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Lo que se lea aquí son guías para comprender el TDA en el ámbito escolar. Lo que se
describa en este resumen, variará siempre de las condiciones en las que el niño se
desenvuelve o vale decir, contextos. Como también influyen el género, edad, características
personales, etc. Nada es determinante, pero sirve como guía.
Primera Parte
1. Descripción del Trastorno de Déficit Atencional con y sin Hiperactividad.
1.1 Características Generales del Trastorno de Déficit Atencional con y sin Hiperactividad.
En el ámbito escolar,se distinguen fácilmente, pues en las exigencias que los establecimientos
determinan para los alumnos, los TDA son los que más presentan dificultades, así como en
las normas comportamentales que requieren de control físico y cognitivo, y el seguimiento,
como adaptación a normas relacionadas al ritmo de trabajo.
1.2.- ¿Qué se debe conocer acerca de los niños y niñas con TDA que cursan la Educación
Básica?
1.3.- ¿Qué es importante tener en cuenta, respecto a un niño o una niña que presenta
Trastorno de Déficit Atencional sin Hiperactividad?
1.4.- ¿Hay diferencias importantes en la frecuencia y forma de manifestación del TDA entre
niños y niñas?
1.5.- ¿Qué se sabe acerca de las causas del Trastorno de Déficit Atencional?
Un niño o niña con manifestaciones leves de TDA puede empeorar si carece de soporte
emocional de la familia y está inserto(a) en contextos escolares sin apoyo.
Por tanto, el principal desafío tanto para el establecimiento educativo como para la familia, es
ofrecer un ambiente con tal calidad de respuestas, que las conductas de inatención,
hiperactividad e impulsividad no se traduzcan en otros trastornos mayores que aumenten la
dificultad de adaptación social y escolar o el logro de los aprendizajes expresados en el
Marco Curricular. Es importante que las acciones preventivas se realicen en la educación
básica, pues ya después, será necesario más la intervención que prevención.
Además, es importante prestar atención a estos niños, pues presentan mayor grado de
frustración a las experiencias de fracaso, tendiendo a abandonar el sistema escolar.
Usualmente el diagnóstico se realiza a partir de los 6 años de edad, aun cuando en el 70% de
los casos se recoge, a través de la historia, la presencia de conductas típicas del Trastorno
desde antes de los 3 años. Los especialistas que habitualmente están involucrados en este
proceso son el Pediatra, Médico familiar , Neurólogo, Psiquiatra Infantil, Psicólogo y
Psicopedagogo. En el ámbito de la Salud Pública el proceso de evaluación se inicia en el
Consultorio de Salud al cual pertenece el niño o niña.
1.7.- ¿Qué hacer ante la sospecha de que algún niño o niña pueda presentar Trastorno de
Déficit Atencional?
No se puede afirmar es que el medicamento, es el tratamiento para los niños con TDA e
Hiperactividad. Sin embargo, con un diagnóstico bien realizado y el medicamento recetado
en forma adecuada, no debiera haber dependencia ni escalada de fármacos. Los fármacos
ayudan efectivamente en la sintomatología de los niños y niñas que lo requieren y facilitan un
terreno más fértil para implementar los apoyos educativos que necesitan.
Por otro lado, es necesario considerar que muchas de las conductas “típicas” del Trastorno de
Déficit Atencional y de la Hiperactividad, no tienen una causa madurativa, sino que pueden
darse por otros motivos tales como la ansiedad frente a situaciones de stress (familiar, social
y/o escolar), malos hábitos de vida, sobreestimulación acústica y visual o por prácticas
pedagógicas inadecuadas.
Aunque el TDA se presenta también en niños y niñas con nivel intelectual normal e incluso
superior, igualmente su desempeño escolar se puede ver disminuido por variables cognitivas,
conductuales y afectivas:
a) Estilo cognitivo impulsivo:
-Rapidez en los procesos de percepción y análisis de la información. (No se procesa a
largo plazo)
-Percepción superficial, escaso procesamiento de los estímulos
-Dificultad para distinguir la información relevante y central de la secundaria y
periférica.
