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INTRODUCCION

VIH es la sigla correspondiente a “virus de la inmunodeficiencia humana”.


Es un retrovirus que infecta las células del sistema inmunitario (principalmente
las células T CD4 positivas y los macrófagos, componentes clave del sistema
inmunitario celular) y destruye o daña su funcionamiento. La infección por este
virus provoca un deterioro progresivo del sistema inmunitario, lo que deriva en
"inmunodeficiencia". Se considera que el sistema inmunitario es deficiente
cuando no puede cumplir su función de combatir las infecciones y las
enfermedades. Las personas inmunodeficientes son más vulnerables a diversas
infecciones, la mayoría de las cuales es poco común entre personas sin
inmunodeficiencia. Las infecciones asociadas con la inmunodeficiencia grave se
conocen como "infecciones oportunistas", ya que aprovechan la debilidad del
sistema inmunitario. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), aislado por
primera vez en 1983, es el agente causal del Síndrome de la Inmunodeficiencia
Adquirida (sida), que representa la expresión clínica final de la infección. La
característica más importante es la destrucción del sistema inmune, pero el VIH
también origina una serie de manifestaciones neurológicas y tumorales. Esto es
debido al doble tropismo del VIH; por un lado, como todos los lentivirus infecta
las células de la estirpe macrofágica y por otro, presenta un tropismo especial
por los linfocitos CD4. Se conocen 2 tipos de virus: VIH-1 y VIH-2, siendo VIH-1
el responsable de la epidemia en occidente.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad de
transmisión sexual que afecta a los humanos infectados por el VIH (virus de
inmunodeficiencia humana). Se dice que una persona padece sida cuando su
organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de
ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones. A medida que el
virus se reproduce, el organismo se hace cada vez más vulnerable ante
enfermedades contra las cuales, en tiempos normales puede defenderse. A
estas enfermedades se las denomina enfermedades oportunistas. Puede
suceder que el VIH, una vez ingresado en el organismo permanezca "en reposo"
dentro de los linfocitos (células del sistema inmunitario) invadidos, a veces hasta
10 años. En esta situación, el paciente no tiene síntomas, por eso se le llama
portador asintomático. Si bien no presenta síntomas, el portador asintomático
puede contagiar a otras personas sin saberlo. Una persona que ha estado
expuesta al virus presenta en su sangre anticuerpos frente al virus; se dice que
es seropositivo. La única causa de la transmisión es el intercambio de fluidos
corporales, en particular la sangre y las secreciones genitales. También puede
transmitirse de madre infectada a hijo durante el embarazo. El virus VIH no se
puede transmitir por la respiración, la saliva, el contacto casual por el tacto, dar
la mano, abrazar, besar en la mejilla, masturbarse mutuamente con otra persona
o compartir utensilios como vasos, tazas o cucharas. La vía más frecuente de
contagio es la vía sexual. La enfermedad todavía no tiene un tratamiento
curativo, y por esta razón la lucha debe centrarse en adecuadas tareas de
prevención en la lucha contra el SIDA.

PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA) 1


Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
El sida es una enfermedad retrovírica causada por el VIH, que se caracteriza por
infección y disminución de los linfocitos T CD4+, y por una profunda
inmunodepresión que provoca infecciones oportunistas, neoplasias secundarias
y manifestaciones neurológicas. Aunque el sida fue descrito por primera vez en
EE. UU., en la actualidad se describe en la práctica totalidad de los países del
mundo. A finales de 2009, más de 33 millones vivían con infección por el VIH y
sida. De ellos, aproximadamente el 70% residían en África, y el 20%, en Asia.
Había casi 2 millones de casos diagnosticados y casi otros 2 millones fallecieron
por la enfermedad ese año, con un total de más de 22 millones de muertes desde
que se reconociera la epidemia en 1981. Aunque el mayor número de infecciones
se da en África, los aumentos más rápidos en la infección por el VIH en la última
década se han dado en los países del sudeste asiático, como Tailandia, la India
e Indonesia. Las estadísticas en las naciones industrializadas son solo
ligeramente mejores; por ejemplo, aproximadamente 1 millón de ciudadanos
estadounidenses se hallan infectados (aproximadamente 1 de cada 300); han
fallecido más americanos de sida (más de 500.000) que en las dos Guerras
Mundiales juntas. Aunque las tasas de mortalidad relacionadas con el sida
continúan disminuyendo desde el máximo alcanzado en 1995, esta enfermedad
sigue representando la quinta causa más frecuente de muerte en adultos con
edades comprendidas entre los 25 y los 44 años
Epidemiologia
Los estudios epidemiológicos realizados en EE. UU. han identificado cinco
grupos con riesgo de desarrollo de sida y son similares a los encontrados en
otros países, con la excepción de lo observado más adelante. Las distribuciones
de casos referidas a continuación corresponden a EE. UU.; en aproximadamente
el 10% de los casos, los factores de riesgo se desconocen o no han sido
notificados.
• Los hombres homosexuales o bisexuales constituyen el grupo principal de
personas infectadas, representando el 48% de los casos notificados en el
período 2001-2004 y el 56% de los hombres infectados (aproximadamente, el
4% de estos se inyectan también drogas). Sin embargo, la transmisión del sida
en este grupo está disminuyendo y menos del 50% de los nuevos casos son
atribuibles a contactos de hombres homosexuales.
• Los contactos heterosexuales de miembros de otros grupos de alto riesgo
constituían, aproximadamente, el 34% de las infecciones en el período 2001-
2004. En África y Asia, este grupo es, con mucho, el principal afectado de nuevas
infecciones y la mayoría de los nuevos casos se dan en mujeres infectadas por
parejas masculinas.
• Los consumidores de drogas por vía intravenosa sin antecedentes de
homosexualidad representan el siguiente grupo en importancia y constituyen el
17% de todos los pacientes. • Los receptores de sangre y hemoderivados (no
hemófilos) que recibieron transfusiones de sangre total o componentes de
sangre infectada por el VIH (p. ej., plaquetas, plasma) suponen menos del 1%
de los pacientes.

PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA) 2


• Los hemófilos, especialmente los que recibieron grandes cantidades de
concentrados de los factores VIII o IX antes de 1985, suponen menos del 1% de
todos los casos.
• La epidemiología de la infección por el VIH y el sida es muy diferente en niños
(diagnosticados cuando tenían menos de 13 años de edad). Aproximadamente
el 1% de todos los casos de sida se dan en esta población y la gran mayoría
(90%) son consecuencia de la transmisión vertical del virus de la madre al feto o
al recién nacido
La transmisión del VIH se produce en condiciones que facilitan el intercambio de
sangre o de líquidos orgánicos que contienen el virus o células infectadas por
este. Así, las principales vías de infección por el VIH son el contacto sexual, la
inoculación parenteral y el paso del virus de madres infectadas a sus recién
nacidos.
Transmisión sexual. La transmisión sexual es, con mucho, el principal modo de
infección en todo el mundo, representando más del 75% de todos los casos de
transmisión del VIH. Aunque la mayoría de los casos transmitidos por vía sexual
en EE. UU. se deben aún a contactos entre hombres homosexuales o
bisexuales, la gran mayoría de las infecciones por VIH transmitidas sexualmente
en el mundo se deben a actividad heterosexual. Incluso en EE. UU., la tasa de
aumento de la transmisión heterosexual ha sobrepasado a la producida por otros
medios; esta diseminación explica el espectacular aumento de la infección por el
VIH en las parejas sexuales femeninas de hombres consumidores de drogas por
vía intravenosa. El virus se halla presente en el semen, tanto extracelularmente
como en el interior de las células inflamatorias mononucleares, y penetra en el
cuerpo del receptor a través de laceraciones o abrasiones en la mucosa. La
transmisión del virus puede producirse por entrada directa del mismo o de las
células infectadas en el interior de los vasos sanguíneos vulnerados por
traumatismo o por captación por CD de la mucosa. Es evidente que todas las
formas de transmisión sexual se ven favorecidas e inducidas por la presencia
concomitante de otras enfermedades de transmisión sexual que causan
ulceraciones genitales, como la sífilis, el chancroide y el virus del herpes simple.
La gonorrea y la infección por Chlamydia actúan también como cofactores de la
transmisión del VIH, principalmente al aumentar el contenido de células
inflamatorias (portadoras presumiblemente del VIH) en el líquido seminal.
Además de la transmisión entre hombres y de hombre a mujer, el VIH está
presente en las células vaginales y cervicales de las mujeres infectadas, y puede
diseminarse también de mujeres a hombres, aunque con una eficiencia unas
ocho veces menor.
Transmisión parenteral. La transmisión parenteral del VIH está bien
documentada en tres grupos diferentes: consumidores de drogas por vía
intravenosa (el grupo principal), hemófilos que reciben concentrados de los
factores VIII o IX y receptores aleatorios de transfusiones de sangre. Entre los
consumidores de drogas por vía intravenosa, la transmisión se produce por
compartir agujas, jeringas u otros objetos contaminados con sangre que contiene
el VIH. La transmisión del VIH por transfusión de sangre o de productos
hemáticos, como concentrados liofilizados del factor VIII, ha sido virtualmente
eliminada desde 1985. Cuatro medidas de salud pública son las responsables:
cribado de sangre y plasma donados en busca de anticuerpos para el VIH;
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cribado del antígeno p24 asociado al VIH (detectable antes del desarrollo de
anticuerpos), tratamiento por calor de los concentrados de los factores de la
coagulación y selección de los donantes en función de sus antecedentes. Con
todas estas medidas, se calcula que actualmente 1 de cada 1,5 millones de
donaciones de sangre está infectada por el VIH y que se liberan 20 componentes
sanguíneos VIH positivos procedentes de 11 donaciones infecciosas cada año,
que podrían infectar a los receptores. Se espera que este riesgo, que ya es
pequeño, disminuya aún más con la llegada del estudio de los ácidos nucleicos.
Transmisión de madre a hijo. Como se ha descrito antes, la transmisión vertical
de madre a hijo es la principal causa de sida pediátrico. Tres son las vías
implicadas: en el útero, por diseminación transplacentaria, durante el parto, y por
ingestión de leche materna contaminada con el VIH. De estas, las vías
transplacentaria y el periodo inmediato que le sigue al parto representan la
mayoría de los casos. Las tasas de transmisión vertical en todo el mundo son
del 25-35%, con una tasa notificada del 15-25% en EE. UU. Se producen
mayores tasas de infección cuando existe una elevada carga vírica en la madre
y/o presencia de corioamnionitis, presumiblemente debido al aumento de la
acumulación placentaria de células inflamatorias. Dado el mal pronóstico del
sida, el público profano se halla justificadamente preocupado por la diseminación
de la infección por el VIH fuera de los grupos de alto riesgo reconocidos. Gran
parte de esta preocupación puede ser aliviada, ya que extensos estudios indican
que la infección por el VIH no puede transmitirse por contacto personal casual
en el hogar, en el lugar de trabajo o en la escuela y no se han obtenido datos
convincentes de diseminación por picaduras de insectos. Hay un riesgo pequeño
pero definitivo de transmisión de la infección por el VIH a los trabajadores
sanitarios. Se ha documentado seroconversión después de una lesión accidental
por agujas contaminadas o exposición de piel no intacta a sangre infectada en
accidentes de laboratorio, con una tasa de aproximadamente el 0,3% por
exposición accidental. En comparación, la tasa de seroconversión después de
una exposición accidental a sangre infectada por el virus de la hepatitis B oscila
entre el 6 y el 30%.
Etiología: las propiedades del VIH
El sida está causado por el VIH, un retrovirus humano que pertenece a la familia
de los lentivirus (que incluye también el virus de la inmunodeficiencia felina, el
virus de la inmunodeficiencia de los simios, el virus visna de los corderos y el
virus de la anemia infecciosa equina). Se han aislado dos formas del VIH,
genéticamente diferentes pero antigénicamente relacionadas, denominadas
VIH-1 y VIH-2, en los pacientes con sida. El VIH-1 es el tipo más común asociado
al sida en EE. UU., Europa y África Central, mientras que el VIH-2 causa una
enfermedad similar, principalmente, en África Occidental. En la actualidad se
dispone de pruebas específicas para el VIH-2, y la sangre recogida para
transfusión se criba también de modo habitual en busca de seropositividad para
el VIH-2. La siguiente descripción se centra, principalmente, en el VIH-1 y las
enfermedades causadas por este, pero, en general, puede aplicarse igualmente
al VIH-2.
Estructura del VIH

PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA) 4


De forma similar a la mayoría de los retrovirus, el virión VIH-1 es esférico y
contiene un núcleo electrodenso en forma de cono rodeado de una cubierta
lipídica que deriva de la membrana celular del anfitrión. El núcleo del virus
contiene: 1) la proteína principal de la cápside p24; 2) la proteína de la
nucleocápside p7/p9; 3) dos copias
del ARN del genoma vírico, y 4) las
tres enzimas víricas (proteasa,
transcriptasa inversa e integrasa).
P24 es el antígeno vírico más
abundante y se detecta mediante
un análisis inmunoadsorbente
ligado a enzima que se utiliza
ampliamente para el diagnóstico de
la infección por el VIH. El núcleo
vírico está rodeado de una proteína
de la matriz llamada p17, que se
dispone por debajo de la cubierta
del virión. Insertados en la cubierta
vírica hay dos glucoproteínas
víricas, gp120 y gp41, que son cruciales para la infección de las células por el
VIH.

