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Facultad de Ingeniería Química TESA – MÓDULO I

Universidad Nacional del Litoral Tema II: Principios de las Máquinas Eléctricas

TEMA II

PRINCIPIOS DE LAS MAQUINAS


ELECTRICAS

Asignatura:
Tecnología de la Electricidad y de los Servicios Auxiliares

Módulo I: Tecnología de la Electricidad

Carreras: Ing. Química – Ing. en Alimentos (plan 1999)

FIQ-UNL

1
TEMA II: PRINCIPIOS DE LAS MÁQUINAS ELÉCTRICAS

Aplicación de las leyes de Faraday y Laplace

Cuando un circuito eléctrico está sometido a la acción de un campo magnético


que varía (aumenta, disminuye o se mueve) se produce en él una fuerza electromotriz
inducida (f.e.m.) proporcional a la variación de flujo y cuyo valor está expresado por la
ley de Faraday:

e = −N ⋅ (1)
dt
de donde e es la f.e.m. inducida en Volt, N es la cantidad de espiras que abrazan al flujo
variable, dϕ es el incremento de flujo magnético en (Weber) y dt es el intervalo de
tiempo en que se produce la variación dϕ en segundos.
La relación dϕ/dt es evidentemente la velocidad de variación de flujo. Para
nuestro estudio en las máquinas, esta ley puede aplicarse a dos casos bien típicos y
concretos que pasamos a tratar brevemente.
Supongamos que un trozo de conductor de largo activo l, atraviesa con
velocidad v un campo magnético de inducción B en dirección normal a sus líneas, según
se ilustra en la figura 1.

N
A A’
l e v
e

B B’
dx
S

Figura 1

En dicha figura vemos el conjunto en perspectiva que si se desplaza en la


dirección generará una f.e.m. e que dará lugar a que entre sus bornes A y B aparezca
una f.e.m. que pueda ser medida por medio de un instrumento. El sentido de la f.e.m. se
determina por medio de una regla práctica llamada de la mano derecha.
El trozo de conductor de terminales A y B, se mueve linealmente con la
dirección fijada, y después de un cierto intervalo de tiempo dt, a pasado a ocupar la
posición A' y B', desplazándose una cantidad dx. En esa traslación, la parte activa l ha
"barrido" una superficie dS = l . dx y como la inducción vale B, el flujo que ha cruzado
tiene por valor:

2
dϕ = B . dS = B . l . dx (2)

que reemplazamos en la (1). Como resultado de ese reemplazo nos encontramos con
que dx/dt es la velocidad lineal de traslación, con la que la fórmula queda finalmente:
dϕ dx
e = −N ⋅ = −N ⋅ B ⋅ l ⋅ (3)
dt dt
siendo N = 1

e=B.l.v (4)
2
en la que e es la f.e.m. en (Volt), B es la inducción magnética en (Weber/m ), l es el
largo activo en (m) y v es la velocidad de traslación en (m/s).
El descrito es el caso de un campo fijo y un conductor móvil. Pero también se
encuentra el caso de un circuito eléctrico fijo bajo la acción de un campo alternativo, tal
como ilustramos esquemáticamente en la figura 2, en donde una bobina de N espiras
está colocada en un campo magnético alternativo.

Flujo Magnético Alternativo

~
Bobina de N espiras

Figura 2

El flujo abrazado por la bobina tendrá un valor que se determina con la


expresión Φ = Φmáx .cos (2. π. f.t) y aplicando éste a la fórmula (1) tendremos:

N ⋅ d (Φmáx ⋅ cos( 2 ⋅ π ⋅ f ⋅ t ) )
e=−
dt

e = 2. π .f .N .Φmáx .sen (2. π.f. t) (5)

3
El valor máximo de esta función será evidentemente :

Emáx = 2.π. f.N.Φmáx (6)

y su valor eficaz:
Emáx 2 ⋅ π ⋅ f ⋅ N
E= = ⋅ Φmáx (7)
2 2

Operando y ordenando:

E = 4,44. f.N.Φmáx (8)

Esta fórmula es muy importante, ya que permite determinar la f.e.m. alternada


que se induce en una bobina de N espiras, sometida a un flujo variable de valor máximo
Φmáx que oscila con frecuencia f. Tomando el flujo máximo en (Weber), la frecuencia en
(c/s), la f.e.m. inducida resulta en (V). La formula (8) se puede completar considerando
que si S es la sección recta en (m2), que abarca la bobina y Bmáx la inducción en
(W/m2), el flujo máximo abrazado por la misma resultará dado por :

Φmáx = Bmáx.S (9)

que una vez reemplazada en la (8) permite obtener:

E = 4,44. f.N. Bmáx. S (10)

Otra importante expresión de mucho uso en las máquinas es la que deriva de la


ley de Biot-Savart y Laplace. Una f.e.m. inducida, de movimiento e = B.l.v engendra
en la bobina cerrada una corriente i cuyo trabajo con el tiempo dt tiene por expresión :

dA = e.i.dt (julios) (11)

y se transforma en calor .
Este trabajo sólo puede producirse si se ha cedido un trabajo mecánico al
conductor que se mueve en el campo magnético. Recíprocamente podremos observar un
efecto dinámico cuando un conductor se encuentra dentro de un campo magnético y por
él pasa una corriente (figura 3).

