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México. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fede-
ración, Instituto Electoral del Distrito Federal.
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género / Lucía Melgar /
Colección Equidad de género y democracia, vol. 5; – México: Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Electoral del Distrito
Federal, 2012.
56 p.
isbn de colección: 978-607-7989-15-8
isbn: 978-607-7989-61-5
1. Discriminación 2. Violencia 3. Interseccionalidad 4. Desigualdad
D.R. © 2012
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Pino Suárez 2, colonia Centro,
delegación Cuauhtémoc, 06065, México, D. F.
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D.R. © 2012
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
Carlota Armero 5000, colonia CTM Culhuacán,
delegación Coyoacán, 04480, México, D. F.
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D.R. © 2012
Instituto Electoral del Distrito Federal
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Huizaches 25, colonia Rancho Los Colorines,
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Lucía Melgar
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Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
La discriminación: imaginario, prácticas, violencia . . . . . . . . . . . 11
Discriminación, identidades y estigma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Discriminaciones: perspectiva de género
y enfoque interseccional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
México, un país diverso que no se reconoce a sí mismo . . . . . . . . 20
Ser mujer en México: enfrentar
la desigualdad y la violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Violencias y tolerancia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Al margen del margen: indígenas y afrodescendientes . . . . . . . . . 32
Cadenas de subordinación y violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Mujeres indígenas, discriminación
de género, etnia y clase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Mujeres afrodescendientes, mujeres (no) invisibles . . . . . . . . 38
Reflexiones desde los márgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Problemas y propuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
La autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Introducción
¿De qué hablamos cuando hablamos de que otros, se multiplican o persisten carac-
discriminaciones, de discriminación sobre terísticas que se adjudican al otro de tal
discriminación? forma que pareciera que todos encontra-
Pese a convenios internacionales y a la mos siempre alguien a quien discriminar.
promulgación de leyes para prevenir y Lo grave de esta tendencia no es sólo que
sancionar la discriminación, la sociedad sus efectos dañan a millones de personas y
mexicana sigue arrastrando una pesada conllevan la violación de sus derechos, si-
carga de prejuicios que inciden en las no que además forma parte de la violencia
conductas y relaciones sociales e inter- estructural de la sociedad y puede, en cier-
personales de manera negativa. La he- tas condiciones conducir a estigmatiza-
rencia colonial, el clasismo, la misoginia ción, exclusión y violencia extremas. Los
y un temor general hacia el otro son al- genocidios y otras manifestaciones de vio-
gunos de los factores sociales y culturales lencia extrema de los siglos xx y xxi tienen
que han impedido la construcción de mucho que ver con la discriminación co-
una sociedad igualitaria e incluyente, mo forma legitimada, tolerada y hasta
donde la pluralidad se valore y no sólo se promovida de racismo, sexismo y odios re-
tolere como mal menor o signo de los ligiosos o nacionalistas, intensificados y
tiempos. dinamizados con fines políticos. La discri-
La discriminación en México, como en minación y la violencia, de hecho, son dos
otros países, es un fenómeno complejo caras de la misma moneda. No obstante,
en que se entrelazan distintos factores y para fines analíticos es preciso examinar
manifestaciones. No es atributo de una cómo se da la discriminación, cómo se
sola clase o grupo social, ni afecta sólo a perpetúa y reproduce, con el fin de bus-
un otro u otra. Abundan las personas que car formas efectivas de contrarrestarla
discriminan por variados motivos y, si y, en un mediano plazo, reducirla o eli-
bien algunos grupos son más vulnerables minarla.
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Lucía Melgar
Desde esta perspectiva, los acercamien- mas del movimiento zapatista en 1994, por
tos críticos a la discriminación demuestran sólo dar algunos ejemplos.
que ésta rara vez se deriva de una sola cau- La toma de conciencia de que no hay
sa o motivo. La experiencia real de quienes genéricos mujeres, indígenas, afrodescen-
viven la discriminación y de quienes la dientes o pobres, de que la configuración
ejercen apunta a una multiplicidad de ra- de un grupo es variable y en cierto modo
zones o pretextos para discriminar. Así, arbitraria, de que el pertenecer a un grupo
aunque en el mundo occidental (por no subordinado no implica homogeneidad, ni
decir en el mundo en general) desde hace tampoco elimina la estratificación y las dife-
siglos la raza y el género han sido y son rencias en el grupo mismo, conlleva un
factores primordiales de discriminación, reconocimiento de la complejidad de la
las ideas y prácticas discriminatorias no se identidad y de la arbitrariedad de las cons-
delimitan en campos semánticos o imagi- trucciones esencialistas. Esto ha obligado
narios estancos. Por el contrario, los rasgos a activistas de distintos grupos, a estudio-
generales de un grupo estigmatizado se sas de los movimientos sociales y defen-
entrecruzan con los de otros, de tal modo sores de derechos humanos a subrayar la
que los distintos factores de discrimina- necesidad de dejar de lado el pensamien-
ción −los distintos odios, prejuicios y sus- to esencialista y dualista predominante, a
picacias− se acumulan y dinamizan entre reconocer la diversidad en la sociedad y
sí. De ahí que la lucha contra un tipo de al interior de un mismo grupo, y a pro-
discriminación a menudo deje al descu- mover un verdadero reconocimiento de
bierto otras formas de exclusión y que sea los derechos de cada persona en condi-
posible, en momentos de cambio social sobre ciones de igualdad. En efecto, mientras la
todo, sacar a la luz las exclusiones y estigma- igualdad y el respeto por los derechos
tizaciones que ejercen sobre otros quienes humanos y el pleno ejercicio de éstos no
luchan contra su propia condición subordi- sea un valor social, difícilmente se po-
nada. Tal fue el caso de las feministas blan- drán eliminar o reducir la discriminación
cas frente a las afroamericanas y las chica- y la desigualdad.
