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Palabras proféticas dadas por el Señor al Rev. Dr.

Jose Manuel
Perez en Chivacoa el 12 de Octubre, 1992 en la plazoleta del
Ferrocarril.
"Herida esta Venezuela, herida de muerte y cubierta de maldición,
sangre habra en tus calles, sangre en tus plazas, angustia y dolor
de todas partes, sangre de madres y sangre de hijos, ríos de
sangre, lagrimas y angustia, hambre y miseria.”
Después de un silencio, en medio de la revelación, el Espíritu
Santo me dice:
"Mas en aquellos días yo limpiaré a Venezuela. Yo la sanaré y la
levantaré. Yo limpiaré a Venezuela, Dice el Señor."
Vision profética dada por el Señor al Rev. Dr. Jose Manuel
Perez en Kingston, NY en el ático de su casa en el año 2003
durante un ayuno de 40 días.
Donde vivía entonces, tuve una vision impactante. Fui llevado a
Venezuela donde veía las calles cubiertas de rojo, como un mar de
gente en las calles, y una gran serpiente escarlata cubría toda la
nación, y desde allí cubrió gran parte de Sur América y Centro
América, subió con gran furia hasta que vi que entro por las costas
de Florida. Cuando pisó las costas, se hizo una gran linea roja que
cubrió todo el mapa de la costa este de los Estados Unidos desde el
sur hasta el norte. Entonces vi que comenzaban marchas en todo
Estados Unidos comenzando desde los estados del sur. Marchas
de protestas con carteles y pancartas. Entonces me dijo el Señor:
“Así sera cubierta sur y centro America con el comunismo y esta
serpiente se arraigara en muchas naciones y subyugara mas y mas.
Y aun entrara en los Estados Unidos. Cuando veas que comienzan
marchas de diferentes protestas en todo el país (EEUU), el tiempo
habrá llegado, desde allí, en corto tiempo, habra cambios
inesperados uno tras otro. Siervo, llegara el tiempo en que las
madres llorarán por los hijos y clamarán las gentes con angustia por
esta nación.”
En aquella vision, Dios me ordeno hacer silencio respecto a mi
amada Venezuela.
“Porque aunque veas que crecerán las Iglesias, el remanente sera
cada vez mas pequeño. Pobrecita, porque aun sus profetas
hablaran lo que no vieron, dirán lo que no oyeron. Se llenarán de
miedo sus baluartes, y la gente preguntara diciendo: ‘¿Que dice
Jehová?, ¿Que dice Jehová?.’”
Hace algún tiempo un siervo de Dios me llamo para informarme
que haría un viaje a Venezuela, me alegré con la noticia y hasta
pensé en ir yo también. Entré en un ayuno de 15 días por este
propósito, seria fácil pues incluso alguien llamo a mi casa
ofreciéndome pagar todos mis gastos, pero una noche oí la voz del
Señor, fuerte y poderosa, que estremeció todo mi ser:
“No iras” ¿Pero Señor, por que? “El llevará falsas esperanzas a
Venezuela. Pero el pueblo oirá y creerá; no se cansan de hablar lo
que interpretan de lo que dije. Yerran en sus mentes y dicen lo que
yo no dije, por cuanto lo que piensan dicen, y no me preguntan a mi,
se satisfacen con las respuestas de sus mentes, hablan
apresuradamente, lo que nunca oyeron hablan! Ponen días, fechas
y horas, calculan y dicen: ‘Jehová dijo, Jehová dijo! Pero el pueblo
cree sin preguntar ¿No soy yo Jehová quien creó la boca para
hablar y el oido para oír? ¿Por que no me preguntan a mi? ¿No
respondería yo y les declararía lo que deben saber?. ‘Si el león ruge
en la selva, quien no temerá, y si Jehová hablare quien no
profetizará?’ (Amós 3:8). Ay! de los profetas, que profetizan y
‘declaran’ solo porque dicen: ‘El profeta tiene autoridad declarativa’,
‘Jehová me ha dado autoridad para profetizar’, Pero nunca han oido
ni han visto, de su corazón hablan mentiras, calman el corazón del
pueblo diciendo: ‘Paz viene, paz y tiempo de tranquilidad”. ¿Por qué
los oye mi pueblo? Mis verdaderos profetas tienen miedo, hablan
con cautela, no se atreven por temor de la gente. Así dice el Señor
a los verdaderos profetas Venezolanos: ‘Id, hablad, no calléis, no
temáis, vosotros sabéis que el tiempo es corto. ¿Por que no
habláis? No habléis mas en secreto, levantad la voz, he aquí
urgencia, emergencia, corred, corred!Remanente de Dios, no
temas, pues aunque tus perseguidores se han multiplicado y dices
no puedo hablar pues tu casa se ha llenado de enemigos, aun hay
quienes no han doblado sus rodillas ante Baal. ‘Atrévete mucho
mas’ (Filip. 1:13-14), Cree y espera. Si aún la casa del justo fuera
de cartón, y no hubieres puertas o ventanas; allí lo librará Jehova.”
