas no es su materia sino su Forma,
visto que la materia se manifiesta en las cosas por imitación y participación
(BRAILE, 2006: 150).Con esto, somos llevados a creer que la sustancia
primera de la Belleza es el Bien, pues todas las cosas del mundo se
dirigen a él y todo es atraído por la Belleza. Asimismo, sólo puede haber
verdadeUDEHOOH]DGRQGHKD\REHGLHQFLDDO%LHQSXHVHO³FRQRFLPLHQWRGH

27


las Formas es indispensable a nosotros no solamente para conocer el


PXQGR GHO GHYHQLU VLQR TXH WDPELpQ SDUD DFWXDU HQ pO \ VREUH pO´
(GOLDSCHMIDT, 2000: 20).
El Bien presente en las cosas siempre apuntará para más allá de sí.
Todos los bienes apuntan al el Bien supremo, término estable, del que sólo
la ciencia real puede dar cuenta y referirse como único objeto digno. El
tiempo en que la felicidad se construye es aquel donde alineamos los
bienes inestables en la dirección del Bien como término supremo. Dejamos
HO %LHQ \ PiV DOOi GH HOOR TXH pO VHD SHUSHWXDPHQWH QXHVWUR $Vt ³HO
deseo de la felicidad quiere la eternidad del objeto y la inmortalidad del
VXMHWR´ 3RU HVWD UD]yQ WRGDV ODV FRVas múltiples son muebles y
oscilantes, de modo que no pueden ofrendar a los mortales satisfacción.
Aunque los humanos fueran inmortales, tales bienes inestables no serían
capaces de llenar el profundo anhelo que está en el alma. (Idem)
Al respecto de la relación entre Bondad, Verdad y belleza como si
ambas fueran aspectos de una misma realidad, Goldschmidt (27) hablará
de un proceso llamado rehabilitación de las formas múltiples, en otras
palabras, el proceso con el cual la presencia de lo bello en las cosas
SURGXFLUtDHQQRVRWURVXQVDEHU³XWLOL]DU´ODVformas, es decir, hacer como
TXH HVWRV ³IDQWDVPDV´ VHDQ UHRULHQWDGRV D SDUWLFLSDU GH XQD RUGHQ
superior. La filosofía de la belleza expresada en el Banquete es
conocimiento y acción. Conocimiento de las formas provocadas por la
acción del Eros. Sin el élan de Eros, la teoría de las formas permanecería
teoría, pero sin la realidad y la revelación de las formas, el Eros,
desposeído y desviado, faltaría toda unidad de objeto e intención.
La búsqueda de la Belleza en el mundo sensible será, para Platón,
un intento inmediatista de alcanzar el amor (el deseo que viene del otro),
pero a través de una inversión jerárquica no percibida, pues desde que el
amor y la Belleza son partícipes conceptuales no se hace obligatoria la

28


conclusión de que, provocando la Belleza, se alcanzará necesariamente el


amor. La Belleza del cuerpo es parte del proceso que lleva a la
contemplación de lo Bello en sí, pero no se puede obtenerla con fines
instrumentales, visto que ella dejaría de ser Belleza si lo que hubiese más
allá del cuerpo no fuera Bello. El amor busca la Belleza; sin embargo,
siendo él mismo Bello, ya la encontró en sí mismo. Mientras Aristóteles,
más tarde, dará un acento más grande al valor objetivo de la Belleza a
partir de las nociones de orden, simetría y el carácter definitivo o la
claridad que son subrayados en la matemática, la objetividad, se
encontrará en Platón apenas en la Forma. Ésta jamás podrá ser alcanzada
sino en la muerte o por una anamnesis ± memoria ± a duras penas
conquistada a través del método dialéctico, que aparece como el modo de
ser más propio de la Filosofía.
La Belleza que provoca el amor aparece en el cuerpo del otro,
aunque él no sea Bello desde el punto de vista de un consenso general.
Eros es el amor que nos avasalla como deseo del cuerpo bello del otro. La
forma positiva y superior de este amor pasa a constituir un valor moral (lo
que debe guiar el hombre a lo largo de toda su vida) y figura como
elemento por excelencia del propio método filosófico.
La filosofía depende del amor, es ella misma una especie de amor.
Se trata de un amor por la sabiduría y no por un tipo de saber, única forma
que conduce al conocimiento e hace posible la revelación, ya que la
elevación del alma al Bello inteligible es aspecto de un misterio. Es una
especie de dialéctica ascendente, pues ella consiste en subir una serie de
escalones sobre cada uno de los cuales se opera una unificación de la
multiplicidad determinada, que caracteriza cada escalón, lo que hace que
el método de la Erótica se iguale al método dialéctico. Lo bello sensible,
cuando disciplinado por la Filosofía, intelectualizado por la

29


desindividualización, lleva a la contemplación del inteligible (BRAILE, 2006:


154).
Para finalizar, está claro que podemos encontrar tres tipos o grados
de belleza en el corpus platónico: primero, la belleza de los cuerpos,
estando ésta considerada como belleza inferior (Hipias Mayor); segundo,
la belleza de las almas, que se expresa por la virtud (Fedro); y la Belleza
en sí, como idea suprema junto al Bien (Banquete).

