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Colección Equidad de género y democracia

México. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fede-
ración, Instituto Electoral del Distrito Federal.
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género / Lucía Melgar /
Colección Equidad de género y democracia, vol. 5; – México: Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Electoral del Distrito
Federal, 2012.
56 p.
isbn de colección: 978-607-7989-15-8
isbn: 978-607-7989-61-5
1. Discriminación 2. Violencia 3. Interseccionalidad 4. Desigualdad

D.R. © 2012
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Pino Suárez 2, colonia Centro,
delegación Cuauhtémoc, 06065, México, D. F.
www.equidad.scjn.gob.mx
D.R. © 2012
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
Carlota Armero 5000, colonia CTM Culhuacán,
delegación Coyoacán, 04480, México, D. F.
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D.R. © 2012
Instituto Electoral del Distrito Federal
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Huizaches 25, colonia Rancho Los Colorines,
delegación Tlalpan, 14386, México, D. F.
www.iedf.org.mx

Diseño: Ricardo Vázquez Ortega, analista diseñador


Formación: José Luis Guerrero, analista diseñador
Corrección de estilo: María Teresa Sánchez Hermosillo, analista correctora de estilo

Autora: Lucía Melgar

Primera edición, diciembre de 2012


ISBN: 978-607-7989-15-8 (Colección)
ISBN: 978-607-7989-61-5
Impreso y hecho en México

Lo expresado en esta obra es responsabilidad exclusiva de la autora.


Ejemplar de distribución gratuita, prohibida su venta.

ISBN para versión electrónica: 978-607-7989-71-4


Discriminación sobre
discriminación:
una mirada desde la
perspectiva de género

Lucía Melgar

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Índice

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
La discriminación: imaginario, prácticas, violencia . . . . . . . . . . . 11
Discriminación, identidades y estigma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Discriminaciones: perspectiva de género
y enfoque interseccional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
México, un país diverso que no se reconoce a sí mismo . . . . . . . . 20
Ser mujer en México: enfrentar
la desigualdad y la violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Violencias y tolerancia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Al margen del margen: indígenas y afrodescendientes . . . . . . . . . 32
Cadenas de subordinación y violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Mujeres indígenas, discriminación
de género, etnia y clase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Mujeres afrodescendientes, mujeres (no) invisibles . . . . . . . . 38
Reflexiones desde los márgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Problemas y propuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
La autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Introducción

¿De qué hablamos cuando hablamos de que otros, se multiplican o persisten carac-
discriminaciones, de discriminación sobre terísticas que se adjudican al otro de tal
discriminación? forma que pareciera que todos encontra-
Pese a convenios internacionales y a la mos siempre alguien a quien discriminar.
promulgación de leyes para prevenir y Lo grave de esta tendencia no es sólo que
sancionar la discriminación, la sociedad sus efectos dañan a millones de personas y
mexicana sigue arrastrando una pesada conllevan la violación de sus derechos, si-
carga de prejuicios que inciden en las no que además forma parte de la violencia
conductas y relaciones sociales e inter- estructural de la sociedad y puede, en cier-
personales de manera negativa. La he- tas condiciones conducir a estigmatiza-
rencia colonial, el clasismo, la misoginia ción, exclusión y violencia extremas. Los
y un temor general hacia el otro son al- genocidios y otras manifestaciones de vio-
gunos de los factores sociales y culturales lencia extrema de los siglos xx y xxi tienen
que han impedido la construcción de mucho que ver con la discriminación co-
una sociedad igualitaria e incluyente, mo forma legitimada, tolerada y hasta
donde la pluralidad se valore y no sólo se promovida de racismo, sexismo y odios re-
tolere como mal menor o signo de los ligiosos o nacionalistas, intensificados y
tiempos. dinamizados con fines políticos. La discri-
La discriminación en México, como en minación y la violencia, de hecho, son dos
otros países, es un fenómeno complejo caras de la misma moneda. No obstante,
en que se entrelazan distintos factores y para fines analíticos es preciso examinar
manifestaciones. No es atributo de una cómo se da la discriminación, cómo se
sola clase o grupo social, ni afecta sólo a perpetúa y reproduce, con el fin de bus-
un otro u otra. Abundan las personas que car formas efectivas de contrarrestarla
discriminan por variados motivos y, si y, en un mediano plazo, reducirla o eli-
bien algunos grupos son más vulnerables minarla.
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Lucía Melgar

Desde esta perspectiva, los acercamien- mas del movimiento zapatista en 1994, por
tos críticos a la discriminación demuestran sólo dar algunos ejemplos.
que ésta rara vez se deriva de una sola cau- La toma de conciencia de que no hay
sa o motivo. La experiencia real de quienes genéricos mujeres, indígenas, afrodescen-
viven la discriminación y de quienes la dientes o pobres, de que la configuración
ejercen apunta a una multiplicidad de ra- de un grupo es variable y en cierto modo
zones o pretextos para discriminar. Así, arbitraria, de que el pertenecer a un grupo
aunque en el mundo occidental (por no subordinado no implica homogeneidad, ni
decir en el mundo en general) desde hace tampoco elimina la estratificación y las dife-
siglos la raza y el género han sido y son rencias en el grupo mismo, conlleva un
factores primordiales de discriminación, reconocimiento de la complejidad de la
las ideas y prácticas discriminatorias no se identidad y de la arbitrariedad de las cons-
delimitan en campos semánticos o imagi- trucciones esencialistas. Esto ha obligado
narios estancos. Por el contrario, los rasgos a activistas de distintos grupos, a estudio-
generales de un grupo estigmatizado se sas de los movimientos sociales y defen-
entrecruzan con los de otros, de tal modo sores de derechos humanos a subrayar la
que los distintos factores de discrimina- necesidad de dejar de lado el pensamien-
ción −los distintos odios, prejuicios y sus- to esencialista y dualista predominante, a
picacias− se acumulan y dinamizan entre reconocer la diversidad en la sociedad y
sí. De ahí que la lucha contra un tipo de al interior de un mismo grupo, y a pro-
discriminación a menudo deje al descu- mover un verdadero reconocimiento de
bierto otras formas de exclusión y que sea los derechos de cada persona en condi-
posible, en momentos de cambio social sobre ciones de igualdad. En efecto, mientras la
todo, sacar a la luz las exclusiones y estigma- igualdad y el respeto por los derechos
tizaciones que ejercen sobre otros quienes humanos y el pleno ejercicio de éstos no
luchan contra su propia condición subordi- sea un valor social, difícilmente se po-
nada. Tal fue el caso de las feministas blan- drán eliminar o reducir la discriminación
cas frente a las afroamericanas y las chica- y la desigualdad.
nas en los años sesenta y setenta en Estados En lo que se refiere a las mujeres, a la
Unidos, el de las feministas burguesas mexi- vez que su condición de género es un fac-
canas frente a las trabajadoras domésticas tor de discriminación, ésta no se da de la
en los años setenta y hasta el día de hoy, el misma manera hacia todas las mujeres ni
de las mujeres indígenas frente a las procla- todas la viven igual. Por un lado, las muje-
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

res han vivido por siglos en condiciones de con el impulso de distintos movimientos
subordinación y hoy, pese a una larga lu- sociales que desde los años cincuenta y
cha por la autonomía, la igualdad y la li- sesenta del siglo xx han pugnado por la
bertad, siguen demandando el fin de la igualdad de derechos, se ha dado mayor
desigualdad, de la discriminación y la vio- visibilidad al problema de la discrimina-
lencia contra ellas. Esas demandas remiten ción primero y de las discriminaciones
en gran medida al colectivo de mujeres, después y se han ido revisando o elaboran-
construido como agente social que exige el do teorías y conceptos para entender y
fin de la misoginia y la violencia feminici- explicar mejor lo que son, lo que implican
da, pero también a grupos diversos de mu- las prácticas excluyentes y, en años recien-
jeres con reivindicaciones propias, que tes, lo que conllevan el estigma social y la
demandan respeto a sus diferencias, ya discriminación sobre discriminación. De
sean de etnia, edad, clase, sexualidad, con- la misma forma que desde esa óptica y
diciones de salud y bienestar u otras. Por preocupación surgieron términos como
otro lado, esos mismos factores pueden ser género, homofobia o lesbofobia, feminici-
fuente de privilegio. Es decir, así como hay dio (en tanto asesinato por razones de gé-
mujeres más discriminadas que otras, tam- nero), crímenes de odio, etc., en la acade-
bién hay mujeres que lo son menos o na- mia norteamericana se acuñó el término
da y que tienen más poder. Esto remite a interseccionalidad para aludir conceptual,
la complejidad de las identidades sociales visual y gráficamente a la interrelación y
y a los contextos socioculturales e histó- vivencia pluridimensional de la discrimi-
ricos en que se desarrollan relaciones de nación. Ideado a fines de los años ochenta
poder desiguales entre mujeres y, en par- y reelaborado desde entonces, el concepto
ticular, entre mujeres y hombres. Por es- de interseccionalidad tiene la virtud de
tas y otras razones, la conjunción de lu- aludir de manera sintética a una realidad
chas de mujeres diversas no siempre se ha conformada por distintos conjuntos y cru-
dado de manera efectiva, aunque sin du- ces de por sí complejos. Al mismo tiempo,
da hay un gran potencial para hacer el término debe usarse con cuidado para no
alianzas estratégicas y defender causas suponer que la identidad es una simple
comunes más allá de las diferencias. combinación de conjuntos varios ni que las
Ante la complejidad de las identidades, formas de discriminación simplemente se
el cuestionamiento de la pertinencia de van sumando en una experiencia igual para
hablar de una identidad, razón, verdad y quienes compartirían una misma combi-
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Lucía Melgar

nación de rasgos. Ni las identidades son que interseccional. Nos centraremos después
sólo máscaras diversas que se intercam- en el contexto mexicano autoritario y des-
bian a voluntad, ni las discriminaciones igual, intentando ofrecer una explicación
se van sólo superponiendo sobre sujetos general de algunos de los rasgos más preocu-
carentes de agencia sobre su propia con- pantes de las múltiples formas de discrimi-
dición, su imagen o el mundo. nación que afectan a millones en nuestro
En este ensayo nos centraremos en las dis- país, en particular a las mujeres, para luego
criminaciones que viven todavía hoy las hacer visibles precisamente a algunas de las
mujeres mexicanas, una de las prácticas de mujeres más in-visibilizadas por los prejui-
exclusión más generales y frecuentes en cios sociales y culturales. Por último, es-
nuestro país, y sacaremos a la luz algunas de bozaremos unas breves reflexiones con la
sus variantes o agravantes menos visibles propuesta de incidir y actuar para des-
con el fin de contribuir a una mejor com- montar los elementos, factores y recursos
prensión de la situación y experiencia de las de la estigmatización y la exclusión en
mexicanas y de un problema social que no general. Esperamos así contribuir a una
las afecta sólo a ellas sino también a sus fa- mejor comprensión del problema por parte
milias y comunidades o de hecho, a todos los de un público amplio, con la convicción de
que formamos parte de una sociedad exclu- que si se impulsa un cambio cultural y la
yente y violenta. Por ello, en primer término, sociedad deja de tolerar o ignorar prácticas
interesa definir qué entendemos por discri- excluyentes y violentas, daremos el primer
minación y discriminación de género, y paso hacia una sociedad donde las muje-
mostrar la importancia de los lineamientos res y niñas, las personas mayores, con
nacionales e internacionales que se han es- discapacidad, enfermas, pobres, güeras o
tablecido para prevenirla y erradicarla en el prietas, migrantes nacionales o extranje-
largo plazo, así como la utilidad de su estudio ros, no heterosexuales, jóvenes con o sin
desde la perspectiva de género y desde el enfo- empleo, podrán convivir en igualdad.

