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Graduandos en Fisioterapia por la Universidad Miguel Hernández de

Elche:

1. INTRODUCCIÓN.
Tras nuestra búsqueda acerca del origen de la liberación miofascial,
no podemos definir un creador como tal, puesto que, desde el inicio de
la fisioterapia, mediante el uso de las terapias manuales, los tejidos
miofasciales han sido manipulados (1). Asimismo, parece que
podemos atisbar que los padres de la liberación miofascial fueron los
investigadores Ida Rolf, Andrew Still, Robert Ward y John Barnes.
Cabe señalar que la miofascia se ha definido como "tejido conjuntivo
denso irregular que rodea y conecta todos los músculos. Se piensa
que este sistema es el responsable de facilitar la movilidad, la
circulación celular y la elasticidad de los tejidos musculares. La
miofascia puede contraerse en respuesta a una lesión, al estrés
postural o a la inactividad. Estas adherencias y la tensión muscular
pueden promover la formación de puntos gatillo en la miofascia, que
se traducen en un síndrome de dolor miofascial, que puede
convertirse en un problema crónico (2,3,4).

Además, tampoco podemos pasar por alto, la importancia de los


estudios desarrollados por Janet G. Travell. En sus investigaciones
hace referencia a los síndromes del dolor musculoesquelético y a sus
tratamientos.

Otro importante exponente, actualmente, de la liberación miofascial es


el Dr. Andrzej Pilat, quién ha desarrollado diversas técnicas y formas
de aplicación en este campo. Para la realización de este trabajo
hemos recabado información de su libro; Terapias Miofasciales
Inducción Miofascial.

Después de la revisión del libro anteriormente citado nos parece que


la inducción miofascial o liberación miofascial es una terapia dirigida a
las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor
y también al resto de estructuras y vísceras. Parece ser una técnica
práctica, segura y muy eficaz, que consiste en aplicar una suave
presión sostenida en las restricciones de tejido conectivo miofascial
para eliminar el dolor y restaurar el movimiento. Al parecer, el objetivo
de la liberación miofascial es estirar y disminuir la tensión de la fascia
para que ésta y otras estructuras contiguas puedan moverse más
libremente y se restaure el movimiento normal del paciente.

Otros aspectos a tener en cuenta son que se realiza directamente


sobre la piel sin aceites ni cremas. Esto puede ser para permitir
detectar con exactitud las restricciones fasciales y aplicar la cantidad
adecuada de presión sostenida para facilitar la liberación de la fascia.
Además, pensamos que el uso de la liberación miofascial debería
promover la educación de la mecánica corporal apropiada, la
instrucción del autotratamiento, la mejora de la fuerza y de la
conciencia postural y del movimiento.

Asimismo, en la actualidad dentro de las técnicas de liberación


miofascial debemos considerar el método Stecco (la Manipulación de
la Fascia©), en el que se desarrolla el concepto de terapia manual
creada por el fisioterapeuta italiano Luigi Stecco. Este método se
centra fundamentalmente en el tratamiento de la fascia muscular
profunda. Según el autor debido a la gran extensión de la fascia, este
tratamiento se centra en puntos clave de esta (centros de coordinación
o centros de fusión), aplicando en estos una fricción profunda para
restablecer el balance lesional. Este tipo de técnica se utiliza cuando
hay una restricción fascial que provoca cambios tensionales a lo largo
de una secuencia, y nos va a provocar cambios a nivel de los
receptores nerviosos (alterando la coordinación de los movimientos).
Al parecer es una técnica que nos permite a los fisioterapeutas el
trabajar a distancia del centro de percepción del dolor del paciente. En
la actualidad es un método en constante desarrollo en estudios
científicos, desarrollados por los hijos del creador del método, los
doctores Antonio y Carla Stecco.

