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Guía de Estudio Mayo 2019

Desarrollo Salud y Educación


Docente: Marcela Mujica

El desarrollo adecuado de las ninñ as y ninñ os estaá íántimamente relacionado con las condiciones
baá sicas de cuidado y bienestar que se le brinden desde su nacimiento, por lo que como futuras
profesionales de Educacioá n Parvularia, tiene la responsabilidad de ofrecer a los paá rvulos un
entorno seguro y sin riesgos, anticiparse a corregir todas aquellas situaciones que pudieran
significar un peligro para ellos, e incorporar permanentemente en el quehacer pedagoá gico
acciones de autocuidado con los paá rvulos, en un trabajo conjunto con la familia.

I.-LA PREVENCIÓÓ N Y EL DIAGNÓÓ STICÓ ÓPÓRTUNÓ

La baja tasa de mortalidad infantil que tiene Chile, similar a la de paíáses desarrollados, es un
logro de la Salud Puá blica nacional. Avanzar en el control de enfermedades peligrosas ha sido
fruto del trabajo conjunto de equipos de salud y autoridades sanitarias, que durante deá cadas
han confluido en la elaboracioá n de importantes y eficaces políáticas puá blicas. De este modo, van
surgiendo nuevos desafíáos: prevenir, identificar y tratar a tiempo otras patologíáas especíáficas.
Ante esta realidad, el rol del pediatra, es fundamental, y maá s allaá del diagnoá stico y tratamiento
de una enfermedad aguda, es necesario que exista una buena comunicacioá n con los padres
acerca del proceso de crecimiento y desarrollo, enfocaá ndose en los riesgos especíáficos de cada
edad. PATÓLÓGIÓAS PEDIAÓ TRICAS PREVALENTES LA IMPÓRTANCIA DE LA PREVENCIÓÓ N Y EL
DIAGNÓÓ STICÓ ÓPÓRTUNÓ ESPECIAL PREVENCIÓÓ N. “EL PEDIATRA DEBE INSISTIR EN LAS
MEDIDAS DE PREVENCIÓÓ N, CÓNTRÓL, PRECAUCIÓÓ N Y PRÓTECCIÓÓ N” TRAUMAS Y
ACCIDENTES

Los accidentes son la principal causa de muerte en Chile, en el rango etario de 1 a 49 anñ os,
siendo en ninñ os la primera causa no infecciosa de hospitalizacioá n. Las caíádas, en los menores
de un anñ o son muy frecuentes, asíá como los golpes en ninñ os que recieá n empiezan a caminar, o
que en el proceso de sociabilizacioá n interactuá an con juegos bruscos, y lejos de la supervisioá n
de los padres: jardines infantiles, colegios, plazas o en el propio hogar, mientras los padres
trabajan. Ante tal escenario, las medidas para prevenir la ocurrencia de accidentes
traumaá ticos son de vital importancia. En la Regioá n Metropolitana, cada anñ o fallecen 8.216

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personas (7.000 a 10.000) por causas externas, o accidentes y violencias, de las cuales, casi
13,4% son ninñ os de 0 a 18 anñ os, y el 30% fallece por traumatismo encefalocraneano. Las
caíádas son el mecanismo maá s frecuente en los grupos de menores de 1 anñ o hasta los 14 anñ os,
con una frecuencia que va descendiendo a traveá s del crecimiento, de 75% a 55%. En menores
de 1 anñ o, lo maá s frecuente es la caíáda por dejar al bebeá solo en una superficie, con el 40%, y a
continuacioá n las caíádas al mismo nivel, en el 30% de los casos. Le siguen las quemaduras por
líáquidos calientes y vapor, entre otros, los cuerpos extranñ os en orificios, y, posteriormente, los
ahogamientos y asfixia. En el grupo de 1 a 14 anñ os, el golpe y choque con otro objeto es el
mecanismo maá s frecuente, seguido del aplastamiento, corte o perforacioá n. Le siguen los
cuerpos extranñ os en orificio natural, quemaduras y aparecen las intoxicaciones por ingesta de
medicamentos o quíámicos, y ahogos y asfixias. Todo esto relacionado con el mayor desarrollo
psicomotor del ninñ o. Cabe senñ alar que, en general, en los ninñ os menores las ingestas son
accidentales y en los mayores son intencionales. Tambieá n se ha observado, en ninñ os mayores,
un aumento progresivo de las intoxicaciones por drogas de abuso, como la pasta base, muy
toá xica, por su impureza, y que produce muchas complicaciones y un aumento de accidentes.

La escuela es otro lugar donde se producen accidentes, en educacioá n fíásica o durante el recreo.
En la sala cuna y jardíán infantil ocurren menos accidentes, porque los ninñ os estaá n maá s
protegidos. El horario de mayor frecuencia estaá entre las 3 y las 6 de la tarde, y la hora críática
es alrededor de las 5 y durante los fines de semana. Esta variacioá n se explica porque durante
la semana los ninñ os estaá n protegidos, ya que entran al colegio a las 8 de la manñ ana y salen a
las 3 y media de la tarde, por lo tanto, en este tercio del díáa estaá n seguros, pero despueá s del
colegio tienen maá s tiempo libre, lo mismo que los fines de semana. El grupo de edad con
mayor frecuencia de accidentes domeá sticos es el situado entre 1 y 4 anñ os (67%), seguido del
grupo de edad entre los 5 y los 10 anñ os. En estos casos la localizacioá n maá s frecuente en la que
se producen los accidentes es la cocina (30%), seguido de las escaleras interiores (12%), el
banñ o (11%), la piscina (10%) y zonas comunitarias (9%). Se encontraríáa una relacioá n de los
accidentes infantiles domeá sticos con un cuidador realizando actividades domeá sticas. Los
grupos mayores tienen maá s accidentes fuera del hogar debido a su mayor independencia y a la
actitud temeraria de los adolescentes. ¿Existen traumas de difíácil identificacioá n por parte de
los padres y el pediatra (sin senñ ales visibles), y que puedan derivar en futuros problemas?
¿Coá mo identificarlos? Mencioá n especial con respecto al maltrato infantil: las lesiones
cerebrales severas en menores de 2 anñ os pueden ser secundarias a maltrato y son la causa
maá s comuá n de muerte. Su presentacioá n clíánica puede ser equíávoca o pasar inadvertida, porque

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a veces no hay golpes directos que dejen evidencia objetiva; puede ser un zamarreo agresivo,
por eso es importante sospecharlo clíánicamente, estudiarlo adecuadamente y conocer el
espectro de hallazgos imagenoloá gicos, algunas veces muy sutiles.

En el estilo parental actual, ¿los horarios de trabajo de los padres influyen de alguna manera
en la frecuencia de los accidentes? Las largas jornadas de trabajo dejan a los ninñ os maá s libres
cuando no estaá n en las actividades escolares y, por lo tanto, en mayor riesgo de un accidente.
Puede influir en la falta de comunicacioá n con el adolescente, y la deteccioá n a tiempo de
problemas que lo pudieran impulsar al consumo de drogas o alcohol, o la ingesta intencional
de medicamentos. Un ninñ o que sufre un accidente grave (asfixia por inmersioá n, gran quemado,
TEC grave) pasa suá bitamente de estar sano a tener riesgo vital. ¿Coá mo se aborda este aspecto
en la comunicacioá n con los padres? Frente a un ninñ o que ingresa con un traumatismo grave, la
misioá n del equipo de salud de las unidades críáticas es realizar todas las medidas para su
estabilizacioá n y mejoríáa; mantener a los padres informados de la evolucioá n del ninñ o y de su
pronoá stico vital; proveerlos de un ambiente acogedor donde esperar la evolucioá n cuando no
puedan estar con eá l, y, mantenerlos al lado del enfermo el mayor tiempo, siempre que sea
posible. Se deben tomar las medidas para el apoyo espiritual y psicoloá gico de la familia, e
iniciar precozmente la rehabilitacioá n y reinsercioá n del ninñ o en su ambiente, cuando sea
posible. Por uá ltimo, solicitar la accioá n de un equipo multidisciplinario para la rehabilitacioá n
psicoloá gica del ninñ o y su familia, y para la recuperacioá n de todas sus funciones vitales.

De 1 a 4 anñ os, las causas son asfixia por inmersioá n, accidentes de traá nsito (pasajero y peatoá n),
quemaduras e intoxicaciones. De 5 a 9 anñ os, accidentes de traá nsito (peatoá n y pasajero), asfixia
por inmersioá n, quemaduras, intoxicaciones y homicidios. De 10 a 14 anñ os, accidentes de
traá nsito (ocupante y peatoá n), asfixia por inmersioá n, intoxicaciones, suicidios y homicidios.
Ninñ os. • Transporte seguro: uso de sillas, cinturones. • Juego seguro: entornos vigilados, uso
de cascos, proteccioá n solar. • Deteccioá n de signos de maltrato infantil.

En cualquier actividad que se desarrolle, pueden existir distintas situaciones riesgosas, las que
representan la posibilidad de ocurrencia de accidentes o siniestros y que pueden danñ ar a las
personas. Cuando se permanece en un ambiente donde se realizan actividades por un periodo
prolongado de tiempo, se tiende al acostumbramiento del entorno, por tanto, no se evidencian
las condiciones inseguras que puedan existir ya que se pierde la capacidad críática de
observacioá n. Por esta razoá n, a continuacioá n se presentan las principales condiciones de
riesgos potenciales identificados y medidas preventivas, asociadas a las aá reas de trabajo de

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cada dependencia, de acuerdo a las estadíásticas disponibles y al juicio profesional de la
Comisioá n que ha elaborado el presente cuerpo normativo. No obstante lo anterior, es
responsabilidad del personal de cada unidad educativa detectar las condiciones y acciones
inseguras de su entorno inmediato y desarrollar las acciones de prevencioá n de riesgos de
accidentes pertinentes y en forma oportuna. Asimismo, la participacioá n de la familia
constituye un eje importante en la prevencioá n de accidentes en el Jardíán infantil ,y en el hogar,
motivo por el cual debe estar informada de las acciones y condiciones inseguras que pueden
provocar accidentes, y de esta forma prevenir y reforzar los aprendizajes de autocuidado con
sus hijos.

REGLAS BAÓ SICAS DEL PERSÓNAL A CARGÓ DE LÓS PAÓ RVULÓS EN LA PREVENCIÓN DE
RIESGÓS DE ACCIDENTES · TÓDÓ ACCIDENTE ES EVITABLE · No dejar nunca a los paá rvulos
solos. · Mantener una visioá n permanente y general del grupo de paá rvulos. · Óbservar el estado
general del paá rvulo desde su ingreso al Jardíán Infantil hasta el momento de su retiro. · Estar
alerta a que los paá rvulos no ingresen al establecimiento con elementos que pudieran significar
un riesgo de accidente, como por ejemplo: medicamentos, foá sforos, elementos toá xicos,
elementos cortantes, o de otro tipo. · Cumplir con las disposiciones baá sicas de seguridad,
confortabilidad y prevencioá n de accidentes al ingreso de los paá rvulos, durante la jornada de
trabajo, y al momento de su retiro del Jardíán Infantil. · Cumplir con la entrega del paá rvulo a la
persona responsable del ninñ o o ninñ a ante el Jardíán Infantil, o por la persona adulta que esteá
autorizada para hacerlo en situaciones justificadas, seguá n debe constar en la Ficha de
Antecedentes del Paá rvulo. PREVENCIÓÓ N DE CAIDAS Y GÓLPES.

II.-Enfermedades más Prevalentes de la infancia en Chile

Alergias

Una persona nace con predisposicioá n geneá tica a ser aleá rgica, sin embargo, es el medio
ambiente el que determina los aleá rgenos a los que estaá expuesta. La principal fuente de
aleá rgenos en los ninñ os pequenñ os es de origen alimentario, como la leche. Este tipo de alergias
puede aparecer desde los primeros díáas de vida, con dermatitis atoá pica, urticaria y síántomas
gastrointestinales (coá licos, diarrea, constipacioá n, deposiciones con sangre y reflujo
gastroesofaá gico, entre otros). En casos maá s graves, puede haber obstruccioá n respiratoria y
shock anafilaá ctico.

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En la etapa preescolar comienzan las alergias respiratorias al polvo de habitacioá n, hongos,
polen de aá rboles, pastos y malezas, y caspa de animales. EÓ stas se expresan principalmente
como rinitis, conjuntivitis y asma. En caso de infecciones, puede haber complicaciones como
sinusitis croá nica.

El tratamiento se basa en evitar al maá ximo el contacto con el aleá rgeno causante de la
sintomatologíáa; antialeá rgicos (antihistamíánicos); corticoides toá picos, para alergias
respiratorias; corticoides sisteá micos, cuando los síántomas son maá s serios y, excepcionalmente,
en casos graves, inmunosupresores. Por ejemplo, si se tiene alergia en primavera, desde
agosto hay que iniciar el tratamiento, porque como se usan por la nariz, al tener muchas
secreciones nasales previas, no se pueden inhalar bien y no se logra el efecto esperado.

