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Audiencia de juicio oral, veredicto y sentencia inmediata.

Fecha Santa Cruz, once de abril de dos mil diecinueve


Magistrado P. Felipe Cortés Ibacache
Magistrado R. María Angélica Mulatti Oyarzo
Magistrado I. Rodrigo Gómez Marambio
Fiscal Gabriel Meza Peña
Defensor Público Raúl Barahona Barra
Inicio 11 de abril de 2019, a las 09:05 horas
Término 11 de abril de 2019, a las 11:37 horas
Sala Sala 1
Tribunal Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santa Cruz
Acta Ivonne Iturriaga Brito
RUC 1600810350-3
RIT 2 - 2019
Respaldo de audios D:\Audiencias\1600810350-3-1064

Nombre condenado Rut Dirección Comuna


Guillermo Antonio Burgos Cid 12.558.908-1 Santiago Bezanilla N° Independencia
1392

(La presente acta sólo constituye un registro administrativo en el que se resume lo


acontecido en audiencia. Los argumentos vertidos por los intervinientes y la
fundamentación de las resoluciones dictadas, se encuentran íntegramente en el
registro de audio de este tribunal, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 41
del Código Procesal Penal).

Actuaciones efectuadas:
El acusado confiere patrocinio y poder al defensor Raúl Barahona Barra, el cual el
tribunal tuvo presente.
Se hace presente que las partes fijan como hechos no controvertidos, los
correspondientes a la materia de acusación, lo cual es confirmado por el acusado.
Se realizó la audiencia de juicio oral, donde atendida la postura coincidente, los
intervinientes también se refirieron en sus alegatos de clausura a los elementos propios
de la audiencia de determinación de pena, prevista en el artículo 343 del Código Procesal
Penal, a la que renunciaron expresamente.
Al término de la audiencia y luego del receso pertinente, se dictó Veredicto y
Sentencia inmediata, condenatoria y unánime.
Ténganse por notificados los intervinientes de todo lo resuelto por estar presentes
en esta audiencia, sin perjuicio de remitírseles posteriormente copia del acta respectiva
vía correo electrónico.
Se reproduce a continuación el veredicto y sentencia:

VEREDICTO Y SENTENCIA DEFINITIVA


Santa Cruz, once de abril de dos mil diecinueve.

PRIMERO: Individualización de los intervinientes. Ante este Tribunal de Juicio Oral en lo

Penal de Santa Cruz, constituido por los jueces Felipe Cortés Ibacache (quien fue Presidente de

Sala), Rodrigo Gómez Marambio y María Angélica Mulatti Oyarzo, se llevó a efecto la audiencia de

Juicio Oral en la causa Rol Interno Tribunal 2-2019, seguida en contra del acusado GUILLERMO

ANTONIO BURGOS CID, cédula nacional de identidad 12.558.908-1, 44 años de edad, nacido en

Los Ángeles el 25 de junio de 1974, técnico en enfermería, viudo y con domicilio en Bezanilla

N°1392, comuna de Independencia, Santiago.

Sostuvo la acusación el Ministerio Público, en cuya representación intervino el fiscal,

Gabriel Meza Peña, en tanto que la defensa del acusado estuvo a cargo del defensor penal público

Raúl Barahona Barra, ambos con domicilio y forma de notificación ya registrados en el tribunal.

SEGUNDO: Acusación y argumentaciones de la fiscalía. La acusación materia del juicio,

según se expresó en el auto de apertura, fue la siguiente:

“El día 25 de agosto de 2016 de 2017, a las 04:45 horas aproximadamente, don GUILLERMO

ANTONIO BURGOS CID, conducía en estado de ebriedad, el vehículo marca CHERY, patente GHXV-52,

por la ruta 90 de Palmilla. Al llegar al cruce La Estampa, debido a lo zigzagueante de su maniobra, se le

solicitó que detuviera su marcha por Carabineros que patrullaban por el lugar, cuando le solicitaron los

documentos al conductor Burgos Cid, se percataron de su estado de ebriedad, situación que se constató por su

rostro congestionado, hálito alcohólico e incoherencias al hablar, por lo que fue derivado al Hospital de Santa

Cruz a practicarse el examen para alcoholemia, cuyo resultado fue de 2,29° por mil de alcohol en la sangre,

según informe 5240-2016. Verificado en el sistema, el motivo de no haber exhibido su licencia de conducir, se

constató que el documento habilitante se encontraba retenido en Juzgado de Garantía de Los Ángeles, por

sentencia condenatoria en causa RIT 1850-2016, que resolvió el 25 de mayo de 2016, por el delito de

conducción en estado de ebriedad, entre otras condenas, la suspensión de la licencia de conducir de Burgos

Cid, por el tiempo de 2 años.”(SIC)

Los hechos precedentemente descritos, en concepto del Ministerio Público, constituyen el

delito consumado de conducción en estado de ebriedad agravado por licencia de conducir

suspendida, prescrito y sancionado en el artículo 110 en relación al 196 N° 1 y 209 de la Ley de

Transito 18.290, en el cual al acusado, le ha correspondido, según lo dispuesto en el artículo 15 N° 1

del Código Penal, la calidad de autor ejecutor de los hechos materia de la presente acusación.

