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BOLSAS DE DORMIR (Sacos de Dormir)

PARA SOÑAR AL AIRE LIBRE

Recomendaciones para realizar la correcta elección del saco de dormir


según la actividad a realizar. Formatos, modelos, rellenos y
características técnicas.
Consejos y cuidados.

Existen otras situaciones que guardan


estrecha relación con sentir el frío: el
buen estado físico de la persona, la
alimentación , el cansancio, etc., y que
pueden afectar la comodidad dentro de
un saco de dormir. También la
temperatura exterior y la humedad del
aire son aspectos que determinan
cuánto tiempo puede la bolsa
mantener el calor en su interior. Así,
conocer la capacidad de aislamiento
térmico es el punto más importante a la
hora de comprar este producto.
El tejido exterior de un saco de
dormir debe ofrecer la cualidad de
repeler el agua, ser respirable, y ligero
y fuerte al mismo tiempo. De nada
servirá que sea completamente
impermeable, ya que la condensación
del vapor producido por la
transpiración al dormir mojará el
interior de la bolsa, lo que redundará
en la pérdida de la capacidad de
aislamiento. El tejido interior, en
cambio, puede estar compuesto en
algodón o material sintético, pero el
primero presenta el inconveniente de
no retener el calor al favorecer la
circulación del aire. También es
sensible a la humedad, se ensucia
fácilmente, y absorbe la transpiración.
Por su parte, las telas sintéticas como
el nailon son más livianas, se calientan
rápidamente, permiten el paso de la
humedad hacia el exterior, y conservan
la temperatura del compartimiento.
La progresiva aparición de las fibras
sintéticas fue desplazando la utilización
del plumón como material de relleno en
las bolsas de dormir.

Prof. Luis Rodolfo Gómez Vida en la Naturaleza


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Aunque éste siga siendo el mejor material para el abrigo, los sintéticos
presentan una mejor protección contra la humedad y son más baratos. Incluso,
una vez mojados abrigan igual y pueden secarse con rapidez, mientras que el
plumón pierde sus cualidades de aislamiento. Pero con la tecnología actual se
lograron diseñar fibras de gran similitud a las bondades térmicas del divet, y
asimilándose tanto entre ellas que, a pesar de ser distintos productos, para
usos convencionales ya no se tiene tan en cuenta si el relleno de una bolsa es
de Quallofil, Dacrón, Ploarguard, Fil Power, Dicrolene, Duvetina, Hollofil, Holow
Poliéster, Insul, Quadrolofr o Hollowfiber, siempre y cuando se comparen
productos confeccionados para idénticas necesidades.
El relleno, a su vez, le dará al saco de dormir una altura que influirá en
su rendimiento, es decir que determinará la eficacia de la aislamiento: mientras
más espesor tenga, más aire caliente se acumulará en la cámara interior. Pero,
por supuesto, la cantidad de relleno está dada en función de la finalidad de la
bolsa.
En este sentido, se pueden establecer tres categorías: para zonas
cálidas, de frío moderado y extremo. Cada fabricante calcula para sus
productos determinadas temperaturas comfort, que en algunos casos se
manejan hasta los – 43ºC, pero que un saco sea cómodo para una persona
también dependerá de factores como la temperatura ambiente (es molesto usar
en el monte una bolsa preparada para fríos polares), el viento, el uso de
aislantes, de vestimenta adecuada, la alimentación y el estado físico.
Por confección también se entiende la forma de la bolsa y el tipo de
costura, aspectos que determinan su finalidad.

En cuanto a los formatos,


podremos encontrar dos bien
definidos: los rectangulares
(también conocidos como rectos
o tipo sobre),y los momias o
sarcófagos. Los primeros
pueden o no poseer cierre lateral
que abarque todo el lado de la
bolsa (resulta útil que tenga asa
por dentro y fuera de la bolsa),
incluso están aquellos que se
transforman en mantas y se les
puede adosar otra similar para
formar un saco de dos plazas.
Este tipo de bolsas
rectangulares es ideal para
zonas de frío bajo a cálidas, ya
que al no tener capucha o un
cordón que ajuste el extremo al
cuello, el calor se escapa por la
gran abertura que posee.
En cambio , las de tipo momia son las más adecuadas para el frío
moderado a extremo, porque disponen de una capucha (algunas rectas
también la tienen) con cordón para ajustar la abertura al cuello, y un cierre que
puede estar ubicado al costado de la bolsa o sobre el pecho de la persona.

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Algunos modelos no presentan cremalleras debido a que por ellas siempre se
fuga el calor, por lo que resultarán un tanto incómodo meterse en el saco, pero
la temperatura se mantendrá correctamente. La particularidad de este formato
es que se adpata al cuerpo, o sea que es ancho a la altura de los hombres y se
estrecha hacia los pies. De este modo la cantidad de aire que necesita
calentarse es menor, y la cámara toma temperatura más rápido.
Otro formato, menos difundido y más difícil de conseguir, es el tipo
momia con mangas incorporadas, a fin de que la persona pueda manipular una
cámara de fotos o video, o un arma de fuego. También tiene un cierre en la
parte de los pies, con lo cual se puede ir de un lado a otro dentro del saco.
Por último, un elemento que los inexpertos o recién iniciados en el tema
de campamentismo no tiene demasiado en cuenta es la funda para bolsas de
dormir. Esta se confecciona para ser utilizada al aire libre, y está destinada a
repeler el agua y la humedad, auque de nada servirá que sea absolutamente
impermeable ya que aparecerá como mencionamos anteriormente, el problema
de la condensación del vapor de agua que se forma dentro del saco. En la
actualidad Gore, Dupont y 3M, entre otras marcas, fabrican telas que poseen el
sistema de tres capas (waterroof, impermeable; breathable, respirable y
windproof, no permite que el viento traspase la tela exterior) con las cuales se
confeccionan estas fundas. Por otra parte, también preservan la cubierta
exterior de la bolsa y mejoran su rendimiento térmico.
En general, una funda ofrece de cuatro a seis grados de aislamiento
adicional debido al colchón de aire que se genera entre el exterior de la bolsa
de dormir y la cara interior de la cubierta protectora. Consecuentemente, se
ampliará el espectro de uso para una determinada bolsa o se contará con una
reserva de temperatura para zonas de frío extremo.

