REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 12, No.

1-2,1995

EL NINO CON CANCER Y SU SISTEMA DE ACTIVIDADES

COTIDIANAS (I): LA ACTIVIDAD LUDRICA*
Miguel Ángel Roca Perara, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana

A partir de la importancia de la Actividad de Juego en el desarrollo psíquico infantil, en el artículo se analiza

una arista de la reinserción a la vida cotidiana del niño que ha sobrevivido a la enfermedad oncológica
maligna. Se señala que el aspecto característico parece ser una alta motivación hacia la actividad lúdrica
y la presencia paradojal de temores hacia la misma que se explican por las limitaciones a que son
sometidos y las preocupaciones expresadas por los padres acerca de la salud del niño y conocidas por
éste. Se insiste en la significación de la gratificación de esta necesidad en el establecimiento y
mantenimiento de adecuadas relaciones interpersonales con los coetáneos.

ABSTRACT
Since the significance of the playing activity in the child development, the paper deals with an aspect of
the return to the daily life in survivors cancer children. According to the research, the common and
distinctive aspect seems to be a high motivation about the playing activity jointly with a paradoxal presence
of fears about the children's health that are known by them. It's detached the significance of satisfying
this need in the establishment and maintenance of adequate interpersonal relationships with
contemporaries.

Con los impresionantes avances en el campo de la
terapéutica oncológica en general y oncopediátrica en
particular, la atención integral al niño con cáncer, lejos
de simplificarse, se ha complicado enormemente en las
últimas décadas. Ya no se trata sólo de la disyuntiva
acerca de si el niño sobrevivirá o no, sino de la calidad
con que lo hará: no basta con curar o detener la
progresión de la patología, sino que el Equipo de Salud
está convocado a preocuparse -y ocuparse- acerca de
COMO retornará el niño a su sistema cotidiano de
actividades en tanto ello puede convertirse tanto en un
elemento promotor como obstaculizador del óptimo
restablecimiento de la salud.
El retorno a la vida cotidiana del niño con cáncer no
deviene sencillo, la reinserción en el sistema cotidiano
de actividades, sobre todo las compartidas con los
coetáneos, atraviesa por las más diversas dificultades
que incluyen las limitaciones objetivas y subjetivas a
las que está sometido, las prescripciones sanitariasjas
consecuenciasde laenfermedad.la sobreprotección
familiar, la incertidumbre y los miedos, las creencias y
expectativas de las personas significativas con las que
tiene que interactuar, etc. Entre las diversas esferas a
las cuales el Equipo de Salud debe prestar especial
atención en la reincorporación del niño a su vida
cotidiana se encuentran el juego, la escuela y las
relaciones interpersonales.
La actividad lúdica -el juego- ha recibido una atención
especial en la literatura psicológica, sobre todo en los
primeros estadios del desarrollo infantil, llegando a
considerarse como la 1 "actividad rectora" del período
preescolar, e incluso en el plano de la intervención

*Este Artículo forma parte de la serie de investigaciones conque el autor alcanzara el Grado Científico de Dr. en Ciencias Psicológicas.

