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TRABAJO: MONOGRAFICO
TEMA: LA POSESION
ESCUELA: DERECHO
INTEGRANTES:
HUARAZ - 2014
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DEDICATORIA
Dedicamos primeramente este trabajo a Dios, el que nos ha dado fortaleza para
continuar cuando a punto de caer hemos estado; por ello, con toda la humildad que de
nuestros corazones puede emanar. De igual forma, a nuestros padres , a quien les
debemos toda la vida, les agradecemos el cariño y su comprensión, a ustedes quienes
han sabido formarnos con buenos sentimientos, hábitos y valores, lo cuales nos han
ayudado a salir adelante buscando siempre el mejor camino.
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ÍNDICE
Dedicatoria…………………………………………………………………..............................................Pg.2
Índice………………………………………………………………...………………………………….……………….Pg.3
Introducción………………………………………………………………...…………….………………………….Pg.4
La Posesion……………………….…………………………………….………........................................Pg.5
Conclusiones………………………………………………………………………………………………………...Pg.13
Anexos………………………………………………………………………………………………………………….Pg.14
Referencias Bibliográficas………………………………………………………………..…………..……...Pg.15
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INTRODUCCIÓN
La posesión consiste en una situación o estado de hecho de la cual derivan
consecuencias jurídicas que, de ordinario, vienen a proteger en mayor o menor medida
esa situación o estado de hecho. Si se emplea la palabra posesión en su sentido más
amplio, puede decirse que posee aquél que de hecho actúa como titular de un derecho
o atributo en el sentido de que, sea o no sea el verdadero titular, de facto, goza de las
ventajas y soporta los deberes que normalmente corresponde gozar y soportar al titular
del respectivo derecho o atributo. Es natural que semejante actuación cree la apariencia
de que quien la realiza es el verdadero titular del derecho o atributo de que se trate. Así
se comprende el aserto de que "la posesión es la imagen del derecho".
En ese amplio sentido se habla no sólo de la posesión de las cosas sino de la posesión
de diversos derechos reales, de la posesión de herencia, de la posesión de estado, de la
posesión de créditos, etc. Pero, aun cuando en todas esas situaciones existen elementos
comunes, los mismos son bastante limitados y en cambio son muy diferentes sus
consecuencias jurídicas. Por lo tanto, si se quiere elaborar una teoría general de la
posesión de amplio contenido, es necesario restringir la noción de posesión. Para ello
conviene tomar como punto de partida el caso más antiguo de protección posesoria,
que encierra el núcleo original y fundamental del concepto: la llamada posesión de
cosas, que se da cuando una persona ejerce un dominio de hecho sobre una cosa,
independientemente de que sea el propietario, o de que no lo sea. Así podemos tomar
como punto de partida la idea de que la posesión es un señorío o dominio de hecho en
el entendido de que si se la califica como una situación o estado de hecho es para
destacar que no presupone la existencia previa de un derecho del poseedor, aun cuando
una vez establecida esa situación o estado de hecho, de ordinario produce
consecuencias jurídicas que la protegen en diversa medida o grado.
Indudablemente, la titularidad de la propiedad y de algunos derechos reales implica un
derecho a la posesión ("ius possidendi"); pero no siempre el titular ejerce efectivamente
esa facultad. En cambio, la posesión no implica la titularidad del derecho de
propiedad ni de ninguno de esos derechos reales ni tan siquiera la preexistencia de un
derecho a poseer; pero, una vez que existe, la posesión confiere al poseedor una serie
de facultades o derechos ("ius possessionis"). En consecuencia, las esferas de lo petitorio
y de lo posesorio son, en principio, completamente diferentes: ni la sola titularidad
acredita posesión ni la sola posesión acredita titularidad. La titularidad podrá implicar el
"ius possidendi"; pero es la posesión la que confiere el "ius possessionis".