-Conducta de ensayo y error.
-Dificultad para generar respuestas alternativas
No obstante, es central reconocer, que la capacidad creativa es una de las grandes fortalezas
de los niños y niñas con TDA, y que hay que potenciar, tanto al servicio del desarrollo
cognitivo como de su desarrollo afectivo y social. En la medida que los niños y niñas con
TDA cuentan con más tolerancia al caos, pueden estar atentos a una serie de estímulos al
mismo tiempo, sin que esto les genere rechazo y, debido a que tienen una mayor capacidad
para activar una serie de ideas a partir de un estímulo, suelen ser rápidos e ingeniosos tanto en
sus respuestas verbales como en los juegos y la expresión artística.
El desafío pedagógico es, entonces, cooperar con ellos y ellas para que plasmen en productos
concretos sus ideas creativas, guiando la secuencia de trabajo, proveyendo los recursos
necesarios y valorando socialmente sus productos.
Uno de los factores que más incide en que los niños y niñas persistan en una tarea y logren
llevarla a término de buena manera es la motivación con que cuentan para hacerlo.
Generalmente los niños y niñas con TDA perciben que su trabajo es incompleto o de calidad
inferior al de sus compañeros y compañeras; por lo tanto, lo entienden como fracaso. Cuando
esta sensación se empieza a repetir, se refuerzan sus sentimientos de incompetencia y falta de
control para conseguir éxito, disminuyendo así sus expectativas de logro y por tanto el
esfuerzo y motivación dedicados a la tarea. Para lograr que esto no suceda o repercuta de
manera negativa, pareciera factible que es en la sensación de éxito donde el docente puede
intervenir, a través, por ejemplo, de ofrecerle oportunidades para dar buenas respuestas ya sea
por su originalidad, rapidez u otras características que suelen acompañar a estos niños(as).
Ser cooperadores, cariñosos y con muy buenas ideas tanto en el juego como en otras
actividades de poca estructuración y “al aire libre” son cualidades que caracterizan a los niños
y niñas con TDA.
Sus desafíos, tienen que ver fundamentalmente con autorregular su comportamiento de
acuerdo con las instrucciones, normas y reglas propias de la interacción grupal, respetando
turnos, el espacio del otro y resolviendo situaciones de conflicto de acuerdo a los principios
establecidos.
Es fundamental que los adultos puedan prestar permanente apoyo a través de:
• entregar determinadas “señales” que, por ejemplo, le recuerden que debe respetar los turnos
para que sus compañeros no lo dejen fuera
• participar junto a él o ella en las actividades y juegos “modelando” un determinado
comportamiento
• señalar para todo el grupo formas de conseguir algo y realizar un trabajo sin agresiones.
Otro desafío son las recriminaciones entre pares y adultos, respecto a su bajo autocontrol,
generando rechazos en los primeros encuentros sociales.
Es en este ámbito donde resulta indispensable la actitud serena, firme y afectuosa de parte de
los(las) educadores(ras), que permita al estudiante con TDA contar con un modelo adecuado
y accesible de alternativas conductuales.
2.3.- Ámbito Afectivo
En la mayoría de los niños y niñas con TDA con y sin hiperactividad la autoestima se
encuentra disminuida tempranamente por la acumulación de repetidas frustraciones y
llamados de atención por su conducta. Todos los mensajes tienden a ser por conductas
disruptivas o no logradas, generando ansiedad y estrés al escuchar repetidas veces esto, y
sobre todo, por las críticas y castigos que se le otorgan.
Es importante saber que, un niño o niña que se siente poco querido(a) tendrá una actitud
defensiva frente a sus dificultades y reacciona sin motivación a las invitaciones para mejorar.
