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29 de junio de 2018

Título: Amar a Dios es igual a amar a tu hermano


Texto Base: 1 Juan 4:19-21

Introducción:
El famoso pensador Agustín de Hipona hace muchos siglos dijo lo siguiente: “Ama y haz lo
que quieras: si callas, calla por amor; si gritas; grita por amor; si corriges, corrige con amor;
si perdonas, perdona por amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor
serán tus frutos”

Bosquejo del Sermón:


V. 19 Hay una consecuencia de nuestro amor a Dios que es que Él mismo nos amó a nosotros
y nos debemos realizarnos la siguiente pregunta: ¿Cuál es la expresión de amor más grande de
Dios? El versículo 8 nos muestra que la esencia de Dios es amor y que ese amor fue expresado
por medio de su Hijo Jesucristo (vv. 9-10). Después de haber dicho lo siguiente debemos
enfrentamos con la siguiente pregunta: ¿Cómo nosotros le amamos a Él? El apóstol Juan en 2:5
nos aclara que el que guarda la Palabra y sus Mandamientos. Entonces nos preguntamos ¿Cuál
es el más grande mandamiento? La respuesta de Jesucristo a esa pregunta la hallamos en la
esencia de su mensaje (cf. Mt 22:34-40). El amar a Dios siempre va de la mano con amar a mi
prójimo, desde los Diez mandamientos se refleja eso porque los primero cuatro mandamientos se
refieren a mi relación con Dios y los seis restantes se refieren a mi relación con mi prójimo.

1. Yo soy Jehová tu Dios… No tendrás dioses ajenos delante de mí (Éx 20:2-3) Amor a
2. No te harás imagen (Éx 20:4-6) Dios

3. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano (Éx 20:7)


4. Acuérdate del día de reposo para santificarlo (Éx 20:8-10)
5. Honra a tu padre y a tu madre (Éx 20:12)
6. No matarás (Éx 20:13) Amor a
7. No cometerás adulterio (Éx 20:14) mi
prójimo
8. No hurtarás (Éx 20:15)
9. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio “no Mentirás” (Éx 20:16)
10. No codiciarás (Éx 20:17)
Nosotros debemos amar a nuestro prójimo, pero debemos saber que el amor consiste en que
Dios nos amó primero. Es decir, debemos ser consciente del amor de Dios manifestado en el
sacrificio de su Hijo. Esto es lo más importante y nuestro amor debe partir de ese hecho, la
mayor expresión de amor jamás mostrada en la historia de la humanidad. Y de esto resulta una
gran pregunta ¿Por qué es la más grande? Porque Dios dio lo más preciado: su propio Hijo, sin
nosotros merecerlo. El verdadero amor es abnegado y carece de todo tipo de egoísmo, en
resumen, no se basa en recibir algo.

Ilustración:
En el caso del amor entre novios: A todos nosotros no es muy fácil entregarle el amor a
alguien que tú sabes de antemano que te ama, pero al tratar de hacer los mismo con Dios nos es
difícil, aun sabiendo que Dios nos ama (porque Dios nos amó primero) y expresándolo al enviar
a su Hijo. Lo dicho anteriormente genera la siguiente pregunta: ¿Por qué nos resulta difícil
amar a Dios?
V. 20 si nosotros decimos que amamos a Dios como inicia este versículo debemos tener en
cuanta algo. R.W. Orr dice lo siguiente: Si alguien afirma: “Yo amo a Dios” imaginando que
sus sentimientos religiosos de adoración y gratitud valen más que el amor con hechos en verdad,
pero al mismo tiempo odia a su hermano, y le desea el mal de manera consciente, entonces es
un mentiroso.1 En los primeros versículos del capítulo 13 de la primera carta a los corintios nos
sirve de demostración a este punto. Incluso el versículo tres nos muestra hechos que a simple
vista son “buenos” pero la motivación es la incorrecta.
V. 21 Amar a Dios y amar a mi prójimo. En Mateo 25:40 nos ayuda para afianzar la idea de
amar a nuestro hermano como sinónimo de amor a Dios mismo.

Conclusión:
Ama a tus familiares
Ama a tu congregación
Ama a tu sociedad (Ciudad, país)
Ama a tus amigos
Ama a tus enemigos.
“La medida del amor, es amar sin medida” Agustín de Hipona

1
R.W. Orr – Comentario Bíblico Bruce: Antiguo y Nuevo Testamento. Editorial Peniel: Buenos Aires, Argentina. Pág.
1509.

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