30


6 ± LA BELLEZA BAJO LA ÓPTICA ONTOLOGICA

Como vimos en el punto 2 de este trabajo, Belleza, para Platón, es lo


que tiene la potencialidad de causar encanto, atracción. Esta atracción, tal
como un anzuelo agarra para direccionar el hombre al Bien. Este
parentesco entre lo Bello y el Bien también tiene participación de la
Verdad, ya que la Verdad es una relación entre una cosa y lo que se dice
sobre ella. Esta tríade del Bello-Bueno-Verdadero ejerce una importante
influencia en el pensamiento occidental. En la República, Platón afirma: "El
hombre que armonice las bellas calidades en su alma con los bellos
rasgos de su apariencia externa, de tal modo que los rasgos estén
adaptados a las calidades, este es el espectáculo más bello que se puede
DGPLUDU´ República, 402d).Ya que la Belleza y el Bien están relacionados
en sus conceptos, podemos afirmar sin sombra de dudas que estética y
metafísica también tienen perfecta vinculación en él. En el Banquete,
Platón establece el sentido final de lo Bello en orden metafísica, pero al
concebir lo Bello como índole inteligible, lo desvincula del mundo sensible,
a través de diversos grados de calidad ontológica. Sin embargo, el hombre
sensible solamente podrá ascender a esta idea movido por el amor a lo
Bello y ascendiendo gradualmente desde las cosas bellas hasta alcanzar
la definitiva contemplación de la verdad por la razón. Este escalón
amoroso, conduce de lo individual hasta lo universal, del contingente hasta
el absoluto, del sensible al metafísico, de la cosa bella al Bello en sí, de la
apariencia a la Realidad. Aquí queda claro para nosotros que hay una
vinculación de lo Bello platónico con la supremacía del eterno inmutable.
El riesgo que sufrimos es, sin embargo, el peligro de las apariencias,
pues las pasiones que tenemos someten la voluntad a las ilusiones
pasionales, desviándola del verdadero conocimiento. Nuestro esfuerzo
debería ser de saber salir de la ilusión para llegar a la cosa en sí. Aquí

31


entra el ejercicio ascético, ya que éste nos libra del dominio de las
pasiones en este océano de imágenes múltiples y aparentes, y nos
disciplina al alcance de la verdad. Ahora esta comprensión ontológica hace
surgir otro concepto, el concepto moral en Platón. Él defenderá la
necesidad del ejercicio ascético como un camino a la trascendencia del
alma como bien superior al cuerpo y a todo lo que pertenece al mundo
visible. Las ilusiones provocadas por la pasión del cuerpo se deben
combatir para no impedir al hombre contemplar la esfera eterna e
inmutable. Aunque Platón haga hincapié de que esta ascensión a las
realidades superiores depende de las realidades sensibles, que ambas
tengan vinculación, igual subraya que el alma (psyque) es, sin duda,
superior al cuerpo (soma).12

