Sunteți pe pagina 1din 23

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/315946230

MINDFULNESS EN EDUCACIÓN PRIMARIA: AUTOREGULACIÓN EMOCIONAL


A TRAVÉS DE LA CONSCIENCIA PLENA

Article · April 2017

CITATIONS READS

0 491

3 authors, including:

Daniel González Guerrero Sergio Luiz Carlos Dos Santos


Universitat de Girona Universidade Federal do Paraná
3 PUBLICATIONS   0 CITATIONS    21 PUBLICATIONS   37 CITATIONS   

SEE PROFILE SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Deportes de Combate en la Escuela View project

Goal-directed and spontanoeus self-talk and mind wandering in sports View project

All content following this page was uploaded by Sergio Luiz Carlos Dos Santos on 11 April 2017.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


84

MINDFULNESS EN EDUCACIÓN
PRIMARIA: autoregulación emocional a
través de la consciencia plena
Dani González Guerrero22 educación emocional; prácticas
Dr. Sérgio Luiz Carlos motrices introyectivas
Dos Santos23
Abstract: The present stu-
Resumen: El presente estu-
dio muestra el efecto de un pro- a mindfulness program with 23
grama de mindfulness con 23 children of elementary scho-
alumnos de educación primaria ol on management of emotions
en relación a la gestión emocio- and mood states. The objecti-
nal. El objetivo de la investigación
ve of this research is to analy-
ha estado analizar si, el mindful-
se whether the mindfulness can
-
ción como la autogestión emo- facilitate the students’ emotio-
cional de los niños y niñas. Los
instrumentos utilizados fueron self-regulation. The instruments
una adaptación del cuestiona- used were based on an adapta-
- tion of the questionnaire POMS
tes), una pizarra de emociones -
como herramienta didáctica pa- ckboard of emotions, a didac-
ra que los estudiantes etiqueta- tical tool to label emotions and
ran las emociones con el propó- to be aware of them, and an in-
sito de que fuesen conscientes terview with teachers. The min-
de éstas y una entrevista semi dfulness program has shown im-
estructuradas con los docentes provements as for the student’s
que intervenían con el grupo cla- emotional awareness and emo-
se. El programa de mindfulness tional self-regulation. To conclu-
- de, this practice helps to identify
cativas en la mejora de la cons- the emotions, and consequently,
ciencia y la autogestión emocio- to regulate them.
nal de los alumnos. Se concluye
que esta práctica ayuda a iden-
Keywords: Mindfulness; emo-
-
tions; mood states; emotional
secuencia, a poder gestionarlas.
education; introjective motor ac-
tivity.
Palabras clave: Mindfulness;
emociones; estado de ánimo;
Introducción
22 Actualmente ha aumentado la
23 Universidade Federal do Paraná, Universidad de preocupación por la vida social
REBESCOLAR 85
de los niños y niñas porque éstos Rovira, López, Lagardera, Lave-
experimentan con más asiduidad ga, & March, 2014a; Rovira, Ló-
estados de ánimo y/o emociones pez, Lavega, & Mercè, 2014b;
negativas, las cuales se trasla- Schonert-Reichl & Lawlor, 2010).
dan o se transforman en conduc- En este sentido, el área de edu-
tas menos apropiadas (Bisquer- cación física (EF), que busca la
ra, 2003; Greenberg & Harris, adquisición de conocimientos, ha-
2011). En este sentido, el papel bilidades y competencias relacio-
que debe desarrollar la educaci- nadas con el cuerpo, las cuales
ón en esta época tan incierta y ayudan a potenciar el crecimien-
divergente (Bauman, 2006) re- to integral de la persona (Decre-
sulta un aspecto relevante para to 119/2015; González, 2015),
todas esas comunidades que se resulta un espacio idóneo pa-
plantean dar una respuesta a es- ra poner en juego el trabajo de
tos sucesos negativos y, avanzar educación emocional (Lagarde-
así, hacia una mejora social (Bis- ra, 1999). De esta manera, la EF,
querra, 2003). gracias a las prácticas motrices y
Asimismo, la escuela, como a la gran variedad de respuestas
institución educativa y socializa- emocionales que se dan en éstas
dora, tiene como propósito ga- (Lavega, Filella, Agulló, Soldevila,
rantizar el crecimiento integral & March, 2011; Lavega, March, &
del individuo y, a su vez, hacer Filella, 2013), se convierte en un
frente a las demandas sociales
(Perrenoud, 2012). Por lo tan-
to, la acción de los maestros no autoregulación, siendo éstos uno
solamente se deberá dirigir ha- de los aspectos básicos y primor-
cia la enseñanza de los conteni- diales en el desarrollo de las com-
dos académicos, sino que tam- petencias emocionales (Bisquer-
bién los docentes tendrán que ra, 2003; Salovey & Mayer, 1990).
focalizar su labor en potenciar
el desarrollo personal y social de Marco teórico
los alumnos (Day, 2006; Gonzá-
lez, 2012; Ramírez, 2011; Per- Un aprendizaje
renoud, 2012). Así, no es de es-
transveral: el trabajo
trañar que en los últimos años
hayan aparecido con fuerza las emocional
prácticas educativas enfocadas a
la mejora de la salud mental de Las emociones son una parte
los jóvenes (Greenberg & Harris, innegable e integral de nuestro
2011), las cuales se encaminan ser que condicionan nuestra sa-
hacia el desarrollo de las com- lud física y mental y, a su vez,
petencias emocionales como son tienen un papel fundamental en
el autoconocimiento o la regula- el comportamiento, aprendizaje
ción emocional (ej: Almansa et e interacción con los otros (Mora,
al., 2014; Roeser & Peck, 2009; 2013; Ortega, 2010). Así pues,

Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017


86
se establece una vinculación en- así los dos elementos primordia-
tre lo que sentimos con el con- les en la maduración integral de
trol de los pensamientos y el de la persona.
las conductas (Fernández-Abas-
cal, 2003). Asimismo, continua- Siglo XX aparecen con fuer-
mente estamos experimentado za, como evidencian numero-
emociones, sensaciones o esta- sos estudios (ej: Ambrona et al.,
dos de ánimo diferentes, los cua- 2012; Fernández-Berrocal & Ex-
les subordinan a nuestros actos tremera, 2005; Golema, 1999,
(Latinjak, López-Ros, & Font-Lla- 2012; Rovira et al., 2014a), el
dó, 2015; Mora, 2013; Ortega, concepto de inteligencia emo-
2010; Rovira et al., 2014a). Por cional (IE), el cual tiene como
lo tanto, las emociones se conci- objetivo adquirir consciencia de
- las propias emociones y de las
siológica primaria y esencial del de los otros para así desarrollar
organismo ante diferentes es- un bienestar personal (Bisquer-
tímulos del entorno o de nues- ra, 2000, 2003; Ortega, 2010).
tro interior (Latinjak et al, 2015; Por lo tanto, la idea de realizar
Mora, 2013; Russell, 2005). un trabajo educativo para fo-
De esta manera, numerosos mentar la IE tiene especial re-
autores (ej: Bisquerra, 2003, levancia si atendemos a los pro-
2005; Ortega, 2010; Rovira et blemas, tales como depresión,
al., 2014a y b; Salovey & Mayer, ansiedad, conductas violentas
1990) destacan la importancia etc., que actualmente padecen
de adquirir una consciencia de muchos niños/as y jóvenes, en-
las propias emociones, enten- tendiendo pues que la escuela
diendo que este discernimiento debe dar una respuesta a estas
demandas sociales (Greenberg
del que uno está experimentan- & Harris, 2011; Perrenoud,
do es el primer paso para ad- 2012). Dicha tarea implica: 1)
quirir un bienestar personal. No Conocer las propias emociones,
obstante, la atención en uno el que nos sucede, saber que
mismo o el hecho de poner una nombre ponerle a estas expe-
etiqueta al que sentimos puede riencias para así poder distin-
resultar una tarea difícil y, por guirlas; 2) Controlar y gestionar
eso, es importante formar a los lo que sentimos, punto que se
niños y niñas en educación emo- adquiere cuando se ha conse-
cional (Bisquerra, 2003; Rovira guido el primero; 3) Reconocer
et al., 2014a). Según Bisquer- las emociones de los otros pa-
ra (2004), la educación emocio- ra establecer vínculos con la co-
nal debe ser un proceso educati- munidad (Ambrona et al., 2012;
Goleman, 1995; Rovira et al.,
potenciar el desarrollo emocional 2014; Salovey & Mayer, 1990).
como un complemento al creci- Así pues, el sistema educati-
miento cognitivo, constituyendo vo debe plantear un trabajo de
REBESCOLAR 87
educación emocional (Ambro- 2013; Rovira et al., 2014a) por-
na et al., 2012; Bisquerra, 2003) que cada tarea o actividad de-
para facilitar una buena sociali- portiva tiene una lógica interna
zación del individuo a la civiliza- diferente que estimula procesos
ción y, a la vez, descubrirle el ca- i respuestas diversas (Rovira et
mino hacia el bienestar personal al., 2014a). La lógica interna es
(Bisquerra, 2000). Siguiendo es- el “sistema de rasgos pertinen-
ta línea, las leyes educativas ya tes de una situación motriz y de
se dirigen hacia esta dirección las consecuencias que entraña
porque pretenden, a través de para la realización de la acción
las áreas curriculares y sus con- motriz correspondiente” (Parle-
tenidos, proporcionar a los niños bas, 2001, p. 302). Es decir, es
y niñas las competencias bási- el sistema de obligaciones que
cas y necesarias que les permi- impone el reglamento de la ta-
ta asegurar su desarrollo a nivel rea motora, y éste establece las
personal y social (Ambrona et relaciones entre el individuo, los
al., 2012; Goleman, 2010; Gon- participantes, el tiempo, el es-
zález, 2015; Perrenoud, 2012). pacio y los objetivos (Rovira et
Asimismo, la EF, como anterior- al., 2014a). Por otro lado, la ló-
mente se ha mencionado, resul- gica externa también afecta al
- jugador, entendida según Parle-
vel educativo para plantear este bas (2001) como las caracterís-
trabajo de IE, ya que de la prác- ticas del contexto y de las con-
tica deportiva o de la actividad diciones personales, las cuales
física emergen múltiples emo- también pueden hacer variar
ciones o estados de ánimo (La- la vivencia o la experiencia del
vega et al., 2014; Lavega et al., participante. De este modo, se-
2013; Parlebas, 2001). Por lo gún el objetivo que el profesor
tanto, dicha área es un buen es- o maestro presente, teniendo en
- cuenta que cada práctica mo-
car las emociones que se expe- triz puede hacer emerger dife-
rimentan y, consecuentemente, rentes reacciones emocionales o
aprender a gestionarlas (Lagar- respuestas desde la perspectiva
dera, 1999). del sistema praxiológico (Parle-
bas, 2001), éste intervendrá, en
Educación física: las su docencia, con un tipo de prác-
prácticas motrices tica determinada en relación a
los objetivos didácticos (Lavega
introjectivas
et al., 2011). A modo de ejem-
Las diferentes prácticas mo-
los alumnos sean conscientes de
trices que se realizan en EF pro-
las emociones que experimentan
porcionan una gran variedad de
y, por lo tanto, las puedan eti-
respuestas emocionales (Lave-
quetar, como docentes debere-
ga et al., 2011; Lavega et al.,
mos seleccionar una tarea o una
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
88
práctica motriz que nos permita es una PMI que se centra en la
alcanzar dicha meta. consciencia que surge de prestar
Siguiendo esta línea, las prác- atención, de manera intenciona-
ticas motrices introyectivas da a la experiencia del presente,
(PMI), como pueden ser la medi- sin juzgar, evaluar ni reaccionar
tación, el yoga, el tai chi o el min- ante ésta (Kabat-Zinn, 2003).
dfulness, presentan una lógica El mindfulness persigue apren-
der o reforzar una serie de ha-
estimular el autoconocimiento, bilidades, las cuales están muy
el bienestar físico y/o mental y el ligadas a la inteligencia emocio-
control corporal (Arias, Franco, nal (Ramos et al., 2012; Salovey
& Mañas, 2010; Black, Milam, & Mayer, 1997), como son el au-
& Sussman, 2008; Broderick & toconocimiento, es decir, estar
Metz, 2009; Greenberg & Har- con el “yo” interior para así darte
ris, 2011; Lagardera & Lavega, cuenta de qué sentimos y cómo
2003; Rovira et al. 2014a y b) a lo sentimos (Ramos et al., 2012;
través de ejercicios de respiraci- Rovira et al., 2014a y b).
ón consciente, de relajación arti- De esta manera, el mindful-
cular o de estiramientos (Lagar- ness puede ser un excelente
dera, 2007; Lagardera & Lavega, vehículo para trabajar el auto-
2003). En este sentido, son mu- conocimiento emocional y aní-
chos los estudios (ej: Almansa et mico (Arias et al., 2010; Weare,
al., 2014; Ambrona, López-Pé- 2013) porque busca provocar de
rez, & Márquez-González, 2012; manera progresiva la gestión de
Broderick & Metz, 2009; Burke, las emociones y de los estados
2009; Eastman-Mueller, Wilson, anímicos (Rovira et al., 2014a)
Kimura, & Tarrant, 2013; Gre- y, por lo tanto, favorece el de-
enberg & Harris, 2011; Mañas, sarrollo o la construcción de un
2009) que evidencian los resul- bienestar integral de la perso-
tados mencionados y, por lo tan- na (Bisquerra, 2003). Así pues,
to, las PMI son idóneas para tra- la atención plena, a través de la
bajar el autoconocimiento, la introspección, permite educar
autoconsciencia y la autogestión los sentidos, buscar el bienestar
emocional, provocando así una y el autoconocimiento (Arias et
reducción del estrés y/o de emo- al., 2010; Lagardera, 2007; La-
ciones negativas, como a su vez, gardera & Lavega, 2003; Rovi-
- ra et al., 2014), y en consecuen-
micos positivos como la calma o
la relajación. emociones que se viven, sien-
do este proceso el primer paso
Mindfulness: los del trabajo de educación emocio-
nal (Goleman, 1995; Salovey &
Mayer, 1990).
El mindfulness, o la atención En esta línea, varios estu-
plena según Ramos et al. (2012), dios (ej: Black et al., 2009;
REBESCOLAR 89
Eastman-Mueller et al., 2013; Bisquerra, 2003; Greenberg &
Greenberg & Harris, 2011; Harris, 2011) o, como tambi-
Kuyken et al., 2013; Rovira et én ayudar a regular las propias
al., 2014a y b), muestran los be- emociones para así disfrutar de
- un bienestar tanto en ámbito fí-
sico, de autoconocimiento y de sico como mental (Almansa et
gestión personal, en las perso- al., 2014; Greenberg & Harris,
nas que realizan o participan de 2011; Schonert-Reichl & Lowlor,
un trabajo sistematizado con es- 2010; Rovira et al., 2014a).
te tipo de prácticas tales como Por lo tanto, las PMI como el
la meditación, el yoga, el tai chi mindfulness, tanto en la EF como
o el propio mindfulness. Asimis- en otras áreas curriculares, dan
mo, otras investigaciones (ej: la oportunidad de vivir en la pro-
Broderick & Metz, 2009; Flook et pia piel las emociones que tran-
al., 2010), realizadas con estu- sitan por el cuerpo, ser conscien-
diantes de primaria y/o secunda- te de éstas y, de este modo, la
ria, han obtenido resultados sig- posibilidad de ponerle un nom-
bre con el objetivo de conocer-
emocional, disminuyendo así las las, hecho pues que ayudará a
conductas negativas gracias a gestionarlas (Ambrona et al.,
programas escolares de mindful- 2012; Bisquerra, 2000, 2003;
ness. Además, estudiantes con Latinjak, López-Ros, & Font-Lla-
problemas académicos, falta de dó, 2014; Lavega et al., 2012 en
atención y concentración en las Rovira et al., 2014a).
tareas escolares o con trastornos Por este motivo, la presen-
- te investigación plantea realizar
ractividad (TDAH), han obtenido la incorporación de un progra-
ma de mindfulness en la educa-
de que se les haya implantado ción primaria con el objetivo de
en su rutina académica una in- realizar un trabajo de educación
tervención educativa de mindful- emocional para que así el alum-
ness (Burke, 2009). no sea consciente de sus propias
De este modo y, en la misma -
dirección, prestigiosas universi- vés del etiquetaje en una pizar-
dades, como la University of Io- ra emocional, siguiendo la teoría
wa o la University of Oxford, han de Russel (1980) y, en conse-
abierto líneas de investigación cuencia, las gestione (Goleman,
que pretenden estudiar y anali- 1995; Salovey & Mayer, 1990).
zar los efectos de los programas
de mindfulness en la educación Método
primaria y secundaria con el ob-
jetivo de abordar los problemas, Hipótesis y objetivos
derivados de conductas disrupti-
vas e inapropiadas, de los más En el presente estudio se
jóvenes (Almansa et al., 2014; planteó la siguiente hipótesis: el
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
90
mindfulness puede mejorar las (8%). El tanto por ciento restan-
conductas de los alumnos, deri- te (20%) corresponde a alumnos
vadas de emociones negativas, de nacionalidad española.
porque esta práctica motriz in- En la presente investigación
troyectiva busca el autocono- también participaron tres ma-
cimiento personal y la gestión estros de educación primaria,
emocional (Greenberg & Harris, dos de los cuales son especialis-
2011). Asimismo, los objetivos tas (música y educación física),
que se formularon para corrobo- mientras que la otra profesora
rar o refutar esta hipótesis inicial era la tutora del grupo clase (n =
fueron los siguientes: a) anali- 3; 1 hombre, 33.33 % y 2 muje-
zar si la práctica del mindfulness res 66.66 %) de una edad com-
ayuda al alumno a adquirir un prendida entre los 26 y 36 años
autoconocimiento y una gestión (M = 32) con una experiencia la-
de sus emociones o estados de boral entre los tres de 20 años.
ánimo; b) examinar si una prác- Por otro lado, teniendo en
tica sistematizada de mindful- cuenta la edad de los alumnos,
ness mejora el comportamiento se pidió permiso al centro edu-
del grupo clase como consecuen- cativo para poder llevar a cabo la
cia de la autogestión emocional. investigación, como también se
pudo contar con la autorización
Participantes de las familias.

