Sunteți pe pagina 1din 1

Fundación Universitaria San Alfonso

Licenciatura en Teología
Antropología Teológica
Consuelo Vélez
Edgar Orlando Caballero Buitrago

Gracia: José Comblin

Inicia mencionando la concepción de gracia de los autores medievales; la dualidad que existía entre cuerpo y alma, la no
participación del cuerpo en la gracia de Dios. Para corregir esta última concepción, el autor platea la imposibilidad de la
actuación de la gracia en el ser humano sin influir en el cuerpo, es decir, la gracia no se revela sólo al alma o entidad
intangible como lo sostenían algunos autores de la antigüedad. Para sostener esta propuesta menciona la relación del ser
humano con el mundo mediante el trabajo, el vínculo entre los seres humanos y los efectos que tiene la gracia de Dios en
los mismos cuerpos humanos.

Por otra parte, sostiene que el Cristianismo no fue una religión solamente creada para el cavilar filosófico, por el contrario
posee como objetivo transformar la realidad del hombre. En esta tarea, la gracia es participe e impulsadora en el cambio
que en su posibilidad se efectúa en el presente. Instaurar la construcción de ese nuevo hombre que menciona el apóstol
Pablo, es la tarea de la persona individual y de toda la comunidad. Pero, la transformación del ser implica cambios
expresados en la praxis diaria de la sociedad; en la educación, en la distribución de los recursos, la igualdad entre los géneros
y cada uno de los aspectos que involucra una sociedad.

Algunos decían: la proveniencia de la gracia es externa al ser humano, al colocar afuera lo divino, la parte material del
humano se convierte en un impedimento para alcanzarla, porque no favorece la obtención de la gracia por parte del alma.
Esto fue acicateado por la concepción de pecado sostenida por la iglesia durante muchos años. Sin embargo, en la actualidad
el pecado no es una falla que solo perjudica la relación entre Dios y el hombre, sino que es una provocación de la
marginalidad de la humanidad.

Por otro lado, la gracia hace parte del ser y actuar de la estructura humana. La gracia de Dios se manifiesta en el actuar de
la humanidad, no se queda estática como la concebían los medievales. Tan poco se ubica en un solo ser o en el actuar de
un individuo. Ella se ubica en cada uno de los conformadores de la sociedad. En los denunciadores de los atropellos
cometidos por las personas sin una intención de hacer demostrable la gracia y en los oyentes, la gracia de Dios participa,
porque esta no es selectiva.

El autor finalizando afirma que la gracia actúa con mayor intensidad en los marginados, como lo demuestra a lo largo de
los escritos del Antiguo Testamento, donde Dios es colaborador de la liberación del pueblo. Pero esa emancipación no es
solo espiritual, la actuación terrenal es central en el cambio causado por lo divino. Y la Santísima Trinidad es participe en
el mundo por medio de la gracia del Espíritu Santo. Esto es motivo de aunar fuerzas para visualizar aquello dado al hombre
a lo largo de la vida individual y de la historia de la humanidad.

Bibliografía
ellacuria, i., & sobrino, j. (1990). MISTARIUM LIBERATIONIS. Valladolid, España: editorial trotta.

S-ar putea să vă placă și