Dice el Señor.
Palabras proféticas dadas por el Señor al Rev. Dr. Jose Manuel
Perez en Saugerties, NY el 10 de Marzo, 2013.
Durante algún tiempo muchas personas me han escrito
preguntándome referente a una palabra de Dios para el país
Venezolano. No he querido dar respuesta a casi ninguna de estas
cartas, pués de una manera concreta el Señor me ha ministrado
respecto a hacer silencio en lo concerniente. Pero fuí sorprendido
por el Señor en días pasados, al no solo hablarme, sino
confirmarme de manera increíble las palabras que a continuación
les comparto. Por varias semanas Dios ha estado tratando esto
conmigo. Entiendo la prudencia pero también la urgencia con las
que estas palabras deben llegar al remanente de Dios. Se que
usted también entiende ambas cosas, por lo cual le pido comparta
las mismas estrictamente con gente de Dios; el fiel remanente de
Dios:
“El león de los Babaláos ha sido herido y es quitada su gloria.
¿Donde están tus protectores en quien confiabas? Tu gloria con la
que presumías ante los grandes de las naciones, pues confiabas en
tus pociones, y en tus contras, en tus altares y en tus ‘maestros
espirituales’. Quitada te es tu gloria, tu reino te es cortado, y detrás
de ti solo queda confusión y sangre. Tus ídolos no pudieron librarte
y rechazaste mis mensajes con arrogancia y reverente hipocresía.
He aquí mi mano está contra la nación idólatra, la que hizo del
hombre su ídolo y lo adoró como a dios. Ay! Ay! de la nación cuyo
‘dios’ no puede librarla porque días malos se avecinan. Angustia,
hambre, llanto, clamor. Di a tus muchos ‘dioses’ que te salven!
Clama a tus líderes que te libren! Desnuda con desnudéz, gritos de
niños, clamor de ancianos, los perros en las calles comen carne de
hombre, fuerte angustia, corren de un lado a otro sin saber a donde
ir. ‘Jehová ha olvidado!’ dijeron, ‘no hay quien vea nuestra maldad!
No hay quien juzgue!’. Por dinero se han vendido muchos de mis
ministros, buscaron gloria bajos la sombra de sus amigos políticos,
se sintieron seguros, y dijeron: ‘Quien nos moverá?’ Mas Jehová
dice: ‘He aquí mis ojos ven y mis oídos oyen, a dónde escapareis
de mi ira con que visito a Venezuela? A donde escapareis?’”
Mientras meditaba sobre esto veía a una manada de patos que
volaban desordenadamente, me pareció raro, pués nunca había
visto tal cosa, tal desorden; entonces me dijo el Señor:
"Así será Venezuela, correrán sin líder, sin dirección, en anarquía,
preguntarán y no habrá quien responda, confusión de todas partes.
Vestiste de rojo a la nación, y ahora se vestirá de sangre, vestidos
de blanco tus babaláos, salían haciendo alarde, ahora se vestirán
de luto. Arrepentíos y llorad! He aquí mi mano desde el Oriente al
Occidente. Al remanente: Clama, clama con dolor, con lágrimas,
sus ojos verán cosas que jamás pensaron ver, si Yo soy tu
confianza, clama a mi. De dónde pedís socorro? Porque he aquí
que el socorro de los que confiaron en el hombre y fueron
seducidos con sus muchas palabras, y atraídos dijeron: ‘Debajo de
su sombra estaremos! Su socorro pereció con el, y su esperanza’.
Confiad en mí. Santificaos, levantad mi bandera y corred con ella.
Cambiaré vuestras banderas rojas por banderas blancas y azules,
no sin sangre será depurada la nación. Gran controversia. ‘Traición,
traición!’, gritarán, pero no habrá quien les oiga. Sordos estarán sus
oídos, pués no quisieron oírme. Entonces oirán el sonido de la
metralla. Pero la hora de tinieblas pasará. No temas! ¿No libraré yo
al íntegro? ¿No daré paz al justo? Si por breve momento te
estremezco, con gloria permanecerá sobre ti mi mano para bien,
dice el Señor Jehová de los Ejércitos."
Palabras proféticas dadas por el Señor al Rev. Dr. Jose Manuel
Perez en Saugerties, NY el 20 de Diciembre, 2014 a las 3:41am.