12
³Platão ensina que para conseguir a felicidade é necessário renunciar aos prazeres e às
riquezas e dedicar-se à prática da virtude. Esta, para ele como para seu mestre Sócrates,
consiste esencialmente no conhecimento, ao passo que o mal consiste na ignorância. Ora,
sendo o conhecimento verdadeiro um só, segue que também a virtude é uma só: a conquista
da verdade. Mas ela pode exercer várias funções e assumir vários nomes. A virtude que dirige
a alma racional tem o nome de sabedoria, a que dirige a alma irascível chama-se fortaleza, a
que dirige a alma concupiscível, temperança, e a que controla as relações entre as três almas
chama-se justiça. Este ensinamento moral de Platão não podia deixar de causar impressão
profunda entre seus contemporâneos, uma vez que subvertia radicalmente os valores
tradicionais, herdados de Homero e codificados na religião pública. De fato, na moral
tradicional, os valores supremos eram a saúde física, a beleza do corpo, a riqueza honesta e a
juventude desfrutada com os amigos, ao passo que na concepção ética de Platão, todos esses
valores são condenados como ilusórios e irreais. Como pôde Platão chegar a esta negação tão
radical? Tendo-se presente a sua perspectiva filosófica, não é difícil compreendê-lo, uma vez
que, como dissemos, o seu ensinamento moral é conseqüência lógica desta perspectiva. Ora,
o fundamental na concepção platônica da realidade é a distinção clara entre mundo sensível e
mundo suprassensível, entre mundo material e mundo ideal, distinção que divide em duas
partes não somente o universo em geral, mas também o microcosmo que se chama homem.
Mas, uma vez descoberto que o homem tem duas dimensões, a sensível (corpórea) e a
suprassensível (espiritual), e uma vez estabelecido que o verdadeiro eu é o suprassensível,
isto é, a alma, está automaticamente determinado o fim verdadeiro e autêntico da vida moral. O
KRPHPGHYHUiS{UGHODGRRFRUSRHRV³YDORUHV´GRFRUSRH³FXLGDUGDDOPD´HGRVYDORUHVGD

32


Este concepto ontológico nos permite creer que el Bello absoluto


contiene todas las realidades en sí y que todo cuanto existe de bello no es
otra cosa sino una participación, que refleja esta Realidad suprema. Sólo
lo eterno puede ser considerado real. Todo lo sensitivo o temporal será
considerado efímero, irreal, aunque importante para la ascensión del
hombre al nivel de la idea. Esta realidad está contemplada en el discurso
de Diotima cuando afirma la importancia del amor. Diotima considera que
la finaliGDG GHO DPRU HV FRQRFHU OR TXH ³HQ Vt HV EHOOR´ $VLPLVPR HV
importante recordar que esta ontología platónica, o sea, toda la
comprensión sobre la teoría de las Ideas, mundo inmaterial, supra-
sensible, más allá de haber sido heredado de la influencia que Platón
recibe del Orfismo, también es notable la influencia del Pitagorismo
(SCHUHL, 1952), que concibe el cosmos como causa del orden,
igualmente geométrica, que permite mantener unido el Todo,
configurándolo a través de aquél.
José Pessanha considera que la influencia de este pensamiento
religioso se fundamenta en las ideas del regreso para el alto, las estrellas
como patria del alma y la Tierra como pasaje purificador. En sentido
FLHQWtILFR HO 3LWDJRULVPR UHVSRQGtD D XQD ³PDWHPiWLFD DVFHQVRULDO´ GH
salvación de las almas y de la polis. De allí viene la cuestión de los


DOPD ( FRPR VH ³FXLGD´ GD DOPD" 3URFXUDQGR ³SXULILFi-OD´ LVWR é, libertá-la dos laços que a
prendem ao corpo e ao mundo material, a fim de habituá-la a viver só consigo mesma e só
para si mesma. Esta purificação e libertação realiza-se de fato quando a alma, deixando os
sentidos e a esfera dos conhecimentos e das afeições sensitivas, adere ao puro mundo
inteligível e espiritual, unindo-se a ele como ao que lhe é semelhante e conatural. Aqui a
purificação, bem diferente das cerimônias iniciáticas e propiciatórias dos órficos, coincide com o
processo de elevação ao conhecimento supremo do inteligível, ou seja, a contemplação das
Ideias. Do que acabamos de expor resulta que para Platão há perfeita coincidencia entre o
itinerário gnosiológico e o ético: as etapas do primeiro correspondem às do segundo, assim
como a meta fiQDOGRSULPHLURpWDPEpPDPHWD~OWLPDGRVHJXQGR´ 0RQGLQ-80)

33


³LUUDFLRQDOHV FRPR LQH[LVWHQFLD GH PHGLGDV FRPXQHV LQFRQPHQVXUDEOHV 


entre grandezas aparece como un dado escandaloso a los ojos del
Pitagorismo primitivo. Esta influencia evidencia en la comprensión de la
belleza en Platón como armonía y orden, como es propia de la teoría
pitagórica. El principio pitagórico de la Kalokagathía recibe en Platón otra
dimensión, ya que ahora él une los conceptos de armonía y orden a los
conceptos de Bien y de Verdad. Ahora, lo que antes tenía una dimensión
matemática, ahora asume una dimensión ontológica, es decir, lo armónico
y ordenado conduce al hombre al Bien y a la Verdad. Para concluir, si nos
fijamos bien en el discurso de Diotima, veremos que los elementos de la
ontología platónica de belleza pueden ser concebidos de forma jerárquica,
pues comprehende la posibilidad humana de ascensión o trascendencia en
muchos niveles hasta llegar a un nivel supremo, donde Bondad y Belleza,
se asemejan, son parejos.