Este estudio se llevó a cabo Diseño


en una escuela púbica de Giro-
na (Catalunya) de educación pri- Instrumentos
maria dependiente del Departa-
ment d’Educació de la Generalitat Se utilizó una adaptación del
de Catalunya. En el presente tra-
bajo participaron alumnos de se- Moods States) validado por un
gundo ciclo educativo, en con- grupo de expertos. Este instru-
creto niños y niñas de tercero de mento consta de una lista de
primaria (n = 23; 11 niños, 47.82 cuatro ítems que describen unas
% y 12 niñas, 52.17 %), de una emociones siguiendo el modelo
edad comprendida entre los 8 y dimensional de los estados afec-
9 años (M = 8.5). El grupo cla- tivos (Larsen & Diener, 1992;
se era un colectivo heterogéneo Russell, 1980) y el etiquetaje
cuanto a las nacionalidades y cul- planteado por Latinjak (2012),
turas, predominando los niños/as agrupadas así en dos dimensio-
procedentes de países de África nes: emoción positiva de alta ac-
(47%) como Gambia y Marrue- tivación (Eufórico) y de baja ac-
cos. En menor grado había alu- tivación (Relajado o Calmado), y
mnos del Sud de América (17%), emoción negativa de alta activa-
de países del Este de Europa ción (Nervioso) y de desactiva-
(8%) y chicos/as de etnia gitana ción (Aburrido). Se consideran
REBESCOLAR 91
cinco posibles respuestas para (Aburrido). El instrumento só-
cada estado emocional en una lo considera una única respues-
escala tipo Likert: 1= Nada; 2= -
Poco; 3= Normal; 4= Bastante; nalizar la sesión de después del
5= Mucho. Los alumnos deben recreo escolar, colocaba una eti-
responder a la pregunta: ¿cómo queta con su nombre en el sec-
te has sentido durante la clase? tor en el cual creía que se ha-
Dicha pregunta se considera a bía sentido durante el transcurso
cómo se han encontrado a lo lar- de la clase. El propósito de dicho
go de la clase después de la hora instrumento es didáctico, es de-
del recreo. El propósito de este cir, plantear un trabajo de edu-
cación emocional, ya que esta
se han sentido a lo largo de la herramienta ayuda a los niños/
última clase de la jornada mati- as a centrar la consciencia so-
nal en relación con estas cuatro bre sus propias emociones por-
emociones y en qué intensidad que hace hincapié en el etique-
han experimentado éstas. A su taje de lo que sienten, poniendo
vez, este instrumento también pues un nombre a sus expe-
tiene como objetivo observar si riencias intrínsicas, siendo es-
- te el primer camino hacia la au-
tre el cuestionario pre i post in- togestión emocional (Bisquerra,
tervención educativa. 2003; Salovey & Mayer, 1990).
Por otro lado, como instrumen- Este instrumento se ha utilizado
to didáctico, también se ha utili- tanto en el prestest como en el
zado una pizarra de emociones, posttest y, a su vez, se usó en
la cual ha estado validada por un el seguimiento de la intervención
grupo de expertos. Este instru- educativa del programa de min-
mento muestra de forma sepa- dfulness. De esta manera, con la
rada por sectores cuatro estados pizarra de emociones se observa
emocionales (Eufórico, Relajado si hay diferencias entre los resul-
o Calmado, Nervioso y Aburri- tados pre intervención educativa
do), los mismos planteados en el -
cuestionario POMS (imagen 1). zar el programa, como también,
Para elaborar dicha pizarra se ha analizar la evolución durante la
tenido en cuenta el modelo di- práctica del mindfulness.
mensional de los estados afecti-
vos de Russell (1980) y la cate-
gorización utilizada por Latinjak
(2012) y Latinjak et al. (2015),
seleccionando así una emoción
positiva de activación (Eufórico)
y una de desactivación (Rela-
jado o Calmado) y una emoci-
ón negativa de activación (Ner-
vioso) y una de desactivación
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
92
Imagen 1 - pizarra de emociones: cuestionario lleno
(izquierda), cuestionario vacio (derecha)