4
N
A-
f
i e

B+

Figura 3

El sentido en que se moverá un conductor, o sea el que tendrá la fuerza f que


actuará sobre el mismo, puede determinarse por la regla de la llamada de la mano
izquierda, que dice: poniendo la mano izquierda extendida en tal forma que el flujo
entre por la palma de la mano y que la punta de los dedos indiquen el sentido de la
corriente, entonces el pulgar tieso marcará el sentido en que actúa la fuerza sobre el
conductor.
Si la fuerza electromagnética vale f (kg) , el trabajo que desarrolla al mover la
bobina a lo largo del camino dx vale : f . dx (kgm). Este trabajo mecánico tiene que ser
igual al trabajo eléctrico producido en el circuito, que vale: e . i . dt (julios) y
recordando que, 1 julio = 0,102 kgm se tiene :

f . dx = 0,102 . e . i . dt (kgm) (12)

0,102 ⋅ e ⋅ i 0,102 ⋅ B ⋅ l ⋅ v ⋅ i
f = = (kg )
dx v
dt
(13)

f =0,102 . B . l .i (kg) (14)


2
en donde f está dada en (kg), B en (Weber/ m ), i en (A) y l en (m).

Máquinas elementales

A modo de introducción, con la simple idea de generalizar, y a los efectos de


obtener una serie de conclusiones válidas en todas las máquinas, se explicaran aquí tres
tipos de máquinas básicas utilizando modelos elementales. Dichos modelos, pese a su
simplicidad, se comportan como las máquinas reales, pudiéndose obtener entonces una
serie de conceptos que veremos aparecer repetidamente a lo largo del desarrollo de la
materia.

5
Generador elemental: en la figura 4 se representa un generador elemental
consistente en un conductor de terminales A y B que cruza con velocidad v un campo
magnético de inducción B.

A+
fa e v Rc C
i i

B-
S

Figura 4

Entre los bornes A y B (terminales) está conectada una resistencia exterior que
representa al consumo y que se denomina carga .
A raiz de la velocidad impresa al conductor, se genera en éste una f.e.m. e según
la (4), cuyo sentido está indicada en la figura 4 y se determina con la regla de la mano
derecha.
Como el circuito es cerrado, la f.e.m. ocaciona una corriente cuyo valor es :
e B ⋅l ⋅v
i= = (15)
Ri + Rc Ri + Rc
en donde Rc es la resistencia de la carga, y Ri es la resistencia interior del generador,
que para este caso elemental es la resistencia que encontramos desde A hasta B en el
conductor donde se produce la f.e.m. Pero al circular la corriente i por el conductor
colocado dentro del campo magnético, aparece en éste una fuerza cuyo valor se calcula
con la (14) y cuyo sentido se determina con la regla de la mano izquierda. Nótese que la
fuerza es contraria a la dirección del movimiento, por cuya razón para desplazar el
conductor es menester desarrollar una cierta potencia mecánica:

pm = K . fa . v (16)

Esta potencia se transforma por vía electromagnética en el circuito eléctrico, en


una corriente que desarrolla una potencia
2 2
pe = e . i = i . Rc + i . Ri (17)

6
2
El valor pu = i . Rc es la potencia reducida de la carga, y por lo tanto la
llamaremos 2potencia útil porque es la que se utiliza exteriormente a la máquina, y el
valor pi = i . Ri es la potencia que se transforma en calor dentro de la máquina, y que
llamaremos potencia interior. Por lo tanto:

pm = pe = pu + pi (18)

Esta última expresión nos dice que la potencia eléctrica pe de la cual una parte
pu va al circuito exterior para ser utilizada, y por otra parte pi se pierde dentro del
generador en forma de calor. La ecuación (18) es una expresión del principio de
conservación de la energía aplicado a este caso particular.
Desde el punto de vista puramente óhmico, podemos aplicar la segunda ley de
Kirchhoff al circuito eléctrico y plantear:

e = i . Rc + i . Ri (19)

Como i . Rc = u es la tensión en bornes del generador:

u = e - i . Ri (20)

ecuación que con adecuadas variantes, encontraremos repetidamente a lo largo del


estudio de las máquinas.

Motor elemental: En la figura 5 vemos el croquis de un motor elemental,


consistente en idénticos elementos del generador de la figura 4, con la diferencia que el
circuito exterior está conectado a un generador de corriente contínua, en ésta figura una
simple pila.

N
A+
ec
f µ
i v
B-

Figura 5

7
La corriente que se establece i, provoca en el conductor una fuerza f que origina
el movimiento del mismo con velocidad v. A causa de este desplazamiento se induce
una f.e.m. como en el caso de un generador, que se llama fuerza contra electromotriz ec
y que tiende a oponerse a la corriente establecida.

La fuerza se determina con la formula (14) y la potencia mecánica o potencia útil, está
dada por:

pm = f . v = B . v . i . l = pu (21)

Despejando la velocidad v de la (4) y reemplazándola:

pm = pu = ec . i (22)

lo que nos indica que la potencia que desarrolla el motor es igual al producto de la
corriente por la f.e.m..
Pero el circuito interno tiene una resistencia Ri, de tal manera que consume una
potencia interior pi = i2 . Ri, por lo tanto, desde el exterior, la fuente de corriente debe
suministrar la potencia que se transforma en mecánica más lo que se pierde por efecto
joule en Ri. De esta manera nos queda:

pe = pu + pi (23)

siendo pe = u. i la potencia que el motor toma en la red de alimentación.