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La discriminación:
imaginario, prácticas, violencia

Discriminación y violencia son dos ca- derechos humanos, persisten las diferen-
ras de una misma moneda. La discrimina- cias legitimadas y en algunos casos hasta
ción puede leerse como manifestación de potenciadas por los Estados: los genoci-
una violencia estructural o como antece- dios, muchas guerras y crímenes de guerra
dente de una violencia social o interper- en el mundo tienen en su base o conllevan en
sonal que puede ser sutil o intensificarse su desarrollo imaginarios sociales en que
hasta extremos letales o ambos a la vez. Si la figura del otro u otra se tiñe de sospe-
bien hoy se lucha contra la discrimina- cha, se estigmatiza, aparece como amenaza
ción y la violencia, en particular desde la a la permanencia, expansión o bienestar
defensa de los derechos humanos y del del grupo nacional, regional, religioso o del
derecho a la diferencia, en distintas épo- bien común de la sociedad.
cas la discriminación hacia ciertos grupos
se ha justificado, alentado y hasta legiti-
Discriminación, identidades y estigmas
mado con fines políticos, económicos y
religiosos. El caso paradigmático del siglo xx Dis-criminar es separar, dis-tinguir. Implica
es la política de exterminio nazi principal- una clasificación o un interés en clasificar.
mente contra la población judía, que es- No supondría en sí desigualdad ni violen-
tigmatizó y persiguió también a gitanos, cia si el afán clasificatorio no conllevara
homosexuales, enfermos, etc., y cuyo desen- una intención excluyente, una mirada je-
lace en la segunda guerra mundial culmi- rarquizante, una finalidad o justificación de
nó con los juicios de Nuremberg y más la dominación. Lo es porque las socieda-
adelante en la Declaración Universal de los des clasifican y distinguen a quienes per-
Derechos Humanos, que contiene varios tenecen al grupo y a quienes no y, al in-
artículos que establecen la igualdad de terior de sí mismas a distintos grupos que
derechos de todas las personas. Como sa- ocupan distintas esferas o lugares en la
bemos, aun en el marco de la defensa de los escala social.
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Lucía Melgar

ciones sociales que con el atributo en sí:


pueden destacarse rasgos distintos (defor-
La claridad sintética de midades físicas, rasgos de carácter, étnicos,
nacionales o religiosos) lo que funciona
Goffman permite entender a la
igual, por así decirlo, es el rechazo a la per-
discriminación como un proceso sona que tiene ese rasgo, peor aún, la re-
social que pasa por una mirada ducción de la persona a una condición
menos humana o infra-humana debido a
social e individual.
ese estigma. A partir de aquí y según Goff-
man, se da la discriminación y se constru-
ye una “teoría del estigma, una ideología
para explicar su inferioridad y dar cuenta
Como escribiera Erving Goffman en su del peligro que representa esa persona, ra-
estudio Estigma (1963) acerca de la identi- cionalizando a veces una enemistad que se
dad social y la identidad deteriorada: “El basa en realidad en otras diferencias”
medio social establece las categorías de (Goffman 1963,1980: 14).
personas que en él se pueden encontrar” y Si bien se han multiplicado los estudios
con ellas ciertas expectativas y demandas sobre discriminaciones y sobre identidad e
respecto a ellas que no son conscientes identidades sociales desde la publicación
pero que notamos ante una persona extra- de este libro –cuyo autor no se ocupa del
ña cuyas características no corresponden a género– la claridad sintética de Goffman
esas expectativas o que tiene para nuestros permite entender a la discriminación co-
ojos, un rasgo distintivo particular. Cuan- mo un proceso social, que pasa por una
do este rasgo convierte (a nuestros ojos) a mirada social e individual, por normas y
ese extraño en “alguien menos apetecible expectativas socioculturales y donde las
en casos extremos, en una persona malva- emociones (miedo, sospecha, rechazo) es-
da, peligrosa o débil”, reducimos a esa tán presentes, a veces a flor de piel, a veces
persona al rasgo y éste funciona como es- soterradas y subconscientes.
tigma que produce un efecto negativo en Aunque no entremos a un estudio de
los demás (Goffman 1963, 1980: 12). las causas de la discriminación ni hagamos
Como también explica este autor, la falla, una historia de ella, es importante hacer
defecto o desventaja que constituye el es- notar que se trata de un proceso donde se
tigma tiene mayor relación con las rela- juegan relaciones sociales, donde se cruzan
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

imaginarios sociales así como aspiraciones tos países. En los años sesenta, el movi-
y temores individuales y donde la mirada miento por los derechos civiles en Estados
sobre el otro es a la vez social y personal. A Unidos y distintos movimientos anticolo-
la inversa, la mirada de la persona que es niales en el mundo pusieron en primer
considerada otra sobre sí misma, nos remite plano la infamia del racismo; mujeres orga-
tanto a la identidad (múltiple, fragmenta- nizadas en Estados Unidos, Europa y más
da) como a la percepción propia −aunque adelante en América Latina y otras regio-
atravesada por lo social− de quien está sien- nes, se proclamaron contra la desigualdad
do discriminada. de género. En décadas recientes, los movi-
La discriminación como establecimien- mientos para des-estigmatizar enfermeda-
to de desigualdades, enmarcada en socie- des como el vih-sida o las orientaciones
dades jerárquicas, autoritarias y violentas, sexuales no heterosexuales o discapacida-
no es nueva. Lo que ha cambiado desde la des diversas, han cuestionado la tolerancia
segunda guerra mundial y en particular en a la discriminación en sus distintas formas
las últimas décadas, son la menor acepta- y han reivindicado con más fuerza el dere-
ción y tolerancia a las prácticas discrimi- cho a la diferencia, que no sería sólo el
natorias, de las ideologías que las justifican derecho a ser tolerado sino el derecho a
y de las leyes que las aceptan o promueven. vivir en igualdad, lo cual sólo es viable, me
Aunque a veces el rechazo a la discrimina- parece, en sociedades verdaderamente
ción se dé más en el discurso que en las plurales y que ven en la diversidad un va-
prácticas, tanto en las sociedades naciona- lor social.
les como en las relaciones internacionales,
la tendencia dominante en el discurso so-
cial actual, sobre todo en los organismos
internacionales, condena las formas de dis-
criminación más generales como el racismo,
La discriminación como
la misoginia o la homofobia, en tanto favo- establecimiento de desigualdades,
rece la defensa de los derechos humanos y enmarcada en sociedades
la igualdad de todos y todas. En este cambio
han jugado un papel primordial los movi-
jerárquicas, autoritarias y
mientos sociales, en particular los de los violentas, no es nueva.
propios grupos estigmatizados y subordina-
dos, de manera abierta o velada, en distin-
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Lucía Melgar

Desafortunadamente, a pesar de los avan- cional mexicano y en los de otros países


ces legales y sociales, persiste la discri- existen instrumentos muy amplios que
minación en el mundo y en México. Más buscan abarcar todas las formas de discri-
allá de razones históricas y culturales minación contra distintos grupos. Así por
específicas, puede plantearse que, sobre ejemplo, la Ley Federal para Prevenir y
todo en sociedades autoritarias y jerár- Eliminar la Discriminación, publicada en
quicas pero en general en el mundo, la México en 2003, la define como:
lógica de la discriminación forma parte
Toda distinción, exclusión o restricción
de la estructura social y en este sentido
que, basada en el origen étnico o nacio-
constituye una desigualdad estructural
nal, sexo, edad, discapacidad, condición
que podemos considerar también como vio-
social o económica, condiciones de salud,
lencia estructural, retomando los plantea-
embarazo, lengua, religión, opiniones, pre-
mientos de Ignacio Martín-Baró quien
ferencias sexuales, estado civil, o cualquier
concibe como tal a la desigualdad económi-
otra, tenga por efecto impedir o anular el
ca (Martín-Baró 1983: capítulo VIII).
reconocimiento o el ejercicio de los dere-
En respuesta a esta realidad y a partir
chos y la igualdad real de oportunidades de
de una preocupación derivada de la de-
las personas.
fensa y ampliación de los derechos hu-
manos en el marco internacional, tanto Como puede notarse, la ley señala una
los tratados y convenciones internacio- serie de factores de discriminación sin es-
nales sobre el asunto como las leyes na- tablecer relaciones específicas entre ellos.
cionales que los aterrizan hacen corres- Para los fines de este ensayo es importante
ponsable al Estado de la prevención y señalar que aun cuando predominen en la
sanción de la discriminación, y adoptan sociedad ciertos rasgos como fuente pri-
una definición amplia de ésta. Si bien en mordial de discriminación, no son exclu-
el ámbito internacional la lucha contra la yentes de otros. De ahí que en tanto los
discriminación se ha dado por etapas y factores de la discriminación son múltiples
desde distintos frentes,1 en el ámbito na- y las identidades sociales chocan en más de
un rasgo con los estereotipos de lo normal
1
 Como ejemplos, véanse por un lado la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación (Naciones Unidas, 1965, modificada en 1992) preocupación por el racismo ya que la “discriminación racial”
y por otro, la Convención para Eliminar todas las Formas merece amplios considerandos y una definición específica.
de Discriminación contra las Mujeres (Cedaw) de 1979. En En la segunda, como se ampliará más adelante, se apunta
la primera se nota la primacía en los años sesenta de la contra todas las formas de discriminación por género.

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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

o del nosotros dominante, más que de des y configuraciones sociales de raza y


discriminación en abstracto, hay que ha- clase (principalmente) que se hicieron an-
blar de discriminaciones y de discrimina- tes y después en Europa, Estados Unidos y
ción sobre discriminación. Como se verá Canadá. Ha de relacionarse también con
más adelante, así se practica, vive y perci- los movimientos sociales ya aludidos: el
be la exclusión. feminismo, la lucha por los derechos civi-
De la misma manera, cuando se habla les y contra el racismo, movimientos anti-
hoy de violencia es preciso referirse a una coloniales y más adelante, el movimiento
pluralidad de manifestaciones que están lgbt, hoy lgbtti, entre otros. Vincularlo
entrelazadas y se dinamizan entre sí. En con preocupaciones académicas diversas e
este sentido, es pertinente hablar hoy de internacionales y con el cruce y coinciden-
violencias como fenómeno general y dis- cias de voces diversas por la igualdad, per-
tinguir las violencias particulares que lo mite darle al término un contexto dinámi-
constituyen o por lo menos, subrayar que co y otorgarle un peso específico que no
la violencia no es esa masa monumental tendría si sólo se derivara del afán de sínte-
ni la amenazante nube homogénea que tien- sis o de creatividad de especialistas ubica-
den a presentar los medios de difusión masi- dos en universidades y centros de investi-
va, al descontextualizar la inseguridad o la gación.
guerra en lo que es más campaña de miedo En su origen, la interseccionalidad (como
que información. concepto, no sólo como término ya acuña-
do) responde a una necesidad de com-
Discriminaciones: perspectiva prender y explicar mejor la configuración
social de las razas y la discriminación en
de género y enfoque interseccional
su complejidad. Tanto en Europa como
El origen del concepto de interseccionali- en Estados Unidos y en América Latina,
dad que como he señalado, básicamente estudiosos del racismo o de las sociedades
resume el sentido múltiple y polifacético postcoloniales, reflexionaron acerca de
de la discriminación en cuanto a discrimi- los cruces de raza y género, en la construc-
naciones, puede ubicarse en la academia ción social del otro, en particular en socie-
norteamericana, en particular en el ámbi- dades europeas o blancas como señala
to legal. Sin embargo, debe relacionarse Mara Viveros en una ponencia donde re-
con elaboraciones teóricas previas y poste- visa la elaboración del concepto de inter-
riores acerca de los cruces de las identida- seccionalidad en el marco de la intersec-
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Lucía Melgar

ción de raza y género (2008), se ocupó de madres de ciudadanos, formadoras de ciu-


analizar las formas en que se racializaba el dadanos o vigilantes de valores, entre otras.
género o se sexualizaba la raza (en general Lo que cabría añadir es que, sin usar el tér-
feminizando al otro, negro o indígena) en mino y en mi opinión, en América Latina
imágenes de las sociedades coloniales o se ha tratado de manera muy interesante el
en el marco de la esclavitud, etc. En estos problema de la interseccionalidad de las
estudios se realza la centralidad de las re- discriminaciones en la literatura, en particu-
laciones de poder y en algunos se señala lar en la de autoras como Rosario Castella-
también la importancia de tomar en cuen- nos, que construyen personajes femeninas
ta la incidencia del deseo o el erotismo en indígenas, mestizas y blancas que interac-
estas elaboraciones del otro. Cabría añadir túan en sociedades jerárquicas, como la
en este sentido el trabajo de Edward Said chiapaneca. Como veremos más adelante,
sobre el orientalismo como construcción la literatura ha logrado mostrar la dinámi-
imaginaria y exotizante del mundo orien- ca de las discriminaciones con particular
tal en las metrópolis europeas del siglo xix. agudeza.
El imperio sin duda subsume diversos es- El término interseccionalidad no surge
tigmas y fantasías, además de intereses en el contexto literario o cultural sino en
políticos e ideológicos, en sus imágenes de el ámbito legal, en un artículo de Kimber-
los otros. lé Crenshaw acerca de los efectos de la vio-
Como señala también Viveros, en Amé- lencia en las mujeres afroamericanas como
rica Latina se han realizado estudios de este una experiencia particular (Crenshaw,
tipo acerca del mestizaje. Análisis sociales 1991).2 En “Mapping the Margins: Inter-
e historiográficos han mostrado, dice, “que sectionality, Identity Politics and Violence
detrás del mestizaje se oculta siempre un against Women of Color”, la autora seña-
dominio racial fundado en un control de la la que a diferencia de lo que plantean los
sexualidad construida en un marco de rela- discursos liberales del mainstream y de
ciones de género asimétricas y que la expe- acuerdo con lo que afirman ciertos movi-
riencia del privilegio racial y del racismo 2
 El artículo que tomo como fuente está fechado en
varía según el género” (Viveros, 2008: 10). 1991 (aunque hay quien lo cita como de 1993). Interesa
Se sabe desde luego, como ella lo menciona, señalar el uso temprano de este término (1983 y 1989) y
su origen específico con relación a mujeres negras en eu
que los discursos nacionales en América y sus experiencias de trabajo y violencia, aun cuando
Latina han promovido y reproducido imá- después se amplíe, modifique y pase a un uso general
en las ciencias sociales y en particular en el feminismo.
genes estereotipadas de las mujeres como Todas las traducciones del inglés son mías.