El genoma ARN del VIH-1 contiene los genes gag, pol y env, que son típicos de
los retrovirus. Los productos de los genes gag y pol son proteínas precursoras
grandes que escinde la proteasa vírica para conseguir las proteínas maduras.
Además de estos tres genes retrovíricos estándar, el VIH contiene otros genes
accesorios, incluidos tat, rev, vif, nef, vpr y vpu, que regulan la síntesis y
ensamblaje de las partículas víricas infecciosas y la patogenicidad del virus. Por
ejemplo, el producto del gen tat (transactivador) causa un incremento de 1.000
veces de la transcripción de genes víricos y es crucial para la replicación del
virus.
El análisis molecular de diferentes cepas aisladas del VIH-1 ha revelado una
variabilidad considerable de ciertas partes del genoma vírico. La mayoría de las
variaciones se agrupan en regiones particulares de las glucoproteínas de la
cubierta. Debido a que la respuesta inmunitaria humoral contra el VIH-1 se dirige
contra su cubierta, tal variabilidad supone problemas para el desarrollo de una
vacuna con un solo antígeno. Sobre esta base del análisis genético, el VIH-1
puede dividirse en tres subgrupos, denominados M (mayor), O (atípico) y N (ni
M ni O). Los virus del grupo M son la forma más frecuente en todo el mundo y
se dividen, a su vez, en varios subtipos o clados, designados de A a K. Varios
subtipos difieren en su distribución geográfica; por ejemplo, el subtipo B es la
forma más frecuente en Europa occidental y EE.UU, mientras que el subtipo E
es el clado mas frecuente en Tailandia. En la actualidad, el clado C es el clado
que más rápido se propaga por todo el mundo y está presente en India, Etiopia
y el sur de África.
Patogenia de la infección por el VIH y el sida

PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA) 5


Aunque el VIH puede infectar muchos tejidos, las dos principales dianas de la
infección por el virus son el sistema inmunitario y el sistema nervioso central.
La principal características del sida es la inmunodeficiencia profunda, que afecta
sobre todo a la inmunidad celular. Esto se debe, sobre todo, a la infección y la
perdida consiguiente de linfocitos T CD4+, asi como al deterioro de la función de
los linfocitos T colaboradores supervivientes. Los macrófagos y las células
dendríticas también son objetivos de la infección por el VIH. El VIH entra en el
cuerpo a través de los tejidos mucosos y de la sangre e infecta en primer lugar
a los linfocitos T, asi como a las células dendríticas y los macrógrafos. La
infección se establece en los tejidos linfoides, donde el virus puede permanecer
latente durante periodos largos. La replicación vírica activa se asocia a una
mayor infección de las células y la progresión al sida.
Ciclo vital del VIH
El ciclo vital del VIH consiste en la infección de las células, la integración del
provirus en el genoma celular del anfitrión, la activación de la replicación del virus
y la producción y liberación de virus infecciosos.
Infección de las células por el VIH
La entrada del VIH en las células requiere la molécula CD4, que actúa como
receptor de alta afinidad para el virus. Esto explica el tropismo del virus por los
linfocitos T CD4+ y su capacidad para infectar otros linfocitos CD4+, sobre todo
macrófagos y CD. Sin embargo, la unión a CD4 no es suficiente para la infección;
la proteína gp120 de la envoltura del VIH tiene que unirse también a otras
moléculas de la superficie celular (correceptores) para facilitar la entrada en la
célula. Dos receptores de quimiocinas de la superficie celular, CCR5 y CXCR4,
desempeñan esta función. La gp120 de la envoltura del VIH (unida de modo no
covalente a la gp41 transmembrana) se une inicialmente a moléculas CD4. Esta
unión lleva a un cambio conformacional que expone un nuevo sitio de
reconocimiento en gp120 para los correceptores CXCR4 (sobre todo en los
linfocitos T) o CCR5 (especialmente en macrófagos). La gp41 sufre, a
continuación, un cambio conformacional que le permite insertarse en la
membrana diana, y este proceso facilita la fusión del virus con la célula. Después
de la fusión, el centro del virus que contiene el genoma vírico penetra en el
citoplasma de la célula.
Los correceptores son componentes críticos del proceso de infección por el VIH
y su descubrimiento resolvió algunas de las observaciones previamente no
explicadas en relación con el tropismo del VIH. Se sabía que las cepas del VIH
se podían clasificar según su capacidad relativa para infectar macrófagos y/o
linfocitos T CD4 +. Las cepas con tropismo por macrófagos (virus R5) infectan
tanto monocitos/macrófagos como linfocitos T de la sangre periférica
recientemente aislados, mientras que las cepas trópicas por los linfocitos T (virus
X4) infectan solo líneas de linfocitos T activados. En la actualidad, esta
selectividad se explica por la utilización selectiva de correceptores. Las cepas
R5 utilizan CCR5 como su correceptor y, dado que este se expresa tanto en los
monocitos como en los linfocitos T, estas células sucumben a la infección por
cepas R5. A la inversa, las cepas X4 se unen a CXCR4, que se expresa en las
líneas de linfocitos T (y no en monocitos/macrófagos), de modo que solo los
linfocitos T activados son susceptibles. Cabe señalar que aproximadamente el
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90% de las infecciones por el VIH son transmitidas inicialmente por cepas R5.
Sin embargo, durante el curso de la infección, los virus X4 se acumulan
gradualmente; son especialmente virulentos y responsables de la disminución
de linfocitos T en la fase rápida final de la progresión de la enfermedad. Se cree
que, durante el curso de la infección por el VIH, las cepas R5 evolucionan a
cepas X4, como consecuencia de mutaciones en genes que codifican la gp120.
Los individuos con receptores CCR5 defectuosos (en blancos estadounidenses,
el 20% son heterocigóticos, y el 1%, homocigóticos para CCR5 mutante) son
relativamente resistentes al desarrollo del sida, a pesar de una repetida
exposición in vivo. Dada la significación de la interacción VIH-correceptor en la
patogenia del sida, la prevención de esta interacción puede tener una
significativa importancia terapéutica.
fabiola
Evolucion natural de la infeccion por el vih:
El viru suele entrar a traves de los epitelios de la mucosa. Las consiguientes
manifestaciones patologicas y clinicas de la infeccion pueden dividirse en varias
fases
1. Sindrome retrovirico agudo
2. Fase media cronica (en la que la mayoria de sujeros estan asintomaticos)
3. El sida clinico.