Viendo el problema desde un punto de vista puramente óhmico, la corriente que


absorbe el motor elemental estará dada por la siguiente expresión:

u − ec
i= (24)
Ri

que deriva directamente de la 2da ley de Kirchhoff. Ordenando resulta :

u = ec + i . Ri (25)

ecuación muy semejante a la (20), y también de gran utilidad para el estudio de las
máquinas eléctricas.

8
Transformador elemental

Φp Φs t=t
i
U
ip
Instante

~ µp Np
iP

i
V is U

t t
Ns µs c

Φp Φs

Figura 6

En la figura 6, hemos representado el croquis de una transformación elemental,


consistente en una bobina primaria de Np espiras, colocadas en las proximidades de otra
bobina secundaria de Ns espiras, de tal manera que el flujo magnético que produzca una
de ellas llega a la otra y viceversa. El primario se conecta a una fuente de corriente
alterna, mientras que el secundario se conecta a un receptor de energía que como en el
caso de un generador elemental, se llama carga. Para estudiar lo que ocurre,
supongamos que está circulando corriente por el primario con el sentido indicado en la
figura y que esa corriente está en proceso de crecimiento, vale decir, sorprendemos al
fenómeno en un instante como el señalado en el gráfico cartesiano representado en la
figura 6. Por la regla del tirabuzón determinamos el sentido del flujo primario ΦΡ en ese
instante que es hacia abajo y creciendo, y parte de ese flujo llega a la bobina secundaria.
Estando esta última entonces bajo la influencia de un flujo variable y creciente,
se induce en ella una f.e.m. que, como el circuito está cerrado, produce a su vez una
corriente is. Por el principio de acción y reacción, esta última corriente procurará
producir un flujo que se oponga a la causa que lo genera, es decir, un flujo de dirección
contraria a ΦΡ y que hemos marcado con φs en la figura. Este flujo del secundario que
llega al primario, también es variable, y genera en éste una f.e.m. que actua como la
f.c.e.m. de los motores. Tomando los valores instantáneos (porque no debemos olvidar
el hecho que se trata de magnitudes variables ) podemos establecer para el primario :

up = ec + ip . Zp (26)

es decir, la tensión aplicada debe equilibrar a la fuerza contra - electromotriz ec y a la


caida interna del bobinado, caracterizada en este caso por la impedancia Zp por tratarse
de magnitudes alternas. En cambio, en el secundario tendremos :

9
us = es - is . Zs (27)

o sea que la tensión resultante es igual a la f.e.m. inducida por el flujo magnético
resultante, menos la caida de tensión por impedancia del secundario. Nótese que la (20)
y (25) son semejantes a la (26) y (27), lo que nos indica que el primario de un
transformador se comporta en forma análoga a un motor y el secundario, a un
generador.

Balance energético en las máquinas rotantes

Haremos ahora un estudio generalizado del funcionamiento de las máquinas


rotantes, haciendo intervenir los grandores eléctricos (corriente, tensión) y los grandores
mecánicos (cupla, velocidad).
Para ello utilizaremos el método más generalizado que consiste en partir del
principio de conservación de la energía.
El funcionamiento de una máquina eléctrica pone en juego cuatro formas de
energía, y que están relacionadas en la forma siguiente:

MOTORES

Energía Energía Incremento de Energía


eléctrica = mecánica + energía almacenada + disipada en (28)
absorbida en el eje en el campo forma de calor
magnético de
acoplamiento

GENERADORES

Energía Energía Incremento de Energía


mecánica = eléctrica + energía almacenada + disipada en (29)
absorbida entregada en el campo forma de calor
magnético de
acoplamiento

La energía disipada en forma de calor corresponde, como más adelente se verá


con más detalles, a:

• pérdidas en las resistencias


• pérdidas mecánicas
• pérdidas magnéticas

Reagrupando las pérdidas dentro de los términos de las ecuaciones precedentes,


podemos escribir:

10
MOTORES

Energía eléctrica Energía mecánica en Incremento de


absorbida, menos las = el eje, mas las + energía almacenada (30)
pérdidas por Joule pérdidas mecánicas en el campo mas las
pérdidas en el hierro

GENERADORES

Energía mecánica en Energía eléctrica Incremento de


el eje, menos pérdidas = entregada mas + energía almacenada (31)
mecánicas pérdidas por Joule en el campo
electromagnético,
mas pérdidas en el
hierro

En base a estas ecuaciones de relación, podemos esquematizar las máquinas


como indica la figura 7.

Perd. Joule Perd. Mag. Perd. Macánicas

SISTEMA Ri CAMPO
eje
CARGA
ELECTRICO RED µ e MAGNETICO ELECTRICA

Sentido de circulación de
MOTOR energía

Perd. Joule Perd. Mag. Perd. Macánicas

CARGA Ri CAMPO
eje
MOTOR DE
ELECTRICA µ e MAGNETICO ACCIONAMIENTO

Sentido de circulación de
energía
GENERADOR

Figura 7

En esta figura se puede visualizar a grandes rasgos, todos los elementos en


juego, y confirmar todo lo que se ha venido desarrollando.

