Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
• “La infancia tiene maneras de ver, de pensar, de sentir que le son propias”.
• “Existe la necesidad de comprender al niño”.
• “El niño ha de permanecer en su naturaleza de niño”.
• “Hay que preservar el corazón del niño”.
• “La educación del niño comienza desde su nacimiento”.
• “La educación del niño, debe surgir libre y con desenvolvimiento de su ser, de sus
propias aptitudes, de sus tendencias naturales”.
El Escritor
La primera obra fue La velada de un solitario que terminó hacia 1779. Se trata de una
serie de reflexiones sobre la moral, la religión y la educación. Fue Leonardo y Gertrudis
(3ª obra) la que haría célebre a Pestalozzi, la idea del libro era contar historias
edificantes, concebidas para el pueblo; fue un éxito indiscutible: todo el mundo hablaba
de él y la Sociedad económica de Berna le otorgó una recompensa de treinta ducados y
una medalla de oro con valor de otros veinte.
Mientras tanto Pestalozzi había comenzado una nueva obra: Cristóbal y Elsa, en la que
revela la fidelidad a sus principios: no había más educación verdadera que la familiar,
mediante el ejemplo y el trabajo en común, que ocupase, a la vez, a la mente, el corazón
y los dedos. Esta obra tenía un carácter excesivamente didáctico pero no fue apreciada
ni obtuvo los beneficios que de ella esperaba, pues su publicación se redujo a cero.
Pensó entonces en editar un periódico que le permitiera obtener ingresos regulares y se
lanzó solo a la empresa. En aquel periódico semanal Pestalozzi proponía cuentos y
ensayos, hablaba de moral, de política, de derecho, de educación, explicaba cómo estaba
educando a su hijo que entonces tenía 12 años de edad. Por falta de dinero, después de
un año, suspendió la publicación y en 1783 aparecieron dos nuevos escritos y luego un
tercer volumen de Leonardo y Gertrudis, con un tono distinto, obra en la que propone
reformar la escuela y la iglesia. Y en el cuarto y último tomo propone una nueva
legislación capaz de transformar profundamente la sociedad, establecer entre los
hombres nuevas relaciones de justicia y amor, y dar a todos la dicha y la paz. Pestalozzi
defendió a los oprimidos, apoyando con sus escritos la causa del pueblo.
El Maestro de Escuela
A sus cincuenta años, decepcionado, destruidos sus sueños y con sentimientos de
inutilidad, gobernantes amigos suyos, queriendo acudir en su ayuda, le ofrecieron algún
puesto importante y bien remunerado, que rechazó diciendo: "Quiero ser maestro de
escuela". En las recomendaciones que envío al Consejo del Cuerpo Legislativo, propone
los fundamentos de una "reforma completa y sistemática de todas las instituciones de
enseñanza", sostiene que no hay más enseñanza auténtica ni más educación verdadera
que la democrática. La situación de las escuelas era deprimente, él aspiraba a mejorarla
radicalmente, muy en particular las escuelas rurales que se encontraban en estado
lamentable. Cuando fue nombrado Director del orfanato de Stanz, encontró una forma
de ver realizados sus sueños de revolucionario ardiente, ya era tiempo de triunfar. Allí
aplicó su método, trabajos manuales e intelectuales se alternaban y conjugaban en el
calor de un hogar recreado, en el que todo estaba impregnado de amor, hasta la
severidad que en ocasiones consideraba necesaria, porque llevaba a los alumnos a la
concentración, el aprendizaje y las buenas relaciones.
Ahora bien, cotidiana y materialmente la situación era confusa, la administración torpe
y el desorden indudable. Pestalozzi elaboró su pedagogía casi en la intuición del
momento, andaba a tientas, la hacía y volvía a empezar, siempre a la carrera y a menudo
rebasado. Cuando se creó la escuela normal de maestros en Berthoud, se pidió a
Pestalozzi -para experimentar allí- un método nuevo de enseñanza de la lectura. Lo que
allí hacía Pestalozzi y para decirlo con sus propias palabras, se puso a "vociferar el abc
de la mañana a la noche" tratando de simplificar lo más posible los elementos del
deletreo y del cálculo, de presentarlos bajo formas adecuadas a las leyes de la
psicología, y que condujeran al niño, gradualmente y sin lagunas, del primer paso al
segundo, y así sucesivamente.