nas en los años sesenta y setenta en Estados En lo que se refiere a las mujeres, a la
Unidos, el de las feministas burguesas mexi- vez que su condición de género es un fac-
canas frente a las trabajadoras domésticas tor de discriminación, ésta no se da de la
en los años setenta y hasta el día de hoy, el misma manera hacia todas las mujeres ni
de las mujeres indígenas frente a las procla- todas la viven igual. Por un lado, las muje-
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
res han vivido por siglos en condiciones de con el impulso de distintos movimientos
subordinación y hoy, pese a una larga lu- sociales que desde los años cincuenta y
cha por la autonomía, la igualdad y la li- sesenta del siglo xx han pugnado por la
bertad, siguen demandando el fin de la igualdad de derechos, se ha dado mayor
desigualdad, de la discriminación y la vio- visibilidad al problema de la discrimina-
lencia contra ellas. Esas demandas remiten ción primero y de las discriminaciones
en gran medida al colectivo de mujeres, después y se han ido revisando o elaboran-
construido como agente social que exige el do teorías y conceptos para entender y
fin de la misoginia y la violencia feminici- explicar mejor lo que son, lo que implican
da, pero también a grupos diversos de mu- las prácticas excluyentes y, en años recien-
jeres con reivindicaciones propias, que tes, lo que conllevan el estigma social y la
demandan respeto a sus diferencias, ya discriminación sobre discriminación. De
sean de etnia, edad, clase, sexualidad, con- la misma forma que desde esa óptica y
diciones de salud y bienestar u otras. Por preocupación surgieron términos como
otro lado, esos mismos factores pueden ser género, homofobia o lesbofobia, feminici-
fuente de privilegio. Es decir, así como hay dio (en tanto asesinato por razones de gé-
mujeres más discriminadas que otras, tam- nero), crímenes de odio, etc., en la acade-
bién hay mujeres que lo son menos o na- mia norteamericana se acuñó el término
da y que tienen más poder. Esto remite a interseccionalidad para aludir conceptual,
la complejidad de las identidades sociales visual y gráficamente a la interrelación y
y a los contextos socioculturales e histó- vivencia pluridimensional de la discrimi-
ricos en que se desarrollan relaciones de nación. Ideado a fines de los años ochenta
poder desiguales entre mujeres y, en par- y reelaborado desde entonces, el concepto
ticular, entre mujeres y hombres. Por es- de interseccionalidad tiene la virtud de
tas y otras razones, la conjunción de lu- aludir de manera sintética a una realidad
chas de mujeres diversas no siempre se ha conformada por distintos conjuntos y cru-
dado de manera efectiva, aunque sin du- ces de por sí complejos. Al mismo tiempo,
da hay un gran potencial para hacer el término debe usarse con cuidado para no
alianzas estratégicas y defender causas suponer que la identidad es una simple
comunes más allá de las diferencias. combinación de conjuntos varios ni que las
Ante la complejidad de las identidades, formas de discriminación simplemente se
el cuestionamiento de la pertinencia de van sumando en una experiencia igual para
hablar de una identidad, razón, verdad y quienes compartirían una misma combi-
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Lucía Melgar
nación de rasgos. Ni las identidades son que interseccional. Nos centraremos después
sólo máscaras diversas que se intercam- en el contexto mexicano autoritario y des-
bian a voluntad, ni las discriminaciones igual, intentando ofrecer una explicación
se van sólo superponiendo sobre sujetos general de algunos de los rasgos más preocu-
carentes de agencia sobre su propia con- pantes de las múltiples formas de discrimi-
dición, su imagen o el mundo. nación que afectan a millones en nuestro
En este ensayo nos centraremos en las dis- país, en particular a las mujeres, para luego
criminaciones que viven todavía hoy las hacer visibles precisamente a algunas de las
mujeres mexicanas, una de las prácticas de mujeres más in-visibilizadas por los prejui-
exclusión más generales y frecuentes en cios sociales y culturales. Por último, es-
nuestro país, y sacaremos a la luz algunas de bozaremos unas breves reflexiones con la
sus variantes o agravantes menos visibles propuesta de incidir y actuar para des-
con el fin de contribuir a una mejor com- montar los elementos, factores y recursos
prensión de la situación y experiencia de las de la estigmatización y la exclusión en
mexicanas y de un problema social que no general. Esperamos así contribuir a una
las afecta sólo a ellas sino también a sus fa- mejor comprensión del problema por parte
milias y comunidades o de hecho, a todos los de un público amplio, con la convicción de
que formamos parte de una sociedad exclu- que si se impulsa un cambio cultural y la
yente y violenta. Por ello, en primer término, sociedad deja de tolerar o ignorar prácticas
interesa definir qué entendemos por discri- excluyentes y violentas, daremos el primer
minación y discriminación de género, y paso hacia una sociedad donde las muje-
mostrar la importancia de los lineamientos res y niñas, las personas mayores, con
nacionales e internacionales que se han es- discapacidad, enfermas, pobres, güeras o
tablecido para prevenirla y erradicarla en el prietas, migrantes nacionales o extranje-
largo plazo, así como la utilidad de su estudio ros, no heterosexuales, jóvenes con o sin
desde la perspectiva de género y desde el enfo- empleo, podrán convivir en igualdad.