Por otro lado, se entrevistó (emocional); f) no autogesti-


a tres docentes del centro edu- ón (emocional). El propósito que
cativo donde se realizó la inter- persiguen las entrevistas dirigi-
vención, los cuales son los que das a los maestros que intervie-
intervienen con el grupo clase nen con el grupo clase es anali-
después de la hora del recreo. zar las respuestas en relación a
De esta manera, se planteó una la percepción que tiene el grupo
entrevista semi estructurada, clase cuanto a comportamiento
tanto en el prestest como en el derivado de sus estados emocio-
postest, en relación con los ob- nales en la pre y post intervenci-
jetivos del estudio y validada por ón educativa y, por lo tanto, exa-
un grupo de expertos. Finalmen-
te, las entrevistas se analizaron una mejora de la actitud de los
con un instrumento deductivo alumnos después de aplicar el
de categorías por citas associa- programa de mindfulness.
das validado por otro grupo de Se analiza la entrevista tenien-
expertos. Dicho instrumento es do presente los objetivos del es-
una tabla de doble entrada que tudio y, por lo tanto, esto adquie-
cuenta con los siguientes apar- re un carácter deductivo, ya que
tados: en el eje de la X se aña- los ítems se marcan previamen-
de las entradas del pretest y el te. No obstante, de manera an-
posttest. En el eje de las Y se
añaden seis ítems: a) percepción para cada ítem para así saber a
positiva (del profesor en relaci- qué nos referimos ante el aná-
ón al grupo clase); b) percepción lisis de las entrevistas. De esta
negativa (del profesor en relaci- manera, la percepción hace re-
ón al grupo clase); c) sí identi- ferencia al proceso en el cual se
organiza y se interpreta las im-
-
los alumnos); e) sí autogestión
REBESCOLAR 93
al entorno que nos rodea (Rob- de emociones con alumnos de se-
bins i Decenzo, 2002). Así pues, gundo ciclo de educación prima-
los ítems de percepción positiva ria de una escuela pública de Gi-
hacen referencia a si, los maes- rona, de una edad comprendida
tros, perciben que los alumnos entre los 8 y 10 años, para obser-
tienen un comportamiento ade- var si los niños/as comprenden el
cuado durante el transcuros de la cuestionario y, por lo tanto, si se
sesión. En cambio, la percepción
negativa evidencia si el compor- algún aspecto de éstos. A partir
tamiento de los chicos/as no es
de la prueba piloto, y con la ayu-
el adecuado. En relación a iden-
da de un grupo de expertos en in-
vestigación, el cuestionario POMS
-
car su propia emoción (Salovey &
Mayer, 1990) y, por lo tanto, los
educadores han observador este Fase 2. Sesió de
hecho. Por este motivo, sí iden- introducción a la
- educación emocional
no sabe poner una etiqueta a la
emoción o al estado emocional Durante media hora el docen-
que experimenta, mientras que te-investigador realizó una intro-
ducción a los alumnos sobre edu-
el alumno no es capaz de etique-
cación emocional, haciendo pues
tar lo que está sientiendo. Por úl-
timo, la categoría de autogesti- una explicación sobre qué son
ón se entiende como la habilidad las emociones y poniendo ejem-
para controlar los propios senti- plos de diferentes estados para
que los chicos/as empiezen a fa-
de manera adecuada (Bisquerra, miliarizarse con ellas (Bisquerra,
2003; Salovey & Mayer, 1990). 2003; Rovira et al., 2014; Salo-
De este modo, sí autogestión evi- vey & Mayer, 1990).
dencia que los alumnos tienen
la capacidad para autoregular lo Fase 3. Pretest. Pre
que están experimentado, mien- intervención
tras que por otro lado, no auto-
Al día siguiente de la sesión de
tiene un autocontrol de la emoci-
introducción a la EE y, después
ón que está sientiendo.
mañana del horario escolar, se
Procedimiento les pasa a los alumnos de tercer
curso el cuestionario POMS para
Fase 1. Prueba piloto que lo realicen. En acabar dicho
cuestionario, los niños/as etique-
En primer lugar, se realiza una tan cómo se han sentido duran-
prueba piloto de la adaptación del te esta clase de después del pa-
cuestionario POMS y de la pizarra tio, añadiendo pues su nombre a
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
94
uno de los sectores de la pizarra última del programa (tres sesio-
de emociones. De esta manera, nes de 20 minutos cada sesión),
cada alumno cojió una etiqueta se hizo una práctica variada res-
con su nombre i la colocó en el pecto a la anterior semana, aun-
sector donde creía que se había que se mantuvieron algunos ejer-
sentido durante la sesión. Pos- cicios como los automasajes.
teriormente, el mismo día y du-
rante las horas de trabajo perso- intervención educativa de min-
nal de los docentes, se les pasó dfulness, los alumnos no com-
pletavan el cuestionario adapta-
la entrevista de forma individual
do del POMS, el cual fue utilizado
a los tres maestros que intervie-
en el pretest, pero sí que coloca-
nen con el grupo clase en la últi-
ban en la pizarra de emociones
ma clase de la mañana. la etiqueta con su nombre en la
-
Fase 4. Intervención caban, la cual era la que habían
sentido con más predominancia
A la semana siguiente del pre- a lo largo de la sesión. Estos da-
test, dejando pasar cuatro días, tos quedaron registrados.
se inició el programa de mindful-
ness con los alumnos de ter- programación de las tareas sur-
cer curso de primaria. El progra-
ma se llevó a la práctica durante exhaustiva (Burke, 2009; Gre-
tres semanas, realizando tres se- enberg & Harris, 2011; Kabat-
siones de mindfulness a la sema- -Zinn, 2003 en Mañas, 2009; La-
na antes de empezar la asignatu- vega et al., 2011; Roeser & Peck,
ra de después del recreo (11:30 2009; Rovira et al., 2014a y b;
horas de la mañana). El tiempo University of UCLA; University
invertido en cada sesión sema- of Virginia), optando así por una
nal varía de menos a más cuanto secuenciación progresiva y una
a la cantidad de práctica. En es- variedad cuanto a la práctica del
te sentido, la primera semana se mindfulness. Todas las activida-
planteó una introducción al min- des se realizaron de manera in-
dfulness (tres sesiones de 10 mi- dividual y, por lo tanto, no con-
nutos cada una), ya que en ésta taban con la interacción de otros
se realizaban ejercicios de respi- compañeros o compañeras.
ración diafragmática consciente y,
así, ir habituando a los alumnos a Fase 5. Posttest.
este tipo de práctica. La segunda
semana del programa (tres se- Post intervención
siones de 15 minutos cada una)
contó con una práctica variada Después de la intervención
como por ejemplo atención plena educativa se deja pasar cuatro
a la música o automasajes cor- días, el mismo tiempo entre el
porales centrando la consciencia pretest y el inicio del programa,
en las sensaciones que les pro- y se vuelve a pasar el cuestiona-
ducía éstos. La tercera semana, y rio POMS adaptado a los alumnos
REBESCOLAR 95
- -
zar la última clase de la mañana. tido a nivel emocional los niños
En acabar de rellenar este instru- y niñas entre la pre y la post in-
mento, los niños/as completan la tervención, en los estados emo-
pizarra de emociones. Posterior- cionales Nervioso (P = .001), Eu-
mente, y en la misma franja ho- fórico (P = .030) y Relajado (P
raria que en el pretest, se entre- = .000). El estado Aburrido no
vista a los mismo maestros de
manera individual y en el mismo (P = .211). Las medias también
orden y con igual instrumento evidencian diferencias relevantes
(preguntas de la entrevista semi entre la pre y la post intervenci-
estructurada). Durante los días ón (Figura 1), teniendo presen-
te que una mediana más eleva-
el posttest, la pizarra de emocio-
nes se extrae de la clase. experimentado aquella emoción
de forma más intensa (bastante
Análisis de los o mucho), mientras que una me-
datos. Resultados diana baja indica un estado emo-
cional de baja activación (nada o
Los datos cuantitativos ob- poco). Por esto, se observa co-
tenidos del cuestionario POMS mo el grado de intesidad vivido
y de la pizarra de emociones por los alumnos ha bajado en los
se han analizado con el progra- estados Nervioso (Pre M = 3.3;
ma estadístico SPSS Stastistics Post M = 1.65), Eufórico (Pre M
v. 19.0 aplicando un análisis = 4.08; Post M = 3.08) y Aburri-
a partir de una prueba T para do (Pre M = 2.3; Post M = 1.8),
muestras relacionadas para así mientras que el grado de intesi-
observar diferencias entre el dad en el estado Relajado (Pre M
pretest y el posttest. = 2.95; Post M = 4.3) muestra
Los datos cualitativos obte- un crecimiento en relación con el
nidos de las entrevistas se exa- pretest, evidenciando así que los
minaron a través de una clasi- alumnos experimentan un estado
más relajado después de realizar
asociadas y, de esta manera, ob- el programa de mindfulness.
servar diferencias entre el profe-
sorado en relación con la pre y la
post entrevista.