En la mayoría de los casos, quien de hecho ejerce el derecho es precisamente su titular,
de modo que, de ordinario, la condición de titular del derecho y de poseedor se
encuentra reunidas en la misma persona. Pero existen casos en los cuales quien de
hecho ejerce el derecho no es su titular sino otra persona (que puede ser de buena o
mala fe). Es precisamente entonces cuando se manifiesta la autonomía de la protección
posesoria ya que en tal hipótesis es evidente que la tutela jurídica concedida al
poseedor no deriva de su condición de propietario o de titular de algún otro derecho
real sino exclusivamente de la posesión misma.
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LA POSESION
I. ORIGEN
Tuvo su origen en los procesos reivindicatorios. Los cuales se ordenaban entregar la
cosa objeto del litigio a un tercero, que no es más que el poseedor debidamente
protegido. Por ejemplo, cuando un propietario era despojado de su derecho de
propiedad, defiende su propiedad, intentando la acción reivindicatoria contra la
persona que lo ha despojado. Para evitar que la cosa fuese destruida, el magistrado
ordenaba que la cosa fuese entregada a un tercero. Este se apropiaba de la cosa
con carácter de poseedor y se amparaba su situación de hecho mediante los
interdictos o prohibiciones. Esto origino que se creara la figura de contrato de
depósito, particularmente en los depósitos especiales, llamados también sequester
o secuestro, una vez el magistrado ordenaba que la cosa en litigio fuese puesta en
manos de un tercero, se le obligaba a este a entregar la cosa a quien haya ganado en
el litigio. Asimismo estableció el origen de una estipulación judicial, las impuestas por
el Juez, la cual se le llamo la cautiodolo.
II. LA POSESIÓN
Es un hecho jurídico que produce consecuencia jurídica y consiste en que una persona
tenga en su poder una cosa corporal como señor y dueño. En las comunidades
primitivas, posesión y propiedad se confundían, hasta que el Derecho
romano comenzó a regular la propiedad de forma separada marcando sus diferencias.
Según esta doctrina, la sesión era un estado protegible. Es una situación de hecho, mas
no de Derecho como la propiedad, derecho real por excelencia y consecuencia de la
posesión a través de la prescripción.
La posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse y ellos son el corpus,
que es la cosa en sí y el animus rem sibi habendi que es la intención de tener la cosa
como propia, de comportarse respecto a ella como lo haría su dueño. Es decir, la
posesión requiere la intención y la conducta de un propietario. Así se distingue de la
mera tenencia, en la cual el tenedor reconoce en otra persona la propiedad de la cosa
en su poder.
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El elemento material Animus.-Este elemento es de carácter psicológico, consiste
en ejercer los actos materiales con la intención de conducirse como propietario a
título de dominio de la cosa.
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llegar a la conclusión de cuáles hubieran sido las ocasiones o momentos en
que su propietario (o titular de otro derecho) lo hubiera ejercido. Sería un
error confundir la continuidad de la posesión con la permanencia en el uso
de la cosa o ejercicio del derecho porque hay cosas y derechos de los cuales
sólo se suele usar periódicamente y en tal caso basta el uso o ejercicio en
los períodos respectivos (por ej.: la tala de un bosque no se produce sino a
largos intervalos, razón por la cual la pasividad del poseedor entre los
diversos momentos en que se suelen hacer los cortes no implica
discontinuidad de su posesión).
La discontinuidad se diferencia de la interrupción de la posesión en que
aquella proviene de la conducta del poseedor mientras que la segunda
ocurre por una causa ajena a él (por ej.: el despojo realizado por un tercero,
hechos de la naturaleza que impiden ejercer el poder de hecho sobre la
cosa, etc.).
B) La pacificada.- la posesión consiste en que el poseedor actúe sin la
contradicción u oposición de otro que esté animado de una intención rival
a la suya (así, por ej.: el acto del ladrón que a la fuerza penetre en una casa
con el propósito de robar no transforma la posesión del poseedor de la
casa asaltada en una posesión violenta porque el ladrón no tiene la
intención de pasar a poseer el inmueble).