A juicio de la Fiscalía, respecto de don Guillermo Antonio Burgos Cid concurre la agravante

del artículo 12 N° 16 del Código Penal por sentencia condenatoria en causa RIT 1850-2016.

Por tales consideraciones, la Fiscalía requiere se imponga al acusado, don Guillermo

Antonio Burgos Cid, la pena de 3 años de presidio menor en su grado medio, suspensión de

licencia de conducir por 5 años, pago de una multa de 10 Unidades Tributarias Mensuales ,

demás accesorias legales del artículo 30 del Código Penal, con las costas de la causa, según el

artículo 45 y siguientes del Código Procesal Penal.

Ya en el juicio, en su alegato de apertura, el fiscal sostuvo que con la prueba ofrecida

esperaba acreditar los presupuestos fácticos de la acusación y con ello el tipo penal invocado y la
autoría del encartado, siendo así como contará con los testimonios de los funcionarios policiales que

participaron en el procedimiento, quienes darán cuenta de lo que observaron ese día al controlar al

acusado quien manejaba un vehículo en estado de ebriedad, lo que se acreditará con los exámenes

respectivos y también se establecerá que conducía con licencia de conducir suspendida por el

Juzgado de Garantía de Los Ángeles. Por todo ello solicita un veredicto condenatorio.

A su vez, en el alegato de cierre y adelantando las alegaciones reservadas para la

audiencia del artículo 343 del Código Procesal Penal en vistas de que se dicte una sentencia

inmediata, indicó que con la prueba rendida se ha acreditado más allá de toda duda razonable el

delito por el cual se acusó a Burgos Cid y su participación en él. Por lo anterior pide una pena de

541días de presidio menor en su grado medio, multa de 5 Unidades Tributarias Mensuales y

suspensión de licencia de conducir por 5 años. Hace presente que retira la agravante del artículo 12

N° 16 y le reconoce la 11 N° 9 ambas del Código Penal. Incorpora el extracto de filiación y

antecedentes del encartado y no se opone a penas sustitutivas.

Finalmente, en su réplica a lo expuesto por la defensa, señaló que todo lo deja a criterio del

tribunal.

TERCERO: Posición y argumentaciones de la defensa. La defensa planteó, en su alegato de

inicio, que su postura será pasiva y sólo buscará configurar una atenuante. Ello sin perjuicio de las

demás alegaciones que realizará en su momento.

Por su parte, en el alegato de clausura y refiriéndose también a los aspectos reservados

para la audiencia del artículo 343 del Código Procesal Penal a fin que se dicte una sentencia

inmediata, indicó que no cuestiona la existencia de los hechos y su calificación, atendido lo

expuesto por su representado que indicó las conductas realizadas y reconoció su participación. En

relación a las circunstancias modificatorias de responsabilidad criminal pide la contemplada en el

artículo 11 N° 9 del Código Penal ya que su defendido reconoció haber tomado alcohol, cuánto

bebió y su no oposición al procedimiento de carabineros. Indicó que está de acuerdo con la pena

corporal indicada por el fiscal señalando que no hay abonos que considerar. Pide que se le otorgue

como pena sustitutiva primeramente la Remisión Condicional porque en el ilícito anterior por el

que fue condenado se le otorgó la pena de falta sin perjuicio de que se trata de un simple delito. El

artículo 3 del Código Penal atiende al carácter de la extensión de la pena para los efectos del

artículo 21 del mismo cuerpo legal. En cuanto a los elemento subjetivos hay bajas probabilidades de

que vuelva a delinquir y para ello incorpora un certificado del centro de salud Familiar de Recoleta

donde se indica que se encuentra realizando un tratamiento por abuso de alcohol, otro de la médico

Vanesa Amita Ávila del Cesfam de Recoleta que indica atender al acusado por su diagnóstico de

Episodio Depresivo Moderado, certificado del Instituto José Hortwitz B. donde indica lo períodos

trabajados por el acusado y su calidad de trabajador, junto al listado de calificaciones de su

representado, certificado de antigüedad y liquidaciones de sueldo. Como arraigo familiar incorpora

acta del Juzgado de Familia de Santa Cruz donde entrega la tuición de su hijo y los alimentos que

provee para él. Su representado tiene turnos de día y de noche, entonces si se le aplica la Reclusión

Parcial Domiciliaria Nocturna pierde su fuente de trabajo. Subsidiariamente Reclusión Parcial

Domiciliaria Nocturna en un lapso de 10 de noche a 6 de la mañana.