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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

mientos de liberación racial o femenina en Crenshaw explica que para ella inter-
Estados Unidos, afirmar las diferencias no seccionalidad es un concepto provisional
necesariamente contribuye a la dominación y que no pretende construir “una teoría
y por el contrario puede dar poder a quie- completa de la identidad”. Si bien aquí
nes lo hacen. En particular considera que se centra en cuestiones de género y raza
es importante no pasar por alto las diferen- “para realzar la necesidad de dar cuenta de
cias en casos de mujeres distintas bases de identi-
maltratadas “porque a me- dad, también otros rasgos
nudo la violencia que vi- como clase o sexualidad
ven muchas mujeres está
Rasgos como la clase o configuran la experiencia
moldeada por otras dimen- de las mujeres de color”,
siones de su identidad, co- sexualidad configuran por ejemplo, en el trabajo y
mo la clase o la raza. Ade- la experiencia de las la violencia (1991: 1245).
más, ignorar las diferencias Más adelante aclara que la
mujeres de color.
al interior de los grupos interseccionalidad no bo-
contribuye a crear tensio- rra las categorías que inter-
nes entre grupos” (Crenshaw, sectan y sí pone en cues-
1991: 1242). A continua- tión que se les conciba
ción explica que las experiencias de vio- como separadas (1991: nota 9, p. 1244).
lencia y violencia sexual de las mujeres Esto recuerda los estudios mencionados
de color3 “con frecuencia son producto de por Viveros y muchos otros que sugieren no
patrones intersectados de raza y género y sólo cruce sino interacción de categorías de
que por su identidad interseccional como identidades diversas.
mujeres y como personas de color” estas mu- La interseccionalidad pues, remite a la
jeres quedan al margen de los discursos forma en que señas de identidad como raza
que sólo se ocupan de una sola seña de y género, por seguir con ese ejemplo, “in-
identidad (1991: 1243). teractúan en la configuración de las múl-
tiples experiencias de mujeres afroameri-
3
 Al referirse aquí a “mujeres de color”, Crenshaw habla canas o de color” (Crenshaw, 1991). De
de mujeres afroamericanas. Cabe señalar que el término es manera más amplia remite a la coinciden-
amplio para incluir a las “no-blancas”, como las chicanas
y puede incluir a las “no-anglo”, como portorriqueñas o cia e interacción de dos o más factores que
cubanas aunque sean blancas, lo cual nos remite de nuevo definen la identidad múltiple de una per-
a la cuestión cultural y al carácter social de la construcción
de los “otros”. sona en sus experiencias sociales. Se trata
17
Lucía Melgar

pues de un término que implica la idea de co), aunque también sean múltiples, o que
interacción y de inserción en el contexto todas las mujeres son interseccionales por-
social. Su imagen gráfica es muy sugerente que todas comparten la opresión de género,
en cuanto permite ver el cruce de expe- aunque algunas pueden ser privilegiadas en
riencias estigmatizantes y entender que, algunos aspectos frente a otras y otros (por
lo mismo que con las violencias, es preci- motivos de clase, linaje, etc., si seguimos
so reconocer y referirse a discriminaciones hablando de mujeres de color). Es decir
que se entrecruzan, se dinamizan y son, que la interseccionalidad para algunos es
por tanto, más difíciles de enfrentar. una teoría de la identidad y para otros es una
Este término y la teoría que se ha ido teoría de la opresión o de la discrimina-
elaborando en torno a él, han cobrado ma- ción (Nash 2008:7-8).
yor importancia en otros ámbitos y para En cualquier caso, Nash afirma que “se
estudiar otros cruces o intersecciones y se requiere una teoría de la agencia desde la
ha vuelto paradigma del feminismo en Es- interseccionalidad” (2008: 11) y que, una
tados Unidos. Al mismo tiempo, se han vez entendido el sentido de lo inter-seccio-
afinado las lecturas de lo que aporta al co- nal, es necesario imaginar formas de inter-
nocimiento de la realidad, a la elaboración venir en esa realidad y tomar en cuenta que
de políticas públicas y a la creación de en la intersección no hay sólo opresión sino
alianzas políticas entre grupos sociales, así también privilegios o más bien, que privi-
como sus problemas y riesgos. Entre otras, legio y exclusión no se eliminan el uno
Jennifer Nash ha hecho una revisión de los al otro y pueden ser simultáneos: según el
aportes y límites del término. Considera contexto, se puede ser privilegiado por
que el enfoque interseccional carece de género y oprimido por raza, por ejemplo.
metodología clara, es ambiguo, se ha cen- Estas observaciones son importantes
trado (en Estados Unidos) en las mujeres para no caer en esencialismos ni generali-
afroamericanas y no es coherente en cuan- zaciones que a la larga resultan política-
to a la experiencia vivida desde identidades mente contraproducentes (todas las muje-
múltiples (Nash, 2008:4). Este último pun- res son oprimidas o todos los que no
to se refiere a la contradicción (al menos corresponden a las categorías oprimidas
aparente) que supone considerar que sólo son privilegiados) y que impiden (o pueden
son interseccionales las identidades que impedir) formar coaliciones estratégicas de
combinan marginalidades múltiples y no minorías diversas con fines comunes espe-
aquellas que son dominantes (hombre blan- cíficos (Nash, 2008:12-13). Así puede plan-
18
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

tearse que si la interseccionalidad no se ve con connotaciones de desigualdad y ex-


sólo como intersección de dominaciones y clusión y a la experiencia que así se vive.
exclusiones y se concibe en un sentido más No se olvida, sin embargo, que las identi-
amplio, puede servir como herramienta de dades sociales son múltiples, cambiantes y
análisis de las identidades posmodernas y fragmentadas y que ningún grupo es sólo
de las construcciones de identidades socia- oprimido ni todos sus integrantes los son
les que son, como se sabe, múltiples y donde necesariamente. Además, considero que
las posiciones de los sujetos no son inmuta- aunque obstaculicen su manifestación o
bles. Si en cambio, se le define sólo en tér- desarrollo, las discriminaciones no borran
minos de identidades minoritarias, cabe –o no siempre– la agencia de personas y
subrayar que para fines reivindicativos, grupos. Lo que interesa aquí es resaltar la
analíticos o de política pública, es un con- complejidad del fenómeno de las discrimi-
cepto sintético, tanto más útil sera cuanto naciones y analizar experiencias particula-
mejor se expliquen los caminos excluyen- res de la sociedad mexicana. En combina-
tes y se afine la percepción de la experien- ción con la perspectiva de género, la mirada
cia de esas minorías en la interacción de los desde la interseccionalidad nos permitirá
diversos factores de exclusión. analizar, explicar y en lo posible des-
En este ensayo acerca de la condición montar mejor los mecanismos y dinámi-
de las mujeres y los factores múltiples de cas de las discriminaciones que constri-
discriminación en México, se usa en un ñen y mutilan la vida de millones de
sentido estricto, como concepto sintético personas en nuestra sociedad, en particu-
que remite al cruce de señas de identidad lar, de las mujeres.

Las identidades sociales son múltiples, cambiantes


y fragmentadas y ningún grupo es sólo “oprimido”
ni todos sus integrantes los son necesariamente.

19
México, un país diverso
que no se reconoce a sí mismo

En México la discriminación múltiple y la Bonfil Batalla, la intensidad de los conflic-


experiencia de ser discriminada es una vi- tos en los mundos indígenas y en los ám-
vencia secular para millones de personas. bitos femeninos reelaborados en las nove-
Como se sabe, desde la época colonial el las de Rosario Castellanos, la demanda de
afán clasificatorio de la sociedad criolla re- derechos específicos por parte de las muje-
presentó gráficamente lo que constituía res zapatistas o la actual reivindicación del
una multiplicación de exclusiones y estra- derecho de mujeres y niñas a una vida li-
tificaciones socio-étnicas en numerosos bre de violencia en el hogar, en el trabajo
retratos de castas. Hoy, pese a más de dos- y en la escuela, representan y responden a
cientos años de vida independiente, persis- realidades permeadas de estigmatizaciones
ten las dobles y triples exclusiones, acom- múltiples, o dicho de otro modo, a realida-
pañadas en muchos casos de despojos y des conformadas por capas de exclusión
agravios, cuando no de asesinatos. Muje- cuyo peso es por demás excesivo y cada
res, indígenas, pobres, no heterosexuales, vez más insoportable.
personas con discapacidad, así como niñas Estos documentos culturales junto con
y adultos mayores, han vivido más de una datos que nos permiten reconstruir parte de
vez la experiencia de la discriminación. En la realidad que vive hoy nuestra sociedad,
esas experiencias repetidas no se distingue nos permiten situar la experiencia de la dis-
necesariamente qué fue primero, si el géne- criminación como un problema social com-
ro, la raza, la clase u otro factor. Se viven plejo que es menester entender y explicar
a la vez todos los ninguneos, desprecios, para encontrar medidas efectivas para eli-
descalificaciones, más pesadas cuanto minarlo dentro del contexto de una socie-
más abajo se esté situado en la escala so- dad históricamente excluyente, vertical y
cial arbitraria que pervive en el imagina- autoritaria, donde quien no tiene poder no
rio mexicano. El contraste entre el “Mé- es nadie y los derechos no son siempre reco-
xico profundo” y el México imaginario de nocidos como tales, aun cuando el marco
20
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

legal emanado de la revolución pueda pare- “mucho” o “poco” remiten a factores eco-
cer ejemplar. nómicos, sociales y culturales, como:
Para entender la acumulación de dis-
criminaciones como atentado a los dere- No tener dinero 31.6%
Apariencia física 24.5%
chos humanos de los miles de ningunos y
Edad 24.1%
ninguneados en México,4 como experien- Sexo 23.3%
cia intolerable y como parte de un sistema Religión 20.5%
estructuralmente violento y excluyente, Color de la piel 18%
vale la pena referirse a algunos datos esta- Fuente: Enadis 2010:40
dísticos que ilustran con claridad que la
sociedad mexicana sigue siendo profun- En cuanto a prácticas de discrimina-
damente autoritaria y excluyente, y cómo ción, la situación no es mejor. Cuando se
lo es. Entre otras fuentes, la encuesta so- inquiere si se aceptaría que vivieran en su
bre discriminación del Consejo Nacional casa personas con características especí-
para Prevenir y Erradicar la Discrimina- ficas (no todas estigmatizadas o eso supo-
ción (Conapred), Enadis 2010, permite nemos), las respuestas tienden a ser nega-
detectar altos grados de percepción de la tivas. Así resulta que una gran parte de la
discriminación y de prácticas e ideas ex- población “No estaría dispuesto a que en
cluyentes, por lo que cabe retomar algu- su casa vivieran personas”:
nos de sus datos:
En lo que se refiere a la percepción de Población general %
discriminación, cuando se indaga en qué
casos las personas han sido discriminadas Lesbianas 44.1
o más bien, a qué atribuyen la discrimina- Homosexuales 43.55
Con vih/sida 35
ción y de acuerdo con la pregunta: “¿En lo
Extranjeras 26
personal, alguna vez ha sentido que sus De ideas políticas distintas 25
derechos no han sido respetados por…?”, De otra religión 24
las respuestas de quienes lo han sentido De otra raza 23
Con discapacidad 12
Fuente: Enadis 2010: 24
4
 Pese a sus limitaciones –sobre todo para el siglo xxi-
respecto a mujeres, indígenas y campesinos, en El laberinto de
Aunque partiéramos de la premisa que
la soledad, Octavio Paz (1949/59) juega de manera magistral
con las imágenes (y el sentido) del “Don Nadie” y “Ninguno”. “a nadie le gusta que vivan en su casa
21
Lucía Melgar