Amigdalitis

Se trata de un trastorno que consiste en la inflamacioá n de las amíágdalas, noá dulos linfaá ticos
ubicados en la parte superior de la garganta que tiene la funcioá n de defender al organismo de
agentes infecciosos. El cuadro clíánico es suficiente para efectuar un diagnoá stico, sin embargo,
en ocasiones es necesario hacer cultivos de la infeccioá n y un test especial.

Si se confirma que el causante es el Estreptococo beta hemolíático grupo A, el tratamiento es la


penicilina benzatina. La accioá n de este antibioá tico inyectable dura alrededor de 21 díáas y
posee la capacidad de erradicar el germen en un alto porcentaje.

Se manifiesta con dolor en la garganta al tragar, fiebre alta y decaimiento. Al comienzo soá lo se
ven las amíágdalas enrojecidas y luego una zona comienza a tomar un color amarillento, que es
donde se localiza la infeccioá n.

Asfixia por cuerpo extranñ o

Los menores de entre uno y cinco anñ os suelen atorarse con monedas, piezas chicas de
juguetes, botones y algunos alimentos. Por eso hay que evitar que coman alimentos duros
(frutos secos), cortarles la carne en pedacitos y quitar de su alcanza piezas pequenñ as de juego.

La senñ al universal de sofocacioá n por cuerpo extranñ o consiste en que la persona se agita, se
levanta, se lleva las manos al cuello y trata de tomar aire. Estas senñ ales instintivas se hacen
desde los dos anñ os. Antes, soá lo se percibe por la dificultad respiratoria. Si el objeto no es
removido y no se puede respirar, se produce cianosis (coloracioá n azulada de la piel) y,
aproximadamente, a los tres minutos, el ninñ o cae inconsciente. Con esto puede haber danñ o

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cerebral irreversible. Las consecuencias van desde carraspeo y tos transitoria -si el objeto es
retirado a tiempo- hasta paro cardiorrespiratorio, en caso contrario.

Un importante porcentaje de las muertes producidas por esta asfixia, podríáan ser evitadas si
se actuá a a tiempo. Por eso es importante que los padres y cuidadores aprendan a realizar la
maniobra de Heimlich y reanimacioá n cardiovascular.

Asfixia por inmersioá n

La mayoríáa de estos accidentes ocurre en ninñ os de entre uno y cinco anñ os porque, porque
como ya saben caminar, aumentan las posibilidades de que se caigan al agua. Por eso, los maá s
pequenñ os no deben nunca estar sin la supervisioá n de un adulto mientras juegan en piscinas y
ni siquiera cuando se banñ an en la tina. Tambieá n debe vigilarse a los ninñ os mayores con alguá n
tipo de discapacidad o enfermedad que pueda llevarlos a perder el control de sus
movimientos.

Las piscinas deben tener rejas de al menos 1,5 metros de alto con puertas y cerraduras a
prueba de ninñ os. La distancia entre un fierro y otro no debe sobrepasar los 15 centíámetros, de
manera de que no quepa la cabeza de un pequenñ o.

Considerando que cerca del 80% de las víáctimas de asfixia por inmersioá n fallece antes de
llegar al hospital, es muy importante que los padres, profesores y personas que estaá n a cargo
de ninñ os sepan primeros auxilios (reanimacioá n cardiopulmonar o RCP). Muchas veces soá lo
basta con algunas medidas baá sicas para hacer la diferencia entre la vida o la muerte.

Diarrea

Los lactantes contraen muchas infecciones y, en consecuencia, presentan muchos cuadros de


diarrea, la que puede tener graves consecuencias. Por eso, para evitarla es indispensable tener
buenos haá bitos de higiene, como un buen lavado de manos antes de preparar los alimentos, y
mantener limpios chupetes y mamaderas.

Cuando hay diarrea se debe aumentar el consumo de líáquidos, para evitar la deshidratacioá n.
Tambieá n se debe dar al ninñ o sales para rehidratacioá n oral y mantener su alimentacioá n
habitual. La lactancia materna protege contra la diarrea y no debe suspenderse en caso de
presentarla.

Los lactantes menores de seis meses son los que tienen mayor riesgo de deshidratarse cuando
contraen una diarrea.

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Displasia de cadera

Cuando no es tratada a tiempo, la displasia de cadera puede provocar dolor, cojera y limitacioá n
de la movilidad. Por eso es fundamental fomentar la deteccioá n temprana, idealmente durante
el primer mes de vida.

Esta patologíáa es seis veces maá s comuá n en mujeres y generalmente es congeá nita, aunque hay
casos en se desarrolla con el tiempo. Se define como un retardo en el desarrollo de los
elementos que forman la articulacioá n de la cadera, que son el acetaá bulo de la pelvis y la cabeza
del feá mur. En algunos casos esto puede provocar una peá rdida de la relacioá n entre ambas
estructuras. Cuando la alteracioá n es parcial se habla de subluxacioá n de cadera y cuando es
total, de luxacioá n.

El diagnoá stico se realiza a traveá s de exaá menes por imaá genes (ecografíáa durante el primer mes
y luego de los tres meses, radiografíáa de pelvis). El tratamiento, dependiendo del grado de
displasia, puede ser ortopeá dico o quiruá rgico. Sin embargo, es fundamental que los ninñ os que
han sido tratados sigan teniendo controles perioá dicos para evaluar su evolucioá n, de manera de
detectar si tienen alguá n grado de secuela. Existe una relacioá n directa entre la displasia de
cadera y la artrosis.

Epilepsia

La epilepsia se produce por la aparicioá n de descargas eleá ctricas excesivas de las neuronas, las
que se presentan en forma anormalmente sincronizada. Las manifestaciones van desde las
claá sicas convulsiones hasta breves periodos de peá rdida de contacto con el medio que,
probablemente, pasen desapercibidas para el resto de la personas. Las crisis epileá pticas
pueden presentarse en todas las etapas de la vida.

Existen diversos tipos de epilepsia, algunas de origen geneá tico y otras sintomaá ticas
(secundarias a lesiones cerebrales como tumores, accidentes vasculares y malformaciones,
entre otros). Todas tienen como factor comuá n manifestarse con crisis epileá pticas, pero sus
pronoá sticos y tratamientos son distintos, por lo que es clave un diagnoá stico adecuado.

Esta patologíáa puede afectar, ademaá s, en grado variable, aspectos como la salud reproductiva,
la conduccioá n de vehíáculos motorizados y la actividad laboral. Por eso su manejo debe estar a
cargo de un equipo multidisciplinario de psiquiatras y neuropsicoá logos especialistas en
epilepsia.

