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En el mundo de la publicidad, los términos mercado objetivo, público objetivo, grupo objetivo y
mercado meta, así como los anglicismos target y target market, designan al destinatario ideal de
una determinada campaña, producto o servicio. Tiene directa relación con el marketing y el
merchandising.
El target o mercado objetivo es el segmento del mercado al que está dirigido un bien, ya sea
producto o servicio. Generalmente, se define en términos de edad, género o variables
socioeconómicas. La empresa tiene que identificar los segmentos de mercado a los que puede servir
de forma más eficaz.
El público objetivo, en pocas palabras, podríamos definirlo como el grupo de personas que quieren y/o
necesitan lo que nuestro negocio o marca pude ofrecerles y, por esa razón, serán mucho más
propensos a consumir nuestros productos y a contratar nuestros servicios profesionales.
Pero, ahora, al tener más clara esta definición, lo que también deberías estarte preguntado es:
¿Por qué debemos saber quién es el público objetivo de nuestro negocio al comunicarnos?
Cualquier marca o profesional necesita saber quién es su público o mercado objetivo, porque ello
significa asegurarse, entre otras cosas, de que sus esfuerzos en marketing golpean en la puerta
adecuada.
“Si no te diriges hacia un target o público objetivo claro, al final será como si nunca hubieras
hablado con nadie”
Personalmente pienso que antes de difundir nuestro mensaje, por ejemplo, en las diferentes redes
sociales, es muy importante definir “quién es”, “cómo es” y “dónde está” nuestro cliente ideal.
Esta segmentación de nuestra audiencia, nos ayudara a diseñar una estrategia de marketing digital
que cuente un mensaje más atractivo y efectivo.
¿Por qué? Porque no solo debemos tener claro lo que vamos decir, sino que también a quién y en
dónde se lo decimos.
Utilizando un poco el sentido común y buscando simplificar las cosas, podríamos identificar algunas
características específicas de un grupo de personas o empresas, según los parámetros que
pensemos que son los más representativos del tipo de cliente potencial o propenso a adquirir nuestros
productos o servicios.
Estas características suelen ser llamadas perfil (del cliente, seguidor o usuario).
En la mayoría de los casos hay unas cuantas características generales que se pueden tener en
cuenta para ayudarnos a clasificar esos clientes.
Por ejemplo: edad, género, nivel de ingresos, estudios, hábitos de compra, ocupación o profesión,
estado civil, situación familiar (hijos o sin hijos), ubicación geográfica, grupo étnico, afiliaciones o
inclinaciones políticas, aficiones e intereses, etc.
Pero, cuanto más precisa es una segmentación, mejor es el resultado final de cualquier estrategia.
Me gustaría recalcar aquí que, en algunos productos muy específicos, debemos tener más en cuenta
puntos tales como el nivel de ingresos y/o de conocimientos técnicos que posee ese target, sobre
todo, para elegir las plataformas en las que tengamos mayor posibilidad de encontrarlos y poder
comunicarnos con ellos sin ser demasiado intrusivo.
Porque nuestro mercado objetivo puede ser muy amplio. Pero, nuestro público no puede ser cualquier
persona y tampoco lo encontraremos en cualquier lugar.
Insisto, y disculpen la reiteración, pero sin una idea clara de que queremos decir y a quien, y
donde se lo vamos a decir, estaremos corriendo el riesgo de que nuestro mensaje se diluya por
detrás de un gran manto de humo.
En pocas palabras, el target es el conjunto o público que será el futuro consumidor del artículo que se
quiere promocionar. Dentro del campo empresarial y del marketing para empresas, su correcta
definición es esencial para su éxito. De hecho, casi todas las personas han escuchado en algún
momento la frase “Dirígete a tu target” o “Piensa en el tipo de target al que quieres llegar”.
Una de las primeras preguntas que se debe hacer al planificar el marketing de cada empresa es el
sexo al que está dirigido el producto o servicio. En muchos casos, puede que sea para ambos, pero,
¿qué ocurre si es una marca de ropa interior masculina o femenina, por ejemplo? Por supuesto que
estará dirigida para un solo género. Si la intención es destinar todos los esfuerzos a un único público,
hay que adaptar la estrategia todo lo posible para que no existan dudas.
Si bien no hay una escala o regla exacta que indique la edad, se puede generalizar y organizar por
determinados rangos como:
En el diseño de una estrategia de marketing para empresas la edad es un factor esencial para
determinar el público al que se venderá el producto. Si es una empresa para niños, seguramente
irá dirigida al primer sector, aunque esto no quite que pueda vender a otros sectores o ampliar el
rango de ventas.
TARGET ONLINE
El marketing para empresas online no cambia, adaptando los preceptos del marketing tradicional a
Internet. Por tanto, la estrategia para definir el target es la misma que offline pero adecuada a la
web.
Lo mejor que se puede hacer para conocer el público objetivo es realizar informes basándose en
estadísticas que brindan las consultoras online.
En este contexto, los blogs y redes sociales también pueden ser de gran ayuda para formar una
comunidad y conocer más al consumidor o internauta que visita y participa en estas plataformas.