personas ajenas a su grupo social”, el pa- Enfermas de sida 54%


norama es preocupante por el alto grado No heterosexuales 52.8%
de rechazo a los otros y lo que supone en Con capacidades diferentes 51.1%
Indígenas 47.7%
términos de exclusión y conflicto ¿es co-
Con ideas políticas diferentes 38.3%
rrecto, por ejemplo, no rentar un cuarto De otra religión 35.1%
o un departamento o no aceptar como Extranjeras 31.6%
vecino a una persona o a una familia por De baja condición económica 30.9%
cualquiera de esas razones?, ¿qué pasa en- De otro color de piel 30.9%
tonces cuando un integrante de la familia Fuente: sems, 2008:4
es gay o tiene una discapacidad? No sor-
prende tanto entonces que en muchas fa- El rechazo generalizado a las personas
milias las personas discapacitadas sean homosexuales o con vih/sida en ambos
casi invisibles o que se sigan ocultando grupos y en particular en los adolescentes,
orientaciones sexuales diversas frente a los la obvia discriminación de éstos hacia
parientes y amigos. personas con capacidades diferentes, in-
Lo más desalentador es que entre la ju- dígenas y toda la gama de diversidad debe
ventud (que podría ser curiosa o más abierta llevarnos a cuestionar la pertinencia de
a los demás) también prevalece el prejui- la información que difunden las escuelas
cio. Aunque la Enadis 2010 muestra que a y los medios o por lo menos a preguntarnos
mayor educación, mayor tolerancia (Enadis qué imágenes de la sociedad mexicana, qué
2010: 25), datos de la Secretaría de Educa- patrones de masculinidad, de bienestar y
ción Pública de 2008 revelan que en las sobre todo, de convivencia social, se es-
escuelas de educación media superior priva tán difundiendo en los discursos sociales
también la discriminación (sems 2008).5 dominantes (medios de comunicación,
En paralelo con las actitudes de la pobla- escuelas, entidades públicas, iglesias, ade-
ción en general, los y las jóvenes de 15 a 19 más de familia). Sin duda, estos datos
años entrevistados afirman que “no le gus- ponen en cuestión la vigencia de la ima-
taría tener como compañero en la escuela” gen del mestizaje pero también la reali-
a personas: dad en lo cotidiano de México como país
multicultural, más allá de las imágenes
5
 Se trata de la “Primera Encuesta Nacional Exclusión,
Intolerancia y Violencia en las Escuelas Públicas de turísticas o folklóricas. Como veremos a
Educación Media Superior”, realizada en 2007 en escuelas continuación, si la gente discrimina y se
de educación media superior, con una muestra nacional de
jóvenes de 15 a 19 años; fue publicada en 2008. siente discriminada en altas proporcio-
22
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

nes, la condición de las mujeres en gene- violencia de pareja e intrafamiliar que vi-
ral y de las mujeres pobres e indígenas en ven. Todo esto en un marco de desigual-
particular, es sumamente preocupante. dad que está estrechamente ligado a la
discriminación.
Ser mujer en México: enfrentar Como parte de la población en general,
las mujeres son objeto de las discrimina-
la desigualdad y la violencia
ciones que afectan también a los hombres:
Aunque como en todo el mundo, el ser lesbianas, indígenas, discapacitadas, no
mujer no implica ni esencia ni igualdad de católicas entre otras, llevan según los datos
condición, en términos generales, como anteriores, la peor parte. Pero las mujeres
han señalado múltiples estudios desde el viven además –o más bien de inicio– una
feminismo, los estudios de género, la de- discriminación estructural, de género, que
mografía y las ciencias sociales en general, afecta como ya hemos explicado, las expe-
las mujeres viven en condiciones de des- riencias de vida marcadas por otras discri-
igualdad en relación con los hombres y en minaciones. La discriminación de género
desigualdad dentro de los distintos grupos limita la vida de las mujeres en general y
económicos, políticos, étnicos, etc.6 En lo en espacios específicos al provocar o acen-
que se refiere específicamente a la condi- tuar desigualdades. Se da en todos los
ción de las mujeres en México, la situación ámbitos: en la escuela, donde se atribu-
es preocupante en varios sentidos. Por un yen arbitrariamente determinadas cuali-
lado, algunas encuestas indican altos gra- dades a hombres o mujeres; en el trabajo,
dos de discriminación hacia las mujeres donde se determina a priori hasta dónde
por su condición de género y por otros pueden o no llegar ellas, sin tomar en cuen-
factores, por otro, como es cada vez más ta las capacidades de cada quien; en las le-
evidente, México es un país peligroso para yes, en particular en el derecho romano
las mujeres no sólo por la intensa violen- por definición patriarcal, que propician y
cia social contra ellas la cual se manifiesta han legitimado por siglos la desigualdad, o
en feminicidios, violaciones, trata de per- que no toman en cuenta las desigualda-
sonas para fines de explotación sexual y des, condición necesaria para hacer justi-
laboral sino también por la alta tasa de cia; y en la vida cotidiana, donde se
normaliza y hasta se vuelve invisible la
6
 Véanse entre otros, los censos, los estudios de brechas desigualdad, o donde ésta se impone con
de género, el análisis de Bourdieu La dominación masculina
y la bibliografía feminista en general. violencia.
23
Lucía Melgar

Las desigualdades y obstáculos para el ba el lugar 109 en participación econó-


desarrollo económico, profesional y para la mica y el 61 en educación, lo que nos
autonomía de las mujeres, no se deben sólo habla de significativos avances en este
a la estructura económica sino también a la rubro. A modo de comparación, tam-
estructura social y a las limitaciones que bién en 2011, Brasil ocupó el lugar 82 y
impone a mujeres y niñas esta sociedad El Salvador el 94.
desigual y la cultura misógina (que no he- Si observamos en mayor detalle la si-
mos logrado modificar más tuación de mujeres y ni-
allá del discurso). Se pue- ñas mexicanas, es eviden-
den sintetizar en la medi- te que la igualdad entre
ción de las brechas de gé- mujeres y hombres, aun-
nero que permite evaluar En México existe que inscrita en la Consti-
y comparar la situación una amplia brecha tución y en la Ley de
de las mexicanas respecto de Igualdad (2006), es toda-
otras nacionalidades. En salarial, laboral y vía una aspiración. Ni en
México existe una amplia de oportunidad de la política ni en la econo-
brecha salarial, laboral y desarrollo entre mía ni en el desarrollo
de oportunidad de desarro- social, se ha logrado la
llo. La pobreza y la inequi- mujeres y hombres. representatividad que co-
dad que afectan primordial- rrespondería a la presen-
mente a las mujeres tienen cia y participación de las
que ver con niveles de in- mujeres en la economía y
greso pero también con en actividades producti-
desigualdad en el acceso a la salud, a la vas, ni menos al trabajo no remunerado
educación, al trabajo y al poder político que realizan tanto mujeres y niñas dedica-
entre hombres y mujeres. das principalmente al hogar como las
Según el Informe Mundial sobre Brechas que tienen un empleo remunerado o al-
entre Géneros 2011, México ocupaba en guna fuente de ingreso. La doble y triple
ese año el lugar 89 de 128 países, mientras jornada son cada vez más comunes y no
que en 2006 ocupaba el lugar 75 de 121, en se ha alcanzado aún la igualdad de opor-
una escala descendente de más a menos tunidades.
igualdad (o menor a mayor brecha). En Así, en la política institucional aunque
cuanto a diferencias sectoriales, ocupa- las mujeres representan el 51% de la pobla-
24
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

ción y del padrón electoral, tienen todavía igualdad, las mujeres llevan la mayor
participación mínima en altos cargos como carga de trabajo doméstico, preparación
en la Suprema Corte de Justicia de la Na- de alimentos y cuidado de menores y
ción (dos de 11), secretarías de Estado o adultos mayores.
empresas. Si bien ha aumentado su presen- En términos educativos, México ha avan-
cia en el Congreso de la Unión, su partici- zado mucho pero todavía hay desigualdad
pación en los municipios sigue rondando entre hombres y mujeres, sobre todo en los
el 6%, lo que nos indica que persisten las extremos: en 2010, entre las mujeres de 15
resistencias hacia la incursión de las muje- años y más había 10.6% de analfabetas,
res en la política formal (cuando menos) a mientras que entre los hombres la tasa
nivel local, sobre todo en municipios con rondaba el 7% (inegi, 2010). Una cifra
población indígena, como también vere- preocupante en términos de presente y
mos más adelante. futuro, es la de los 7.8 millones de jóvenes
En cuanto a la economía para el 2012, (de 12 a 29 años) que actualmente no es-
las mujeres representaban 38.3% de la tudian ni trabajan, en 2012, tres de cada
pea. De las mujeres mayores de 14 años cuatro de ellos eran mujeres (Tuirán, La
que trabajaban en 2010, 61.8% lo hacían Jornada, 8/3/2012). Aunque se ha querido
sin remuneración, mientras que entre los minimizar este hecho aludiendo a la invi-
hombres, sólo 26.3% trabajaba sin recibir sibilidad del trabajo doméstico de las jóve-
pago (inegi, 2012). Además, casi un cuar- nes, se trata de un problema social que
to de los hogares dependen de mujeres je- afecta a esas chicas y a la sociedad puesto
fas de familia (inegi, 2012) y más del 95% que se está desperdiciando la oportunidad
de las mujeres cumplen doble jornada de que se formen y capaciten para la vida y
(enut, 2009). La desigualdad no sólo se para el trabajo. Argumentar que ayudan a
mide en dinero, también en horas dedica- sus familias implica normalizar, si no, na-
das al trabajo y otras actividades, como turalizar la discriminación social que afec-
lo indican las encuestas sobre uso del ta a niñas y mujeres.
tiempo que permiten captar también la Pese a los avances legislativos en pro
dinámica al interior de las familias: en de las mujeres y contra la discrimina-
2009, por ejemplo, las mujeres dedicaban ción, la mexicana sigue siendo una so-
23.6% de su tiempo semanal al trabajo ciedad sexista donde se les considera in-
doméstico, los hombres sólo el 7.3% (enut, feriores y menos dignas de atención que
2009). Pese a campañas en pro de la los varones, como lo indican los siguien-
25
Lucía Melgar