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^Sicológica, la Psicoterapia de Juego se considera como derivados del curso de la enfermedad, stótjptamjéntúsy
un valioso recurso por autores de las más diversas los cuidados especiales requeridos. Ello ocurre de manera
tendencias. En estadios posteriores se le presta mayor peculiar en cuanto a la actividad de juego pues todos los
trabajos realizados apuntan -y ello parece ser su
importancia a la actividad de estudio, la relación con los
coetáneos, la proyección futura, etc. y se le resta característica distintiva- hacia una alta motivación hacia la
importancia al juego,... actividad lúdica y la presencia paradojal de temores hacia
la misma que se explican por las limitaciones a que son
Sin embargo JUGAR en la más amplia acepción del sometidos y las preocupaciones expresadas por los
término es una actividad cuya significación en (y para) padres y conocidas por los niños.
la conformación del psiquismo no puede restringirse a
losíestadíosí iniciales del desarrollo infantil Tratemos de explicar esta' afirmación e ilustrarla a
Ubiquémonos por un momento en el contexto través de algunos resultados a los cuales arribamos la
sociocultural del niño cubano en edad escolar, además Tesis de Doctorado:
de estudiar ¿qué otras actividades realiza?: juega a las
"bolas" (canicas), "empina" papalotes, "baila" trompos, 1. Alta motivación hacia la actividad lúdica: En el
pero también corre, salta, pelea,.:, actividades todas niño enfermo con cáncer los deseos de jugar reflejan
sin lugar a dudas la expresión de necesidades total
que incluso en el plano motivacional pueden desplazar
o parcialmente n<> resueltas. Esta afirmación es
a los intereses escolares según el niñoconcreto de que
válida tanto para aquellos niños cuya enfermedad
se trate y del medio en particular en que se
debutó muy temprano en su desarrollo personal y
desenvuelva. Y se trata de actividades cuya
prácticamente han tenido muy poco acceso al ritmo
complejidad trasciende al propio contenido del de actividad lúdica esperada para la edad, como en
juego,... aquellos niños que habían tenido una salud
aparentemente normal y el debut de la enfermedad
Al jugar, el niño establece relaciones interpersonales con limitó su participación en actividades que habían
sus coetáneos, se entrena para las complejas reglas de incorporado en su existencia como normales o
comunicación con el otro, constantemente se está cotidianas.
evaluando a sí mismo en contextos donde el factor
competitividad no es secundario: no se trata sólo de jugar
En un caso la motivación no resuelta por lograr un
a las canicas, sino de ver "quién gana"; o de elevar el
sentido de identidad nunca alcanzado con los
papalote, sino de ver quién lo hace "más alto"; ni tan siquiera
de bailar el trompo, sino de quién lo hace "mejor". coetáneos y realizar las actividades que ellos realizan
Aunque podríamos seguir citando ejemplos, pienso y a Jas cuales él no tiene acceso o está limitado, y en
que con lo expuesto es suficiente para explicar nuestro otro caso, la motivación por volver a realizar las
hilo de pensamiento: el resultado del juego cumple, actividades a las cuales tuvo acceso habitualmente y
durante un largo período de la vida de los individuos disfrutó y que de pronto le fueron vedadas, justifican el
un rol en la estructuración de la autoimagen, dé la hecho de que esta necesidad se halle potenciada
autoestima que un individuo va conformando en él cuando se le compara con las necesidades de juego
desarrollo de su personalidad. expresadas por los congéneres "sanos".

¿Qué ocurre con el niño que ha sido víctima de la Es tal vez ésto lo que justifica que en más de una
enfermedad oncológica al retomar a su vida cotidiana?: En ocasión, en más de un caso, la necesidad de juego se
diversas ocasiones hemos reiterado que el mundo interno exprese como la de jugar sin limitaciones incluidas
del niño con cáncer y su esfera motivacional ño difieren en las que su estado físico le impone, tal como refiere un
lo esencial de lo que ocurre con sus coetáneos, sin niño que estuvo aquejado de LLA, quien al elaborar una
embargó én muchas esferas de su vida -sobre todo historia ante una lámina temática inductora refiere
aquellos vinculados al plano de la actividad- si se producen que:
importantes cambios cuantitativos y/o cualitativos