TIPOS DE COSTURA

Existe en el mercado bolsas con diferentes tipos de costura, de acuerdo con los
materiales con los que fueron confeccionadas y con las condiciones térmicas
del terreno previsto para su uso.

Cosido de un lado a otro (1): es, tal vez, la confección más sencilla
y económica, utilizada, por lo general, en bolsas (elaboradas con
fibra) concebidas para regiones cálidas, aunque también es factible
encontrarlo en las de pluma. La cubierta exterior se encuentra unida
directamente a la interior, lo que facilita la pérdida de calor porque
no hay material aislante en la costura.

Doble o en capas contrapuestas (2 y 3): las


capas interior y exterior, cosidas en forma
individual y separadas por material aislante, se
encuentran enfrentadas de forma tal que la
costura de una se ubica sobre la costura o
cámara de la otra. De esta manera, la fuga de
calor disminuye en comparación con el “cosido
de un lado a otro”. Por lo general, su la utiliza en
las bolsas de fibra.

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A piezas (4): el relleno de poliéster está dispuesto en varias capas
oblicuas tipo sándwich, que evitan de manera considerable la
pérdida de calor, aunque no de la misma manera que las costuras en
“V”.

En forma de “V” (5): la confección es similar al modero en canal,


pero los tabiques se encuentran cosidos en forma oblicua (en “V”),
lo que elimina los lugares fríos de las costuras. El modelo resulta
eficaz en zonas de bajas temperaturas, es uno de los más caros, y se
encuentra mayormente en los tejidos de duvet.

En canal o cámara (6): las costuras (transversales o longitudinales)


forman en el aislamiento tabiques que mantienen separadas las
capas interna y externa. Así no hay pérdida de temperatura por las
uniones, y los rellenos se mantienen fijos. Es uno de los tipos de
costura usual en los sacos de plumón.

Combinados: su característica principal radica en que la parte inferior tiene


diferente costura que la superior y/o, también, menos cantidad de material.
Esta particularidad se debe a que algunos fabricantes consideran que el mayor
porcentaje de abrigo es necesario que esté en la parte de arriba, porque la de
abajo va apoyada sobre aislantes y, además, porque se comprime con el peso
del cuerpo.

DORMIR MEJOR
Por mejor calidad de relleno que tenga una bolsa de dormir, si no se la emplea
sobre algún tipo de aislante, el frío del suelo penetrará en el organismo. Esta
particularidad se debe a que el plumón, y en menor medida el poliéster, se
aplanan bajo el peso del cuerpo, reduciendo, así, sus propiedades térmicas.
Los aislantes tradicionales, de por sí muy livianos, están confeccionados con
espuma de polietileno de celdas cerradas (algunos también son aluminizados
para una mejor conducción del calor) y proveen un buen aislamiento debajo del
saco de dormir (ya que tampoco dejan pasar el agua). Por lo general, tienen de
8 a 15 mm de espesor (entre 10 y 12 es una buena medida), aproximadamente
1,40 a 2,00 metros de longitud, y de 55 a 60 cm de ancho. En todos los casos,
la superficie debe ser lisa o poseer cierta textura, pero nunca ser resbaladiza.
Los aislantes de goma espuma no son recomendables porque abultan más,
dejan pasar la humedad y se comprimen fácilmente con el peso del cuerpo.

Algunos cuidados
Si la bolsa está rellena con plumas, cuando no se la usa hay que
almacenarla estirada o colgada para evitar que las plumas se
apelmacen.
Ningún tipo de bolsa se debe guardar húmeda. Secarla al sol o al viento
es lo más conveniente para que tenga una prolongada vida útil.

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Repelentes, cremas, hollín, humo, tierra, grasa o cualquier tipo de
suciedad que se adhiera a la tela disminuye la capacidad aislante. Por
tal motivo, no hay que exponerla a fogatas para secarla más rápido
(además una chispa puede quemarla), ni rociarla con aerosoles para
ahuyentar insectos, ni dormir desnudo (es preferible vestir una delgada
capa de ropa).
Para limpiarla se deben seguir las instrucciones del fabricante (casi
ninguno recomienda limpieza a seco ni secarropas). La bolsa de pluma
se puede lavar en lavarropas de carga frontal (no de carga superior), con
programas suaves, varios enjuagues y jabones especiales. O
sumergiéndolas en bañaderas. Para secarla, hay que evitar retorcerla,
Lo ideal es estirarla sobre redes y no colgarla en sogas (de esta manera
se evitará el estiramiento de la tela).

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