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El amparo entonces tiene como finalidad impedir que un poder se salga del
marco de sus atribuciones constitucionales, conservar la soberanía de la
Federación y de los Estados, con las salvedades antes mencionadas, y no tiene
mayor efecto que anular el acto en particular, pues si bien con la Ley de 2013 se
crea la figura de declaratoria general de inconstitucionalidad, en primer lugar
siempre se permite que sea el propio poder legislativo quien derogue o abrogue la
ley declarada inconstitucional.
CAPITULO PRIMERO
NATURALEZA, OBJETO Y ALCANCES DE LA SUSPENSIÓN.
Se retoma la teoría realista para sostener las conclusiones del autor y con
la cual estoy de acuerdo, pues el juicio de amparo debe ser sencillo y eficaz, sin
embargo actualmente entre tantos criterios y teorías que los jueces de amparo
están ansiosos por aplicar a un caso concreto, o bien para destacar emitiendo
criterios a discreción, se genera un sinnúmero de tecnisismos que únicamente
alejan a la figura de la suspensión del objeto para la cual fue creada, es decir
mantener viva la materia del amparo de manera objetiva y real.
CAPÍTULO SEGUNDO
COMPETENCIA PARA CONCEDER LA SUSPENSIÓN.
Se hace notar que el libro es anterior a la nueva ley de amparo de 2013, por
lo que los supuestos analizados por ejemplo en el caso de la Suprema Corte han
quedado abonados a la competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito.
CAPÍTULO TERCERO
LA SUSPENSION DE OFICIO
Otra distinción es que para los actos graves antes mencionados se requiere
únicamente que el quejoso invoque la violación hacia dichos derechos para que el
juez de inmediato ordene la suspensión de oficio y realice una comunicación
telegráfica de dicha medida hacia la autoridad responsable y así evitar la
consumación irreparable del acto, con sanciones penales y administrativas para el
juez que no conceda la medida cautelar como para la autoridad que no la cumpla.
CAPÍTULO CUARTO
LA SUSPENSIÓN ORDINARIA.
III.- Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al
agraviado con la ejecución del acto.
Por último se toca el tema de la garantía que tendría que otorgar el quejoso
para que surta efectos la suspensión otorgada (requisito de efectividad), así como
la contragarantía que se permite exhibir al tercero perjudicado (ahora tercero
interesado), siendo que surge otra dificultad en cuanto al monto de la garantía que
debía fijarse y conforme al acto que se debe suspender, así mismo critica una
ejecutoria de la Corte, en el sentido que de ejecutarse el acto por la contragarantía
exhibida, en caso de que el quejoso obtenga el amparo solicitado, en la sentencia
respectiva ya no se ordenaría la restitución en el uso y goce de sus derechos, sino
que se le dejaría expedito el derecho de exigir contra el fiador todas las
prestaciones reclamadas, lo cual desde mi punto de vista resulta incorrecto,
respecto de la aceptación de las contragarantías, pues va en contra del objeto
esencial de la suspensión, esto es, conservar la materia del amparo.
CAPÍTULO QUINTO
LA SUSPENSIÓN DE LOS AMPAROS DIRECTOS
Sin mayor cuestión el autor puntualiza que en materia civil o penal se debe
conceder la suspensión porque así lo ordena la constitución, y supedita la
procedencia de la misma a los mismos requisitos que se establece para la
suspensión ordinaria.
CAPÍTULO SÉPTIMO
LA SUSPENSIÓN TRATÁNDOSE DE ACTOS QUE AFECTAN LA LIBERTAD
PERSONAL
El autor clasifica en dos grupos los actos que afectan la libertad personal:
Cabe recordar que el libro en estudio fue escrito hace ya muchos años y
que reflejan la ineficacia del juicio de amparo y en especial de la suspensión del
acto reclamado respecto de actos privativos de libertad, pues llegó un momento en
que casi todos los delitos eran considerados graves y excepcionalmente se podía
otorgar la suspensión del acto reclamado para impedir que se ejecutara el acto,
violando el principio de presunción de inocencia.
Por cuanto a hace a las críticas del autor destaca la relativa a que aun
cuando se concedía la suspensión del acto reclamado el juez podía ordenar la
aprehensión del quejoso, como una medida de seguridad, lo que desnaturalizaba
el juicio de amparo, así mismo en esa época no se requería de un análisis de la
naturaleza del delito ni la gravedad de la pena.
CAPÍTULO OCTAVO
LA SUSPENSIÓN PROVISIONAL
El Juez deberá tomar las medidas que considere conveniente para que no
se defrauden derechos de terceros y se eviten perjuicios al interesado, y en caso
de que el acto reclamado afecte la libertad personal se dicten las medidas de
aseguramiento del quejoso pudiendo llegar a establecer condiciones para que
surta sus efectos.
Por su parte la queja tiene diversos casos de procedencia por lo que toca a
la suspensión, y cuando no proceda al recurso de revisión, y procede
principalmente en materia de amparo directo cuando las autoridades responsables
resuelven sobre la suspensión del acto reclamado.
CAPÍTULO DÉCIMO
PROCEDIMIENTO