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 lo que el niño quiere es que le dejen hacer lo que le
de la gana: jugar con agua, subirse en los árboles...
2.Presencia paradojal de temores hacia la actividad
lúdica: Si partimos del hecho -a mi juicio ¡ndiscutible-
de que el ser humano no es homogéneo ni estático
ni uniforme, sino que se debate en un constante
dinamismo que expresa las más diversas
contradicciones y conflictos, esta paradoja no están
solo aparente sino incluso, hasta cierto punto
coherente con la existencia real del ser humano. Es
real que el niño tiene unos deseos intensos de jugar,
incluso -como señalábamos con anterioridad- más
intensos que sus coetáneos no enfermos. Sin
embargo él ha dejado atrás, aunque aún tiene
frescas y nítidas las vivencias de, un complejo y
doloroso tratamiento biomédico, puede ser
portador de secuelas de su enfermedad que se
expresan como limitantes objetivas a su actividad
física, conoce -porque así se lo prescriben una y otra
vez médicos y familiares, estos últimos con
insistente sobreprotección y cuidados en ocasiones
excesivos- que él debe ser muy cuidadoso con su
salud para no volver a enfermar, y él mismo teme
una recaída con todo lo que ella implica...
Esto explica que los niños lo mismo expresen muy
intensamente sus deseos de jugar y al mismo tiempo
inhiben sus deseos de satisfacer esta necesidad o nieguen
abiertamente sus deseos de satisfacer la misma. Los
siguientes ejemplos son ilustrativos de esta afirmación:
Un niño de 8 años plantea: "Cuando estoy jugando a
la pelota me siento bien". Ese mismo niño, en el curso
de la propia entrevista unos minutos después nos dice:
"No quisiera jugar a la pelota",... Cuando indagamos
las razones nos explicó que no lo dejaban, que el
médico se lo había prohibido.
Y otra niña de 9 años, ante la prueba de completar
frases:
Mi problema es que no puedo jugar a los juegos que
juegan los demás porque estoy operada.
Para el lector observador debe resultar evidente que,
desde el punto de vista psicológico, ello es expresión
de, tal vez, la característica más distintiva de estos
niños, nítidamente reflejada, que es la contradicción
entre sus motivos y la realización de éstos con
independencia de las razones que la expliquen como
se puede apreciar en los ejemplos señalados.
Como puede apreciarse, el juego aparece como un
importante factor motivacional, pero a la par que
aparecen argumentos que expresan limitaciones a
dicha actividad o inhiben su expresión a partir de
elementos de justificación tales como las
prescripciones médicas, la sobreprotección familiar o
el propio conocimiento de su estado de salud. Esto nos
explica precisamente las:
3.Limitaciones a que son sometidos: Desde el punto
de vista objetivo existen una serie de limitaciones
reales a la actividad del niño, límites que de ser
violentados negando la realidad actual podrían
afectar la salud física del niño, al demandar de su
organismo niveles de funcionamiento podrían
afectar la salud física del niño, al demandar de su
organismo niveles de funcionamiento o rendimiento
por encima de sus posibilidades reales. Es inobjetable
entonces que tanto el niño como sus familiares tienen
que incorporar y asimilar esta realidad a su estilo de
vida y asumir comportamientos -que pueden ser
temporales o de por vida- que protejan su salud. De la
responsabilidad con que se asuma esta exigencia
puede depender tanto la sobrevida del niño como la
calidad de su existencia.
Sin embargo, tal vez mucho más importantes que las
limitaciones objetivas que impone la enfermedad y sus
consecuencias son las limitaciones subjetivas, aquellas