11
Pérdidas eléctricas

Por los circuitos de las máquinas eléctricas, circulan corrientes que, a


consecuencia de la inevitable resistencia que presentan, desarrollan una potencia que se
transforma en calor por efecto Joule.
A esta potencia que no es posible aprovechar se la llama pérdidas eléctricas o
también pérdidas en el cobre.
En términos generales es posible expresarlas por medio de:
PCu = ∑ i 2 ⋅ Ri
(32)
en la que se ha tomado la sumatoria, porque la mayor parte de las máquinas tienen más
de un circuito eléctrico y dichos circuitos además de ser diferentes en cuanto a su
resistencia óhmica están recorridos por corrientes diferentes y además pueden ser de
diferentes materiales.
Reemplazando en la (32) la resistencia, tendremos:
l
PCu = ∑ i 2 ⋅ ρCu ⋅ i (33)
si
como se recuerda ρCu es la resistencia específica del cobre; li es la longitud del circuito
y si la sección del mismo; recordando además que la densidad de corriente en un
conductor es:
i
j= (34)
s
podemos introducirla en la (33) y conjuntamente, reunir la sección y la longitud en el
volumen del cobre de cada circuito:
PCu = ∑ ρCu ⋅ j 2 ⋅ vi (35)
Dividiendo y multiplicando ahora por el peso específico, y la expresión quedará
en función del peso del material activo de los circuitos:
ρ
PCu = Cu ∑ j 2 ⋅ GCu (36)
γCu
2
Tomando la resistencia específica del cobre ρCu = 0,0215 [Ω mm /m] a 75 ° C,
3
por ser la temperatura a la que normalmente funcionan estas partes y γCu = 8,9 kg/dm el
peso específico, se llega a una fórmula práctica, que para un circuito integrante de la
máquina es:
2
PCu = 2,41. j Cu .GCu (37)

en la que:
PCu = pérdidas en el cobre, en W
GCu = peso del cobre del circuito considerado, en kg
jCu = densidad de corriente, en A/mm2

12
Esta fórmula es válida para corriente continua. Tratándose de corriente
alternada, interviene el efecto pelicular en los conductores, que es tanto mas
pronunciado cuanto mayor es la sección de los mismos, debiéndose introducir en
consecuencia, un factor K en la siguiente forma:
2
PCu = 2,41 . K . j Cu . GCu (38)

El valor de K puede tomarse 1,1 para frecuencias del orden de los 50 Hz y


máquinas corrientes, pero si se trata de máquinas importantes, realizadas con secciones
de cobre considerables, es conveniente determinar el valor de K mediante fórmulas o
ábacos que se encuentran en manuales especializados.
Digamos finalmente que las densidades de corrientes adopatadas en las
máquinas pequeñas son del orden de 5 A/mm2 y en las máquinas grandes baja a 3
A/mm2 y aún menos. Existen máquinas refrigeradas, en que se usan densidades del
orden de los 8 A/mm2.

Pérdidas magnéticas

Es un hecho conocido que cuando un trozo de hierro está sometido a un flujo


magnético variable, aumenta su temperatura debido a la producción de calor por
pérdidas magnéticas o también pérdidas en el hierro, como se las llama indistintamente.
En la figura 8, se presenta un circuito magnético donde por una bobina
excitadora, circula corriente alternada, y entre sus caras polares se producirá un campo
alternativo.
Dentro de ese campo colocamos un trozo de material magnético y conductor, por
ejemplo, hierro, de forma prismática, y transcurridos unos pocos minutos, se notará en
el mismo un aumento de la temperatura, provocado por las pérdidas magnéticas. Se verá
a continuación todo aquello que interesa en la teoría de funcionamiento de las máquinas
eléctricas, y que tiene relación con dichas pérdidas.

e ~

Figura 8

13
Pérdidas por histéresis

Volviendo a la figura 8 y recordando que si a un material le aumentamos


paulatinamente la intensidad del campo H, aumentará en consecuencia la inducción
magnética B, obteniendo una curva de trazado OA como en la figura 9. Alcanzando el
valor máximo positivo Hmáx propuesto, la inducción tendrá el valor máximo positivo
Bmáx. Volviendo con los valores de H, los pares de valores H y B describirán un trazo
ABCD, en la cual OB representa el magnetismo remanente, o sea la inducción residual.
Según se vió en física, el trabajo necesario para cumplir un ciclo completo ABCDEFA
es proporcional al área encerrada por el mismo, y ese trabajo es el que se transforma en
calor por histéresis.
En consecuencia, un material que describe un ciclo, que encierra un área menor,
produce menor pérdida.

