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Poco antes de la pubertad los cordones sexuales se hacen huecos y se denominan tubos
seminíferos. Las células germinativas primordiales originan espermatogonios, que por
diferenciación y tras sufrir divisiones mitóticas, se convierten en espermatocitos
primarios. Después de duplicar el ADN, estas células comienzan con la profase de la
primera división meiótica o de maduración.
Al terminar la profase, que dura unos 16 días, la célula pasa rápidamente por las demás
fases y después origina los dos espermatocitos secundarios, que contienen un número
haploide de cromosomas, lo que significa que contiene la mitad del número normal de
cromosomas o un solo juego de los mismos. Estas células empiezan inmediatamente la
segunda división de maduración o meiótica, que da por resultado dos espermátides.
Como consecuencia de las dos divisiones de maduración, la espermátide posee 23
cromosomas y ADN.
¿Qué es un espermatozoide?
Una vez fijada, se procede a una tinción biológica, como la hematoxilina-eosina: la eosina,
se une a los elementos electropositivos de la célula y tiene una coloración rosada y la
hematoxilina se une a las moléculas electronegativas de los espermatozoides, obteniendo
una coloración en tonos azulados.
La pieza intermedia o cuello, como su nombre indica, está situada entre la cabeza y el
flagelo, y es una zona un poco más ensanchada que la base de la cola. Su función es
primordial porque alberga las mitocondrias, consideradas el motor del movimiento del
espermatozoide, pues son las responsables de generar energía.
El flagelo o cola está conformado por las mismas moléculas estructurales responsables del
correcto reparto de cromosomas en la mitosis y meiosis, con lo que un flagelo irregular
reflejará problemas en el reparto de cromosomas, y ante todo, su movimiento no podrá
competir con el bateo> de un espermatozoide normal.
Además, los espermatozoides con forma normal (en azul en la imagen inferior) nadan más
rápido y de forma adecuada. En cambio, la mayoría de espermatozoides anormales son
inmóviles o tienen una movilidad lenta.
En los inicios del estudio de morfología espermática, había una lista de anomalías y si no
las cumplía se determinaba que el espermatozoide era normal.
Con el paso del tiempo, se vio que la variedad de alteraciones era tan elevada que se optó
por estandarizar cómo era la estructura de un espermatozoide de buena morfología, y las
desviaciones de forma respecto a este patrón se consideran alteraciones (en rosa en la
imagen inferior).
¿Qué es un espermatozoide anormal?
Los espermatozoides con morfología anormal pueden presentar cabeza, pieza intermedia
y/o cola anormal. Así, puede haber las siguientes anomalías:
Alteraciones de cola: espermatozoides sin cola, cola enrollada, corta, larga, doblada o
doble cola.
Existen alteraciones muy claras, como son la duplicación o ausencia de estas estructuras,
espermatozoides con doble cola, microcefálicos o macrocefálicos, que no pueden dar
lugar a un embrión viable nunca de forma natural.
Existe otro criterio de análisis de la morfología algo más estricto, se trata del criterio o
morfología de Kruger, según el cual, el límite de normalidad se sitúa en el 14%, es decir,
una muestra con más del 86% de sus espermatozoides anormales se considerará
teratozoospérmica.
En los casos más leves, la morfología de los espermatozoides se puede mejorar con una
dieta adecuada, reduciendo el consumo de cafeína y evitando el tabaco y las drogas.
También existen suplementos alimenticios específicos que evitan el daño al ADN que
producen los radicales libres y contienen vitaminas y minerales necesarios para una
correcta producción y maduración espermática.
Estos suplementos deben tomarse durante al menos 3 meses, que es el tiempo que
tardan los espermatozoides en producirse desde cero y madurar.
EL VIAJE DE UN ESPERMATOZOIDE
Desde que una célula ‘decide’ convertirse en gameto masculino hasta que alcanza el útero
vive una historia con tintes bélicos
1. El despertar. Los espermatozoides nacen en los túbulos seminíferos que albergan los
testículos. Recién nacidos, se mudan al lumen, soportados por las células de Sertoli, que
los alimentan y protegen de agentes externos.