que imponen restricciones a las potencialidades del niño
más allá -incluso mucho más allá- de las limitaciones que
su estado de salud aconseja. Porque si bien es importante
que se conozca y se cumpla lo que el niño no puede
hacer, tal vez mucho más importante, tanto desde el punto
de vista biomédico como psicosocial, es que se conozca
lo que el niño sí puede hacer, y no sólo que se conozca,
sino que se promueva.
Ahora bien, la familia cubana bajo condiciones de salud
normales tiende a ser sumamente protectora, a asumir por
el niño la responsabilidad de las actividades que es éste
95
 qujen d e ^ , a s u w , B ^ J i p i t a r , su validismo y . expresión sobre todo d© los,propios temores irracionales
, dejS^Y£A/jf5*tefitQ.fiólas, ^ ; f $ f e i £ a s esferas, aunque es y desrnedidos -perp pp por, el|g menos reguladores de la
. 4ustp, señala q u j cgn Ja mejor,de las intenciones. Esta conducta- de la madre más que del efecto nocivo que
s p b r e p ^ ^ p i ^ ^ e s ^ j ^ exceso de control llega en determinados comportamientos, pudieran tener sobre la
ocasiones has^jnjuy a^nzáda; If adultez. ¿Qué ocurrirá salud del niño.
entonces con eT niño in^ermo dé cáncer?,:., la respuesta
es simple: las conductas de sobreprotección se Ei Trabajo de Diploma realizado por Lidia Hernández
mültlplícaírí^'lbs p a o ^ h ó pueden ¡permanecer mucho (1987) ilustra lo expresado en la respuesta de las
rato'sin Saber qué eáián Haciendo sus hijos, los cuales madres a una lámina que expresaba la necesidad de
pitSben'^con mucha claridad^ tjut"sbn objeto de una juego de los niños. Como puede apreciarse, las
atención y cuidados exagerados y desmedidos. respuestas de las madres se subdividen en dos grupos:
Un grupo que se opone abiertamente a la realización
Desde el puntó de vista anecdótico es interesante que de la actividad y otro grupo que la consiente pero la
a las madres que tenían a sus hijos en períodos de limita a partir de argumentos donde la expresión
hospitalización en el Instituto Nacional de Oncología y
común es "ten cuidado", "cuidado no te caigas", etc.
Radiología (INOR) les era grato -e incluso lo demandaban-
Ilustrativo de lo anterior es lo expresado por una
conversar con los psicólogos y estudiantes de Psicología
madre durante una dinámica grupal realizada en la Sala
que allí realizaron sus trabajos- Sin embargo, aun cuando
la entrevista no se prolongase mucho, reiteradamente se de Pediatría del INOR, cuando nos refiere:
interrumpían para constatar "qué estaba haciendo el niño",
aún y cuando supieran que el mismo no corría el más ...Yo tengo ese mismo problema, porque mi niño
mínimo peligro por estar bajo la observación del calificado pregunta muchas veces que por qué no lo dejo jugar
personal de salud de la sala. con susamiguitos como antes, y el problema es que
me da miedo que le den cólicos,... ya no lo dejo ni
Resulta curioso que desde el punto de vista cognoscitivo agacharse como antes...
las madres refieran conocer que efectivamente sus hijos
deben tratar de llevar una vida tan similar a la de sus Es interesante que esta sobreprotección aparece
coetáneos como sea posible y realizar todas las asociada con manifestaciones de suma tolerancia y
actividades que su estado de salud le permita sin riesgos,... permisividad pero estas últimas se expresan siempre
pero aun en estos casos son frecuentes las objeciones y en un contexto donde no estuviese comprometida la
precauciones que las madres imponen a estas actividades.
salud del niño. En el contexto de la actividad de juego,
Una vez más, pensamos que estas restricciones son