Cuestionario poms

A partir del análisis estadísti-


co de los datos cuantitativas ob-
tenidas del cuestionario POMS
(tabla 1), se observa diferencias

Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017


96
Tabla 1 - Contrastes entre pre_post intervención

gl Sig.
Nervioso 22 .001
Eufórico 22 .030
Aburrido 22 .211
Relajado 22 .000

Figura 1 - Media de los factores del estado


emocional pre_post intervención

5
4,5 4,3
4,08
4
3,5 3,3
3,08 2,95
3
2,5 2,3

2 1,8
1,65
1,5
1
0,5
0
Nervioso Eufórico Aburrido Relajado

Pretest Pos est

Pizarra de emociones emociones de alta activación co-


mo nerviosismo o euforia. Tam-
A partir del análisis de los da- bién se observa una mejora
tos cuantitativas obtenidas del durante el seguimiento de la in-
instrumento pizarra de emocio- tervención del programa de min-
nes se evidencian diferencias dfulness. Asimismo, las medias
recojidas durante el seguimiento
el pretest y el posttest. De es- de la intervención (programa de
mindfulness) evidencian que el
el estudio, los datos muestran estado nervioso, eufórico y abur-
que hay más alumnos que se en- rido ha disminuido, mientras que
cuentran en estados de relajaci- la media del estado emocional
ón y de calma, a diferencia de la relajado ha aumentado conside-
primera prueba y, por lo tanto, rablemente en relación al pretest
menos alumnos experimentan (Figura 2).
REBESCOLAR 97

intervención y el seguimiento de la intervención

18 17

16
14
11,8
12 11

10
8 7

6 5,2
4,1
4 3 3
2 2 1,7
2 1

0
Nervioso Eufórico Aburrido Relajado

Pretest Media de la intervención Pos est

Etrevistas semi los maestros han explicado que


estructuradas: la voz hay más consciencia por parte
de los docentes
propias emociones: “alumnos
A partir de un análisis de los que sí que son más conscien-
datos cualitativos obtenidos en tes de lo que sienten”. Respec-
el pre y en la post entrevista con to a la autogestión, los profeso-
los profesores que intervienen res coinciden que después del
con el grupo clase, se ha obte- programa de mindfulness, los
nido diferencias relevantes en- estudiantes muestran más ges-
tre las respuestas (Tabla 2). Los tión emocional: “están dispues-
docentes tienen una percepción tos a relajarse, a pensar antes
más positiva del grupo de alum- de actuar”. Aunque los docen-
nos después de la intervención tes señalan que hay cambios de
educativa, argumentando que ha muchos de los alumnos, también
habido una mejora del colectivo coinciden en que hay una parte
y que han observado cambios del alumnado que aún le cues-
importantes en algunos niños y ta realizar este trabajo de con-
niñas, aunque no de todo el gru- trol, tal como apuntan: “los veo
po clase, pero sí de una mayo- más conscientes, no a todos, pe-
ría. También se evidencian cam- ro sí a la mayoría; me he sor-
bios considerables en el ítem de prendido de ver como actuaban
y que han conocido el hecho de

Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017


98
poder estar relajados, pero hay línea de muchos otros estudios
una parte que les cuesta entrar (ej: Almansa et al., 2014; Bro-
en esta dinámica”. derick i Metz, 2009; Flook et
al., 2010; Greenberg i Harris,
2011; Mañas, 2009; Rovira et
categories citas asociadas al., 2014a y b). En este sentido,
y siguiendo los referentes teóri-
Pretest Posttest cos mencionados, los niños y las
Percepción niñas primero aprenden a iden-
4 9
positiva
Percepción
13 5
tomar consciencia del momento
negativa presente y, como consecuencia,
3 5 a ir adquiriendo habilidades que
-
7 3
les permita tener un mayor au-
ción tocontrol (Almansa et al., 2014;
Sí autogestión 4 8 Bisquerra, 2003; Kuyken et al.,
No autogestión 12 5 2013; Salovey & Mayer, 1990).
De esta manera, las diferen-
Discusión el posttest, las aportaciones de
los docentes y el seguimiento del
El presente estudio plan- programa evidencian que la in-
teó analizar el efecto que tiene tervención educativa, la práctica
un programa de mindfulness en del mindfulness, ayuda a iden-
la educación primaria en relaci- -
ón con la consciencia y la gesti- bre las emociones experimenta-
ón emocional y, si, este tipo de das, siendo este el primer paso
práctica de atención plena ayu- y, a su vez, clave para después
da a los niños y niñas a adqui- gestionar los estados emociona-
rir las habilidades para trabajar les (Salovey & Mayer, 1990). Por
con los estados emocionales con esto, este tipo de práctica pue-
de ser una buena herramienta,
físico y mental (Ambrona et al., con el correspondiente guiaje del
2012; Black et al., 2008; Green- maestro, para plantear un traba-
berg i Harris, 2011; Kuyken et jo de educación emocional (Bis-
al., 2013; Ramos et al., 2012; querra & Pérez, 2007 en Alman-
Rovira et al., 2014). sa et al., 2014).
Los resultados obtenidos en Siguiendo esta línea, los re-
la presente investigación seña- sultados obtenidos por parte de
lan que el mindfulness es un ex- los maestros aportan datos inte-
celente vehículo para estimular resantes y relevantes que mues-
un proceso de autoconocimien- tran el que se ha comentado
to que permite al individuo ob- hasta el momento. Así pues, tal
tener un autocontrol emocio- como señalan algunos docentes:
nal y, por lo tanto, sigue en la “alumnos que sí que son más
REBESCOLAR 99
conscientes de lo que sienten, emociones o estados de ánimo
y son capaces de ver que están positivos, tal como revelan otras
más nerviosos, sentarse, rela- investigaciones (Eastman-Muller
jarse un poco y aislarse de los et al., 2013; Greenberg & Harris,
2011; Kuyken et al., 2013; La-
hay alumnos que dicen, va, me vega et al., 2011; Rovira et al.,
relajo y cuento”. Según Flook et 2014a). En este sentido, el estu-
al. (2010) es importante saber la dio muestra diferencias entre el
opinión de los docentes porque pre y la post intervención en evi-
estos conocen a los alumnos y, denciar como se ha reducido, de
por eso, la información que pue- forma considerable, estados ne-
den aportar es muy valiosa. Por gativos (nervioso o estrés) o po-
lo tanto, este estudio muestra sitivos de alta activación (eufóri-
datos similares a otras investiga- co) y como se ha incrementado
ciones en las cuales han aplica- los estados positivos de baja ac-
do un programa de mindfulness tivaciones, tales como tranquilo
(Broderick & Metz, 2009; East- o relajado. También, se ha expe-
man-Muller et al., 2013; Flook et rimentado durante el seguimien-
al., 2010; Greenberg & Harris, to del estudio, gracias a la pizar-
2011; Mañas, 2009; Schonert- ra de emociones, un aumento
-Reichl & Lawlor, 2010). Asimis- del estado relajado, mientras
mo, los cambios producidos que que los niveles de estados ne-
gativos ha ido disminuyendo a lo
estado recogidos con los instru- largo de las tres semanas de for-
mentos establecidos, son conse-
cuencia de la intervención edu- lo tanto, se observa una relaci-
cativa, es decir, de lo que ha ón entre las diferencias del pre
sucedido entre el pre y el post- y el posttest con las entrevistas
test y, por lo tanto, del programa y el seguimiento del programa,
del mindfulness. evidenciando así estos niveles
Por otro lado, el estudio se ase- mencionados. De esta mane-
meja a otras investigaciones (ej: ra, estos resultados obtenidos
Almansa et al., 2014; Kuyken et son contrastados con el estudio
al., 2014; Rovira et al., 2014a y de Extremera & Fernández-Ber-
b) en observar que la práctica de rocal (2003) y, a su vez, con la
atención plena reduce los niveles voz de los maestros entrevista-
de nerviosismo y estrés (Lagar- dos: “realmente se notava una
dera, 2007; Rovira et al., 2014a) calma”, mostrando que con la
y, a su vez, produce emociones o práctica del mindfulness se evi-
estados positivos (Rovira et al., tan o se reducen conductas y ac-
2014a y b). De esta manera, la titudes disruptivas propias de los
lógica interna (Parlebas, 2001) nervios o del estrés. Por lo tanto,
de esta actividad ayuda a redu- estos resultados muestran, co-
cir emociones negativas y, en mo anteriormente se ha señala-
contraposición, a hacer emerger do, que la práctica de atención
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
100
plena proporciona la posibilidad seis meses para observar real-
de conocer las propias emocio- mente cambios en los estudian-
nes y, así, otorga las herramien- tes (Greenberg & Harris, 2011;
tas necesarias a los chicos/as pa- Flook et al., 2010), entendiendo
ra controlar éstas, desarrollando que el trabajo de educación emo-
el bienestar personal de los es- cional es una empresa contínua y
tudiantes (Almansa et al., 2014; permanente (Bisquerra, 2004).
Broderick & Metz, 2009; Green-
berg & Harris, 2011; Kuyken et Conclusiones
al., 2013).
No obstante, este tipo de PMI A partir del análisis de los re-
(yoga, tai chi o el propio mindful- sultados que se han obtenido y
ness, entre otras) se deben de de contrastar y fundamentar és-
mantener a lo largo del tiempo tos con otras investigaciones, se
y de manera sistematizada para puede manifestar que la inter-
producir cambios en la actitud de vención de un programa de min-
los jóvenes (Flook et al., 2010; dfulness potencia la conscien-
Greenberg & Harris, 2011). De cia de las propias emociones y,
esta manera, y tal como los tres por lo tanto, ayuda a mejorar la
docentes entrevistados han seña- autogestión emocional. Por este
lado y han coincidido en decir, motivo, el mindfulness puede ser
se debería implantar una prácti-
ca sistematizada en el centro es- utilizarla en la educación prima-
colar para abordar las conduc- ria con el objetivo de desarrollar
tas disruptivas: “necesitaríamos las competencias emocionales
de un trabajo más sistematiza- de los más jóvenes.
do y en un espacio temporal más Además, después del análi-
largo; es un trabajo que se debe sis entre el pre y el posttest y de
hacer durante todo el curso esco- hacer el seguimiento de la inter-
lar para poder ayudar a los alum- vención, se observa que emer-
nos”. Por lo tanto, el desarrollo de ge más emociones positvas de
una tarea como el mindfulness es desactivación y, de esta mane-
como, según Flook et al. (2010), ra, se desarrollan actitudes me-
aprender a tocar un instrumento nos agresivas que puedan dis-
o hacer un deporte, se necesita torsionar el funcionamiento del
tiempo y dedicación. Asimismo, grupo clase. Asimismo, hay una
todo y obtener mejoras en la au-
togestión de los niños y niñas y, de emociones positivas de ba-