Hoy he sido movido por el Espíritu Santo a escribir acerca de la
experiencia que desde el pasado 5 de Diciembre he estado
teniendo. Todos estos días el Espíritu Santo me ha estado
ministrando referente a mi nación Venezuela. El día 5 de Diciembre
alrededor de las 4:30am, el Señor me mostraba al país y me decía:
"Por muchos años tu haz estado lejos de tu país y por ello te es
difícil entender algunas cosas, pero ven”, me dijo, ”Y te voy a
mostrar la situación actual de tu país y lo que vendrá sobre este.”
Al instante, fuí tomado en el espíritu y vi que volé a gran velocidad
y llegué a Venezuela; el Espíritu me colocó en un lugar en el
espacio desde donde podía ver diferentes lugares de la nación y
miraba a la gente caminando y corriendo, con gran incertidumbre,
de un sitio a otro. Así era en todo lugar que veía, la incertidumbre se
había apoderado de la gente, entonces comencé a escuchar lo que
hablaban: “No soportamos más, la guerra estallará en cualquier
momento. No importa lo que haga", decían algunos, “La decepción
es muy grande.” Así hablaban entre sí, “¿Qué les pasa?” Pregunté;
y me dijo el Señor:
"Es que la desolación ha llegado sobre tu país y no habrá más
tiempo, pues el tiempo se terminó y todo lo que he mostrado ha
caído sobre ellos".
Yo mire desde donde estaba y vi al país grandemente menguado
en número de personas, tanto que era evidente y me dijo el Señor:
“¿Ves lo menguada que está la nación? Así quedará por causa de
los muertos, de la guerra y del hambre; porque habrá guerra y
hambre, y nada de lo que ha venido hasta ahora a la nación se
compara a lo que vendrá y será ya! pues el tiempo se ha
terminado."
Entonces se me ordeno salir de allí y volver a mi lugar, pero
cuando salía mire hacia atrás y vi que el país temblaba como ebrio;
los edificios, las casas, los puentes, y se me dijo: "A más de la
guerra y el hambre la nación será estremecida de gran sismo, y
también esto cobrará sus muertos, muchos querrán huir y no
podrán, aún los pastores y siervos míos a quienes dije que salieran
y no lo hicieron, tratarán de huir y no podrán, pues las puertas
estarán cerradas, y cerradas las fronteras. En gran calamidad y
desgracia sobre desgracia habrá, confusión cual no lo hubo antes,
en llanto gritarán, en angustia y gran persecución de mi pueblo.” Y
con gran insistencia me decía: "Y será ya! pues el tiempo se ha
terminado para Venezuela."
Yo me angustié en gran manera y al terminar aquella experiencia
mi corazón ardía de angustia y tristeza. Y me dijo el Señor: "Llama
a… (dos familias),” Que en particular me dijo por nombre, “Y di a la
una: ‘El Señor te da la oportunidad de que salgas ahora para que
vivas. Así que si se quedara, su muerte no estará en tus manos’,
dijo el Señor. Y a la otra familia llámala ahora y diles: ‘No regresen a
Venezuela, pues de allí los saque’.”
Con estos dos mensajes terminó el Señor de hablarme, pero en mi
espíritu entendí que no debía publicar esto con rapidéz, así que he
estado orando hasta hoy, cuando a las 2:00am me ha despertado el
Señor con gran inquietud y al terminar de orar el Espíritu Santo me
dió testimonio de que era el momento de escribir y publicar esto.
Iglesia, remanente de Dios, clama! Pueblo que eres llamado por su
nombre, Ora!
El momento del parto ha llegado, la prueba será dura, nada de lo
que haz visto antes se compara a lo que viene!
Pero el Señor estará con los suyos en el quebranto, los suyos
tendrán consolación!
Palabras proféticas dadas por el Señor al Rev. Dr. Jose Manuel
Perez en Saugerties, NY el 8 de Diciembre, 2015.
Pensando en Venezuela:
Por muchos años estando lejos de mi país, mi amada Venezuela he
orado con denuedo pidiendo a Dios misericordia por mi nación; a
veces por las noches mientras oro o medito en el Señor parecieran
pasar frente a mis ojos las imágenes vistas en visiones del pasado y
retumban en mi mente las palabras como la recibida en una de las
últimas visiones: "Ven y te mostraré lo que ha de suceder con tu
nación.”
