En el Derecho Romano, Derecho esclavista por excelencia, no bastaba haber
nacido con todos los requisitos exigidos para la persona física. Esa sociedad estaba minada por las diferencias sociales, políticas y económicas que provenían de su carácter esclavista, patriarcal e imperial, y por esas razones, el ser humano tenía que reunir una serie de requisitos jurídicos para gozar de las plenas capacidades jurídicas de la personalidad humana. Esos requisitos correspondían a tres grandes órdenes de relaciones sociales, tres grandes status sociales: el estado de libertad (status libertatis), el estado de ciudadanía (status civitatis) y el estado de familia (status familiae). Únicamente quien reuniera al propio tiempo estos requisitos jurídicos, además de los físicos ya mencionados, tenía para el Derecho Romano, plena capacidad jurídica y poseía la condición de persona en sentido estricto. La esclavitud es un hecho económico, es una institución jurídica. El régimen esclavista constituyó, en la antigüedad, un conjunto de relaciones sociales de producción que, con todo y su brutalidad, significaron, sin embargo, una avenida satisfactoria para conquistar técnicas de las que se han aprovechado largamente los siglos sucesivos. Roma, como se ha repetido, caracterizó en su desarrollo económico los tres grandes estadios de avance de la esclavitud: patriarcal, clásica y decadente. Los romanos comenzaban a entender la esclavitud como institución del Derecho Civil y del Derecho de Gentes, pero nunca del Derecho Natural, a la luz del cual todos los hombres eran iguales. La esclavitud tuvo su origen, probablemente, en la guerra, donde inicialmente los vencedores practicaban el sacrificio de los prisioneros hasta que, al correr de los años, se suavizó esta costumbre sustituyéndose por la apropiación de la persona y los bienes del vencido. El Derecho Romano clasificó las causas que originan la esclavitud en dos grandes grupos: por el nacimiento y por causas posteriores al nacimiento, podían estar contenidas en el Derecho de Gentes o en el Derecho Civil. Por Nacimiento: Cuando se desea saber si un infante nace libre o esclavo, es necesario aplicar dos principios generales: 1. si el infante ha sido concebido “ex iustis nuptiis”, sigue la condición del padre: cuando hay nupcias legítimas, los hijos siguen la condición del padre; el concebido fueran de nupcias legítimas, sigue la condición de la madre; 2. la condición del padre se mira en el momento de la concepción, porque es cuando se mira que su obra ha terminado, la condición de la madre se mira en el día del parto porque hasta ahí la vida del infante dependía de la vida materna. Posteriormente, este principio quedó modificado y bastó que la grávida hubiera gozado de libertad en algún momento del embarazo para que el hijo naciera libre. Causas Posteriores Al Nacimiento: Derecho de Gentes. Las personas pueden ser esclavas por la cautividad. Entre los romanos y los pueblos que no son sus aliados, el derecho del más fuerte impera de manera absoluta, si en tiempo de paz se hacen prisioneros, éstos son legalmente esclavos. Fuera de esta hipótesis, para que la esclavitud legal resulte de la cautividad, se requieren dos condiciones: 1. es necesario que el cautivo haya sido tomado en una guerra de nación a nación; tomado por los bandidos, por piratas o en una guerra civil permanecerá libre en derecho; 2. que esa guerra haya sido objeto de una declaración regularmente hecha o recibida por los romanos. Derecho Civil. De conformidad con el Derecho Civil, de la ciudad, la libertad era inalienable y. por tanto, nadie pedía convertirse en esclavo por convenio; no obstante, lo cual se admitió como pena en los casos siguientes: Por no inscripción en el censo o negación de prestar el servicio militar. Por insolvencia del deudor (hasta la Lex Poetelia Papiria del año 326 a. n. e.). Por robo flagrante. A la mujer libre sorprendida en relaciones sexuales con un esclavo ajeno. Debe advertirse que se trataba del caso en que el esclavo fuera ajeno, pues no era norma de valor moral, sino económico. No se sancionaba el acto sexual indebido, sino el uso de una propiedad ajena. El que ha sido condenado a algunas penas denigrantes como eran: las luchas contra las fieras en el circo, el trabajo en las minas, etcétera (servus poenac), El que cometiera venta fraudulenta. El liberto que fuera manifiestamente ingrato con su examo. En realidad, estas causas diversas del Derecho Civil fueron desapareciendo lentamente y bajo Justiniano, solo subsistieron las dos últimas. Clases De Esclavos: En Roma existieron varias clases de esclavos (servi): Privati (comunes u ordinarios), eran los esclavos propiedad privada de un amo. Publici, pertenecían a una ciudad, en relación con los demás, gozaron de ciertas prerrogativas, pues podían ser propietarios de algunos bienes, podían recibir herencias y testar por la mitad de su peculio. Vicarii, eran esclavos de esclavos, sometidos, por tanto, a una total degradación. Poenae, condenados a pena, sin esperanza de libertad. Statu liber, cuando su libertad dependía del cumplimiento de una condición. Condición jurídica del esclavo: Desde la más remota antigüedad hasta su desaparición, la sociedad romana fue, genuina y típicamente, una sociedad esclavista, dividida en hombres dueños de esclavos y grandes masas esclavizadas. El esclavo lejos de ser sujeto de derecho era, como antes señalamos, objeto de derecho (instrumentum vocalis), es decir, instrumento que habla, objeto al servicio del dueño que tiene sobre él la dominica potestas y que llega a alcanzar derechos absolutos tales como: matarlo, castigarlo con toda dureza, enajenarlo y abandonarlo. El esclavo, despojado de todos los atributos humanos, no podía obligarse civilmente, ni ejercitar acciones, ni contraer matrimonio, pues sus uniones de hecho no eran consideradas siquiera como concubinato sino como contubernium, ni tenían derechos sucesorios, ni podían tener derechos familiares sobre sus hijos, no reconociéndoseles parentesco ni culto familiar. Claro que, la situación social de los esclavos no fue la misma en las distintas etapas de la historia romana, según se trate de la etapa patriarcal de la esclavitud, de su período clásico o del decadente. En época primitiva, en la etapa patriarcal, los esclavos de cada familia, que no eran numerosos, convivían y trabajaban conjuntamente con sus dueños y demás agnados, sin que sus propias condiciones habituales de vida difirieran grandemente entre sí. En esas condiciones, el esclavo se integra a labores comúnmente domésticas, sin constituir el centro de las relaciones sociales de producción. A medida que aumentaron las guerras y crecía Roma, el número de esclavos aumentó y la esclavitud se convirtió en la base fundamental de la producción, en la condición sine qua non del desarrollo social; desde entonces los esclavos comenzaron a vivir separadamente de sus amos y no solo cesó el trato .patriarcal hacia ellos sino que comenzaron a ser explotados de una manera brutal y despiadada, convirtiéndose en bestias de trabajo encerrados en masa en las ergástulas, perdiendo los más elementales atributos de la personalidad humana. En el sentido jurídico, la situación de los esclavos era la de un verdadero objeto de derecho, una categoría necesaria e imprescindible de cosa e instrumento de producción que recibía el nombre de res mancipi, tales como el ganado o como un añadido o producto de la tierra. Sin embargo, la crisis del sistema esclavista tiene múltiples expresiones, económicas, políticas y sociales, dentro de las cuales no desempeñan papel menor, las constantes sublevaciones de esclavos. En esa; condiciones de decadencia del régimen esclavista, comienza a vivirse en roma un periodo de paliación de las penalidades de los esclavos. Diversas leyes son promulgadas apuntando a mejorar la situación de estos, fundamentalmente en evitacion de nuevos levantamientos armados. Además, la decadencia del sistema esclavista supuso no solo las antes vistas disposiciones paliativas de la situación material del esclavo, sino que significó también su admisión a ciertas actividades jurídi- cas, tales como: El esclavo tiene capacidad de obrar, esto es, capacidad de negociar y capacidad penal. Puede, en efecto, realizar negocios jurídicos, si bien todo lo que adquiere con ellos pasa al patrimonio del dueño, sobre el cual, por lo demás, cabe que recaiga la responsabilidad dimanante de ciertas normas pretorias. No sólo ingresa en el patrimonio del dueño lo que adquiere el esclavo por negocio jurídico, sino también lo proveniente de cualquier otro acto ocupación, herencia, etc–. A este último respecto, el esclavo puede ser instituido heredero, aceptando la herencia con la autorización del dominus. Tal autorización del dominus no excluye nunca la intervención personal del propio esclavo en el acto adquisitivo, de suerte que la herencia se pierde para aquél si muere éste en momento anterior a la aceptación. Puede el esclavo cometer delitos, esto es, acto ilícitos que reciben la calificación jurídica de tales. Por los delitos privados se hace civilmente responsable el dominus, convenido mediante la actio noxalis, si bien cabe a éste la posibilidad de liberarse de la correspondiente condena pecuniaria, entregando el esclavo a la persona perjudicada. 3.º El esclavo goza de personalidad natural. Le es dable constituir relaciones familiares de naturaleza y fines semejantes a las que son propias de los hombres libres. La unión entre esclavos no difiere, en esencia, del matrimonio entre libres, en cuanto tiene una y otro de relación de hecho, de carácter establece y normalmente monogámica. La unión entre esclavos carece de sanción legal, pero los vínculos de la sangre fueron reconocidos jurídicamente en materia de impedimentos matrimoniales y de sucesión legítima, con referencia a aquellos que hubieran alcanzado la libertad. Por consideración también a la servilis cognatio, se prohibió, en ciertos casos, separar las familias de los esclavos, o se consideró impío alejar los hijos de los padres. El esclavo puede tener un peculio –peculium–, esto es, una pequeña cantidad de bienes o dinero que el dominus le confiere en disfrute y administración –libera administratio peculii–, si bien la posesión y la propiedad quedan vinculadas al último. 4.º El esclavo tiene personalidad en el orden religioso, que se manifiesta en el culto público y familiar, en el voto, en el juramento, en la participación en los collegia funeraticia, en el sepulcro y en las honras funerarias. Extinción de la esclavitud: La esclavitud se extinguía, bien por disposición de la ley (ope legis) o bien por voluntad del amo (manumisión). Por disposición de la ley. Se concedió la libertad al esclavo: vendido por su dueño bajo condición de que se le manumitiera dentro de cierto tiempo; al gravemente enfermo, abandonado por su amo; al que denunciaba la falsificación de moneda, denunciaba a un desertor del ejército o descubría al asesino de su amo, según el Digesto y el Código; al que había gozado de libertad durante 20 años, de una manera inicialmente legal, justa, sin fugarse de la potestad del amo (iusto initio). Por manumisión. Era el acto por el cual los amos concedían la libertad a sus esclavos. El Derecho Romano conoció las manumisiones solemnes, cuando se contemplaban ciertos requisitos y ceremonias ordenadas por la ley y las no solemnes, desprovistas de esos formalismos. Las manumisiones solemnes exigían que el manumisor tuviera la propiedad plena sobre el esclavo y que interviniera el pueblo de alguna forma, brindando de esta manera, el acatamiento y la sanción popular al acto de liberación. Las manumisiones solemnes eran: Per censum (por el censo). Procedimiento practicable solo en Roma, que consistía en la inscripción del esclavo como hombre libre en el censo quinquenal. Per vindictam. Juicio ficticio en el cual el adsertor libertatis demanda la reivindicación (devolución), reclamando la libertad del esclavo. El amo que deseaba manumitir a su esclavo iba ante el pretor con su esclavo y un amigo. El amigo tocaba al esclavo con una vara vindicta declarándolo libre. El amo no contradecía esto y el pretor reconocía y oficializaba la libertad del esclavo. Per testamentum. Al morir el amo, podía conceder en el testamento la libertad a sus esclavos. Durante la época clásica del Derecho, proliferan las manumisiones por censo, la per vindictam deja de existir y el testamento se aplica con modificaciones, en tanto el testador puede encargar a un heredero manumitir al esclavo. Durante este período aparecen las manumisiones no solemnes, desprovistas de los requisitos de publicidad exigidos en las primeras. Eran fundamentalmente la inter amicos (entre amigos) que consistían en la declaración informal entre amigos, a través de la cual el amo podía confiar a sus amigos la voluntad de manumitir a su esclavo sin ninguna formalidad; la per epistulam (por carta), contenía la dispo- sición en simple comunicación privada y per mesan (por la mesa) que tenía lugar, cuando el dueño sentaba al esclavo a su mesa. En la época del Derecho antiguo, el manumitido liberto o libertino era libre y ciudadano romano, aunque su situación era inferior a la del ingenuo -el que nunca había sido esclavo -, pues sufría ciertas incapacidades judiciales que solo desaparecen relativamente con Justiniano. Durante el Bajo Imperio continuó practicándose la manumisión por testamento, simplificándose la vindicta con una mera declaración del magistrado. Las manumisiones no solemnes inter amicos y por epístola continúan y producen efectos civiles y jurídicos como las formas solemnes; aparecen, además, las manumisiones en las iglesias, que consistían en la simple declaración del amo ante el sacerdote y los fieles. Finalmente, debemos significar que según consta en la Instituía de Gayo, en época de Augusto se produjo una fuerte reacción legal contra la proliferación de las manumisiones y se dictaron las leyes Aelia Sentiae y Fufia Caninia, que limitaban el número de esclavos que podía manumitir por testamento, fijando una edad mínima para que el dueño lo pudiera hacer y para que el esclavo pudiera ser manumitido, disponiéndose la nulidad de las manumisiones hechas en fraude, de los acreedores.