• Falta de autonomía: 33.3% de las mu-


jeres piden permiso al marido o a un
Los hechos de discriminación familiar para salir solas de día y 44.9%
para salir solas de noche; muchas son
hablan de una población
menores de edad pero también lo ha-
subordinada y de una desigualdad cen las hijas y esposas: 28.2% pide per-
incorporada por las mujeres y miso para visitar amistades y 26.6%
para visitar familiares. Hay mayor
tolerada por la sociedad.
autonomía pero no total para tomar
anticonceptivos: 10.9% todavía pide
permiso y 24.8% avisa. (Conapred,
tes datos: Aunque sólo 17% de las mujeres 2010: 48).
encuestadas por Conapred (2010a: 34) con- • Roles de género en la casa: 61.5% de
sideran la discriminación o las relaciones las mujeres piensa que los hombres
entre géneros como uno de los principales no deben ser los únicos que mantie-
problemas de las mexicanas, señalan que nen la casa, pero 26.4% piensa que sí,
otros problemas como la desigualdad eco- sobre todo las mujeres mayores de 60
nómica (24.6%) o la violencia y el maltrato años. Entre las mujeres indígenas, el
(11.4%), tienen que ver con la misoginia y 35% piensa que sí debe ser proveedor,
la discriminación. Más clara resulta la per- mientras que entre mujeres que no son
cepción de más de la mitad de las mujeres: hablantes de lenguas indígenas sería
que los derechos de éstas no se respetan un 25% (2010: 86, 91).
(56.6%) o de que “la sociedad no las apoya • Trabajo: más del 80% de las mujeres
porque no conoce sus problemas” (56.3%), opinan que tener un trabajo bien re-
(Conapred, 2010a: 43). munerado es tan importante para las
Más que las percepciones, los hechos mujeres como para los hombres, 60%
de discriminación o las creencias acerca piensan que hombres y mujeres de-
del papel de las mujeres nos hablan de ben ganar igual y todavía 25% de las
una población subordinada y de una des- mujeres piensa que si el hombre gana
igualdad incorporada por las mujeres y menos que la mujer a éste se le pierde
tolerada por la sociedad, pese a los avan- respeto (2010: 93, 99, 107).
ces en la legislación correspondiente así • En lo que se refiere a la tolerancia ha-
tenemos que: cia la violencia, según esta encuesta la
26
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

situación de las mujeres ha cambiado,


pues más de 60% piensa que si el hom-
bre agrede físicamente a la mujer, ésta 12.4% de la población cree que
debe denunciarlo o llamar a la policía
muchas mujeres son violadas por
y sólo 1.9% dice que se aguantaría. Sin
embargo, un poco más del 10% piensa provocadoras.
que se justifica poco o mucho pegarle
a la mujer y todavía el 12% piensa que
la violencia de pareja es un asunto pri-
vado (2010: 111, 146, 147). Aquí cabe un tanto la de sus familias, resulta que
añadir que declarar que se debe denun- todavía en 2007 un 13% creía que “los
ciar no implica que realmente se haga hombres le pegan a las mujeres por ins-
en caso de ser víctima de violencia, tinto” y un 10.9% culpaba a las mujeres
pues inciden también otros factores. de las agresiones del marido (sep, 2008: 5 y 6).
• Tolerancia a la violencia contra las Estas ideas nos remiten al machismo so-
mujeres: un 12.4% de la población cree cial y a la tolerancia hacia la violencia
que muchas mujeres son violadas por contra las mujeres que, junto con las altas
provocadoras (2010: 132). Signo de mi- tasas de impunidad de los delitos, el peso
soginia extrema que no se ha elimina- de la tradición y de la censura social, así
do ni en los medios de comunicación ni como a diversas condiciones socioeconó-
en el sistema de justicia. micas, explican las altas tasas de violencia
• Aborto: 60% de la población no está que persisten contra las mujeres a pesar de
de acuerdo con que la mujer aborte, leyes, campañas y recursos públicos inverti-
pero sólo 33% justifican castigarla en dos para prevenirla y hasta erradicarla.
ese caso (Conapred 2010:140 y 141),
lo que contrasta con la actitud de la
Violencias y tolerancia social
jerarquía católica y no pocos políti-
cos que han contribuido a la apro- En cuanto a la violencia en general, según
bación de leyes que criminalizan el los más de 300 expertos en género consul-
aborto en 18 estados. tados en 2012 por la Thomson Reuters
Foundation, México es uno de los peores
Por otra parte, si se considera la actitud países desarrollados para ser mujer, ya que
de los jóvenes la cual refleja su posición y ocupa el lugar 15 de 19 (sin incluir a la
27
Lucía Melgar

Unión Europea), de los cuales Canadá es violencia emocional (42.4%), mientras que
el mejor y la India el peor. Esto se refiere a la violencia física grave disminuyó leve-
violencias física y sexual, machismo, cri- mente (13.5%), así también la violencia
men organizado, falta de acceso al sistema sexual (7.3%). Además indica que 20.6%
de salud en las zonas rurales (que se mani- de mujeres declaró haber vivido discrimi-
fiesta, por ejemplo, en altas tasas de muerte nación el último año. En cuanto a las va-
materna). riaciones regionales, resulta que en el 2011
Por otra parte, en lo que se refiere a la el estado con mayor porcentaje de mujeres
violencia de pareja, la más reciente Encues- violentadas era el Estado de México con
ta Nacional sobre la Dinámica de las Rela- 56.9% (seguido de Nayarit, Sonora y el
ciones en los Hogares (Endireh 2011) indica D.F. con 52% cada uno de ellos, y Colima
que el problema afecta casi a la mitad de las con un 50%) y un 15% en lo que a violen-
mujeres de 15 años o más y que aunque cia física respecta. Los estados con menor
existen variaciones regionales, en todo el índice de violencia por parte de la pareja
país es un problema serio. En efecto, esta fueron Durango, Baja California Sur y
señala que desde la encuesta de 2009, la Chiapas (29.8% cada uno de estos).
violencia contra las mujeres en general, Si bien se requiere un estudio más a
aumentó cerca de tres puntos llegando a fondo que no cabe aquí, estos resultados
un 46.1% y que siguiendo las definiciones de indican que la violencia de pareja es una
la Ley General de Acceso de las Mujeres a práctica común y que sus variaciones locales
una Vida Libre de Violencia 2007, aumenta- deben analizarse con cuidado si se busca real-
ron la violencia económica (24.5%) y la mente prevenirla y erradicarla. Un problema
en que no ahondaremos pero debe seña-
larse es que estos datos sólo reflejan un ti-
po de violencia de los múltiples que viven
las mexicanas y que las violencias, como la
La presencia del crimen discriminación, no se suman sino que se
organizado ha intensificado retroalimentan y se dinamizan entre sí.
Por sólo dar un ejemplo, en el Estado de
la violencia contra
México a la violencia de pareja, se aña-
las mujeres. de la violencia feminicida que en ese
estado ha alcanzado también niveles im-
portantes (sin ser el primero en términos
28
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

porcentuales), con más de 900 feminici-


dios en seis años y casos conocidos de im-
punidad en cuanto a homicidios y viola- En la guerra que se lleva a cabo
ciones. Las mujeres no sólo viven con en México desde 2007
miedo en casa, sino también en las calles
y no pueden confiar en las autoridades en- las mujeres son maltratadas y
cargadas de la justicia. En Chiapas y otros vistas como botín.
estados del sureste, por otra parte, la vio-
lencia de pareja es menor, pero ahí las
mujeres viven otro tipo de violencias,
desde la que imponen los usos y costum- aumentado las violaciones y las muertes
bres que permiten los matrimonios tem- con presunción de suicidio (Feminicidio,
pranos o las ventas de niñas, hasta la muy 2010:56 y 59). Como en otros conflictos,
alta tasa de feminicidios que probable- en la guerra que se lleva a cabo desde
mente tiene que ver con las agresiones 2007 en México, las mujeres son maltra-
impunes contra mujeres migrantes. tadas y vistas como botín.
La persistencia y el aumento de femini- Todas estas manifestaciones de violen-
cidios en México desde 1993 por lo menos cia contra las mujeres deben investigarse y
y en particular desde 2007 (Feminicidio, castigarse si se busca prevenir y eliminarla,
2011: 39 y siguientes), son en mi opinión, ya que la impunidad de los crímenes es
el signo más claro de la discriminación falta de justicia y un agravio hacia las víc-
contra las mujeres y niñas en nuestro país. timas y sus familiares, y también una señal
No se trata sólo de asesinatos dolosos por de la tolerancia social hacia esa violencia.
razones de género sino de crímenes impu- Más allá de leyes y estudios sociológicos, la
nes por incapacidad, indiferencia y misogi- literatura nos permite acercarnos a la interre-
nia institucional (Carcedo) e institucionali- lación entre las conductas individuales, el
zada, como he planteado en otro ensayo imaginario social y la complicidad social
(Melgar, 2011). En años recientes, la pre- ante la violencia feminicida. En su obra El
sencia del crimen organizado ha ampliado rastro, la escritora mexicana Elena Garro
e intensificado las violencias contra las pone en escena la transformación de una
mujeres en todo el país, en particular en mujer en enemiga de su pareja: en un pai-
las zonas donde tiene mayor control o saje solitario se despliega ante los lectores
impunidad, en el norte y en el sur han el delirio alcohólico y culpígeno de Adrián
29
Lucía Melgar

Pese a las súplicas de la mujer, cuya ima-


gen luminosa y dulce contrasta con la
La literatura es una vía percepción horrenda de los hombres, esta
muy rica para lograr una construcción misógina culmina con el
asesinato a cuchilladas de Delfina. Si ya
mejor comprensión del
este crimen evidencia la complicidad mas-
fenómeno de las culina en el odio y violencia contra las
discriminaciones contra mujeres, el posterior asesinato del prota-
gonista a manos de los testigos, quienes lo
las mujeres y sus efectos.
condenan por ponerse a llorar y no jactar-
se de su acto, muestra (como en otras
obras de Garro) que el machismo también
Barajas, protagonista que parece inspira- afecta y daña a los hombres.
do en las películas de los años treinta y Para los propósitos de este ensayo, El
cuarenta por su apego a estereotipos del rastro nos permite ilustrar con un ejemplo
machismo que culpa a la mujer de sus des- claro y no poco común, cómo la violencia
gracias, idealiza a su madre (muerta en extrema –en este caso el asesinato de la
este caso) pero no respeta la maternidad pareja– está asociada a la discriminación,
de carne y hueso, ni se hace responsable de al imaginario y a la complicidad social. En
su paternidad o de sus conductas y sueña este sentido la literatura es una vía muy ri-
con “irse a cantar con [sus] amigos”. En ca para una mejor comprensión del fenó-
este delirio, que responde más a la psique meno de las discriminaciones contra las
del personaje y al imaginario social que lo mujeres y sus efectos, no como suma sino
alimenta, que al consumo de alcohol, se como intersección de una desigualdad es-
va equiparando a la mujer de carne y tructural (discriminación y violencia de
hueso –pareja de Barajas, quien lo espe- género) y discriminaciones intersectadas.
ra en su jacal–, con un animal dañino, Si la condición de las mujeres en Méxi-
una víbora, la “Maligna” y la enemiga co es desigual, está marcada por obstáculos
del hombre. Entonces, dos hombres que a su desarrollo, prejuicios y violencia, hay
acompañan de lejos a Barajas a lo largo grupos más discriminados que otros, en
del camino, en lugar de sosegarlo, van función de su origen étnico, su clase so-
comentando sus dichos y azuzándolo para cial, su color de piel y otros factores que
que se defienda y ataque a esa enemiga. ya hemos señalado como fuente de dis-
30
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

criminación. Es evidente que las llama- los estratos que tienen más poder eco-
das “50 mujeres más poderosas de Méxi- nómico, en este caso nos interesa echar
co” son privilegiadas frente a las demás luz sobre la situación de las mujeres indí-
en términos económicos, de acceso al genas y afrodescendientes, quienes sue-
poder político y económico, y probable- len estar fuera de las noticias, excepto
mente en cuanto a educación y uso del en días señalados como el 8 de marzo, el
tiempo. Sin embargo, en cuanto a otros 12 de octubre o el 25 de noviembre,
factores de bienestar o derechos no pode- cuando se difunden algunos datos buenos
mos generalizar, ya que mujeres privile- y muchos negativos acerca de la condi-
giadas pueden ser y han sido víctimas de ción de las mujeres y se recuerda que no
violencia de pareja, de violencia de gé- conforman un grupo homogéneo. Co-
nero, de acoso, e incluso de feminicidio, mo veremos, estos grupos han vivido
como lo sugieren los datos de la Endireh experiencias duras, complejas y en gran
2011 y lo ilustran de vez en cuando los medida más naturalizadas e invisibiliza-
medios de comunicación. Aunque sería das que las de otras en cuanto a discrimi-
pertinente examinar con más detalle a nación.