Inducción

A
+ B máx

- H máx C 0 F

+ H máx Intensidad
de Campo

- B máx
D

Figura 9

14
La metalurgia a logrado diversas aleaciones para satisfacer esta condición de
ciclo reducido.
Se logró en forma experimental una fórmula, con la cual se pueden calcular las
pérdidas por histéresis. La forma práctica de dicha fórmula es:

2
Ph = Kh . f . v . Bmáx (39)

en donde:
Ph = pérdida por histéresis (W)
Kh = coeficiente numérico
f = frecuencia del flujo magnético (c/s)
v = volumen del material (m3)
Bmáx = Inducción máxima (Wb/m2)

En la ecuación (39) en su primitiva forma, el exponente de inducción era de 1,7


en vez de 2,0 debido a los valores usuales en esa época, para las inducciones, en la
construcción de máquinas. Con los valores con los que se trabaja en nuestros días, la
fórmula es exacta con el exponente 2,0.
Este caso descripto responde a la llamada histéresis alternativa, porque en el
hierro se produce una magnetización ciclica de eje fijo en el espacio. Observamos ahora
la figura 10 y veremos que se trata de un campo magnético fijo en el espacio, que actúa
sobre una pieza cilíndrica que gira sujeta a una eje.
En este caso, si analizamos qué le ocurre a un trozo de sustancia rotante,
integrante del circuito giratorio (indicado con P en la figura), veremos que está
sometido a un flujo cuyo valor es aproximadamente constante, pero que va cambiando
continuamente de posición. Ello da origen a la llamada histéresis rotativa, de naturaleza
aún no muy estudiada y cuyas pérdidas se calculan, también, con la fórmula (39).

Corriente
Continua

Figura 10

15
Pérdidas por corrientes parásitas

Las corrientes parásitas o de Foucault, como se las llama indistintamente, son las
que se originan en las masas de los materiales magnéticos sometidos a flujo variable.
Tratemos de visualizar esto con ayuda de la figura 11.

Flujo variable

Figura 11

Supongamos que un prisma de hierro está atravesado por un flujo variable, cuyas
líneas representamos en la figura. El valor de ese flujo magnético varía en forma cíclica
desde un valor +Φmáx hasta un valor -Φmáx, pasando por cero, como en el caso de los
ciclos de histéresis, aún cuando supondremos que no existe ese fenómeno, en nuestro
análisis. De todo el volumen separamos una parte hueca en la figura. Esta hipotética
parte forma una especie de anillo cerrado semejante a una espira en corto circuito y si
dentro de él hay un flujo variable habrá una fuerza electromotriz que se genera y por lo
tanto corriente, a raíz de la inducción. Así como hemos supuesto este anillo, podemos
suponer otros hasta completar todo el volumen y en cada caso, habrá corrientes que
tomarán caminos aproximadamente circulares.
La figura 12, nos da una idea de los recorridos de las corrientes. Como todos los
caminos representan resistencias óhmicas, habrá desarrollo de calor acorde con la ley de
Joule. Por esta razón las corrientes parásitas generan calor que contribuye a elevar la
temperatura del hierro y es también evidente que esta pérdida depende de la resistencia
específica del material magnético.

16
Figura 12

También se presentan corrientes parásitas cuando un material se desplaza dentro


de un campo magnético fijo como se indica en la figura 13.

A v
B
Dirección del
Chapa movimiento

Figura 13

Si en la chapa que se mueve separamos una espira hipotética, dibujada en líneas


de puntos, un lado AB puede ser considerado como un conductor recto que se desplaza
con velocidad v, dentro del campo, como en el caso de la figura 1. Se induce entonces
una fuerza electromotriz que origina corriente en la supuesta espira, y generalizando a
toda la chapa, comprendemos la existencia de corrientes que generan calor.
El caso más usual en el estudio de las corrientes parásitas, es el caso de las
chapas delgadas atravesadas por flujo magnético variable cuya dirección es paralela a
las caras, como se ilustra en la figura 14.

17
Φ = f(t)

Figura 14

Según el desarrollo que puede verse en cualquier bibliografía especializada, las


pérdidas por corrientes parásitas se pueden calcular por medio de una expresión, como
la siguiente, semejante a la anterior para las pérdidas por histéresis.

1 2 2
Pp = Kp . . v . d . f . Bmáx
2
(40)
ρ
en donde:
Pp: pérdidas por corrientes parásitas (W)
Kp: coeficiente numérico
ρ: resistencia específica del material (Ω mm2/m)
v: volumen del material (m3)
d: espesor de la chapa, normal al flujo (mm)
f: frecuencia del flujo magnético (c/s)
Bmáx: inducción máxima (Wb/m2)

Es evidente, examinando esta fórmula, que para un material dado y una


frecuencia e inducción establecidas, estas pérdidas dependen del cuadrado del espesor
de la chapa, razón por la cual los circuitos magnéticos, sometidos a flujos variables se
hacen en forma de lámina superpuesta y aisladas entre sí. Técnicamente se dicen que
son laminados. Con esta disposición se logra disminuir considerablemente estas
pérdidas, como tratamos de ilustrar con la figura 15.

18
Núcleo macizo Núcleo Laminado

dc

d aislación

(a) (b)

Figura 15

En la parte (a) tenemos una chapa de espesor d, que sometida a una determinada
solicitación y aplicando la ecuación (40), podemos decir que tiene pérdidas según:
2
Pp’= K . d

Si el mismo volumen de material lo ejecutamos en vez, con cinco chapas del


mismo material pero de espesor 1/5 . d = dc y las sometemos a las mismas
solicitaciones magnéticas, la fórmula (40) nos da ahora:

5 2 1 2
p"p = . K .d = . K . d
25 5

Puede observarse que las pérdidas por corrientes parásitas han disminuido a la
quinta parte.