2. FUNDAMENTOS
CIENTÍFICOS Y APLICACIÓN
DE LA TÉCNICA PARA LA
LIBERACIÓN MIOFASCIAL.
Mediante la liberación del sistema miofascial obtenemos beneficios
terapéuticos en diferentes sistemas.
A nivel circulatorio, incrementamos el abastecimiento de sangre tisular
(5) lo que se traduce en un mayor metabolismo de la zona, mostrando
buenos resultados en mujeres posmenopáusicas con insuficiencia
venosa (6). En cuanto al sistema musculoesquelético, encontramos
que tras la aplicación de la técnica conseguimos un incremento del
ROM a través de la eliminación de puntos gatillos latentes (7) y
mejorando las propiedades elásticas de los tejidos (8). En adición, se
ha visto que la terapia miofascial puede tener repercusión en el
sistema nervioso, modificando el dolor difuso, fatiga percibida y
calidad de vida en pacientes con fibromialgia (9). En definitiva, la
terapia miofascial debe ser concebida como una técnica de
tratamiento donde podemos contribuir a mejorar a nuestros pacientes
de una manera global. (Ver Anexo I)

La inducción miofascial aborda al sistema fascial a través de dos


modalidades:

-Técnicas superficiales o directas: que actúan localmente y cuyo


objetivo principal es mediante la aplicación de fuerzas contra la
dirección de la restricción superficial para lograr cambios en el
comportamiento del tejido (10). Antes de intervenir, y previamente de
haber realizado la inspección ocular y observar el estado de la piel, se
aplica una de manera muy suave un deslizamiento con la palma de los
dedos.

-Deslizamiento en forma de “J” o Stroke:


Una vez conocida la dirección de la restricción, colocar la palma de la
mano no dominante en la región restringida y fijando la piel en sentido
contrario a la restricción (Contrapresión), luego con la mano
dominante el terapeuta realiza el movimiento de deslizamiento en
forma de “J” en sentido de la restricción con la ayuda del dedo índice
reforzado con el dedo medio o nudillo del índice. Al principio el
movimiento se realiza con una presión constante y lenta, pero al llegar
a la curva de la “J” se debe aplicar de forma brusca y veloz. La
maniobra se puede repetir hasta un total de 7 veces, pero modificando
el lugar de acción. Esta maniobra está descrita como una maniobra
que solo se utiliza en pacientes con síndrome miofascial crónico.

-Deslizamiento transverso:
Maniobra de presión digital, manos colocadas en serie, dirigida
transversalmente sobre las estructuras colágenas del tejido conectivo.
Este movimiento repetitivo (7-15 recorridos) facilita la liberación y
desplazamiento de las fibras de colágeno dirigida a romper los
“entrecruzamientos” que se forman entre ellas (11). Para realizar la
maniobra, flexionar las articulaciones metacarpofalángicas y si la
longitud entre los dedos es muy desigual debemos flexionar la
interfalángicas proximales. Como hemos dicho, se realiza
transversalmente a un punto doloroso muscular, ligamentos o
tendones. La amplitud de la maniobra es muy escasa. Se estima que
el tiempo necesario para producir analgesia es de aproximadamente
2,1 minutos (12).

-Deslizamiento longitudinal:
La aplicación tiene como objetivo principal estimular la orientación
longitudinal de las fibras colágeno en demanda de la fuerza mecánica
ejercida en esa dirección aumentando la fuerza tensional del tejido
(13). Es recomendable que la dirección sea desde el origen a la
inserción. Es la única técnica que permite el uso de lubricantes, sobre
todo para esquivar los tirones del vello en hombres. Al igual que con la
maniobra de deslizamiento en “J”, realizamos una contrapresión con la
mano no dominante; mientras que, con la otra mano presionamos
lentamente con nudillo del índice, índice reforzado con el medio o
codo en dirección longitudinal adecuada la velocidad en todo momento
a la respuesta del tejido. Repetir el movimiento un total de 3 veces.

-Técnicas profundas o indirectas: que actúan globalmente


eliminando las restricciones profundas, no alcanzables con una
presión directa, llevando el tejido fascial restringido hacia su posición
“cómoda”, relajando las fuerzas de tensión y restableciendo el
equilibrio tensional (8). La técnica más utilizada es:

-Manos cruzadas:
En primer lugar, debemos apoyar las manos sobre el cuerpo del
paciente para ganar su confianza, secundariamente sincronizar con el
paciente a través de la respiración conjunta, acto seguido iniciar una
suave compresión (presión dirigida contra la camilla y separar las
manos para dinamizar la fascia. Luego, mantenemos el contacto hasta
esperar a que la fascia comience a moverse, una vez se mueve
debemos ajustar la dirección del contacto en función de cómo se
mueva la fascia. Por último, identificar cuando la fascia deja de
moverse, “barrera”, y nos mantenemos hasta esperar el proceso de
liberación. Vencer entre 3-5 barreras.