31
Al margen del margen:
indígenas y afrodescendientes

Hay muchas formas de acercarse al minaciones sobrepuestas e interseccionales


problema de las discriminaciones que con el fin de ilustrar lo mejor posible lo que
afectan a las mujeres que están situadas implican estas discriminaciones en térmi-
en los peldaños inferiores de la escala nos vivenciales (de la persona discrimina-
social. Los datos estadísticos y los estu- da) y conductuales (por parte de quienes
dios sociológicos y antropológicos ofre- ejercen la discriminación).
cen un acercamiento directo a una reali-
dad compleja y dolorosa en cuanto los
Cadenas de subordinación y violencia
contrastes entre los niveles de educación,
salud y bienestar de las personas indígenas En mi opinión, una de las mejores obser-
o afrodescendientes, migrantes y emplea- vadoras y críticas de las discriminaciones
das domésticas (entre otras) respecto al y sus efectos es Rosario Castellanos, quien
resto de la población y que suelen ser abis- en su obra examina y despliega tanto la
males. A grandes rasgos puede decirse que violencia de género como el racismo y
las formas de discriminación y las desigual- otros prejuicios contra las mujeres y en
dades que afectan a las mujeres en general particular contra las indígenas. En su no-
son más dañinas para estas mujeres y están vela Balún Canán, por ejemplo, la escrito-
más invisibilizadas y naturalizadas por la ra muestra cómo la primacía de los valores
estructura socioeconómica y por la cultura masculinos en la sociedad chiapaneca del
más mestiza-eurocéntrica que incluyente y siglo xx impone diferencias arbitrarias
plural. Antes de esbozar un breve panorama entre hombres y mujeres, al grado que,
(necesariamente incompleto) de las formas ante la muerte de su hijo, la madre ladina
en que la discriminación de género se com- se desespera y expresa que habría preferi-
bina con el racismo y el clasismo entre do ver muerta a su hija. Que una mujer
otros, me interesa retomar desde la litera- criolla (mestiza o blanca) reproduzca la
tura el tema de la experiencia de las discri- ideología patriarcal de la clase dominante
32
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

aun en contra de su hija, ilumina una de Modesta Gómez es una niña quien fue
las causas de la reproducción de la domi- regalada a una familia de la ciudad para
nación masculina y su perpetuación. Esta servir como empleada. Desde el inicio, el
ideología, compartida por mujeres y hom- trato que se le da contrasta con sus expec-
bres, justifica y naturaliza también la tativas: la señora la ignora, las empleadas
explotación de los otros y otras sin mira- la tratan con desprecio, ni siquiera tiene
mientos por sus sentimientos o derechos. un lugar propio donde dormir hasta que la
En ese mismo relato, la nana indígena muerte de una de ellas le permite a la ya
recuerda cómo servir a los hijos de su pa- adolescente utilizar un colchón. En su in-
trona le costó la vida a su fancia Modesta trabaja
propio hijo (a quien dejó como cargadora del hijo
de alimentar para ocu- de familia y se convierte
parse de otros) y a sufrir En sus obras, Rosario casi en otro juguete suyo,
el rechazo de su comuni- en su adolescencia pasa a
dad por servir a los “caxla-
Castellanos escudriña la ser objeto de deseo del jo-
nes” (blancos, patrones). La complejidad de las ven. Pese a los lazos de
sola conjunción de estos discriminaciones como afecto que ella cree se han
personajes femeninos mues- desarrollado entre ellos,
tra a la vez la desigualdad
experiencia personal. cuando menos existen de
entre ellas y la subordina- su parte, Modesta es vio-
ción de ambas a una socie- lada por Jorgito con la
dad opresiva que privilegia complicidad silenciosa de
lo masculino y sus valores, y donde hom- las sirvientas, de su madre y de los habitan-
bres de poder siguen imponiendo la do- tes de toda la casa. La relación sexual,
minación masculina, ladina y hetero- transformada en costumbre, termina cuan-
sexual. Pero es sobre todo en “Modesta do, como sucede en todo melodrama mexi-
Gómez”, uno de sus cuentos de Ciudad cano (aunque Castellanos no use el tono
real, donde Castellanos escudriña la com- correspondiente), la muchacha queda em-
plejidad de las discriminaciones como barazada. Inmediatamente es acusada y
experiencia personal, que va marcando la despedida por la señora de la casa, quien
biografía de la mujer pobre e incide en su no siente compasión ni remordimiento y
conducta y en su visión de sí misma y del acusa de ladrona a aquella a quien, en los
mundo. hechos, le han robado su infancia, su ju-
33
Lucía Melgar

y los denuncian falsamente a la policía si


osan quejarse. Después, a las afueras del
poblado, las mestizas pobres como Modes-
El cuento “Modesta Gómez” ta asaltan a las mujeres indígenas que
presenta una compleja cadena traen a vender sus productos; no se habla
de discriminaciones en la de robo sino de un oficio en forma, el de
atajadora. En ese contexto en que se han
que lo personal y normalizado el robo y la explotación con-
lo social están ligados. tra las mujeres indígenas, Castellanos sitúa
a Modesta ya no como víctima sino como
victimaria. En un arranque de furia se des-
quita por todo lo que le ha sucedido: Mo-
ventud y su pase a la respetabilidad media desta Gómez no roba sino ataca a una jo-
de ser “esposa de artesano”. ven indígena hasta hacerla sangrar, lo
Tras estas primeras desgracias, Modesta hace con tal saña y afán de venganza que
entra sola a la vida social de Ciudad Real otra de sus compañeras interviene para
(San Cristóbal) y se salva temporalmente restaurar los límites de la violencia acepta-
porque encuentra a un hombre con quién da y tolerada. El deseo de venganza de la
casarse. El estatus de señora la eleva poco mestiza y su sensación de contento después
tiempo, pues su marido es borracho, la de atacar a la india, aun cuando no haya
maltrata y para colmo, muere dejándola a ganado nada, nos remite a una subjetivi-
cargo de varios hijos. Si ya los estereotipos dad subordinada que ha internalizado la
de la mujer tradicional han mostrado sus dominación, pero también a una psique
limitaciones, Modesta, por otra parte, ha que encuentra un cierto equilibrio y desaho-
enfrentado diversas formas de discrimina- go en la violencia.
ción por ser la más vulnerable de la casa En este sentido, el relato presenta y per-
rica: por clase, edad, género y estigma so- mite desmontar una compleja cadena de
cial. Es en la tercera etapa de su vida que discriminaciones en que lo personal y lo
Modesta practica y participa de otras for- social están estrechamente ligados y donde
mas de discriminación. Primero, en el la sociedad crea en sus víctimas a poten-
mercado se observa cómo los indígenas ciales verdugos, asegurando así la repro-
son objeto de maltrato por parte de las ducción de la estructura de discriminación
marchantas que les venden carne podrida y también la dinámica de la violencia de
34
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

género, interpersonal y social. Como vere- Guerrero y otros (2012: 103). En términos
mos, la situación que recrea Castellanos generales hay más mujeres que hombres,
en los años 50 y 60 no se ha modificado en pero por entidad federativa se observa que
sus trazos estructurales. Las mujeres indí- hay más población femenina en regiones
genas siguen siendo las más pobres y de las expulsoras de mano de obra que en las de
más marginadas. atracción, aunque también las mujeres
migran. Ya sea porque migren menos o
salgan menos de su comunidad, más mu-
Mujeres indígenas, discriminación
jeres son monolingües en lengua indíge-
de género, etnia y clase
na, mientras que el uso del español por
Según la Comisión de Pueblos Indígenas los hombres ha aumentado. Este hecho es
(cdi), en México existen alrededor de on- importante en cuanto implica y conlleva
ce millones de personas indígenas, casi a la vez menor movilidad.
10% de la población, distribuidos princi- Aunque podríamos enumerar una larga
palmente en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, serie de estadísticas que muestran la des-
Yucatán, Estado de México, Puebla, Hidalgo igualdad existente entre mujeres hablantes
y Guerrero. De 25 regiones indígenas, 15 y no hablantes de lengua indígena y entre
están en Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Se- mujeres y hombres indígenas, destacare-
gún datos del inegi sobre Hombres y Mu- mos sólo algunos datos que nos permiten
jeres en 2011-2012, hay más de seis millones caracterizar el tipo de desigualdades que
de hablantes de lengua indígena de cinco viven estas mujeres y relacionarlas con las
años y más, pero la población hablante se discriminaciones de que son objeto. Una
ha envejecido y menos niños hablan su de las formas de medir la desigualdad es el
lengua materna. Por otra parte, se observa Índice de Desarrollo Humano (idh) que
que entre 2000 y 2010 la brecha de género
se ha reducido, pues las mujeres han au-
mentado, así sea mínimamente, su nivel
de “asistencia a la escuela, alfabetismo y La mayor parte de los hablantes
escolaridad” y hay menos mujeres que
hombres analfabetas (inegi, 2012: 101, 108).
de lenguas indígenas se ubica en
La mayor parte de los hablantes de lenguas Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
indígenas se ubican en Chiapas, Oaxaca y
Veracruz, seguidos de Puebla, Yucatán,
35
Lucía Melgar

pareja entre hombres y mujeres hasta los


15 años, cuando se reduce para ambos y
En México la situación de las sobre todo para las mujeres, de tal forma
que menos de la mitad de las chicas de 15
poblaciones indígenas ha sido
a 17 años y sólo el 13% de las de 18 a 22
marginal, precaria y muchas años asisten a la escuela. Aunque hay va-
veces miserable. riantes según la lengua que se hable, la
escolaridad promedio para la población in-
dígena es muy baja: 4.5 años para las muje-
res y cinco para los hombres de 15 años y
incluye indicadores de educación, salud, más (2012: 112).
desigualdad de género, entre otros facto- En cuanto a la situación socioeconómica,
res. Por siglos en México, la situación de la participación de las mujeres (en la econo-
las poblaciones indígenas ha sido margi- mía formal desde luego) es muy baja, con
nal, precaria y muchas veces miserable. apenas un 26.6% contra un 48.1% de los
Según el Informe de Desarrollo Humano hombres (2012: 113), hay pocas jefas de
de Pueblos Indígenas, en 2006 la brecha de familia jóvenes pero casi un cuarto lo son
desigualdad entre Índice de Desarrollo entre las mayores de 60 años.
Humano Indígena y no Indígena era de En términos de acceso a la salud, en
15%. En ese mismo año, el idh más bajo se general la mitad de la población no tiene
ubicaba en cincuenta municipios indíge- acceso real a ella. Entre la población indí-
nas sobre todo de Chiapas (19%), Guerrero gena, se observa que el porcentaje de dere-
(20.9%) y Oaxaca (13, 7%), (Oacnudh, chohabientes a servicios de salud (pública
2007: 41). o privada) ronda al 20% en estados con
Entre los indicadores de desarrollo se más población indígena como Oaxaca y
cuentan las tasas de fecundidad y mortali- Chiapas (Ensademi, 2008: 24).7 No es de
dad y las de muerte materna, así como de extrañar que la esperanza de vida y la cali-
acceso a la salud. El panorama para las dad de vida de la población indígena sea
mujeres indígenas es más difícil que para menor que la del resto de la población. Las
las no indígenas éstas tienen un promedio 7
 No tomo en cuenta datos más recientes pues esta
mayor de hijos nacidos vivos (2.5) en vez encuesta me parece más confiable en cuanto al acceso
de 1.7 (inegi 2012: 108), más cuanto me- real a los servicios de salud, ya que las cifras del seguro
popular y otros servicios de “cobertura total” son
nor sea su nivel de escolaridad. Esta es casi cuestionables.