34


CONCLUSIÓN

Platón define su trascendencia del mundo sensible por medio de la


razón. Sólo ella puede alcanzar la esencia de las cosas. Sin embargo, esta
transcendencia es un camino a ser hecho, es decir, ésta comienza en la
experiencia sensible para después llegar al inteligible. Este último, por lo
tanto, depende de aquél primero y está vinculado a él. Al contrario de lo
que se pensó, Platón no rechaza el arte sino lo que se reduce a una mera
experiencia mimética. El arte es copia de la copia, que es la naturaleza,
pero esta copia nos debe remitir a su esencia, a una Belleza que no sufre
mutaciones ni alteraciones. Una Belleza suprema que a su vez está
relacionada al sumo Bien y a la suma Verdad. Esta es la relación de la
Estética platónica con los transcendentales.
En este trabajo buscamos responder de modo breve que la
experiencia estética en el concepto platónico direcciona a una dimensión
mucho más allá del sensible, o sea, mucho más profunda que los sentidos
pueden tocar o experimentar. Para esto, fue necesaria la comprensión del
concepto de Idea en el mismo Platón, o lo que sea el mundo de las Ideas
para entender la metafísica platónica. Ética, Estética y metafísica en Platón
son realidades parejas. La teoría platónica investigó el concepto de belleza
en su naturaleza más profunda, es decir, él habla de una belleza que no
padece las oscilaciones del mundo sensible. No es una belleza sensorial,
visible a los ojos sino metafísica, eterna e inmutable.
Sin embargo, estos conceptos no son originalmente nacidos de
Platón. El autor recibe una importante influencia de los misterios órficos y
del Pitagorismo para desarrollar esa teoría dentro de su corpus literario. La
vinculación de los conceptos sensible-inteligible, material-inmaterial,
cuerpo-alma, son todas heredadas del contacto de Platón con la religión
órfica, como afirmó Jaeger (1992). Según él, esta concepción griega de

35


alma empezó a desarrollarse en el siglo VI a. C, cuando se pasó a creer


que el alma era divina y tenía un destino metafísico. Los mitos griegos
sobre el alma no fueron fruto puramente del espíritu filosófico, sino de la
influencia del movimiento religioso llamado Orfismo, visto que, este
movimiento venía caminado, de cierto modo, de forma pareja con la
filosofía naciente (JAEGER, 1992, p. 77).

La teoría platónica investigó el concepto de belleza en su naturaleza


más profunda, es decir, Platón habla de una belleza que no padece las
oscilaciones del mundo sensible. No es una belleza sensorial, visible a los
ojos sino metafísica, eterna e inmutable.

Así, si esta transcendencia a este mundo Ideal, inmutable y


metafísico necesita una experiencia sensible anterior, pues por medio del
deseo de Belleza (Eros) el hombre asciende a una Belleza Suprema, el
sumo bien. Entonces sensible e inteligible en la Estética platónica están
profundamente relacionadas y no pueden ser entendidas como realidades
inconexas o desparejas. Por ende, concluimos que los fenómenos son
muy importantes en la óptica platónica. Sin ellos no se puede acceder al
mundo racional, lo que nos hace afirmar que son imprescindibles en la
ascensión hacia la razón. Todo empieza con Eros: éste produce el deseo
de belleza y hace el puente entre el mundo de los fenómenos y el mundo
inteligible, pues el objetivo de Eros es pasar de la belleza de los cuerpos
hacia la Belleza suprema.
Por ende, concluimos que los fenómenos son muy importantes en la
óptica platónica. Sin ellos no se puede acceder al mundo racional, lo que
nos hace afirmar que son imprescindibles en la ascensión hacia la razón.
Todo empieza con Eros: éste produce el deseo de belleza y hace el puente
entre el mundo de los fenómenos y el mundo inteligible, pues el objetivo de
Eros es pasar de la belleza de los cuerpos hacia la Belleza suprema.