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La discriminación:
imaginario, prácticas, violencia
Discriminación y violencia son dos ca- derechos humanos, persisten las diferen-
ras de una misma moneda. La discrimina- cias legitimadas y en algunos casos hasta
ción puede leerse como manifestación de potenciadas por los Estados: los genoci-
una violencia estructural o como antece- dios, muchas guerras y crímenes de guerra
dente de una violencia social o interper- en el mundo tienen en su base o conllevan en
sonal que puede ser sutil o intensificarse su desarrollo imaginarios sociales en que
hasta extremos letales o ambos a la vez. Si la figura del otro u otra se tiñe de sospe-
bien hoy se lucha contra la discrimina- cha, se estigmatiza, aparece como amenaza
ción y la violencia, en particular desde la a la permanencia, expansión o bienestar
defensa de los derechos humanos y del del grupo nacional, regional, religioso o del
derecho a la diferencia, en distintas épo- bien común de la sociedad.
cas la discriminación hacia ciertos grupos
se ha justificado, alentado y hasta legiti-
Discriminación, identidades y estigmas
mado con fines políticos, económicos y
religiosos. El caso paradigmático del siglo xx Dis-criminar es separar, dis-tinguir. Implica
es la política de exterminio nazi principal- una clasificación o un interés en clasificar.
mente contra la población judía, que es- No supondría en sí desigualdad ni violen-
tigmatizó y persiguió también a gitanos, cia si el afán clasificatorio no conllevara
homosexuales, enfermos, etc., y cuyo desen- una intención excluyente, una mirada je-
lace en la segunda guerra mundial culmi- rarquizante, una finalidad o justificación de
nó con los juicios de Nuremberg y más la dominación. Lo es porque las socieda-
adelante en la Declaración Universal de los des clasifican y distinguen a quienes per-
Derechos Humanos, que contiene varios tenecen al grupo y a quienes no y, al in-
artículos que establecen la igualdad de terior de sí mismas a distintos grupos que
derechos de todas las personas. Como sa- ocupan distintas esferas o lugares en la
bemos, aun en el marco de la defensa de los escala social.
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Lucía Melgar
imaginarios sociales así como aspiraciones tos países. En los años sesenta, el movi-
y temores individuales y donde la mirada miento por los derechos civiles en Estados
sobre el otro es a la vez social y personal. A Unidos y distintos movimientos anticolo-
la inversa, la mirada de la persona que es niales en el mundo pusieron en primer
considerada otra sobre sí misma, nos remite plano la infamia del racismo; mujeres orga-
tanto a la identidad (múltiple, fragmenta- nizadas en Estados Unidos, Europa y más
da) como a la percepción propia −aunque adelante en América Latina y otras regio-
atravesada por lo social− de quien está sien- nes, se proclamaron contra la desigualdad
do discriminada. de género. En décadas recientes, los movi-
La discriminación como establecimien- mientos para des-estigmatizar enfermeda-
to de desigualdades, enmarcada en socie- des como el vih-sida o las orientaciones
dades jerárquicas, autoritarias y violentas, sexuales no heterosexuales o discapacida-
no es nueva. Lo que ha cambiado desde la des diversas, han cuestionado la tolerancia
segunda guerra mundial y en particular en a la discriminación en sus distintas formas
las últimas décadas, son la menor acepta- y han reivindicado con más fuerza el dere-
ción y tolerancia a las prácticas discrimi- cho a la diferencia, que no sería sólo el
natorias, de las ideologías que las justifican derecho a ser tolerado sino el derecho a
y de las leyes que las aceptan o promueven. vivir en igualdad, lo cual sólo es viable, me
Aunque a veces el rechazo a la discrimina- parece, en sociedades verdaderamente
ción se dé más en el discurso que en las plurales y que ven en la diversidad un va-
prácticas, tanto en las sociedades naciona- lor social.
les como en las relaciones internacionales,
la tendencia dominante en el discurso so-
cial actual, sobre todo en los organismos
internacionales, condena las formas de dis-
criminación más generales como el racismo,
La discriminación como
la misoginia o la homofobia, en tanto favo- establecimiento de desigualdades,
rece la defensa de los derechos humanos y enmarcada en sociedades
la igualdad de todos y todas. En este cambio
han jugado un papel primordial los movi-
jerárquicas, autoritarias y
mientos sociales, en particular los de los violentas, no es nueva.
propios grupos estigmatizados y subordina-
dos, de manera abierta o velada, en distin-
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Lucía Melgar
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
mientos de liberación racial o femenina en Crenshaw explica que para ella inter-
Estados Unidos, afirmar las diferencias no seccionalidad es un concepto provisional
necesariamente contribuye a la dominación y que no pretende construir “una teoría
y por el contrario puede dar poder a quie- completa de la identidad”. Si bien aquí
nes lo hacen. En particular considera que se centra en cuestiones de género y raza
es importante no pasar por alto las diferen- “para realzar la necesidad de dar cuenta de
cias en casos de mujeres distintas bases de identi-
maltratadas “porque a me- dad, también otros rasgos
nudo la violencia que vi- como clase o sexualidad
ven muchas mujeres está
Rasgos como la clase o configuran la experiencia
moldeada por otras dimen- de las mujeres de color”,
siones de su identidad, co- sexualidad configuran por ejemplo, en el trabajo y
mo la clase o la raza. Ade- la experiencia de las la violencia (1991: 1245).
más, ignorar las diferencias Más adelante aclara que la
mujeres de color.
al interior de los grupos interseccionalidad no bo-
contribuye a crear tensio- rra las categorías que inter-
nes entre grupos” (Crenshaw, sectan y sí pone en cues-
1991: 1242). A continua- tión que se les conciba
ción explica que las experiencias de vio- como separadas (1991: nota 9, p. 1244).
lencia y violencia sexual de las mujeres Esto recuerda los estudios mencionados
de color3 “con frecuencia son producto de por Viveros y muchos otros que sugieren no
patrones intersectados de raza y género y sólo cruce sino interacción de categorías de
que por su identidad interseccional como identidades diversas.