 Infeccion primaria, diseminacion del virus y sindrome


retroviricoagudo
La infeccion aguda (temprana) se caracteriza por la infeccion de los
linfocitos T CD4+ memoria ( que expresa el CCR5) en los tejidos linfoides
mucosos y la muerte de muchas de las celulas infectadas. Como los tejidos

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mucosos son el mayor reservorio de linfocitos T del cuerpo y un lugar importante
de resistencia de linfocitos T memoria, esta perdida local da lugar a una perdida
considerable de linfocitos. Se detectan pocas celulas infectadas en la sangre y
en otros tejidos. La infeccion mucosa se asocia a menudo al daño del epitelio,
defectos en las funciones de barrera de la mucosa y la translocacion de
microbios a traves del epitelio.
A la infeccion mucosa le siue la diseminacion del virus y el desarrollo de
respuesta inmunitarias del anfitrion. Las celulas dendriticas de los epitelios en
las zonas de entrada del virus capturan el virus y despues migran a los ganglios
linfaticos. Una vez en los tejidos linfoides, las celulas dendriticas pueden pasar
el VIH a los linfocitos T CD4+ a traves del contacto intercelular directo. A los
pocos dias de la primera exposicion al VIH pueden detectarse replicacion virica
en los ganglios linfaticos, Esta replicacion lleva a las viremias, durante la cual
hay un gran numero de particulas del VIH en la sangre del paciente. El virus se
disemina a traves del cuerpo e infecta a los linfocitos a los linfocitos T
colaboradores, macrofagos y las celulas dendriticas en los tejidos linfoides
perfifericos.
A medida que se porpaga la infeccion por el VIH, el sujeto monta
respuesta inmunitaria humorales y celulares antiviricas. Estas respuestas se
evidencian por la seroconversion ( habitualmente en 3 a 7 semanas se la
exposicion presumida) y por el desarrollo de linfocitos TCD8+ citotoxicos
especificos frente al virus. Los linfocitos TCD8 + especificos frente al virus se
detectan en la sangre aproximadamente en el momento en que los tituos virios
empiezan a disminuir y es responsable probablemente de la comcenraciones
iniciales de la infeccion del VIH. Estas respuesras inunitarias controlan
parcialmente la infeccion y la produccion de vuris , y tal controlse refleja en una
reduccion de la viremia hasta cifras bajas, pero detectables al cabo de unas 12
semanas de la exposicion primaria.
El sindrome retrovirico agudo es la presentacion clinica de la propagacion
inicial del virus y de la respuesta del anfitrion. Se calcula que el 40 al 90% de los
sujetos que contraen una infeccion primaria sufren este sindrome. Suelen
producirse 3 a 6 semanas despues de la infeccion y se resuelven de forma
expontanea en 2 a 4 semanas. Despues el punto de vista clinico, esta fase se
asocia a una enfermedad aguda autolimitada con sintomas inespecificos,
incluidos dolor faringeo, mialias, fiebre, perdida de peso y astenia, a modo de
sindrome gripal.
Tambien pueden aparecer otras manifestaciones clinicas, como el
exantema, la adenopatia cervical, la diarrea y los vomitos.
La extencion de la virulencia, media en forma de comcentraciones de ARN
de VIH – 1, en la sangre es un marcador sustitututo util de la progresion de la
enfermedad provocada por el VIH y tiene valor clinico en el tratamiento de las
personas con una infeccion por el VIH. La carga vírica al final de la fase aguda
refleja el equilibrio alcanzado entre el virus y la respuesta del anfitrión y, en un
paciente dado, puede permanecer muy estable durante varios años. Este nivel
de viremia estable, llamado punto de ajuste vírico es predictivo de la velocidad
de perdida de perdida de linfocitos TCD4+ y, por tanto, de la progresión de la
enfermedad por el VIH. En un estudio, solo el 8% de los pacientes con una carga

PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA) 8


vírica inferior a 4.350 copias de ARNm vírico por microlitros de sangre progreso
al sida clínico en 5 años, mientras que el 62% de aquellos con una carga vírica
mayor de 36.270 copias sufrieron sida en el mismo periodo.
Como la perdida de la concentración inmunitaria se asocia a la reducción
del número de linfocitos TCD4+, la clasificación de los Centers for Disease
Control (CDC) de la infección por el VIH estratifica tres categorías en función del
número de linfocitos CD4+; número de linfocitos CD4+ mayor o igual a 500
celulas / ul, de 200 a 499 celulas / ul y menos de 200 celulas/ ul. Para el
tratamiento clinico , las cifras de linfocitos TCD4+ sangruineo son, quizas, el
indicador a corto plazo mas fiable de la progresion de la enfermedad. Poe esta
razon, los recuentos de linfocitos CD4+ y no la carga virica son las medidas
clinicas primarias usadas para determinar el momento de empezar el tratamiento
antirretrovirico

 Infección crónica: fase de latencia clínica


En la siguiente fase de la enfermedad, la fase crónica, los ganglios
linfáticos y el bazo son lugares de replicación continua del VIH y de destrucción
celular.

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Durante este periodo de la
enfermedad hay pocas o ninguna
manifestación clínica de la infección
por el VIH. Por tanto, esta fase de la
enfermedad por el VIH se llama
periodo de latencia clínica. Aunque
la mayoría de los linfocitos T de la
sangre periférica no contienen el
virus, la destrucción de los linfocitos
T CD4+ dentro de los tejidos
linfoides continua durante esta fase
y el número de linfocitos T CD4+
sanguíneos circundantes declina.
Más del 90% de los
aproximadamente 10 (12) linfocitos
T del cuerpo se encuentran
normalmente en tejidos linfoides, y
se calcula que el VIH destruye hasta
1 x 10 (9) a 2x10 (9) linfocitos
TCD4+ al día. Al principio de la
evolución de la enfermedad, el
cuerpo puede continuar
produciendo nuevos linfocitos T
CD4 +, y por tanto, los linfocitos T
CD4+ de los órganos linfoides
pueden estar infectados, pero la
frecuencia de linfocitos T CD4+ que
se infectan en cualquier momento
pueden ser menor del 0,1% de los
linfocitos TCD4+ totales.
Finalmente, en un periodo de años,
el ciclo continúo de infección vírica,
muerte de linfocitos T y nueva
infección lleva a una reducción
estable del número de linfocitos
TCD4+ en los tejidos linfoides y en
la circulación.
Junto con esta pérdida de
linfocitos TCD4+, las defensas del
anfitrión empiezan a menguar y la producción de linfocitos CD4+ supervivientes
infectados por el VIH aumenta, como lo hace la carga vírica por linfocitos CD4+.
No es sorprendente que las concentraciones de ARN del VIH aumenten a
medida que el anfitrión empieza a perder la batalla con el virus. No está todo
claro como el VIH escapa al control inmunitario, pero se han propuesto varios
mecanismos. Entre ellos están la destrucción de linfocitos T CD4+, que son
cruciales para una inmunidad eficaz, la variación antigénica y la reducción de
moléculas de la clase 1 del CPH en las células infectadas, de modo que los
antígenos víricos no son reconocidos por los CTL CD8+. Durante este periodo,