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Escarlatina

Esta enfermedad es causada por una infeccioá n en la garganta con bacterias estreptocoá cicas
beta hemolíática del grupo A, las cuales generan una toxina que provoca erupciones cutaá neas
que al principio aparecen en el cuello y el toá rax, y luego se diseminan por el resto del cuerpo.
Tambieá n se presenta con fiebre alta, dolor de garganta, amigdalitis purulenta, piel aá spera a la
palpacioá n, peá rdida de apetito, decaimiento, voá mitos y dolor de estoá mago, producto de la
inflamacioá n de los ganglios abdominales.

Soá lo puede dar tres veces en la vida, dado que son tres las toxinas del estreptococo capaces de
producirla. Su principal forma de contagio es el contacto cercano con personas infectadas, ya
que se transmite a traveá s de las secreciones respiratorias. El periodo de incubacioá n es entre
uno y siete díáas.

El tratamiento es el mismo que se utiliza para la infeccioá n de garganta por estreptococos, es


decir, prescripcioá n de antibioá ticos para eliminar la bacteria responsable. Generalmente, se
elige la penicilina o sus derivados, pero en caso de alergias se buscan otras alternativas como
eritromicina. Esto es fundamental para evitar el desarrollo de la fiebre reumaá tica, que es la
complicacioá n maá s temida en estos casos.

Estrenñ imiento infantil

Generalmente, el estrenñ imiento infantil afecta a ninñ os que comen poca fibra, mucha comida
"chatarra" y tienen haá bitos evacuatorios no adecuados. Soá lo en un pequenñ o grupo de
pacientes la causa es una alteracioá n en el tubo digestivo bajo u otra patologíáa.

Se puede presentar, por ejemplo, en ninñ os entre los tres y seis meses cuando se les suspende
la leche materna y comienzan a ingerir foá rmula laá ctea. Tambieá n alrededor de los dos anñ os
cuando se realiza el entrenamiento de haá bitos urinarios y fecales para suspender el uso del
panñ al.

Si bien la sintomatologíáa es variable dependiendo de la edad, por lo general se manifiesta con


sufrimiento al momento de defecar, debido a deposiciones duras y de gran volumen, ademaá s
de disminucioá n de la frecuencia evacuatoria asociada a dolor abdominal. En estos casos es
importante consultar con un especialista, quien generalmente con una historia clíánica
detallada y un examen fíásico completo, puede realizar un diagnoá stico adecuado y tomar las
medidas necesarias. Es una enfermedad con altas probabilidades de mejoríáa

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Fiebre

Es muy comuá n que los ninñ os tengan fiebre. La causa maá s frecuente es la respuesta del
organismo ante una infeccioá n (viral o bacteriana).

Cuando sube la temperatura, el cuerpo reacciona poniendo en marcha los mecanismos para
perder calor. Uno de ellos es la transpiracioá n, lo que se traduce en una mayor peá rdida de agua.

En ninñ os se recomienda tomar la temperatura de manera axilar, ya que es lo menos invasivo, y


con un termoá metro digital. Los convencionales de mercurio tienen el inconveniente de que se
quiebran con facilidad, lo que puede ser peligroso porque el mercurio es toá xico.

Se recomienda un abundante consumo de líáquidos, para reponer el agua perdida. Los


medicamentos antipireá ticos logran bajar la temperatura, pero no solucionan la enfermedad
que la causa.

Hemangiomas

Se puede nacer con ellos o desarrollarlos durante los primeros meses. No son lesiones
hereditarias, aunque ocasionalmente se publican casos de familias con lesiones vasculares que
se presentan en maá s de una generacioá n.

Los hemangiomas capilares de la infancia, generalmente, se presentan en el cuello y cara como


un aumento de volumen de tonos rojos y no producen maá s síántomas, por esto, en la mayoríáa
de los casos no es necesario seguir un tratamiento especial, pero síá mantener un control para
monitorizar su evolucioá n.

No se deben operar porque son lesiones benignas de evolucioá n clíánica muy conocida y se sabe
que se reducen durante los primeros anñ os de vida. Soá lo al final de este proceso, si quedara
alguá n vaso capilar visible o piel sobrante por estiramiento, se hace la correccioá n
correspondiente con laá ser o cirugíáa. En tanto, los de mayor tamanñ o -o seguá n su ubicacioá n- se
tratan con medicamentos orales. Esto debe hacerse lo antes posible y requiere estricto control
meá dico para obtener el maá ximo beneficio y evitar complicaciones. No se conocen formas de
prevencioá n.

Hipertensioá n arterial

En Chile el 5.6% de la poblacioá n entre 17 y 24 anñ os presenta este problema y las cifras suben a
medida que la edad aumenta.

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En la adultez, algunas de las consecuencias de esta silenciosa enfermedad son la hemorragia
cerebral, la insuficiencia cardiaca y renal, y los infartos.

Los principales factores de riesgo para tener hipertensioá n son la vida sedentaria, la temprana
adiccioá n al tabaco y la comida raá pida. Es por eso que es fundamental cambiar los haá bitos,
mantener un control adecuado del peso, reducir la sal de la dieta, hacer ejercicio aeroá bico y no
fumar.

Impeá tigo contagioso

Esta enfermedad consiste en pequenñ as manchas rojas que se van trasformado en costras de
color amarillento. Es una patologíáa altamente transmisible, que afecta principalmente a
menores de cinco anñ os.

Surge principalmente en preescolares, sobre todo en aquellos que presentan una inmunidad
de tipo celular alterada o que son atoá picos, es decir, que sufren de asma bronquial o de rinitis
aleá rgica.

Si hay pocas lesiones se puede realizar un tratamiento local con cremas de alta especificidad,
las que contienen productos activos como la mupirocina y el aá cido fusíádico, (ambos
antibioá ticos que deben ser recetados por un meá dico). Previamente, se debe retirar la costra
para que penetre mejor el producto y se humecte la zona. Estas cremas se deben aplicar dos o
tres veces al díáa por una semana. Si el impeá tigo es maá s complicado, hay que tratarlo con
antibioterapia oral.

Infeccioá n urinaria

Alrededor del 4% de las mujeres y el 1% de los hombres sufre de una infeccioá n urinaria antes
de llegar a la pubertad, seguá n el Manual de Nefrologíáa Pediaá trica de 2001. Estas cifras la
convierten en la segunda infeccioá n bacteriana maá s frecuente en ninñ os, soá lo superada por las
infecciones respiratorias altas.

Consiste en una inflamacioá n de la víáa urinaria causada por bacterias, donde generalmente el
agente infeccioso, como la Escherichia coli, proviene del intestino grueso. Si afecta soá lo a la víáa
urinaria baja (vejiga o uretra) se le llama cistitis aguda bacteriana, en cambio cuando la
infeccioá n se expande a los rinñ ones, se habla de pielonefritis aguda.