3. FOAM ROLLER COMO


MÉTODO DE
AUTOLIBERACIÓN
MIOFASCIAL.
Pensamos que podemos introducir la técnica del FOAM
ROLLER dentro de la liberación miofascial. Es una técnica muy actual.
Está muy de moda y podemos verla practicar en muchos gimnasios y
centros deportivos. Consiste en una autoliberación miofascial (ALM)
en la que se realiza un efecto de enrollar y comprimir la musculatura
específica utilizando un rodillo de espuma denominado "foam roller"
(14,15).

Existe una amplia gama de intervenciones en fisioterapia para el


estrés físico, en particular, la liberación miofascial es un buen método
que puede mitigar el daño causado por el estrés físico con la
estimulación mecánica de carga. Sin embargo, es difícil llevar a cabo
esta terapia solo, por lo que se utiliza un rodillo de espuma para
inducir la autoliberación miofascial (ALM) (16). Estos rodillos de
espuma son cilindros de distintas densidades y texturas que utilizan el
mismo mecanismo de tratamiento que la tradicional liberación
miofascial (LM), pero la presión se aplica por el individuo
externamente o con el uso de su peso corporal. Se pueden variar las
posiciones del cuerpo para aislar regiones específicas o áreas
afectadas (14).

Se ha observado que esta técnica de presionado muscular es capaz


de aumentar la flexibilidad de forma aguda. Asimismo, el uso de ALM
sugiere que mejora el rango de movimiento (ROM) a través de la
inhibición autogénica en la que el masaje aumenta el flujo sanguíneo y
reduce las adherencias y cicatrices tisulares (17). Los rodillos de
espuma se utilizan comúnmente como un complemento en un
programa de estiramiento, o como sustitución al estiramiento estático.
A pesar de los numerosos beneficios que parece reportar este tipo de
técnica, existe poca evidencia científica sobre los protocolos de
actuación y/o aplicación, así como de los efectos a nivel muscular y de
rendimiento deportivo.

5. DISEÑO DE EJERCICIOS,
APLICACIÓN PRÁCTICA DEL
FOAM ROLLER.
La autoliberación miofascial con foam roller es una técnica de terapia
manual que tiene como principales objetivos; aliviar el dolor, aumentar
la movilidad (ROM) y funcionalidad articular, devolver el estado de
tensión fisiológica, así como eliminar adherencias y restricciones
(18,19). Además, esta técnica tiene como fin ayudar a reducir las
barreras restrictivas o adhesiones fibrosas entre las diferentes capas
fasciales. Otra de las aplicaciones del uso del foam roller puede ser el
auto tratamiento de los puntos gatillo que suelen encontrarse entre la
fascia superficial y la profunda ya que mediante su aplicación sobre la
misma pueden devolverla a un estado más flexible y moldeable
(20,21,22).

En una revisión reciente, encontramos que se aprecian diferencias


entre los tipos de fascias, así como su aplicación para el tratamiento
en ellas. En fascia superficial se utilizarán cargas bajas, y su
aplicación será masaje ligero con implemento grande, en cambio en
capas más profundas las cargas serán altas con masaje profundo, un
implemento pequeño y poco desplazamiento.

Sin embargo, cabe señalar que dentro de los diferentes métodos de la


aplicación de la liberación miofascial con foam roller no se observa
ninguna evidencia científica sobre la duración, cadencia, dirección,
fuerza aplicada y tipo de material (23,24). Encontramos que esta
técnica de auto tratamiento se puede realizar mediante un rodillo de
espuma con distintas densidades, utilizando el propio peso del
individuo sobre este, ejerciendo presión sobre la musculatura. Esta
técnica se considera una forma de automasaje o auto-liberación
miofascial que se asimila a la presión ejercida sobre los músculos
realizada por un terapeuta en la manipulación manual. (25,26,27).

Con relación a la duración de la aplicación del foam roller observamos


estudios con series de 5” hasta una duración de 10’. La mayoría de los
procedimientos emplean de 2 a 5 series de entre 30 y 60 segundos de
duración, siendo éstos últimos más eficaces. En un estudio reciente se
pudo observar que la utilización del foam roller con colocación
transversal a la musculatura tenía mayor efecto que de forma paralela
(22,28).

