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CASO ACEROS DE GUATEMALA

La compañía es una de las dos únicas que produce varillas para la construcción en
Guatemala, producto que exporta a Centroamérica. Opera con los nombres comerciales de
Distun, Despensa Ferretera y Ferretería Ferrominera, y entre 2010 y 2015 fue beneficiaria
de 47 contratos con diferentes dependencias del Estado, por un total de Q42.367.913,
según los registros del portal Guatecompras.

Por este caso fue detenido el último representante legal de AG registrado, Pedro José Raúl
Paiz Valdez, así como los representantes y mandatarios de la empresa Tres Puertos:
Alfredo Muñoz Ledocarrillo y Rigoberto Chacaj Soc. Según la hipótesis del MP y la CICIG,
Tres Puertos habría sido contratada por AG para solventar sus denuncias ante la SAT de
forma anómala. Esa empresa fue inscrita de forma definitiva en noviembre de 2001, y tiene
entre los objetivos de su creación “prestaciones de servicios, gestiones ante la dirección
general de aduanas…”, según consta en el reporte de sociedades del Registro Mercantil.

El caso en contra del AG inició el 14 de marzo de 2012, cuando la SAT denunció a esa
empresa por los delitos de defraudación tributaria y casos especiales de defraudación
(expedientes C1079-12-124, C1079-12034 y C1079-12-310). En agosto de ese año, la
defensa de AG logró que un tribunal desestimará el caso, pero la apelación de la Fiscalía
de Delitos Económicos del MP en marzo de 2013 permitió la continuación de las
investigaciones. Sin embargo, en octubre de 2014, la defensa de AG logró detener de
nuevo el proceso, y convenció al Juzgado Séptimo de Primera Instancia Penal para que
pidiera a la SAT revisar los documentos de prueba presentados en contra de la empresa. Es
en esa fase donde interviene Marroquín, quien utiliza sus influencias en la SAT para que los
dictámenes que responsabilizaba a AG fueran modificados a su favor. El MP y la CICIG se
enteraron de esos movimientos, gracias a las intervenciones telefónicas.

Mientras se gestaba la caída de Muñoz, y el ascenso de Franco, el siempre proactivo


Marroquín mantenía contacto con el abogado de AG, Frank Trujillo. Una escucha del 20 de
diciembre de 2014 entre Marroquín y Trujillo muestra el acceso de Marroquín a los
documentos internos de la SAT en los que se buscaba exculpar a AG.

Mientras se gestaba la caída de Muñoz, y el ascenso de Franco, el siempre proactivo


Marroquín mantenía contacto con el abogado de AG, Frank Trujillo. Una escucha del 20 de
diciembre de 2014 entre Marroquín y Trujillo muestra el acceso de Marroquín a los
documentos internos de la SAT en los que se buscaba exculpar a AG.

Marroquín le lee a Trujillo parte de la resolución:

“Con base en la información analizada se concluye que probablemente los que cometieron
los ilícitos fueron los proveedores de la primera línea de la entidad contribuyente tal, y los
proveedores de la segunda línea no fueron localizados, y otros indicaron que no realizaron
ventas, y otros no inscritos ante la entidad y otros fallecidos, siendo los siguientes los
proveedores de primera línea: Luis Alberto no sé qué… segunda línea Luis Fernando no sé
qué…”.
Trujillo: “Ya sólo faltó que dijeran que el otro no tiene responsabilidad, pero ahí se entiende
que así es”.

Marroquín: “Cabalmente, lo estoy poniendo al día a usted, para que no lo agarren de


sorpresa”.

La estrategia, detalla la fiscal general, era librar de responsabilidad a AG, haciendo


responsable de la defraudación a empresas intermediarias de cartón. Algunas con
direcciones falsas y otros inscritas a nombre de personas ya fallecidas.

Pero esta información era aún insuficiente para librar a AG de la persecución judicial.
Marroquín se queja con una mujer desconocida, en una escucha del 30 de diciembre de
2014, por la redacción del texto: “Habían dicho que iban a poner un párrafo que yo ya había
dado y eso era lo que satisfacía, pero al final no venía, no satisface el informe”, reclama.
Para asegurar que la redacción final del dictamen de la SAT exculpe a AG, Marroquín se
reúne el 7 de enero de 2015 con Alfonzo Romeo Castillo Castro, intendente Jurídico, y con
Ariel Guerra, intendente de Fiscalización de la SAT, según consta en las llamadas
interceptadas.

CICIG

El abogado de AG, Trujillo, señala las deficiencias del documento de la SAT, en


conversación con Marroquín intervenida ese mismo día: “Le comento que no está dada la
respuesta que pidió el juez, en sentido de la competencia, y específicamente es que ellos
informen a nosotros si cumplieron o no con las obligaciones tributarias y en su caso quiénes
son los responsable. Y la obligación de la SAT es informar sobre las obligaciones y dar con
los responsables es obligación del MP”.

El 13 de enero, Marroquín le lee a Trujillo la nueva redacción del dictamen que emitirá la
SAT: “Indicó que en la entidad requerida cumplió con sus obligaciones tributarias” —dice el
intermediador — “memorándum para la licda, Evelyn Julissa Natareno Gómez, jefe de
departamento de verificaciones, intendencia de asuntos jurídicos, de Gerente de
Contribuyentes Especiales Grandes”. El dictamen fue emitido al día siguiente, y el 19 de
enero, en audiencia ante el juez, la representante de la SAT, Alicia López Paiz no se opone
la solicitud de la defensa de AG de “desestimación parcial” del caso contra la empresa por
Q255.6 millones por defraudación.

Los Q300 mil son la sanción por haber evadido el pago de impuestos por Q266
millones, por medio de facturas y documentos con irregularidades.

Las investigaciones partieron de seis denuncias presentadas al Ministerio Público por


la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Tres de las quejas fueron por facturas emitidas por Norman Fernando Tejeda
Velásquez, y las otras denuncias por Formularios Aduaneros Únicos Centro
Americano, (Faucas), las cuales presentaban inconsistencias.

La sanción emitida el jueves 6 de abril del 2017 indica que Aceros de Guatemala debe
pagar Q300 mil, que dividirá en tres partes iguales para instituciones de ayuda social.

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