El diagnoá stico se realiza a traveá s de un examen clíánico y se confirma con anaá lisis de orina y
urocultivo, el que suele ser difíácil de realizar en ninñ os pequenñ os que no tienen control de su

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miccioá n, aunque con paciencia es posible. En algunos, casos se toma la muestra con sonda.
Dependiendo de los resultados, el meá dico receta antibioá ticos y se hace el seguimiento que
corresponde seguá n la edad.

Ótitis externa

Consiste en una inflamacioá n del conducto auditivo externo del oíádo y del pabelloá n auricular
-puede ser de una o de ambas partes-, situacioá n que se da maá s durante el verano debido al
aumento de banñ os en piscina, playas y lagos, entre otros. Generalmente, esto se produce
porque la exposicioá n prolongada del canal auditivo al agua causa irritacioá n y congestioá n, lo
que genera un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos.

El diagnoá stico para detectar la otitis externa es clíánico. Puede haber dolor de la oreja
relacionado con el movimiento o la compresioá n. No se necesita ninguá n tipo de exaá menes, a
menos que sea necesario hacer diagnoá stico bacterioloá gico, luego de un tratamiento que no ha
funcionado.

El tratamiento habitual de la otitis externa claá sica de verano dura entre siete y 14 díáas, y
consiste en analgeá sicos antiinflamatorios y gotas de antibioá ticos locales toá picas. Sin embargo,
cuando hay edema del conducto es necesario utilizar gotas con antibioá tico maá s corticoide. El
uso de antibioá ticos orales estaá reservado para infecciones maá s severas.

Ótitis media aguda

Esta infeccioá n es la segunda maá s frecuente en ninñ os menores de seis anñ os, despueá s del resfríáo
comuá n. De hecho, se estima que el 90% de los preescolares ha padecido alguna vez otitis
media aguda. Generalmente, es causada por una proliferacioá n de geá rmenes desde la
rinofaringe hasta el oíádo medio o por la obstruccioá n de la trompa de Eustaquio, canal que
comunica la garganta con la caja timpaá nica. Esto provoca una acumulacioá n de líáquido y genera
una infeccioá n.

Las principales molestias que siente un ninñ o como otitis media aguda son dolor de oíádo,
decaimiento, congestioá n nasal, disminucioá n de la audicioá n y fiebre, principalmente en
preescolares.

En la mayoríáa de los pacientes se indican antibioá ticos por siete a diez díáas, ya que en maá s del
70% de los casos el origen es bacteriano. Estos se pueden complementar con analgeá sicos

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antipireá ticos para combatir el dolor y la fiebre, pero no deben usarse gotas oá ticas porque no
llegan al oíádo medio.

Paperas

Cuando un virus afecta a las paroá tidas -glaá ndulas salivales ubicadas cerca de las orejas- se
produce paperas o parotiditis, una patologíáa viral y aguda que se caracteriza por el aumento
de su volumen y se transmite por contacto directo con personas infectadas o por víáa
respiratoria (tos o estornudos).

Generalmente, se manifiesta a las dos o tres semanas y sus síántomas son malestar general leve,
fiebre no muy alta por unos cuatro díáas; molestias en el aá rea temporomandibular y en las
glaá ndulas salivales, principalmente, al comer, debido a que estaá n inflamadas; falta de apetito,
dificultad para masticar, y dolor de cabeza, oíádos y garganta, los que se presentan por
alrededor de siete díáas.

Como tratamiento se administran analgeá sicos y antipireá ticos, y se recomienda reposo.


Tambieá n hay que ingerir abundante líáquido y evitar comidas que impliquen masticar
demasiado y las aá cidas, ya que estimulan la produccioá n de saliva, lo que puede ser doloroso.
En algunos casos, hay que hospitalizar para observar posibles casos de encefalitis. Cuando se
presenta orquitis, ayuda la suspensioá n escrotal (elevar los testíáculos para evitar la traccioá n y el
dolor) y el uso de compresas de hielo. La uá nica prevencioá n es la vacuna.

Pediculosis

La pediculosis se da por contagio y es maá s frecuente en verano, ya que los ninñ os juegan maá s
entre ellos, aumentando el posible contagio, aunque en invierno tambieá n es comuá n, ya que
permanecen maá s tiempo en espacios cerrados.

Los piojos soá lo se contagian por contacto directo pelo a pelo o por usar una almohada, peineta,
bufanda, sombrero u otro accesorio infestado. Estos paraá sitos viven aproximadamente 30 díáas
y cada hembra adulta puede poner hasta 200 huevos (liendres). Suelen ubicarse en lugares de
mayor temperatura, como la nuca y detraá s de las orejas. Es importante revisar
constantemente el pelo de los ninñ os, ya que aunque esteá limpio, igual puede haber contagio. La
mejor manera de hacerlo es bajo el sol y hay que buscarlos en la parte baja de la cabeza, donde
empieza el pelo, y detraá s de las orejas.

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Si se encuentran piojos o liendres, hay que comenzar inmediatamente el tratamiento con un
shampoo medicado especíáfico para pediculosis, el que debe ser enjuagado con una mezcla de
agua con vinagre, que ablanda la sustancia con que se pegan las liendres. Luego, hay que pasar
el peine especial para sacar las liendres. Hay que dejar de usar el shampoo tradicional por tres
díáas para permitir que el producto especíáfico actuá e de la mejor manera. Como prevencioá n, No
sirve usar un shampoo especial, ya que podríáa afectar al cuero cabelludo o hacer que los piojos
se hagan maá s resistentes.

Rotavirus

El rotavirus es el agente viral maá s frecuente causante de gastroenteritis aguda en ninñ os,
principalmente entre los 6 meses y dos anñ os de edad. Esta enfermedad infecciosa, tan comuá n
en verano, es producida por un virus muy resistente a las condiciones ambientales, sobrevive
díáas en deposiciones y horas en superficies, sobre todo en ambientes templados.

Clíánicamente, se manifiesta de forma abrupta con voá mitos, diarrea y fiebre, sin embargo,
existen casos asintomaá ticos y otros con deshidratacioá n grave. El tratamiento consiste utilizar
sales de hidratacioá n oral o líáquidos, hidratacioá n endovenosa en pacientes con deshidratacioá n
severa y mantencioá n de la alimentacioá n laá ctea habitual del ninñ o.

El rotavirus se contagia principalmente, por contacto fecal-oral, pero tambieá n por estornudos,
tos y saliva. En los ninñ os es habitual al compartir juguetes o comida, o al estar en lugares sin
ventilacioá n. La prevencioá n estaá en mantener la higiene de superficies y alimentos, y el lavado
habitual de manos, principalmente despueá s de ir al banñ o. Ademaá s, existe la vacuna oral contra
el rotavirus.