En cuanto a la multa pide 2 Unidades Tributarias Mensuales pagaderas en 4 cuotas, todo

ello por aplicación del artículo 70 del Código Penal. No se opone al tiempo de la suspensión de la

licencia de conducir.

CUARTO: Versión del acusado. Burgos Cid renunció a su derecho a guardar silencio y

prestó declaración en la audiencia del juicio oral, en la oportunidad prevista en el artículo 326 del

Código Procesal Penal, entregando su versión de los hechos materia de la acusación.

Así, declaró consultado inmediatamente por su defensa, con la anuencia del fiscal y el

tribunal, dijo que previo al fallecimiento de su señora ocurrido en junio de 2016 se quedó solo con

su hijo por lo que pidió unos días libres en su trabajo, su estado anímico no era bueno y un día

cualquiera salió de su domicilio, llegó a Santa Cruz, pasó a un restaurante y tomó unas cervezas lo

que hizo que se sintiera mejor, no recuerda cuántas cervezas tomó pero fueron bastantes, como a las

cuatro de la mañana tomó el auto para irse a su casa sin tomar conciencia de la gravedad de lo que

estaba haciendo, fue sorprendido por carabineros quienes le pidieron que descendiera del vehículo,

lo hizo, no opuso resistencia a su detención ni para ir al Hospital de Santa Cruz donde le tomaron la

alcoholemia, asume la gravedad de su conducta tanto para él y pudo haber hecho daño a terceros lo

que afortunadamente no ocurrió. Pidió ayuda en un Cesfam y hasta ahora está en tratamiento por

un cuadro depresivo y también por consumo de alcohol. Agregó que fue controlado por

carabineros en el cruce La Estampa, esto fue como a las 4:20 de la mañana, estuvo bebiendo alcohol

como dos horas. Recuerda que la alcoholemia fue dos puntos y algo. Su señora murió por Gillain-

Barré en junio de 2016, su hijo está a cargo de sus suegros.

Anteriormente había sido condenado por el tribunal de Los Ángeles, también por manejar

en estado de ebriedad y le suspendieron la licencia de conducir por dos años, sanción que todavía

estaba vigente.

Al fiscal le dijo que el vehículo que conducía era de marca Chery y que la patente era la

GHXV-52.

A su vez, en la oportunidad reservada durante el juicio para sus palabras finales, dijo que

asumía su error y nunca más incurrirá en una irresponsabilidad de tal magnitud porque pone en

riesgo su futuro, su hijo y su trabajo. Trabaja en rotativa de turnos. Está dispuesto a realizar trabajos

comunitarios para el evento de no poder pagar la multa ya sea en forma total o parcial.

QUINTO: Convenciones probatorias. Los intervinientes no arribaron a convenciones

probatorias en la audiencia preparatoria, pero durante el juicio, con la anuencia del acusado,

acordaron establecer como no controvertidos los hechos materia de la acusación, con la rectificación que

corresponde a los hechos cometidos el año 2016.

SEXTO: Prueba rendida en el juicio. En la audiencia de juicio el Ministerio Público, con el

fin de sustentar su acusación, como prueba testimonial ofreció a Diego Pedreros San Martín,

Francisco Grandón Cifuentes, Jorge Tobar Abarca y Marcelo Romero Guzmán. Como prueba

documental incorporó boleta Intoxilyzer 812B, hoja de vida del conductor don Guillermo Antonio

Burgos Cid y copia sentencia causa RIT 1850-2016, de 25 de mayo de 2016. Finalmente y como

prueba pericial presentó el informe de alcoholemia 5240/16 de 13 de septiembre de 2016, que fue

incorporado según artículo 315 del Código Procesal Penal.


La Defensa, a su turno, se adhirió a la prueba del Ministerio Público y no presentó prueba

propia, sin perjuicio de contar con la declaración prestada por el acusado.

El resto de pruebas ofrecidas no fue presentado.

El tenor expreso de todas estas declaraciones y la incorporación verbalizada de las otras

pruebas quedó grabado en el respectivo registro de audio de la audiencia.