Pérdidas totales en el hierro


Según lo que se vió en los puntos anteriores, un material magnético sometido a
flujo variable, experimenta pérdidas por histéresis y pérdidas por corrientes parásitas,
las que se transforman en calor que elevan la temperatura del hierro en los circuitos
magnéticos.
Para disminuir estas pérdidas por corrientes parásitas existe el recurso de
laminar los circuitos, es decir, construirlos mediante chapas o láminas adosadas una
junta a otra hasta formar el espesor necesario. Estas chapas componentes del paquete
magnético, se fabrican normalmente de 0,35 mm o de 0,50 mm, y para que ésta forma
constructiva sea eficaz se procede a intercalar entre chapa y chapa una aislación
eléctrica.
La aislación entre chapas magnéticas puede ser de diversa naturaleza. Fue de uso
general el papel, que se pegaba a una cara de la chapa antes de su corte. Posteriormente
se utilizó barniz con base de silicato de sodio. En la actualidad las chapas de grano
orientado se proporcionan con un tratamiento especial en ambas caras, de naturaleza
termoquímica, que da la aislación necesaria.

19
Es natural que estas aislaciones entre chapas aumenten el volumen total y a los
efectos de poder determinar el peso neto de hierro presente en un volumen dado, se usa
el coeficiente de laminado KFe, que suele valer :

- Para ailación del tipo papel 0,85 a 0,88


- Para ailación del tipo barniz 0,88 a 0,90
- Para aislación del tipo óxido 0,90 a 0,96

Este coeficiente representa el porcentaje de hierro efectivamente presente en un


volumen dado de chapa laminada.
Por otra parte, para disminuir las pérdidas por histéresis solo existe el recurso de
elegir materiales adecuados. En la actualidad todos los circuitos magnéticos sometidos a
flujo variable se construyen con chapas de hierro en aleación con silicio. El aporte de
silicio tiene la finalidad reducir el ciclo de histéresis y consecuentemente las pérdidas.
Además aumenta la resistividad del material y lógicamente disminuye las pérdidas por
corrriente parásitas. El porcentaje de silicio estabiliza la chapa en el sentido de evitar el
envejecimiento, esto es un aumento de las pérdidas con el tiempo, especialmente
cuando el material está sometido a la acción continua del calor.
La chapa magnética normal se lamina en caliente. Modernamente se utiliza la
llamada chapa magnética de grano orientado, laminada en frío. Este tipo de chapa no
solo se diferencia por el laminado en frío. La proporción de silicio suele oscilar entre el
3 y el 3,5 %. Se parte de acero más puro y con menor contenido de carbono que para la
chapa magnética ordinaria.
Sea cual fuere el tipo de chapa, el porcentaje de silicio no puede llegar a valores
muy altos, puesto que el material adquiere cualidades que dificultan su elaboración
mecánica. El tenor de silicio oscila entre un 0,8 y un 4,5 %.
Pero en la técnica de las máquinas no interesan las pérdidas por corrientes
parásitas separadamente, sino en conjunto, por ello se las considera en forma global,
partiendo de datos fácilmente determinados y que, comercialmente se han impuesto por
su simplicidad. Comencemos por considerar las pérdidas totales en el hierro como
ambas:
2 2
pFe = Pp + p h = Kp 1/ρ ( d . f . Bmáx ) . v + Κh . f . B máx . v (41)

Que reordenamos en una forma mas conceptual


2 2
pFe = (a . f + b . f ) B .v
máx (42)

De esta última se desprende que las pérdidas en el hierro dependen del volumen
de hierro, del cuadrado de la inducción maxima y de una función de la frecuencia de
variación del flujo. Para el caso de que la frecuencia sea de de 50 Hz, la inducción
máxima de Bmáx = 1W/m2 y el volumen de material el que corresponde a GFe = 1Kg de
material activo, la (42) se transforma en la siguiente:
2 1 (43)
p0 = {(a . 50) + (b . 50 )}
γ Fe

20
En donde γFe es el peso específico del material y su inversa el volumen de la
unidad de peso. Dividiendo la (42) con la (43) para la frecuencia de 50 c/s y tenemos:

pFe
= B 2 máx ⋅ v ⋅ γFe (44)
p0

Como el volumen v por el peso específico γFe da el peso total del hierro a
considerar se tiene :

pFe
= B 2 máx ⋅ GFe (45)
p0

De aquí se obtiene la expresión usual del cálculo

pFe= p0 . B 2 máx . GFe (46)

Al p0 se lo llama cifra de pérdidas y representa las pérdidas


2
en (W/Kg) de hierro
laminado trabajando a una inducción máxima de 1 (Wb/m ) con una frecuencia de 50
(c/s).
La formula (46) es por esto, solo válida para 50 c/s. Si deseamos generalizarla, debemos
introducir un factor función de la frecuencia y nos quedará finalmente :

pFe= p0 . C . B 2 máx . GFe (47)

Esta fórmula es absolutamente general y en ella se tiene:

pFe: pérdidas totales en el hierro (W)


p0: cifra de pérdidas (W/kg)
C: coeficiente función de la frecuencia
GFe: peso del material activo (kg)
2
Bmáx: inducción máxima (Wb/m )

C=1 para f = 50Hz


C = 1,26 para f = 60 Hz

La fórmula (47), es la que usualmente se emplea en el cálculo de las pérdidas en


el hierro en las máquinas eléctricas.
Se indican algunos valores orientativos de pérdidas en el hierro para frecuencias
de 50 c/s e inducciones de 1 (Wb/m2):
La chapa magnética silicosa ordinaria (laminada en caliente) tiene pérdidas del
orden de 0,8 a 1,3 W/kg.
La chapa de grano orientado de 0,4 a 0,5 W/kg y de 1 a 1,2 W/kg, según la
dirección del laminado.