Rubeá ola

Es una infeccioá n general, por lo que los ganglios de todo el cuerpo se inflaman y el diagnoá stico
se confirma con un examen de sangre. Se presenta con manchitas rojas en la piel, las que
comienzan en la cara y cuello, y luego se extienden por el resto del cuerpo. Ademaá s, sobre todo
en los adultos, puede haber fiebre, dolor de cabeza, conjuntivitis y malestar general.

La rubeá ola se transmite faá cilmente por el aire, a traveá s de secreciones o saliva. Tiene un
periodo de incubacioá n de 14 a 21 díáas y se puede contagiar desde una semana antes de la
manifestacioá n de los síántomas hasta cuatro díáas despueá s. Se debe evitar el contacto con otros
para no contagiarlos, sobre todo si hay mujeres embarazadas, ya que en el primer trimestre de
embarazo, las consecuencias para el feto pueden llegar a ser mortales.

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Como prevencioá n, a los 12 meses de edad todos los ninñ os deben vacunarse (vacuna Tres víárica
contra el sarampioá n, paperas y rubeá ola), lo que se repite en 1° baá sico.

Sarampioá n

Es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite por las gotitas de aerosol
esparcidas mediante tos y estornudos, o por contacto directo con secreciones infectadas
provenientes del tracto bucofaríángeo. Sus efectos se presentan al menos diez díáas despueá s de
haberlo contraíádo y una persona puede contagiar desde cuatro díáas antes de la aparicioá n de
las erupciones y hasta cuatro díáas despueá s de que desaparecen.

Los síántomas de esta patologíáa son variados y su intensidad depende de cada paciente. Los
principales son fiebre alta, que puede durar hasta siete díáas (habitualmente, es el primer
síántoma); tos, dolor de garganta y rinorrea. Tambieá n aparecen manchas blancas dentro de la
boca, especíáficamente en la cara interna de las mejillas. Los ojos se ponen rojos, llorosos y con
sensibilidad a la luz. Hay dolor muscular y erupcioá n cutaá nea (manchas decoloradas o rojas y
con superficie) primero, en la cara y cuello, y unos díáas despueá s, en manos y pies. Este síántoma
aparece de forma maá s tardíáa y puede durar una semana.

Una vez diagnosticada, lo uá nico que se puede hacer es aliviar los síántomas con reposo absoluto
y consumo de mucho líáquido y antiinflamatorios. A las tres semanas el ninñ o ya deberíáa estar
recuperado, pero si desarrolla neumoníáa u otitis, el tratamiento contempla antibioá ticos. Una
vez que se tiene la enfermedad o se recibe la vacuna, la persona queda inmune, por lo que a
los 12 meses de edad todos deben vacunarse (vacuna Tres víárica contra el sarampioá n, paperas
y rubeá ola), lo que se repite en 1° baá sico.

La varicela o peste cristal es una enfermedad infectocontagiosa producida por el virus Varicela
zoster, que se manifiesta generalmente en ninñ os. Se presenta entre 10 y 14 díáas despueá s de
haber tenido contacto con un enfermo. El cuadro se desarrolla con fiebre y lesiones en la piel,
las que progresan a costras en un periodo promedio de siete díáas. Se presentan en cualquier
parte del cuerpo, incluso la cabeza y los genitales.

Las víáas de contagio de la varicela son tres: el contacto directo, por ejemplo, a traveá s de la
saliva; por diseminacioá n aeá rea (como la tos o estornudo) y por objetos que el paciente haya
usado, los cuales se transforman en vehíáculos de transmisioá n. El diagnoá stico es clíánico, ya que
el exantema -erupcioá n en la piel- es caracteríástico de esta enfermedad.

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El tratamiento consiste en medidas generales como reposo, hidratacioá n y antiteá rmicos,
cuando hay fiebre. Ademaá s, el banñ o diario ayuda a prevenir infecciones en la piel. Tambieá n en
casos especíáficos se pueden utilizar antivirales.

Enfermedades respiratorias en ninñ os

Diferentes partes del sistema respiratorio se ven afectadas por una serie de virus y bacterias
que enferman a muchos ninñ os, sobre todo en invierno. Se dan maá s en estos meses porque la
contaminacioá n ambiental favorece la irritacioá n de las víáas respiratorias, facilitando la entrada
de geá rmenes, y el fríáo hace que disminuyan las defensas respiratorias. Ademaá s, se tiende a
ventilar menos las casas y lugares de trabajo, y se producen maá s aglomeraciones, con lo cual
aumenta la oportunidad de contagio.

Las enfermedades respiratorias se transmiten, principalmente, a traveá s de secreciones


expulsadas por tos, estornudos y saliva, o por contacto directo con la persona enferma o con
objetos contaminados. Por esto, se recomienda un constante lavado de manos, no exponerse a
quienes tengan la patologíáa, evitar las aglomeraciones, sobre todo en espacios cerrados, y si se
estaá enfermo, hacer lo posible por no contagiar a los demaá s.

Adenovirus

Infeccioá n viral que puede producir fiebre, faringitis y conjuntivitis, ademaá s de diarrea o
cistitis. Se puede agravar cuando afecta a ninñ os prematuros, inmunocomprometidos,
cardioá patas o con enfermedades pulmonares croá nicas, entre otros.

Se presenta con mayor gravedad, principalmente, entre los seis meses y dos anñ os de edad. Si
bien puede darse de forma leve, tambieá n puede tener consecuencias muy graves y requerir
hospitalizacioá n. No existe un tratamiento para curarlo, soá lo medidas de soporte, como bajar la
fiebre, disminuir la obstruccioá n bronquial y la aplicacioá n de gotas para la conjuntivitis.

Este virus se transmite sobre todo por víáa respiratoria, mal lavado de manos, uso de utensilios
contaminados y por contacto con personas enfermas.

Asma bronquial

Respuesta exagerada frente a determinados estíámulos del ambiente. Suele manifestarse en


personas aleá rgicas a aá caros del polvo de habitacioá n, caspa de animales, proteíánas de insectos,

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poá lenes de pastos, malezas, aá rboles y hongos ambientales. Produce inflamacioá n,
hipersecrecioá n, obstruccioá n bronquial, tos irritativa, falta de aire, sensacioá n de pecho apretado
y respiracioá n sibilante.

Estos síántomas pueden ser progresivos, aumentando la falta de aire y obligando al paciente a
consultar en un servicio de urgencia.