Asimismo, queremos destacar las aplicaciones del foam roller en la


recuperación deportiva. Observamos que uno de los hándicaps con
los que luchan los deportistas cada día es con el dolor muscular de
aparición tardía (DOMS) o más comúnmente llamado “agujetas”.
Dicha sensación aparece pasadas las 24 horas de realización de
ejercicio físico pudiendo prolongarse hasta las 72 horas (19).

Esos dolores evitan que el deportista vuelva a realizar con la misma


intensidad entrenamientos de calidad para mejorar su rendimiento y es
aquí donde toma el rodillo de espuma su importancia. Tras emerger
como técnica de liberación miofascial, tras una sesión de actividad
física vigorosa, el uso del foam roller ayudará a mejorar el ROM y a
relajar la musculatura, al afectar negativamente a las propiedades
contráctiles del músculo. Al parecer se ha visto que el uso del foam
roller entre 24 y 48 horas después de realizar la actividad reduce la
sensación de agujetas (29).

Encontramos evidencia científica de que el uso del foam roller en el


pre-entrenamiento combinado con ejercicios dinámicos suaves,
parece ser que aumenta el rango de movimiento, la potencia, fuerza y
velocidad (21). Sin embargo, es un área donde todavía queda por
investigar bastante ya que no hay protocolos de actuación en el
calentamiento y tampoco está claro cuándo obtendremos más
beneficios, si aplicando la técnica de liberación miofascial haciendo
rodar el foam roller en el sentido del plano sagital o del plano frontal
(22).

TABLA DE EJERCICIOS CON FOAM


ROLLER (LA TABLA CON LAS
FOTOGRAFÍAS LAS ENVIÉ POR
CORREO, AQUÍ NO PUEDO
SUBIRLAS...)
MIEMBRO INFERIOR

GEMELO

En decúbito supino, con el único apoyo


de las manos en el suelo a la altura de
los hombros. Deslizamos dejando caer
el peso del cuerpo. Con caderas en
rotación externa trabajaremos más el
vientre externo pudiendo llegar incluso
a trabajar los peroneos. En rotación
interna trabajamos el vientre interno.
Rodar desde el hueco poplíteo hasta
tendón de Aquiles.

TIBIAL ANTERIOR

En cuadrupedia, con una rodilla


apoyada y la otra pierna sobre el
rodillo, hacemos rodar la pierna por la
cara externa de la tibia en toda su
longitud. Rotando un poco más
externamente podemos trabajar
también los peroneos. Como variante,
poniendo la pierna en rotación interna
podríamos trabajar toda la zona interna
de la pierna con los flexores de los
pies.

CINTILLA ILIOTIBIAL

En decúbito lateral llegando hasta la


cresta ilíaca para tocar el tensor de la
fascia lata. Cruzamos la pierna
contraria, manteniéndola apoyada en el
suelo para obtener mayor estabilidad.
Ambos brazos apoyados en el suelo.
ISQUIOTIBIALES

En supino nos deslizamos llegando


desde el isquion hasta la zona poplítea.
Con cadera en rotación externa
trabajamos más la zona del bíceps
femoral y en rotación interna el
semimembranoso y semitendinoso.

ADDUCTORES

Abriendo bien las piernas, subimos y


bajamos la pelvis al suelo, dejando
rodar la pierna con ambos brazos
apoyados. Podemos apoyar ambos
pies para conseguir una mayor
estabilidad y concentrarnos solo en la
zona aductora.

CUÁDRICEPS

En decúbito prono apoyamos nuestros


antebrazos en el suelo como para
realizar una plancha. Podemos apoyar
puntas de los pies para obtener mayor
estabilidad y nos deslizamos llegando
hasta la base de la rótula ascendiendo
hasta la espina ilíaca anterosuperior.

Se pueden trabajar todas las porciones


simplemente rotando la cadera.
GLUTEOS

Se pueden trabajar conjuntamente, con


la cintilla iliotibial y músculo tensor de la
fascia lata, aunque para focalizarse
más en ellos no se debe rotar tanto el
cuerpo a decúbito lateral. Ascender
bien hasta la cresta ilíaca llegando
hasta el trocánter y pasando por el
pliegue glúteo.

COLUMNA VERTEBRAL

ZONA LUMBAR

Con las rodillas semiflexionadas y los


pies apoyados en el suelo, manos a la
altura de nuestra cadera apoyadas en
el suelo nos deslizamos a lo largo de la
columna lumbar dejando caer el tronco
y regresando a posición inicial con la
ayuda de manos y pies.