21
Variación de las pérdidas en el hierro

Resulta interesante observar cómo varían las pérdidas en el hierro, según los
diferentes modos de operar las máquinas, y para ello procediendo en forma
simplificativa, comenzamos por tomar la ecuación siguiente, escrita en su forma
aproximada:

E = 4,44 . f . N . Bmáx . S ≅ U

Esto es lícito gracias a que la f.e.m. inducida en la bobina excitadora de un


circuito magnético, es aproximadamente igual a la tensión aplicada a la misma, debido a
que la resistencia de esa bobina es en la mayor parte de los casos, despreciable. De la
anterior obtenemos una forma genérica de utilidad.

U = K . f . Bmáx (48)

A continuación resumimos los casos más comunes de variación de pérdidas en


función de los parámetros usuales que contiene la (48) admitiendo que las restantes
magnitudes permanecen constantes.

1. Inducción constante: Tomando las ecuaciones (39) y (40) y admitiendo constante la


inducción, variamos la frecuencia obteniendo las curvas representadas en la figura
16.

Figura 16

22
2. Frecuencia constante: Trabajando siempre sobre las dos ecuaciones citadas
anteriormente, observamos que al igual que el caso de inducción constante, las
pérdidas aumentan según la figura 17.

Figura 17

3. Tensión constante: para este análisis que es técnicamente el mas interesaante de los
tres, procedemos primeramente a introducir la (48) en la (39), obteniendo:

2
⎛ U ⎞ 1
Ph = K h ⋅ f ⋅ v ⋅ ⎜⎜ ⎟⎟ = K1 ⋅ (49)
⎝k⋅ f ⎠ f

Se deduce que las pérdidas por histéresis disminuyen con la frecuencia.


Introduciendo la (48) en la (40) obtendremos:

2
⎛ U ⎞
Pp = K p ⋅ v ⋅ d ⋅ f ⋅ ⎜⎜
2 2
⎟⎟ = K 2 (50)
⎝k⋅ f ⎠

En este caso las pérdidas por corrientes parásitas no son función de la frecuencia y
permanecen invariables.

Resumiendo ambas en forma gráfica en la figura 18 obtenemos como conclusión


final que las pérdidas en el hierro disminuyen con el aumento de la frecuencia, lo que
debe tenerse en cuenta cuando una máquina eléctrica proyectada para 50 c/s pasa a
trabajar en una red de 60 c/s y viceversa.

23
Figura 18

Pérdidas mecánicas

Las pérdidas de origen mecánico ocurren en las máquinas eléctricas rotativas y


se deben a las siguientes causas:

. Rozamientos en los cojinetes del motor.


. Rozamientos de las partes móviles con el aire.
. Rozamientos de los colectores o anillos con sus escobillas.
. potencia que absorben los sistemas de autoventilación.

Las pérdidas del tipo 1 y 3 son función directa de la velocidad de giro, y las del
tipo 2 y 4 dependen de la tercera potencia de la velocidad de giro n. Todas ellas existen
como es fácil comprender porque las máquinas eléctricas rotativas tienen un órgano
giratorio, el rotor, que está apoyado sobre cojinetes y en su movimiento sus elementos
constituyentes rozan con el aire. Por otra parte, el rotor lleva o no un colector o anillos
rozantes o ambas cosas que frotan contra escobillas de carbón y toda máquina tiene un
ventilador o sistemas de ventiladores que impulsan aire u otro tipo de gases para
ventilar las partes bajo temperatura, debido a las pérdidas.
3
Pm = a . n + b . n (51)

La mayor parte de las máquinas eléctricas tienen velocidad constante, por lo que
podemos indicar que las pérdidas mecánicas en líneas generales, son constantes, y como
su valor es apreciablemente menor que los ya estudiados, su variación y su valor
absoluto juegan un papel poco importante. No obstante, en un análisis general, cuando

24
se ensayan máquinas para determinar su rendimiento, el valor de las pérdidas mecánicas
se determina separadamente para tenerlas en cuenta.
Pérdidas adicionales: existen en las máquinas una serie de pequeñas pérdidas de
origen diverso, debida a fenómenos secundarios en el cobre y en el hierro. Tales
pérdidas son bastante complejas de calcular con exactitud y en general las
normalizaciones han adoptado un valor fijo para las mismas. Su valor no sobrepasa
nunca el 1 % de la potencia útil de las máquinas, y por lo regular es del orden del 0,5 %.
Estas pérdidas no se tendran en cuenta en lo que sigue.