2. Camino a la madurez. Salen de las células de Sartoli y llegan al epidídimo, un tubo de
unos seis metros enrollado en forma de espiral, donde madurarán. Algunos de los
anticonceptivos en los que se está trabajando interfieren en este proceso.
4. Primer ataque. Una vez en la vagina, su primer objetivo es llegar al cuello del útero. En
el camino, son atacados por un ácido generado por el sistema inmunitario femenino que
se está intentando simular artificialmente como anticonceptivo.
5. La hora de la verdad. Los que alcancen el cuello del útero descansarán y se alimentarán
durante horas, e incluso días, a la espera del ovocito. Cuando la mujer ovula, envía
mensajes que ponen en movimiento a los espermatozoides.
6. Fecundar o morir. En su fase final, los que quedan se despojan de varias capas de
proteínas para afrontar la carrera final. Así, llegan a la capa externa del óvulo y trepan
buscando la entrada. Solo uno conseguirá alcanzar la meta. El resto morirá.
En un ser humano normal, una dosis normal de semen no contiene más de unos 180
millones de espermatozoides. Por cierto, los espermatozoides fueron distinguidos por
primera vez en 1679 por Antoni van Leeuwenhoek, inventor de los primeros microscopios
potentes.
En los peces, los machos y las hembras no copulan sino que expulsan al agua los huevos y
el esperma. En estos casos, el número de espermatozoides no supera en mucho al número
de huevos.
En los cerdos, la eyaculación es de unos 200 ml, con una concentración de 100.000
espermatozoides/mm³.
Un experimento realizado con la mosca estercolera amarilla, una mosca peluda que se
aparea y pone huevos en las boñigas frescas, ha demostrado que el tamaño de los
testículos puede evolucionar en respuesta a la competencia espermática en tan sólo diez
generaciones.
Otra razón que puede obligar al macho a producir muchos espermatozoides es que
muchos de ellos mueran durante su viaje a lo largo del tracto reproductor femenino. Un
fenómeno que todavía carece de una explicación teórica sólida: ¿por qué querrá la
hembra destruir espermatozoides en tantas especies diferentes?
Una abeja reina que se aparee con diecisiete amantes, por ejemplo, recibirá por término
medio unos 102 millones de espermatozoides (6 millones de cada individuo); sin embargo,
sólo se quedará con unos 5,3 millones para fecundar sus huevos.
Pero estamos hablando de una especie que almacena los espermatozoides que recibe. En
las especies que no almacenan esperma, se produce una auténtica carnicería. Entre los
humanos, por ejemplo, solo sobrevive el 10 % de los espermatozoides antes de llegar a las
trompas de Falopio, dado el ambiente ácido de la vagina. Tras introducirse en el cuerpo de
la mujer, el esperma suele seguir siendo fértil entre 48 y 72 horas, pero sólo en las
condiciones ideales, es decir, durante los días de la ovulación, que es cuando el pH vaginal
está por encima de 6, que es el pH durante el resto de los días (el grado de acidez del
ambiente ideal para un espermatozoide es de 7-7,5, y la temperatura: entre los 37 ºC y los
37,5 ºC.)
En los conejos, una hora después de la cópula se congrega en el cuello del útero un
ingente ejército de leucocitos; en la mujer, el ejército se concentra en apenas quince
minutos después de la cópula y a las cuatro horas suma una fuerza de más de mil millones
de células. Para cuando los espermatozoides alcanzan las trompas de Falopio, que es el
lugar donde pueden encontrarse con algún óvulo, su número ha quedado reducido de
muchos millones a unos pocos centenares. Es por ello que un hombre con un recuento
espermático de 50 millones, que puede parecer más que abundante, probablemente sea
infértil.
¿Qué es un esperma?