•Na,porque te puedes dar un golpe...

Mamó t déjeme
correr al igual que •No puedes correr porque estas enfermo...
los demás ni/los •No puedes hacerlo porque puedes darte un golpe y estas
operado...

h •Sí,pero, ten mucho cuidado de no darte un golpe...

• Bueno,pero ten mucho cuidado no. te caigas...
• Está bien,pero ten mucho cuidado de no caerte...

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ésto se expresa en el hecho de que si bien las madres
no llevan a sus hijos a correr con los demás niños y no
tiene cabida la tolerancia, ello no quita que intente
reemplazar algo irremplazable como lo es la actividad
lúdica a partir de otros comportamientos
excesivamente tolerantes tales como comprarle
cuantos juguetes desee o permitirle tomar -e incluso
destruir- objetos que no están concebidos para el
juego (ver Láminas 4 y 20). En cualquier caso, ello no
sustituye la actividad lúdica pero puede conllevar
aparejada la aparición de conductas y actitudes
negativas tales como el egoísmo, el egocentrismo y la
indiferencia ante las necesidades e incluso el
sufrimiento del otro.
Sin embargo, estaríamos simplificando el problema
que nos ocupa si nuevamente lo analizáramos
unilateral mente desde el ángulo de aquel que impone
las restricciones y no desde la perspectiva del propio
niño que es en última instancia el que se ve limitado y
restringido en la realización de su actividad lúdica:
4. Percepción del niño de sus limitaciones: Es un
hecho real que durante el proceso de la enfermedad
del niño, éste no permanece al margen de lo que
ocurre a su alrededor, pues estuvo ingresado con
otros niños con las más diversas afectaciones y con
los cuales tuvo la oportunidad de interactuar de
verlos evolucionar favorablemente, pero también
Queta crees,
le compramos
una muño o a
más a la niña
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empeorar e incluso fallecer, el mismo ha sufrido
tratamientos dolorosos y en algunos casos cambios
importantes en su autoimagen corporal, ha
escuchado las prescripciones médicas tanto a él
como a sus padres, en algunos casos ha
presenciado discusiones diagnósticas alrededor de
su cama durante el período de hospitalización, ha
sido objeto de las más diversas preguntas,
indiscreciones e incluso burlas y bromas, se percata
de las preocupaciones de sus familiares y sus
intentos por disimularlo en su presencia,... añádase
a ésto la especial receptividad que tiene el niño para
todo cuanto acontece a su alrededor y su especial
habilidad para construir fantasías cuando no se
esclarecen sus dudas. Todo ello contribuye a
conformar la Autoconciencia de Enfermedad que
con frecuencia es ignorada o al menos subvalorada
por los adultos a su alrededor, la que conjuntamente
con la autoestima del niño contribuye a determinar
su postura ante la actividad lúdica.
Esto explica cómo más allá de las limitaciones que
puedan (o no) imponerlos padres, el propio niño puede
autolimitarse y no realizar actividades que
potencialmente sí podría ejecutar. Niños en los cuales
la necesidad de juego aparece reiteradamente entre
sus motivaciones refieren que no pueden materializar
esta necesidad en tanto su estado de salud interfiere
con su realización y al completar frases nos refieren:
__
Mamá, voy a co-
ger tus cosas pa-
ra jugar.
AA1¿L \te\
L
*0
 Yo estoy seguro que estoy mal
Me da miedo que me pase algo malo
Resulta pertinente aquí hacer un comentario
necesario: si bien el niño se plantea una serie de
autolimitaciones tanto por temor a resquebrajar su
salud debido a que -corno ya señalábamos- tiene
cierta conciencia de la enfermedad como por no
provocar disgustos y preocupaciones en sus
padres, ello no quiere decir que se resigne por
c o m p l e t o a su s i t u a c i ó n de enfermedad y
consecuentes limitaciones, sino que por el
c o n t r a r i o , s e g ú n r e f i e r e n las madres con
f r e c u e n c i a , m u c h a s niños no a c e p t a n las
limitaciones que la enfermedad les impone y
expresan Sus deseos de mantener una vida normal,
similar a los coetáneos sanos:
"...Dice quena está enfermo, que está bien..."
"...Quiere ser igual que antes..."
"...Dice que quiere ser como los demás, que no
quiere seguir enfermo..."
"...Insiste en hacer lo mismo que antes..."
"...Dice que hasta cuándo seguirá enfermo..."
Ello podría explicar el interesante hecho de que
el niño evita hacer referencia espontánea al tema
de la enfermedad y sólo lo hace a insistencia de los
entrevistad ores. Es algo muy similar al estilo de
enfrentamiento tipo negación que aparece en el
adolescente una vez que ha transcurrido el período
crítico de la enfermedad.
Nuevamente aparecen aquí las contradicciones
entre sus motivos y la realización de éstos, aun
cuando el niño sea conciente de las diversas
limitaciones que están implicadas. Posiblemente
sea ésto lo que j u s t i f i q u e las vivencias de
irritabilidad que aparecen en ellos cuando sus
limitaciones les impiden realizar alguna actividad
deseada -y ello resulta indicador de una baja
tolerancia a la frustración- y las aparentemente
cdntradictorias manifestaciones de optimismo que
expresan su expectativa de curar o mejorar y
poder ser igual que antes.
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Por último, no puede ignorarse el hecho de
que el juego no es una actividad cerrada en sí
m i s m a , sino que una de sus p r i n c i p a l e s
características es que se expresa en el contexto
de un sistema de relaciones interpersonales.
Una vez que el niño no logra satisfacer sus
necesidades de actividad lúdica se puede
estrechar su s i s t e m a de relaciones
interpersonales en un doble sentido:
- Limitando su acceso al grupo de coetáneos y
-al encerrarse en sí mismo y autolimitarse en sus
posibilidades de participación, limita también la
posibilidad de que sus coetáneos accedan a él
y c o n ello se aumenta el a i s l a m i e n t o ,
retraimiento y autolimitación.
El lector puede apreciar que de esta manera este
niño será más susceptible de un retardo en el
desarrollo personológico y su autoestima llegará,
si no es adecuadamente atendido, a ser muy frágil
y vulnerable al no ser capaz de integrarse a, o tener
dificultades para hacerlo, en la actividad cotidiana
de los coetáneos en lo referente sobre todo a las
relaciones interpersonales.
CONCLUSIONES
En resumen, el juego, actividad de gran
s i g n i f i c a c i ó n en los estadios iniciales del
desarrollo psíquico y particularmente en la
infancia, se c o n s t i t u y e en una i m p o r t a n t e
necesidad para el niño enfermo quien expresa
una elevada motivación por la actividad lúdica
asociada a temores aparentemente paradojales
hacia su realización y fundamentadas en lo
e s e n c i a l en a c t i t u d e s s o b r e p r o t e c t o r a s y
restrictivas de los padres así como en el nivel
de autoconciencia de la enfermedad que pueda
tener el niño, sustentada ésta en las creencias,
erróneas o no, que de una u otra forma se ha
conformado acerca de su estado de salud. Todo
ello puede repercutir muy desfavorablemente
sobre el desarrollo personológico del niño y
particularmente sobre el sistema de relaciones
interpersonales establecido con los coetáneos.
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