SÉPTIMO: Acreditación del hecho punible contenido en la acusación. Como se advirtió de

las posiciones de las partes litigantes en esta causa, expresadas ya desde los alegatos preliminares,

se escuchó en la declaración del acusado y se ratificó en la clausura, que en el juicio no hubo

controversia acerca de los hechos de la acusación ni sobre la calificación jurídica del delito en

cuestión y tampoco sobre la efectiva intervención culpable del acusado.

Sin perjuicio de ello, la prueba aportada por el Ministerio Público permitió igualmente

asentar dichos presupuestos, en armonía con lo declarado por el propio acusado y la evidente

colaboración prestada por él y su defensa en el juicio.

En efecto, los elementos fundamentales de la figura penal invocada por el Ministerio

Público, esto es, la conducción de un vehículo por parte del acusado, que lo hacía en estado de ebriedad y que

lo hacía por una vía pública, fueron establecidos tomando en cuenta, primeramente, el testimonio de

Diego Pedreros San Martín, carabinero, quien indicó que el 25 de agosto de 2016 como a las 4:50

horas detuvieron a un individuo por manejar en estado de ebriedad, conducía un vehículo rojo,

hacía maniobras zigzagueantes, lo hicieron parar con el aparato sonoro a lo que hizo caso omiso, al

llegar al cruce La Estampa paró, se percataron que estaba en estado de ebriedad por la incoherencia

al hablar y la inestabilidad al caminar, iba solo y se llamaba Guillermo Burgos Cid. En el mismo

sentido, Francisco Grandón Cifuentes dijo que el 25 de agosto de 2016, alrededor de las 4:50 horas

detuvo a Guillermo Burgos Cid, ese día venían de la comuna de Pumanque a Santa Cruz y cuando

ya regresaban a la primera localidad mencionada, en la ruta de Barreales se percataron que iba un

vehículo rojo marca Chery conducido por el acusado el que iba zigzagueante, paró en el disco pare

y se percataron de su hálito alcohólico, hablaba cosas incoherentes y tenía claras señales de estar

ebrio, llamaron a carabineros del Huique porque era el territorio jurisdiccional de ellos y llegaron

dos colegas. Por su parte, Marcelo Romero Guzmán, dijo que el 25 de agosto de 2016 concurrió a

un procedimiento por una persona que conducía en estado de ebriedad de lo que se enteró por la

Cenco San Fernando quienes informaron que carabineros de Pumanque tenían a una persona

detenida por manejar en estado de ebriedad. En el lugar la persona era Guillermo Burgos Cid quien

tenía rostro congestionado e incoherencia al hablar, se le hizo el alcohotest cuyo resultado fue de

1.73, lo llevaron al Hospital de Santa Cruz para constatar lesiones. Dice que el conductor tenía

licencia de conducir y la portaba. Se le exhibe la boleta de Intoxilyzer con un resultado de 1.73 a las

5:25 horas respecto de Guillermo Burgos Cid. Por último Jorge Tobar Abarca, dijo que el 25 de

agosto de 2016 tomó un procedimiento con un detenido por manejar en estado de ebriedad, se

trataba de Guillermo Burgos Cid a quien se lo detuvo en el cruce La Estampa, no recuerda si la

persona portaba licencia de conducir.

El relato entregado por estos funcionarios policiales fue apreciado como coherente, preciso

y detallado, además de coincidente, respecto de lo que cada uno de ellos vio y percibió en el sitio

del suceso y que sirvieron para comprobar cada uno de los aspectos del delito antes reseñados, vale

decir, que el acusado se desempeñaba en la conducción del referido automóvil marca Chery de
color rojo, que se encontraba con signos físicos evidentes de ebriedad, lo que ratificó Romero

Guzmán al practicarle el examen orientativo respectivo, y que el suceso acaeció en las vías públicas

antes nombradas de esta comuna, el día y hora indicados.

Quedó así meridianamente establecida la conducción del vehículo como primer elemento

del delito.

A continuación, con los mismos testimonios reseñados se estableció también la ebriedad del

acusado en ese momento, siendo particularmente relevante aquí la apreciación que todos los

testigos entregaron respecto de las señales físicas de la ebriedad que a su juicio presentaba Burgos

Cid.

El estado de ebriedad, además se acreditó especialmente, por el Informe de Alcoholemia

5.240/16, de fecha 26 de octubre de 2016, emitido por el Servicio Médico Legal de Rancagua,

aportado por el fiscal de conformidad a lo dispuesto en el artículo 315 inciso final del Código

Procesal Penal, en que se indica que al examen respectivo practicado al acusado, a las 05:50 horas

del 25 de agosto de 2016, vale decir, una hora después de su detención, éste mantenía 2,29 gramos

de alcohol por cada litro de sangre.