mujeres y como personas de color” estas mu- La interseccionalidad pues, remite a la
jeres quedan al margen de los discursos forma en que señas de identidad como raza
que sólo se ocupan de una sola seña de y género, por seguir con ese ejemplo, “in-
identidad (1991: 1243). teractúan en la configuración de las múl-
tiples experiencias de mujeres afroameri-
3
Al referirse aquí a “mujeres de color”, Crenshaw habla canas o de color” (Crenshaw, 1991). De
de mujeres afroamericanas. Cabe señalar que el término es manera más amplia remite a la coinciden-
amplio para incluir a las “no-blancas”, como las chicanas
y puede incluir a las “no-anglo”, como portorriqueñas o cia e interacción de dos o más factores que
cubanas aunque sean blancas, lo cual nos remite de nuevo definen la identidad múltiple de una per-
a la cuestión cultural y al carácter social de la construcción
de los “otros”. sona en sus experiencias sociales. Se trata
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Lucía Melgar
pues de un término que implica la idea de co), aunque también sean múltiples, o que
interacción y de inserción en el contexto todas las mujeres son interseccionales por-
social. Su imagen gráfica es muy sugerente que todas comparten la opresión de género,
en cuanto permite ver el cruce de expe- aunque algunas pueden ser privilegiadas en
riencias estigmatizantes y entender que, algunos aspectos frente a otras y otros (por
lo mismo que con las violencias, es preci- motivos de clase, linaje, etc., si seguimos
so reconocer y referirse a discriminaciones hablando de mujeres de color). Es decir
que se entrecruzan, se dinamizan y son, que la interseccionalidad para algunos es
por tanto, más difíciles de enfrentar. una teoría de la identidad y para otros es una
Este término y la teoría que se ha ido teoría de la opresión o de la discrimina-
elaborando en torno a él, han cobrado ma- ción (Nash 2008:7-8).
yor importancia en otros ámbitos y para En cualquier caso, Nash afirma que “se
estudiar otros cruces o intersecciones y se requiere una teoría de la agencia desde la
ha vuelto paradigma del feminismo en Es- interseccionalidad” (2008: 11) y que, una
tados Unidos. Al mismo tiempo, se han vez entendido el sentido de lo inter-seccio-
afinado las lecturas de lo que aporta al co- nal, es necesario imaginar formas de inter-
nocimiento de la realidad, a la elaboración venir en esa realidad y tomar en cuenta que
de políticas públicas y a la creación de en la intersección no hay sólo opresión sino
alianzas políticas entre grupos sociales, así también privilegios o más bien, que privi-
como sus problemas y riesgos. Entre otras, legio y exclusión no se eliminan el uno
Jennifer Nash ha hecho una revisión de los al otro y pueden ser simultáneos: según el
aportes y límites del término. Considera contexto, se puede ser privilegiado por
que el enfoque interseccional carece de género y oprimido por raza, por ejemplo.
metodología clara, es ambiguo, se ha cen- Estas observaciones son importantes
trado (en Estados Unidos) en las mujeres para no caer en esencialismos ni generali-
afroamericanas y no es coherente en cuan- zaciones que a la larga resultan política-
to a la experiencia vivida desde identidades mente contraproducentes (todas las muje-
múltiples (Nash, 2008:4). Este último pun- res son oprimidas o todos los que no
to se refiere a la contradicción (al menos corresponden a las categorías oprimidas
aparente) que supone considerar que sólo son privilegiados) y que impiden (o pueden
son interseccionales las identidades que impedir) formar coaliciones estratégicas de
combinan marginalidades múltiples y no minorías diversas con fines comunes espe-
aquellas que son dominantes (hombre blan- cíficos (Nash, 2008:12-13). Así puede plan-
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Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
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México, un país diverso
que no se reconoce a sí mismo
legal emanado de la revolución pueda pare- “mucho” o “poco” remiten a factores eco-
cer ejemplar. nómicos, sociales y culturales, como:
Para entender la acumulación de dis-
criminaciones como atentado a los dere- No tener dinero 31.6%
Apariencia física 24.5%
chos humanos de los miles de ningunos y
Edad 24.1%
ninguneados en México,4 como experien- Sexo 23.3%
cia intolerable y como parte de un sistema Religión 20.5%
estructuralmente violento y excluyente, Color de la piel 18%
vale la pena referirse a algunos datos esta- Fuente: Enadis 2010:40
dísticos que ilustran con claridad que la
sociedad mexicana sigue siendo profun- En cuanto a prácticas de discrimina-
damente autoritaria y excluyente, y cómo ción, la situación no es mejor. Cuando se
lo es. Entre otras fuentes, la encuesta so- inquiere si se aceptaría que vivieran en su
bre discriminación del Consejo Nacional casa personas con características especí-
para Prevenir y Erradicar la Discrimina- ficas (no todas estigmatizadas o eso supo-
ción (Conapred), Enadis 2010, permite nemos), las respuestas tienden a ser nega-
detectar altos grados de percepción de la tivas. Así resulta que una gran parte de la
discriminación y de prácticas e ideas ex- población “No estaría dispuesto a que en
cluyentes, por lo que cabe retomar algu- su casa vivieran personas”:
nos de sus datos:
En lo que se refiere a la percepción de Población general %
discriminación, cuando se indaga en qué
casos las personas han sido discriminadas Lesbianas 44.1
o más bien, a qué atribuyen la discrimina- Homosexuales 43.55
Con vih/sida 35
ción y de acuerdo con la pregunta: “¿En lo
Extranjeras 26
personal, alguna vez ha sentido que sus De ideas políticas distintas 25
derechos no han sido respetados por…?”, De otra religión 24
las respuestas de quienes lo han sentido De otra raza 23
Con discapacidad 12
Fuente: Enadis 2010: 24
4
Pese a sus limitaciones –sobre todo para el siglo xxi-
respecto a mujeres, indígenas y campesinos, en El laberinto de
Aunque partiéramos de la premisa que
la soledad, Octavio Paz (1949/59) juega de manera magistral
con las imágenes (y el sentido) del “Don Nadie” y “Ninguno”. “a nadie le gusta que vivan en su casa
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Lucía Melgar
nes, la condición de las mujeres en gene- violencia de pareja e intrafamiliar que vi-
ral y de las mujeres pobres e indígenas en ven. Todo esto en un marco de desigual-
particular, es sumamente preocupante. dad que está estrechamente ligado a la
discriminación.