Rendimiento

Sabemos que la máquina eléctrica se encarga de transformar energía de una


forma en otra; ello indica sin lugar a adudas que recibe una potencia, que llamaremos de
aquí en adelante “potencia absorbida” Pa y que entrega una potencia que llamaremos
“potencia útil” Pu. No pudiendo ser la máquina eléctrica un mecanismo perfecto e
ideal, ocurre que Pa > Pu y la diferencia es justamente la suma de las pérdidas que
ocurren. Por lo tanto, lo que en adelante llamaremos “ pérdidas”de una máquina
eléctrica, se puede expresar por intermedio de:

p = pCu + pFe + pm (52)

La potencia absorbida debe ser necesariamente igual a la potencia útil mas las
pérdidas:

Pa = Pu + p (53)

El rendimiento se define como la relación entre la potencia útil y la potencia


absorbida, o sea:

Pu
η= (54)
Pa

A esta expresión se la conoce con el nombre de “rendimiento efectivo”. A su vez


a la relación:

Pa − p p p
η= =1− =1− (55)
Pa Pa Pu + p

se la conoce como el “rendimiento convencional”; de ambas expresiones es preferible


usar la última, dado que las mediciones de potencia útil y potencia absorbida por los
métodos directos, no son siempre realizable en condiciones de seguridad y exactitud
que es menester. En cambio, la medición separada de las pérdidas pCu, pFe, y pm es
factible en la mayor parte de los casos con la exactitud requerida.

25
Variación del rendimiento

Resulta de sumo interés observar cómo varía el rendimiento de una máquina en


función de la potencia eléctrica en juego. Para ello recordemos que la potencia eléctrica
se expresa por medio de:

P = U .I; P = U . I . cos ϕ; P= 3 .U. I . cos ϕ (56)

La primera expresión es para corriente continua; la segunda para corriente


alternada monofásica y la tercera para corriente alternada trifásica. Pero como por lo
regular la tensión y el factor de potencia con que trabajan las máquinas eléctricas, son
aproximadamente constante, podemos escribir:

P=K.I (57)

Tomando ahora la ecuación (38), observamos que las pérdidas en el cobre son función
de la densidad de corriente o lo que es lo mismo decir, de la corriente misma y tomando
la (57) podemos escribir:

pCu = K . I2 = K1 . p2 = pv (58)

A este último valor lo llamaremos “pérdidas variables”.

Esta condición debe contemplarse diciendo que además la velocidad y la


frecuencia son, para un análisis generalizado, como el que proponemos aquí,
magnitudes constantes. Admitiendo entonces todas las condiciones, las pérdidas
mecánicas y las pérdidas magnéticas resultarán invariables, dado que las primeras son
función de la velocidad y las segundas, función de la frecuencia y de la inducción (o de
la tensión). Por lo tanto en términos generales se llama “pérdidas fijas”en las máquinas
a la suma:

pf = pm + pFe (59)

Las máquinas tienen entonces pérdidas fijas y pérdidas variables; estas últimas
en función de la potencia eléctrica en juego. Considerando que se trata de un generador,
la potencia eléctricas será la útil y por lo tanto podemos establecer:

P P
η= = (60)
P + p f + pv P + p f + K1P 2

El rendimiento es entonces función de la potencia y resulta de utilidad posterior


determinar la condición para la cual es máxima. Para ello tomamos su derivada en
función de la variable propuesta y la igualamos a cero:

26
dη P + p f + K1 ⋅ P − P ⋅ (1 + 2 ⋅ K1 ⋅ P )
2

= =0 (61)
dP (
P + p f + K1 ⋅ P 2)2

con oportunas simplificaciones se llega a:

pf = K1 . P2 = pv (62)

Se puede afirmar entonces que, una máquina eléctrica rotativa funcionando en


condiciones de velocidad, tensión, factor de potencia y frecuencia constante, tiene su
rendimiento máximo en la condición de carga y corresponde a igualdad de pérdidas fijas
y variables.

Todo esto queda graficado en la


figura 19 en donde se puede observar
que el rendimiento es nulo cuando la
poterncia eléctrica es nula, crece luego
hasta alcanzar su valor máximno
cuando las pérdidas variables se hacen
iguales a las fijas, y luego comienza a
decrecer lentamente.

Figura 19

Esta forma de curva de rendimiento es la usual en casi todas las máquinas


eléctricas rotativas.

Rendimiento cíclico

El rendimiento que terminamos de estudiar es el instantáneo y según la curva


η = f(P) de la figura 19 a cada potencia con que funciona una máquina le corresponde un
valor. Pero también es necesario en algunos casos conocer el rendimiento cíclico o
rendimiento de energía, que se define por medio de:

Au
ηe = (63)
Aa

siendo Au la energía entregada o útil en un cierto período de tiempo y Aa la energía


absobida por la máquina en el mismo lapso.

27
En los análisis, el período de tiempo considerado suele ser de un día o un mes o
un año.
Supuesto que sea un día, las energías puestas en juego estarán dadas por:

24 24
Au = ∫ Pu .dt Aa = ∫ Pa .dt (64)
0 0

Dichas energías son representables por el área de los diagramas de la figura 20.

No siendo la función P = f(t) expresable por vía matemática en forma cómoda, se recurre
frecuentemente a tomar la sumatoria de rectángulos parciales, según se ilustra en la
figura 21.
Lo que se puede expresar en forma generalizada según:

η=
∑ pu ⋅ t
(65)
∑ pa ⋅ t

Figura 20 Figura 21

28

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