El propio acusado, asimismo, reconoció que esa jornada conducía el vehículo en el que fue

sorprendido, en el que se desplazaba luego de haber bebido abundante alcohol, en particular

cerveza, antecedente que para el tribunal explica su ebriedad, sin perjuicio que él expresamente

también la reconoció.

Así las cosas se comprobaron probatoriamente cada uno de los presupuestos de la

acusación, teniendo presente, además, que la defensa no rebatió su formulación ni presentó

cuestionamiento alguno a esas probanzas, y que, con la anuencia del encartado, acordó con el fiscal

tener como no controvertidos todos los hechos de la acusación.

OCTAVO: Hechos acreditados y su calificación jurídica. Con el mérito entonces de toda la

prueba aportada por el Ministerio Público, sumada a la información entregada por el propio

acusado, apreciada en su conjunto y libremente por este Tribunal de Juicio Oral, sin contrariar los

principios de la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicamente afianzados,

pudo tenerse por suficientemente establecido, más allá de toda duda razonable, la siguiente

relación de hechos:

“El día 25 de agosto de 2016, a las 04:50 horas aproximadamente, Guillermo Antonio Burgos Cid,

conducía en estado de ebriedad, el vehículo marca Chery, patente GHXV-52, por la ruta 90 de Palmilla. Al

llegar al cruce La Estampa, debido a lo zigzagueante de su maniobra, se le solicitó que detuviera su marcha

por Carabineros que patrullaban por el lugar, cuando le solicitaron los documentos al conductor Burgos Cid,

se percataron de su estado de ebriedad, situación que se constató por su rostro congestionado, hálito alcohólico

e incoherencias al hablar, por lo que fue derivado al Hospital de Santa Cruz a practicarse el examen para

alcoholemia, cuyo resultado fue de 2,29 gramos por mil de alcohol en la sangre, según informe 5240-2016.”

Los hechos señalados precedentemente, plenamente congruentes con los de la acusación,

son constitutivos de un delito de conducción de vehículo en estado de ebriedad, previsto y

sancionado en el artículo 196 inciso primero de la Ley 18.290, por cuanto se verificó la conducción

de un vehículo, en este caso el automóvil marca Chery, placa patente única GHXV-52, por vías

públicas de la comuna de Palmilla, por parte de una persona que en ese momento se encontraba en

estado de ebriedad, puesto que, sin perjuicio de sus señales físicas, tenía 2,29 gramos de alcohol por
cada litro de sangre, según el examen científico respectivo, situándose dentro del rango que el

artículo 111 de la referida ley permite así calificarlo y que constituye este delito.

El ilícito referido alcanzó el grado de desarrollo consumado, puesto que la conducta

descrita en la ley, esto es, la conducción en estado de ebriedad, se verificó plenamente.

Del mismo modo, se estableció que en tal hecho punible correspondió inequívocamente y

más allá de toda duda razonable al encausado Guillermo Antonio Burgos Cid una intervención en

calidad de autor material inmediato y directo, en la hipótesis prevista en el artículo 15 N°1 del

Código Penal, pues ejecutó personalmente la conducción en estado de ebriedad descrita en el tipo

penal.

Cabe señalar que la circunstancia de haber mantenido el acusado su licencia de conducir

suspendida judicialmente, señalada en la acusación, no tiene incidencia en lo que se ha resuelto

respecto de la configuración del delito, puesto que este no contiene en su descripción típica dicho

elemento, el que corresponde más bien a una circunstancia especial que agrava la responsabilidad

penal del infractor, tal como se dirá.

NOVENO: Determinación de la pena. En el auto de apertura se consignó que el Ministerio

Público indicó que concurría en la especie como única circunstancia modificatoria de

responsabilidad criminal la agravante contemplada en el artículo 12 Nº16 del Código Penal, pero el

fiscal la retiró expresamente, aduciendo que, si bien se comprobó una condena previa del encartado

por un delito similar, se encontraba prescrita, en razón de que la pena principal impuesta era una

de 41 días de prisión, de falta por ende, que prescribió a los seis meses, tiempo transcurrido de

sobra respecto de la fecha de comisión del nuevo delito, por lo que no se podía considerar. El

tribunal, por mayoría, consideró que el fiscal al haber retirado la agravante, no se podía pronunciar

sobre la misma, independientemente de los argumentos esgrimidos para ello.

Por otro lado, la defensa en la discusión pertinente solicitó reconocerle a su representado la

minorante contemplada en el artículo 11 N°9 del mismo código, esto es, haber colaborado

sustancialmente al esclarecimiento de los hechos, basado en la declaración prestada por él en el

juicio, donde admitió todas las acciones que se le imputaron y que posibilitaron al tribunal adquirir

la certeza necesaria para condenarlo, incluida la circunstancia de haber tenido su licencia de

conducir suspendida por resolución judicial. El fiscal se allanó a esta solicitud.