Ser mujer en México: enfrentar Como parte de la población en general,
las mujeres son objeto de las discrimina-
la desigualdad y la violencia
ciones que afectan también a los hombres:
Aunque como en todo el mundo, el ser lesbianas, indígenas, discapacitadas, no
mujer no implica ni esencia ni igualdad de católicas entre otras, llevan según los datos
condición, en términos generales, como anteriores, la peor parte. Pero las mujeres
han señalado múltiples estudios desde el viven además –o más bien de inicio– una
feminismo, los estudios de género, la de- discriminación estructural, de género, que
mografía y las ciencias sociales en general, afecta como ya hemos explicado, las expe-
las mujeres viven en condiciones de des- riencias de vida marcadas por otras discri-
igualdad en relación con los hombres y en minaciones. La discriminación de género
desigualdad dentro de los distintos grupos limita la vida de las mujeres en general y
económicos, políticos, étnicos, etc.6 En lo en espacios específicos al provocar o acen-
que se refiere específicamente a la condi- tuar desigualdades. Se da en todos los
ción de las mujeres en México, la situación ámbitos: en la escuela, donde se atribu-
es preocupante en varios sentidos. Por un yen arbitrariamente determinadas cuali-
lado, algunas encuestas indican altos gra- dades a hombres o mujeres; en el trabajo,
dos de discriminación hacia las mujeres donde se determina a priori hasta dónde
por su condición de género y por otros pueden o no llegar ellas, sin tomar en cuen-
factores, por otro, como es cada vez más ta las capacidades de cada quien; en las le-
evidente, México es un país peligroso para yes, en particular en el derecho romano
las mujeres no sólo por la intensa violen- por definición patriarcal, que propician y
cia social contra ellas la cual se manifiesta han legitimado por siglos la desigualdad, o
en feminicidios, violaciones, trata de per- que no toman en cuenta las desigualda-
sonas para fines de explotación sexual y des, condición necesaria para hacer justi-
laboral sino también por la alta tasa de cia; y en la vida cotidiana, donde se
normaliza y hasta se vuelve invisible la
6
Véanse entre otros, los censos, los estudios de brechas desigualdad, o donde ésta se impone con
de género, el análisis de Bourdieu La dominación masculina
y la bibliografía feminista en general. violencia.
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Lucía Melgar
ción y del padrón electoral, tienen todavía igualdad, las mujeres llevan la mayor
participación mínima en altos cargos como carga de trabajo doméstico, preparación
en la Suprema Corte de Justicia de la Na- de alimentos y cuidado de menores y
ción (dos de 11), secretarías de Estado o adultos mayores.
empresas. Si bien ha aumentado su presen- En términos educativos, México ha avan-
cia en el Congreso de la Unión, su partici- zado mucho pero todavía hay desigualdad
pación en los municipios sigue rondando entre hombres y mujeres, sobre todo en los
el 6%, lo que nos indica que persisten las extremos: en 2010, entre las mujeres de 15
resistencias hacia la incursión de las muje- años y más había 10.6% de analfabetas,
res en la política formal (cuando menos) a mientras que entre los hombres la tasa
nivel local, sobre todo en municipios con rondaba el 7% (inegi, 2010). Una cifra
población indígena, como también vere- preocupante en términos de presente y
mos más adelante. futuro, es la de los 7.8 millones de jóvenes
En cuanto a la economía para el 2012, (de 12 a 29 años) que actualmente no es-
las mujeres representaban 38.3% de la tudian ni trabajan, en 2012, tres de cada
pea. De las mujeres mayores de 14 años cuatro de ellos eran mujeres (Tuirán, La
que trabajaban en 2010, 61.8% lo hacían Jornada, 8/3/2012). Aunque se ha querido
sin remuneración, mientras que entre los minimizar este hecho aludiendo a la invi-
hombres, sólo 26.3% trabajaba sin recibir sibilidad del trabajo doméstico de las jóve-
pago (inegi, 2012). Además, casi un cuar- nes, se trata de un problema social que
to de los hogares dependen de mujeres je- afecta a esas chicas y a la sociedad puesto
fas de familia (inegi, 2012) y más del 95% que se está desperdiciando la oportunidad
de las mujeres cumplen doble jornada de que se formen y capaciten para la vida y
(enut, 2009). La desigualdad no sólo se para el trabajo. Argumentar que ayudan a
mide en dinero, también en horas dedica- sus familias implica normalizar, si no, na-
das al trabajo y otras actividades, como turalizar la discriminación social que afec-
lo indican las encuestas sobre uso del ta a niñas y mujeres.