Pestalozzi rebosaba confianza, era feliz. Después de un examen aplicado a sus alumnos,
el informe de los inspectores estuvo lleno de elogios. Reconocidos sus méritos,
Pestalozzi recibió, a los cincuenta y cuatro años, el nombramiento de profesor, fue
entonces cuando comenzó su carrera de "maestro de escuela". Y fue cuando se asoció
con Krusi (que tenía una escuela para la enseñanza de jóvenes pobres) cuando comenzó
una nueva era: perfeccionó sus ejercicios de lenguaje y de cálculo. Dada la excelencia
del trabajo realizado, la "Sociedad de amigos de la educación" dio su apoyo total a la
obra, luego de lo cual renunció a sus funciones de maestro comunal y anunció la
apertura de un instituto de enseñanza, de cuya dirección se encargó. Con lo que
comienza otra aventura.
El Fundador
1º Que Pestalozzi no había perdido nada del amor que sentía por sus hermanos ni de su fe
en la humanidad. Su dedicación a la causa de los más desheredados, su deseo de
regeneración personal y social. Tanto las resistencias como sus fracasos tuvieron como
consecuencia reforzarlo en su convicción de abrir el camino de un mundo nuevo, más
justo y más amoroso.
- Naturalidad: Pestalozzi indicó que solo la educación podía realizarse conforme a una
ley (armonía con la naturaleza). De este principio se deriva la necesidad de libertad en la
educación del niño; es necesario que esté libre, para que pueda actuar a su modo en
contacto con todo lo que le rodea (ambiente).
Principios Didácticos:
Para su enseñanza tomó en cuenta la intuición intelectual, tomando los aspectos que
conforman su educación elemental que son:
- Utilización de tablillas con letras, las cuales acumulaba de 1 en 1 para que el niño conociera la
relación de los números, al mismo tiempo que servía para aprender las letras.
- Partir de las cosas simples antes de avanzar a las más complicadas.
- Poner en práctica el método de enseñar a unos por medio de otros, debido al gran número de
niño.
- La enseñanza de ambos sexos (coeducación).
- Importancia de la educación creativa y productiva.
- Enseñanza de moral y religión, que se debe de iniciar en la familia.
- Considerar que las relaciones afectivas entre madre e hijo, condicionan a éste paulatinamente,
a desarrollar sentimientos de bondad y amor.
- Educación Social: la cual debe iniciarse en la familia y continuarse en la escuela.
- La práctica de la escuela-trabajo, combinando la enseñanza de la lectura, escritura, cálculo,
dibujo, moral y religión con las actividades agrícolas.
Con Pestalozzi la pedagogía comienza a ver al niño de una manera diferente, los sitúa
en una verdadera relación con la naturaleza y la cultura. A pesar de que su enseñanza se
basa en una educación elemental, no escapan sus influencias a la Educación Preescolar.
Tenemos los siguientes aportes:
A Modo de Conclusión
En 1840 fundó en Blankenburg el primer Kindergarten, sin embargo a pesar del éxito y
la fama del jardín de niños de Blankenburg, dificultades financieras lo obligaron a cerrar
a los pocos años. Publicó cantos y caricias maternales, un libro, dirigido a las madres,
de poesías y juegos educativos, con instrucciones pedagógicas en las cuales se refleja el
genio froebeliano. Muere en el año de 1852 sin saber que su kindergarten, serían
reactivados en los años siguientes.
· Los niños deben ser guiados para que aprendan por experiencia en actividades de
grupo a cooperar con otros y a formar buenas actitudes y hábitos morales, ayuda mutua,
bondad y amistad, todo lo cual se alcanzará en un jardín de niños considerado como una
sociedad idealizada en miniatura.