Este tribunal compartió lo expuesto por el defensor y por lo mismo reconocerá dicha

atenuante alegada, valorando la declaración prestada por el encartado en este juicio, donde admitió

en forma pura y simple todos los presupuestos fácticos de la acusación, especialmente los

penalmente relevantes, facilitando la labor probatoria del persecutor y configurando, en suma, un

aporte sustancial para el resultado de condena con un alto grado de certeza.

No se alegaron ni establecieron otras modificatorias que analizar.

En suma, favorece al acusado una atenuante y no le perjudica agravante alguna.

DÉCIMO: Determinación de las penas. El artículo 196 inciso primero de la Ley 18.290

sanciona el delito por el que se condena con la pena privativa de libertad de presidio menor en su

grado mínimo, multa de 2 a 10 unidades tributarias mensuales y además con la suspensión de la

licencia para conducir vehículos motorizados por el término de dos o cinco años o su cancelación

dependiendo de la existencia de reiteraciones de la conducta.


Respecto de la pena corporal y en aplicación de lo dispuesto en el artículo 209 de la referida

Ley de Tránsito, ella será aumentada en un grado, al haberse acreditado que el acusado al momento

de los hechos mantenía su licencia de conductor suspendida en razón de una resolución judicial,

específicamente la sentencia condenatoria dictada por el Juzgado de Garantía de Los Ángeles, en la

causa RIT 1.850-2016, según se acreditó al incorporarse la copia de audiencia donde consta la

respectiva sentencia dictada con fecha 25 de mayo de 2016, de donde se extrae que Burgos Cid fue

condenado en dicha fecha como autor del delito consumado de conducción en estado de ebriedad

del artículo 196 de la Ley 18.290, cometido el 23 de septiembre de 2015, imponiéndosele las penas

que allí se señalan, en particular la suspensión de su licencia por 2 años. Esta circunstancia también

se estableció en base a la respectiva Hoja de Vida de Conductor correspondiente al acusado,

aportada por el fiscal, y la misma versión reconociendo tal hecho por parte de Burgos Cid. Por lo

anterior, la pena privativa de libertad debe elevarse a la de presidio menor en su grado medio.

En este escenario el tribunal debió considerar la atenuante reconocida, y conforme lo

dispuesto en el artículo 67 inciso segundo del Código Penal, restringir el castigo a imponer al

minimum de ese rango. De este modo, quedando con libertad el tribunal para recorrer ese tramo,

que va de los 541 días a los 818 días de presidio, lo situará en su límite inferior, tal como pidieron el

fiscal y el defensor, teniendo a la vista lo establecido en el artículo 69 del mismo estatuto, en cuanto

no se apreció una extensión del mal causado, o peligro contra el bien jurídico, que ameritara una

mayor pena, máxime si el mismo tipo penal reserva el indicado marco punitivo para conductas más

dañosas que aquí no concurrieron. Se fijará por tanto esta pena en los 541 de presidio menor en su

grado medio.

Respecto a la pena de multa, la fiscalía solicitó en la discusión final que se fijará en 5

unidades tributarias mensuales, en tanto que el defensor pidió se la regulara en el mínimo de 2

Unidades Tributarias Mensuales, pagadera en 4 cuotas, conforme lo dispuesto en el artículo 70 del

Código Penal, petición que este Tribunal aceptará por aparecer razonable y acorde a lo establecido

en esa norma y la desmedrada situación económica del encartado, teniendo en cuenta la

documentación aportada, que se indicará más adelante.

En lo referido a la sanción de suspensión de la licencia de conducir, se establecerá por el

periodo de cinco años, pues se consideró que los antecedentes documentales aportados, ya

referidos, dieron cuenta que el episodio materia de esta sentencia es el segundo protagonizado por

el encartado y por el que resultó condenado, acorde con la misma declaración de Burgos Cid, en el

sentido de haber reconocido que fue sorprendido anteriormente conduciendo en estado de

ebriedad, concluyendo que el hecho materia del presente juicio corresponde a una segunda

“ocasión en la que fue sorprendido”, justificando de esta forma la suspensión de la licencia de

conductor por ese término.

Finalmente, por imperativo contenido en el artículo 30 del Código Penal, se aplicará

también la pena accesoria señalada en dicha disposición, y se le impondrá el pago de las costas de

la causa, conforme a lo dispuesto en los artículos 24 del Código Penal y 47 del Código Procesal

Penal, teniendo presente, además, que la defensa no levantó oposición fundada al respecto.