en consecuencia, en el aumento ja activación con la reducción de
de los estados positivos de baja emociones negativas de alta ac-
activación (relajado o tranquilo) tivación en base a las conductas
que deriban de un comporta- menos apropiadas.
miento del grupo menos disrup- Por otro lado, todo y los resul-
tivo, se debería ampliar el tiempo
de práctica introyectiva almenos este tipo de práctica se debería
REBESCOLAR 101
plantear de manera sistemática, las emociones, según si son ne-
implantando así un programa de gativas o positivas, de alta o de
almenos seis meses como plan- baja activación. También, con los
tean algunos autores (ej: Flook niños/as más pequeños, se pue-
et al., 2010; Greenberg & Har- den utilizar iconos que muestren
ris, 2011). Para ello, se necesi- este tipo de estados emocionales
para que así comiencen a identi-
a desarrollar, la cantidad y la ca-
lidad de la misma, atendiendo a como han propuesto Becerra,
la vez a las necesidades y carac- González, & Latinjak (2015). Fi-
terísticas de los alumnos, ya que nalmente, se plantea la idea de
los ejercicios planteados deben seguir con este programa du-
estar ajustados a las edades ma- rante un período de tiempo más
durativas de los niños/as (Gre- largo y, a la vez, plantear la po-
enberg & Harris, 2011; Kabbat- sibilidad de estudiar el compor-
-Zinn, 2003). tamiento de los alumnos fuera
En conclusión del presente es-
tudio, es importante realizar un hay transferencia del trabajo re-
trabajo de educación emocional alizado en el centro escolar.
porque conocer y controlar las
propias emociones ayuda a te-
Referencias
ner un autocontrol y desarrollar
un beniestar personal a ámbito
Almansa, G., Budía, M. J., López,
físico y mental. En este sentido,
J. L., Márquez, J. L., Martínez, A.
la práctica de mindfulness pue-
I., Palacios, B., Peña, M. M., Santa-
de ayudar a abordar esta meta,
fé, P., Zafra, J., Fernández-Ozcor-
siendo el área de Educación Fí-
ta, E., & Sáenz-López, P. (2014).
sica un espacio idóneo, plante-
Efecto de un programa de Min-
ando esta asignatura de mane-
ra transveral. dfulness sobre variables motiva-
cionales y psicológicas en educa-
ción Primaria. E-motion. Revista
Propuestas de mejora
de Educación, Motricidad e In-
vestigación, 3, p. 120-133.
Respecto al trabajo de emo-
ciones en la escuela, se ha ob- Ambrona, T., López-Pérez, B., &
servado como los alumnos han Márquez-González, M. (2012).
aprendido a poner nombres a
las emociones que sentían a tra- educación emocional breve pa-
vés de la pizarra de emociones ra incrementar la competencia
y, por lo tanto, ésta puede ser emocional de los niños de edu-
una buena herramienta didác- cación primaria. REOP, v. 23,
tica cuanto al trabajo de edu- n. 1, p. 39-49.
cación emocional. No obstante,
este instrumento se puede me- Arias, J., Franco, C., & Mañas, I.
jorar relacionando con colores (2010). Efecto de un programa
Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017
102
de entrenamiento en concien- Day, C. (2006). Pasión por en-
cia plena (mindfulness) en el es- señar: la identidad personal y
tado emocional de estudiantes profesional del docente y sus va-
universitarios. Estudios sobre lores. Madrid: Narcea.
educacion, 19, p. 31-52.
Eastman-Mueller, H. T., Wilson,
Bauman, Z. (2006). Vida líqui- Jung A. K., Kimura, A., & Tar-
da. Madrid: Paidós Ibérica. rant, J. (2013). Irest yoga-nidra
on the college campus: Chan-
Bisquerra, R. (2000). Educa- ges in stress, depression, worry,
ción emocional y bienestar. and mindfulness. International
Barcelona: Praxis. Journal of Yoga Therapy, 23,
Bisquerra, R. (2003). Educaci- p. 15-24.
ón emocional y competencias Extremera, N. & Fernández-Ber-
básicas para la vida. Revista rocal, P. (2003). La inteligencia
de Investigación Educativa, emocional en el contexto edu-
21, p. 7-43. cativo. Revista de educación,
Bisquerra, R. (2004). Diseño, apli- 332, p. 97-116.
cación y evaluación de programas Fernández-Abascal, E. G. (2003).
de educación emocional. En M. J. Emoción y motivación huma-
Iglesias (ed): El reto de la edu- na. La adaptación humana.
cación emocional en nuestra Barcelona: Ramón Areces.
sociedad (p. 121-161). A Co-
ruña: Universidad da Coruña. Flook, L., Smalley, S. L., Kitil, M.
J., Galla, B. M., Kaiser-Greenland,
Black, D. S. Milam, J., & Suss-
man, S. (2008). Sitting-medita- mindful awareness practise on
tion interventions among youth: executive functions in elemen-
tary school children. Journal of
Pediatrics, 124, p. 532-541. Applied School Psycology, 26,
Broderick, P. C. & Metz, S. p. 70-95.
(2009). Learning to Breathe: A Goleman, D. (1995). Emotional
pilot trial of a mindfulness cur- Intelligence. Why it can mat-
riculum for adolescent. Advan- ter more than IQ. Nova York:
ces in School Health Promo- Bantam Books.
tion, 2, p. 35-46.
Goleman, D. (2010). Inteli-
Burke, C. A. (2009). Mindful- gencia emocional. Barcelona:
ness-based approaches with chil- Kairós.
dren and adolescents: A prelimi-
nary review of current research González, C. (2015). La educa-
Journal of ción física en el punto de mira.
Child and Family Studies, 19, Tándem: Didáctica de la Educa-
p. 133-144. ción Física, 49, p. 7-14.
REBESCOLAR 103
Becerra, T., González, D. & La- Lagareda, F. & Lavega, P. (2003).
Introducción a la praxología
competition on emotion intensity motriz. Barcelona: Paidotribo.
in cooperative tasks in physical
education. Revista Española Larsen, R. J. & Diener, E. (1992).
de Educación Física y Depor- Promises and problems with the
tes, v. 410, n. 3, p. 381. circumplex model of emotion. Re-
view of Personality and Social
Greenberg, M. T. & Harris, A. R. Psychology, 13, p. 25-59.
(2011). Nurturing mindfulness
in children and youth: current Latinjak, A. (2012). The under-
state of research. Child Deve- lying structure of emotions: a tri-
lopment Perspectives, 6, p.
161-166. doi: 10.1111./j.1750- and emotions concepts for spor-
-8606.2011.00215.x ts. Revista Iberoamericana de
Psicología del Ejercicio y del
Kabat-Zinn, J. (2003). Mindful- Deporte, v. 7, n. 1, p. 71-87.
ness-based interventions in con-
text: Past, present and future. Latinjak, A. T., López-Ros, V., &
Clinical Psychology, Science Font-Lladó, R. (2015). Un estu-
and Practice, 10, p. 144-156. dio descriptivo de los conceptos
emocionales desde los mode-
Kuyken, W., Weare, K., Ukou- los dimensionales de los estados
munne, O. C., Vicary, R., Motton, afectivos. Conceptos emocio-
N., Burnett, R., Cullen, C., Hen- nales, p. 19-37.
nelley, S., & Huppert, F. (2013).
Lavega, P., Filella, G., Agulló, M.,
in Schools Programme: non- Soldevila, A., & March, J. (2011).
-randomised controlled feasibili- Conocer las emociones al través
ty study. The Brithish Journal del juego: ayuda para los futu-
of Psychiatry, 203, p. 126-131. ros docentes en la toma de de-
doi: 10.1192/bjp.bp.113.126649 cisiones. Electronic Journal of
Research in Educational Psy-
Lagardera, F. (1999). La lógica chology. 24, p. 617-640.
deportiva y las emociones. Im-
plicacions en la enseñanza del Lavega, P., March, J., & Filella,
deporte. Apunts de Educación G. (2013). Juegos deportivos y
Física, 56, p. 99-107. emociones. Propiedades psico-
métricas de la escala GES pa-
Lagardera, F. (2007). Ejercicio ra ser aplicada en la Educación
físico y bienestar: las prácticas Física y el Deporte. Revista de
motrices introyectivas en el INE- Investigación Educativa, 31,
FC de la Universidad de Lleida. p. 151-165.
Lleida: Universidad de Lleida.

Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017


104
Mañas, I. (2009). Mindfulness Iberoamericana de Educaci-
(atención plena): La meditación ón, v. 55, n. 2, p. 1-6.
en Psicología Clínica. Gaceta de
Psicología, 50, p. 13-29. Robbins, S. P. & Decenzo, D. A.
(2002). Fundamentos de ad-
Mindfulness Programs. (2015). ministración. Mèxic: Pearson
University of Iowa Health Ca- Educación.
re. Recuperat des de: <http://
www.uihealthcare.org/mindful- Roeser, R. W. & Peck, S. C.
(2009). An education in awa-
ness/>.
reness: Self, motivation, and
Mora, F. (2013). ¿Qué es una self-regulated learning in con-
emoción? Arbor, 189(759), doi: templative perspective. Edu-
<http://dx.doi.org/10.3989/ar- cational Psychologist, 44, p.
bor.2013.759n1003>. 119-136.

Ortega, M. (2010). La educa- a) Rovira, G., López, V., Lagar-


ción emocional y sus implicacio- dera, F., Lavega, P., & March, J.
nes en la salud. REOP, 21(2), (2014). Un viaje de exploración
p. 462-470. interior: emociones y estado de
ánimo en la práctica motriz in-
Oxford Mindfulness Centre. troyectiva. Educatio Siglo XXI,
(2015). University of Oxford. v. 32, n. 2, p. 105-126.
Recuperat des de: <http://ox-
fordmindfulness.org/learn/mind- b) Rovira, G., López, V., Lavega,
fulness-in-schools/>. P., Mercè, M. (2014). Las emo-
ciones en las prácticas motrices
Parlebas, P. (2001). Juegos, de- de atención plena. REOP, 25(2),
porte y sociedad. Léxico co- Cuatrimestre, p. 111-126.
mentado de Praxología Mo-
triz. Barcelona: Paidotribo. Russell, J. A. (1980). A cir-
Jour-
Perrenoud, P. (2012). Cuando nal of Personality and Social
la escuela pretende prepa- Psychology, 39, p. 1161-1178.
rar para la vida: ¿desarrollar
competencias o enseñar otros Russell, J. A. (2005). Emo-
saberes?. Barcelona: Graó. tion in human consciousness is
Journal of
Ramos, N., Recondo, O, & Enrí- Consciousness Studies, 12,
quez, H. (2012). Practica la In- p. 26-42.
teligencia Emocional Plena: la
Saez, U., Lavega, P., Largade-
través de mindfulness. Barcelo- ra, F., Costes, A., & Serna, J.
na: Kairós. (2014). ¿Por qué te peleas? Con-
-
Ramírez, I. (2011). El compro- gativas en la clase de Educación
miso ético del docente. Revista Físca: el caso de los juegos de
View publication stats

REBESCOLAR 105
oposición. Educatio S. XXI, 32, medicine/divisions/general-med/
p. 71-90. wellness/the-mindfulness-center/
resources/audio-recordings>.
Salovey, P. & Mayer, J. D. (1990).
Emotional Intelligence. Imagi- UCLA Mindful Awareness Rese-
nation, Cognition, and Perso- arch Center (2015). Universi-
nality, 9, 185-211. ty of UCLA. Recuperat des de:
<http://marc.ucla.edu/body.
Salovey, P. & Mayer, J. D., (1997). cfm?id=22>.
What is emotional intelligen-
ce? Emotional Development Weare, K. (2013). Developing
and Emotional Intelligence: mindfulness with children and
Implications for Educators. Nue- young people: a review of the evi-
va York: Basic Books. dence and policy context. Jour-
nal of Children’s Services.
Schonert-Reichl, K. & Lawlor, M.
- Artigo submetido em 07 de
dfulness-based education pro- novembro de 2016
gram on pre- and early adoles-
cents’ well being and social and Aprovado em 06 e fevereiro
emotion competence. Mindful- de 2017
ness, 1, p. 137-151.

School of Medicine (2014). Univer-


sity of Virginia. Recuperat des de:
<http://www.medicine.virgi-
nia.edu/clinical/departments/

Rev. Bras. Educ. Fís. Escolar Ano II, V. 3 – Mar. 2017

S-ar putea să vă placă și