Por alguna razón Dios me eligió para mostrarme estas cosas, no
porque yo sea alguien especial, ni tampoco porque tenga al
ministerio profético como un asunto de euforia personal para buscar
resaltar o competir con los que hablan o dicen: “Esto es así o así
sucederá.” La verdad es que los seres humanos estamos limitados
en el conocimiento de estas cosas y sólo Dios puede revelar el
futuro y lo que está oculto en el corazón de hombres, y pretender
saberlo por cualquier otra vía no es más que mero ocultismo o
simplemente ufanarse de manera vana. Hoy parece que muchos
compiten apresurados a colocar en sus páginas de Facebook o
cualquier otro medio masivo, lo que ellos llaman "una palabra" o
"una declaración", luego los lectores incautos corren con ella como
si fuera Dios quien la hubiera dicho, cuando la verdad es que, ni
preguntaron, ni vieron, ni oyeron, solo conjeturaron y sacaron
conclusiones, imaginaron, calcularon, etc. Pero la fuente de la
palabra profética no puede ser la conjetura o cálculo matemático-
analítico; Dios no calcula, él simplemente sabe y el cúmulo de las
cosas por suceder no le están escondidas. El las conoce todas sin
excepción de ninguna. Cuando nosotros los hombres, limitados e
insuficientes, alcanzados por la revelación del por venir de hechos
que atañen a la vida de miles o millones de personas, somos
impactados como efecto inevitable de la misma, caemos sobre el
rostro como Daniel o gritamos en angustia como Isaías o lloramos
incansablemente como Jeremías, pero nunca nos enorgullecemos o
inflamos o nos hacemos de un "nombre" o manipulamos a otros
usando la profecía como base para ello; me aterro a veces y me
quedo estupefacto al leer las constantes "declaraciones" de muchos
"profetas" que miden y calculan pero sus mentes atravesadas de
estupor no les deja ver las consecuencias eternas de sus palabras.
Muchos han perdido la confianza por causa de los constantes
errores de "los calculadores" y se preguntan: “¿Y ahora que
debemos hacer?” De inmediato estos calculadores responden y los
incautos hacen en obediencia ciega a sus manipuladores. Siempre
profetizan el bien, pues nunca vieron el mal que estaba a las
puertas, siempre declaran bendición, pues son ajenos a la cólera y
la ira de Dios. Pero ¿quiénes son estos?; son buscadores de
puestos políticos, son procuradores de bienes personales, son
sagaces comerciantes de la fe del pueblo, ávidos parlanchines,
esgrimeros de errores y hábiles líderes de confusión; ¡No pararan
de decir lo que no es, pues ellos mismos no son!
Yo, en cambio soy boyero, de detrás de los bueyes de mi padre me
tomó el Señor (Amós 7:14), no quería yo ver lo que he visto ni pedí
decirlo, por lo cual no compito con ninguno pues la visión es tan
aterradora que me deja estupefacto y perplejo y en vez de
apresurarme a escribir y publicar algo, tiemblo por causa de la
visión.
El pueblo grita en confusión ‘¿dónde están los profetas? ¡Que nos
digan!, ¡que nos guíen!’ Y mientras la verdad parece estar en
silencio, se oyen incesantes voces de todas partes.
Y yo te pregunto, ¿Por qué corres a ellos? ¿Por qué no correr a la
presencia de Dios?, el tiempo es crucial, días difíciles se aproximan
y cabalgan con extrema rapidez, sangre cual nunca antes, dolor y
fuerte angustia. ¿Por qué no corres a la fuente sino que vas a las
cisternas rotas que no retienen agua?, Con los cuernos sobre sus
cabezas dicen: así cornearás a tus enemigos, pero no saben que
ellos mismos llorarán en angustia y correrán de un lado a otro para
salvar sus vidas y no habrá quien los libre en aquel día; ‘Cercano
está el momento’ esa fué la palabra que me dijo el Señor, cuando vi
las calles de Venezuela menguadas de gente y pregunte: ‘¿Por qué
las calles están menguadas de gente? Y me dijo el Señor: ‘Por el
hambre, la guerra y la destrucción’. Y cuando en medio de la visión
vi aquella manada de patos que volaba con gran desorden, me dijo
el Señor: "Así sucederá en Venezuela". ¿Quién será profeta para
los que quieren oír solo lo que les conviene? ¿Quién será profeta
para el terco y testarudo que da coses contra el aguijón?¿Quién
será profeta para la masa que prefiere la comodidad de preguntarle
al hombre y no a Dios? ¡Gracias a Dios yo solo soy boyero!