tiempo que permiten captar también la Pese a los avances legislativos en pro
dinámica al interior de las familias: en de las mujeres y contra la discrimina-
2009, por ejemplo, las mujeres dedicaban ción, la mexicana sigue siendo una so-
23.6% de su tiempo semanal al trabajo ciedad sexista donde se les considera in-
doméstico, los hombres sólo el 7.3% (enut, feriores y menos dignas de atención que
2009). Pese a campañas en pro de la los varones, como lo indican los siguien-
25
Lucía Melgar
Unión Europea), de los cuales Canadá es violencia emocional (42.4%), mientras que
el mejor y la India el peor. Esto se refiere a la violencia física grave disminuyó leve-
violencias física y sexual, machismo, cri- mente (13.5%), así también la violencia
men organizado, falta de acceso al sistema sexual (7.3%). Además indica que 20.6%
de salud en las zonas rurales (que se mani- de mujeres declaró haber vivido discrimi-
fiesta, por ejemplo, en altas tasas de muerte nación el último año. En cuanto a las va-
materna). riaciones regionales, resulta que en el 2011
Por otra parte, en lo que se refiere a la el estado con mayor porcentaje de mujeres
violencia de pareja, la más reciente Encues- violentadas era el Estado de México con
ta Nacional sobre la Dinámica de las Rela- 56.9% (seguido de Nayarit, Sonora y el
ciones en los Hogares (Endireh 2011) indica D.F. con 52% cada uno de ellos, y Colima
que el problema afecta casi a la mitad de las con un 50%) y un 15% en lo que a violen-
mujeres de 15 años o más y que aunque cia física respecta. Los estados con menor
existen variaciones regionales, en todo el índice de violencia por parte de la pareja
país es un problema serio. En efecto, esta fueron Durango, Baja California Sur y
señala que desde la encuesta de 2009, la Chiapas (29.8% cada uno de estos).
violencia contra las mujeres en general, Si bien se requiere un estudio más a
aumentó cerca de tres puntos llegando a fondo que no cabe aquí, estos resultados
un 46.1% y que siguiendo las definiciones de indican que la violencia de pareja es una
la Ley General de Acceso de las Mujeres a práctica común y que sus variaciones locales
una Vida Libre de Violencia 2007, aumenta- deben analizarse con cuidado si se busca real-
ron la violencia económica (24.5%) y la mente prevenirla y erradicarla. Un problema
en que no ahondaremos pero debe seña-
larse es que estos datos sólo reflejan un ti-
po de violencia de los múltiples que viven
las mexicanas y que las violencias, como la
La presencia del crimen discriminación, no se suman sino que se
organizado ha intensificado retroalimentan y se dinamizan entre sí.
Por sólo dar un ejemplo, en el Estado de
la violencia contra
México a la violencia de pareja, se aña-
las mujeres. de la violencia feminicida que en ese
estado ha alcanzado también niveles im-
portantes (sin ser el primero en términos
28
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
criminación. Es evidente que las llama- los estratos que tienen más poder eco-
das “50 mujeres más poderosas de Méxi- nómico, en este caso nos interesa echar
co” son privilegiadas frente a las demás luz sobre la situación de las mujeres indí-
en términos económicos, de acceso al genas y afrodescendientes, quienes sue-
poder político y económico, y probable- len estar fuera de las noticias, excepto
mente en cuanto a educación y uso del en días señalados como el 8 de marzo, el
tiempo. Sin embargo, en cuanto a otros 12 de octubre o el 25 de noviembre,
factores de bienestar o derechos no pode- cuando se difunden algunos datos buenos
mos generalizar, ya que mujeres privile- y muchos negativos acerca de la condi-
giadas pueden ser y han sido víctimas de ción de las mujeres y se recuerda que no
violencia de pareja, de violencia de gé- conforman un grupo homogéneo. Co-
nero, de acoso, e incluso de feminicidio, mo veremos, estos grupos han vivido
como lo sugieren los datos de la Endireh experiencias duras, complejas y en gran
2011 y lo ilustran de vez en cuando los medida más naturalizadas e invisibiliza-
medios de comunicación. Aunque sería das que las de otras en cuanto a discrimi-
pertinente examinar con más detalle a nación.
31
Al margen del margen:
indígenas y afrodescendientes
aun en contra de su hija, ilumina una de Modesta Gómez es una niña quien fue
las causas de la reproducción de la domi- regalada a una familia de la ciudad para
nación masculina y su perpetuación. Esta servir como empleada. Desde el inicio, el
ideología, compartida por mujeres y hom- trato que se le da contrasta con sus expec-
bres, justifica y naturaliza también la tativas: la señora la ignora, las empleadas
explotación de los otros y otras sin mira- la tratan con desprecio, ni siquiera tiene
mientos por sus sentimientos o derechos. un lugar propio donde dormir hasta que la
En ese mismo relato, la nana indígena muerte de una de ellas le permite a la ya
recuerda cómo servir a los hijos de su pa- adolescente utilizar un colchón. En su in-
trona le costó la vida a su fancia Modesta trabaja
propio hijo (a quien dejó como cargadora del hijo
de alimentar para ocu- de familia y se convierte
parse de otros) y a sufrir En sus obras, Rosario casi en otro juguete suyo,
el rechazo de su comuni- en su adolescencia pasa a
dad por servir a los “caxla-
Castellanos escudriña la ser objeto de deseo del jo-
nes” (blancos, patrones). La complejidad de las ven. Pese a los lazos de
sola conjunción de estos discriminaciones como afecto que ella cree se han
personajes femeninos mues- desarrollado entre ellos,
tra a la vez la desigualdad
experiencia personal. cuando menos existen de
entre ellas y la subordina- su parte, Modesta es vio-
ción de ambas a una socie- lada por Jorgito con la
dad opresiva que privilegia complicidad silenciosa de
lo masculino y sus valores, y donde hom- las sirvientas, de su madre y de los habitan-
bres de poder siguen imponiendo la do- tes de toda la casa. La relación sexual,
minación masculina, ladina y hetero- transformada en costumbre, termina cuan-
sexual. Pero es sobre todo en “Modesta do, como sucede en todo melodrama mexi-
Gómez”, uno de sus cuentos de Ciudad cano (aunque Castellanos no use el tono
real, donde Castellanos escudriña la com- correspondiente), la muchacha queda em-
plejidad de las discriminaciones como barazada. Inmediatamente es acusada y
experiencia personal, que va marcando la despedida por la señora de la casa, quien
biografía de la mujer pobre e incide en su no siente compasión ni remordimiento y
conducta y en su visión de sí misma y del acusa de ladrona a aquella a quien, en los
mundo. hechos, le han robado su infancia, su ju-
33
Lucía Melgar
género, interpersonal y social. Como vere- Guerrero y otros (2012: 103). En términos
mos, la situación que recrea Castellanos generales hay más mujeres que hombres,
en los años 50 y 60 no se ha modificado en pero por entidad federativa se observa que
sus trazos estructurales. Las mujeres indí- hay más población femenina en regiones
genas siguen siendo las más pobres y de las expulsoras de mano de obra que en las de
más marginadas. atracción, aunque también las mujeres
migran. Ya sea porque migren menos o
salgan menos de su comunidad, más mu-
Mujeres indígenas, discriminación
jeres son monolingües en lengua indíge-
de género, etnia y clase
na, mientras que el uso del español por
Según la Comisión de Pueblos Indígenas los hombres ha aumentado. Este hecho es
(cdi), en México existen alrededor de on- importante en cuanto implica y conlleva
ce millones de personas indígenas, casi a la vez menor movilidad.
