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CAPÍTULO III

RESPONSABILIDAD FUNCIONAL E INFORMACIÓN FALSA

El 2 de octubre de 2008 se publicó la Ley 29263 que modifica, excluye e


incorpora tipos penales al Código Sustantivo, así como desarrolla en él
disposiciones de orden procesal, todo ello en relación a los llamados delitos
contra el “medio ambiente”, para otros, “delitos contra la estabilidad del
ecosistema” o “delitos contra la ecología”

Con la dación de la Ley 29263, el actual art. 314º del CP se describe de la


siguiente manera:

Artículo 314.- Responsabilidad de funcionario público por otorgamiento


ilegal de derechos

“El funcionario público que sin observar leyes, reglamentos, estándares


ambientales vigentes, por haber faltado gravemente a sus obligaciones
funcionales, autoriza o se pronuncia favorablemente sobre el otorgamiento o
renovación de autorización, licencia, concesión, permiso u otro derecho
habilitante en favor de la obra o actividad a que se refiere el presente Título, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres años ni mayor de seis
años, e inhabilitación de un año a seis años conforme al artículo 36 incisos 1, 2
y 4.

La misma pena será para el funcionario público competente para combatir las
conductas descritas en el presente Título y que, por negligencia inexcusable o
por haber faltado gravemente a sus obligaciones funcionales, facilite la comisión
de los delitos previstos en el presente Título.”

Son dos rasgos esenciales que se aprecia en el artículo 314° del código penal:

Primero: que se trata de un delito especial propio, únicamente puede ser


atribuido a quienes encuentra investidos de la función pública más no a
cualquiera, solo aquel intraneus con competencia para resolver temas
ambientales, si es un funcionario incompetente, quien emite la autorización, la
conducta sería constitutiva de un Usurpación de Funciones; cuestión importante,
es que la intervención de los particulares, extraneus, no puede ser penalizada
como autoría, sólo como participación delictiva, a menos que pueda cobijarse
según el radio de acción del artículo 314° B, si es que cumple con las condiciones
previstos en aquel. (Peña Cabrera, 2010, pág. 353)

Segundo: el fundamento material del injusto, aparte de ser observado en la


dejadez del intraneus por los criterios rectores de la actuación pública, tiene su
concepto vacilará en la ilegalidad de su proceder administrativo. El iris Valor de
la conducta ha de ser contratadas con todo el marco normativo de la frondosa
legislación ambiental; sólo así podrá obtenerse una respuesta favorable sobre la
atipicidad penal, sin que ello implique descartar todo peligro a una actuación
defectuosa del administrado frente a una norma que no recoge con propiedad
los límites máximos permisibles.

La ilegalidad del acto administrativo (permiso, licencia, autorización, etc.), debe


ser ha marcado por la cognoscibilidad del dolo del autor.

Son dos las posibilidades de conducción típica: cuando el intraneus autorice el


otorgamiento de un autorización, licencia, concesión hubo otro derecho
habilitante a favor de una obra actividad; o cuando se pronuncia favorablemente.

Para que una amistad tivo puedan surtir efectos acción terceros requiere que se
plasme en una Resolución emitida por el funcionario público competente, que al
trascender el ámbito interno de la Administración, generar efectos vinculantes
hacia los Administrados. La potestad funcional se manifiesta con toda plenitud
en las potestades decisorias de los funcionarios públicos, pues a partir de dichas
facultades es que se entablan relaciones jurídicas válidas con los particulares.
La naturaleza de decisión ejecutoria que sustancial para la configuración del acto
administrativo, pues sólo mediante este acto, la autoridad puede crear,
reconocer, modificar, transformar o cancelar intereses, obligaciones o derechos
de los administrados, a partir del contenido del acto que aprueba. (Peña Cabrera,
2010, pág. 354)

El acto administrativo tiene presunción de legitimidad determinando la obligación


del particular de cumplirlo, y el nacimiento de los términos para impugnarlo,
transcurridos los cuales impera la caducidad.