Empiezan a formarse en la pubertad de niño, pero su desarrollo durará toda la vida: son
los espermatozoides. El ciclo de formación del gameto masculino dura unos cien días. Al
salir de los testículos, los espermatozoides necesitan mezclarse con los líquidos seminales
para formar el semen y lograr su meta, la fecundación del óvulo.
El espermatozoide sale de los testículos y se mezcla con los líquidos producidos por las
vesículas seminales y la próstata para formar el semen. Estos líquidos son imprescindibles
para la alimentación y supervivencia de los espermatozoides hasta alcanzar el óvulo.
Solamente el 10% del semen está formado por espermatozoides, que se pueden contar
por cientos de miles.
Al igual que con la formación de los óvulos, el proceso está regulado y controlado por el
sistema endocrino y, a su vez, los testículos funcionan como glándulas endocrinas.
Espermograma
Se trata de una prueba sencilla que no va a ser muy útil para diagnóstico clínico, ya que su
especificidad y sensibilidad es baja. Únicamente en el hipogonadismo se puede valorar la
respuesta al tratamiento con testosterona a través de la normalización de los
componentes producidos en las vesículas seminales y en la próstata. Por el contrario, sí
que será de gran ayuda para los tratamientos de reproducción asistida a la hora de decidir
cuál de éstos deberá de llevarse a cabo. Teniendo en cuenta las circunstancias
reproductivas de la mujer, y en función del resultado del seminograma, puede orientarse
a la pareja hacia un tratamiento de fertilidad u otro, de forma que un semen moderado o
altamente patológico tendrá indicación de fecundación in vitro o ICSI, mientras que
alteraciones leves, o resultados normales serán indicativos de técnicas menos complejas,
como coitos programados o inseminación artificial. De este modo, se ahorrarán gastos en
reproducción asistida optimizando el proceso.
Parámetros analizados
Este análisis del semen va a realizarse siguiendo las técnicas y criterios estandarizados
descritos por la OMS (2010) o la ESHRE (2002). El objetivo de dicha estandarización es la
mejora de la calidad en los laboratorios de andrología. De esta forma, un seminograma va
a constar de diversas pruebas. Entre éstas, se encuentran estudios macroscópicos (de
viscosidad, capacidad de licuefacción, color y olor), químicos (valoración del pH, análisis de
Zn, alfa-glucosidasa, fructosa) y análisis microscópico, que consiste en el estudio de la
concentración de los espermatozoides así como la movilidad, vitalidad y morfología de
estos.2 De todas estas pruebas, las más importantes e informativas son las medidas de
concentración y movilidad.
Licuefacción: Para evaluar una muestra de semen esta debe estar licuada. Esto se
consigue gracias a una sustancia liberada en el eyaculado denominada fibrinolisina.
Esto ocurre aproximadamente a los 20 minutos de la eyaculación si la muestra está
a temperatura ambiente. Si la licuefacción no se produce en este tiempo, puede
indicar algún tipo de disfunción a nivel de la próstata. El eyaculado, de forma
espontánea, se condensa al poco tiempo de ser expulsado. Gracias a esa sustancia
(fibrinilisina) secretada por la próstata se consigue que se licúe, pero puede darse
el caso de que el semen no condense. Esto se debe a problemas de secreción de la
vesícula seminal, que es la que contiene sustrato para que el eyaculado condense.
Viscosidad: El semen licuado debe ser ligeramente más viscoso que el agua. Para
examinar la viscosidad, se comprueba la formación de hilos en la muestra. Si la
muestra es altamente viscosa, puede deberse a una disfunción prostática,
eyaculación frecuente o al estado psicológico del paciente. Este aumento de la
viscosidad no supone una causa directa de infertilidad, únicamente debe tenerse el
cuenta a la hora de determinar el resto de parámetros de un seminograma.
