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El posibilismo: La concepción posibilista cargó el acento hacia el lado opuesto, ofreció una
profunda fisura constitucional entre la geografía física y la geografía humana. La
importancia de la geología es abrumadora en el enfoque general de esta tendencia. El
posibilismo no fue capaz de proveerse de suficientes ingredientes idiográficos y en
segundo lugar, no fue capaz de elaborar una teoría del espacio geográfico, a pesar de que
la geografía regional llegó a tener papel protagónico. Los geógrafos del posibilismo
procedieron a trasponer la noción geométrica del espacio a la reflexión geográfica.
–Hacia una noción estructural de las regiones: Debe admitirse que todas las veces que se
ha intentado sostener que la Geografía es una ciencia como las demás, ha resultado
paradójicamente debilitada la posición de aquella. La geografía es diferente de las
ciencias sistemáticas, el proceso de sus estudios no consiste en la amplificación del
análisis, sino en una progresiva integración que culmina o debe culminar en la concepción
regionalizante. En la geografía regional, se encuentra la porción medular de la geografía
desde que esta ciencia existe como tal por obra de los griegos. Si concebimos la geografía
como una ciencia del hombre, pensamos que las regiones son obra del habitante. Este
habitante es en la región que habita, puesto que no vive en todas las regiones, sino en una
sola. La noción regional debe abandonar toda idea de permanencia y equilibrio estable y
asumir junto con la idea de estructura, la de variación coyuntural. El verdadero fin del
geógrafo estaría dado por la investigación adecuado de la estructura regional. La teoría de
la estructura permite aclarar algunos puntos métodos y teóricos, tales como, por ejemplo,
la naturaleza heterogénea del espacio geográfico y su carácter discontinuo. La concepción
estructural de las regiones permite el estudio de éstas mediante modelos que hasta cierto
punto operan de modo que muestran las relaciones de parte a parte y de cada aparte con
el todo.
De acuerdo con esto, puede comprenderse por qué ha surgido la geografía aplicada, que
no es una rama de la Geografía ni una geografía distinta. Es el resultado de una nueva
concepción operacional. Si la estructura es una especie de principio de comprensión de la
realidad; la idea de planeamiento implica una valoración de la estructura. Lo que está
estructurado, en bueno de lograr.
Balmaceda:
-Definición por su objeto: decir que la geografía es la ciencia que describe la superficie
terrestre es decir poco. Hoy en día la geografía aspira hacer algo más que una simple
descripción.
Considerada a la geografía como una mera descripción aparece como una especie de
superciencia que pretende describir en conjunto lo que distintas ciencias sistemáticas
describen individualmente y por separado.
Podemos decir que “la geografía es la ciencia que estudia al hombre y su entorno”. Lo que
nos preocupa son las relaciones que se producen entre el hombre-habitante y la
superficie-habitada.
-Definición por su método: Si aceptamos que la geografía se divide en dos grandes ramas
debemos estar conforme que el método deberá ajustarse a esta división. Tanto en la
geografía general como la regional no existe un método geográfico especifico.
-Problema del léxico: Si consultamos los diccionarios geográficos más reputados, casi
todas las palabras que lo componen pertenecen a otras ciencias salvo, a aquellas que
hacen referencias aun que hacer de la geografía. Existen 4 palabras que no figuran en el
diccionario oficial de nuestra lengua (Posibilismo, probabilismo, ecúmene y hábitat).
La geografía como forma de pensamiento: El geógrafo tiene ante sí una disyuntiva atroz:
por un lado no puede especializarse y por el otro es difícil que pueda conocer los
progresos que día a día se realizan en las distintas ciencias que debe utilizar en carácter de
auxiliares. Su alternativa en la emergencia y su posibilidad de sobrevivencia en un mundo
en el que predomina la especialización es poseer una capacidad y un adiestramiento
adecuados para comprender la realidad como un todo, captando aquello que es relevante
y dejando de lado las minucias que no singularizan al conjunto. Por ello consideramos que
podemos caracterizar a la geografía como una forma de pensamiento y al geógrafo como
el último científico que procura superar la fragmentación de la realidad en
compartimientos más o menos estancos que aunque son de existencia convencional son
los que en última instancia ordenan la actividad científica del mundo contemporáneo y
posiblemente la ordenen aún más en el futuro. El geógrafo es el sobreviviente de los
filósofos de la antigüedad y por ello puede ser considerado como el último homo
universalis.