El hecho de que el poseedor sufra molestias subsanadas a tiempo no hace
que su posesión sea violenta. Si en cambio la contradicción u oposición del
otro priva al poseedor de su poder de hecho ya no se trataría de una
posesión violenta sino de una posesión interrumpida. La violencia puede
ejercerse directamente contra el poseedor o contra cualquiera que
detente la cosa en su nombre. Aun cuando en el Derecho Romano, la
violencia ejercida al adquirir la posesión la viciaba para siempre, en nuestro
Derecho se establece que no "pueden servir de fundamento a la
adquisición de la posesión legítima los actos violentos..., sin embargo, ella
puede comenzar cuando ha cesado la violencia..." (C.C., art. 777). Así pues,
entre nosotros, la violencia es un vicio temporal.
Por otra parte, de acuerdo con la teoría a la cual adherimos, la violencia es
un vicio relativo en el sentido de que sólo vicia la posesión frente a la
persona que la ejerce siendo la misma posesión una posesión pacífica
frente a todos los demás.
C) Publicidad.- la posesión consiste en que el poseedor realice su actuación
posesoria sin ocultarla, tal como suelen hacerlo los verdaderos titulares de
los derechos, sin que sea necesario que realice actos especiales con el solo
fin de darla a conocer. También es de observar que aun cuando en el
Derecho Romano la clandestinidad en la adquisición de la posesión la
viciaba para siempre, nuestra Ley dispone que no "pueden servir de
fundamento a la adquisición de la posesión legítima los actos.
Clandestinos; sin embargo ella puede comenzar cuando ha cesado la...
clandestinidad" (C.C., art. 777). Es pues un vicio temporal.
A pesar de la opinión contraria de Ramiro A. Parra, creemos que la
clandestinidad es también un vicio relativo en el sentido de que si la
actuación posesoria se oculta frente a una persona; pero no frente a las
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demás, la posesión sería clandestina respecto de aquélla y pública respecto
de éstas.
D) La inequivocidad.- la posesión es un concepto sobre el cual existen
discrepancias. De acuerdo con una vieja concepción, a la que adhiere
Ramiro A. Parra, significaría que no existan dudas sobre los elementos de
la posesión, el "corpus" y el "animus"; pero según una opinión más reciente
consiste en que no existan dudas sobre el "animus", de modo que la
posesión será equívoca cuando los actos de goce pueden explicarse sin
presuponer dicho "animus".
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parte, no es cierto que el único vicio que pueda invocarse sea la falta de
titularidad del enajenante o constituyente del derecho poseído. Puede ocurrir
que en un caso determinado el poseedor se encuentre en una situación de
duda acerca de la existencia de un vicio en su título. De ordinario se suele
decir que si la duda es grave debe ser considerado como poseedor de mala fe
y en caso contrario como poseedor de buena fe.
Obsérvese que la posesión de buena fe puede carecer de los requisitos
necesarios para ser calificada de posesión legítima ya que ambas nociones son
diferentes.
V. SUJETOS DE LA POSESIÓN
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título sino una sola posesión (por ej.: dos personas poseen un mismo terreno
como si cada una de ellas fuera propietaria del 50% del mismo).
En realidad, la posesión exclusiva y la coposesión corresponden al derecho
solitario y a la comunidad, respectivamente. Así, la teoría de la coposesión se
basa en la teoría de la comunidad, que hemos de estudiar más adelante; pero si
bien es posible decir —aunque sea discutible— que en la comunidad el derecho
de cada comunero recae sobre su cuota, es imposible considerar que lo que
posee el coposeedor es una cuota de la cosa o derecho ya que dado el carácter
ideal de la cuota, ésta no es susceptible de ser objeto del señorío de hecho
posesorio. Por lo tanto, en la coposesión, la posesión de cada coposeedor recae
sobre la cosa o derecho entero, aunque su actuación sobre esa cosa o derecho
se halle limitada por la coexistencia de los demás coposeedores.
b. Pero lo expuesto, tampoco significa que todas las cosas y derechos reales sean
susceptibles de posesión.