El tratamiento consiste en aseo y ventilacioá n adecuada para pacientes con alergia a inhalantes
domeá sticos; aerosoles con broncodilatadores y corticoides inhalados. Algunos gatillantes
frecuentes de la crisis de asma son infecciones respiratorias virales, exposicioá n a aleá rgenos
(en pacientes aleá rgicos), tratamiento insuficiente o que eá ste se haya suspendido.

Bronquiolitis

Inflamacioá n con edema (hinchazoá n) y acumulacioá n de mucosidad en los bronquiolos. Su causa


maá s frecuente es la infeccioá n por virus, sobre todo el virus respiratorio sincicial. Tambieá n
puede darse por adenovirus, influenza o parainfluenza, por lo que hay que evitar el contagio.
Afecta principalmente, a menores de seis meses y, ademaá s, a los que estaá n expuestos al humo
del cigarro y a los prematuros.

Se transmite por contacto directo con secreciones o gotitas de aerosol de alguien infectado.
Entre sus síántomas estaá n dificultad respiratoria con sibilancias, tos forzada y aumento de la
frecuencia respiratoria. Cuando es muy grave, los menores pueden adquirir color azulado.

Se trata con ingesta abundante de líáquido (puede ser leche materna) y la aplicacioá n de aire
huá medo. Se deben evitar ambientes contaminados con humo de cigarro y aglomeraciones,
sobre todo si hay personas enfermas.

Faringitis

Inflamacioá n de la faringe que, en la mayoríáa de los casos, se origina por los mismos virus que
causan resfríáo, influenza y adenovirus, entre otros. Sin embargo, tambieá n pueden producirla
bacterias, alergias o reflujo. Se manifiesta con dolor de garganta, carraspeo, secreciones
mucosas o purulentas, tos y sensacioá n de tener un cuerpo extranñ o en la faringe producto de la
inflamacioá n. En general, la fiebre no es muy alta, excepto cuando existe una sobreinfeccioá n
bacteriana.

Su contagio es por víáa respiratoria, por lo que se previene con las medidas generales para
evitar el contagio. Se recomienda tambieá n no exponerse a enfriamientos y tener una buena

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alimentacioá n. La faringitis viral se trata con antiinflamatorios para paliar los síántomas, como
dolor de garganta malestar general y cefalea. Cuando el origen es bacteriano, se deben
administrar antibioá ticos.

Influenza

Enfermedad infecciosa causada principalmente por dos cepas de virus, influenza A y B. Se


propaga por contacto con secreciones. Produce fiebre alta, calofríáos, dolores musculares y de
cabeza. Ademaá s de la morbilidad asociada, tiene un costo importante derivado del ausentismo
escolar-laboral y hospitalizaciones por complicaciones.

Para prevenirla, la medida maá s eficaz es la vacunacioá n sisteá mica anual. Por esto, en Chile se
realiza una campanñ a de vacunacioá n cada anñ o para proteger a la poblacioá n en riesgo. Tambieá n
se recomienda para los demaá s, ya que hay que evitar ser un vehíáculo de transmisioá n de la
infeccioá n.

Para esto, es indispensable evitar el contagio y las aglomeraciones, y lavarse las manos a
menudo. La persona enferma debe evitar exponerse a otros individuos para prevenir el
contagio. Al toser, se recomienda cubrirse la boca y la nariz con un panñ uelo desechable o con
el pliegue del brazo. Hay que lavarse las manos regularmente.

Laringitis

Inflamacioá n de la laringe que afecta las cuerdas vocales. Puede ser de origen viral o
bacteriano, derivado de un resfríáo, bronquitis, gripe o neumoníáa. Ademaá s, se puede manifestar
por inflamacioá n de la mucosa, reflujo o irritacioá n en el aá rea, por ejemplo, debido al consumo
de alcohol o tabaco.

Cuando su origen es viral, la garganta se ve maá s roja, sin placas purulentas ni cuadro
infeccioso general. Se trata con antiinflamatorios para paliar los síántomas. Sin embargo, si es
provocada por bacterias, la tos se da con secreciones purulentas, se siente decaimiento, hay
disfoníáa y, con frecuencia, fiebre. En este caso, para erradicar la infeccioá n, se deben emplear
antibioá ticos. En ninñ os con laringitis aguda, la inhalacioá n de aire fríáo -incluso del refrigerador-
ayuda a disminuir los síántomas.

Su contagio es por víáa directa, en la casa o el jardíán infantil, ya que basta que un individuo tosa
o hable, para contagiar a los demaá s. Por esto, se previene al evitar enfriamientos y
aglomeraciones, y con ventilacioá n y alimentacioá n adecuadas.

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Metaneumovirus

Es un agente infeccioso viral relativamente nuevo en un diagnoá stico, ya que recieá n fue descrito
en 2001. Tiene su peak al final del invierno y principios de la primavera. Se manifiesta con tos,
congestioá n, abundante secrecioá n nasal, fiebre y signos de obstruccioá n bronquial como
sibilancias. Menos frecuente es la presencia de voá mitos y diarrea. Cuando se agrava, puede
derivar en bronquiolitis, con predominio de obstruccioá n e hipersecrecioá n bronquial. Ademaá s,
en ocasiones se produce laringitis, otitis, neumoníáa o una exacerbacioá n asmaá tica.

No hay un tratamiento especíáfico, soá lo se aplican medicamentos y teá cnicas para combatir la
obstruccioá n nasal y bronquial, ademaá s de la fiebre. Cuando hay hipoxemia es necesario
administrar oxíágeno y, en casos graves, si el compromiso pulmonar es muy extenso, se puede
requerir ventilacioá n mecaá nica.

El principal mecanismo de transmisioá n es a traveá s de las gotitas de aerosol que se dispersan


por estornudo o tos, sobre todo en espacios cerrados. Tambieá n por la manipulacioá n de objetos
o superficies contaminadas con el virus. Por lo tanto, se previene con lavado de manos si se ha
estado en contacto con alguien o algo contaminado, con uso de mascarilla si se va a estar con
enfermos, y evitando llevar a ninñ os pequenñ os a lugares donde exist
a riesgo de contagio.

Neumoníáa

Infeccioá n pulmonar causada por virus, bacterias u hongos. En adultos, este cuadro es de
origen bacteriano, mientras que en ninñ os es maá s frecuente la infeccioá n por virus. Produce
desde tos y fiebre hasta dificultad respiratoria. Esta uá ltima manifestacioá n se da en casos maá s
graves y puede ir acompanñ ada de neuralgia, fatiga, inapetencia y sudoracioá n.

Se trata con antibioá ticos cuando es de causa bacteriana y, cuando requiere hospitalizacioá n, se
administra abundante líáquido y, si es necesario, tambieá n oxíágeno. Ademaá s, se manejan los
otros síántomas y se recomienda reposo.