Volumen: El volumen normal de un eyaculado tras un periodo de 3 a 5 días de
abstinencia es de 1,5-6 ml. Un volumen inferior, hipoespermia, puede deberse a
una obstrucción causada por una infección, una alteración congénita de los vasos
deferentes, o por eyaculación retrógrada. Esto es, cuando el semen no recorre su
camino normal, sino que entra en la vejiga y se mezcla con la orina. La producción
de un volumen superior a 6 ml se denomina hiperespermia y ésta puede ser
debida a procesos inflamatorios de próstata y/o vesículas seminales. La no
producción de eyaculado se denomina aspermia y algunas de sus causas pueden
ser la eyaculación retrógada, anomalías anatómicas y neurológicas, y el uso de
antihipertensivos.
Color: el color habitual del semen es blanco opalescente, ligeramente amarillento.
Algunas alteraciones pueden deberse a contaminación con sangre, presentando
color rojizo (hematospermia); color amarillo intenso, debido a la bilirrubina o
ingesta de vitaminas; amarillento, por un alto contenido en leucocitos o
medicamentos; o muy transparente, debido a una baja concentración de
espermatozoides.
pH: Normalmente varía entre 7,2-8,2. Debe de medirse antes de que pase una
hora de la eyaculación, ya que se libera CO2 que eleva el pH. Valores fuera de este
rango pueden significar una infección genital. Solamente es relevante para la salud
del varón. Normalmente, suele estar entre 7,2 y 7,3 (nunca llega a 7,4). Si los
valores del pH se encuentran por debajo de 7 y además el varón sufre de
azoospermia , la causa puede ser debida a una obstrucción de los conductos
eyaculadores y o bien a una agenesia de los vasos deferentes. Por otro lado, si los
valores del pH sel semen se encuentra por encima de 8.2, la causa puede ser
debida a enfermedades agudas de las vesículas seminales; o bien a que se ha
realizado una medida reatardada de éste y por lo tanto el plasma seminal ha
liberado dióxido de carbono de forma continua provocando de esta forma un
aumento del pH. Por último, si los valores del pH se encuentran por debajo de 7 y
el paciente no padece azoospermia, la causa puede ser debida a procesos
inflamatorios crónicos.
Concentración de fructosa: El valor normal según la OMS es de 13 mmol por
muestra. La ausencia de fructosa en la muestra puede indicar un problema en las
vesículas seminales.
Concentración de espermatozoides: El valor límite inferior es de 15 millones/ml.
Para medir la concentración pueden utilizarse hemocitómetros clásicos (cámara de
Neubauer), cámaras específicas (Makler) y métodos automáticos (CASA). El
método CASA no se utiliza mucho porque es muy caro y proporciona información
prescindible.
Movilidad: Es indispensable para que los espermatozoides puedan llegar a las
trompas de Falopio y fertilizar el óvulo. Se valora el porcentaje de espermatozoides
móviles, el de progresivos y el grado de movilidad. Existen 4 tipos de movimientos,
como se verá más adelante.
Vitalidad: Se realiza una tinción supravital para distinguir entre los
espermatozoides vivos y muertos, pues el hecho de que estén inmóviles no
significa que estén muertos. Se realiza cuando el porcentaje de espermatozoides
de movilidad tipo D es mayor del 50%. Se utiliza la tinción de eosina-nigrosina, la
prueba hipoosmótica o la tinción vital fluorescente.
Morfología: El espermatozoide debe tener la cabeza oval, sin defectos en el cuello,
pieza media y cola. Estas características morfológicas de normalidad se establecen
a partir del aspecto que presentan los espermatozoides recuperados del moco
cervical después del coito de aquellos varones considerados fértiles. En un
seminograma normal debe haber más o igual del 4% de espermatozoides
normales, si por el contrario tenemos una normalidad inferior al 4% estamos
frente a un caso de teratozoospermia. Existen dos métodos básicos para el estudio
de la morfología, el de Papanicolau, que es un método lento y caro, y no sirve
cuando las muestras están poco concentradas en espermatozoides, y el panóptico
rápido, que como su nombre indica es un método más rápido pero menos eficaz.