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PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA)
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el virus puede evolucionar y deja de depender solo en el CCR5 para entrar en
las células diana y pasa a emplear el CXCR4 o el CCR5 y el CXCR4. Este cambio
de correceptor se socia a una reducción más rápida de la cifra de linfocitos T
CD4+, probablemente por la mayor infección de linfocitos T.
ES esta fase crónica de la infección, los pacientes esta asintomáticos o
sufren infecciones oportunistas leves, como la candidiasis oral (muguet), la
candidiasis vaginal, el herpes zoster y quizás la tuberculosos por micobacterias
(siendo esta última particularmente frecuente en regiones pobres, como el África
subsahariana). También pueden observarse una trombocitopenia
autoinmunitaria.

 Sida
La última fase es la progresión l sida, que se caracteriza por una abolición
de las defensas del anfitrión, un incremento llamativos del virus en el plasma y
una enfermedad clínica grave que pone la vida en peligro. El paciente suele
acudir con una fiebre prolongada ( >1 mes) , astenia , pérdida de peso y diarrea.
Después de un periodo variable surgen infecciones oportunistas graves,
neoplasias secundarias a una enfermedad neurológica clínica (agrupadas bajo
la rúbrica de enfermedades indicadoras del sida, que se expone más adelante),
y se dice que el paciente sufre el sida.
Sin tratamiento, la mayoría de los pacientes con infección por el VIH
progresan al sida después de una fase crónica quedará de 7 a 10 años. Las
excepciones a este curso típico son los que progresan rápidamente y los que no
progresan en un periodo largo. En los que progresan rápidamente, la fase
crónica se reduce a 2 a 3 años después de la infección primaria. Alrededor de 5
a 15% de los sujetos infectados no progresa en un periodo largo, lo que se define
como aquellos sujetos infectados por el VIH-1 y sin tratar que permanecen
asintomáticos durante 10 años o más, con cifras estables de linfocitos T CD4+
y cifras bajas de viremia plasmática (habitualmente menor de 500 copias de ARN
vírico por mililitro). Es notable que alrededor del 1% de los sujetos infectados
tengan cifras indetectables del virus en el plasma ( < 50 – 75 copias de ARN/ ml);
a estos se les ha llamado controladores de elite. Los sujetos con tal evolución
clínica infrecuente han atraído una gran atención con la esperanza de que su
estudio pueda de luz sobre los factores del anfitrión y del virus que fluye en la
progresión de la enfermedad. Los estudios realizados hasta ahora indican que
este grupo es heterogéneo con respecto a las variables que influyen en el curso
de la enfermedad. En la mayoría de los casos, las cepas víricas aisladas no
muestran anomalías cualitativas, lo que indica que el curso de la enfermedad no
puede atribuirse a un virus ´blandengue ´. En todos los casos has pruebas de
una respuesta inmunitarias vigorosa frente al VIH, pero los correlatos
inmunitarios de la protección son aún desconocidos. Algunos de estos sujetos
tienen valores elevados de respuestas de linfocitos T CD4+ y T CD8+ específicos
frente al VIH, y estos valores se mantienen a lo largo del curso de la infección.
La herencia de alelos particulares del HLA parece correlacionarse con la
resistencia a la progresión de la enfermedad, quizás reflejos de la capacidad de
organizar respuestas de linfocitos T antivíricos. Se espera que futuros estudios

