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¿CONSIDEREN QUÉ?
Considérense unos a otros. Pero esto es casi imposible de llevar al español con el resto
de la oración, porque sería muy extraño. Tendría que sonar algo como esto:
"Considerémonos unos a otros hacia el estímulo del amor y las buenas obras". Ahora,
eso es un español terrible, un buen orden de palabras en griego, pero terrible en
español. Lo mejor que podemos hacer, parece, es decir: "consideremos cómo
estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras".
Pero quiero que usted note este matiz del original, para que pueda sentir su fuerza como
un propósito y enfoque diario para su vida. Este es Dios, literalmente, llamándonos a
considerarnos unos a otros, es decir, a mirarnos unos a otros, a pensar unos en los otros,
a enfocarnos unos en los otros, a estudiarnos unos a otros, a ocupar nuestras mentes
unos en los otros. Y la meta de este enfoque en los demás es pensar en modos de
estimularles al amor y a las buenas obras.
Tomemos a los adolescentes, por ejemplo. Hay muchos adolescentes, en Bethlehem,
quienes viven para Dios. Ustedes han probado el amor de Dios y han experimentado el
poder de Su perdón. Y quieren hacer Su voluntad. Pero, como casi todos los demás, se
levantan muchos días y se sienten desanimados. ¿Cuál es el propósito? ¿Por qué ir a la
escuela? ¿Por qué trabajar? Y ustedes van decayendo a lo largo del día, tratando de
sentirse bien con la música y la comida y los amigos. Pero no sienten que haya
propósito, o enfoque alguno.
Dos principios: Primero, no se nieguen unos a otros. Segundo, anímense unos a otros.
Cuando crecía y escuchaba referencias a este texto eran usándolo, más a menudo, como
un argumento a favor de la asistencia regular a los servicios de adoración. "no dejen de
congregarse, vengan regularmente a la iglesia". Y ésa no es una aplicación errada del
texto pues uno de los modos de estimular y exhortar que tenemos es la predicación de la
Palabra de Dios en el Poder del Espíritu de Dios. (Hebreos 13:22 llama al libro de
Hebreos una "palabra de exhortación").
Pero, en este contexto, el tipo de congregación en perspectiva parece ser uno donde los
miembros se animan "unos a otros". El versículo 25 es explícito: reúnanse y exhórtense
unos a otros. El "unos a otros" implica que hay algo mutuo ocurriendo. Uno está
exhortando al otro y el otro está exhortando a uno. Cada persona está haciendo o
diciendo algo que exhorta. Si usted pregunta a qué corresponde eso en nuestra iglesia,
diría que lo que más se le acerca es el grupo pequeño, es por ello que considero tan
absolutamente crucial este ministerio. Soy un gran creyente de la predicación. Hay algo
en la Palabra de Dios que ruega ser proclamado y anunciado y exultado (además de
debatido y enseñado). Pero no tengo la ilusión de creer que la predicación es suficiente
en la vida de un creyente. El Nuevo Testamento, especialmente este libro de Hebreos,
nos llama una y otra vez a un tipo de ministerio mutuo que involucra a todos los
creyentes en la exhortación unos a otros.
Así que le pido que haga un inventario de su vida: ¿dónde está usted en el versículo 25?
Hay dos grupos: los que se reúnen para exhortarse unos a otros, y los se han creado el
hábito de no congregarse. Vea esa pequeña frase en el versículo 25: "No dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre". La no-participación en un grupo
pequeño puede crear una costumbre. ¿Cómo lo hace usted?
Lo que nos deja una última pregunta. ¿Qué tipo de exhortación estimula a los otros al
amor y a las buenas obras? Para algunas personas no es obvio que esta pregunta tenga
algo que ver con Dios. Muchas personas creen que el amor y las buenas obras son algo
bueno que debe buscarse, y muchos dirían que exhortar a los demás es el modo de
hacerlo. Y quizá ni siquiera sean cristianos. O quizá sean cristianos quienes tienen un
enfoque poco profundo en Dios. Por ejemplo, en el periódico de ayer, una iglesia es
descrita de este modo: "Mientras [el pastor] habla de enviar misioneros, la s ensación era
que esta congregación existía para elevar la autoestima de sus miembros". Sea o no, una
descripción precisa de aquella iglesia, esta es la idea: muchas iglesias tratarían de
exhortar así al amor y a las buenas obras.
Pero ése no es el modo bíblico. La clave para exhortar bíblicamente al amor nos es dada
en el versículo 23: "Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar,
porque fiel es el que prometió”. La clave para amar, en el Nuevo Testamento (el tipo de
amor que exalta a Dios y no al hombre), está enraizada en la fidelidad de Dios.
¡Mantenga firme la profesión de su esperanza! ¡Aprecie su esperanza! Porque Dios es
fiel. Él cumple Sus promesas. Sin este tipo de esperanza, sosteniéndonos cada día en
medio de todas las frustraciones descorazonadoras y de todas las decepciones
aplastantes, usted no tendría fuerza o energía o gozo para exhortar a alguien al amor y a
las buenas obras. Si confía en Dios y no en sí mismo, siempre tendrá algo estimulante y
esperanzador que decir, a saber: "Dios es confiable, se puede confiar en Dios. No tengo
fuerzas, pero Dios es confiable".
EN RESUMEN ENTONCES:
1) Hágase el propósito de considerar a otras personas, de estudiarlas, conocerlas,
imaginárselas, con el objetivo de estimularlas al amor y a las buenas obras.
2) Asegúrese de hacerlo reuniéndose a menudo con otros creyentes para el propósito
específico de exhortarse unos a otros. 3) Y permitan que la esencia de esa exhortación
sea el recordatorio de cuán grande es nuestra esperanza en Cristo, y que Dios es
confiable.
Y mientras ve que se acerca el fin de los tiempos, dice el versículo 25, hágalo más, no
menos. ¿Por qué? Como dijo Jesús: "Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de
muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo".