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ESPERMATOGÉNESIS

Profesora: Ing. Álvaro Luciana

Alumnas: Andrada, Anahí


Arias, Leila
De la cruz, Anabel
López, María
López, Romina

Año lectivo: 2019


¿Qué es la espermatogénesis?

La espermatogénesis es el proceso por el que las espermatogonias (células germinales


primitivas) se transforman en espermatozoides. Es un proceso continuo, que se produce
en el testículo y que se inicia en el periodo prepuberal del niño, entre los 11 y 15 años. A
diferencia de lo que ocurre en el sexo femenino, la formación del gameto masculino no
comienza hasta la pubertad y luego dura toda la vida. No obstante, en el recién nacido ya
pueden identificarse en los cordones sexuales primitivos, macizos del testículo en forma
de células voluminosas y pálidas rodeadas de células de sostén, que se convertirán en
células de Sertoli.

Poco antes de la pubertad los cordones sexuales se hacen huecos y se denominan tubos
seminíferos. Las células germinativas primordiales originan espermatogonios, que por
diferenciación y tras sufrir divisiones mitóticas, se convierten en espermatocitos
primarios. Después de duplicar el ADN, estas células comienzan con la profase de la
primera división meiótica o de maduración.

Al terminar la profase, que dura unos 16 días, la célula pasa rápidamente por las demás
fases y después origina los dos espermatocitos secundarios, que contienen un número
haploide de cromosomas, lo que significa que contiene la mitad del número normal de
cromosomas o un solo juego de los mismos. Estas células empiezan inmediatamente la
segunda división de maduración o meiótica, que da por resultado dos espermátides.
Como consecuencia de las dos divisiones de maduración, la espermátide posee 23
cromosomas y ADN.
¿Qué es un espermatozoide?

Un espermatozoide (semilla) una célula haploide que constituye el gameto masculino. Es


una de las células más diferenciadas y su función es la formación de un cigoto al
fusionarse su núcleo con el del gameto femenino, esto dar lugar al embrión y al feto.

Fases de la formación de un espermatozoide

En el varón, el ciclo espermatogénico se divide en tres fases:

Duplicación de las células germinales o espermatogonias: Que tras su proceso de división


dará lugar a 16 espermatocitos. Cada espermatocito tiene 46 cromosomas, 23 de origen
paterno y 23 materno. Durante esta etapa de división se produce la síntesis de ADN con
duplicación de material genético, que da como resultado otro tipo de célula germinal, los
espermatocitos primarios que entraran en la siguiente división llamada meiótica, porque
supone una reducción cromosómica.

Meiosis o división: Que dará lugar a la formación de células dotadas de un número


haploide de 23 cromosomas (la mitad de las que tienen las células normales). Esta fase de
unos 24 días de duración, conlleva un apareamiento de los cromosomas con
entrecruzamiento e intercambio de material genético entre ellos. La división de los
espermatocitos primarios origina los espermatocitos secundarios, los cuales sufre una
segunda división meiótica, dando lugar a las espermátidas con 23 cromosomas. Esta
división es una mitosis o división normal sin replicación previa del ADN.

Espermiogénesis o transformación en espermatozoides: Comprende los procesos


encaminados a mejorar la capacidad de penetración del óvulo por el espermatozoide.
Estos fenómenos serán la formación del acrosoma o gorro con alto contenido en
glicoproteina y enzimas proteolíticos, desarrollo de la cola o flagelo que permite el
movimiento del espermatozoide, transformación del núcleo en posición periférica y
eliminación de casi todo el citoplasma. Una vez formados en los tubos seminíferos, pasan
al epidídimo por acción de los elementos contráctiles de los primeros. Como resultado, se
producen espermatozoides, con 23 cromosomas, la mitad que la célula de la que se
origina (espermatogonia). El espermatozoide es una célula muy especializada. Se reduce el
tamaño de la célula, eliminando gran parte del citoplasma y se desarrolla una larga cola
denominada flagelo, que le permitirá moverse hasta alcanzar el óvulo. También presenta
gran cantidad de mitocondrias que le proporcionarán la energía para moverse. En el
hombre, la espermatogénesis dura unos cien días, lo que es importante para valorar el
efecto de cualquier tratamiento o sustancia tóxica sobre la calidad espermática.

¿Cómo se sabe si un espermatozoide es normal?

Para poder estudiar la morfología de los gametos masculinos, es necesario la fijación de


una pequeña muestra del total del eyaculado en un portaobjetos, lo cual implica la muerte
de los espermatozoides. Esto impide que esta muestra sea empleada tras su evaluación,
pero servirá como representación del resto de la muestra seminal total.

Una vez fijada, se procede a una tinción biológica, como la hematoxilina-eosina: la eosina,
se une a los elementos electropositivos de la célula y tiene una coloración rosada y la
hematoxilina se une a las moléculas electronegativas de los espermatozoides, obteniendo
una coloración en tonos azulados.

La tinción de las distintas estructuras permiten una mejor observación al microscopio al


incrementar la definición de las membranas.
Para valorar la forma de un espermatozoide, se observan sus tres estructuras principales:
cabeza, pieza intermedia y cola.

La cabeza del espermatozoide debe ser ovalada y lisa, de 5 a 6 micrómetros de largo y de


2,5 a 3,5 micrómetros de ancho. El acrosoma debe abarcar un 40-70% del volumen de la
cabeza, y si hay vacuolas deben ser escasas y ocupar menos de la mitad del volumen de la
cabeza ya que si son numerosas o grandes puede significar que el ADN está dañado.

La pieza intermedia o cuello, como su nombre indica, está situada entre la cabeza y el
flagelo, y es una zona un poco más ensanchada que la base de la cola. Su función es
primordial porque alberga las mitocondrias, consideradas el motor del movimiento del
espermatozoide, pues son las responsables de generar energía.

El flagelo o cola está conformado por las mismas moléculas estructurales responsables del
correcto reparto de cromosomas en la mitosis y meiosis, con lo que un flagelo irregular
reflejará problemas en el reparto de cromosomas, y ante todo, su movimiento no podrá
competir con el bateo> de un espermatozoide normal.

La valoración de la muestra teñida de espermatozoides consiste en contar el número de


espermatozoides normales y anormales. Generalmente se valoran 200 espermatozoides y
a continuación se estima el porcentaje de espermatozoides con forma normal.

Espermatozoides anormales: causas y alteraciones

Las alteraciones en la morfología pueden tener un origen genético, de ahí la importancia


de presentar una correcta morfología. Un espermatozoide cuya información genética, la
mitad del futuro embrión, no esté bien codificada y organizada no dará lugar a un embrión
viable.

Además, los espermatozoides con forma normal (en azul en la imagen inferior) nadan más
rápido y de forma adecuada. En cambio, la mayoría de espermatozoides anormales son
inmóviles o tienen una movilidad lenta.

En los inicios del estudio de morfología espermática, había una lista de anomalías y si no
las cumplía se determinaba que el espermatozoide era normal.

Con el paso del tiempo, se vio que la variedad de alteraciones era tan elevada que se optó
por estandarizar cómo era la estructura de un espermatozoide de buena morfología, y las
desviaciones de forma respecto a este patrón se consideran alteraciones (en rosa en la
imagen inferior).
¿Qué es un espermatozoide anormal?

Los espermatozoides con morfología anormal pueden presentar cabeza, pieza intermedia
y/o cola anormal. Así, puede haber las siguientes anomalías:

Alteraciones de cabeza:espermatozoides sin cabeza (cabeza de alfiler), cabeza pequeña,


amorfa, redonda, alargada, grande (globozoospermia), con forma de pera (piriforme), con
acrosoma grande, con acrosoma pequeño, sin acrosoma, con muchas vacuolas, con
vacuolas grandes o con dos cabezas.

Alteraciones de cola: espermatozoides sin cola, cola enrollada, corta, larga, doblada o
doble cola.

Alteraciones de pieza intermedia:espermatozoides sin pieza intermedia, con una


curvatura, asimétrica, engrosada, delgada, irregular o con una protuberancia de un
tamaño superior a la tercera parte del área de la cabeza.

Existen alteraciones muy claras, como son la duplicación o ausencia de estas estructuras,
espermatozoides con doble cola, microcefálicos o macrocefálicos, que no pueden dar
lugar a un embrión viable nunca de forma natural.

Según el criterio de la OMS un valor igual o superior al 4% de espermatozoides con


morfología normal es considerado dentro de los valores normales. Si el índice de
anormales es mayor del 96% estamos ante un caso de teratozoospermia.

Existe otro criterio de análisis de la morfología algo más estricto, se trata del criterio o
morfología de Kruger, según el cual, el límite de normalidad se sitúa en el 14%, es decir,
una muestra con más del 86% de sus espermatozoides anormales se considerará
teratozoospérmica.

¿Hay tratamiento o no tiene solución?

Un hombre cuyos espermatozoides muestran una morfología deteriorada, es decir,


padece de teratozoospermia, puede tener mayores dificultades de conseguir el embarazo
de forma natural, e incluso resultar imposible en algunos casos.

Aunque la teratozoospermia no es uno de los problemas seminales más graves,


normalmente será necesario recurrir a la reproducción asistida para poder tener hijos
propios, especialmente en los casos más graves.
En función del grado de afección y de otros factores que afectan a la fertilidad, tanto en el
hombre como en la mujer, el especialista determinará cuál es el tratamiento reproductivo
más adecuado, ya sea una inseminación artificial o una fecundación in vitro.

La técnica más indicada es sin duda la ICSI o microinyección intracitoplasmática de


espermatozoides, la cual consiste en seleccionar los espermatozoides con mejor
morfología e introducirlos en el interior del citoplasma del ovocito.

En los casos más leves, la morfología de los espermatozoides se puede mejorar con una
dieta adecuada, reduciendo el consumo de cafeína y evitando el tabaco y las drogas.

También existen suplementos alimenticios específicos que evitan el daño al ADN que
producen los radicales libres y contienen vitaminas y minerales necesarios para una
correcta producción y maduración espermática.

Estos suplementos deben tomarse durante al menos 3 meses, que es el tiempo que
tardan los espermatozoides en producirse desde cero y madurar.

EL VIAJE DE UN ESPERMATOZOIDE

Desde que una célula ‘decide’ convertirse en gameto masculino hasta que alcanza el útero
vive una historia con tintes bélicos

1. El despertar. Los espermatozoides nacen en los túbulos seminíferos que albergan los
testículos. Recién nacidos, se mudan al lumen, soportados por las células de Sertoli, que
los alimentan y protegen de agentes externos.
2. Camino a la madurez. Salen de las células de Sartoli y llegan al epidídimo, un tubo de
unos seis metros enrollado en forma de espiral, donde madurarán. Algunos de los
anticonceptivos en los que se está trabajando interfieren en este proceso.

3. En la línea de salida. Cuando el hombre va a eyacular, el esperma se agolpa en los


conductos deferentes, tubos angostos de unos 6 a 7 m que recorren en dos segundos. Un
viaje a toda velocidad, a ciegas, y que supondrá la muerte para el 99%.

4. Primer ataque. Una vez en la vagina, su primer objetivo es llegar al cuello del útero. En
el camino, son atacados por un ácido generado por el sistema inmunitario femenino que
se está intentando simular artificialmente como anticonceptivo.

5. La hora de la verdad. Los que alcancen el cuello del útero descansarán y se alimentarán
durante horas, e incluso días, a la espera del ovocito. Cuando la mujer ovula, envía
mensajes que ponen en movimiento a los espermatozoides.

6. Fecundar o morir. En su fase final, los que quedan se despojan de varias capas de
proteínas para afrontar la carrera final. Así, llegan a la capa externa del óvulo y trepan
buscando la entrada. Solo uno conseguirá alcanzar la meta. El resto morirá.

Espermatozoides en distintas especies

En un ser humano normal, una dosis normal de semen no contiene más de unos 180
millones de espermatozoides. Por cierto, los espermatozoides fueron distinguidos por
primera vez en 1679 por Antoni van Leeuwenhoek, inventor de los primeros microscopios
potentes.
En los peces, los machos y las hembras no copulan sino que expulsan al agua los huevos y
el esperma. En estos casos, el número de espermatozoides no supera en mucho al número
de huevos.

En los cerdos, la eyaculación es de unos 200 ml, con una concentración de 100.000
espermatozoides/mm³.

En el caso de las aves, el número de espermatozoides está directamente relacionado con


lo libidinosa que sea la hembra, por efecto de lo que los biólogos denominan
“competencia espermática”. Tal como suena: los espermatozoides de machos distintos
compiten entre sí para fecundar los huevos. Ésa es la razón de que un pájaro no más
grande que mi puño necesita eyacular más de 8.000 millones de espermatozoides.

Esta competencia o escalada armamentísica/espermática también afecta en consonancia


al tamaño de los testículos, tal y como explica Olivia Judson en su libro Consultorio sexual
para todas las especies:

Un experimento realizado con la mosca estercolera amarilla, una mosca peluda que se
aparea y pone huevos en las boñigas frescas, ha demostrado que el tamaño de los
testículos puede evolucionar en respuesta a la competencia espermática en tan sólo diez
generaciones.

Otra razón que puede obligar al macho a producir muchos espermatozoides es que
muchos de ellos mueran durante su viaje a lo largo del tracto reproductor femenino. Un
fenómeno que todavía carece de una explicación teórica sólida: ¿por qué querrá la
hembra destruir espermatozoides en tantas especies diferentes?

Una abeja reina que se aparee con diecisiete amantes, por ejemplo, recibirá por término
medio unos 102 millones de espermatozoides (6 millones de cada individuo); sin embargo,
sólo se quedará con unos 5,3 millones para fecundar sus huevos.

Pero estamos hablando de una especie que almacena los espermatozoides que recibe. En
las especies que no almacenan esperma, se produce una auténtica carnicería. Entre los
humanos, por ejemplo, solo sobrevive el 10 % de los espermatozoides antes de llegar a las
trompas de Falopio, dado el ambiente ácido de la vagina. Tras introducirse en el cuerpo de
la mujer, el esperma suele seguir siendo fértil entre 48 y 72 horas, pero sólo en las
condiciones ideales, es decir, durante los días de la ovulación, que es cuando el pH vaginal
está por encima de 6, que es el pH durante el resto de los días (el grado de acidez del
ambiente ideal para un espermatozoide es de 7-7,5, y la temperatura: entre los 37 ºC y los
37,5 ºC.)
En los conejos, una hora después de la cópula se congrega en el cuello del útero un
ingente ejército de leucocitos; en la mujer, el ejército se concentra en apenas quince
minutos después de la cópula y a las cuatro horas suma una fuerza de más de mil millones
de células. Para cuando los espermatozoides alcanzan las trompas de Falopio, que es el
lugar donde pueden encontrarse con algún óvulo, su número ha quedado reducido de
muchos millones a unos pocos centenares. Es por ello que un hombre con un recuento
espermático de 50 millones, que puede parecer más que abundante, probablemente sea
infértil.

¿Qué es un esperma?

El ciclo de formación del esperma dura unos cien días

Empiezan a formarse en la pubertad de niño, pero su desarrollo durará toda la vida: son
los espermatozoides. El ciclo de formación del gameto masculino dura unos cien días. Al
salir de los testículos, los espermatozoides necesitan mezclarse con los líquidos seminales
para formar el semen y lograr su meta, la fecundación del óvulo.

El espermatozoide sale de los testículos y se mezcla con los líquidos producidos por las
vesículas seminales y la próstata para formar el semen. Estos líquidos son imprescindibles
para la alimentación y supervivencia de los espermatozoides hasta alcanzar el óvulo.
Solamente el 10% del semen está formado por espermatozoides, que se pueden contar
por cientos de miles.

Al igual que con la formación de los óvulos, el proceso está regulado y controlado por el
sistema endocrino y, a su vez, los testículos funcionan como glándulas endocrinas.

Espermograma

Se denomina "seminograma" o espermiograma al análisis del eyaculado o semen. A este


estudio se le denomina también como espermatograma.

Se trata de una prueba sencilla que no va a ser muy útil para diagnóstico clínico, ya que su
especificidad y sensibilidad es baja. Únicamente en el hipogonadismo se puede valorar la
respuesta al tratamiento con testosterona a través de la normalización de los
componentes producidos en las vesículas seminales y en la próstata. Por el contrario, sí
que será de gran ayuda para los tratamientos de reproducción asistida a la hora de decidir
cuál de éstos deberá de llevarse a cabo. Teniendo en cuenta las circunstancias
reproductivas de la mujer, y en función del resultado del seminograma, puede orientarse
a la pareja hacia un tratamiento de fertilidad u otro, de forma que un semen moderado o
altamente patológico tendrá indicación de fecundación in vitro o ICSI, mientras que
alteraciones leves, o resultados normales serán indicativos de técnicas menos complejas,
como coitos programados o inseminación artificial. De este modo, se ahorrarán gastos en
reproducción asistida optimizando el proceso.

El semen es una mezcla de espermatozoides suspendidos en una secreción del testículo y


epidídimo, que en el momento de la eyaculación se combina con secreciones de la
próstata, vesícula seminal y glándulas bulbo uretrales. Es una prueba utilizada en los
estudios de fertilidad masculina, es decir, precisada cuando las parejas tienen problemas
de esterilidad. A este estudio se le denomina también como seminograma.

Parámetros analizados

Este análisis del semen va a realizarse siguiendo las técnicas y criterios estandarizados
descritos por la OMS (2010) o la ESHRE (2002). El objetivo de dicha estandarización es la
mejora de la calidad en los laboratorios de andrología. De esta forma, un seminograma va
a constar de diversas pruebas. Entre éstas, se encuentran estudios macroscópicos (de
viscosidad, capacidad de licuefacción, color y olor), químicos (valoración del pH, análisis de
Zn, alfa-glucosidasa, fructosa) y análisis microscópico, que consiste en el estudio de la
concentración de los espermatozoides así como la movilidad, vitalidad y morfología de
estos.2 De todas estas pruebas, las más importantes e informativas son las medidas de
concentración y movilidad.

Los parámetros que se suelen estudiar son los siguientes:

 Licuefacción: Para evaluar una muestra de semen esta debe estar licuada. Esto se
consigue gracias a una sustancia liberada en el eyaculado denominada fibrinolisina.
Esto ocurre aproximadamente a los 20 minutos de la eyaculación si la muestra está
a temperatura ambiente. Si la licuefacción no se produce en este tiempo, puede
indicar algún tipo de disfunción a nivel de la próstata. El eyaculado, de forma
espontánea, se condensa al poco tiempo de ser expulsado. Gracias a esa sustancia
(fibrinilisina) secretada por la próstata se consigue que se licúe, pero puede darse
el caso de que el semen no condense. Esto se debe a problemas de secreción de la
vesícula seminal, que es la que contiene sustrato para que el eyaculado condense.
 Viscosidad: El semen licuado debe ser ligeramente más viscoso que el agua. Para
examinar la viscosidad, se comprueba la formación de hilos en la muestra. Si la
muestra es altamente viscosa, puede deberse a una disfunción prostática,
eyaculación frecuente o al estado psicológico del paciente. Este aumento de la
viscosidad no supone una causa directa de infertilidad, únicamente debe tenerse el
cuenta a la hora de determinar el resto de parámetros de un seminograma.
 Volumen: El volumen normal de un eyaculado tras un periodo de 3 a 5 días de
abstinencia es de 1,5-6 ml. Un volumen inferior, hipoespermia, puede deberse a
una obstrucción causada por una infección, una alteración congénita de los vasos
deferentes, o por eyaculación retrógrada. Esto es, cuando el semen no recorre su
camino normal, sino que entra en la vejiga y se mezcla con la orina. La producción
de un volumen superior a 6 ml se denomina hiperespermia y ésta puede ser
debida a procesos inflamatorios de próstata y/o vesículas seminales. La no
producción de eyaculado se denomina aspermia y algunas de sus causas pueden
ser la eyaculación retrógada, anomalías anatómicas y neurológicas, y el uso de
antihipertensivos.
 Color: el color habitual del semen es blanco opalescente, ligeramente amarillento.
Algunas alteraciones pueden deberse a contaminación con sangre, presentando
color rojizo (hematospermia); color amarillo intenso, debido a la bilirrubina o
ingesta de vitaminas; amarillento, por un alto contenido en leucocitos o
medicamentos; o muy transparente, debido a una baja concentración de
espermatozoides.
 pH: Normalmente varía entre 7,2-8,2. Debe de medirse antes de que pase una
hora de la eyaculación, ya que se libera CO2 que eleva el pH. Valores fuera de este
rango pueden significar una infección genital. Solamente es relevante para la salud
del varón. Normalmente, suele estar entre 7,2 y 7,3 (nunca llega a 7,4). Si los
valores del pH se encuentran por debajo de 7 y además el varón sufre de
azoospermia , la causa puede ser debida a una obstrucción de los conductos
eyaculadores y o bien a una agenesia de los vasos deferentes. Por otro lado, si los
valores del pH sel semen se encuentra por encima de 8.2, la causa puede ser
debida a enfermedades agudas de las vesículas seminales; o bien a que se ha
realizado una medida reatardada de éste y por lo tanto el plasma seminal ha
liberado dióxido de carbono de forma continua provocando de esta forma un
aumento del pH. Por último, si los valores del pH se encuentran por debajo de 7 y
el paciente no padece azoospermia, la causa puede ser debida a procesos
inflamatorios crónicos.
 Concentración de fructosa: El valor normal según la OMS es de 13 mmol por
muestra. La ausencia de fructosa en la muestra puede indicar un problema en las
vesículas seminales.
 Concentración de espermatozoides: El valor límite inferior es de 15 millones/ml.
Para medir la concentración pueden utilizarse hemocitómetros clásicos (cámara de
Neubauer), cámaras específicas (Makler) y métodos automáticos (CASA). El
método CASA no se utiliza mucho porque es muy caro y proporciona información
prescindible.
 Movilidad: Es indispensable para que los espermatozoides puedan llegar a las
trompas de Falopio y fertilizar el óvulo. Se valora el porcentaje de espermatozoides
móviles, el de progresivos y el grado de movilidad. Existen 4 tipos de movimientos,
como se verá más adelante.
 Vitalidad: Se realiza una tinción supravital para distinguir entre los
espermatozoides vivos y muertos, pues el hecho de que estén inmóviles no
significa que estén muertos. Se realiza cuando el porcentaje de espermatozoides
de movilidad tipo D es mayor del 50%. Se utiliza la tinción de eosina-nigrosina, la
prueba hipoosmótica o la tinción vital fluorescente.
 Morfología: El espermatozoide debe tener la cabeza oval, sin defectos en el cuello,
pieza media y cola. Estas características morfológicas de normalidad se establecen
a partir del aspecto que presentan los espermatozoides recuperados del moco
cervical después del coito de aquellos varones considerados fértiles. En un
seminograma normal debe haber más o igual del 4% de espermatozoides
normales, si por el contrario tenemos una normalidad inferior al 4% estamos
frente a un caso de teratozoospermia. Existen dos métodos básicos para el estudio
de la morfología, el de Papanicolau, que es un método lento y caro, y no sirve
cuando las muestras están poco concentradas en espermatozoides, y el panóptico
rápido, que como su nombre indica es un método más rápido pero menos eficaz.
En este estudio se deben tener en cuenta las tres partes en las que se divide el
espermatozoide: cabeza, parte media y cola, anotando el número de anomalías
totales observadas y el número de espermatozoides normales. Para establecer
estos datos, se pueden seguir dos criterios: el de la OMS (menos restrictivo) y el de
Kruger/Tygerberg (más estricto). No obstante, es muy subjetivo clasificar un
espermatozoide según su morfología, ya que se eliminan muchos que podrían
fecundar al ovocito sin ningún problema. Un parámetro que podemos calcular es el
índice de teratozoospermia que se corresponde a la relación entre el número de
anomalías en los espermatozoides y el número de espermatozoides analizados;
éste oscilará entre valores de 0 (todos normales) y 3 (todos alterados en cabeza,
cola y pieza media)

Con los datos obtenidos, se puede determinar el índice de teratozoospermia


(alteraciones) dividiendo el número total de alteraciones observadas entre el número
total de espermatozoides. Se obtendrán valores entre 0 y 3: 0 cuando no se observan
alteraciones y 3 cuando se observan 3 alteraciones por espermatozoide (no se podría
efectuar inseminación artificial).
Recogida de muestras

Aquellos varones que precisen realizarse un seminograma, necesitan conocer una sería de
instrucciones a la hora de recoger su muestra seminal:

1. Concierte una cita con el laboratorio de Andrología y avise si tiene algún problema en la
recogida de la muestra.

2. Se recomienda guardar de 1-3 días de abstinencia sexual previamente a la obtención de


la muestra. El mínimo es 1 día y el máximo 7.

3. Se recomienda recoger las muestras en la clínica donde se va a realizar el estudio de la


muestra seminal, siempre mediante masturbación excepto en casos excepcionales. En
caso de recoger la muestra en otro lugar deben hacerlo en un recipiente de la propia
clínica previamente recogido y aproximadamente una media hora antes de entregarlo.
Para transportar la muestra debe conservarse a la temperatura corporal, alrededor de los
37ºC ( esto se consigue acercando el tubo de muestra al cuerpo).

4. Las muestras se recogerán en un recipiente estéril rotulado con los datos del paciente,
el número de historial, la fecha y hora de la recogida de la muestra y los días de
abstinencia sexual.

5. En casos especiales se podrán utilizar otros métodos: en caso de inhibición psicológica


se puede emplear preservativo (preservativos especiales no lubricados y sin
espermicidas); en caso de paraplejidad o dificultades de erección, se puede utilizar
estimulaciones mecánicas con vibrador; en caso de azoospermia obstructiva se obtiene la
muestra del testículo; en caso de problemas neurológicos (como eyaculación retrógrada)
los espermatozoides se toman de la orina (previamente alcalinizada); incluso
electroeyaculación, etc. No dude en consultar al laboratorio cualquier información al
respecto.

6. Procure recoger toda la muestra . Si no, informe de la pérdida de parte de ella.

7. Lávese detenidamente el pene retirando bien el prepucio con agua y gel. Aclare el jabón
con agua abundante.

8. Si la muestra se va a usar en un ciclo reproductivo (inseminación artificial o fecundación


in vitro) espere hasta que confirmen la validez de la muestra.

Tras un periodo de abstinencia previo a recoger la muestra de unos 1 a 3 días, el método


de elección para recoger es la masturbación, porque de esta manera permite que la
muestra sea completa y sin contaminación. El análisis debe ser realizado en un lapso de 2
horas después de eyacular.

Recogidas especiales

En casos de individuos que presenten distintos tipos de disfuncionalidades (bien


fisiológicas o psicológicas) que impidan la recogida normal de la muestra de semen,
existen diversos tipos de recogidas especiales:

Split: se emplea sobre todo en individuos que posean algún tipo de esterilidad de origen
inmunitario. En la recogida de tipo split, el eyaculado del individuo se recoge en dos botes
diferentes, formándose dos fracciones: una inicial o primaria que contiene el 90% de los
espermatozoides y poco plasma seminal; y una secundaria que contiene menor
proporción de espermatozoides y de peor calidad. La fracción que nos interesa es la
primera, a la cual se le añadirá posteriormente 2 o 3 ml de medio de cultivo para proceder
a trabajar con ella.

Eyaculación retrógrada: se emplea en pacientes diabéticos que presentan eyaculación


retrógrada, es decir, el fluido que va a ser eyaculado, que normalmente sale a través de la
uretra, se redirecciona hacia la vejiga (saldrá mezclado junto a la orina a través de la
micción). Para poder recuperar una muestra de semen válida, se debe llevar a cabo el
siguiente protocolo:

 Periodo de abstinencia sexual 2-7 días


 Alcalinizar orina: tomar bicarbonato (25 g) la noche anterior a la recogida, y la
mañana de recogida de la muestra
 Antes de masturbación, vaciar vejiga (1ª orina)
 Intentar eyacular a continuación, y recoger muestra si es posible (frasco 2)
 Recoger finalmente la orina post-eyaculación (fracción más importante; frasco 3)

Pacientes con inhibición psicológica: se emplean métodos como la psicoterapia, la


estimulación química o la aspiración percutánea de espermatozoides del epidídimo o del
testículo

Pacientes con lesiones neurológicas: se emplean técnicas como la vibroestimulación o la


electroeyaculación

Riesgos

No existen contraindicaciones ni complicaciones secundarias a la realización de esta


prueba, dado que es un método inocuo y no invasivo.
Manipulación de la muestra

Como las muestras de semen pueden estar contaminadas con algunas enfermedades
como hepatitis o VIH, se tienen que manipular cuidadosamente y siempre actuando como
si estuvieran contaminadas (aunque no lo estén). Para conocer alguna patología, tenemos
que hacer una serología previa obligatoria, buscando posibles virus. El personal de
laboratorio o todas las personas que vayan a manipular la muestra tienen que tener
cuidado con:

-Siempre llevar guantes, prestando atención a todo objeto que se toque.

-Llevar siempre la bata de laboratorio.

-Lavarse las manos cuando se abandone el laboratorio.

-Limpiar las superficies de trabajo con alcohol.

- Usar sólo contenedores seguros para la basura.

Vasectomía

La vasectomía o deferentectomía1
consiste en la sección y ligadura de los
conductos deferentes. Como
consecuencia, en poco tiempo el semen
eyaculado no contiene
espermatozoides. Es un método de
control natal que puede revertirse, con
tasas muy altas de seguridad y
efectividad.

Bajo asepsia (que debe incluir afeitado


del campo operatorio) y anestesia local, un especialista en urología hace una pequeña
incisión en la parte anterior del escroto o bien dos laterales. Los conductos seminales (o
deferentes) se sacan a través de la incisión, se cortan y se ligan tras extraer un segmento,
de forma que los dos extremos de cada conducto quedan anudados y separados entre sí.
Los procedimientos en que no se secciona un segmento de los deferentes están en desuso
por mayor porcentaje de fallos. A continuación se introducen nuevamente los conductos
en el escroto. El sangrado es mínimo, y la herida suele requerir algún punto reabsorbible
aunque a veces no lo precisa: se realiza presión para contribuir a su cierre.
Se recomienda no haber tomado anti inflamatorios como la aspirina por lo menos una
semana antes y después de la operación, porque pueden incrementar el riesgo de
sangrado.

Recientemente se ha desarrollado la técnica de Vasectomía Sin Bisturí (VSB) que ha


mejorado notablemente el concepto quirúrgico de vasectomía. Es una técnica con un
porcentaje mucho menor de complicaciones respecto a la vasectomía.

La VSB nace con la idea de realizar la intervención con el mínimo trastorno y mínimas
molestias. Su particularidad más básica reside en un instrumental único y específico para
tal fin. De hecho el corte no lo practica el bisturí convencional sino que se realiza
mediante una pinza que provoca la apertura de la piel separando, y no cortando, sus
fibras.

Los resultados han mostrado menos hematomas, infecciones y otras complicaciones con
un porcentaje total de 0,4 % para la vasectomía sin bisturí frente a un 3,1 % para la
vasectomía convencional.

Complicaciones

Aparte de algunos efectos secundarios de corto plazo como rasquiña, sangrado o


infecciones, este procedimiento puede ocasionar un dolor crónico en el escroto o en la
pelvis conocido como síndrome de dolor post-vasectomía. Según un estudio realizado en
1992 sobre 172 varones que se habían practicado una vasectomía cuatro años atrás, el 33
% de ellos había experimentado algunas molestias crónicas en los testículos que no
afectaban su diario vivir, el 15 % había experimentado molestias crónicas que sí lo
afectaban, y el 4 % había experimentado dolor testicular severo que resultó en
intervención quirúrgica.

Otras consideraciones

La reversión de la vasectomía, llamada vasovasostomía, tiene actualmente tasas muy altas


de seguridad y efectividad, de hasta un 90%. Es una cirugía ambulatoria, al igual que la
vasectomía misma, que se puede realizar con anestesia local. Pero no todos los pacientes
logran quedar recanalizados, eso va a depender de qué tanto tiempo lleve el paciente de
haber sido vasectomizado, es decir, a menor tiempo de hecha la vasectomía más
posibilidades hay de embarazar. Aunque se logre la recanalización, en la práctica se ha
visto que la efectividad a la hora de conseguir el embarazo se ve reducida a un 50%, es por
ello que lo recomendable es que la operación se lleve a cabo solo cuando se está seguro
de que no se quiere tener más descendencia. Aun así, se suele recomendar a los pacientes
que congelen semen antes de la operación. También se podría recurrir al ICSI mediante
biopsia testicular o aspiración de espermatozoides, aunque es más cara.

La vasectomía como método anticonceptivo

Presenta ventajas e inconvenientes:

• Ventajas:

– Uno de los métodos anticonceptivos más eficaces, ya que tiene una efectividad superior
al 99% en la protección contra embarazos.

– Libre de error humano. No hay forma de que se pueda cometer un error o usarla mal,
como ocurre con el preservativo, donde la efectividad se ve reducida en la práctica.

– El sexo puede mejorar y ser más espontáneo cuando la pareja puede concentrarse el
uno en el otro en lugar de preocuparse por el método anticonceptivo. Al contrario de lo
que muchos piensan, la vasectomía no cambia la forma de eyacular o de sentir orgasmo.

• Inconvenientes:

– Efectos secundarios. La mayoría de los hombres no tienen ningún problema. Sin


embargo, todos los procedimientos médicos tienen algún posible riesgo. Los riesgos más
comunes de una vasectomía son las infecciones, pero suelen ser leves y se pueden tratar
con antibióticos. También se puede tener dolor, sangrado, hematomas o hinchazón
después del procedimiento.

– No evita contagio por ETS. El semen aún puede portar ETS, aunque no contenga
esperma. La mejor forma de protegerte a ti y a tu pareja contra las ETS es realizarse
pruebas o usar el preservativo.

– Posible reversión espontánea. La incidencia de recanalización espontánea de los


conductos deferentes se calcula en 1 de cada 4000 casos, por lo cual el fallo de la
vasectomía es extraordinariamente rara, pero existe.

Después de la operación todavía hay espermatozoides almacenados, de modo que se


debe usar otro método de anticoncepción hasta que el espermiograma revele que el
conteo espermático es igual a cero, esto ocurre aproximadamente a los 3 meses. Esto se
debe a que hay un remanente de espermatozoides circulantes que quedan atrapados en
las vías espermáticas distales a la ligadura deferencial. Este procedimiento no tiene efecto
alguno sobre la provisión de sangre y hormonas a los genitales, de modo que no afecta la
erección ni la libido.

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