Oigo y veo las noticias, y no puedo sacar de mi mente las palabras
que me invaden, “Mucho de mi pueblo no entiende, solo ven con
sus ojos de carne y sus oídos están acostumbrados a lo que oyen,
pero yo les hablo y no quieren oírme, aún el remanente está
confuso, ¡Oh remanente, remanente! Si vieras, si oyeras lo que yo
quiero, si quitaras tu mirada de tu ambiente y la pusieras en mi;
mirarías y de cierto entenderías y correrías no con lo que oyes de
los hombres sino de lo que oyes en mi presencia. Tiempo es de
apresurarte en buscarme, de llorar y de clamar, ¿Por qué esperas?,
apresuraos, apresuraos. Mirad bien, la calma será tristeza y los que
celebran serán presa aunque no por mucho tiempo, la confusión no
termina y la angustia hace bien su trabajo, la carrera de muchos
santos acabará con rapidez y los que apresan tenderán aún sus
lazos, tendrán valor aún por un momento, pero este será corto
porque les vendrá temor de todas partes y designios de poderosos
les será contrario. Temblarán con terror en sus cuevas y atacarán
como fieras hasta que sus manos les sean cortadas y no puedan
empuñar espada y de su temor ninguno se espante; la angustia
será como nunca, la guerra será encarnizada; la sangre fluirá como
río y el llanto se oirá de lejos. ¡Oh remanente!, no los oigas, óyeme
a mi, no te concedas a la distracción de los "calculadores", no los
sigas, porque como el ave que va a la red son los que los siguen,
sus pasos serán quebrantados; Si yo soy tu socorro, entonces
mírame a mí y si yo soy tu confianza entonces clama como nunca y
búscame como nunca.”
Palabras proféticas dadas por el Señor al Rev. Dr. Jose Manuel
Perez en Saugerties, NY el 8 de Marzo, 2017 durante una
transmisión radial.
Esta madrugada, mientras oraba, después de no haber podido
dormir en toda la noche, en gran angustia y premura por la nación
Venezolana, me dijo el Espíritu Santo:
“He aquí lo peor vendrá con gran prontitud y será imposible para
muchos salir del país, si crees que el hambre es lo peor por venir,
no es verdad, lo peor está por venir, la angustia que viene no tendrá
comparación y viene ya! La guerra, la persecución, los ejércitos
extranjeros y como si fuera poco, la tierra temblara como nunca, la
mayoría de las Iglesias serán cerradas y los ministros presos y
muchos asesinados.”
Hoy llega a mi corazón una angustia porque el dolor que he visto
por años ha llegado, yo sentí en mi espíritu que tenía que poner en
esta carta de acuerdo con lo que el Espíritu Santo me decía:
Aunque dura, no se del todo porque será peor, peor y peor:
“La sangre será como un río y no habrá misericordia, se contarán
por miles los muertos y se oirá el grito de dolor por fuerte y
angustioso, que no abra país en donde no se oiga las
confrontaciones, serán enfrentamiento de leones, nadie querrá estar
en medio de ellas o cerca de ellos, se derrama sangre de jóvenes
como agua en las calles y el llanto de los padres será como grito del
que corre una bestia, pues llorarán y nadie oirá de lejos, porque no
escucharon cuando había tiempo, porque no oyeron temprano, el
mal ha llegado y no lo saben, solo ven el mal que los agobia hoy y
no saben que este es como voz del que anuncia, pues solo para
eso vino el hambre, para anunciar la muerte y la guerra, la sangre,
la persecución y la angustia, como las nubes negras anuncian la
tempestad. Porque no oyeron cuando aún había tiempo, porque no
se volvieron cuando llame y aún preguntan: ¿cuando llamaste que
no escuchamos?, ¿cuando dijiste que no supimos? Preguntad a los
que oyeron y dijeron, ‘no es Jehová el que habla?’ Preguntad a los
que profetizan el bien para congraciarse con el pueblo y ser así
llamados “profetas”, aunque nunca oyeron mi voz, preguntad a los
que golpearon a mis profetas. Ay! Ay! y de nuevo Ay, pero vosotros,
pueblo de dura cerviz que no vuelves, ni llamados, ni por llanto, ni
por amargura, he aquí que serás golpeado hasta que en tu
quebranto me vuelvas el rostro y no la espalda.
Noticias, noticias vendrán de todas partes del norte, del sur, del este
y del oeste y palidecerá el que lo oiga, todas sus estrategias serán
en vano y no servirán para librarte, antes te herirán de mayor
angustia hasta que tu corazón ya cansado se rinda y vuelvas a mí.
Entonces te tenderé la mano con misericordia y te restauraré con
cuidado como quien cuida un niño y serás luz y no tinieblas,
porque me acordaré de ti en medio de tu dolor y vendrá a mi
memoria las promesas de tu juventud y te haré bien y lo expondré
en publico.” Dice el Señor.

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