QUIEN CUIDARA MIS HIJOS Director Norteamericano: John Erman 1983

Es una historia basada en hechos reales acaecida en 1952, donde una Madre
interpretada por ann magret (Lucile Fray), de 36 años, que lleva 14 años casada recibe la
funesta noticia que tiene un cáncer incurable y que le queda poco tiempo de vida, ante
esta situación con toda la gallardía y el amor madre, decide ser ella la encargada de
buscar nuevos hogares para entregar a sus 10 hijos, niños que van desde 2 a 13 años, a
familias adoptivas antes de morir, su marido interpretado por Frederic Forrest (Ivan), un
obrero enfermo de artritis y alcohólico, acepta que no podrá cuidar de sus hijos y que la
mejor solución es entregarlos a esas familias para evitar que sean recogidos por el
servicios sociales Estado y acaben los niños en centros de acogida, cuando su esposa
muera.

El ser humano es constitutivamente moral, es decir, no se limita a obrar como los demás
animales de manera instintiva, posee inteligencia, libertad y autonomía, para discernir qué
es lo correcto (Aristóteles) ante tan terrible situación la Madre no puede ser más
extraordinaria, en la medida que renuncia a todo su egoísmo final, de tener a sus hijos
hasta su muerte y decide quedarse sola con su marido; el Padre un pobre hombre que no
está a la altura de las circunstancias tiene que aceptar renunciar a sus hijos, por su
incapacidad y alcoholismo, aunque esta renuncia le ennoblece, los hijos a pesar de su
corta edad, enfrentan con madurez la situación, separación que no destruye los lasos de
hermandad.

singular historia de la cultura de los Estados Unidos de América que nos da a conocer las
costumbres de un determinado tiempo y la decisión de una Madre al optar por la adopción
de sus hijos, buscando que los menores puedan volver a tener una familia y las parejas
solicitantes logren vivir y disfrutar la experiencia de tener un hijo. Ahora bien, que tan ético
o moral fue esta decisión, antes de tomar la decisión existió un proceso de reflexión,
dando una gran prevalencia a la protección de los menores procurando en todo momento
el interés superior del menor.