Los sentimientos del propio valer y del propio poder constituyen, por una parte, el motor de
la motivación de logro y, por otra, permiten aceptar las dificultades y emprender alternativas
de cambio.
Segunda parte: Respuestas Educativas para Niños y Niñas con Déficit Atencional con y
sin Hiperactividad
En el caso de los niños y niñas con TDA e Hiperactividad, a pesar de que las dificultades
tienen un origen neurobiológico, los factores del contexto familiar y educativo juegan un rol
clave en el progreso y logro de los aprendizajes esperados.
■ Siempre considerar que las conductas disruptivas obedecen a las dificultades para
controlar sus impulsos y no a actitudes desafiantes del niño.
■ La crítica y la sobre exigencia NO modifican la conducta.
■ Las permanentes críticas, amenazas y sobre-exigencias sólo contribuyen a disminuir
la autoestima.
■ Los adultos que están a cargo de la formación tienen la responsabilidad y las mejores
posibilidades para fortalecer su autoestima.
Un buen vínculo con el docente suele ser un factor altamente protector de los fracasos
escolares, considerando el punto exacto entre norma y afecto, exigencia y acogida, esta
combinación hará que se sienta contenido.
C. Implementar estrategias de apoyo desde los primeros años para evitar “vacíos”
de aprendizaje.
Antes de iniciar un plan de apoyo es necesario priorizar y definir por dónde empezar para
evitar sobre exigir al niño y, finalmente, disminuir su motivación o la del docente.
Es importante no creer que por implementar una vez una determinada acción de apoyo, se va
a observar un cambio. Igualmente, considerar que puede haber avances y retrocesos, lo que
no significa fracaso.
Que el niño esté tranquilo en el aula no significa que haya aprendizaje, por lo tanto, se
sugiere:
Como estrategia se puede nombrar al niño con TDA/H como secretario personal, para que
cumpla por ejemplo, funciones de entrega materiales o de búsqueda de diferentes encargos,
de tal forma de permitirle movilidad dentro y fuera de la sala.
Los niños y niñas con TDA suelen aprender muy bien a través de estímulos visuales por lo
que, por ejemplo, se pueden incorporar imágenes para trabajar ideas complejas y/o abstractas
que les resulten más difíciles de comprender.
3.1-Organización Institucional:
Hay que hacer consciente a los estudiantes de que cada uno contribuye a un clima social
positivo.
Definir las normas de manera participativa, significa que:
-Hay normas que el docente considera relevantes y las consecuencias de no cumplirlas
-Crear un “contrato de convivencia” escrito entre todos bajo preguntas como “¿Qué debemos
hacer para llevarnos bien en nuestro curso?”
-Explicarles a los niños las diferencias con los niños TDAH para que no lo tomen como una
falta.
-Las normas que involucren a niños con TDA/H deben realizarse en conjunto con ellos de
manera personal.
3.2.2.-Resolución de conflictos:
Enfoque interaccional: Considerar el contexto y las interacciones que posea el estudiante con
TDAH con sus compañeros y docentes.
Tomas los conflictos desde este enfoque, considerando el contexto, también constituye una
instancia de aprendizaje para los niños y niñas.
En 3 sentidos:
-Hay un modelamiento por parte del docente acerca de cómo se enfrentan y resuelven las
situaciones de conflicto. Ej: De qué forma lo toman (exaltada o no), qué criterios utilizan para
la solución, el tipo de consecuencia que posee, etc.
-Se les da una oportunidad para desarrollar habilidades sociales cuando se involucra a los
estudiantes en el análisis y en la solución.
-Se le permite expresar y legitimar su emoción al comunicarse afectivamente con el alumno
acerca del conflicto.
-Sobretodo NO ATRIBUIR LAS CONDUCTAS DISRUPTIVAS A UNA AGRESIÓN
PERSONAL HACIA EL DOCENTE. Por medio del diálogo se debe averiguar que paso.