· Sus ideas dieron pie al programa conocido como ècoles maternelles (escuelas
materno infantiles), en Francia, donde se cuidaban a niños de dos a seis años de edad.
ACONTECIMIENTOS:
APORTES PEDAGÓGICOS
Herbart formuló ciertas distinciones y reglas didácticas que han corrido con una fortuna
acaso superior a su mérito. Por ejemplo, la educación no se basa sólo en la instrucción,
sino también en el gobierno y la disciplina.
FRASES CÉLEBRES
· "La pedagogía muestra los fines de la educación, la psicología, el camino, los medios
y los obstáculos".
· "La virtud es el nombre que se adapta al objetivo pedagógico en su totalidad”.
LIBROS.
-Pedagogía general.
-La educación a través de la instrucción.
-Cartas a Von Steiger (1797-99).
Teorías educativas modernas II
LA ESCUELA NUEVA
La Escuela Nueva tiene su origen entre fines del XIX y principios del XX como crítica a
la Escuela Tradicional, y gracias a profundos cambios socio – económicos y la aparición
de nuevas ideas filosóficas y psicológicas, tales como las corrientes empiristas,
positivistas, pragmatistas, que se concretan en las ciencias. Esta concepción pedagógica,
cuyo progenitor fue Dewey (1859 – 1952) en EUA, centra el interés en el niño y en el
desarrollo de sus capacidades; lo reconoce como sujeto activo de la enseñanza y, por lo
tanto, el alumno posee el papel principal en el aprendizaje. El otro elemento que
identifica esta tendencia pedagógica es que la educación se considera como un proceso
social y para asegurar su propio desarrollo. La escuela prepara para que el niño viva en
su sociedad, y ella misma se concibe como una comunidad en miniatura, en la que se
“aprende haciendo”.
Considerada:
Con estos conceptos surge una renovación metodológica que consiste en:
Características de la clase:
Resalta el estudio de los hechos, el papel de la experiencia del individuo. Se apoya en el
interés del niño. Se propicia la democracia y la participación del niño en colectivo.
Aprender haciendo es su divisa. Estructura el contenido en bloque en correspondencia
con necesidades e intereses de los niños. Despierta espíritu investigativo. Sitúa al
alumno en una posición activa ante el aprendizaje (pedagogía de descubrimiento). Se
adapta a particularidades del niño (escuela a la medida). Utiliza métodos activos y
técnicas grupales.
De acuerdo con las teorías tradicionalistas del siglo XIX, educar es perfeccionar las
potencialidades latentes en el niño hacia un estado de desarrollo completo por medio
de la memoria, la razón y la voluntad; entre más dificultad haya, el “poder”
desarrollado es más grande: “Engendrar dicho poder en contra del interés y de la
inclinación natural, suponía una disciplina mental así como cierta disciplina moral”
(Brubacher, 1959: 278). Las materias se elegían según su valor disciplinario y por
medio de un método de instrucción autoritario, en donde la sumisión y la obediencia
eran las más grandes virtudes. Se trataba de una educación centrada en el maestro,
quien transmitía las verdades del depósito del saber. Dewey afirmaba que el fin de la
escuela tradicional era:
… preparar para una vida adulta que era, a su vez, una preparación para una vida después de la
muerte. El niño, y más tarde el adulto, estaban preocupados preparándose para una etapa futura
de la vida más que para vivir rica y plenamente hoy (Brubacher, 1959: 277).
El maestro imponía las reglas de conducta y se colocaba como el agente
comunicador del conocimiento; el alumno sólo tenía que ser un dócil receptor. Se
trataba de una educación ajena a la capacidad y a la experiencia de los niños, que
impedía su participación activa en el desarrollo del aprendizaje; aprender significaba
“adquirir lo que ya está incorporado en los libros y en las cabezas de sus mayores”
(Dewey, 1967: 14). Así pues, lo enseñado se pensaba como producto acabado y estático
porque se suponía que el futuro sería parecido al pasado. Dewey caracterizó a dicha
escuela como rutinaria, abstracta y carente de una filosofía de la educación.