36
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

tasas más altas de mortalidad infantil en neración de su trabajo doméstico y comu-


2006 se ubicaban en Oaxaca, Chiapas y nitario o la baja retribución por sus pro-
Guerrero. Un dato central para el caso de ductos artesanales, agrícolas o su mano de
las mujeres es la tasa de mortalidad mater- obra, reduzca el porcentaje de lo que con-
na y el acceso a información y métodos tribuyen a la economía formal. La margi-
anticonceptivos. En este rubro, una de nación en que viven obliga a muchas de
cada cuatro mujeres que querían controlar estas mujeres y hombres a migrar, a veces
su fertilidad no pudieron hacerlo por falta familias enteras, a veces una parte de ellas,
de oferta (lo que se conoce como deman- sobre todo los hombres. Algunas personas
da no satisfecha) y, por último, “la tasa de migran a Estados Unidos, otras a los cam-
mortalidad materna es más alta en las pos agrícolas del norte del país y otras a
regiones indígenas del país y tiene una ciudades donde ingresan al trabajo domés-
estrecha relación con altos índices de tico, al comercio informal y otros trabajos
desnutrición que existen ahí” (Ensademi, en general inestables. La migración agríco-
2008: 25, 26), y se debe principalmente a la afecta particularmente a niños y mujeres
hemorragias, hipertensión por embarazo y que van como jornaleras con pagos ínfimos
complicaciones del parto, causas asociadas a y se exponen al riesgo de los plaguicidas y a
la pobreza y a la falta de atención médica. la explotación. Entre ellas, hay que contar
Si se toma en cuenta que gran parte de a las niñas que acompañan a sus parientes
la población indígena vive en condiciones y también trabajan en los campos, a veces
de pobreza y de pobreza extrema, el cuadro de sin remuneración y a menudo dejando
marginación, precariedad y vulnerabilidad trunca la poca educación que tenían, con-
de estas comunidades y en particular de las dición que de nuevo, exhibe la falta de
mujeres, corresponde a la lógica de un mode- protección real a los derechos de niñas y
lo de desarrollo desigual que no garantiza mujeres, más allá de las leyes que, por ejem-
niveles mínimos de bienestar a la población plo, estipulan la educación obligatoria o
y que, en este sentido, viola día a día los prohíben el trabajo infantil.
derechos humanos de los más pobres y de Aunque suelen tratarse por separado y
las mujeres indígenas en particular. las segundas han sido pasadas por alto las
Pese a estas condiciones de miseria y más de las veces, me referiré brevemente
enfermedad, en términos económicos, los aquí a la condición de las mujeres afrodes-
aportes de las mujeres y niñas indígenas cendientes antes de ofrecer una reflexión
son significativos aunque la falta de remu- final acerca de la complejidad de las discri-
37
Lucía Melgar

minaciones y experiencias de vida que Gracias a un censo que en 2011 llevó a


enfrentan quienes viven al margen del cabo el Programa Universitario México
margen. Nación Multicultural (Pumc de la unam)
en 22 localidades de Oaxaca, se puede te-
Mujeres afrodescendientes, ner una idea más clara de la situación de
este grupo y en particular de la vida de las
mujeres (no) invisibles
mujeres. En esas localidades se ubicaron
El alto grado de discriminación que afecta más de seis mil habitantes que viven en
a las poblaciones indígenas y a las mujeres hogares pequeños con alta marginación,
en particular, se ve rebasado por increíble ya que por ejemplo, de cuatro personas
que parezca, por la población afrodescen- trabajan tres y sólo una obtiene remunera-
diente mexicana que ni siquiera aparece ción, equivalente al salario mínimo, en
en el censo y sobre la cual, por tanto, no actividades de pesca, ganadería y agricul-
hay cifras oficiales. Se calcula en alrededor tura. (México Negro, 2012). Por lo menos
de 450 mil personas, la mitad de las cuales 18% de los encuestados mencionan haber
viven en condiciones de alta marginación sido discriminados fuera de su región y
y pobreza, en zonas rurales de Veracruz, tratados como si no fueran mexicanos, lo
Guerrero y Oaxaca o en centros turísticos, que nos recuerda la intolerancia hacia los
como Acapulco, según la Red de Mujeres extranjeros, a más de la discriminación
afrolatinoamericana, afrocaribeña y de la por color de piel que ya hemos menciona-
Diáspora (2010). Un porcentaje no especi- do. No es de extrañar entonces que casi
ficado habría migrado a Estados Unidos y a todos los encuestados quieran ser inclui-
ciudades mexicanas en busca de mejores dos en los censos oficiales. Lo que sí llama
oportunidades. Diversos estudios señalan la atención es que las instituciones “no los
que, al no considerársele como grupo so- quieren contar, se niegan a considerar que
ciocultural en los censos y diagnósticos, se existe una tercera raíz y que el país es rico
ha condenado a la población afrodescen- multiculturalmente” (México Negro, 2012).
diente a una extrema discriminación, a Las mujeres de esta población viven en
vivir en la invisibilidad y sin acceso a pro- una marginación aún mayor. Por ejem-
gramas sociales. Esto pese a que México ha plo, en la guía para la acción pública para
firmado todos los convenios, tratados y proteger los derechos de la población
protocolos contra la discriminación y el afrodescendiente en México, que publicó
racismo. Conapred en 2011, se plantea la necesi-
38
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

dad de elaborar políticas públicas acordes Un caso que nos permite observar de
a sus necesidades, pero no se incluyen es- nuevo la dinámica de las discriminaciones
pecíficamente a las mujeres, pese a repre- que se potencian entre sí, es la historia de
sentarlas en varias fotografías (en roles Macaria, habitante de una comunidad de la
tradicionales). Varios reportajes de prensa Costa Chica de Oaxaca, narrada en un
indican que las personas y reportaje (Orozco, 2011).
comunidades negras en- Esta mujer contrajo vih-
frentan los mismos pro- sida a través de su marido
blemas que las indígenas quien se contagió cuando
pero les resulta aún más
Hay mujeres enfermas migró a Estados Unidos.
difícil resolverlos por el que no pueden acceder Su familia política difun-
racismo hacia ellas y por a servicios médicos por dió la enfermedad que ella
la falta de apoyo institu- había ocultado, por lo que
cional. Hay mujeres en-
falta de recursos en su comunidad ha sido
fermas que no pueden ac- y de apoyo. rechazada al igual que sus
ceder a servicios médicos hijos, por miedo al conta-
por falta de recursos y de gio. Sin trabajo y sin apo-
apoyo, incluso en su co- yo, le es muy difícil des-
munidad; hay otras que plazarse a la ciudad de
migran a la ciudad de México y no en- Oaxaca, a doce horas de distancia para
cuentran empleo digno por su color de recibir su tratamiento. Aunque no lo
piel. A través de sus testimonios (más menciona directamente, podemos imagi-
frecuentes y publicitados en los últimos nar, por otros testimonios que así lo indi-
dos años) se percibe una gran desespe- can, que fuera de su comunidad es mal
ranza ante una situación de miseria o vista por su color de piel, además de su
precariedad, agudizada por la discrimina- pobreza y su enfermedad.
ción y la falta total de oportunidades de En una sociedad que discrimina a perso-
desarrollo.8 nas con vih-sida, a extranjeros, a mujeres
y a personas pobres y donde una gran ma-
8
 Tomo en cuenta diversas notas de prensa e información yoría –incluso indígena o mestiza– tiende
disponible en internet a través de http://mexiconegroac.
blogspot.mx/ y de la Red de Mujeres afrolatinoamericana,
afrocaribeña y de la Diáspora, en: http://www.mujeresafro. noticias&Itemid=12 además de los documentos de conapred
org/index.php?option=com_content&view=article y pumc, como por ejemplo, el reportaje de la revista Proceso
&id=99:discriminacion-en-mexico-&catid=2:ultimas- en http://www.proceso.com.mx/?p=289640

39
Lucía Melgar

a identificarse con tonos de piel clara


(Conapred, 2010), ser afrodescendiente,
pobre y enferma es, sin la menor duda,
Ser afrodescendiente, pobre y
cargar con un pesado estigma. Lo más bru-
tal del caso es que estas discriminaciones enferma significa cargar con un
encierran a las personas en un círculo vi- pesado estigma.
cioso de miseria y marginación: no hay sa-
lida de la miseria sino es con un esfuerzo
sobrehumano. El rechazo al color de piel o
al fantasma de la extranjería, implica la del contraste que se marca casi con rasgos
negación de empleo, de recursos para vivir grotescos en esa escena, llama la atención
u obliga, como ilustran otros casos difun- que la protagonista se mire al espejo y la-
didos recientemente en la prensa, a ingre- mente su negritud sin fijarse o aludir en
sar en el trabajo sexual aun cuando se tenga modo alguno al afeminamiento del profe-
cierta educación porque no se considera sor. El doble juego que lleva a minimizar la
aceptable la presentación de mujeres de valentía de una mujer negra que rompió
piel negra y, siguiendo la línea del imagi- todos los moldes es aún más peculiar en
nario exotizante, se les sexualiza. Así, aun tanto la actriz que representa al personaje
cuando las mujeres se vean a sí mismas co- es blanca y quien dirige la película es una
mo mujeres, madres, esposas, trabajado- mujer (Matilde Landeta). Este tipo de pe-
ras, profesionistas potenciales, se ven re- lículas y escenas merecen un estudio más
ducidas a un rasgo o dos, estigmatizados y detenido, ya que contrastan y complemen-
limitantes. tan a la vez la presencia de otras figuras de
Si nos remitimos brevemente al imagi- afrodescendientes, fijados en roles de sir-
nario social, resulta cuando menos curioso vienta (“Angelitos negros”) o cantantes y
que en el cine mexicano exista un persona- bailarines (Johnny Laboriel, entre otros),
je como la Negra Angustias (en la película que aparecen a modo de íconos (token
que lleva su nombre), notable por su arrojo blacks se diría en inglés) en el cine nacio-
y valentía en la lucha revolucionaria. En nal en una época en que este medio incide
una escena del peor melodrama, es ningu- con fuerza en el imaginario nacional. Si
neada por un profesor catrín, blanco y recordamos por otra parte a las figuras in-
muy rubio que la desprecia (y desprecia su dígenas que ha creado ese mismo cine, no
enamoramiento) por ser negra. Además hay duda que ambas minorías mexicanas
40
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

merecen un acto de desagravio por la ma- dientes y la falta de datos acerca de ellas,
nipulación, reducción y caricaturización me centraré a continuación en las mujeres
de que han sido objeto.9 indígenas, sin que las reflexiones finales
excluyan a aquéllas.
Reflexiones desde los márgenes Como se sabe, el ámbito municipal es el
más hostil a la participación de las mujeres
Las difíciles condiciones de vida que en- en política, más aún en los municipios con
frentan estas comunidades y la desigual- población indígena. Según datos de inegi,
dad estructural de género obstaculizan el sólo en siete de los 15 estados con población
desarrollo de niñas y mujeres en su entor- indígena hay al menos una mujer gober-
no social. Aunque es preciso reconocer la nando su municipio: Chiapas, Chihuahua,
capacidad de autodeterminación de las Guerrero, Hidalgo, Puebla y con el mayor
mujeres, su agencia y el impulso de muchas número en Yucatán y Oaxaca. Esta incur-
para cambiar su vida y su comunidad, es sión ínfima no ha sido fácil, como lo mues-
menester señalar que, debido a la desigual- tran los casos de Eufrosina Cruz, indígena
dad de género en sus propias comunidades zapoteca, quien en 2007 se presentó como
y a la discriminación sexista, racista y cla- candidata a presidenta municipal de Santa
sista que enfrentan fuera de ellas, mujeres María Quiegolani, pese a que las mujeres
indígenas que han querido mejorar su vida tienen prohibido participar en asambleas
y la de otras mujeres de sus municipios han del pueblo. Sus boletas fueron tiradas a la
sufrido violencia, persecución y han pues- basura. Ella no reconoció al alcalde electo
to en riesgo su vida y su salud. Vale la pena y acudió a diversas instancias estatales y
mencionar varios casos para ilustrar la vo- federales para defender su triunfo, sin ob-
luntad de cambio y la fuerza de carácter de tener resultado. Pese a todo, su caso fue
las mujeres por un lado, y la resistencia exitoso ya que el pan la postuló a diputada
de los hombres, cobijados en el recurso a local y ella fue la primera mujer indígena
los usos y costumbres o de plano, en el en presidir la mesa directiva del Congre-
machismo más cerril por el otro. Dada la so. Gracias a ella, en 2010 el gobernador
invisibilidad de las mujeres afrodescen- de Oaxaca impulsó una ley para promo-
ver la participación de las mujeres indí-
9
 Dejo a un lado la contribución de la televisión
abierta mexicana a la misoginia, el racismo, clasismo y genas en la política municipal,10 iniciati-
desprecio por lo indígena en el imaginario nacional. Los
actos de desagravio incluirían prácticamente a toda la
población.  Véase http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1365)
10