36


De entre las artes más importantes para él, la música encuentra un


lugar superior. Ella une el alma al trascendente. Ella une el sensible al
espiritual, el sensitivo al supra-sensible, el material y el inmaterial. A raíz
de esto, Platón defiende la importancia de una educación musical o
estética para la juventud, pues nadie como ella puede suscitar en ellos el
deseo del Bien, el deseo de las bellas cosas, más que el deseo de los
cuerpos. Por esta razón también, estética tendrá relación muy estrecha
con ética dentro del pensamiento platónico. Así, Platón rechazará toda
música bien como todo tipo de arte que no permite al hombre trascender o
hacer este tránsito de lo sensitivo para lo racional.
Lo que buscamos reflexionar es que en Platón hay una relación de
dependencia entre los aspectos sensibles e inteligibles, es decir, hay una
vinculación entre estos conceptos, al contrario de lo que se pensó que un
concepto rechaza al otro, o que Platón, a raíz de la creencia en un mundo
superior o metafísico, no aceptaría todo lo que es sensitivo o sensorial;
también por su comprensión de cuerpo como cárcel del alma. Aunque
Platón sostenga que el alma sea superior al cuerpo, esta alma, como la
razón humana, sólo alcanza el mundo supra-sensible por medio de la
experiencia sensible. De ahí que el arte y sobre todo la música encuentran
su importancia, como toda la estética.

37


REFERENCIAS

AIRES, Hilton Boenos (2016), Eric Voegelin y la destrucción de la Ciencia


por el Positivismo, en Contemporânea: Revista de Ética e Filosofia
Política, V.2 N.2. Caruaru.

BELLINTANI, Luis Felipe (2007). Cadernos de estética aplicada, en Viso,


n. 3. UFSC. jan-abr/2007.

BRAILE, Leila Jurema (2006). Os sentidos do Belo no Banquete de


Platão. UFF, Rio de Janeiro, 2006, disponible en:
http://www.bdtd.ndc.uff.br/tde_arquivos/23/ TDE-2006-07-17T113053Z-
220/Publico/Letras-Dissert-LeilaBraile.pdf Acceso en 21 de septiembre de
2017.

CASORETTI. Anna Maria (2010). A origem da Alma: do Orfisma á Platão,


en Revista Pandora. Edição especial n.5, São Paulo

ELIADE, Mircea (1988), Aspects du mythe, Collection Folio Essais,


Galimard: Paris

*5(8(/ 0DUFHOR GD 9HLJD   'D ³7HRULD GR %HOR´ j ³(VWpWLFD GRV
6HQWLGRV´ HQ Reflexões sobre Platão e Friedrich Schiller, en Anuario
de Literatura 2, UFSC.
https://periodicos.ufsc.br/index.php/literatura/article/viewFile/5362/4757
Acceso en 21 de septiembre de 2017.

GADAMER, Hans-George. (1976) Verité et methode ± les grandes


OLJQHVG¶XQHKHUPpQHXWLTXHSKLORVRSKLTXH, Paris, Éditions du Seuil,

38


GANZAROLLI, Joao Vicente. (2005) Revista Phoînix. Rio de janeiro.

GOLDSCHIMIDT, V. (2000) Platonisme et pensée contemporaine. Paris,


J. Vrin.

JAEGER, Werner (1992) La Teologia de los Primeros Filósofos


Griegos, ed. Fondo de Cultura Económica, México

MONDIN, Battista (1981) Curso de Filosofia vol. 1, Editora Paulus.

NUNES, Benedito (1989). Introdução à filosofia da arte. 2. ed. Atica, São


Paulo

3(66$1+$-RVp$0RWWD  ³Platão: as várias faces do amor´HQ


NOVAES, A. (org.). Os Sentidos da Paixão. São Paulo, Companhia das
Letras.

PLATÓN. (S/F) Opera omnia graece et latine, Paris: Firmin-Didot,

________. (2010), Platón I, traducción y notas por Julio Calonge Prólogo


por Carlos García Gual, Estudio Introductorio por Antonio Alegre Gorri,
Madrid: Gredos

PLAZAOLA, Juan (1970). Introducción a la Estetica. Historia, teoria y


textos. Madri: B.A.C.

39


REALE, Giovanni (1993) Pré-Socráticos e Orfismo. Ed. Loyola, São


Paulo

____________. (2002) História da filosofia antiga vol. II, 2ª edição. Trad.


Henrique Cláudio de Lima Vaz & Marcelo Perine. São Paulo, Edições
Loyola

SCHUHL, Pierre-Maxime (1952). 3ODWRQ HW O¶DUW GH VRQ WHPSV. Presses
Universitaires de France, Paris

VERNANT, Jean-Pierre (2002) As Origens do Pensamento Grego, 12ª


Edição, Tradução Ísis Borges B. da Fonsenca, Rio de Janeiro: Difel

VOEGELIN, Eric. (2006) La nueva ciencia de la política: una


introducción, 1ª Edición, traducción Joaquín Ibarburu, Buenos Aires: Katz

40


41


42

S-ar putea să vă placă și