10% de la población, distribuidos princi- Aunque podríamos enumerar una larga
palmente en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, serie de estadísticas que muestran la des-
Yucatán, Estado de México, Puebla, Hidalgo igualdad existente entre mujeres hablantes
y Guerrero. De 25 regiones indígenas, 15 y no hablantes de lengua indígena y entre
están en Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Se- mujeres y hombres indígenas, destacare-
gún datos del inegi sobre Hombres y Mu- mos sólo algunos datos que nos permiten
jeres en 2011-2012, hay más de seis millones caracterizar el tipo de desigualdades que
de hablantes de lengua indígena de cinco viven estas mujeres y relacionarlas con las
años y más, pero la población hablante se discriminaciones de que son objeto. Una
ha envejecido y menos niños hablan su de las formas de medir la desigualdad es el
lengua materna. Por otra parte, se observa Índice de Desarrollo Humano (idh) que
que entre 2000 y 2010 la brecha de género
se ha reducido, pues las mujeres han au-
mentado, así sea mínimamente, su nivel
de “asistencia a la escuela, alfabetismo y La mayor parte de los hablantes
escolaridad” y hay menos mujeres que
hombres analfabetas (inegi, 2012: 101, 108).
de lenguas indígenas se ubica en
La mayor parte de los hablantes de lenguas Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
indígenas se ubican en Chiapas, Oaxaca y
Veracruz, seguidos de Puebla, Yucatán,
35
Lucía Melgar
36
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
dad de elaborar políticas públicas acordes Un caso que nos permite observar de
a sus necesidades, pero no se incluyen es- nuevo la dinámica de las discriminaciones
pecíficamente a las mujeres, pese a repre- que se potencian entre sí, es la historia de
sentarlas en varias fotografías (en roles Macaria, habitante de una comunidad de la
tradicionales). Varios reportajes de prensa Costa Chica de Oaxaca, narrada en un
indican que las personas y reportaje (Orozco, 2011).
comunidades negras en- Esta mujer contrajo vih-
frentan los mismos pro- sida a través de su marido
blemas que las indígenas quien se contagió cuando
pero les resulta aún más
Hay mujeres enfermas migró a Estados Unidos.
difícil resolverlos por el que no pueden acceder Su familia política difun-
racismo hacia ellas y por a servicios médicos por dió la enfermedad que ella
la falta de apoyo institu- había ocultado, por lo que
cional. Hay mujeres en-
falta de recursos en su comunidad ha sido
fermas que no pueden ac- y de apoyo. rechazada al igual que sus
ceder a servicios médicos hijos, por miedo al conta-
por falta de recursos y de gio. Sin trabajo y sin apo-
apoyo, incluso en su co- yo, le es muy difícil des-
munidad; hay otras que plazarse a la ciudad de
migran a la ciudad de México y no en- Oaxaca, a doce horas de distancia para
cuentran empleo digno por su color de recibir su tratamiento. Aunque no lo
piel. A través de sus testimonios (más menciona directamente, podemos imagi-
frecuentes y publicitados en los últimos nar, por otros testimonios que así lo indi-
dos años) se percibe una gran desespe- can, que fuera de su comunidad es mal
ranza ante una situación de miseria o vista por su color de piel, además de su
precariedad, agudizada por la discrimina- pobreza y su enfermedad.
ción y la falta total de oportunidades de En una sociedad que discrimina a perso-
desarrollo.8 nas con vih-sida, a extranjeros, a mujeres
y a personas pobres y donde una gran ma-
8
Tomo en cuenta diversas notas de prensa e información yoría –incluso indígena o mestiza– tiende
disponible en internet a través de http://mexiconegroac.
blogspot.mx/ y de la Red de Mujeres afrolatinoamericana,
afrocaribeña y de la Diáspora, en: http://www.mujeresafro. noticias&Itemid=12 además de los documentos de conapred
org/index.php?option=com_content&view=article y pumc, como por ejemplo, el reportaje de la revista Proceso
&id=99:discriminacion-en-mexico-&catid=2:ultimas- en http://www.proceso.com.mx/?p=289640
39
Lucía Melgar
merecen un acto de desagravio por la ma- dientes y la falta de datos acerca de ellas,
nipulación, reducción y caricaturización me centraré a continuación en las mujeres
de que han sido objeto.9 indígenas, sin que las reflexiones finales
excluyan a aquéllas.