UNDÉCIMO: Forma de cumplimiento de la pena corporal. Para el cumplimiento de la

antedicha pena privativa de libertad por parte del condenado se tuvo primeramente en cuenta que

la defensa solicitó como postura principal se le sustituyera aquella por la remisión condicional,
tomando en consideración que la única condena anterior, según da cuenta la sentencia aportada,

del Juzgado de Garantía de Los Ángeles, en la causa RIT 1.850-2016, fue a una pena corporal de 41

días de prisión, pena que, acorde a las normas aplicables, define dicho ilícito como una falta y no un

simple delito, con plazo de prescripción por ende de seis meses, el que habría transcurrido al

momento de cometerse el delito materia de la presente sentencia. El fiscal dejó entregada esta

petición al criterio del tribunal. Estos magistrados evaluamos al respecto, en primer término, que

efectivamente la condena previa citada impuso esa sanción principal, y que el delito sancionado

entonces fue cometido el 23 de septiembre de 2015, por lo que a la fecha del hecho materia de este

fallo, el 25 de agosto de 2016, había transcurrido con creces el lapso de seis meses. Sin embargo, no

compartimos el razonamiento del señor defensor, ya que Burgos Cid fue condenado anteriormente

como autor del delito de conducción de vehículo motorizado en estado de ebriedad causando daños,

debiendo destacar que la misma decisión jurisdiccional menciona la ilicitud como un delito, y que,

en todo caso, ello queda determinado por la pena en abstracto fijada legalmente para tal hecho

punible, según la definición del artículo 3 del Código Penal. Por ende, conforme a su vez con el

artículo 97 del Código Penal, el plazo de prescripción es de cinco años, no de seis meses, término

que no estaba cumplido entre las fechas de cada uno de los delitos señalados, por lo que no había

operado la prescripción a que alude el artículo 1 de la Ley 18.216.

Desechada la petición principal de la defensa, se acogerá la subsidiaria, y se le sustituirá la

pena de presidio impuesta a Burdos Cid por la pena de reclusión parcial, en sus modalidades

domiciliaria y nocturna, de conformidad a lo establecido en el artículo 7º de la Ley 18.216, teniendo

presente que se cumplen en la especie los requisitos para su procedencia, fijados en el artículo 8º del

mismo cuerpo normativo. En efecto, la pena corporal que se impondrá no supera los tres años; si

bien el acusado presenta una condena previa no prescrita, ésta no implicó una pena privativa de

libertad que exceda los dos años; y, respecto de lo establecido en la letra c) del aludido artículo 8º,

nada se probó que obstara a esta pena sustitutiva, contando a su vez con la información favorable

proporcionada por los documentos aportados por la defensa, a saber, certificados de salud del

CESFAM de Recoleta, certificados de antigüedad de su trabajo en el Instituto José Hortwikz B.

liquidaciones de sueldo, acta de audiencia sobre aumento de pensión alimenticia y contrato de

arrendamiento, todo lo que da cuenta del arraigo social y familiar del encartado, su habitualidad

laboral y su voluntario sometimiento a un tratamiento para superar su consumo problemático de

alcohol.

Los factores indicados, sumados a la no oposición del fiscal, hicieron que esta forma de

sanción se visualizara como la propicia para satisfacer los fines punitivos en este caso, acorde con

las normas citadas.

En consecuencia, se autorizará dicha forma alternativa de cumplimiento solicitada, como

reclusión domiciliaria nocturna, esto es, entre las 22:00 horas de cada día y las 6:00 horas del día

siguiente, en el domicilio del acusado ubicado en el calle Bezanilla Nº1.392 de la comuna de

Independencia, Región Metropolitana. Esta pena sustitutiva deberá empezar a cumplirse a partir

del día siguiente a que la presente sentencia quede ejecutoriada.

Respecto del control de esta sanción sustitutiva, se someterá a Carabineros del domicilio

del encartado, en tanto no se determine la factibilidad para su control por monitoreo telemático,

debiendo presentar el defensor el respectivo informe sobre la factibilidad o no de tal medida dentro

de los siete días siguientes a esta fecha ante el tribunal de ejecución.


Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 7, 11 N°9, 12 N°16,

14 N°1, 15 N°1, 18, 24, 30, 50, 67 y 69 del Código Penal; 47, 295, 296, 297, 340, 341, 342, 343 y 348 del

Código Procesal Penal; 110, 111, 196 y 209 de la Ley 18.290; Ley 18.216; y demás disposiciones

pertinentes, se declara que:

I.- Se condena a Guillermo Antonio Burgos Cid por su responsabilidad en calidad de

AUTOR DE UN DELITO CONSUMADO DE CONDUCCIÓN DE VEHÍCULO EN ESTADO DE

EBRIEDAD, ilícito previsto y sancionado en el artículo 196 inciso primero de la Ley 18.290 sobre

Tránsito, cometido el día 25 de agosto de 2016 en la comuna de Palmilla. Como consecuencia de ello

se le impone como sanciones la pena de quinientos cuarenta y un (541) días de presidio menor en

su grado medio, más el pago de una multa de dos (2) unidades tributarias mensuales y la

suspensión de su licencia de conducir vehículos motorizados por cinco (5) años.