Por otra parte, como la posesión es un poder de hecho sólo puede recaer
sobre los derechos que tengan por objeto las cosas corporales. Las llamadas
posesiones de cosas incorporales no producen nunca los mismos efectos que
la posesión propiamente dicha y casi puede decirse que sólo se asemejan a
ésta en que constituyen la imagen de un derecho.
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c. Problemas especiales presenta la cuestión de si pueden ser objeto de posesión
las partes de una cosa. A este propósito obsérvese que:
No se reconoce posesión separada sobre cada una de las partes del todo a
quien posee ese todo. Consecuencia importante de este principio es que el
poseedor del todo no requiere ejercer su señorío efectivo sobre todas y cada
una de las partes para poder ser calificado de poseedor del todo.
Es posible hablar de posesión de sólo una parte de la cosa si puede ejercitarse
sobre ella un señorío de hecho "autónomo", en el sentido que pueda
delimitarse de tal manera que no implique una posesión de la cosa entera.
Así es perfectamente posible la posesión de una parte de un fundo (sin que
se posea el resto).
a) Respecto del "corpus " debe destacarse que tanto menos efectivo debe ser
el ejercicio del poder sobre la cosa cuanto menor sea la posibilidad de que
otra persona concurra al ejercicio de este poder. Correlativamente, cuando
la probabilidad de la concurrencia ajena sea mayor, tanto más debe
aproximarse la relación objetiva del adquirente al contacto corporal con la
cosa. Por ejemplo, si se tratara de la toma de posesión de una "res nullius" o
de una cosa que está en posesión de otro, es necesario la aprehensión
"corpore et tactu" pues sólo así se elimina la posibilidad de que otros en el
primer caso, o el precedente poseedor en el segundo, se posesionen
efectivamente de la cosa.
b) Al lado del "corpus" es necesario el elemento intencional. En la adquisición
originaria dicho elemento está implícito y se exterioriza en la actuación
posesoria. Como este elemento intencional es meramente táctico, sólo se
requiere una voluntad que tenga la capacidad natural de entender y querer
sin que sea necesaria la capacidad de negociar (incluso cuando se trata de
adquirir la posesión de un derecho real).
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B. La adquisición derivativa de la posesión se produce con la intervención de un
poseedor anterior. El medio correspondiente es la tradición o entrega de la cosa.
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CONCLUSIÓN
Se ha tratado punto por punto cada aspecto que involucra a la posesión, en la conclusión
se presentará un enfoque general. Qué es lo que nos dice el Ordenamiento Jurídico con
respecto a este tema: En el ordenamiento jurídico se entiende por posesión la situación
fáctica de tenencia de una cosa o disfrute de la persona como titular de la posesión,
permitiendo ejercer nuestros derechos dentro de esta. Tengamos en cuenta que el
poseedor: es aquel que tiene la disposición de la cosa con independencia de que sea
propietario o no y la situación del poseedor es protegida por el iushonorarium.
La posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse y ellos son el corpus,
que es la cosa en sí y el animus dominio que es la intención de comportarse como su
dueño, es decir la posesión requiere la intención y la conducta de un dueño. He ahí
donde surge la siguiente interrogante ¿Cómo adquirimos una posesión? En derecho
romano podía adquirirse la posesión por intermediario.
El páter familias podía adquirir a través de los sometidos a su potestad como el filius
familias o esclavo pero en derecho clásico no se podía adquirir en nombre ajeno. Más
tarde este principio perdió su vigencia al admitirse la adquisición por medio del
procurador. En época Justiniana ya se admite la adquisición por medio de persona libre
pero para ello se exige el mandato especial o la ratificación. Es de vital importancia
señalar uno de los efectos especiales de la posesión: Cuando una persona es poseedor
de manera pacífica o ininterrumpida durante un periodo de tiempo largo permitiendo
la adquisición de la propiedad del bien es lo que se conoce como usucapión.
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ANEXOS
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BIBLIOGRAFIA
http://www.monografias.com/trabajos94/derecho-posesion/derecho-
posesion.shtml#ixzz3LLSwEynz.
http://www.monografias.com/trabajos23/la-posesion/la-
posesion.shtml#sujetos#ixzz3LLkoXxuj
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