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JEAN ALLOUCH EL PSICOANALISIS éES UN EJERCICIO ESPIRITUAL? RESPUESTA A MICHEL FOUCAULT élcvenco de teorfa y ensayo Ediciongs litgralgs ENVIO La acci6n de Michel Foucault apuntaba mis alla del “pensa- miento”. Cualquiera fuese el terreno, sus intervenciones eran in- disociablemente teéricas y politicas. Tal observacién, que entre muchos otros también hiciera Gilles Deleuze, hoy parece senci- Ilamente banal. Pero sobre todo esas intervenciones, como una cuestién de estilo, estaban al tanto de sus propios limites y por ello se acercaban a las intervenciones del psicoanalista: no se trataba, por ejemplo, de hablar en nombre de quienes estaban en prision, ni tampoco de indicarles cémo actuar; si en cambio era posible suscitar su accion. En 1978, Foucault lo explica: Si no digo lo que hay que hacer, no es porque crea que no hay nada que hacer. Todo lo contrario, pienso que hay mil cosas que hacer, que inventar, que forjar por parte de aquellos que reconocen las relaciones de poder en las cua- les estan implicados y han decidido resistirse a ellas 0 es- capar de ellas. Desde ese punto de vista, toda mi investi- gacién se basa en un postulado de un optimismo absoluto. No realizo mis andlisis para decir: las cosas son asi, uste- des estan atrapados. No digo esas cosas sino en la medida en que considero que eso permite transformarlas.’ ' Declaraciéna D. Trombadori (Dits et écrits, t. IV, Paris, Gallimard, 1994, p. 93). ELL PSICOANALISIS, ZES UN EJERCICIO ESPIRITUAL? RESPUESTA 4 MICHEL FOUCAULT Esa discreta, sutil y activa abstenci6n se percibié muy clara- mente. No hace falta como prueba de ello mas que una extrafia declaracién de amor que nos asaltaba los dias 2 y 3 de octubre de 2004 al recorrer las salas del Palais de Tokyo durante las llamadas “24 horas Foucault”, una declaracién modulada en diversas figu- ras que aqui se reproducen en la tapa. EI psicondlisis también le interesaba a Foucault. Particular- mente Lacan, con el que se cruza en varias ocasiones.’ El 22 de febrero de 1969, Lacan asistié a la conferencia “;Qué es un au- tor?” dictada en la Sociedad francesa de filosofia. Allf el psicoa- nalisis era designado y situado como “discurso”. En la siguiente sesién de su seminario, Lacan proseguia lo que habfa escuchado produciendo su doctrina de los cuatro discursos. Foucault no le habia dicho lo que habfa que hacer, pero él actuaba a partir de lo que Foucault habfa dicho (algo que Foucault, reticente ante toda formalizacién de los discursos, no iba a avalar). ¢Se ha sefialado lo inaudito de ese juego de ping-pong en aquel momento? Al res- ponder asf, Lacan aceptaba, ratificaba y hasta constituia (es posible llegar a eso) el hecho de que el psicoandlisis pudiera recibir su estatuto de alguien que no pertenecia al serrallo. , Algo nunca visto, desde lo inmemorial para un psicoanalista! Lacan reaccionaba ante las afir- maciones de Foucault como uno de los numerosos prisioneros que se sublevaron ante el llamado del Grupo de intervencién en las prisiones (GIP). Lo de prisionero, ademis, le queda bien. ; Aca- Ver Mayette Viltard, “Foucault-Lacan: la legon des Ménines”,L'Unebévue, n° 12, Paris, EPEL, primavera de 1999 [en espafiol en Litoral, n° 28, Cérdoba, Edelp, Octubre de 1999]. Michel Foucault, “Qu’est-ce qu'un auteur?”. Primero publicada en el Bulletin de la Société francaise de philosophie (aio 63, n° 3, julio-septiembre de 1969), esta con- ferencia fue reeditada en Littoral, n° 9, Toulouse, Erés, junio de 1983 [en espaiiol en Litoral n° 25/26, Edelp, Cérdoba, Mayo de 1988}, luego en Dits et écrits, t. 1, Parts, Gallimard, 1994, p. 789-821, [en esp., Obras esenciales, V.1, Espafia, Paidés, p. 329- 360).

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