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PATOLOGIA ( VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA)
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proporcionen las respuestas a estas otras cuestiones cruciales para entender la
progresión de la enfermedad.
Características clínicas:
Las manifestaciones clínicas de la infección por el VIH varían desde una
enfermedad aguda leve a una grave. Dado que ya hemos descrito antes las
características clínicas destacadas de las fases aguda, temprana y crónica
media de la infección, a continuación solo resumimos las manifestaciones
clínicas de la fase terminal, el sida florido.
Infecciones oportunistas: Son responsables dela mayoría de las muertes de los
pacientes con SIDA no tratados. Muchas de estas infecciones latentes, que
normalmente se mantienen controladas gracias a un sistema inmunitario
robusto, pero que no se han erradicado completamente porque los
microrganismos infecciones se han evolucionado para coexistir con sus
anfitriones.
 Del 15 al 30% de las personas infectadas por el VIH no tratadas sufren
neumonía en algún momento durante el curso de la enfermedad, causada
por el hongo Pneumocystis jiroveci. Antes de la llegada del TARGA, esta
infección era la enfermedad de presentación en alrededor del 20% de los
casos. Pero la incidencia es mucho menos en los pacientes que
responden al TARGA.
 La candidiasis es la enfermedad micótica más frecuente en los pacientes
con sida y la infección de la cavidad oral, la vagina y el esófago son las
manifestaciones clínicas más frecuentes, en los sujetos infectados por el
VIH asintomáticos, la candidiasis oral es un signo de descompensación
inmunitaria y anuncia a menudo la transición al sida.
 El citomegalovirus puede producir una enfermedad diseminada aunque
con mayor frecuencia, afecta al ojo y al tubo digestivo. La coriorretinitis se
observaba aproximadamente en el 25% de los pacientes antes de la
llegada del TARGA pero a disminuido de manera espectacular después
de su introducción. La retinitis se produce casi exclusivamente en los
pacientes con cifras de linfocitos T CD4+ menores por 50 microlitro. La
enfermedad digestiva se observa en el 5 al 10 % de los casos se
manifiesta en forma de esofagitis y colitis.
 La infección bacteriana diseminada por micobacterias atípicas
(micobacterium avium-intracelulare) también se produce de forma tardía,
en el marco de una inmunodepresión intensa. En todo el mundo, casi un
tercio de todas las muertes en los pacientes con sida son atribuibles a la
tuberculosis.
 La criptococosis se produce en torno al 10% de los pacientes con sida.
Como en otros marcos con inmunodepresión, la meningitis es la principal
manifestación clínica de la criptococosis. Toxoplasma gondii, otro invasor
frecuente del SNC en el sida, causa encefalitis y responsable del 50% de
todas las lesiones de tipo masa del SNC.
 Hay infecciones por Virus herpes simple, que muestra ulceraciones
mucocutáneas en boca, esófago y genitales externos. La diarrea

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persistente se debe a infecciones por protozoos (Cryptosporidium,
Isospora belli o microsporidios)
Tumores:
 Los pacientes con sida tienen una elevada incidencia de ciertos tumores,
especialmente de sarcoma de Kaposi, linfoma de linfocitos B, cáncer de
cuello uterino y en mujeres y cáncer anal en los hombres. Se calcula que
del 25 al 40% de los sujetos infectados por el VIH sin tratar sufrirán
finalmente una neoplasia maligna. Una característica frecuente estos
tumores es que se deben a virus ADN oncógenos, en concreto el virus del
sarcoma de Kaposi (sarcoma de Kaposi), el VEB (linfoma de linfocitos B)
y el virus del papiloma humano (carcinoma cervical y anal)
 Sarcoma de Kaposi, El SK es la neoplasia más frecuente en pacientes en
sida. Se caracteriza por lesiones con proliferación de células fusiformes
que expresan marcadores de estirpe endotelial. También tiene infiltrados
de células inflamatorias. Se ha encontrado que la asociación del VIH con
el virus herpes del SK (VHSK) facilita la aparición de esta neoplasia. El
VHSK produce proteínas que podrían facilitar la proliferación del SK, tales
como un homólogo vírico de la Ciclina D y varios inhibidores del p53.
Afectación del SNC: Es una manifestación frecuente e importante del sida.
En la autopsia, el 90% de los pacientes muestran alguna forma de afectación
neurológica, y el 40-60% tienen una disfunción neurológica clínicamente
manifiesta. De modo significativo, en algunos sujetos las manifestaciones
neurológicas pueden ser la única o más temprana característica de
presentación de la infección por el VIH. Además de las infecciones
oportunistas y de neoplasias, se producen varias alteraciones
neuropatológicas graves determinadas por el virus, entre las que se
encuentran la meningitis aséptica que se produce en el momento de la
seroconversión, la mielopatía vacuolar, las neuropatías periféricas y, muy
comúnmente, una encefalopatía progresiva designada clínicamente como
trastorno neurocognitivo asociado al VIH.

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BIBLIOGRAFIA:
 Robbins, Cotran, Patologia Estructural y Funcional. Elsevier. 9na.
edición. Pag (218- 226).

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