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Pequeño Resumen.
Sin embargo, estos flujos comerciales no se tradujo importantes beneficios para la provincia. De
hecho, con posterioridad a 1825, el intercambio mercantil era desfavorable. Las distancias
geográficas, los costos del transporte, los impuestos que se cobraban en cada una de las provincias
y la disminución de vinos mendocinos en Buenos Aires a causa de la competencia de licores
importados obligaron a tener medidas de excepción para superar la crisis. Ante esto, el
gobernador de turno (Pedro Molina) llevó a pedir, ante el gobierno de Rosas, que se tomara
medidas proteccionistas para evitar el derrumbe de la economía local.
Por ese entonces, la actividad vitivinicultura mendocina quedó abandonada casi por completo, y
se adoptó otros caminos como la ganadería y la producción de alfalfa. Hacia 1850, aumentó muy
consideradamente la actividad ganadera, y otros productos, que serían exportados a Chile. El
negocio del engorde de las vacas también aumento; con el fin de recuperar el peso de las vacas
antes de cruzarlas a la cordillera.
Entre 1860 y 1872, los vínculos comerciales son más fuertes y van creciendo aún más. Del país
vecino se importaban tejidos, lienzos, licores, arroz, aceite, cigarros, café, yerba, etc. En materia de
Historia Regional. De Mendoza.
exportación, el ganado seguía a la cabeza. Le seguían los minerales de plata, el jabón y los cueros.
Esto coincidió que en Chile estaba experimentando su Boom triguero que hizo caer la producción
ganadera, y, por ende, los precios de los productos pecuarios experimentaron una fuerte alza. Sin
embargo, las balanzas comerciales de Chile eran favorable, pero el intercambio mercantil con las
regiones litoraleñas resultaba deficitario. Esto se debía, por el hecho de que el trigo y la harina de
Santa Fe; competían en calidad y precio.
La ley de 1881 eximió de impuestos hasta 1891 a las nuevas plantaciones de vid; a su vez, el
ferrocarril y la modernización de la red de riego; crearon las condiciones para la gran
transformación económica y social. Habilitado en 1885, el ferrocarril influyó directamente en la
gran expansión del viñedo (4.455 ha implantadas entre 1886 y 1890, frente a sólo 174 del
quinquenio anterior), el ingreso de manufacturas y equipamiento para bodegas y fincas vitícolas, y
el arribo de miles de extranjeros y migrantes internos. Las exenciones impositivas constituyeron el
complemento necesario a la condición de accesibilidad al mercado nacional creada por el
ferrocarril.
Fuente: Te contamos una historia de Mendoza (de la conquista a nuestros días). María Teresa
Brachetta. Beatriz Bragoni. Virginia Mellado. Oriana Pelagatti.