ZONA DORSAL BAJA

Sin apoyar masa glútea en el suelo,


únicamente los pies, con las rodillas
flexionadas. Tendremos los brazos
paralelos al suelo para mejorar el
equilibrio, ya que en esta postura no
tenemos mucho control de core. Nos
deslizamos hasta el borde inferior de la
escápula.
ZONA DORSAL ALTA

Para trabajar esta zona colocaremos


los brazos cruzados sobre el pecho,
con las manos en el hombro
contralateral (para hacer protuir las
escápulas y concentrar el trabajo en
romboides y trapecio). Podemos
trabajar también el tejido muscular que
recubre las escapulas, como redondos
e infraespinoso, rotando un poco el
tronco. Hay que prestar especial
cuidado, puesto que el choque óseo
con la escápula puede ocasionar
molestia.

DORSAL ANCHO

Trabajaremos sobre todo la porción


axilar, pudiendo trabajar su extensión
restante en las posiciones dorsales
comentadas anteriormente con la
variante de ligera rotación del tronco
hacia el lado que queremos trabajar.

En decúbito lateral con el brazo


homolateral elevado y paralelo al
suelo; la pierna contralateral
permanecerá elevada. Será con la que
nos ayudemos para deslizarnos sobre
el rodillo.

REGIÓN CERVICAL

Recostados con el rodillo como


almohada realizamos un movimiento
de negación, de izquierda a derecha,
trabajando ambas regiones del cuello,
trapecio superior y toda la zona
paravertebral.

6. REFLEXIÓN
Contemplamos que la liberación miofascial es un método de
tratamiento incluido dentro de la Terapia Manual y que se orienta
principalmente a la eliminación de la alteración de la movilidad del
tejido miofascial. Pensamos que esta técnica aborda directa e
indirectamente problemas que afectan a otras estructuras corporales
relacionadas con las alteraciones en la movilidad articular y las
contracturas musculares. Por todo ello, nos parece una técnica
esencial en la práctica clínica de la fisioterapia con una gran
importancia para generar un óptimo estado de salud en los pacientes.

Nos ha sorprendido que, pese a lo que a priori pueda parecer, las


manipulaciones más superficiales son las destinadas a tratar tejidos
profundos, mientras que las aparentemente vigorosas tratan las capas
superficiales.Asimismo, opinamos que es necesaria una formación
adecuada y completa sobre las diversas manipulaciones de la técnica.
Por nuestra parte hemos encontrado una base sólida de evidencia en
la bibliografía Dr. Andrzej Pilat del, fundamentalmente en su libro;
Inducción Miofascial.

Respecto a la auto-liberación miofascial con el foam roller, opinamos


que la técnica de Foam Rolling es una técnica muy actual y que está
en auge. Como ventajas principales de este método podemos pensar
en su precio que hace que esta técnica sea asequible para la gran
mayoría de personas. Además, encontramos en el sector del running
que su relación con la famosa "rodilla del corredor" la hacen una
herramienta terapéutica idónea para tener en casa.

Cabe señalar que creemos que tiene algunos inconvenientes, como


que se debe tener mucho cuidado en la propia ejecución, ya que una
mala praxis puede conllevar a la aparición de posibles lesiones. Se
nos ocurre que, por ejemplo, en la aplicación sobre el tensor de la
fascia lata, se debe colocar el paciente de lado con el miembro afecto
debajo. La espalda tiene que estar completamente alineada, y debe
mantenerse esta higiene postural durante el desarrollo de todo el
ejercicio.

El inconveniente fundamental que indican algunos profesionales es


que, al ser manipulaciones bastante sutiles, en muchas ocasiones los
pacientes pueden pensar que no le estás haciendo nada, algo que a
nivel psicológico puede retrasar la recuperación. Respecto a la técnica
del foam roller, debe estar dirigida al automasaje de deportistas y que
debe estar pautado y controlado. Nunca será un sustitutivo a la terapia
manual tradicional, pero sí resulta una herramienta interesante. Otros
inconvenientes que observamos es que no se debería aplicar
directamente sobre la columna lumbar, ya que esto puede generar la
aparición de contracturas como mecanismo de defensa en algunas
personas.

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