En este estudio se deben tener en cuenta las tres partes en las que se divide el
espermatozoide: cabeza, parte media y cola, anotando el número de anomalías
totales observadas y el número de espermatozoides normales. Para establecer
estos datos, se pueden seguir dos criterios: el de la OMS (menos restrictivo) y el de
Kruger/Tygerberg (más estricto). No obstante, es muy subjetivo clasificar un
espermatozoide según su morfología, ya que se eliminan muchos que podrían
fecundar al ovocito sin ningún problema. Un parámetro que podemos calcular es el
índice de teratozoospermia que se corresponde a la relación entre el número de
anomalías en los espermatozoides y el número de espermatozoides analizados;
éste oscilará entre valores de 0 (todos normales) y 3 (todos alterados en cabeza,
cola y pieza media)
Aquellos varones que precisen realizarse un seminograma, necesitan conocer una sería de
instrucciones a la hora de recoger su muestra seminal:
1. Concierte una cita con el laboratorio de Andrología y avise si tiene algún problema en la
recogida de la muestra.
4. Las muestras se recogerán en un recipiente estéril rotulado con los datos del paciente,
el número de historial, la fecha y hora de la recogida de la muestra y los días de
abstinencia sexual.
7. Lávese detenidamente el pene retirando bien el prepucio con agua y gel. Aclare el jabón
con agua abundante.
Recogidas especiales
Split: se emplea sobre todo en individuos que posean algún tipo de esterilidad de origen
inmunitario. En la recogida de tipo split, el eyaculado del individuo se recoge en dos botes
diferentes, formándose dos fracciones: una inicial o primaria que contiene el 90% de los
espermatozoides y poco plasma seminal; y una secundaria que contiene menor
proporción de espermatozoides y de peor calidad. La fracción que nos interesa es la
primera, a la cual se le añadirá posteriormente 2 o 3 ml de medio de cultivo para proceder
a trabajar con ella.
Riesgos
Como las muestras de semen pueden estar contaminadas con algunas enfermedades
como hepatitis o VIH, se tienen que manipular cuidadosamente y siempre actuando como
si estuvieran contaminadas (aunque no lo estén). Para conocer alguna patología, tenemos
que hacer una serología previa obligatoria, buscando posibles virus. El personal de
laboratorio o todas las personas que vayan a manipular la muestra tienen que tener
cuidado con:
Vasectomía
La vasectomía o deferentectomía1
consiste en la sección y ligadura de los
conductos deferentes. Como
consecuencia, en poco tiempo el semen
eyaculado no contiene
espermatozoides. Es un método de
control natal que puede revertirse, con
tasas muy altas de seguridad y
efectividad.
La VSB nace con la idea de realizar la intervención con el mínimo trastorno y mínimas
molestias. Su particularidad más básica reside en un instrumental único y específico para
tal fin. De hecho el corte no lo practica el bisturí convencional sino que se realiza
mediante una pinza que provoca la apertura de la piel separando, y no cortando, sus
fibras.
Los resultados han mostrado menos hematomas, infecciones y otras complicaciones con
un porcentaje total de 0,4 % para la vasectomía sin bisturí frente a un 3,1 % para la
vasectomía convencional.
Complicaciones
Otras consideraciones
• Ventajas:
– Uno de los métodos anticonceptivos más eficaces, ya que tiene una efectividad superior
al 99% en la protección contra embarazos.
– Libre de error humano. No hay forma de que se pueda cometer un error o usarla mal,
como ocurre con el preservativo, donde la efectividad se ve reducida en la práctica.
– El sexo puede mejorar y ser más espontáneo cuando la pareja puede concentrarse el
uno en el otro en lugar de preocuparse por el método anticonceptivo. Al contrario de lo
que muchos piensan, la vasectomía no cambia la forma de eyacular o de sentir orgasmo.
• Inconvenientes:
– No evita contagio por ETS. El semen aún puede portar ETS, aunque no contenga
esperma. La mejor forma de protegerte a ti y a tu pareja contra las ETS es realizarse
pruebas o usar el preservativo.