Se menciona en la redacción normativa que la expedición de la autorización,


debe haberse producido: sin observancia de las leyes, reglamentos, estándares
ambientales vigentes, debe notarse que no tiene porqué constatarse que la
recesión ya concreto del particular (Administrado) en el aprovechamiento de los
recursos naturales adhiere generar un riesgo concreto con aptitud elección para
que el bien jurídico tutelado, por ejemplo delito de contaminación ambiental;
constituyen tipificación es penales autónomas, cuyo análisis al ser visto por
separado. Se trata de un delito de mera actividad que no exige la producción de
un resultado material por lo que disvalor de la conducta se revela con la mira
contravención administrativa de legalidad. (Peña Cabrera, 2010, pág. 354)

Con este tipo penal no solo se tutela la estabilidad del ecosistema, sino también
la ordenación territorial como facultad de la administración. En ambos casos, lo
importante será aquí la conducta típica que despliegue el funcionario público en
tanto no observe las leyes, reglamentos, estándares ambientales vigentes
faltando a sus obligaciones funcionales. Mediante este tipo penal se sanciona al
funcionario público por autorizar o pronunciarse favorablemente sobre el
otorgamiento o renovación de autorización, licencia, concesión, permiso u otro
derecho habilitante en favor de la obra o actividad a que se refiere “el presente
Título”, sin observar “leyes, reglamentos, estándares ambientales vigentes, por
haber faltado gravemente a sus obligaciones funcionales”. También se sanciona
al funcionario público competente para combatir las conductas descritas “en el
presente Título” y que, por negligencia inexcusable o por haber faltado
gravemente a sus obligaciones funcionales, facilite la comisión de los delitos
previstos en el presente Título. (Oré Guardia, 2010, pág. 18)

Delito funcional ambiental culposo; una política criminal basado en el principio


de mínima intervención supone someter la vigencia del injusto imprudente, a
casos tasados conforme idea del bien jurídico tutelado, o se puede penalizar toda
actuación defectuosa, so pena de paralizar la realización de una serie de
actividades humanas. (Peña Cabrera, 2010, pág. 356 )

Sobre la idea anotada, queda claro que un bien jurídico, de nivel de importancia
al alto, como el medio ambiente, pueda justificar la construcción normativa de la
movilidad culposa, como se desprende del último párrafo del artículo 304 del
Código Penal; cuestión distinta es canalizar una conducción negligente
funcionario público, en la emisión de autorizaciones administrativas que lo
provecho mientras los Recursos Naturales.
La codificación punitiva no tiene reglado ni una Prevaricación Culposa, ni
tampoco un Abuso de Autoridad Imprudente, por lo que no podría justificarse
según los criterios que sustantividad material, el porqué de hacer una distinción
en el presente caso. (Peña Cabrera, 2010, pág. 357)

En la legislación comparada no se ha procedido a dicha penalización, por tales


motivos, consideramos un exceso en la presente criminalización, que debería
ser sancionada únicamente como sanción administrativa. (Peña Cabrera, 2010,
pág. 358)

Artículo 314-A.- Responsabilidad de los representantes legales de las


personas jurídicas

“Los representantes legales de las personas jurídicas dentro de cuya actividad


se cometan los delitos previstos en este Título serán responsables penalmente
de acuerdo con las reglas establecidas en los artículos 23 y 27 de este Código.”

La punición de una conducta se encuentra condicionada a la presencia de un


injusto penal, de una acción y/u omisión reveladora de lesividad, atribuible a un
sujeto penalmente responsable, es la persona humana, a través de sus
facultades sico-cognitivas que pueden conducirse conforme a sentido, de
acuerdo su voluntad que se manifiesta partir de los actos que realiza
permanentemente su vida en sociedad, es por ello que el derecho penal elaboró
la teoría del imputación sobre la idea de un hombre, portador de inteligencia
voluntad. (Peña Cabrera, 2010, pág. 359)

Es disposición resulta innecesaria, pues el art. 23 regula los criterios de la autoría


aplicable a todo delito. Por otro lado, resulta erróneo remitirse al art. 27 CP el
cual es solo aplicable en los casos en los que el tipo penal exija una cualificación
especial en el autor y éste sea una persona jurídica. Como se sabe, en su
mayoría, los tipos penales regulados en este Título son comunes. Además, en
los casos de tipos penales especiales, la cualidad exigida es la de funcionario o
servidor público, de imposible atribución a una persona jurídica. (Oré Guardia,
2010, pág. 19)

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