Reflexiones desde los márgenes Como se sabe, el ámbito municipal es el
más hostil a la participación de las mujeres
Las difíciles condiciones de vida que en- en política, más aún en los municipios con
frentan estas comunidades y la desigual- población indígena. Según datos de inegi,
dad estructural de género obstaculizan el sólo en siete de los 15 estados con población
desarrollo de niñas y mujeres en su entor- indígena hay al menos una mujer gober-
no social. Aunque es preciso reconocer la nando su municipio: Chiapas, Chihuahua,
capacidad de autodeterminación de las Guerrero, Hidalgo, Puebla y con el mayor
mujeres, su agencia y el impulso de muchas número en Yucatán y Oaxaca. Esta incur-
para cambiar su vida y su comunidad, es sión ínfima no ha sido fácil, como lo mues-
menester señalar que, debido a la desigual- tran los casos de Eufrosina Cruz, indígena
dad de género en sus propias comunidades zapoteca, quien en 2007 se presentó como
y a la discriminación sexista, racista y cla- candidata a presidenta municipal de Santa
sista que enfrentan fuera de ellas, mujeres María Quiegolani, pese a que las mujeres
indígenas que han querido mejorar su vida tienen prohibido participar en asambleas
y la de otras mujeres de sus municipios han del pueblo. Sus boletas fueron tiradas a la
sufrido violencia, persecución y han pues- basura. Ella no reconoció al alcalde electo
to en riesgo su vida y su salud. Vale la pena y acudió a diversas instancias estatales y
mencionar varios casos para ilustrar la vo- federales para defender su triunfo, sin ob-
luntad de cambio y la fuerza de carácter de tener resultado. Pese a todo, su caso fue
las mujeres por un lado, y la resistencia exitoso ya que el pan la postuló a diputada
de los hombres, cobijados en el recurso a local y ella fue la primera mujer indígena
los usos y costumbres o de plano, en el en presidir la mesa directiva del Congre-
machismo más cerril por el otro. Dada la so. Gracias a ella, en 2010 el gobernador
invisibilidad de las mujeres afrodescen- de Oaxaca impulsó una ley para promo-
ver la participación de las mujeres indí-
9
Dejo a un lado la contribución de la televisión
abierta mexicana a la misoginia, el racismo, clasismo y genas en la política municipal,10 iniciati-
desprecio por lo indígena en el imaginario nacional. Los
actos de desagravio incluirían prácticamente a toda la
población. Véase http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1365)
10
41
Lucía Melgar
va todavía cuestionada por algunos. Cabe desnuda, casi incendiada y encarcelada por
señalar que ella, como otras mujeres que hombres que argumentaron que “en este
incursionaron en la política local rom- pueblo mandamos los hombres” en mayo de
piendo los usos excluyentes de la comuni- 2011. (cimac noticias. http://www.cimacno-
dad y con el apoyo de su familia, salió de ticias.com.mx/site/11090102-Por-inaccion-
esta para estudiar. Muchas mujeres que judici.47818.0.html). Uno de los aspectos
dejan su pueblo para seguir estudiando más graves de este incidente fue la interven-
enfrentan discriminación por ser indíge- ción decisiva de un maestro en la agresión
nas, explotación por ser indígenas y pobres, contra ésta y otras mujeres y la impunidad
y logran pese a todo crecerse ante la diver- en que quedó esta violencia misógina y de
sidad, ya sea por afán de prepararse, por el intención feminicida.
apoyo de su familia o de otras personas. El Otras mujeres valientes y que han roto
caso de la chatina Cirila Sánchez quien moldes de género y de estereotipos étnicos
llegó a ser senadora, es también emblemá- han expuesto su vida a la violencia femini-
tico (Sedesol, 2004:65-71). cida (y política). En 2008, por ejemplo,
Se dan igualmente casos aún más fuer- fueron asesinadas dos comunicadoras indí-
tes de discriminación y violencia abierta genas triquis, también en Oaxaca. Teresa
contra las mujeres en su propia comunidad. Bautista Merino y Felícitas Martínez Sán-
Tal fue el caso Evitelia Cruz, tesorera mixe chez de “La Voz que rompe el silencio”.11
de la comunidad Emiliano Zapata en el Estos acontecimientos que esporádica-
municipio de San Juan Cotzocón, Oaxaca, mente sacan a la luz pública los embates
quien no sólo fue destituida sino exhibida del machismo y de la tradición cultural
contra las mujeres, son ejemplos de dis-
criminaciones complejas e interrelacio-
nadas, ya que no sólo se trata de inciden-
Mujeres valientes han tes aislados sino que embonan en un
roto moldes de género patrón general de discriminación hacia
y estereotipos étnicos las mujeres y hacia las indígenas. Al inte-
rior de estas comunidades, las mujeres
exponiendo su vida enfrentan las limitaciones de los usos y
a la violencia. costumbres afuera, enfrentan el desprecio
Véase http://www.hchr.org.mx/documentos/
11
comunicados/comunicadoprensa7abril2008.pdf
42
Discriminación sobre discriminación: una mirada desde la perspectiva de género
43
Lucía Melgar
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La autora
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Discriminación sobre discriminación: una mirada
desde la perspectiva de género se terminó
de imprimir en Talleres Gráficos de México,
Av. Canal del Norte 80, colonia Felipe Pescador,
06280, México, D. F., en el mes de diciembre
de 2012. El cuidado de la edición estuvo a cargo
de María Teresa Sánchez Hermosillo, analista
correctora de estilo. El tiraje fue
de 10 000 ejemplares impresos
en papel bond de 75 gramos y
forros en cartulina cuché
mate de 210 gramos.
Se utilizaron las fuentes
tipográficas Goudy
y Candara.