Educador democrático:
Dewey describió que la misión del educador es “seleccionar aquellas cosas, dentro de
la experiencia existente, que contengan la promesa y la potencialidad de presentar
nuevos problemas, que al estimular nuevos métodos de observación y de juicio
amplíen el área de la experiencia ulterior” (Dewey, 1967: 94). La fase ética se
encuentra en ceder al niño la oportunidad de elegir el problema; así, el maestro sugiere,
incluso como un compañero, pero no puede dictaminar ni tampoco imponer.
El educador democrático se compromete responsablemente con su sociedad porque
reconoce la importancia de su labor docente; es un ser con iniciativa intelectual,
capacidad de decisión y, sobre todo, actitud científica. Además, se mantiene alerta para
detectar las actitudes y tendencias ideales que van surgiendo, al mismo tiempo que
intenta comprender qué es lo que pasa en las mentes de sus alumnos cuando están
aprendiendo. El educador democrático no excluye, sino que individualiza a partir del
estudio de las capacidades y necesidades de cada alumno. Por ser el miembro maduro,
es responsable de las interacciones e intercomunicaciones que se dan en el grupo como
comunidad.
Además, el educador toma en cuenta que al enseñar no sólo educa individuos, sino que
contribuye, al mismo tiempo, a formar una vida social justa; como guía de un proceso
colectivo, debe tener la capacidad para crear los ambientes físicos y sociales adecuados
que puedan propiciar experiencias enriquecedoras y de responsabilidad social.
El ambiente […] es cualquier condición que interactúa con las necesidades, propósitos
y capacidades personales para crear la experiencia que se tiene. Aun cuando una
persona construya castillos en el aire está interactuando con los objetos que edifica en
su fantasía (Dewey, 1967: 47).
[Por ello debe] conocer íntimamente las condiciones de la comunidad local, físicas,
históricas, económicas, profesionales, etcétera, con el fin de utilizarlas como recursos
educativos (Dewey, 1967: 42).
El MÉTODO DEWEY
Dewey considera que los conceptos en los que se formulan las creencias son
construcciones humanas meramente provisionales, pues tienen una función instrumental
y están relacionados con la acción y la adaptación al medio.
El principal elemento que se relaciona con la teoría del conocimiento de Dewey, y
probablemente el más importante de toda su filosofía, es el concepto de experiencia.
Para él la experiencia es un intercambio entre el ser vivo con su medio ambiente físico y
social y no una mera cuestión de conocimiento.
La experiencia para Dewey se basa en conexiones y continuidades e implica procesos
de reflexión e inferencia.
Dewey propone una reconstrucción de las prácticas morales y sociales, y de las
creencias, mediante la aplicación de métodos científicos y su conocimiento crítico.
También cree conveniente la aplicación de las ciencias empíricas en problemas éticos,
sociales y políticos.
Todo esto nos lleva a exponer su pensamiento social y político:
Mantiene una posición crítica respecto de la sociedad industrial, y a su vez mantiene
una distancia enorme respecto del marxismo.
Dice este autor que “la democracia no es sólo un asunto institucional sino una forma de
vida asociada que se construye con la colaboración activa de todos.” Las personas
deben poder determinar inteligentemente sus objetivos participando, a la vez, libremente
y con igualdad en la realización de un asunto común.
Por eso mismo, hablar de supuestos filosóficos de Dewey y hablar de su propuesta
pedagógica llega a ser casi la misma cosa.
La educación progresiva propuesta por Dewey debemos contraponerla a la concepción
educativa tradicionalista, basada en el ejercicio de las facultades, en la disciplina moral
y mental y en un método de instrucción autoritario.
Dewey rechaza ciertas doctrinas pedagógicas como: la perspectiva de considerar a los
niños como candidatos a adultos, la idea de que el progreso y el conocimiento son
contemplados como aproximaciones a un objetivo invariable, la educación como
adiestramiento de las facultades, la educación como formación…
Estas tres fases, sin embargo, sólo satisfarían las necesidades individuales, pero no las
sociales, y el plan de estudios ha de ser elaborado con el fin de corregir la vida social.