Se previene con higiene, evitando el humo del cigarro y con medidas para evitar otras
enfermedades que puedan causarla, por ejemplo, vacunaá ndose contra la influenza.

Parainfluenza

Conjunto de virus pertenecientes al tipo parainfluenza, que causa infecciones en las víáas
respiratorias superiores e inferiores. Produce mucha tos irritativa con secrecioá n y dolor de

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garganta, fiebre, rinorrea y congestioá n nasal. En ninñ os, puede derivar en laringitis (crup viral),
bronquiolitis o bronquitis, entre otros.

Por sus síántomas, no es faá cil de diferenciar de otras infecciones virales, como virus
respiratorio sincicial o adenovirus. No tiene tratamiento (soá lo se pueden manejar los
síántomas) ni vacuna que lo prevenga. Se recomienda evitar aglomeraciones, el contacto con
personas contagiadas y el lavado de manos al estar con alguien enfermo.

Resfríáo comuá n

Es un síándrome catarral leve y autolimitado, producido por varios virus, como rinovirus,
coronavirus, virus respiratorio sincicial (VRS), parainfluenza y adenovirus. La incubacioá n dura
entre uno y cinco díáas, al cabo de los cuales comienzan a aparecer los tíápicos síántomas como
estornudos, malestar faríángeo, tos, fiebre baja (habitualmente bajo 38°C), ronquera,
obstruccioá n nasal y prurito ocular. En los menores de un anñ o tambieá n puede haber trastornos
de la alimentacioá n y del suenñ o.

Se transmite por contacto directo con secreciones y a traveá s de gotitas de aerosol que se
dispersan mediante el estornudo o la tos. El tratamiento consiste en aliviar los síántomas, ya
que generalmente desaparece por síá solo al cabo de una semana. No se deben tomar
antibioá ticos, porque eá stos no actuá an sobre los virus. Tampoco sirve la vacuna contra la
influenza (o gripe), que es otra patologíáa. Por lo tanto, la prevencioá n es evitar el contagio.

En ocasiones, si no se tienen los cuidados necesarios durante este periodo, es posible que un
simple resfríáo derive en cuadros maá s complejos como sinusitis, otitis, adenoiditis, bronquitis
obstructiva y neumoníáa.

Síándrome bronquial obstructivo (SBÓ)

Maá s conocido como bronquitis obstructiva, es una reaccioá n inflamatoria de los bronquios ante
bacterias, aleá rgenos, contaminantes o virus, como influenza, rinovirus y virus respiratorio
sincicial, que es el que desencadena maá s episodios.

Provoca dificultad para respirar, tos, expectoracioá n, ruidos respiratorios y, ocasionalmente,


fiebre alta. Generalmente, se utilizan broncodilatadores en aerosol o nebulizadores para
eliminar las secreciones y controlar la obstruccioá n. Si el cuadro se complica por
sobreinfeccioá n, se agregan antibioá ticos. Asimismo, cuando hay dificultad respiratoria marcada
y no responde al tratamiento inicial, es necesaria la hospitalizacioá n.

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Para prevenirlo, se recomienda tener las vacunas al díáa, evitar el contagio, no fumar en lugares
cerrados, evitar los cambios de temperatura bruscos y no utilizar combustibles como parafina
o gas para calefaccionar la casa sin una adecuada ventilacioá n.

Tos convulsiva

Tambieá n conocida como coqueluche o tos ferina, es una enfermedad causada por la bacteria
Bordetella pertussis y produce una tos que se presenta en ataques y persiste por muchas
semanas. Como es tan fuerte, puede producir voá mitos, apneas, dificultad para alimentarse y
respirar, y pequenñ as hemorragias en los ojos, lo que la hace muy peligrosa en recieá n nacidos.
Ademaá s, puede dar fiebre, rinorrea y diarrea.

Es altamente contagiosa por víáa aeá rea y puede afectar a personas de cualquier edad. La
principal medida de prevencioá n es la vacuna que, en Chile, se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses y
luego, a los 4 anñ os. Forma parte de la vacuna DPT, que tambieá n combina cepas contra el
teá tanos y la difteria.

Se maneja con antibioá ticos, los que tienen un raá pido efecto cuando la patologíáa se diagnostica
temprano. Los lactantes pueden necesitar hospitalizacioá n por los graves problemas
respiratorios que podríáan tener. Cuando la persona no puede alimentarse debido a la tos, se
administra líáquido de manera intravenosa. No se aconseja usar antitusivos.

Virus respiratorio sincicial

Causa frecuente de infeccioá n en el sistema respiratorio, puede derivar en bronquiolitis,


bronquitis obstructiva y bronconeumoníáa. Comienza con resfríáo, tos, mucosidad y, a veces,
fiebre. Despueá s de un par de díáas, resulta difíácil respirar.

Se contagia a traveá s de las secreciones respiratorias y mediante las manos y objetos que han
estado en contacto con el paciente. No existen medicamentos especíáficos, soá lo se manejan los
síántomas, como bajar la fiebre e hidratar al enfermo. Asimismo, a veces es necesario el uso de
broncodilatadores inhalados y kinesiterapia para movilizar las secreciones de los bronquios.

Entre las medidas de prevencioá n es importante lavarse las manos y evitar el contagio, la
contaminacioá n dentro de la casa, los cambios bruscos o excesos de temperatura, y la humedad.

Enfermedades de la piel

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 Urticaria. Es una lesioá n muy pruriginosa, que se manifiesta a traveá s de la aparicioá n de
habones.
 Verrugas. Infecciosa , se contagia
 Dermatitis atoá pica.
 Impeá tigo, es infecciosa , se contagia
 Psoriasis.

Dermatitis del panñ al (nombre que se le da)

Es un proceso irritativo e inflamatorio provocado por las condiciones de humedad, friccioá n y


contacto con orina, heces y otras sustancias, como detergentes plaá sticos, perfumes u otros
compuestos.

SUGERENCIAS
Clasificar por grupo de enfermedades para simplificar el estudio y comprensioá n del contenido.

Ejemplo
Enfermedades Respiratorias
Enfermedades Gastrointestinales
Enfermedades infecciosas; esta se puede subdividir en pestes y o víáricas
Síántomas
Impeá tigo Es infecciosa No tiene vacuna Es contagiosa Especíáfico
Sarampioá n Es una peste o Estaá n en el Es contagiosa Especíáfico
víárica calendario de
vacunas

Enfermedades de la piel
Ótras afecciones, fuera de la clasificacioá n. El estudiante lo ordena o clasifica

Accidentes
Órtopeá dicas
Neuroloá gicas
Etc.

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