II.- Se le impone, asimismo, la sanción accesoria legal de suspensión de cargos u

oficios públicos durante el tiempo de la condena.

III.- Atendido que Burgos Cid reúne los requisitos legales para ello, se le convierte la

pena privativa de libertad impuesta por la pena sustitutiva de reclusión parcial domiciliaria

nocturna, debiendo en consecuencia permanecer recluido en su domicilio ubicado en calle

Bezanilla N°1.392, de la comuna de Independencia, Región Metropolitana, por el término de la

condena, entre las 22:00 horas de cada día y las 6:00 horas del día siguiente, computándose ocho

horas continuas de reclusión parcial por cada día de privación de libertad impuesto, la que será

controlada por Gendarmería a través del sistema de monitoreo telemático, cuya implementación

determinará el Juzgado de Garantía. En caso de revocación de esta pena sustitutiva, el condenado

deberá cumplir efectivamente la pena corporal impuesta, abonándose a su favor el tiempo que haya

alcanzado a cumplir la referida pena sustitutiva. Tanto respecto de esta pena de reclusión parcial

como de la original si aquella le fuere revocada, no existen otros abonos que considerar, según lo

expuesto en el auto de apertura, lo que fue ratificado por los intervinientes en audiencia. Respecto

del control de esta sanción sustitutiva, se someterá a Carabineros del domicilio del encartado, en

tanto no se determine la factibilidad para su control por monitoreo telemático, debiendo presentar

el defensor el respectivo informe sobre la factibilidad o no de tal medida dentro de los siete días

siguientes a esta fecha ante el tribunal de ejecución.

IV.- Respecto de la multa impuesta, el sentenciado deberá pagarla en su equivalente en

moneda nacional de curso legal, al valor que la unidad tributaria tenía en el mes de agosto de 2016

($45.907), lo cual podrá hacer en 4 cuotas mensuales y sucesivas de media unidad tributaria

mensual cada una. El pago de dichas cuotas deberá realizarlo dentro de los cinco primeros días de

cada mes, comenzando el mes subsiguiente a aquél en que la presente sentencia quede ejecutoriada.

El no pago de una cualquiera de las cuotas hará que el saldo adeudado se estime como de plazo

vencido. Ello sin perjuicio de su posibilidad de conversión ante el juzgado de ejecución, con arreglo

a lo dispuesto en el artículo 49 del Código Penal, por trabajos en beneficio de la comunidad, para

efectos de lo cual se deja constancia que el sentenciado prestó su expreso consentimiento.

V.- Se condena también al sentenciado al pago de las costas de la causa.

Voto de prevención:

La decisión de condena fue adoptada en forma unánime por los tres jueces que integraron el tribunal,

pero con la prevención del magistrado Gómez, en cuanto fue de la opinión de tener por configurada la

agravante establecida en el artículo 12 Nº16 del Código Penal respecto del encausado, ya que se
acreditaron todos sus requisitos con las pruebas incorporadas, en especial la sentencia que anteriormente

condenó a Burgos Cid por un delito de la misma especie, ilícito que tiene el carácter de simple delito y que por

tanto prescribe en 5 años, término que no había transcurrido entre la fecha de comisión de ese hecho punible

previo y aquel en que se cometió el delito materia de la presente sentencia. Asimismo, entendió que el retiro de

la agravante por parte del fiscal no bastaba para desatender su reconocimiento, acorde con lo establecido en el

artículo 341 inciso segundo del Código Procesal Penal.

Ejecutoriada que sea esta sentencia, dese cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 468 del

Código Procesal Penal y remítanse los antecedentes al Juzgado de Letras, Garantía y Familia de

Peralillo para su cumplimiento y ejecución.

Devuélvanse a los intervinientes los documentos y antecedentes aportados, previa

constancia.

Regístrese.

Sentencia redactada por la jueza María Angélica Mulatti Oyarzo.

RIT 2-2019.

RUC 1600810350-3

Pronunciada por los jueces titulares de este Tribunal Oral en lo Penal de Santa Cruz, María

Angélica Mulatti Oyarzo, Rodrigo Gómez Marambio y Felipe Cortés Ibacache.

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