41
Lucía Melgar

va todavía cuestionada por algunos. Cabe desnuda, casi incendiada y encarcelada por
señalar que ella, como otras mujeres que hombres que argumentaron que “en este
incursionaron en la política local rom- pueblo mandamos los hombres” en mayo de
piendo los usos excluyentes de la comuni- 2011. (cimac noticias. http://www.cimacno-
dad y con el apoyo de su familia, salió de ticias.com.mx/site/11090102-Por-inaccion-
esta para estudiar. Muchas mujeres que judici.47818.0.html). Uno de los aspectos
dejan su pueblo para seguir estudiando más graves de este incidente fue la interven-
enfrentan discriminación por ser indíge- ción decisiva de un maestro en la agresión
nas, explotación por ser indígenas y pobres, contra ésta y otras mujeres y la impunidad
y logran pese a todo crecerse ante la diver- en que quedó esta violencia misógina y de
sidad, ya sea por afán de prepararse, por el intención feminicida.
apoyo de su familia o de otras personas. El Otras mujeres valientes y que han roto
caso de la chatina Cirila Sánchez quien moldes de género y de estereotipos étnicos
llegó a ser senadora, es también emblemá- han expuesto su vida a la violencia femini-
tico (Sedesol, 2004:65-71). cida (y política). En 2008, por ejemplo,
Se dan igualmente casos aún más fuer- fueron asesinadas dos comunicadoras indí-
tes de discriminación y violencia abierta genas triquis, también en Oaxaca. Teresa
contra las mujeres en su propia comunidad. Bautista Merino y Felícitas Martínez Sán-
Tal fue el caso Evitelia Cruz, tesorera mixe chez de “La Voz que rompe el silencio”.11
de la comunidad Emiliano Zapata en el Estos acontecimientos que esporádica-
municipio de San Juan Cotzocón, Oaxaca, mente sacan a la luz pública los embates
quien no sólo fue destituida sino exhibida del machismo y de la tradición cultural
contra las mujeres, son ejemplos de dis-
criminaciones complejas e interrelacio-
nadas, ya que no sólo se trata de inciden-
Mujeres valientes han tes aislados sino que embonan en un
roto moldes de género patrón general de discriminación hacia
y estereotipos étnicos las mujeres y hacia las indígenas. Al inte-
rior de estas comunidades, las mujeres
exponiendo su vida enfrentan las limitaciones de los usos y
a la violencia. costumbres afuera, enfrentan el desprecio
 Véase http://www.hchr.org.mx/documentos/
11

comunicados/comunicadoprensa7abril2008.pdf

42
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

de la sociedad mestiza hacia los pueblos


indígenas y la sospecha de que, por su
color de piel, su acento, su monolingüis- No somos sólo mujeres
mo o su atuendo, no son mujeres capaces,
o indígenas o mestizas
con agencia y preparación, sino mano de
obra barata potencial, víctimas en busca ni tampoco podemos identificar
de protección oficial o de ong´s y en todo a una persona a partir de una
caso, inferiores a otras mujeres y a los
serie de etiquetas.
hombres en general. En muchos sentidos,
son las marginadas de los marginados, las
más explotadas en la sociedad indígena y
mestiza y las más distorsionadas en el Aunque no se elabore este concepto, es
imaginario social: descendientes de La preciso señalarlo ya que como planteara
Malinche, traidoras a su comunidad si Nash, el enfoque de la interseccionalidad
hablan, víctimas aceptantes si callan. requiere una “teoría de la agencia” que per-
De ahí que, por más dura que haya sido mita explicar cómo se adoptan y adaptan
su vida y su experiencia, sean tan signifi- las identidades múltiples y cómo se vive en
cativos los ejemplos de Eufrosina Cruz, los márgenes sin borrarse a sí misma. Es
Cirila Sánchez, Bety Cariño y muchas decir, hace falta plantear no sólo el peso,
otras, así como el caso de Inés Fernández combinación e interacción de las discrimi-
Ortega y Valentina Rosendo Cantú, indí- naciones por sexo, etnia, raza, edad, estado
genas de Guerrero violadas por militares civil, sexualidad, etc., sino también dejar
en 2002, quienes lograron llevar el caso en claro que, aunque desde fuera una per-
hasta la Corte Interamericana de Dere- sona sea reducida a un estigma, no nece-
chos Humanos la cual condenó a México sariamente ella se ve o se reduce a sí mis-
por no hacer justicia y recomendó revisar ma a eso.
la figura del fuero militar en casos que No somos sólo mujeres o indígenas o
involucran a civiles. Todas ellas, con va- mestizas, ni tampoco podemos identificar
riantes por sus condiciones particulares a una persona con una serie de etiquetas
de edad, estado civil, región, etc., mues- como tiende a hacerlo la política de la
tran que las discriminaciones no aplastan identidad en Estados Unidos con identida-
necesariamente la capacidad de agencia des combinadas que reflejan las más de las
de las mujeres. veces las visiones de los otros y no las de

43
Lucía Melgar

una misma. Se pertenece a un grupo o a ciarse las carencias y desigualdades. Al


varios, se enfrentan sin duda expectativas mismo tiempo, cabe recordar que los con-
específicas pero la experiencia humana y ceptos surgidos de una realidad pueden
personal es más que eso. Sin duda respon- aplicarse a otras y ser útiles, siempre y
demos o somos producto de una socializa- cuando se les adapte y sitúe en el contexto
ción que nos lleva a incorporar rasgos y particular que se estudia, en el marco cul-
conductas de género, clase, etnia y demás, tural e histórico en que se vive y, sobre to-
pero no podemos vernos sólo como un do, en el ámbito de experiencias reales de
conjunto de definiciones externas en el personas de carne y hueso. Así como el fe-
que no tenemos injerencia. Si Modesta minismo no puede ser sólo una teoría, el
López, por ejemplo, siempre se hubiera análisis de las discriminaciones desde la
visto sólo como marcada por la explota- interseccionalidad, sin historia previa y
ción laboral y sexual, no habría reconstrui- presente sería solo un término más en la
do su vida (aun cuando le fuera mal). Lo- jerga académica y en el glosario de las po-
gra salir adelante porque aspira a más, así líticas públicas. En este ensayo hemos
sea dentro del imaginario tradicional que buscado trazar un panorama general (aun-
encierra a las mujeres en el ámbito fami- que incompleto) de las discriminaciones
liar. Si al final ella se vuelve victimaria y contra las mujeres y niñas en México des-
reduce a su vez a un objeto de venganza a de una perspectiva de género y un enfoque
una indígena indefensa ante la explota- interseccional. A la vez se ha propuesto
ción, es porque, como sugiere Castellanos, analizarlas como experiencias complejas
la victimización no exime del potencial de en que se entrelazan distintas señas de
recurrir a la violencia y también porque la identidad, identidades de por sí complejas
dinámica de la violencia y de la discrimi- y fragmentadas, en un entorno social des-
nación se retroalimenta a sí misma. igual y donde el imaginario está poblado
de prejuicios, estereotipos, miedos y frus-
traciones que alimentan la sospecha ante
Problemas y propuestas
el extraño y en particular el odio o el
En la intersección de género, raza y clase (en prejuicio contra la otra. En un régimen
su acepción minoritaria o marginal) se vive capitalista inserto en una globalización
sin duda al margen del margen, es decir, desigual y depredadora, no es de extrañar
en una doble o triple exclusión que no que persista la tendencia a explotar y ex-
sólo se suma sino se multiplica, al poten- poliar a los más débiles, en este caso, co-
44
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género

mo en la época colonial, a los pueblos in- autoritarias y discriminadoras es maquillar


dígenas y de color y en ellos, desde afuera al monstruo y a la larga, dejarse engullir
pero también desde su interior, a las muje- por él. Desmontar las dinámicas de la dis-
res y niñas. criminación y la violencia es tarea de largo
El reto para el siglo xxi es lograr un cam- plazo y debe iniciarse ya. Las niñas mal-
bio social y cultural profundo, cambiar la tratadas, las jóvenes sin trabajo ni escuela,
estructura de desigualdad que permea a to- las mujeres asesinadas por su pareja o por
dos los grupos de la sociedad mexicana, desconocidos, las migrantes explotadas y
transformar nuestro imaginario social y violadas, las indígenas cargadas de obliga-
crear nuevas formas de interacción y nue- ciones y miseria, las afrodescendientes
vas prácticas sociales, abiertas a la pala- negadas en los censos de hoy, y muchas
bra, la experiencia y la acción de los otros otras mujeres estigmatizadas y margina-
y las otras. Limitarse a discursos política- das, exigen un futuro distinto para las
mente correctos sin modificar conductas generaciones por venir.

El reto para el siglo xxi es lograr un cambio social


y cultural profundo, y cambiar la estructura de desigualdad
que permea a todos los grupos de la sociedad mexicana.

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47
Lucía Melgar

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48
La autora

Lucía Melgar Palacios sidad Diego Portales de Chile (oct-nov


2011). Ha sido profesora de asignatura en
Es profesora y crítica cultural. Doctora en el departamento de ciencia política del
literatura hispanoamericana por la Univer- itam desde 2006. Entre otros cursos ha
sidad de Chicago (1996), con maestría en impartido: literatura y política; violencia,
historia por la misma Universidad (1988) y poder y cultura; crítica cultural y género,
Licenciada en Ciencias Sociales por el así como cursos de literatura mexicana o
itam, México (1986). Desde 2006 a la fecha latinoamericana del siglo xx y de historia
es investigadora independiente y profesora de México. Ha participado cuatro años
de asignatura del itam, donde ha impartido como jurado del Premio Internacional
cursos sobre literatura política e historia. de Literatura Latinoamericana y del Cari-
Fue coordinadora de investigación y be “Juan Rulfo” y del Premio fil. Inte-
proyectos académicos del Programa Uni- grante del sni, nivel I (2005-2011). Tam-
versitario de Estudios de Género (pueg) bién ha impartido distintos módulos de
de la unam, profesora de este mismo pro- diplomados en estudios de género, violencia
grama de 2007 a 2009. Antes fue profeso- y género y discurso y género en institucio-
ra-investigadora del Programa Interdisci- nes como El Colegio de México, el Instituto
plinario de Estudios de la Mujer (piem) en de las Mujeres del DF, la unam y Sedena
El Colegio de México (2003-2006) y profe- (en el marco de diplomado del pueg).
sora de literatura hispanoamericana en Es compiladora y coeditora de diversos
Princeton University, eua (1996-2003). libros de crítica literaria y crítica cultural,
Ha sido profesora invitada en la Universi- entre ellos: Persistencia y cambio: aproxi-
dad de Maryland, College Park, eua (pri- maciones a la historia de las mujeres en Mé-
mavera 2010) y en la Universidad Charles xico. (México, piem-ces, El Colegio de
de Gaulle-Lille 3 en Francia (otoño 2010 y México, 2008); ¿Y Usted cree tener dere-
2008) y ha dictado un curso en la Univer- chos? Acceso a la justicia de las mujeres
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Lucía Melgar

mexicanas (con Irma Saucedo) (pueg- le Mexique du 21ème siecle” (Francia,


unam, Unifem, 2011); (con Susana Lerner) 2010), “Always Thinking Elsewhere” (ny,
Familias en el siglo xxi: realidades diversas y nov. 2008); la introducción y la cronología
políticas públicas (Colmex/pueg-unam; de vida y obra en el volumen de Cuentos de
2010); (con Marisa Belausteguigoitia) Vio- las Obras reunidas de Elena Garro editadas
lencia frontera, justicia: nuevos discursos por el Fondo de Cultura Económica (en
(México: pueg-unam; 2007); (con Gabrie- base a propuesta de L. Melgar). Ha colabo-
la Mora) Elena Garro: Lectura múltiple de rado en revistas como Debate Feminista,
una personalidad compleja (México: Bene- Letras Libres, Review: Literature and the
mérita Universidad Autónoma de Puebla, Arts y Vanguardia (Ecuador) y participa en
2002), así como editora y coeditora de nú- diversos comités editoriales.
meros de revistas académicas. Es autora de Desde 2004, paralelamente a su traba-
numerosos artículos sobre violencia y cultu- jo académico se ha involucrado en trabajo
ra, y literatura en libros y revistas nacionales con ong´s para la promoción y defensa
e internacionales, entre ellos: “Laberintos de los derechos humanos, en particular de
de la impunidad. Feminicidio y violencia las mujeres. Es cofundadora del grupo
extrema en México hoy (en alemán) en la ciudadano Niunomas Niunamas contra
revista Gender (junio 2011), “Elena Garro, el feminicidio y la criminalización de la
escritora de nuestro tiempo” (Doscientos juventud en México. También colabora en
años de literatura, II. Siglo xx, Colmex, el blog Espejos laterales de Rossana Re-
2010); “El derecho de soñar” (Vanguar- guillo en el portal nar nuestraaparente-
dia, 2010); “Discours de la barbarie dans rendicion.com

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Discriminación sobre discriminación: una mirada
desde la perspectiva de género se terminó
de imprimir en Talleres Gráficos de México,
Av. Canal del Norte 80, colonia Felipe Pescador,
06280, México, D. F., en el mes de diciembre
de 2012. El cuidado de la edición estuvo a cargo
de María Teresa Sánchez Hermosillo, analista
correctora de estilo. El tiraje fue
de 10 000 ejemplares impresos
en papel bond de 75 gramos y
forros en cartulina cuché
mate de 210 gramos.
Se utilizaron las fuentes
tipográficas Goudy
y Candara.

Esta obra se difunde en formato pdf en la Biblio-


teca Electrónica del Instituto Electoral del
Distrito Federal desde el 15 de marzo de 2013

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